DULCES, POSTRES Y DEMÁS REPOSTERIA

Así se prepara la ‘potica’, el postre esloveno con que bromeó el Papa a Melania Trump


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Quizás cuando el Papa Francisco preguntó este miércoles a Melania Trump sobre si a su marido, Donald Trump, le daba de comer ‘potica’lo hizo porque sabía que este postre tiene un significado religioso.

Originario de Eslovenia –donde se pronuncia “po-teet-sah”–, la potica se sirve tradicionalmente en dos fechas: Semana Santa y Navidad. Es una especie de pan de nuez que se prepara con masa de levadura, nueces, mantequilla, nata, huevos, miel o azúcar (aunque muchos eslovenos ponen estragón para que no quede tan dulzón).




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Las nueces son protagonistas en este postre (hudiemm / Getty)


Tan popular es en el país natal de Melania Trump que incluso ha aparecido dos veces ilustrada en los sellos postales de Eslovenia para recordar su herencia y tradición. Incluso, el etnólogo y experto en potica, Janez Bogatai, ha llegado a pedir a la Unión Europea que la receta se proteja bajo el amparo de la legislación.

La potica se cuece, tradicionalmente en una olla de barro, y puede rellenarse de más de 40 maneras diferentes, más dulces o más sabrosos, al gusto de cada cual. Te explicamos cómo prepararla.


‘Potica’ tradicional



Ingredientes

Masa de levadura:

>1 kg de harina

> 30 g de levadura

> 3-4 yemas

> 300 cl de leche templada

> 120 g de mantequilla

> 1 cucharita de sal

> 2 cucharas de azúcar, grasa para el molde

Relleno:

> 600-700 g de nueces

> 200 g de miel

> 50 g de azúcar

> 10-20 cl de leche

> 1 huevo, canela, un poco de ron o aguardiente casero


Paso a paso


1. Preparar la masa en un lugar caliente. Mezclar la harina con una cucharita de sal y mezclar la levadura con una cucharita de azúcar, 2 cucharas de harina y 5 cl de agua templada o leche. Dejar levar en un lugar caliente.

2. En medio de la harina hacer un agujero y verter dentro los huevos batidos, la levadura, la mantequilla derretida y el azúcar. Durante el proceso de la mezcla verter poco a poco la leche templada.

3. Batir 15 minutos o hasta que ya no se formen burbujitas y la masa de despegue del recipiente. Esparcir la harina sobre la masa, cubrir con un trapo y dejar reposar y levar en un lugar caliente.

4. Para la preparación del relleno, escaldar con la leche endulzada las nueces desmenuzadas o molidas. Calentar la miel hasta que sea líquida. Añadirla a las nueces y mezclar con la canela. Dejar enfriar el relleno y después añadirle uno o dos huevos y mezclar suavemente.

5. Estirar la masa a ½ cm de grosor y untar con el relleno aún caliente. Enrollar apretando y poner sobre la bandeja de horno. Dejar levar lentamente la potica. También va a subir un poco en el horno.

6. Antes de poner la potica en el horno, untar la parte de arriba con el huevo batido. Hornear durante una hora y cuando esté hecha dejar enfriar en el molde durante 15 minutos. Si se desea, esparcir azúcar por encima.

Este postre esloveno se prepara en Semana Santa y Navidad”

https://www.lavanguardia.com/comer/...090759/como-hacer-potica-postre-esloveno.html

 

Strudel de manzana / Apfelstrudel




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No sabéis lo bueno que está esto, adiós dieta por lo menos por un día !No me pude resistir a un buen trozo de Strudel de manzana, bueno buenísimo!!

Ya lo había comido varias veces nunca lo había hecho, me daba pereza porque me parecía complicado pero qué va, se hace pronto y se come más pronto todavía ¡En casa ha volado!

El Strudel es un dulce que procede del centro de Europa, concretamente de Austria aunque se extendió pronto por Alemania y Hungría. Su origen son las cocinas turcas, armenias y griegas. El más conocido es el de manzana pero se hace con muchos otros rellenos, el de requesón y frutos secos…hay que probarlo.

El strudel puede elaborarse con masa de hojaldre o con mi favorita, la masa filo, también llamada brick ó brisa. Esta última es una masa muy muy fina, parece papel.Se utiliza para preparaciones dulces o saladas, superponiendo varias capas que convenientemente manipuladas dan un acabado hojaldrado suave y muy rico. Podéis hacerla en casa, no es difícil pero si bastante laboriosa. Yo la compro hecha, vienen estupendas y me ahorra mucho tiempo pero si queréis intentarlo tenéis una receta muy bien explicada Aquí .

Partiendo de la masa filo ya hecha, yo he usado estos ingredientes:


6-8 hojas de masa filo

4 manzanas

50g. de mantequilla

Unas gotas de aceite

3 cucharadas de azúcar morena

3 cucharadas de nueces troceadas

2 cucharadas de pasas

4 cucharadas de Pedro Ximenez

1 cucharada de almendras fileteadas

Zumo y ralladura de 1/2 limón

2 cucharadas de azúcar glas

1 cucharada de canela molida


ELABORACION:



Lavamos pelamos y troceamos las manzanas en cuadritos pequeños y las ponemos a caramelizar con 3 cucharadas de mantequilla y unas pocas gotas de aceite para que no se queme. Las dejamos a fuego lento un par de minutos y les añadimos el azúcar moreno. Dejamos que se hagan poco a poco.

Vamos añadiendo el resto de ingredientes: las pasas que habremos hidratado en el Pedro Ximenez para darle el toque español a la receta alemana, las almendras y las nueces, el zumo y la ralladura de limón y la mitad de la canela.

Dejamos al fuego 5 minutos, apagamos y dejamos templar.

Mientras se enfría un poco el relleno precalentamos el horno a 180º y empezamos a preparar la masa filo.

Hay que tener en cuenta que es una masa muy delicada, en pocos minutos se seca si no la cubrimos y ya no nos sirve. Os aconsejo que vayáis sacando las hojas de una en una manteniendo envueltas las demás.

Vamos tomando hoja por hoja de masa y la pintamos con mantequilla fundida, vamos pintando y superponiendo las 6 u 8 que usemos.

Para evitar añadir líquido a la masa, hay quien clarifica la mantequilla para quitarle el suero, yo no lo hago y queda perfectamente…Ahí queda la idea.

Una vez que tengamos pinceladas y superpuestas las hojas ponemos el relleno en un extremo sin pegarlo demasiado al borde para poder cerrarlo sin problemas y enrollamos. En la imagen tenéis una forma práctica de cerrar el paquete.Pintamos la superficie con mantequeilla si está la hoja seca.



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Ponemos el strudel en una fuente apta para horno y horneamos hasta que esté dorado. Como siempre el tiempo de horno es variable, cada horno es un mundo. Con aire, calor arriba y abajo unos 20 minutos.


Cuando esté bien doradito lo sacamos, espolvoreamos con azucar glas, canela y unas nueces partidas. Servimos templado o caliente, lo típico es acompañarlo de una crema templada de vainilla o helado. Yo le puse helado de caramelo…sin palabras, no voy a acercarme a la báscula en varios días.

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Hasta aquí mi receta de strudel de manzana; ahora las correcciones.

Si veis otras recetas de este mismo pastel veréis que en algunas ponen los ingredientes en la masa sin cocinarlos antes, bien, cuestión de gustos vosotros decidís. A mi me gusta que la manzana vaya al horno ya hecha porque la masa filo se hace muy pronto y puede que no le de tiempo a hacerse bien.

Pero…que si, que se me ha deshecho demasiado, usé manzanas reinetas riquísimas pero estaban muy maduras y se deshicieron rápidamente. Aún así el sabor y la textura de la masa, la mezcla con el helado…ais que buena, repetiré pronto seguro.


http://cocina.facilisimo.com/strude...iempo-que-tardaras-en-prepararlo_2221755.html
 
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LA CIENCIA DEL CHOCOLATE: TARTA DE TRUFA DEFINITIVA


Si los bombones de trufa te saben a poco, prueba a hacer esta lujuriosa tarta de chocolate. LA tarta, vamos. Tiene sólo tres ingredientes, pero más ciencia e intríngulis de lo que parece.

ANA VEGA 'BISCAYENNE'



Si sentís un babeo incesante después de ver foto de aquí arriba, no os preocupéis. El chocolate, tan inocente en su envoltorio de papel, es uno de los alimentos que más asociamos con el placer y la lujuria. Si encima es en estado semisólido, chorreante o esponjoso ya no os digo nada: por eso triunfan tanto las trufas, los coulants y toda clase de postres con oscuro secreto fundente.

Si sois tan chocolateros como el famoso Paquito, seguro que tenéis sueños en los que el cacao es el auténtico protagonista. Negras ganachés y tartas Sacher los pueblan, y miráis por encima del hombro a los pobres mortales que osan comer chocolate con leche — o blanco, maldición—. En caso de sentirte identificado con con el chocolaterismo más extremo, la trata de trufa está hecha para ti. Chocolate, mantequilla y huevos. Nada más perturba la pureza de su sabor contundente ni de su textura celestial, ay. Se funde en la boca, se hace con unos mínimos 15 minutos en el horno y se conserva perfectamente en la nevera hasta tres días.

Semejante perfección tenía que esconder truco y en efecto, ahí está. Agazapada bajo la modesta apariencia de una receta con tres ingredientes se encuentra la ciencia. Lo que iba a ser derretir, mezclar, hornear y chimpún se convierte en un proceso delicado en el que todos los pasos tienen un porqué científico. ¿Calentar los huevos? Sirve para que se esponjen más al batirlos y quede una textura más ligera. ¿Cocer la tarta al baño María? Para que los bordes no se resequen y obtengamos un tarta homogénea.

No en vano la receta de esta tarta de trufa o Chocolate Oblivion (más o menos “inconsciencia o enajenación por chocolate”) es fruto de la mente meticulosa de Rose Levy Beranbaum, una de los musas de la repostería sin bobadas. Beranbaum es autora de La Biblia de los pasteles y de otros muchos recetarios más en los que predica una cocina minuciosa y concienzuda, basada en miles de ensayo y pruebas. Sus recetas salen siempre a la perfección siempre que se sigan las instrucciones a rajatabla, y esta tarta de trufa no es una excepción. Desde el tamaño del molde hasta el porcentaje de cacao del chocolate utilizado, Beranbaum lo tiene todo medido y analizado.

Si leéis la receta de primeras pensaréis que varios procesos no tienen sentido, pero cuidado con pasároslos por el arco del triunfo. Cada uno de los pasos es importante para el resultado final, así que en vez de maldecir, veamos mejor la razón de cada uno con la ayuda de su inventora:

EL CHOCOLATE

Ya hablamos bastante de la delicadeza de este ingredientes en las recetas con deje científico de las cookies o el brownie, pero nunca viene de mal insistir en la lección. El chocolate de tableta es un producto ya elaborado que ha pasado por muchísimos procesos antes de llegar a nuestra despensa. En un complicado equilibro entre pasta de cacao, manteca de ídem y azúcar, aporta sabor, grasa y soporte estructural al postre final, así que es importante elegirlo adecuadamente.

Vamos a hacer una tarta sin harina y con una cocción mínima, así que dependemos de la mantequilla y el chocolate para que al endurecerse en la nevera formen un todo firme pero fundente en la boca. Para ello necesitamos un chocolate con suficientes partículas sólidas como para soportar el peso de la tarta pero también la suficiente manteca como para que al comerla se derrita en la lengua. Lo ideal es un chocolate negro con un 55 o 60 por ciento de cacao (Beranbaum indica que el máximo es un 62%). Si utilizaras un chocolate con más cacao la textura final no sería tan cremosa y también desembocaría en un sabor menos dulce. ¡Recuerda que no estamos usando nada de azúcar añadido, así que dependemos únicamente del que lleve el chocolate!

Al revés, si usas un chocolate con leche, sufres el riesgo de que la tarta no se endurezca lo suficiente como para cortarla en porciones. Tiene mucho más azúcar y bastante menos manteca de cacao, de modo que no se solidificaría bien. Además, los sólidos de leche son menos resistentes al calor, haciendo más peligroso el siguiente proceso: el fundido.

DERRETIR EL CHOCOLATE

El chocolate se funde a partir de unos 50 ºC, pero la forma de hacerlo es clave. Hablamos de fundir 450 gramos más 200 de mantequilla de una vez, así que hay que utilizar una técnica que permita el calentamiento progresivo y uniforme del chocolate para que no se queme. El microondas, que suele ser nuestro aliado facilón a la hora de derretir chocolate, nos puede jugar una mala pasada debido a la gran cantidad que hay que fundir aquí y a que el aparato no calienta todas las zonas por igual. Puedes estar atento, sí, y usar una temperatura baja removiendo cada 20 segundos, pero es mejor tirar a lo seguro y no desperdiciar tanto chocolate exponiéndonos a que se queme. (Es bastante difícil que el chocolate se carbonice de tal manera que sepa mal, pero queda grumoso en cuanto se calienta de más).

Mejor curarnos en salud usando un cuenco que encaje sobre una cazuela con agua caliente. Sin que el cuenco toque la superficie del agua y sin que ésta esté hirviendo. Con paciencia y música de fondo derretiremos suavemente el chocolate junto con la mantequilla en unos 10 minutos a lo sumo, removiendo de vez en cuando. La mantequilla debe estar a temperatura ambiente (consistencia blanda o de pomada) o cortarla en trocitos muy pequeños, para que no se caliente más despacio que el chocolate.

VADE RETRO, AGUA

Que levante la mano el que no haya sufrido nunca la conversión de un sedoso chocolate fundido en un grumote sin remedio. Nuestro muso Harold McGee nos ilustra en La cocina y los alimentos sobre este asunto tan dramático: la culpa es del agua. El chocolate sólido tiene pequeñas partículas de azúcar y cacao que atraen la humedad. Si cae agua en el chocolate derretido, éste la absorberá e inopinadamente se formará un pegote sólido. La más mínima cantidad de agua o vapor humedece las partículas secas del chocolate pegando unas con otras y separándolas de la manteca líquida.

El agua es pues la kryptonita del chocolate y no debemos dejar que se acerque a él. En el caso de esta tarta, como vamos a derretirlo al baño María es importante que usemos un recipiente que encaje en la cazuela con agua de manera que no suba ni la más mínima gota de vapor.

OTROS CONSEJOS QUE NOS DA LA CIENCIA

Calentar los huevos antes de batirlos ayuda a que después crezcan en volumen. Con el calor (no hace falta tener miedo del vapor y podemos subir la temperatura del baño María alegremente) sus moléculas se mueven más deprisa, chocando unas con otras y desplegando las proteínas. Esto hace que el batido posterior consiga una espuma más firme que aportará textura aérea, semejante a una mousse, al resultado final. Que si no lo hacéis no pasa nada, pero no será lo mismo.

Por último, el baño María modera el calor del horno, dejando que en los primeros cinco minutos la superficie de la tarta de cueza lo suficiente a la vez que impide que los bordes exteriores se hagan demasiado.

Dificultad

Lo más complicado es desmoldarla sin que quede un churro.

Ingredientes

Para 8-10 personas

  • 450 g de chocolate negro (55-60% cacao)
  • 225 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
  • 300 g o 6 huevos M (pesados sin cáscara)
  • Una pizca de sal
  • Opcional: café instantáneo, ralladura de naranja, vainilla, canela en polvo…
Preparación

  1. Preparar un molde con bordes desmontables de 20 cm de diámetro. Engrasarlo por dentro con un poco de mantequilla y pegar en el fondo un papel de horno o sulfurizado recortado al tamaño adecuado. Envolver el molde por fuera con 3 capas de papel de aluminio para que no le entre agua.

  2. Precalentar el horno a 220 ºC con calor arriba y abajo.

  3. Cortar el chocolate y la mantequilla en trozos. Derretirlos juntos en un cazo o bol sobre una cazuela con agua caliente -no hirviendo-. Remover lentamente durante unos 10 minutos hasta su completa disolución, evitando que les caiga agua ni vapor.

  4. Reservar el chocolate derretido.

  5. Subir el fuego para poner a ebullición el agua de la cazuela y colocar encima otro bol con los huevos batidos y una pizca de sal.

  6. Remover los huevos hasta que estén calientes al tacto. Apartarlos del calor y batir con unas varillas eléctricas durante 5 minutos o hasta que se enfríen y tripliquen su volumen. Se les pueden añadir saborizantes como vainilla raspada, canela en polvo, cardamomo, café instantáneo, ralladura de mandarina o naranja, etc.

  7. Mezclar los huevos con el chocolate poco a poco con movimientos envolventes hasta que conseguir una masa homogénea.

  8. Verter la masa en el molde.

  9. Meter el molde en una fuente o molde ligeramente más grande en el que quepa con holgura.

  10. Introducir los dos moldes en el horno a una altura media. Verter en el de mayor tamaño agua caliente hasta que llegue a una altura de 2 centímetros.

  11. Cocinar 5 minutos.

  12. Tapar ligeramente la parte de arriba de la tarta con una hoja de papel de aluminio y dejarla otros 10 minutos más a 220 ºC.

  13. Sacar el molde pequeño del horno y dejar que se entibie a temperatura ambiente durante unos 45-60 minutos. Guardar en la nevera al menos 3 horas para que coja consistencia.

  14. Pasar un cuchillo por los bordes de la tarta, sacar el aro desmontable y espolvorear con cacao en polvo o azúcar glas.

https://elcomidista.elpais.com/elcomidista/2017/04/20/receta/1492700004_746971.html


 
Pandoro



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Pandoro. Receta de pandoro paso a paso

El Pandoro es un dulce típico italiano del día de navidad con origen en la ciudad de Verona. Para mí la masa fermentada hojaldrada que tiene es deliciosa, mucho más que la del famoso Panettone que más adelante pondré también.

El proceso de elaboración es largo pero el resultado es muy bueno, sólo tenéis que ver la última foto para daros cuenta. Imagino que la receta que os propongo no será la original porque estará a buen recaudo en alguna casa veronesa o en cualquiera de esas maravillosas confiterías que aún lo hacen de forma artesanal.Sin embargo, confío en el libro “Dulces y otras masas” de las hermanas Sorelle Simili donde está ya que no falla.



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Ingredientes para el fermento:

  • 15 g de levadura fresca
  • 60 ml de agua tibia
  • 50 g de harina de fuerza
  • 10 g de azucar
  • 1 Yema de huevo
Ingredientes para la primera masa:
  • 5 g de levadura fresca
  • Fermento previo
  • 25 g de azucar
  • 1 huevo M
  • 200 g de harina de fuerza
  • 30 g de mantequilla
Ingredientes para la masa final:
  • 2 huevos M
  • Vainilla en polvo
  • 1 Pizca de sal
  • 100 g de azucar
  • 10 g de azucar avainillado
  • 200 g de harina de fuerza
  • Primera masa
  • 140 g de mantequilla
Preparación:
1.- La noche anterior haremos el fermento o masa madre. Para ello disolvemos la levadura en el agua tibia. A continuación lo añadimos a un bol donde tengamos la harina y mezclamos bien. Añadimos el azúcar y la yema de huevo y removemos hasta que todo esté integrado. Lo tapamos con papel film o un paño, y dejamos reposar en la nevera toda la noche, unas ocho horas. Por la mañana veremos que la masa ha crecido mucho y está llena de burbujitas.

2.- Ahora haremos una primera masa a la que añadiremos el fermento previo. Disolvemos la levadura en dos cucharadas de agua tibia. Lo unimos al fermento y removemos bien. Añadimos el azúcar, el huevo batido y la harina poco a poco. Amasamos y una vez obtenida una masa suave ponemos la mantequilla en pomada hasta que se absorva completamente. Tapamos y dejamos reposar aproximadamente una hora.


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3.- Pasado este tiempo, hacemos la segunda masa. Añadimos a la masa previa que teníamos los huevos batidos, la vainilla, la sal, el azúcar y por último la harina. Recordar mezclar bien cada ingrediente antes de añadir el siguiente. Amasaremos hasta tener todo bien mezclado, al menos 15 minutos hasta que la masa sea suave, lisa y muy elástica. Dejamos que repose hasta que duplique casi su volumen inicial.Transcurrido este tiempo podemos refrigerar la masa o seguir el proceso, según nos convenga.



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4.- Desgasificamos la masa sobre la mesa de trabajo enharinada. Formamos un rectángulo con ayuda del rodillo y colocamos la mantequilla que restaba en el centro de la masa. Doblamos llevando las cuatro esquinas al centro, es decir cerrándola.

5.- Volvemos a estirar la masa presionando un poco con el rodillo para que la mantequilla se extienda y doblamos en 3, cada extremo hacia el centro como si se tratase de un libro. Metemos, envuelta en film, en el frigorífico durante 30 minutos.

6.- Sacamos la masa de la nevera y repetimos el paso anterior dos veces más, girando la masa previamente tal como podéis ver en la imagen número nueve; dejamos entre vuelta y vuelta media hora de reposo en el frigorífico.



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7.- Cuando hayamos completado las tres vueltas, dividimos la masa en dos. Con las manos engrasadas formamos una bola que colocamos en el molde, previamente engrasado con mantequilla y espolvoreado con azúcar glas, con el lado liso de la masa mirando hacia la parte inferior del molde y la parte de cerrar la masa mirando hacia nosotros. La tapamos de nuevo y dejamos que fermente hasta que la parte superior casi asome por el borde del molde.



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8.- Precalentamos el horno a 180º con calor arriba-abajo y aire, y horneamos en el nivel 2 durante 15 minutos. Bajamos la temperatura a 150º y horneamos durante 20 minutos más. Si se dora mucho, cubrir con papel de plata.



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9.- Dejamos reposar unos minutos en el molde y lo volcamos en una rejilla para que enfríe. Al servir, espolvoreamos con el azúcar glas vainillado.



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http://www.unodedos.com/recetario-de-cocina/pandoro/


 
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