Curarse en salud

El queso emmental que ayuda a curar enfermedades del intestino
Científicos franceses han desarrollado un producto experimental que tendría la capacidad de aliviar y prevenir las enfermedades inflamatorias intestinales


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Queso emmental. (iStock)


Verónica Mollejo

Sab, 13 Oct 2018


Fue en 1815 cuando abrió sus puertas en Suiza la primera fábrica de queso de la historia y desde entonces este suculento manjar conquistó aún más paladares en cada rincón del mundo, tal y como venía haciendo desde que se fermentara leche y se creara el queso. Y no es de extrañar, pues existen quesos de todos los colores, formas y sabores, más de 2.000 variedades adaptadas a los gustos del consumidor. Sin embargo, como ocurre con cualquier otro alimento, el queso siempre ha estado asociado a un sinfín de riesgos y beneficios para la salud.

Su alto contenido en calcio y vitamina D choca de frente con la grasa altamente saturada que también forma parte de su composición y que está relacionada con enfermedades cardiovasculares, el aumento de peso o la hipercolesterolemia. No obstante, por suerte para los amantes del queso, un grupo de investigadores ha descubierto un poder oculto que podría cambiar el curso de la medicina. ¿En qué consiste semejante hallazgo?

El mejor amigo de nuestro intestino
Los investigadores del Instituto Nacional de Investigación Agronómica (INRA) de Rennes, en Francia, han desarrollado un queso experimental que tiene la capacidad de aliviar enfermedades inflamatorias del intestino, es decir, trastornos crónicos que ocasionan a menudo dolor abdominal, fiebre, síndrome rectal, pérdida de peso o diarrea crónica. Dolencias que suelen aparecer principalmente entre los 15 y los 35 años, tanto en hombres como en mujeres y que influyen notablemente en los hábitos de vida del paciente.

La enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa son las enfermedades inflamatorias del intestino más recurrentes y suelen estar relacionadas con factores genéticos, inmunológicos y ambientales; aunque las causas principales todavía se desconocen. Una ignorancia que, afortunadamente, no afecta a su tratamiento.


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Foto: iStock.



Afortunadamente, siguiendo las precauciones pertinentes y sustituyendo esta clase de quesos por otros mucho más saludables, como el queso fresco o el requesón, los riesgos se reducen notablemente. Dejando únicamente el protagonismo a los beneficios que también acompañan a dicho alimento. Eso sí, siempre y cuando no se consuma en exceso.

  • “El queso es una de las principales fuentes de calcio, un mineral fundamental para la salud de los huesos y de los dientes, además la absorción del calcio se ve favorecida por la proteína que contiene el queso”, explican desde la Quesería La Antigua.
  • Su proteína de alto valor biológico y la ausencia casi total de lactosa convierten el queso en un alimento de fácil digestión. “Además, la poca lactosa que pueda quedar se fermenta durante la maduración del queso”, añaden desde el portal Web Consultas.
  • Como ya sabemos, el queso es rico en calcio y vitamina D, dos sustancias que son de gran ayuda en la lucha contra la osteoporosis y otras enfermedades de los huesos.
  • Numerosos estudios en la materia han demostrado que el queso puede prevenir la aparición de caries. Al parecer, la gran cantidad de calcio que posee reduce la placa bacteriana, estimula la producción de saliva y mantiene la boca limpia de forma natural.
  • Favorece la producción de leche materna en las mujeres embarazadas y disminuye los síntomas del síndrome premenstrual.
  • “El queso nos ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, por lo que aumentan nuestras defensas contra las enfermedades”, concluyen desde la Quesería La Antigua.


Los científicos se han dado cuenta de que podría atenuar los efectos secundarios de la quimioterapia


Los miembros de la unidad de investigación conjunta de Ciencia y Tecnología de la Leche y el Huevo de la INRA han identificado y aislado tres cepas de bacteriasconocidas como propiónicas, responsables de crear un ácido biológico natural que mejora la salud del intestino y se utilizan en el sector agroalimentario y la tecnología quesera, sobre todo en la producción de queso tipo emmental. Estas bacterias propiónicas están detrás del origen de la fermentación y de los agujeros que caracterizan dicha variedad de queso. Sin embargo, su mayor poder recae sobre su acción antiinflamatoria, que influye de manera positiva en la digestión y la permeabilidad del intestino.

“Le pedimos a una empresa de la Bretaña francesa que fabricase un queso emmental a partir de las tres cepas de bacterias seleccionadas”, explica Gwenaël Jan, director de la investigación, en declaraciones recogidas por el medio francés 'Le Parisien'. A partir de entonces, las pruebas realizadas con ratas han confirmado la capacidad de este queso para frenar y prevenir las patologías antes expuestas. “También nos dimos cuenta de que podía atenuar los efectos secundarios de la quimioterapia”, añade. Por el momento, la patente ya ha sido registrada y el equipo trabaja en un ensayo clínico con pacientes del hospital de Rennes. ¿Conseguirán finalmente dar con una cura para las enfermedades inflamatorias del intestino?

Otros beneficios del queso
Como ya hemos visto anteriormente, el queso es un alimento que está acompañado de multitud de efectos a favor o en contra del organismo. La mayoría de quesos poseen un elevado contenido en sodio, que los convierte en un ingrediente perjudicial para las personas con hipertensión arterial. Además, también son ricos en aminas, unos compuestos nitrogenados que aparecen en algunos alimentos fermentados y que actúan como señales químicas en el cuerpo, dando lugar a subidas de la tensión arterial, erupciones cutáneas o dolor de cabeza.

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Por qué es tan bueno tomar el aceite de oliva virgen en ayunas

Los beneficios de este producto recuerdan que el tesoro de los países mediterráneos está en nuestra dieta diaria. Pero ¿es cierto que conviene tomarlo antes de desayunar?



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Aceite de oliva virgen extra. (iStock)

Patricia Matey


No es ninguna primicia contar que la dieta mediterránea, cuyo 'prospecto' se basa en el consumo de verduras, frutas, cereales, legumbres, pescado y, cómo no, aceite de oliva virgen extra (AOVE), ha contribuido al aumento de la esperanza de vida de los europeos del sur. Italianos y españoles, por ejemplo, consumen alrededor de 13 litros de aceite de oliva por persona por año. Y si bien esta dieta parece desempeñar un papel importante en la salud, es el uso de AOVE, en concreto, el principal ingrediente que contribuye a la longevidad y al bienestar de ciertas poblaciones.

Nuria Rosique, dietista nutricionista de la Unitat de Nutrició Humana de la Universitat Rovira i Virgili, del Ciberobn (Centro Biomédica en Red, Obesidad y Nutrición), recuerda: "Las evidencias científicas de los beneficios del aceite de oliva cada vez son más palpables".

"Hemos oído hablar de los beneficios del aceite de oliva, consumido en ayunas; hoy los estudios lo corroboran"



¿Pero dependen sus efectos del momento de su consumo? Alimente ha consultado con varios especialistas para conocer de cerca si, realmente, la 'vieja leyenda' de que tomarlo en ayunas es más beneficioso es real o no.


José Ramón Llorente, del Centro de Nutrición Ortomolecular y terapias naturales y presidente de la Sociedad Española de Nutrición Ortomolecular en Valencia, reconoce: "En la cultura popular todos hemos oído hablar de los beneficios del aceite de oliva, consumido sobre todo en ayunas, hoy podemos acompañar esta opción con los resultados de estudios que así lo corroboran". Recalca este especialista que sus virtudes son:

Es antiinflamatorio y ayuda a adelgazar
"Para el aparato digestivo y el hígado, su consumo en ayunas reduce la acidez gástrica, porque forma una película en la pared gástrica, favorece el tránsito intestinal, mejora la absorción de nutrientes, sobre todo calcio, magnesio, zinc y vitaminas del grupo B, optimiza el trabajo del hígado, la vesícula biliar y el páncreas. A nivel cardiovascular, disminuye el colesterol 'malo' y aumenta el 'bueno', además de que permite reducir la grasa abdominal y su carga en polifenoles hace que sea un potente antioxidante".

El experto agrega que "facilita la pérdida de peso, gracias a una sustancia denominada oleiletanolamida, sintetizada en el intestino a partir del ácido oleico y que tiene un conocido efecto saciante. Sin olvidar una reconocida acción antiinflamatoria, gracias a un compuesto orgánico denominado oleocantal, probado con resultados muy exitosos en tumores del tracto digestivo".



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Foto: iStock.


El aceite de oliva tomado en ayunas "debe ser de alta calidad, virgen extra y de primera presión en frío, cuanta más calidad, más riqueza en polifenoles y nutrientes. Su consumo no está limitado ni por edad ni por condición fisiológica alguna; de hecho debería estar presente en nuestra dieta de forma habitual", apostilla.

Para la investigadora Rosique, es importante tener en cuenta que las evidencias científicas del aceite de oliva también se extienden a su ingesta a lo largo del día. Explica que "entre los principales beneficios contrastados está su efecto sobre la salud cardiovascular, por su capacidad para reducir el colesterol total o aumentar el colesterol HDL (el llamado colesterol bueno). También ayuda a regular la tensión arterial, mejora el control de la glucosa y el riesgo de diabetes. Pero es muy importante que su consumo sea habitual. Las recomendaciones propias de la dieta mediterránea indican, para los adultos, tomar al menos cuatro cucharadas soperas al día".

Se van descubriendo nuevos beneficios
Estudios recientes indican, además, que "estas dosis se asocian a un menor riesgo de sufrir cáncer de mama, alzhéimer y fracturas óseas. Pese a que se compone casi del 100% de grasa, no se asocia en sí mismo con un aumento del peso corporal. Todo lo contrario, sí al mantenimiento del mismo a largo plazo", afirma la especialista.

De la misma opinión se muestra Julieta de la Morena, farmacéutica y dietista nutricionista: "El AOVE tiene efectos beneficiosos sobre la salud cardiovascular. Ya en el año 1954 Keys y más adelante Anderson y Grande publicaron las ventajas de estas grasas en detrimento de otras que entonces se consumían, como el aceite de girasol, y se empezó a hablar de la dieta mediterránea. Tiene un alto contenido de ácidos grasos monoiinsaturados (AGMI), de los cuales el más importante es el oleico. Además, los tocoferoles que contiene, de los cuales la vitamina E es el más activo biológicamente, gozan de un gran poder antioxidante".

El AOVE aporta beneficios independientemente de cuándo se consuma, siempre que sea en crudo


Insiste De la Morena en que "el AOVE es, además, el único que sirve para la conservación de otros alimentos debido mayoritariamente a los compuestos fenólicos más que a la vitamina E, ya que hay otros aceites de semillas con mayor concentración de la misma y, sin embargo, no sirven para ello. Dependiendo de su variedad, grado de madurez de la aceituna, condiciones de clima y suelo tendrán más o menos polifenoles. Y los que más poseen son el aceite de oliva virgen y el AOVE".

Una de las buenas noticias es que da igual su momento de consumo. De hecho, aunque hay datos sobre sus efectos en ayunas, "faltan estudios científicos que hayan evaluado esta cuestión específicamente, por lo que no se puede, de momento, hacer recomendaciones generales al respecto. El aceite de oliva, principalmente en su versión virgen extra, aporta beneficios independientemente de cuándo se consuma", documenta Nuria Rosique.

Corrobora esta afirmación la nutricionista De la Morena: "El AOVE ha demostrado sus propiedades nutricionales en ayunas o en una tostada de pan en el desayuno siempre y cuando sea en crudo. Sí, en cambio, se sabe que puede contribuir a paliar el estreñimiento dado que puede tener un ligero efecto laxante tomado en ayunas".



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Foto: iStock.



Por lo tanto, lo importante son las cualidades que distinguen a los distintos tipos de aceite de oliva, a lo que los expertos responden: "El aceite de oliva de cualquier variedad aporta varios beneficios a la salud dado su perfil lipídico rico en ácidos grasos monoiinsaturados. Estos pueden llegar a constituir hasta un 83% del total de lípidos, si bien la cantidad depende de factores como la variedad de la aceituna, su maduración y las condiciones climatológicas. Sin embargo, se ha demostrado que el aceite de oliva virgen extra en particular es la variedad que mayores beneficios ofrece para la salud. ¿Por qué? Por una pequeña fracción en su composición de unos compuestos llamados polifenoles (antioxidantes)", recuerda Rosique.

Como su nombre indica, "protegen nuestras células de la oxidación. De ahí que las recomendaciones sobre su consumo se centren en la variedad virgen extra y se promocione su uso preferentemente en crudo o con la mínima exposición a procesos de cocinado para evitar comprometer estos compuestos antioxidantes tan beneficiosos para la salud. Por lo tanto, remitiéndonos al refranero popular recordemos que 'para virgen extra, del olivo a la prensa y de la prensa a la despensa'", añade.

Su indicación, además, no está sujeta a 'cumpleaños'. "El aceite de oliva virgen extra es un alimento enormemente saludable y recomendable para cubrir parte de las necesidades nutricionales de grasas en todas las etapas de la vida: desde la introducción a la alimentación complementaria en el bebé, pasando por su infancia y adolescencia, y durante la edad adulta y la vejez. Además, su alta palatabilidad y aporte gastronómico a los platos hacen de él un recurso culinario que aumenta el valor de nuestra dieta, favorece el consumo de verduras contribuyendo a una dieta saludable en todas las edades", apostilla Rosique.

Cómo rentabilizarlo
Para sacarle el máximo provecho, apunta la experta, hay que saber que "especialmente el virgen extra es idóneo para consumirlo en forma de aderezos para verduras y hortalizas en crudo o cocinadas, así como en preparaciones tan saludables como el tradicional sofrito de tomate y cebolla, o con el pan para un desayuno. De hecho, en el caso del sofrito, ayuda a la absorción de vitaminas liposolubles (vitaminas que necesitan un medio graso para absorberse)".

Su consumo "se recomienda principalmente en crudo dado su alto contenido en vitaminas y compuestos antioxidantes. Sin embargo, también es muy recomendable en cualquier preparación culinaria como los rehogados o sofritos e, incluso, en frituras. Si bien el aceite de oliva virgen extra se caracteriza por un bajo punto de humo (la temperatura a la que el aceite comienza a humear y por encima de la cual el aceite se quema). Sus compuestos antioxidantes hacen que resista más ciclos de fritura que otros aceites. Por lo que, usado correctamente, es recomendable para todas las preparaciones culinarias", documenta.



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Foto: iStock.


Dados sus numerosos beneficios saludables y los requerimientos nutricionales de grasas que nuestro organismo necesita diariamente no es deseable que su consumo se elimine por completo de la dieta habitual en personas con sobrepeso u obesidad. "Es una grasa saludable que contribuye de forma importante a que la dieta sea variada y equilibrada y, además, agradable y apetitosa al paladar", agrega.

Por ello, como aclara Julieta de la Morena, "en el caso de seguir una dieta de pérdida de peso se recomienda no superar las dos cucharadas. Hay que tener en cuenta que aunque es una grasa 'saludable' no deja de ser una grasa con un contenido calórico de 9kcal/g".

Diferencias con otros aceites
Por ejemplo, "el de coco tiene un alto contenido de ácidos grasos de cadena media, el principal es el ácido láurico. Esta grasa es bastante resistente a los procesos oxidativos, de ahí su uso para la elaboración de galletas y frituras. El de palma se utiliza principalmente en la elaboración de las margarinas vegetales sólidas a temperatura ambiente, el tipo de grasa es saturada y aguanta igual de bien la oxidación, por eso su elevado uso en la industria alimentaria, ya que no se enrancia fácilmente y mantiene las características organolépticas del producto. Por lo tanto, es de mayor durabilidad y sabor. Ambas grasas son saturadas en su mayoría, por lo que no son recomendables, aunque últimamente se están poniendo de moda", detalla.

¿Y los tipos de aceite de oliva?
Según la empresa Atelier Misha, productora de aceite de oliva extra virgen 100% variedad picual (la variedad que más se cultiva en España y que es el que goza de mayor estabilidad oxidativa, es decir, puede aguantar mejor las altas temperaturas y tardar más tiempo en enranciarse), existe una gran variedad de 'oro líquido' en el mercado. Entre ellos:

  • Aceite de oliva virgen. Se obtiene únicamente por métodos mecánicos de prensado en frío y se elabora con el primer prensado de las aceitunas y no se le aplica ningún tipo de calor para así aumentar la producción.
  • Aceite de oliva virgen extra. Considerado el de mayor calidad y mejor sabor ya que su grado de acidez o concentración de ácido oleico es cercana o incluso inferior al 1%. Uno de sus rasgos más característicos es su color verde intenso.


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Foto: iStock.


  • Aceite lampante. Su acidez es superior a los 3,3 grados y antiguamente se empleaba como combustible de las lámparas de aceite, de ahí deriva su nombre. No es apto para consumo, se debe refinar para que lo sea.
  • Aceite de oliva. Ya no está considerado como 'virgen'. Es de menor calidad por provenir de la mezcla de aceites refinados y aceites vírgenes. Aun así es apto para el consumo y debe tener un grado de acidez no superior al 1%.
  • Aceite de orujo de oliva. Es de menor calidad, apto para el consumo. No puede considerarse de oliva ya que es resultado de la mezcla de aceite de orujo refinado con el de oliva virgen. Debe tener un grado de acidez no superior al 1%.
Solo queda, por tanto, una única conclusión: "Pon aceite de oliva virgen extra en cada día de tu vida y en la de los tuyos".


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Para envejecer bien
Cinco superalimentos que alargan la vida y deberían estar en tu dieta
La lista de la compra ha cambiado. Estos son los superalimentos que has de empezar a añadir a tu dieta desde ya.

LAURA S. LARA
Lunes, 15 Octubre 2018,

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Una dieta completa es clave para gozar de buena salud.


Por mucho que nos cuenten, no existen alimentos mágicos que nos aseguren una salud de hierro. Tampoco hay sustento alguno que frene el envejecimiento como si tal cosa, pero sí conocemos productos naturales muy ricos en nutrientes que tienen un poderoso efecto sobre la salud humana. Son los llamados superalimentos. Los superfoods son en su mayoría alimentos crudos más densos en nutrientes que los procesados y cocinados. Ricos en enzimas, vitaminas, minerales, fitonutrientes y fitoquímicos que nos ayudan a protegernos contra las enfermedades. Su alto contenido en antioxidantes tiene además un amplio potencial terapéutico, propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias.

En líneas generales, llevar una dieta rica y variada nos encamina hacia una mayor esperanza de vida. Este es el único secreto de la longevidad. Frutas, verduras, cereales y legumbres, aceite de oliva, frutos secos y pescados ricos en omega 3, son los productos con los que los profesionales nos recomiendan llenar nuestra despensa en los países del Mediterráneo. Y es que está comprobado que nuestra dieta es una especie de ‘fuente de la eterna juventud’. Los mediterráneos tenemos una esperanza de vida superior a la de otros lugares del planeta, y se debe en gran medida a nuestra cultura alimenticia.

Todos sabemos que la cáscara de los cítricos, sobre todo del limón, contiene un componente llamado limoneno cuya propiedad y función más importante es la de reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, degenerativas, e incluso el cáncer. Las coles, los berros, la coliflor y el brócoli contienen sulforano, un agente cuya misión es eliminar los elementos cancerígenos que se desarrollan en los tumores malignos.

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Frutas, verduras, frutos secos...alimentos que nos ayudan a tener buena salud.


Por su parte, la piel de las uvas, arándanos y frambuesas contienen un elemento crucial, el resveratrol, que actúa sobre las enzimas que se encargan de regular los genes que desencadenan o protegen contra determinadas enfermedades. Nuestro querido tomate es rico en licopeno, un potente antioxidante que ayuda a protegernos contra el cáncer, al tiempo que regula la circulación sanguínea y reduce considerablemente los problemas cardiovasculares. Y el alto contenido en quercetina de la cebolla tiene la capacidad de proteger el hígado, actuar como vasodilatador y como un potentísimo antioxidante.

Al respirar metabolizamos el oxígeno generando los famosos radicales libres, responsables del envejecimiento y de algunas enfermedades asociadas al cáncer y a los problemas cardiovasculares. Para luchar contra la oxidación o al menos intentar retrasar sus efectos, la dieta mediterránea dispone de estos y otros muchos alimentos que ya deberían ser básicos en nuestra dieta diaria, pues nos ayudan a tener una vida más sana y más larga, pero también podemos potenciarla introduciendo superalimentos que aporten al cuerpo la nutrición que necesita para un funcionamiento óptimo y para prevenir el desarrollo de ciertas enfermedades y condiciones debilitantes.

Los nuevos imprescindibles
"Todos vamos a envejecer, pero podemos escoger hacerlo bien, de manera saludable y a su debido momento”, explica la coach nutricional Beatriz Larrea. Según su propia experiencia, la pregunta que deberíamos hacernos es: “¿Queremos sentirnos bien durante un mes, o para siempre?".

Si la respuesta es para siempre, el consejo de la experta es empezar ya mismo a introducir superalimentos en nuestro día a día. “Estos cinco superfoods básicos nos ayudarán a limpiar el cuerpo y nos proporcionarán los antioxidantes, vitaminas y minerales que el cuerpo necesita para funcionar correctamente”. Es el primer paso.

Camu camu: Del arbusto que crece en la selva amazónica de Perú, Brasil, Colombia y Venezuela sale el alimento con mayor cantidad de vitamina C del planeta. Tiene entre 30 y 60 veces más vitamina C que una naranja. Una cucharadita contiene 1.180% de la dosis recomendada (RDA). La vitamina C fortalece el sistema inmunológico, sintetiza el colágeno y le da elasticidad a la piel. También es un fuerte antioxidante. Aporta minerales, betacaroteno y mucho potasio.

Té matcha: El centenario té verde molido empleado en la ceremonia japonesa del té acelera el metabolismo y ayuda a quemar calorías, desintoxica el cuerpo de manera efectiva y natural, calma y relaja, mejora el humor y ayuda a la concentración. Aporta vitamina C, selenio, cromo, zinc y magnesio, ayuda a combatir virus y bacterias, a bajar el colesterol y los niveles de azúcar en sangre. En cuestión de antioxidantes y valor nutricional, una taza de té matcha equivale a 10 tazas de té verde.

Granada: El atractivo fruto del granado, cultivado en el Mediterráneo desde la Antigüedad, aporta vitamina C, B1, B2 y potasio, tiene tres veces más antioxidantes que el vino tinto y el té verde, inhibe la síntesis del estrógeno con lo que contribuye a combatir el cáncer de mama, y además disminuye el colesterol y la presión arterial.

Açai: El fruto de la palmera que crece en estado silvestre al norte de Brasil, en especial en el Amazonas, tiene un nivel altísimo de antioxidantes, es rico en minerales, vitaminas y aminoácidos, contiene ácidos grasos esenciales (omega 3, 6 y 9).

Cacao: El oro más preciado del imperio maya proporciona magnesio, calcio y ayuda en la producción de serotonina. Además de tener muy buen sabor, es el alimento con más antioxidantes del mundo. No hay que confundir el cacao con el chocolate. El primero es un polvo natural y bajo en grasa que se obtiene de moler las nueces de cacao; el segundo una mezcla de ingredientes, muchos de ellos refinados, como el azúcar, las grasas y los derivados lácteos.


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Los alimentos con mayor poder antioxidante

Ana Durá
Mie, 17 Oct 2018

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Nueces, buenas para el corazón. (iStock)


Hipócrates, el famoso médico de la Antigua Grecia, tenía una máxima: "Que la comida sea tu alimento y el alimento, tu medicina". Esta afirmación dio en la diana, pues el tiempo no hace más que afirmar lo que él quizás tan solo intuía. Así, hoy sabemos que ciertos alimentos suponen todo un pasaporte a la longevidad o, por lo menos, a una vida más saludable si los incorporamos a nuestra dieta, pues rebosan antioxidantes. Por lo tanto, constituyen todo un regalo de la naturaleza que conviene aprovechar. A esto hay que añadir su increíble sabor e incluso la adicción que algunos provocan en el individuo. Por cierto, ya adelantamos que ninguno de ellos forma parte de los famosos superalimentos.


Tomate


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Foto: iStock.


Ese rico tomate con el que apuntalamos nuestros gazpachos veraniegos supone un gran aliado para la salud, pues es rico en licopeno, vitamina C y vitamina A. Por cierto, mucho mejor si lo tomamos frito pues, según una investigación realizada por expertos de la Universitat Politécnica de Valencia, "con el proceso de cocciónlogramos que se liberen muchas sustancias bioactivas y el organismo es capaz, así mismo, de absorberlas mucho mejor”, argumenta Ana Belén Heredia Gutiérrez, una de las autoras de este interesante estudio.


Brócoli

Según nos explican en la web Más brócoli, “su alto poder antioxidante se debe principalmente a los betacarotenos, isocianatos y la vitamina C. Todos ellos son antioxidantes que nos protegen frente a los radicales libres, causantes de los procesos de envejecimiento”. Respecto a la vitamina C, esta hortaliza anda bien surtida, puesto que una ración de 200 gramos contiene más de tres veces las recomendaciones diarias de dicho nutriente. Para rematar semejante ágape de antioxidantes podemos citar la luteína, un antioxidante esencial para la salud de los ojos y que, además, aporta una gran cantidad de glucosinolatos.

Chocolate negro


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Foto: iStock.


El cacao se extrae de una planta muy rica en polifenoles y, según diversas investigaciones, tiene beneficios muy dispares para nuestra salud. Así, nos protege del desarrollo de enfermedades crónicas como las cardiovasculares o la diabetes, e incluso puede ayudar a revertir las pérdidas de memoria vinculadas a la edad, tal y como decubrió un estudio publicado en la prestigiosa revista 'Nature Neuroscience' en 2014. Eso sí, conviene que nos decantemos por la versión más pura del producto, es decir, con un 70% de cacao en adelante.


Aceite de oliva virgen

Nuestro querido aceite de oliva no podía faltar en esta lista de alimentos recomendados. Aunque casi todos nos sabemos la lección, nunca viene mal recordarlo. Por lo tanto, conviene hacer un repaso de las excelencias de este aceitereconocido por su composición en ácidos grasos monoinsaturados como el ácido oleico, la vitamina E y los polifenoles, estos últimos con comprobadas propiedades antioxidantes. En definitiva, nos hallamos ante un producto que nos protege frente a problemas cardiovasculares y que tiene la capacidad de disminuir el colesterol malo (LDL) al tiempo que incrementa el bueno (HDL).

El ajo


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Foto: iStock.



Estamos ante otro 'must' de nuestra laureada dieta mediterránea. Ya sea el ajo blanco, el rojo o el negro, ¿hay razones para que no lo sustituyamos por el superalimento del momento? Muchas. En el caso del ajo negro, que introdujo con gran éxito el chef español Ferran Adrià tras quedar embelesado con su sabor en un restaurante de Osaka (Japón), nos hallamos ante una fuente rica en antioxidantes naturales, mejora el sistema inmunológico y resulta muy energético. A esto se suman sus cualidades antisépticas, antibióticas, diuréticas, digestivas y expectorantes.


Las uvas

Este alimento, que empieza a abundar en las fruterías con sus diversas variedades, es una fuente de resveratrol que destaca por sus propiedades preventivas en materia de enfermedades cardiovasculares y anticancerígenas. Además, en ellas se concentran flavonoides y taninos, que actúan como potentes antioxidantes.

La granada


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Una fruta cuya temporada concluye en noviembre y que se cultiva en abundancia en la zona de Alicante y Murcia. Si nos lanzamos a por ella, gozaremos de su gran poder antioxidante, además de los componentes que pueden ayudar a prevenir el cáncer de próstata y el alzhéimer. Así, esta fruta nos proporciona vitamina C y B2 y minerales como el potasio, el manganeso, el hierro y el calcio, al igual que betacarotenos y potasio.


Los frutos secos

España es una gran consumidora de frutos secos, pero si hemos de centrarnos en uno, quizás el protagonismo debería recaer sobre las nueces. No en vano, según se desprende de un estudio elaborado por la Universidad de Scranton, en Pensilvania(EEUU), este fruto es oro para nuestra salud: “Las nueces se encuentran por encima de cacahuetes, almendras, pistachos y otros frutos secos. Un puñado de nueces contiene casi el doble de antioxidantes que la misma cantidad del resto de frutos secos, pero, por desgracia, la gente no come muchas nueces”, explican.


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