Davos: Foro Económico Mundial (WEF), el Nuevo Orden Mundial (NOW) y Agendas 30/50


Nos quieren matar, pero la elite nunca muere

En su intervención Tedros Adhanom ha hablado de una hipotética nueva enfermedad, llamada ‘enfermedad X’, que «podría provocar 20 veces más muertes que la pandemia de coronavirus». En este sentido, el director general de la OMS ha expuesto los nuevos esfuerzos que serían necesarios para preparar los sistemas de salud «para los múltiples desafíos que se avecinan».
 
El presidente Javier Milei dio este miércoles 17 de enero un discurso en el Foro de Davos, uno de los eventos económicos más esperados. Allí, el mandatario dio su panorama de la política internacional y de nuestro país frente a la élite mundial, ya que el público presente estuvo compuesto principalmente por líderes políticos y empresarios.
Su defensa al capitalismo para “terminar con la pobreza y el hambre en el planeta” y su frase “Occidente está en peligro”, fueron algunos de los textuales que más impacto tuvieron.

“El capitalismo de libre empresa es la única herramienta que tenemos para terminar con el hambre, la pobreza y la indigencia a lo largo y a lo ancho de todo el planeta”, afirmó el mandatario nacional al exponer en el foro donde se reúnen los jefes de Estado y empresarios de las finanzas de todo el mundo. Y manifestó: “Hoy estoy acá para decirles que Occidente está en peligro. Aquellos que supuestamente deben defender sus valores se encuentran cooptados por una visión del mundo que inexorablemente conduce al socialismo y en consecuencia a la pobreza”.

La repercusión de su discurso fue inmediata, de hecho, el diario El País de España tituló “Milei abronca a los líderes en Davos” y calificó al mandatario como una “estrella”.“Fue recibido con entusiasmo en el corazón del capitalismo, el foro de Davos, como un gran defensor del mercado, palabra sagrada para los ejecutivos que llenaban a reventar la sala principal, algo muy poco habitual cuando habla un político, pero rápidamente las caras empezaron a cambiar en la sala en cuanto Javier Milei empezó a hablar”, escribió el periodista Carlos E. Cué.


 
Esta es una trasncripción de la sesión Discurso Especial de Javier Milei, presidente de Argentina, que tuvo lugar durante la Reunión Anual del Foro Económico Mundial en Davos 2024.

Buenas tardes, muchas gracias
Hoy estoy acá para decirles que Occidente está en peligro. Está en peligro porque aquellos que supuestamente deben defender los valores de Occidente, se encuentran cooptados por una visión del mundo, que inexorablemente conduce al socialismo, y en consecuencia, a la pobreza.
Lamentablemente, en las últimas décadas, motivados por algunos deseos bienpensantes de querer ayudar al prójimo y otros por el deseo de querer pertenecer a una casta privilegiada, los principales líderes del mundo occidental han abandonado el modelo de la libertad por distintas versiones de lo que llamamos colectivismo.
Nosotros estamos acá para decirles que los experimentos colectivistas nunca son la solución a los problemas que aquejan a los ciudadanos del mundo, sino que, por el contrario, son su causa. Créanme, nadie mejor que nosotros los argentinos para dar testimonios de estas dos cuestiones.
Cuando adoptamos el modelo de la libertad, allá por el año 1860, en 35 años nos convertimos en la primera potencia mundial, mientras que cuando abrazamos el colectivismo, a lo largo de los últimos 100 años, vimos como nuestros ciudadanos comenzaron a empobrecerse sistemáticamente hasta caer en el puesto número 140 del mundo. Pero antes de poder dar esta discusión, sería importante que primero viéramos los datos que sustentan por qué no solo el capitalismo de libre empresa no solo es un sistema posible para terminar con la pobreza del mundo, sino que es el único sistema moralmente deseable para lograrlo.
Si consideramos la historia del progreso económico, podemos ver cómo desde el año cero hasta el año 1800, aproximadamente, el PBI per cápita del mundo prácticamente se mantuvo constante durante todo el período de referencia. Si uno mira un gráfico de la evolución del crecimiento económico a lo largo de la historia de la humanidad, uno estaría viendo un gráfico con la forma de un palo de hockey, una función exponencial, que se mantuvo constante durante el 90 por ciento del tiempo y se dispara exponencialmente a partir del siglo XIX. La única excepción a esta historia de estancamiento se dio a finales del siglo XV, con el descubrimiento de América. Pero salvando esta excepción, a lo largo de todo el período, entre el año cero y el año 1800, el PBI per cápita, a nivel global, se mantuvo estancado.
Ahora bien, no solo que el capitalismo generó una explosión de riqueza desde el momento que se adoptó como sistema económico, sino que, si uno analiza los datos, lo que se observa es que el crecimiento se viene acelerando a lo largo de todo el período.
Durante todo el período comprendido entre el año cero y el 1800, la tasa de crecimiento del PBI per cápita se mantuvo estable en torno al 0,02 por ciento anual. Es decir, prácticamente sin crecimiento. A partir del siglo XIX, con la Revolución Industrial, la tasa de crecimiento pasa al 0,66 por ciento. A ese ritmo para duplicar el PBI per cápita se necesitaría crecer durante 107 años.

Ahora bien, si observamos el período entre 1900 y 1950, la tasa de crecimiento se acelera al 1,66 por ciento anual. Ya no necesitamos 107 años para duplicar el PBI per cápita, sino 66. Y si tomamos el período comprendido entre 1950 y el año 2000, vemos que la tasa de crecimiento fue de 2,1 por ciento anual, lo que derivaría en que en solo 33 años podríamos duplicar el PBI per cápita del mundo. Esta tendencia, lejos de detenerse, se mantiene viva aún hoy. Si tomamos el período entre el año 2000 y el 2023, la tasa de crecimiento volvió a acelerar el 3 por ciento anual, lo que implica que podríamos duplicar nuestro PBI per cápita en el mundo en tan solo 23 años.
Ahora bien, cuando se estudia el PBI per cápita, desde el año 1800 al día de hoy, lo que se observa es que, luego de la Revolución Industrial, el PBI per cápita mundial se multiplicó por más de 15 veces, generando una explosión de riqueza que sacó de la pobreza al 90 por ciento de la población mundial.
No debemos olvidar nunca que para el año 1800, cerca del 95 por ciento de la población mundial vivía en la pobreza más extrema; mientras que ese número cayó al 5 por ciento para el año 2020, previo a la pandemia.
La conclusión es obvia: lejos de ser la causa de nuestros problemas, el capitalismo de libre empresa, como sistema económico, es la única herramienta que tenemos para terminar con el hambre, la pobreza y la indigencia a lo largo y a lo ancho de todo el planeta. La evidencia empírica es incuestionable.
Por eso, como no cabe duda de que el capitalismo de libre mercado es superior en términos productivos, la doxa de izquierda ha atacado al capitalismo por sus cuestiones de moralidad, por ser, según ellos, dicen sus detractores, que es injusto.

Dicen que el capitalismo es malo porque es individualista y que el colectivismo es bueno porque es altruista, con la ajena. En consecuencia, bregan por la justicia social. Pero este concepto, que desde el Primer Mundo se ha puesto de moda en la última época, en mi país es una constante del discurso político desde hace más de 80 años. El problema es que la justicia social no es justa, sino que tampoco aporta al bienestar general. Muy por el contrario, es una idea intrínsecamente injusta porque es violenta. Es injusta porque el Estado se financia a través de impuestos y los impuestos se cobran de manera coactiva. ¿Acaso alguno de nosotros puede decir que pagan los impuestos de manera voluntaria? Lo cual significa que el Estado se financia a través de la coacción y a mayor carga impositiva, mayor es la coacción, menor es la libertad.
Quienes promueven la justicia social parten de la idea de que el conjunto de la economía es una torta que se puede repartir de una manera distinta, pero esa torta no está dada, es riqueza que se va generando, en lo que por ejemplo Israel Kirzner llama un proceso de descubrimiento de mercado. Si el bien o servicio que ofrece una empresa no es deseado, esa empresa quiebra a menos que se adecúe a lo que el mercado le está demandando. Si genera un producto de buena calidad a un buen precio, atractivo, le va a ir bien y va a producir más.

De modo que el mercado es un proceso de descubrimiento, en el cual el capitalista encuentra sobre la marcha el rumbo correcto. Pero si el Estado castiga al capitalista por tener éxito y lo bloquea en este proceso de descubrimiento, destruye sus incentivos, y las consecuencias de eso es que va a producir menos y la torta será más chica, generando perjuicio para el conjunto de la sociedad.


 
Grande Milei.Lo escuché tres veces.
Grandes verdades.
Si seguimos en el plan actual
Ruina y miseria
Pedazo de discurso.
Nos tienen viviendo con temor
Ruina y miseria .
Y todo con ejemplos
 
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Reunión de cerdos...

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