Pues sí, si ella fue tan altanera como para no dimitir por lo del master, que la hubieran cesado de todo cargo público y punto final.Estupendísimo artículo de Lucía Méndez, ha dado en el clavo, este miserable espectáculo de tirar a alguien al escarnio público va a ser el últime clavo del ataúd del PP. la gente se escandaliza o se divierte con el asunto de las cremas pero reconoce que ha sido una acto de crueldad gratuita y va a pasar factura.
Cristina Cifuentes: indignidad, crueldad, desastre
ASUNTOS INTERNOS
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- 26 ABR. 2018 08:25
La ex presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes ÁNGEL NAVARRETE
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Nadie hubiera podido imaginar un destino tan cruel y despiadado para Cristina Cifuentes. Ni para nadie. La vergüenza, el bochorno y la incredulidad recorrieron este miércoles la espina dorsal del PP y de la política española. Los dirigentes del partido de Cristina Cifuentes se quedaron sin palabras para definir la realidad, sin voz para explicar cómo y por qué transitaban por ese camino de fango.
La presidenta de la Comunidad de Madrid no fue abatida por sus responsabilidades políticas en la gestión de su mentiroso máster, sino por robar dos cremas en un supermercado. Un episodio de su pasado que alguien guardó en vídeo para lanzarla a los leones cuando fuera conveniente. Las imágenes de Cristina Cifuentes y el vigilante que le obligó a abrir el bolso para sacar las cremas dañan la vista, la ética y la dignidad. Son unos minutos eternos que no hablan de política, sino de la condición humana y seguramente de una enfermedad inconfesable.
ya ex presidenta de la Comunidad de Madrid, con todo su acompañamiento literario de metáforas mafiosas y de novela negra, es un capítulo -veremos si el final- diferido y desdichado de la historia del PP de Madrid liderado por Esperanza Aguirre. No uno, ni dos, ni tres. Mucha gente sabía que ese partido era "una gusanera". Así lo definían muchos en charlas de café, sin atreverse a desafiar el poder absoluto de la ex lideresa. También la dirección nacional y Mariano Rajoy lo sabían. Conocían las andanzas de Ignacio González y de Francisco Granados. Se espiaron en público y no pasó nada. Lo único que pasó es que es ex teniente de alcalde Manuel Cobo fue castigado por el comité de disciplina por decir que Aguirre y los suyos tenían montada una "gestapillo". Pecata minuta para lo que ahora conocemos. Cifuentes ha caído víctima de ese ecosistema putrefacto. Víctima de los que conociendo esa grabación y lo que había detrás desde el punto de vista personal, la promovieron para delegada del Gobierno y después para presidenta de la Comunidad. El funcionamiento interno del PP, cuyos mandamientos se resumen en uno: manda el presidente, decide el presidente, sólo él y nada más que él, ha acabado por provocar una dimisión agónica rodeada de miserias. Había otras formas de obligar a dimitir a Cristina Cifuentes.
La dirección del partido podía haberla emplazado públicamente y sin rodeos. Sin indirectas. Por derecho y con sinceridad. Hasta incluso el Comité Ejecutivo del PP, que para algo está además de para aplaudir, podía haberle pedido la dimisión por el bien del partido. Pero Rajoy prefirió el método -tan casero y confortable para él- de vencer su resistencia emocional. El resultado es un espectáculo encarnizado e indigno. Amén de un desastre político para el PP en un momento de extra debilidad. Lo de menos ya es Cifuentes, el último juguete roto del PP de Madrid en cuyos dominios no se ponía el sol. Y si se ponía, se apartaba de un manotazo.
http://www.elmundo.es/madrid/2018/04/26/5ae0ed6022601df8788b46b0.html
Mariano como siempre, sin hacer nada a ver si las cosas se solucionan por arte de birlibirloque o por olvido. Si no, ya hará alguna chapuza de última hora