David Rocasolano: El Rey Felipe VI es peor que Juan Carlos I

No idea de como es el sexto. Pero qué rechazo me produce el primito.
Hijo mío, lo diré mil veces: bien a gusto y bien ufano te colocaste en la foto de la pedida.
Y, de igual modo, fuiste a la boda a codearte con la gente que tanto detestas.
Me consta que por aquellos tiempos no quedó ni gato ni perro que no aguantará tus ínfulas de piojo resucitado contando a todo Dios que era primo de la Leti.
Si hubieras tenido dignidad, hubiera dicho: no, yo con esta gente que ostenta un régimen que detesto no pienso codearme. Lo siento, Letizia pero no voy a participar en este carnaval monárquico siendo republicano convencido.
Si hubieras hecho esto...tu palabra tendría peso para mí, David Rocasolano.
Pero como tu postura fue de lo más arrastrado...ahora tus críticas me suenan a lo que son: una pataleta al ver tus expectativas frustradas
 
Yo creo que simplemente vio de cerca la pocilga que es esa familia, como se las gastan y como engañan al ciudadano, como viven de puertas para dentro mientras nos hablan de austeridad y de que solo les costamos 8M al año y que nos sale a céntimos por ciudadano a cambio de todo el sacrificio que hacen por nosotros,
Creo que se enteró de la existencia de cajas de galletas, de negocios no del todo lícitos o cuanto menos reprobables, de inversiones con dinero de dudosa procedencia, etc etc etc
Y no sólo se desencanto de la jefatura del estado,de cómo se las gastan en esas esferas engañando al pueblo y hasta riéndose del ciudadano, sino que sobre todo de su prima, que podría ser unatrepilla pero de ahí a mutar de republicana convencida y criticar lo que ahora abraza con gusto y satisfacción va un trecho,
Creo que vio cambiar a su prima, que vio o escucho o supo de cosas agua más graves, la muerte de su prima Erika le márco mucho y creo que ahí empezó el punto de inflexión de muchas cosas, no solo de letizia en en su mutación física, sino también algo en David al ver cómo se las gastan algunos, como tratan según qué situaciones y como hasta de cosas así quieren sacar tajada pública, muy triste todo y muy sucio,
Creo que ver eso en directo y de cerca debe marcar, si tienes dos dedos de frente no te dejas cegar, que a él le invitaban a cacerías de lobos en nosedonde y decía que no gracias, y estoy segura de que si David hubiera querido podría haber seguido una línea parecida a la del duende,es decir,llevando secretos y tejemanejes varios, yo creo que no quiso, pero siendo abogado y primo de confianza de Leticia bien podría haberse posicionado en el entramado del negocio que llevan los borbones,
Creo que el desencanto no es por cosas que consiguió o no, creo que su desencanto es personal y emocional, sobre todo emocional, sino no hablaría a veces como lo hace hacia su prima o incluso otros de su familia abducidos por le ti y los borbones,
No, querida.
Estaba encantado ante la perspectiva de revolcarse en esa charca.
Pero le dieron la patada y ahí empezó su odio.
Pero mientras estuvo dentro estaba ENCANTADO. Hartos quedaron muchos de los humos que se empezó a dar.
De cómo se refería al sexto como si fueran uña y carne.
Si le hubieran dado lo que quería. ...andaría tirado en el suelo para que su "primo" lo pisara y no se ensuciara los zapatos.
 
Lo único que ha sacado son complicaciones, además no se inventó nada, todo lo que contó esta documentado.
No hablo mal de su famila, conto la verdad y toda la verdad, que te haya molestado el libro es otra historia y tus motivos tendrás.
Ah!!! y no ha contado la mitad, de la mitad, de la mitad de todo lo que podía haber contado, le tienen que estar muy agradecidos por haber sido muy prudente..
No. Sólo te puedo decir eso, querid@ compi.
Y te lo dice una republicana que está deseando que los Borbones hagan las maletas.
Pero con el primo estáis muy equivocados.
En serio
 
No. Sólo te puedo decir eso, querid@ compi.
Y te lo dice una republicana que está deseando que los Borbones hagan las maletas.
Pero con el primo estáis muy equivocados.
En serio

Por qué no nos explicas lo equivocadas que estamos???
DRC es la persona mas valiente de España, no hay NADIE que se haya atrevido a contar lo que él ha contado a los cuatro vientos.
Hoy es el NÚMERO UNO, nadie le ha quitado el lugar que ocupa.
 
Da igual que seas un negado para las armas, si quieres matar a alguien con una pistola lo haces. Amadeo Martinez Inglés hace un excelente análisis del presunto asesinato del hermano por parte de Juan Carlos I. Él cree que no se le disparó el arma y que fue a propósito y hace una explicación muy rigurosa.

Cito a Amadeo Martinez Inglés:

Y para llegar al fondo de la cuestión, sin dejarnos absolutamente nada en el tintero, vamos a empezar por las hipótesis que, sobre lo ocurrido, se han barajado todos estos años por parte de integrantes de la propia familia Borbón, de amigos y confidentes de los dos protagonistas de la tragedia, y también por periodistas que tuvieron acceso privilegiado a determinadas informaciones relacionadas con la misma. Estas hipótesis, que tratan sencillamente de explicar lo que es inexplicable, son básicamente tres, a saber: A) Juan Carlos apuntó en broma a Alfonsito y, sin percatarse de que el arma estaba cargada, apretó el gatillo. B) Juan Carlos apretó el gatillo sin saber que la pistola estaba cargada y la bala, después de rebotar en una pared, impactó en el rostro de Alfonsito. C) Alfonsito había abandonado la habitación para buscar algo de comer para Juan Carlos y para él. Al volver, con las manos ocupadas, empujó la puerta con el hombro. La puerta golpeó el brazo de su hermano Juan Carlos, quien apretó el gatillo involuntariamente justo cuando la cabeza de Alfonso aparecía por la puerta.

NNinguna de estas tres hipótesis podría ser tomada ni medianamente en serio por analista o experto que se precie. Son sólo eso, hipótesis rebuscadas, infantiles e inconsistentes para cualquiera que sepa algo de armas; explicaciones familiares interesadas para tratar de cubrir con un manto de duda la verdad, la auténtica realidad de unos hechos que, de haber sido investigados y aclarados como se supone se debe hacer en un Estado moderno y europeo, se hubieran substanciado con toda seguridad con graves responsabilidades penales para el entonces infante y heredero de Franco, in pectore, Juan Carlos de Borbón. Pero la inconsistencia o no de cada una de estas hipótesis (justificaciones familiares, más bien para mentes ingenuas) las va a poder apreciar personalmente el lector en cuanto «haga suyas» las razones, esencialmente técnicas pero también históricas o de simple sentido común, que a continuación, en las páginas que restan del presente capítulo, voy a exponer lisa y llanamente. Vayamos con ello. El cadete Borbón tenía en su haber en el momento del extraño «accidente» (29 de marzo de 1956) nada menos que seis meses de instrucción militar intensiva (de septiembre de 1955 a marzo de 1956) y otros seis meses previos de instrucción premilitar (de enero a junio de 1955). A lo largo de los dos primeros trimestres de su estancia en la Academia General Militar de Zaragoza recibió, como todos y cada uno de los cadetes de 1.º curso, una metódica instrucción de tiro con toda clase de armas portátiles (pistola, mosquetón, granada de mano, subfusil automático, fusil ametrallador...) con el fin de estar en condiciones de prestar servicio de guardia de honor en la Academia, una actividad tradicional de gran prestigio y solemnidad dentro de las obligaciones docentes en el primer centro de enseñanza militar de España.

Juan Carlos de Borbón conocía pues, en la Semana Santa de 1956, el uso y manejo de cualquier arma portátil del Ejército español y por lo tanto, con más seguridad, el de una sencilla y pequeña pistola semiautomática como la STAR de 6,35 mm (o calibre 22, en su caso concreto), en cuya posesión estaba, según todos los indicios, desde el verano de 1955. ¿Cómo se le pudo disparar entonces esa pequeña pistola, apuntando además a la cabeza de su hermano Alfonso, si además, previamente, tuvo que cargarla (introducir el cargador con los cartuchos en la empuñadura del arma), después montarla (empujar el carro hacia atrás y luego hacia delante, para que un cartucho entrara desde el cargador a la

recámara), a continuación, desactivar el seguro de disparo con el que estaba dotada, y finalmente, presionar con fuerza el disparador o gatillo (venciendo las dos resistencias sucesivas que presenta, claramente diferenciadas) para que entrara en fuego? Es prácticamente imposible, estadísticamente hablando, que a un militar medianamente entrenado se le escape accidentalmente un tiro de su arma si sigue el rígido protocolo aprendido en la instrucción correspondiente. Por ejemplo, en el caso de una pistola semiautomática (repito ordenadamente los conceptos que acabo de exponer para mejor comprensión del lector) es el siguiente:

1.º Introducir los cartuchos en el cargador.
2.º Colocar el cargador en su alojamiento de la empuñadura. 3
.º Montar el arma desplazando el carro hacia atrás y hacia delante, para que el primer cartucho entre en la recámara.
4.º Desactivar el seguro o seguros (normalmente dos o tres) de los que dispone.
5.º Apuntar el arma con precisión y sujetarla con fuerza si se quiere dar en el blanco, puesto que el retroceso del cañón (y por ende, de la pistola) dificulta mucho el éxito del disparo.
.6º Apretar con fuerza el disparador de la pistola (vulgo, gatillo) venciendo las dos resistencias sucesivas que presenta para lograr, finalmente, que el disparo se efectúe.

¿Verdad que no es tan sencillo y rápido disparar una pistola? Pues claro que no, y es por ello por lo que a cualquier persona que conozca las armas y su manejo (como era el caso de Juanito) le resulte casi imposible equivocarse y que se le dispare una pistola sin querer. Una pistola se dispara cuando el que la maneja quiere y siempre que haya efectuado el protocolo de disparo antes señalado. Y una vez disparada, es muy difícil (prácticamente imposible) que el proyectil, sobre todo en los de pequeño calibre, se aloje en la cabeza de una persona causándole la muerte o daños irreparables si previamente el arma no ha sido apuntada con precisión a ese blanco humano, ya que el número de posibles líneas de tiro es sencillamente infinito. A no ser, claro está, que se dispare al albur contra una masa humana cercana. Tanto es así, que en mis cuarenta años de profesión militar no he conocido un solo caso, ni uno tan siquiera, de que a un recluta, y mucho menos a un soldado veterano, se le disparase accidentalmente su arma y matara o causara lesiones graves a un compañero. Ni un solo caso, jamás, y eso que he tenido más de veinte destinos en el Ejército español y la mayoría de ellos en unidades muy operativas o de élite. Únicamente, estando destinado como jefe de Estado Mayor en la Brigada de Infantería de Zaragoza, fui testigo de un pequeño accidente doméstico cuando una bala se alojó en el suelo del salón de mi domicilio, ubicado encima del cuerpo de guardia, procedente del fusil CETME de un soldado que al pasar la correspondiente revista de armas tenía un cartucho en la recámara y al apretar el disparador, por orden expresa de su jefe, salió rauda en busca de mi modesta persona (o de alguna otra de mi familia) con un ángulo de tiro de 90 grados. Pero este disparo fortuito (que por ocurrir escasos días después del famoso 23-F provocó de inmediato en mi esposa un desgarrador alarido de pánico, comparable, sin duda, al lanzado por los señores diputados en el Congreso cuando Tejero se lió a tiros con el techo del hemiciclo) de accidente no tuvo nada, sino de viciosa práctica común de los segundos jefes de las guardias de prevención de los cuarteles de toda España. Esos, como malsana y antirreglamentaria norma, después de pedir a sus soldados que quitaran el cargador de su arma, ordenaban a continuación apretar el gatillo para asegurarse expeditivamente que ninguno de ellos se iba al dormitorio con un cartucho en la recámara de su fusil de asalto

Lo que sí he conocido, por supuesto, y muchas veces de cerca, han sido bastantes casos de suicidios, homicidios, asesinatos y lesiones irreversibles causadas por reclutas, soldados, e incluso mandos, en la persona de algún compañero o superior (normalmente con una estrecha relación con ellos) que en principio fueron presentados por sus jefes más inmediatos como «desgraciados accidentes» en el curso de la limpieza del arma o jugando con sus compañeros y, que, tras unas someras investigaciones decretadas por la superioridad, devinieron 92 enseguida en acciones delictivas premeditadas y preparadas de antemano por el causante de la desgracia. Pero siempre, para preservar el honor y el buen nombre de la Institución castrense y paliar en lo posible el dolor de los deudos de las víctimas, seguirían siendo consideradas, a pesar de la investigación realizada, como desgraciados «accidentes laborales» sin, obviamente, responsabilidad alguna para sus causantes.

utiliza un arma esté dispuesto a dispararla, ésta entre en fuego. Yo por lo menos no he conocido ningún caso (los que llegaron a mí no resistieron la más somera de las investigaciones) de un accidente de verdad; y mucho menos a cargo de un soldado con instrucción básica de tiro, de un mando con instrucción superior o, como era el caso del príncipe Juan Carlos, de un caballero cadete de la AGM de Zaragoza con seis meses de instrucción intensiva. No quiero negar al 100% la posibilidad de que en Estoril ocurriera lo nunca visto y que, efectivamente, el diablo le jugara una mala pasada al díscolo Juanito de nuestra historia en forma de desgraciado o extraño accidente mientras se entretenía («jugaba», según el manido argot familiar) con su hermano disparando la pistolita de marras. ¡Por favor, un cadete del Ejército español, con 18 años de edad, jugando a pegar tiros de los de verdad en la habitación de su hermano pequeño! Pero en este caso existen abundantes indicios racionales, muy claros para un experto militar, que apuntan a lo contrario, a que el arma fue disparada a sabiendas de lo que podía ocurrir. Y que, indefectiblemente, ocurrió lo peor... Las dos personas que intervinieron en este distinguido «juego de niños» de Villa Giralda (como lo denomina en sus Memorias Dª María de las Mercedes, condesa de Barcelona y madre de los «jugadores»), en marzo de 1956, no eran ya unos niños y, por supuesto, aquello no tuvo nunca nada de juego. Juan Carlos tenía ya (no me cansaré de repetirlo, pues todavía no me cabe en la cabeza, como historiador militar, que la persona que ha ocupado durante más de treinta años la Jefatura del Estado español, bien es cierto que sin un mérito especial por su parte si hacemos abstracción de su nacimiento y de los intereses políticos del franquismo, cometiera semejante estupidez en su juventud y encima sin querer afrontar la responsabilidad consiguiente) 18 años bien cumplidos. Era todo un caballero cadete de la Academia General Militar, un hombre con seis meses de instrucción académica (que incluye todo tipo de ejercicios de fuego real con armas de guerra mucho más sofisticadas que una simple pistola de 6,35 mm) y otros seis de instrucción premilitar en el palacio de Montellano, donde, por lo menos en teoría, le darían clases de tiro sus profesores castrenses.

El infante Alfonso tampoco era un niño, tenía 14 años y una inteligencia privilegiada. Había dado muestras hasta entonces de una gran estabilidad emocional y suma prudencia, por lo que era el preferido de su padre, el conde de Barcelona, que, según algunos de sus biógrafos, pensaba nombrarle en el futuro su heredero dinástico si su hijo mayor, Juan Carlos, cedía en demasía a los oropeles del franquismo y abandonaba la tutela paterna en busca de un atajo al trono de España. ¿Tendría esto último algo que ver con las extrañas circunstancias de su muerte? La Historia dirá, en su momento, la última palabra. Seguro. La pistola causante de la tragedia, para más inri, había vuelto a poder de Juanito el mismo día de autos en contra de las instrucciones de su padre, que había «decretado» su guardia y custodia bajo llave en un secreter del salón de la casa. Con muy buen criterio lo hizo ante la irresponsabilidad manifiesta de su propietario, que se había dedicado, en las jornadas precedentes al luctuoso hecho de Jueves Santo, a efectuar ejercicios de fuego real por las calles cercanas a su domicilio.

Concretamente el día anterior, Miércoles Santo, los dos hermanos habían tomado como blanco de sus «juegos infantiles» las farolas de alumbrado público de su propia calle. Todo un despropósito, se mire como se mire. Pero la pistola, la tarde en la que murió Alfonso, no fue cargada con toda seguridad por el diablo sino por el propio Juan Carlos, ya que el arma era de su propiedad y su hermano no tenía por qué conocer su manejo. Asimismo, la pistola, con toda seguridad también, sería montada por Juanito que, lógicamente, ejercería en estos «juegos» como propietario y como militar profesional que era, de maestro de ceremonias. La teoría de que una bala podía estar ya alojada con anterioridad en la recámara y precipitar anómalamente el disparo fatal, no se puede sostener ante experto alguno, pues un seguro (un diente metálico situado en la parte superior de la corredera de prácticamente todas las pistolas que se fabrican en el mundo) alerta claramente si la recámara está ocupada y, además, por esa sola causa no podía desencadenarse el disparo fortuito.

Tengamos compasión de Felipe de Borbón, reconozcamos que luce bien en las fotos y descorre las cortinas que da gusto. :cautious::(

Para ser un negado en el uso de las armas atinó muy bien eliminando así a su hermano. Hasta su padre, el Conde de Barcelona, le hizo jurar que no lo había hecho a adrede.
 
Por qué no nos explicas lo equivocadas que estamos???
DRC es la persona mas valiente de España, no hay NADIE que se haya atrevido a contar lo que él ha contado a los cuatro vientos.
Hoy es el NÚMERO UNO, nadie le ha quitado el lugar que ocupa.
Yo tengo otro concepto de la valentía.
Para mí valiente hubiera sido plantarse , ser fiel a sus ideas republicanas y no participar en la petición de mano, por ejemplo, rodeado de toda esa gente a la que detesta.
Participar del circo y luego empezar a despotricar cuando ve que no se puede aprovechar como creía de ser primo de la princesa...para mí es ser mezquino. No valiente.
Lo siento. Diferencia de opiniones.
Te puedo asegurar que más de una y dos personas me han contado lo ufano que estaba hablando de su nuevo "primo".
Coherencia. En esta vida hay que tener coherencia.
Pero esa es mi opinión y la expongo. No pretendo convencer a nadie.
Cada uno tiene sus principios
 
Yo tengo otro concepto de la valentía.
Para mí valiente hubiera sido plantarse , ser fiel a sus ideas republicanas y no participar en la petición de mano, por ejemplo, rodeado de toda esa gente a la que detesta.
Participar del circo y luego empezar a despotricar cuando ve que no se puede aprovechar como creía de ser primo de la princesa...para mí es ser mezquino. No valiente.
Lo siento. Diferencia de opiniones.
Te puedo asegurar que más de una y dos personas me han contado lo ufano que estaba hablando de su nuevo "primo".
Coherencia. En esta vida hay que tener coherencia.
Pero esa es mi opinión y la expongo. No pretendo convencer a nadie.
Cada uno tiene sus principios

Evidentemente que no me has convencido, es un argumento 100% demagógico que no se sostiene.
Confundes churras con merinas.
Si también le iba, es absurdo que rompiese la amistad, hubiese seguido recibiendo los favores de la prima como ocurre con pío, pío, termita etc...
Por supuesto que cada uno tiene sus principios, los de DRC son impolutos repetidamente demostrados, que NO los de otros.
 
Evidentemente que no me has convencido, es un argumento 100% demagógico que no se sostiene.
Confundes churras con merinas.
Si también le iba, es absurdo que rompiese la amistad, hubiese seguido recibiendo los favores de la prima como ocurre con pío, pío, termita etc...
Por supuesto que cada uno tiene sus principios, los de DRC son impolutos repetidamente demostrados, que NO los de otros.
Me parece perfecto que compartas sus "principios". Yo no.
La mezquindad y la venganza no me parecen propios de la buena gente. En absoluto.
Le iba muy bien. Claro que le iba muy bien. Estaba encantado! Pero... quiso más.
Le pudo la ambición . Tensó demasiado la cuerda. Y no me parece que la prima tuviera un carácter como para que la sometieran a exigencias. Imagina siendo princesa!!!!!!
No confundo nada y no pretendo convencerte de nada.
Expongo mi opinión.
Que te guste o no es algo que, francamente, me es indiferente.
 
Me parece perfecto que compartas sus "principios". Yo no.
La mezquindad y la venganza no me parecen propios de la buena gente. En absoluto.
Le iba muy bien. Claro que le iba muy bien. Estaba encantado! Pero... quiso más.
Le pudo la ambición . Tensó demasiado la cuerda. Y no me parece que la prima tuviera un carácter como para que la sometieran a exigencias. Imagina siendo princesa!!!!!!
No confundo nada y no pretendo convencerte de nada.
Expongo mi opinión.
Que te guste o no es algo que, francamente, me es indiferente.

"francamente, me es indiferente"
No te será tan indiferente cuando has venido con el cubo de basura.
Si hubiese habido una sola cosa ilegal en la que DRC hubiese estado implicado, hubiera sido portada de todos los medios de comunicación y tertulias durante meses, posiblemente ha sido la persona mas investigada de España y no han encontrado NADA.
 
"francamente, me es indiferente"
No te será tan indiferente cuando has venido con el cubo de basura.
Si hubiese habido una sola cosa ilegal en la que DRC hubiese estado implicado, hubiera sido portada de todos los medios de comunicación y tertulias durante meses, posiblemente ha sido la persona mas investigada de España y no han encontrado NADA.
O me he explicado mal o no te has enterado.
Con lo de que " ne es indiferente" me refiero al hecho de que estés o no de acuerdo conmigo.
Yo no he dicho que haya hecho NADA ILEGAL.
Por favor, lee bien lo que escribo.
Símplemente me parece igual que su prima. Ambicioso, arribista y con pocos escrúpulos.
No quiero alterarte y parece que el tema te afecta demasiado.
Vamos a dejarlo en que tenemos visiones diferentes.
Si me vuelves a citar, te ruego que no manipules lo que digo ni me adjudique cosas que, en ningún caso, he escrito.
Gracias
 

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