Nosotros también hemos intentado criar a nuestro hijo con esta perspectiva de crianza con apego o disciplina positiva. Te puedo decir que hasta que cumplió los 4 años no parecía que sirviera de nada: lloros, rabietas, escenas, mal comportamiento en general... pero ahora, con casi 5 estamos viendo un cambio espectacular. Mi familia me pregunta qué hemos hecho para que cambie y no hemos hecho absolutamente nada. Simplemente el niño ha empezado a entender. Estoy convencida de que es fundamental saber a qué edad puedes pedirle ciertas cosas al niño. Siguiendo el ejemplo de la prima Rita, con 2 años no va a entender que le digas que espere para ir a por un juguete (obvio si no puedes ir pues no vas y ya está) pero con 4 ya lo entienden y se lo puedes decir con amabilidad y respeto, así el niño lo entiende, ve el respeto que le muestras y no hay conflicto. O con el tema del orden, hasta los 4 años no entienden bien qué está ordenado y qué no, para qué sirve ordenar etc, entonces, ¿para qué vas a pelear? Claro que es un hartazgo pero los primeros años son duros.
Para los primeros años de vida, hasta los 5 aproximadamente, y siempre dependiendo del temperamento del niño yo he recurrido a armarme de paciencia y cuando siento que voy a perderla le pido relevo a mi marido. Y viceversa, está claro.
También pienso que la disciplina positiva no se hace para tener niños modelo sino para tener adolescentes y sobre todo adultos sanos mentalmente.
Una cosa que me ayuda mucho para no perder el enfoque es leer o releer libros sobre este tema. Hace poco que me leí guía para padres y madres imperfectos que entienden que sus hijos también lo son. Me ha gustado mucho, me reconcilia con la maternidad esa perspectiva tan serena de confiar en tus hijos, en ti y en el amor. Cuando siento que estoy perdiendo el enfoque me leo algo de este estilo y vuelvo al camino que mejor me hace sentir conmigo misma. Un abrazo guapa!
Para los primeros años de vida, hasta los 5 aproximadamente, y siempre dependiendo del temperamento del niño yo he recurrido a armarme de paciencia y cuando siento que voy a perderla le pido relevo a mi marido. Y viceversa, está claro.
También pienso que la disciplina positiva no se hace para tener niños modelo sino para tener adolescentes y sobre todo adultos sanos mentalmente.
Una cosa que me ayuda mucho para no perder el enfoque es leer o releer libros sobre este tema. Hace poco que me leí guía para padres y madres imperfectos que entienden que sus hijos también lo son. Me ha gustado mucho, me reconcilia con la maternidad esa perspectiva tan serena de confiar en tus hijos, en ti y en el amor. Cuando siento que estoy perdiendo el enfoque me leo algo de este estilo y vuelvo al camino que mejor me hace sentir conmigo misma. Un abrazo guapa!