Cuadernos de Psicología.

La actitud de los hombres que más irrita a las mujeres
Psicología sin Reservas



- ¿De qué tratan tus libros? - Le preguntó un hombre a la escritora estadounidense Rebecca Solnit en una fiesta.
Solnit comenzó a hablarle del último que había escrito, pero el hombre la interrumpió rápidamente para contarle lo que pensaba acerca de un libro “muy importante” publicado ese mismo año sobre ese mismo tema.
Por supuesto, se trataba del libro de Solnit. Una amiga de la escritora tuvo que decírselo tres o cuatro veces al hombre para que este se diera cuenta de que no necesitaba explicárselo.

Solnit contó esa experiencia en un artículo titulado “Los hombres me explican las cosas”, que hizo eco en muchas otras mujeres.
De hecho, es probable que en más de una ocasión te haya ocurrido lo que a la periodista, y también es probable que te haya molestado bastante. El escenario suele ser siempre el mismo: estás hablando con un amigo, tu pareja o un colega de trabajo sobre un tema cuando de repente la conversación da un giro para convertirse en una especie de clase o conferencia para ti. El hombre se acomoda en su asiento y empieza a darte "instrucciones" sobre el asunto.
Mansplaining: Deja que te explique
Este fenómeno no es nuevo, pero sí lo es el término que se ha acuñado para describirlo: “mansplaining”, la unión de las palabras “hombre” y “explicación”, que en español se ha traducido con el neologismo “machoexplicación”.
A diferencia de otras formas de condescendencia que cualquier persona puede emplear en su discurso y que las mujeres también usan, este término específico está ligado exclusivamente al género y se basa en suposiciones sexistas según las cuales los hombres normalmente son más inteligentes o capaces que las mujeres.
El mansplaining se usa para referirse a los hombres que creen que su punto de vista es el único válido e intentan imponerlo. Se trata de hombres que asumen una actitud condescendiente con las mujeres porque presuponen que estas son ignorantes, cuando en realidad su propio conocimiento sobre el tema suele ser bastante incompleto. Aún así, estos hombres no pueden comprender que la mujer tenga un dominio más amplio del tema.
En la base de este fenómeno se encuentran diferentes comportamientos pero todos ellos tienen un punto común: el menosprecio de la persona que brinda la “conferencia magistral” por quien le escucha, generalmente por el simple hecho de que se trata de una mujer.
Este fenómeno también se puede apreciar cuando un hombre monopoliza la conversación con el único fin de jactarse y aparentar ser más culto que la mujer que escucha. De hecho, un estudio realizado en las universidades de Brigham Young y Princeton descubrió que los hombres hablan tres veces más que las mujeres en las reuniones. Sin embargo, lo más asombroso es que cuando un hombre habla mucho se le suele considerar muy competente, cuando lo hace una mujer se le tacha de verborreica.
Por eso, no es extraño que otra investigación realizada en la George Washington University haya descubierto que, si bien es cierto que tanto las mujeres como los hombres tenemos la costumbre de interrumpir a los demás, es más probable que eso ocurra cuando quien está hablando es una mujer.
Las consecuencias del mansplaning
El resultado de este fenómeno es que a menudo las opiniones femeninas no son tenidas en cuenta o son infravaloradas. En otros casos, algo que suele ocurrir en las empresas, las mujeres necesitan el respaldo de un compañero masculino para que tengan en cuenta su propuesta.
El problema es que este fenómeno disuade a muchas mujeres de expresar sus opiniones e ideas, condenándolas al silencio. De hecho, un estudio realizado en la Northeastern University sobre la cultura geek reveló que en el mundo de la informática, los hombres no tienen problemas para jactarse de sus habilidades técnicas, mientras que las mujeres suelen creer que sus logros son menos importantes y a menudo las hacen sentir como “impostoras” ya que ese universo está dominado por los hombres. Además, cuando superan a los hombres en algún desafío, a menudo las hacen sentir mal y son más propensas a recibir los ataques de los trolls.

¿Qué revela la condescendencia?

En sentido general, hablarle a alguien con tono condescendiente, suponiendo que no domina un tema, implica fingir amabilidad para demostrar superioridad. En muchos casos esa actitud se asume de manera automática, la persona no es plenamente consciente de ella. De hecho, muchas veces estas personas no se dan cuenta de cuán perjudiciales pueden llegar a ser. Tienen dificultades para aceptar que su comportamiento "infantilizante" hacia los demás, en realidad es emocionalmente discapacitante y poco apreciado. Por eso es importante no darle alas. Este tipo de condescendencia puede hacer que la otra persona se sienta inferior y casi siempre es la expresión de una profunda inseguridad.

La persona que se comporta de manera condescendiente con los demás necesita sentir que tiene el control, necesita imponerse sobre los otros, aunque sea desde el punto de vista intelectual. Por eso, en el fondo esa necesidad de sobresalir o apabullar al otro esconde una profunda inseguridad.

La actitud condescendiente se basa en la idea de que quienes tienen poder sobre los demás, son más valiosos. Sin embargo, como no quieren iniciar una "guerra abierta", asumen una actitud paternalista/maternalista con la cual pretenden controlar la situación. También evidencia un pensamiento extremadamente rígido y la incapacidad para relacionarse con ciertos grupos de personas, como las mujeres, como sus iguales.

Nadie tiene la verdad absoluta, por lo que nadie tiene el derecho de predicar o imponer su punto de vista a los demás. Sea quien sea.


Fuentes:
Reagle, J. (2016) The obligation to know: From FAQ to Feminism 101. New Media & Society: 18(5): 691-707.
Hancock, A. B. et. Al. (2015) Influence of Communication Partner’s Gender on Language. Journal of Language and Social Psychology; 34(1).
Christopher, F. et. Al. (2012) Gender Inequality in Deliberative Participation. American Political Science Review; 106 (3): 533-547.
 
La ansiedad te enseña a ser más fuerte
Ansiedad



En Japón se enaltece un arte tradicional de reparación de la cerámica denominada kintsugi, la cual consiste en reparar los objetos rotos usando un adhesivo muy fuerte rociado con polvo de oro. Como resultado, la cerámica no solo queda reparada sino que es más fuerte que la original.
En lugar de ocultar los defectos y grietas estos se acentúan y celebran pues añaden un nuevo nivel de complejidad estética y convierten a esa pieza en una obra única. Por eso, las piezas reparadas aumentan su valor, para los japoneses un objeto que se ha roto es más bello y valioso porque tiene mucho más que contar.

Si asumiéramos esta perspectiva en nuestra vida, si la aplicáramos a nuestras experiencias y problemas emocionales, podríamos convertirnos en personas más fuertes y resilientes.
La ansiedad: Una compañera de viaje inesperada e indeseada

La ansiedad es la antítesis de la serenidad, por lo que es comprensible que nadie quiera sentirse ansioso. Esa difusa sensación de angustia, miedo y aprensión nos arrebata poco a poco cada instante de nuestra vida ya que nos impide disfrutarlos plenamente, manteniéndonos atrapados en el círculo vicioso que crea a nuestro alrededor la ansiedad. Por eso, muchas personas sienten que la ansiedad implica una lucha constante.
La ansiedad suele llegar sin previo aviso para convertirse en un compañero de viaje inesperado. Al inicio es normal que te resulte incómoda o incluso que la detestes con cada fibra de tu ser. Sientes que ha llegado para arruinarte, que te ha arrebatado a la persona que solías ser.
Si llevas mucho tiempo sufriendo ansiedad, es probable que esta ocupe cada molécula de tu cuerpo. Siempre está presente, te acompaña a todas partes, hasta el punto que te identificas plenamente con esa ansiedad.
Sin embargo, también eres muchísimas otras cosas. De hecho, de esa sensación desagradable pueden surgir muchas cosas positivas. La ansiedad también tiene una naturaleza creadora, puede generar sensaciones, emociones y pensamientos que, bien utilizados, pueden nutrir tu personalidad.
Un trampolín para convertirte en una persona más fuerte y resiliente
Algunas personas sucumben a la ansiedad, otras se fortalecen. La diferencia no radica en las situaciones que han tenido que enfrentar a lo largo de su vida sino en la actitud que han asumido.
Es cierto que no siempre es posible desterrar la ansiedad de nuestra vida, es difícil eliminar una parte de lo que somos, sobre todo cuando se trata de una ansiedad rasgo. Sin embargo, algunas personas aprenden a lidiar con esa ansiedad, a mantenerla bajo control e incluso la usan a su favor.
No cabe dudas de que una persona que logra dar un discurso, aunque tenga un miedo escénico enorme, tiene un gran coraje y una fuerza extraordinaria. La misma fuerza que acompaña a quien se atreve a salir todos los días de casa para afrontar la vida, aunque su mente la bombardea continuamente con discursos de fracaso.
Es la fuerza que tienen quienes se atreven a escuchar sus emociones y sensaciones, en vez de intentar esconderlas. Estas personas son conscientes de sí, conocen sus debilidades y no fingen que son invulnerables sino que luchan cada día por mejorar. Por eso, la ansiedad puede convertirse en el trampolín que te permita crecer y ser más resiliente.
Solo necesitas darte cuenta de todo lo que has logrado
La ansiedad es un miedo que se proyecta hacia el futuro, lo cual significa que su enemigo natural es el pasado. Ayer es historia, por lo que no te puede asustar ni generar ansiedad.
Por eso, una de las estrategias para sacarle el máximo partido a la ansiedad consiste en mirar hacia atrás con honestidad, sin el filtro del resentimiento, la nostalgia o el remordimiento, para que puedas ser plenamente consciente de todo lo que has conseguido.
Notarás que ese trayecto no ha sido “perfecto”. De hecho, es importante que te detengas en esos períodos más difíciles porque cuando todo iba mal y sacaste fuerzas para salir de ese agujero, fue cuando más creciste.
La certeza de que, pase lo que pase, podrás con ello, suele ser suficiente para enfrentar cualquier tipo de temor o ansiedad.
https://www.rinconpsicologia.com/2018/01/ansiedad-ensena-ser-mas-fuerte.html
 
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Adopción ¿Cómo comunico a mi hijo que es adoptado? (Y una guía en PDF)

Compartido por
Mónica Pinzón

El camino de la adopción es un camino largo, que comienza con el anhelo de dos padres por la llegada de su futuro pequeño. Este recorrido no está exento de dificultades, de dudas e incógnitas, pero todo ello se ve recompensado con creces al ver por primera vez la sonrisa de esa criatura al llegara su nuevo hogar.

No obstante, a partir de aquí empiezan a surgir otras serie de cuestiones. “¿Cuándo tengo que decirle a mi hijo que es adoptado?, ¿Es mejor hacerlo cuando es muy pequeño o esperar a que sea mayor?, Quizás es mejor que no se lo diga nunca…” Todas estas preguntas han rondado por la cabeza de los padres adoptivos, al menos en alguna ocasión. Esto es completamente normal.

Existen estudios que exponen la necesidad de los padres de saber más acerca del proceso de postadopción, siendo de especial importancia el hecho de revelar la adopción al menor. Este es un aspecto que preocupa mucho a los padres y del que debemos conocer más. Profundicemos un poco en algunas de estas cuestiones:


Contenido del artículo [ocultar]

¿Tengo que decirle a mi hijo que es adoptado?
Algunos autores resaltan la idea de que no sería justo para el menor que se le oculte una información tan importante sobre su propia vida. Esto implica tener que mentir al menor en muchas ocasiones; por ejemplo cuando pregunte si él estuvo en la tripa de mamá.

La preocupación de mantener esta información oculta, va a suponer un importante desgaste dentro de la familia. Además, implicará también controlar lo que puedan decir terceras personas, puesto que es seguro que amigos y familiares cercanos de los padres, conocerán todo el proceso de adopción, pudiendo decírselo al niño de manera accidental en algún momento.

Incluso puede suceder también, que siendo el niño algo mayor, descubra alguna partida de nacimiento o papel de adopción. Descubrir algo tan importante acerca de su vida de esta forma puede causar en el menor un fuerte impacto. Puede sentirse “engañado y traicionado” por los que él creía sus padres. Puede sentir rabia y desconfianza, llegando a pensar que si sus padres le ha mentido en algo como eso, también le han podido mentir en otras cosas.


Siempre será mucho más recomendable que el menor conozca que es adoptado a través de sus propios padres adoptivos, quienes le ayudarán a entender la adopción en términos positivos.

¿Cómo le digo a mi hijo que es adoptado?
Es bueno empezar cuanto antes. Sobre los 3 años de edad es un buen momento para comenzar a introducir el tema. En estos momentos, los niños ya empiezan a fijarse en las mujeres embarazadas y hacerse preguntas acerca de dónde vienen los bebés y si ellos también vienen de la “tripita de mamá”.

Lo recomendable sería ir introduciendo la información lentamente, adaptando el mensaje a las capacidades del nuestro hijo. Por ejemplo, si tu hijo es pequeño, lo mejor es contestar a sus preguntas de una forma muy sencilla. Si pregunta si vino de la tripa de mami, es mejor decirle que vino de Rusia o de África.

A medida que vaya creciendo se le pueden ir dando más detalles acerca de cómo os preparasteis para su llegada, cómo os sentisteis la primera vez que lo visteis, lo emocionados que estábais cuando le cogisteis en brazos por primera vez. Estos recuerdos cargados de emotividad y positivismo es lo que necesita oír vuestro pequeño. Sentirse querido y deseado desde antes incluso que llegase a vuestro hogar.


Una forma sencilla de explicarles la adopción, es a través del cuento. Los cuentos son una excelente herramienta que facilita la comprensión de ideas complejas a través de una historia sencilla, normalmente cargada de valores positivos.

No debemos ver el tema de la adopción como algo a evitar. Es importante que no nos de miedo hablar sobre ello. Hablar con naturalidad y cariño del proceso de adopción, facilitará también que el pequeño lo reciba como algo positivo y lo acepte mejor.

Por eso es importante estar abiertos a hablar tantas veces como sea necesario sobre la adopción. A medida que el niño vaya creciendo, y aumente su entendimiento, le irán surgiendo nuevas preguntas e inquietudes, cada vez más complejas, sobre su proceso de adopción. Es importante que estemos dispuestos a contestar todas aquellas dudas, en la medida que nuestro hijo lo vaya necesitando.

Ante todo es muy importante que el niño se sienta deseado, querido y amado por encima de todo. Durante todo el proceso, trataremos el tema desde una postura de ilusión y amor. Explicarle siempre al niño lo “ilusionados que estábamos esperando a que llegase” y lo felices que fuimos cuando vino al mundo, y que gracias a él nos convertimos en una familia llena de felicidad y amor, porque era un niño muy deseado.

¿Y si mi hijo reacciona mal?
Cada menor puede reaccionar de manera diferente al enterarse de que es adoptado, esto dependerá de su madurez y de la edad que tengan. Es posible que en la mente del niño se genere la idea fantástica que de sus padres biológicos los entregaron en adopción porque eran malos. Aparecen sentimientos de abandono, inseguridad y miedo por si los vuelven a abandonar.

Por eso es importante el papel de los padres adoptivos en el proceso de adaptación; hablar de forma natural y positiva sobre la adopción, ayudará a evitar que se consoliden esos miedos e inquietudes.

En el caso de adolescentes, puede ocurrir que aparezca un marcado interés por conocer cosas sobre sus padres biológicos. La adolescencia es una etapa de desarrollo de la personalidad, donde el joven se cuestiona quién es, qué quiere en la vida… Esta confusión propia de esta etapa, añadida a la vivencia de ser adoptado, puede traducirse en un rechazo hacia los padres adoptivos, y una creciente necesidad de conocer a sus padres biológicos.

Los padres adoptivos, pueden responder al adolescente, haciéndole saber que esa reacción es natural, dándoles la información que necesitan saber sobre su familia, con mucho tacto y cariño.

¿Y si digo algo equivocado?
No existe una regla mágica ni tampoco respuestas perfectas. Se trata de un tema que nos afecta a nivel emocional y puede suceder que determinadas preguntas o comentarios de nuestro hijo nos toquen la fibra sensible. Pueden hacernos dudar o sentir dolor. Esto es perfectamente normal. Intenta estar sereno y ser honesto contigo y con tu hijo.

Si creemos que nos hemos confundido en algún momento, siempre se puede rectificar. Sí es importante que intentemos evitar juicios de valor a la hora de hablar sobre los padres biológicos de nuestro hijos. Evitar hacer afirmaciones del tipo “tu madre no te quería” o “tu padre era un alcohólico”, pues este tipo de afirmaciones (aunque puedan ser ciertas) generan en el menor una importante carga emocional, que no le beneficia.

Y por último, al hablar de su padres biológicos intentemos no usar el término “padres naturales o verdaderos”, pues desde el momento en que lo adoptasteis vosotros adquiristeis esa condición a nivel legal y emocional.


Ser padres es una tarea siempre complicada. No existe una guía perfecta que esconda todas las claves de ser unos buenos padres. No desesperemos, con comprensión, sensatez, honestidad y grandes dosis de amor, haremos un buen trabajo.


Adelante con la adopción
Completamos el artículo ofreciendo para su descarga en PDF el excepcional documento “Adelante con la adopción”. Se trata de una guía publicada por la Junta de Andalucía (España) como parte de su programa de formación para la adopción.

El objetivo del texto queda claro en su introducción: “…esperamos que el contenido del libro sea útil, que sea una herramienta que favorezca la continuada reflexión y maduración de la toma de decisión, así como que dé pistas eficaces para hacer frente a las muy diversas situaciones que a lo largo de cada historia de adopción se plantean”.


Para lograr este objetivo hace un recorrido intensivo por las diferentes fases del proceso de adopción, desde la decisión inicial, pasando por el proceso de adaptación, la tarea de educar, la comunicación en torno a estos procesos, e incluso un anexo con cuentos para niños y niñas relacionados con la adopción.





Descarga la Guía Adelante con la Adopcion

http://psicopedia.org/7653/adopcion/
 
¿Por qué algunas personas sufren más pesadillas que otras?
Sueño



Las pesadillas suelen ser una experiencia bastante desagradable, incluso de adultos. El sueño es tan real que nos despertamos con el corazón desbocado y un miedo intenso. Por suerte, las pesadillas van menguando a medida que crecemos, hasta el punto que solo un pequeño porcentaje de la población adulta sufre pesadillas de forma recurrente. De hecho, si tienes malos sueños a menudo, la causa podría hallarse en tu infancia.
Un cóctel explosivo: Amnesia infantil, experiencias traumáticas y malos sueños
Si te remontas en el tiempo hasta tu primera memoria, es probable que esta provenga de los tres o cuatro años. Este fenómeno se conoce como amnesia infantil y se refiere a nuestra incapacidad para recordar los eventos que tuvieron lugar durante nuestros primeros años de vida.
Sin embargo, los niños pueden recordar experiencias de su primer año de vida, pero estos recuerdos tienden a difuminarse rápidamente y, a medida que crecemos, ese primer periodo se va haciendo más oscuro. De hecho, al llegar a la tercera edad muchas personas no pueden recordar eventos que ocurrieron antes de los 10 años. Es probable que ello se deba a los cambios que ocurren en el “almacén de nuestra memoria” a lo largo del tiempo.

Se ha descubierto que esta amnesia podría desempeñar un papel importante en el desarrollo infantil. Todo parece indicar que las experiencias traumáticas sufridas durante este período pueden causar una cascada de cambios similares a los que experimentan las víctimas de los traumas. En el caso de los niños, que normalmente no cuentan con las herramientas psicológicas adecuadas para afrontar esas situaciones, ello puede significar el desarrollo temprano de respuestas de miedo.
A largo plazo, eso puede dar pie a problemas de salud mental o hacer que seamos más vulnerables a los trastornos de ansiedad y las pesadillas. Por esta razón, los psicólogos sugieren que recordar los sueños desde los primeros años de vida, dentro del período de la amnesia infantil, puede ser clave para comprender las pesadillas frecuentes que experimentan los adultos y posiblemente también los problemas de salud mental.
Un estudio realizado en la Universidad de Warwick con 6.796 niños desveló que aquellos que sufren pesadillas recurrentes (más de dos veces por semana) entre los 3 y 7 años, tienen tres veces más probabilidades de padecer experiencias psicóticas en la adolescencia.
Otro estudio realizado en la Universidad de Budapest con 5.020 adultos descubrió que las personas que fueron separadas de sus madres durante al menos un mes en el primer año de vida sufrían más pesadillas que los demás. A este descubrimiento se le han sumado otras investigaciones en las que se han relacionado las pesadillas en la edad adulta con experiencias adversas durante los años preescolares.
Esa serie de investigaciones han llevado a Tore Nielsen, un psicólogo de la Université de Montréal, a hipotetizar que las experiencias traumáticas durante los primeros años de vida pueden afectar el curso normal del período de amnesia infantil e influir en el tipo de pesadillas y su frecuencia más adelante en la vida.
Al encuestar a más de 17.000 personas, indagando sobre los temas más habituales de sus sueños y pesadillas, así como sus experiencias de vida tempranas, descubrió que quienes podían recordar algunos sueños de ese periodo de amnesia infantil, también sufrían más pesadillas. De hecho, incluso los sueños más positivos, guardaban una relación con pesadillas posteriores, lo que sugiere que cualquier interrupción en el proceso normal de la amnesia infantil podría ocasionar problemas posteriores. En palabras sencillas: podrías tener más pesadillas porque no se ha producido un "borrado" eficiente de esos primeros años de vida.
Traumas latentes de la infancia que se activan en los sueños adultos
Nielsen sugiere que los traumas tempranos pueden influir en el desarrollo cerebral, especialmente en las zonas del hipocampo, la amígdala y la corteza frontal medial, regiones implicadas en la reacción emocional y la producción de pesadillas.
Además, los cuatro temas más recurrentes de las pesadillas de los adultos parecen estar relacionados con las primeras experiencias infantiles. Soñar que estamos cayendo, que nos persiguen o que tenemos que enfrentarnos a seres malvados también se ha relacionado con la ansiedad ante extraños que padecen los bebés y los terrores nocturnos de los niños mayores.
Por supuesto, eso no significa que todas las pesadillas tengan una conexión directa con nuestra infancia, hay periodos particularmente estresantes y conflictivos que se manifiestan a través del sueño, en los que revivimos nuestras preocupaciones, ansiedades y temores cotidianos. Sin embargo, se trata de una teoría interesante que explica por qué algunas personas en la edad adulta sufren más pesadillas que otras, también en periodos de aparente tranquilidad emocional.
Esta teoría, respaldada en observaciones prácticas, es muy interesante ya que indicaría que los recuerdos de nuestra primera infancia pueden seguir afectándonos de adultos y que las experiencias estresantes tempranas, como la separación materna prolongada o el abandono emocional, pueden ser mucho más críticas de lo que pensamos y podrían seguir manifestándose en nuestros sueños.
Fuentes:
Nielsen, T. (2017) When was your earliest dream? Association of very early dream recall with frequent current nightmares supports a stress-acceleration explanation of nightmares. Dreaming; 27(2): 122-136.
Fisher, H. L. et. Al. (2014) Childhood Parasomnias and Psychotic Experiences at Age 12 Years in a United Kingdom Birth Cohort. Sleep: 37(3): 475–482.
Csóka, S. et. Al. (2011) Early maternal separation, nightmares, and bad dreams: Results from the Hungarostudy Epidemiological Panel. Attachment & Human Development; 13(2): 125-140.
https://www.rinconpsicologia.com/2018/01/causas-pesadillas-adultos.html
 
3 reacciones sorprendentes del cerebro cuando nos rompen el corazón
Pareja y Sexualidad



La angustia causa un gran dolor emocional. Cuando decimos que tenemos el “corazón roto”, lo sentimos literalmente, así como también sentimos un “nudo en el estómago” o una “mano que nos aprieta la garganta”. No son simples metáforas. Las sensaciones viscerales causadas por una ruptura amorosa son muy reales, aunque quizá deberíamos centrarnos menos en el corazón roto y preocuparnos un poco más por lo que ocurre en nuestro cerebro.
Cuando nos rompen el corazón, nuestro cerebro responde en consonancia. Aunque sería más adecuado decir que ocurre justo lo contrario: el cerebro es el verdadero responsable de todos los terribles "síntomas" que asociamos a esa angustia. Comprender por qué nos sentimos así es esencial para gestionar mejor nuestras respuestas y recuperarnos más rápido de un descalabro amoroso.
¿Qué ocurre en el cerebro cuando nos “rompen el corazón”?
1. La angustia emocional duele tanto como el dolor físico

Los estudios realizados con resonancia magnética funcional en las personas a quienes les han roto el corazón han revelado que esa angustia emocional activa los mismos mecanismos en el cerebro que se ponen en marcha cuando experimentamos dolor físico. De hecho, algunas personas han calificado ese dolor emocional como "casi insoportable", a la par del dolor físico.

Sin embargo, hay una gran diferencia que debemos tomar en consideración. El dolor físico casi nunca se mantiene en niveles tan intensos durante un período de tiempo tan prolongado, mientras que el dolor provocado por la angustia y la pérdida puede persistir durante días, semanas o incluso meses. Esta es la razón por la cual, la experiencia de la angustia puede llegar a ser tan extrema y desgastante.
2. Se desata el síndrome de abstinencia emocional
Otros estudios de resonancia magnética funcional han encontrado que cuando tenemos el corazón roto, en nuestro cerebro se activan los mismos mecanismos que en las personas adictas cuando abandonan el alcohol o las drogas. En otras palabras: pasamos por un síndrome de abstinencia emocional.
Los síntomas varían de una persona a otra, pero como regla general se produce una gran afectación de nuestro desempeño ya que vivimos un estado mental y emocional anormal. Lo más común es que experimentemos dificultades para concentrarnos, que no podamos pensar con claridad y que experimentemos una necesidad urgente e imperiosa de contactar con esa persona. De hecho, en algunos casos quienes pasan por una ruptura de pareja difícil pueden sufrir una parálisis casi total del sistema de toma de decisiones.
3. Los pensamientos intrusivos hilan una tela de araña
Cuando sufrimos un descalabro amoroso, nuestro cerebro generará pensamientos intrusivos sobre nuestra expareja, los cuales invaden nuestra mente sin previo aviso. Puede ser una imagen mental, el fragmento de una conversación, un recuerdo o incluso una fantasía. Ese pensamiento no solo nos interrumpe sino que reabre la herida, reactiva el dolor emocional y desencadena los síntomas de abstinencia.
El problema es que en las primeras fases después de la ruptura, esos pensamientos intrusivos pueden aparecer docenas de veces en una hora, lo cual nos sume en un círculo vicioso que nos mantiene atrapados y nos impide recuperarnos.

¿Qué hacer?
Comprender que estas reacciones son completamente normales y asumirlas como una fase de la cual saldremos, nos permite recuperarnos más rápido de esa sensación de angustia, además de ayudarnos a desarrollar una actitud más compasiva con nosotros mismos, evitando un exceso de autocrítica. Cuando perdemos a una persona querida, es comprensible que nos sintamos mal. Debemos tener un poco de paciencia con nosotros mismos porque la cicatrización emocional requiere tiempo.
Fuentes:
Kross, E. et. Al. (2011) Social rejection shares somatosensory representations with physical pain. PNAS; 108(15): 6270–6275.
Eisenberger, N. I. et. Al. (2003) Does rejection hurt? An FMRI study of social exclusion. Science; 302(5643): 290-292.
Fisher, H. (2000) Lust, Attraction, Attachment: Biology and Evolution of the Three Primary Emotion Systems for Mating, Reproduction, and Parenting. Journal of Sex Education and Therapy; 25: 96-104.
https://www.rinconpsicologia.com/2018/01/reacciones-cerebro-corazon-roto.html
 
¿Por qué algunas personas sufren más pesadillas que otras?
Sueño



Las pesadillas suelen ser una experiencia bastante desagradable, incluso de adultos. El sueño es tan real que nos despertamos con el corazón desbocado y un miedo intenso. Por suerte, las pesadillas van menguando a medida que crecemos, hasta el punto que solo un pequeño porcentaje de la población adulta sufre pesadillas de forma recurrente. De hecho, si tienes malos sueños a menudo, la causa podría hallarse en tu infancia.
Un cóctel explosivo: Amnesia infantil, experiencias traumáticas y malos sueños
Si te remontas en el tiempo hasta tu primera memoria, es probable que esta provenga de los tres o cuatro años. Este fenómeno se conoce como amnesia infantil y se refiere a nuestra incapacidad para recordar los eventos que tuvieron lugar durante nuestros primeros años de vida.
Sin embargo, los niños pueden recordar experiencias de su primer año de vida, pero estos recuerdos tienden a difuminarse rápidamente y, a medida que crecemos, ese primer periodo se va haciendo más oscuro. De hecho, al llegar a la tercera edad muchas personas no pueden recordar eventos que ocurrieron antes de los 10 años. Es probable que ello se deba a los cambios que ocurren en el “almacén de nuestra memoria” a lo largo del tiempo.

Se ha descubierto que esta amnesia podría desempeñar un papel importante en el desarrollo infantil. Todo parece indicar que las experiencias traumáticas sufridas durante este período pueden causar una cascada de cambios similares a los que experimentan las víctimas de los traumas. En el caso de los niños, que normalmente no cuentan con las herramientas psicológicas adecuadas para afrontar esas situaciones, ello puede significar el desarrollo temprano de respuestas de miedo.
A largo plazo, eso puede dar pie a problemas de salud mental o hacer que seamos más vulnerables a los trastornos de ansiedad y las pesadillas. Por esta razón, los psicólogos sugieren que recordar los sueños desde los primeros años de vida, dentro del período de la amnesia infantil, puede ser clave para comprender las pesadillas frecuentes que experimentan los adultos y posiblemente también los problemas de salud mental.
Un estudio realizado en la Universidad de Warwick con 6.796 niños desveló que aquellos que sufren pesadillas recurrentes (más de dos veces por semana) entre los 3 y 7 años, tienen tres veces más probabilidades de padecer experiencias psicóticas en la adolescencia.
Otro estudio realizado en la Universidad de Budapest con 5.020 adultos descubrió que las personas que fueron separadas de sus madres durante al menos un mes en el primer año de vida sufrían más pesadillas que los demás. A este descubrimiento se le han sumado otras investigaciones en las que se han relacionado las pesadillas en la edad adulta con experiencias adversas durante los años preescolares.
Esa serie de investigaciones han llevado a Tore Nielsen, un psicólogo de la Université de Montréal, a hipotetizar que las experiencias traumáticas durante los primeros años de vida pueden afectar el curso normal del período de amnesia infantil e influir en el tipo de pesadillas y su frecuencia más adelante en la vida.
Al encuestar a más de 17.000 personas, indagando sobre los temas más habituales de sus sueños y pesadillas, así como sus experiencias de vida tempranas, descubrió que quienes podían recordar algunos sueños de ese periodo de amnesia infantil, también sufrían más pesadillas. De hecho, incluso los sueños más positivos, guardaban una relación con pesadillas posteriores, lo que sugiere que cualquier interrupción en el proceso normal de la amnesia infantil podría ocasionar problemas posteriores. En palabras sencillas: podrías tener más pesadillas porque no se ha producido un "borrado" eficiente de esos primeros años de vida.
Traumas latentes de la infancia que se activan en los sueños adultos
Nielsen sugiere que los traumas tempranos pueden influir en el desarrollo cerebral, especialmente en las zonas del hipocampo, la amígdala y la corteza frontal medial, regiones implicadas en la reacción emocional y la producción de pesadillas.
Además, los cuatro temas más recurrentes de las pesadillas de los adultos parecen estar relacionados con las primeras experiencias infantiles. Soñar que estamos cayendo, que nos persiguen o que tenemos que enfrentarnos a seres malvados también se ha relacionado con la ansiedad ante extraños que padecen los bebés y los terrores nocturnos de los niños mayores.
Por supuesto, eso no significa que todas las pesadillas tengan una conexión directa con nuestra infancia, hay periodos particularmente estresantes y conflictivos que se manifiestan a través del sueño, en los que revivimos nuestras preocupaciones, ansiedades y temores cotidianos. Sin embargo, se trata de una teoría interesante que explica por qué algunas personas en la edad adulta sufren más pesadillas que otras, también en periodos de aparente tranquilidad emocional.
Esta teoría, respaldada en observaciones prácticas, es muy interesante ya que indicaría que los recuerdos de nuestra primera infancia pueden seguir afectándonos de adultos y que las experiencias estresantes tempranas, como la separación materna prolongada o el abandono emocional, pueden ser mucho más críticas de lo que pensamos y podrían seguir manifestándose en nuestros sueños.
Fuentes:
Nielsen, T. (2017) When was your earliest dream? Association of very early dream recall with frequent current nightmares supports a stress-acceleration explanation of nightmares. Dreaming; 27(2): 122-136.
Fisher, H. L. et. Al. (2014) Childhood Parasomnias and Psychotic Experiences at Age 12 Years in a United Kingdom Birth Cohort. Sleep: 37(3): 475–482.
Csóka, S. et. Al. (2011) Early maternal separation, nightmares, and bad dreams: Results from the Hungarostudy Epidemiological Panel. Attachment & Human Development; 13(2): 125-140
https://www.rinconpsicologia.com/2018/01/causas-pesadillas-adultos.html
 
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