Siempre se dice que los problemas se solucionan hablando, pero no siempre es posible hablar, cuando la otra persona se niega a escuchar, cuando pone barreras, cuando evita el diálogo, cuando aplaza la conversación, cuando dramatiza, llora y amenaza con una subida de tensión o se dirige al botiquín a tomar algo o peor aún, amenaza con el su***dio, el diálogo es imposible y te vas tragando el problema. En esa situación terminas tirando la toalla y decides no volver a sacar el tema.
No solamente en una pareja, sino también entre hermanos, o con un padre, o con una amiga, vas teniendo un problema del que nunca puedes hablar, y lo malo es que ese problema un día estalla y la otra persona, que jamás te ha querido escuchar, te dice "¿Por qué no me lo dijiste antes?".
A lo largo de mi vida he topado con varias personas de este pelo, desde mi propia familia hasta amistades o alguna pareja que hacían totalmente imposible el diálogo.
Con el tiempo he aprendido que la comunicación no tiene por qué ser siempre verbal y que cuando una persona no quiere escuchar las palabras hay que hablarle con los hechos.
Aquí recuerdo a un amigo mío, que había una pesada que quería salir con el y siempre le estaba proponiendo:
- Juanjo, tenemos que quedar........Juanjo ¿vamos al concierto de Tal?......Juanjo, a ver cuando me invitas a cenar.......Juanjo por aquí, Juanjo por allá.
Hasta que un día Juanjo aceptó la cita pero no se presentó. Entonces ella le llamó:
- Juanjo, dónde estás, no has venido a la cita, llevo 20 minutos aquí esperando.
Y la respuesta de Juanjo:
- Pues eso es lo que va a pasar cada vez que quedes conmigo.
La pesada dejó de molestar a Juanjo.
No solamente en una pareja, sino también entre hermanos, o con un padre, o con una amiga, vas teniendo un problema del que nunca puedes hablar, y lo malo es que ese problema un día estalla y la otra persona, que jamás te ha querido escuchar, te dice "¿Por qué no me lo dijiste antes?".
A lo largo de mi vida he topado con varias personas de este pelo, desde mi propia familia hasta amistades o alguna pareja que hacían totalmente imposible el diálogo.
Con el tiempo he aprendido que la comunicación no tiene por qué ser siempre verbal y que cuando una persona no quiere escuchar las palabras hay que hablarle con los hechos.
Aquí recuerdo a un amigo mío, que había una pesada que quería salir con el y siempre le estaba proponiendo:
- Juanjo, tenemos que quedar........Juanjo ¿vamos al concierto de Tal?......Juanjo, a ver cuando me invitas a cenar.......Juanjo por aquí, Juanjo por allá.
Hasta que un día Juanjo aceptó la cita pero no se presentó. Entonces ella le llamó:
- Juanjo, dónde estás, no has venido a la cita, llevo 20 minutos aquí esperando.
Y la respuesta de Juanjo:
- Pues eso es lo que va a pasar cada vez que quedes conmigo.
La pesada dejó de molestar a Juanjo.