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Añado experiencia familiar. Mis abuelos se llevaban nada menos que 28 años, y me temo que fue un caso de ahora o nunca para mi abuela, ya tenía 34 años, en los 50 una barbaridad. Independientemente de que hubiera o no amor,quienes han sido daños colaterales de esa relación, asumiendo que ellos eran adultos con voluntad propia, han sido sus dos hijos. Mi padre y mi tío han salido unos neuróticos de cuidado y han construído unas relaciones familiares/personales que son cualquier cosa menos sanas. Es muy duro que un niño pequeño se averguence de su padre porque comparado con los de sus amigos es un abuelo, y es muy duro perderlo muy joven por ley de vida y envejecimiento normal (mi abuelo tuvo a sus hijos a los 64 y 65 años) y tener que arreglarle de todo a mi abuela porque, como mujer nacida en 1920 estaba muy en la parra de asuntos de papeles en particular y de la vida en general.
Así que diferencias de edad, hasta un cierto punto, no más de un número razonable de años, o alguien en la flor de la vida puede acabar dedicándose a ejercer de enfermero de su propio compañero. Por la experiencia familiar, yo diría que los hijos, al menos mientras son pequeños, no quieren sentirse diferentes a los demás, y un padre muy mayor puede acabar siendo un trauma para ellos.
Así que diferencias de edad, hasta un cierto punto, no más de un número razonable de años, o alguien en la flor de la vida puede acabar dedicándose a ejercer de enfermero de su propio compañero. Por la experiencia familiar, yo diría que los hijos, al menos mientras son pequeños, no quieren sentirse diferentes a los demás, y un padre muy mayor puede acabar siendo un trauma para ellos.