Cuadernos de Historia

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HISTORIA
1917-2017: octubre, octubre
    • ÁNGEL VIVAS
  • 8 OCT. 2017 20:40
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Destacamento de la Guardia Roja en una fábrica, en 1917.

Un congreso internacional en el CEU abre nuevas interpretaciones sobre la Revolución Rusa.


En realidad, ocurrió en noviembre, sólo era octubre en el viejo calendario ruso. Pero la mitología bolchevique hizo que quedara en la historia la vieja cronología y se impusiera el membrete de revolución de octubre. Se van a cumplir 100 años dentro de unos días, y ya se sabe que los aniversarios redondos son buen pretexto para conmemoraciones y revisiones académicas. Hoy mismo empieza en la sede del CEU de Madrid un congreso dedicado a estos Cien años de la Revolución Rusa, dirigido por los historiadores Luis E. Togores y Ricardo Martín de la Guardia.

Además de repasar el estado de la cuestión, el congreso -señala Luis Togores- quiere ir más allá y mostrar la influencia de la revolución, por ejemplo en España (lo que se verá mañana en una sesión que Togores califica de «potente»). O en China; por eso la presencia de la novelista Jung Chang, autora del best seller Cisnes salvajes y de Mao, la historia desconocida.

Aunque el nombre que ha quedado es octubre, todo empezó (por no ir más más atrás) en febrero del 17, cuando cayó el zarismo y se instaló un Gobierno Provisional. «La gente no suele pensar», dice Togores, «que Rusia era el único país de Europa que no había hecho la revolución burguesa, seguía anclada en el Antiguo Régimen. De modo que fue como si pasara de Luis XIV al comunismo con el golpe contra un gobierno democrático incipiente».

En el cambio del curso de los acontecimientos entre febrero y octubre tiene un papel fundamental Lenin, que llega a Rusia en abril («pagado por los alemanes», recuerda Togores), decidido a quemar etapas históricas y que encuentra a un «colaborador de una capacidad excepcional» en Trotski. «A Lenin no se le entiende sin Trotski», sostiene Togores. En el torbellino de acontecimientos de aquellos meses, como el intento de golpe militar por parte del general Kornílov, al que se opuso Kerenski apoyándose en los bolcheviques, no faltó el factor suerte ni la desafección de muchos al Gobierno Provisional, dirigido entonces por Kerenski. «Un revolucionario decidido tiene mucho a favor si nadie reacciona», sentencia Togores.

El giro definitivo se produjo, efectivamente, en octubre, cuando los bolcheviques dan el golpe de Estado que derriba al Gobierno Provisional y proceden a «construir un orden socialista» (Lenin dixit). De eso habla hoy Mira Milosevich, autora de la reciente Breve historia de la Revolución Rusa (Galaxia Gutenberg).

Milosevich coincide en aplicar el nombre de revolución rusa a «los hechos ocurridos entre febrero y octubre de 1917». El periodo se abre con la abdicación del zar y se cierra con el golpe de Estado bolchevique en la noche del 24 al 25 de octubre. Golpe que tuvo un estrambote en enero del 18 -»podemos hablar de segundo golpe de Estado, aunque no fuera contra un Gobierno»- cuando Lenin disolvió la Asamblea Constituyente -establecida a raíz de la revolución de febrero- en la que los bolcheviques estaban en minoría tras las elecciones del noviembre anterior.

La revolución/golpe de Estado de octubre triunfó gracias al genio de Trotski, a la decepción popular hacia el Gobierno Provisional y al hecho de contar con miles de obreros armados, la Guardia Roja, con el visto bueno del Gobierno. Falló en algo que los propios bolcheviques consideraban esencial: extenderla al resto de Europa. Para Milosevich, lo que intentaron entonces los bolcheviques fue nada menos que convertir la utopía en realidad, algo imposible de lograr si no se apoya en la violencia y el terror de Estado. Que fue lo que vino a continuación.

Además de los citados, en el congreso, patrocinado por La Esfera de los Libros (parte del grupo Unidad Editorial), participan, entre otros, Juan Avilés Farré (sobre la influencia de la revolución en España), Blas Piñar (¿quiénes y por qué combatieron a los bolcheviques?) o Guillermo Solana (sobre la imagen de la revolución). En paralelo, destaca una exposición con las novedades bibliográficas. Que van de reediciones de clásicos como Diez días que sacudieron el mundo de John Reed o la Historia de la revolución rusa de Trotski (Nórdica y Capitán Swing) a nuevas historias como la de Rex A. Wade en La Esfera de los Libros.

http://www.elmundo.es/cultura/2017/10/08/59da6cb2ca4741341f8b4580.html
 
LAS EMBARCACIONES SIN RASTRO
¿Por qué nunca se han encontrado los tres barcos de Cristóbal Colón?
El destino final de las naves que acompañaron al navegante en su primer viaje es todo un enigma de la historia. Hasta nuestros días no ha llegado ni un solo vestigio de ellas
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Recreación de los tres navíos. (iStock)
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GONZALO DE DIEGO RAMOS
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12.10.2017 – 05:00 H.

Igual que los ríos de la Península, igual que los límites de España o la lista de los reyes godos, durante los años de escuela nuestros profesores nos grabaron a fuego los nombres de las naves con las que Cristóbal Colón acabaría partiendo en busca de una ruta occidental hacia las Indias. Se cumplen 525 años del descubrimiento del Nuevo Mundo y más de cinco siglos después del primer viaje, 'La Pinta', 'La Niña' y la 'Santa María' son tres barcos fantasmas que perviven en la memoria solo gracias a los libros y papeles que documentan sus periplos.

“Es la búsqueda real de tres agujas en un pajar”, cuenta James Delgado, vicepresidente de la empresa arqueológica Search Inc, a la revista 'National Geographic'. Los esfuerzos, sin embargo, no han sido escasos, ya que hallar un solo resto de cualquiera de las tres legendarias embarcaciones sería toda una proeza. “Encontrar una pieza de una de las naves sería algo similar a descubrir un trozo de la Cruz Sagrada”, ilustra el experto.

Imaginad que se tratara de una nave espacial que se hubiera quedado tirada en el rincón más recóndito del cosmos

Décadas de estudios arqueológicos y expediciones privadas dirigidas por cazatesoros han dado siempre el mismo resultado: que nada se pueda avalar como auténtico. ¿Qué pasó con las dos carabelas y la nao? ¿Por qué no nos queda nada de ellas? ¿Cuál es el motivo por el que es tan difícil localizarlas?

La nao varada
A pesar de partir juntas del puerto de Palos el 3 de agosto de 1492, lo cierto es que la historia de cada una de las tres embarcaciones va tomando su propio camino con el paso del tiempo. La nave de la que se dispone de una información más fiable es la más grande, la nao 'Santa María', propiedad original del navegante y cartógrafo Juan de la Cosa.

Durante el transcurso del primer viaje a América, se sabe, por el propio cuaderno de bitácora de Colón, que el barco encalló en la costa noreste de lo que hoy es Haití, quedando inservible. Ello provocó que buena parte de su madera acabase siendo empleada en la construcción del así llamado Fuerte de Navidad, el primer asentamiento español establecido en el Nuevo Mundo.

Nadie ha podido determinar de manera convincente qué pudo pasar con 'La Pinta' y 'La Niña' tras su regreso a Europa

“Imaginad que se tratara de una nave espacial que se hubiera quedado tirada en el rincón más recóndito del cosmos”, explica Delgado. “Los marineros necesitaban servirse de los restos del barco para sobrevivir. Hay que tener en cuenta el intenso proceso de reciclaje que tuvo lugar en tales sitios”.

Hace poco más de tres años, el equipo del investigador marino Barry Cliffordcreyó haber hallado algunos restos que podrían pertenecer a la 'Santa María' cerca de la zona históricamente señalada. El propio primer ministro de la isla, Laurent Lamothe, declaró que se tomarían "todas las medidas para proteger el sitio”. La embarcación descubierta resultó ser, sin embargo, un navío de un periodo muy posterior, tal y como confirmó la propia Unesco.

¿Por qué nadie consigue hallar la 'Santa María' si sabemos el perímetro aproximado donde pudo quedar originalmente varada? 'National Geographic' ofrece algunas respuestas.



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Colón en la 'Santa María', según el pintor Emanuel Leutze.


Las cálidas aguas del Caribe son un auténtico paraíso para las bromas o teredos, unos moluscos que atacan las maderas sumergidas con un voraz apetito. Se trata de auténticas termitas marinas, archienemigas de los cazatesoros, que son capaces de engullir un barco entero en tan solo unas pocas décadas.

Si los vestigios de la 'Santa María' hubieran sobrevivido a tamaña amenaza, estos habrían tenido que soportar más de cinco siglos de huracanes y tormentas tropicales con la nave encallada en aguas superficiales, un hecho complicado. Como cuenta el arqueólogo Donald Keith, son los barcos perdidos en las zonas frías, oscuras y profundas de los mares los que verdaderamente tienen más posibilidades de permanecer intactos, conservando su valor como auténticas cápsulas del tiempo.

Es la búsqueda real de tres agujas en un pajar. Encontrar una pieza sería algo parecido a descubrir un trozo de la Cruz Sagrada

Las mismas tormentas y huracanes, junto a la deforestación que ha sufrido la isla de Haití, han cambiado radicalmente la línea de costa desde los tiempos de Colón. Es posible, por tanto, que si los restos permanecieran allí en cualquier estado, estos se encontrarían ahora bajo capas de sedimentos que imposibilitarían su localización a través de métodos como el sonar de barrido lateral.

La historia incompleta de las dos carabelas
Si la búsqueda de la Santa María parece una causa perdida, la de las dos carabelas resulta todavía menos prometedora. “Nadie ha podido determinar de manera convincente qué les pudo pasar a 'La Pinta' y 'La Niña' tras su regreso a Europa”, afirma el arqueólogo Greg Cook.

Los datos efectivamente son muy difusos. 'La Pinta' acabó separándose de 'La Niña' en el viaje de vuelta. Al ser la nave más rápida, fue también la primera en arribar a la península Ibérica a finales de febrero de 1493, en Bayona, trayendo la 'buena nueva' de las tierras descubiertas. Desde allí se dirigiría después al puerto de Palos, donde su tripulación desembarcaría el 15 de marzo. Pocos más datos se saben sobre la misma, siendo lo más probable que acabara reconvertida en otras embarcaciones.



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Réplica de 'La Niña' en en el Muelle de las Carabelas, La Rábida. (Creative Commons)


Respecto a 'La Niña', tras el naufragio de la 'Santa María', se convirtió en la nave capitana que trajo a Colón de vuelta. La embarcación sería utilizada después en el segundo viaje, siendo el único navío superviviente a un ciclón que acabó con los barcos amarrados en el puerto de la Isabela en el verano de 1495. En los años posteriores al segundo regreso, sería atacada en varias ocasiones por piratas, permaneciendo cautiva durante un tiempo en la isla de Cerdeña. Tras su liberación, el último viaje documentado de 'La Niña' sería nuevamente una expedición a Haití. Desde ese momento, los datos sobre la misma dejan de ser completamente fiables, siendo posible que navegara durante algunos años más entre el viejo y el nuevo continente bajo un nombre distinto.

https://www.elconfidencial.com/alma...res-barcos-cristobal-colon-carabelas_1458761/
 
UN CONTINENTE, MUCHOS PRETENDIENTES
Ni españoles ni vikingos: ¿quién descubrió de verdad América?
Desde que Cristóbal Colón pusiese ambos pies en el continente americano, han sido incontables las teorías que han intentado explicar que él no fue, ni de lejos, el primero
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A pesar de los supuestos rasgos africanos, esta cabeza colosal se encuentra en Villahermosa (Tabasco). (Charles y Josette Lenars/Corbis)


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HÉCTOR G. BARNÉS
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01.05.2016 – 05:00 H.

¿Quién descubrió América? Hasta donde nosotros sabemos, probablemente fue Cristóbal Colón, empeñado en demostrar que la Tierra era redonda y sin saber que se encontraría con un obstáculo de miles de kilómetros de costa a costa en su camino hacia las Indias. Si somos un poco más avezados, quizá recordemos a nuestro interlocutor que fueron los vikingos, que llegaron a pisar en el siglo X Groenlandia y Terranova. Información que poseemos, en parte, gracias a las Sagas de Vinlandia, que narran la historia de dos asentamientos con una población de miles de habitantes.

Pero no son, ni mucho menos, las únicas teorías que han sugerido que antes del 1492, navegantes de otras latitudes y continentes ya habían pisado suelo americano. De acuerdo en que hablar de “descubrimiento de América” es un tanto etnocéntrico (al fin y al cabo, 1492 es también el año del descubrimiento de los españoles… por parte de los nativos americanos), así que utilicemos el término preferido por los historiadores: teorías de contactos tranosceánicos precolombinos.

Colón aseguraba haber visto con sus propios ojos un par de indios muertos que acabaron en las costas de Galway, en Irlanda

Como explica el historiador Ed Simon en un artículo publicado en 'History News Network', durante mucho tiempo “estas teorías han sido objeto de la fascinación de estudiosos y profanos por igual”. No cabe duda de por qué: pocos episodios históricos conjugan de igual manera esa mezcla de leyenda, misterio y orgullo patriótico que la que permite arrogarse el hecho de haber descubierto el último continente. Como recuerda Simon, poco después del descubrimiento de América, el hijo de Colón recordaba que su padre había visto con sus propios ojos un par de indios muertos que acabaron en las costas de Galway (aunque es muy probable que fuesen inuits). Pero ¿cuáles son las teorías más populares?

El príncipe galés que adelantó a Colón

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El castillo de Dolwyddelan, supuesto lugar de nacimiento de Madoc. (CC/Jeff Buck)

Una de las historias más famosas sobre el descubrimiento (alternativo) de América es la que tiene como protagonista a Madoc quien, según la leyenda, llegó a las costas americanas en 1170. Aunque no hay ningún vestigio arqueológico ni documento que refrende dicha teoría, esta ha sido muy popular entre los británicos, especialmente aquellos que quisieron adjudicarse derechos sobre las tierras recién descubiertas, especialmente durante el reinado de Isabel I de Inglaterra. La historia cuenta que Madoc llegó a la actual Florida o a Mobile (en Georgia); desde donde recorrió el Misisipi y el Misuri hasta llegar a las Grandes Llanuras. Supuestamente, su base estaría en el Espinazo del Diablo, una formación rocosa en Louisville (Kentucky).

Sin embargo, la mayor parte de referencias a Madoc son posteriores a 1492, salvo la del 'cywydd' (una forma de poesía) que hablaba de él como un hombre que “solo deseaba el mar” (aunque no decía nada más). Es lo que ocurre con 'A True Report of the Late Discoveries of the Newfound Lands' de George Peckhan. Además, hay testimonios del siglo XVII que dan fe de una extraña imbricación entre nativos americanos y galeses o del hallazgo de biblias escritas en dicho idioma en poder de los indios. No obstante, las diferentes expediciones en busca de estos misteriosos indios galeses no dieron ningún fruto, ni siquiera cuando Thomas Jefferson encargó a los exploradores Lewisy Clark dar con ellos.

Una misteriosa cabeza romana

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La misteriosa cabeza de Toluca. (CC/Romeo H. Hristov)

En 1933 tuvo lugar uno de esos hallazgos que descolocan a su descubridor y hace que los comerciantes de la especulación histórica se froten las manos. Se trata de una pequeña escultura en terracota que mostraba la cabeza con barba de alguien con rasgos tremendamente europeos, y que fue encontrada en un cementerio del valle de Toluca datado entre 1476 y 1510. Como señalaron los expertos de la época, podía ser perfectamente una obra de arte romano del siglo II d.C., solo que unos cuantos miles de kilómetros más allá del lugar esperado. Ya que nadie ha conseguido demostrar ni que terminase allí a través de un contacto entre culturas de hace 2.000 años ni que fuese producto de un arqueólogo bromista, hoy en día se considera un posible testimonio de la relación entre europeos y americanos en la era precolombina.

Los fenicios, en todas partes

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La tablilla de Bat Creek. (CC/Scott Wolter)

La fenicia es la cultura comerciante por antonomasia, lo que provocó que buscasen nuevos mercados… incluso al otro lado del Atlántico. Según el estudioso Cyrus H. Gordon, los fenicios y otros pueblos semíticos llegaron a América, algo que defendió en su investigación de la tablilla de Bat Creek, que se encontró en un enterramiento de nativos americanos en Loudon Country (Tennessee) en 1889. Durante décadas, se consideró la prueba que demostraba que los hebreos del siglo I o II habían mantenido contacto con los cheroquis, puesto que Gordon afirmaba que las letras de la tablilla podían traducirse como “Judea”. Sin embargo, la autenticidad de dicho documento ha sido puesto en duda durante los últimos años, así como la de diferentes monedas de oro encontradas en la costa occidental africana que mostraban un mapa fenicio para llegar al otro lado del Atlántico.

Los egipcios se apuntan

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La momia de Ramsés II, la típica imagen disuasoria de cajetilla de tabaco. (CC/ Sreejithk2000)

No podían faltar en cualquier listado en el que se den cita la arqueológica y la especulación histórica más loca. Pero hay buenas razones para sospechar: o si no, como descubrió la especialista alemana en toxicología Svetlana Balabanova, ¿qué hacían restos de coca y nicotina en la momia de la sacerdotisa Henut Taui? ¿Por qué todas esas momias de Sudán presentaban las mismas trazas de productos que, hasta el descubrimiento de 1492, no habían salido de América? Una posible explicación es que la vegetación estuviese presente en el antiguo Egipto y posteriormente se extinguiese; otra, que los egipcios fuesen buenos clientes de alguna tribu indígena y aficionados al tabaco.

José Melgar sugirió una posible influencia africana en los pueblos precolombinos, ante la espectacular visión de una cabeza colosal en lo que hoy es Tres Zapotes

La respuesta puede encontrarse en las entrañas de Ramsés II, donde en los años setenta también se localizaron fragmentos de tabaco, lo que llevó a muchos investigadores a trazar las más rocambolescas teorías sobre los contactos de la sociedad del Nilo y la americana. Sin embargo, el investigador Maurice Bucaille recordó que el vientre de la momia había sido abierto a finales del siglo XIX, por lo que es posible tanto como que a Ramsés II le gustase más un 'trujas' que a un tonto un lápiz o, que simplemente, la gente no se cortaba fumando en los alrededores del cuerpo del faraón. Al fin y al cabo, su cadáver fue movido en varias ocasiones a lo largo del siglo XX, y cada traslado aumentaba potencialmente la posibilidad de que fuese deteriorado.

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Cabeza colosal olmeca. (CC/Marshall Astor)

Uno de los primeros en sugerir una posible influencia africana en los pueblos precolombinos fue José Melgar, ante la espectacular visión de una cabeza colosal en lo que actualmente es Tres Zapotes en 1862 y que presentaba rasgos muy similares a los de la población africana. A ello hay que añadirle la leyenda del príncipe Abubakari II (o Abu Bakr II) que, según el historiador estadounidense Ivan Gladstone Van Sertima, pudo haberse embarcado hacia el nuevo mundo después de su abdicación en 1311.

Según cuenta la leyenda, Abu Bark se habría convencido de que podía encontrar el fin del Atlántico, así que armó una flota de 200 naves para zarpar hacia él. O, mejor dicho, mandar a sus súbditos a que lo buscasen. De todas las embarcaciones tan solo volvió una, pero el rey no se dio por vencido, así que él mismo partió con otras 2.000 en pos del Nuevo Mundo, y nunca volvió a su hogar. Por bonita que suene la historia, no hay ninguna evidencia de un hipotético paso de Abubakari II por América, y los parecidos entre las esculturas de ambos lados del Atlántico pueden ser eso: simplemente, parecidos.

Polinesia lo sabía

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Seis de los moais de la Isla de Pascua. (CC/Rivi)

Por proximidad, no parece demasiado extraño que los polinesios del Pacífico Sur tomasen tierra americana antes que ninguna otra civilización. Además, hay un buen puñado de razones que refrendan dicha teoría: por una parte, su habitual consumo del boniato, que pudo ser importado desde Sudamérica en el año 700, una teoría refrendada por análisis filogenéticos, aunque también es posible que llegase a las orillas polinesias después del naufragio de algún carguero. Algo semejante ocurre con el hallazgo de huesos de pollo de islas del Pacífico Sur en el Chile del siglo XIV.

Aunque quizá el gran descubrimiento a este respecto se produjo en el año 2007, cuando se reencontraron calaveras humanas que compartían rasgos con los polinesios en un museo chileno. Desde ese momento se ha realizado un gran esfuerzo para demostrar las posibles relaciones entre las culturas de una orilla y otra, como los estudios publicados en la revista 'Tissue Antigens' que sugieren una posible contribución genética de los amerindios a la población de la isla de Pascua, y que muy probablemente antecedía a la llegada de Colón a América.

La dinastía Yin en México

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Zheng He. (CC/hassan saeed)

No podían faltar a la fiesta los chinos. En concreto, los refugiados de la dinastía Yin, como aseguró en 1975 la profesora Betty Meggers del Smithsonian, que aseguraba que los olmecas que se desarrollaron en lo que hoy es México fueron poderosamente influidos por la civilización china del 1200 a.C. Además, hay otros vestigios que pueden refrendar esta relación milenaria chino-india, como las monedas de origen oriental descubiertas en la Columbia británica por un minero.

'El Libro de Mormón' es, según la creencia, un registro de las civilizaciones que poblaron el continente americano desde nuestro lado del Atlántico

Otras teorías relacionadas con China han florecido durante las últimas décadas. Una de ellas es la del británico Gavin Menzies que en el libro '1421: el año en que China descubrió el mundo' (Debolsillo) aseguró que la flota del marino Zheng He llegó a América unos setenta años antes que Cristóbal Colón. Una teoría, en realidad, bastante infundada. Como quizá también lo sea la que sugiere que los misioneros chinos liderados por Hui Shen que llegaron a Fusang en el año 500 en realidad habían arribado a California, por la descripción que en sus escritos hacen de dicho territorio.

El alambicado origen de los mormones

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'El libro de Mormón'. (Dominio Público)

El tema de las relaciones entre las culturas precolombinas y el resto del mundo da para varias tesis doctorales, una por cada civilización que pudo haber tenido algún contacto con los pueblos indígenas, pero cerramos el artículo con una de las teorías más coloristas: la de los mormones, cuyo libro sagrado asegura que los habitantes de América antes de la llegada de Colón eran descendientes de las tribus semíticas que zarparon desde el Viejo Mundomilenios antes de que el genovés pisase las costas americanas. 'El libro de Mormón: Otro testamento de Jesucristo' es, según la creencia de los Santos de los Últimos Días, un registro de las civilizaciones que poblaron el continente americano desde nuestro lado del Atlántico, una de las cuales había llegado a dicho territorio alrededor del 600 a.C.

Según Joseph Smith, Moroni, el hijo de Mormón, le visitó en 1823 y le explicó cómo traducir el registro de su padre, que finalmente fue publicado en 1830. Para la mayor parte de los historiadores, Mormón es tan autor del libro comoCide Hamete Benengeli del 'Quijote', por lo que carece de validez documental. Como la National Geographic Society aseguró en una carta de 1998, “los arqueólogos y otros estudiosos han demostrado desde hace mucho que el pasado de este hemisferio y su sociedad no tienen constancia de nada que sirva para sustanciar el libro de Mormón”. Sin embargo, es una buena muestra de cómo el descubrimiento de América es terreno abonado para la especulación fantástica y religiosa sobre unos pueblos que, más de medio milenio más tarde, nos siguen intrigando.

https://www.elconfidencial.com/alma...-ni-vikingos-quien-descubrio-america_1189811/
 
CRÓNICA
Los kalinago, el pueblo indígena que encontró Colón en su segundo viaje
El apocalipsis de los kalinago
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Su 'malfario', creen, empezó en 1492 y aún sigue. Viven en una reserva en la Isla de Dominica, en parte destruida por el huracán María.

"La Unión Europea debe pagar por las atrocidades que nos hicieron", dice a Crónica su jefe ante el 12-O.


No queda nada. El pasado 18 de septiembre el huracán María chocó con furia contra la pobre Isla de Dominica y arrancó de cuajo lo poco que tenían. Decenas de muertos y desaparecidos. Casi ninguna presencia internacional dando ayuda, casi ningún medio de comunicación dedicándole unas líneas o minutos. Las tragedias siempre tienen nombres mayores que tapan las desgracias de los más pequeños: Miami, Puerto Rico...

En medio de todo ese apocalipsis, como siempre, porque la naturaleza es inmisericorde con los más débiles, la pequeña reserva de los últimos indígenas kalinago voló también: «El territorio ha sido destruido, un 95% por ciento de los residentes han perdido sus casas. Las cinco cabañas del Aywasi hotel han colapsado. Es un desastre», explica Louis Patrick, un indígena kalinago, ex marine de EEUU, que regresó a su tierra como emprendedor para mejorar la vida de su pueblo. Ya no queda nada en pie en un lugar donde todo ya se tambaleaba antes de los demoledores vientos.

Crónica viajó el junio pasado a la Isla de Dominica para hacer una reportaje de los últimos indígenas kalinago del Caribe. Arrinconados por todos, viviendo en una reserva que supone un 2% del territorio de Dominica, y recordando como su mundo, sus vidas, empezaron a cambiar cuando un 12 de octubre de 1492 tres barcos avistaron tierra y dos civilizaciones colisionaron. Como hacían ellos también con los indígenas taínos, a los que iban quitando mujeres e islas, el más fuerte impuso su hegemonía. Esta es una historia en dos fechas y cinco siglos de diferencia.

12 de octubre de 1492: Diario de a bordo del primer viaje de Cristóbal Colón cuyo texto se atribuye a Bartolomé de las Casas. Así narra el almirante genovés cómo fue el primer encuentro entre los españoles e indios americanos. Entonces fue con los vecinos taínos del norte. A los kalinago, Colón los encontró en su segundo viaje de 1493 en Dominica. La isla ha sido colonia francesa e inglesa hasta que los británicos le concedieron la independencia en 1978.

Esta es la crónica de aquel día: «A las dos horas después de media noche pareció la tierra de la cual estarían dos leguas. Amañaron todas las velas, y quedaron con el treo, que es la vela grande sin bonetas, y pusiéronse a la corda, temporizando hasta el día viernes, que llegaron a una islita de los Lucayos, que se llamaba en lengua de indios Guanahaní. Luego vinieron gente desnuda, y el Almirante salió a tierra en la barca armada, y Martín Alonso Pinzón y Vicente Yáñez, su hermano, que era capitán de la Niña. Sacó el Almirante la bandera real y los capitanes con dos banderas de la Cruz Verde, que llevaba el Almirante en todos los navíos por seña, con una F y una Y: encima de cada letra su corona, una de un cabo de la cruz y otra de otro. Puestos en tierra vieron árboles muy verdes y aguas muchas y frutas de diversas maneras. El Almirante llamó a los dos capitanes y a los demás que saltaron en tierra, y a Rodrigo de Escobedo, escribano de toda la armada, y a Rodrigo Sánchez de Segovia, y dijo que le diesen por fe y testimonio cómo él por ante todos tomaba, como de hecho tomó, posesión de la dicha isla por el Rey y por la Reina sus señores, haciendo las protestaciones que se requerían, como más largo se contiene en los testimonios que allí se hicieron por escrito. Luego se ajuntó allí mucha gente de la isla». Esto que se sigue son palabras formales del Almirante, en su libro de su primera navegación y descubrimiento de estas Indias. «Yo -dice él-, porque nos tuviesen mucha amistad, porque conocí que esa gente que mejor se libraría y convertiría a nuestra Santa Fe con amor que no por fuerza, les di a algunos de ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor, con que hubieron mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla. Los cuales después venían a las barcas de los navíos adonde nos estábamos, nadando, y nos traían papagayos e hilo de algodón en ovillos y azagayas y otras cosas muchas, y nos las trocaban por otras cosas que nos les dábamos, como cuentecillas de vidrio y cascabeles. En fin, todo tomaban y daban de aquello que tenían de buena voluntad. Mas me pareció que era gente muy pobre de todo. Ellos andan todos desnudos como su madre los parió, y también las mujeres, aunque no vi más de una harto moza. Y todos los que yo vi eran todos mancebos, que ninguno vi de edad de más de treinta años: muy bien hechos, de muy hermosos cuerpos y muy buenas caras: los cabellos gruesos casi como sedas de cola de caballo, y cortos: los cabellos traen por encima de las cejas, salvo unos pocos detrás que traen largos, que jamás cortan. De ellos se pintan de prieto, y ellos son de la color de los canarios ni negros ni blancos, y de ellos se pintan de blanco, y de ellos de colorado, y de ellos de lo que hallan, y de ellos se pintan las caras, y de ellos todo el cuerpo, y de ellos solos los ojos, y de ellos sólo el nariz. Ellos no traen armas ni las conocen, porque les mostré espadas y las tomaban por el filo y se cortaban con ignorancia. No tienen algún hierro: sus azagayas son unas varas sin hierro, y algunas de ellas tienen al cabo un diente de pez, y otras de otras cosas. Ellos todos a una mano. Son de buena estatura de grandeza y buenos gestos, bien hechos. Yo vi algunos que tenían señales de heridas en sus cuerpos, y les hice señas de qué era aquello, y ellos me mostraron cómo allí venían gente de otras islas que estaban cerca y les querían tomar y se defendían. Y yo creí y creo que aquí vienen de tierra firme a tomarlos por cautivos. Ellos deben ser buenos servidores y de buen ingenio, que veo que muy presto dicen todo lo que les decía, y creo que ligeramente se harían cristianos; que me pareció que ninguna secta tenían. Yo, placiendo a Nuestro Señor, llevaré de aquí al tiempo de mi partida seis a Vuestras Altezas para que aprendan a hablar. Ninguna bestia de ninguna manera vi, salvo papagayos, en esta isla».

23 de junio de 2017. Casi 525 años después de la llegada de Cristóbal Colón a las islas caribeñas: el aeropuerto internacional Douglas-Charles de la Isla de Dominica es una pequeña terminal, algo vieja, de la que se sale por una carretera estrecha que atraviesa el montañoso islote de norte a sur. Es de noche, llovizna suavemente. Tras el aeropuerto se ven algunas casas desperdigadas junto a la carretera de aspecto humilde. Hay algún fuego pese al agua y se escucha la música de algunas barracas frente a las que se baila al ritmo del alcohol. Es viernes. Unos 12 kilómetros después, un cartel de madera anuncia un desvío a mano izquierda: «Kalinago Territory». Por una carretera muy virada nos dirigimos al último reducto, una reserva indígena que supone el 2% de la extensión de toda la isla, donde viven los últimos habitantes con los que tuvieron aquel primer contacto los españoles en los inicios de la conquista de América.


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Charles Williams, jefe del pueblo kalinago. J. BRANDOLI


Allí fue huyendo poco a poco de todas las islas del Caribe el que era pueblo originario de este mar. Expulsados de su ambiente por la llegada masiva de españoles, ingleses, franceses y holandeses, obtuvieron con el paso de los siglos un pequeño trozo de terreno donde refugiarse. Tampoco es hoy suyo, su isla la domina ahora la población mayoritaria, los descendientes de esclavos africanos que hasta allí llevaron masivamente los occidentales, y los kalinago son el pueblo más pobre de una isla muy pobre, recluidos, con graves problemas de alcoholismo y drogas, un desempleo alarmante y problemas de incesto. No les queda nada más que sobrevivir e intentar hacer renacer una cultura arrinconada por todos.

«Cuando España abrió la nueva ruta con Colón, entonces llegaron los británicos, franceses, portugueses y holandeses que vinieron también a por un trozo de tarta. Trajeron los esclavos, y cuando la esclavitud fue abolida no se los llevaron a África, India o China. Los dejaron acá con el poder. Intentaban sacar a los indígenas de la faz de la tierra. Somos los supervivientes de la colonización», dice a Crónica Charles Williams, jefe del pueblo Kalinago.


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Tótems del pueblo indio en medio de un palmeral. J. BRANDOLI

Williams es un hombre adusto, enfadado, que vive en una casa de cemento junto a la carretera. Su discurso es directo: «Es difícil que estas islas vuelvan a pertenecernos, no sólo por la marginación, también por el proceso de mestizaje. Estamos sobrepasados por gente que no es kalinago. Los europeos tomaron a las mujeres y cambiaron la raza para convertirnos en esclavos. Los matrimonios mixtos son una amenaza para nuestro pueblo».

La misma opinión expresa Faustulus Friederick, 65 años y viejo jefe de los kalinago desde 1975 a 1978: «La cultura kalinago se está perdiendo a causa de los matrimonios mixtos, sólo quedamos 3.700 gentes de mi pueblo. Sería mejor que los kalinago nos casáramos entre nosotros», advierte.


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Una iglesia de Dominica. J. BRANDOLI


Faustulus habla junto a una choza de artesanía que se ha levantado en el llamado Kalinago Reserve Territory (ahora destruido por el huracán), un complejo que pretende enseñar a los visitantes que llegan en cuentagotas la vida de un pueblo olvidado y señalado con el dedo por algunas confusiones desde sus orígenes. «Los europeos -dice Cozier Frederick, el actual historiador de la tribu- creyeron queéramos caníbales porque encontraron huesos humanos en las casas. Por eso el Caribe se llama así y a nosotros nos han llamado durante años caribes, que es una derivación de caníbal. Fue un mal entendido, la gente enterraba a sus familiares en las casas, pero que vino muy bien para no considerarnos humanos y hacernos esclavos».

El mar Caribe no era un lugar pacífico, como explica la crónica de Colón en la que habla de señales de ataques entre diversos pueblos. Los kalinago de hecho exterminaron a los taínos para ocupar Dominica. Los taínos, al norte, ocupaban islas como la actual Cuba, República Dominicana, Puerto Rico y Antigua y Barbuda (Antillas mayores y norte de Antillas Menores). Al sur, estaban los kalinago que ocupaban desde Dominica (Antillas Menores) hasta las islas que llegan casi hasta la costa venezolana. Los kalinago se describen según los estudios científicos como un pueblo belicoso, de conquistadores que saltaron en canoas de las actuales Colombia y Venezuela al área del Caribe conquistándolas una a una. Vivían de la agricultura y la pesca, practicaban la endogamia y exogamia. Algunos estudios sí hablan de antropofagia y de acabar con los hombres de otros grupos para tomar a sus mujeres y seguir creciendo.


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Mujer kalinago confeccionando artesanía local y pintura mitológica. J. BRANDOLI


Todo eso desapareció, junto a su lengua propia y sus costumbres religiosas que han dado paso a un complicado conflicto de pensamiento. ¿Es usted católico? «Sí, yo nací como cristiano pero no practico ya el catolicismo», responde el actual jefe kalinago. ¿Por qué? «Por la historia de la Iglesia Católica. La Biblia dice no matar pero ellos mataban».

Los kalinago, mientras, intentan mejorar su vida actual, donde el desempleo supera el 50%, la infravivienda es alta y la alimentación se limita a la pesca que da el mismo océano por el que llegaron los europeos y lo que crece de los pequeños huertos. «Para mejorar hay que trabajar, lo que es imposible sin aceptar algunos aspectos del sistema occidental. Yo quiero que mi pueblo mejore, pero estoy en contra de la obsesión por acumular riqueza de los occidentales», explica Louis Patrick, un kalinago emprendedor. Él se queja también de que en su hotel el personal abandona el trabajo con facilidad: «No quiero que mi pueblo viva siempre en chozas miserables, la gente debe concienciarse y es verdad que a veces es difícil», dice.


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J. BRANDOLI


Es un mundo complicado donde la supervivencia del pueblo conquistador que pasó a dominado está siempre en riesgo. Aquel 12 de octubre de 1492 llegó un huracán humano que asoló todo. «Nos consideraron caníbales porque así podían matarnos porque no éramos humanos. Lo mismo que hizo George Bush en Iraq con las armas de destrucción masiva», dice el jefe kalinago al ser preguntado por aquella fecha. «Dijeron que éramos caníbales, pero somos la gente más pacífica de la isla. La cultura kalinago sobrevivirá», explica Elizabteh Valhond, una mujer de 70 años que hace cestos. «Hubo también cosas buenas aquel 1492, como la llegada de tecnología, pero en términos filosóficos nos devastaron. Mis ancestros creían en la naturaleza, pero la religión nos hizo creer que nuestra forma de vivir no era buena», dice Cozier Frederick, el historiador de los kalinago.

Más duras aún son las palabras de los líderes de este pueblo: «Erradicaron la cultura de millones de personas. Es peor que lo que hizo Hitler», opina Louis. «La gente que nos causó las atrocidades debe ahora pagar y reparar lo que hizo. La Unión Europea debe pagar a los indígenas por las barbaridades que aquí hicieron», concluye el jefe Charles Williams desde un Kalinago Territory, último reducto de los suyos, que es hoy un amasijo de escombros.

http://www.elmundo.es/cronica/2017/10/12/59da6c0746163f3f4b8b45aa.html
 
MEMORIA HISTÓRICA
La arqueología escribe la “batalla olvidada” que no sale en los libros
Científicos reconstruyen los hechos de la ofensiva del Alto Tajuña, con 8.000 bajas pero silenciada por los textos sobre la Guerra Civil. Han aparecido 13 soldados que nadie reclama, pero también latas, medicinas, envoltorios de chocolate y perfume de mujer

SILVIA R. PONTEVEDRA
Santiago de Compostela 16 OCT 2017 - 10:15 CEST


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Exhumación de un soldado en Abánades en el año 2012. CSIC


Contaba Daniel Gutiérrez Renales, pastor y agricultor de Abánades (Guadalajara), que un día una vaquilla del pueblo burló a las tropas franquistas y acabó dando su vida por la República. Los nacionales habían confiscado la res y se la habían llevado a El Castillo, su posición en este frente; pero cuando la fueron a sacrificar el animal se zafó y echó a correr. Los soldados la persiguieron, le dispararon para matarla en su huida. Pero no la alcanzaron y la pobre incauta acabó yéndose a refugiar en el Alto del Molino, tomado por las tropas republicanas. Supuestamente, aquella codiciada pieza acabó en el estómago de los "rojos", porque al día siguiente, según el pastor, estos les gritaban socarrones a sus enemigos desde las trincheras: "¿Queréis un filete de ternera?".

En las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en sucesivas campañas desde 2010 por el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), han aparecido los huesos de una vaca. En un informe comentan que podría tratarse de aquel animal tan berlanguiano, porque ese tipo de carne era un lujo en el campo de batalla. Aunque por los vestigios descubiertos la dieta de los soldados republicanos que participaron en la Ofensiva del Alto Tajuña (finales de marzo y primeros de abril de 1938) debía de ser la envidia de España. Es algo que solo se sospecha ahora que los científicos han desenterrado los restos de la que se conoce como "la Batalla Olvidada", porque la mayoría de los libros de historia nunca la citan.

Durante unos tres días de encarnizada lucha se produjeron unas 8.000 bajas entre heridos y difuntos. Los que ya no se levantaron jamás pudieron ser entre 1.000 y 2.000. Pero de los republicanos no existen listados y los recuentos de los sublevados solo registran con sus nombres a los oficiales. Todas ellas fueron las muertes más inútiles de la guerra, si es que hay alguna muerte útil, porque este enfrentamiento en los alrededores de Abánades en el que los gubernamentales se anotaron un ligero avance "no cambió nada" en la contienda. "Quedó eclipsado para los historiadores por las ofensivas de Aragón y Levante", que sí fueron decisivas y "cambiaron el destino", explica Alfredo González-Ruibal, investigador del CSIC en el Instituto de Ciencias del Patrimonio (Incipit) de Santiago y director de las prospecciones.

La profunda laguna de la historia oficial en este municipio de Guadalajara de solo 59 vecinos se ha ido supliendo con testimonios y, sobre todo, con arqueología. Una disciplina que, en este lugar, es la ciencia que interpreta latas de conserva, munición oxidada, botellas de coñac y vértebras de bacalao salado para reconstruir el día a día y las penurias de ambos bandos en un paisaje en el que perduran las trincheras, los fortines, los refugios improvisados en "parideras" del monte, viejas cabañas construidas para recoger los rebaños.

El Alto del Molino permaneció bajo dominio republicano durante toda la guerra, y aunque allí la compañía de ametralladoras pudo disfrutar de raciones extra para afrontar los combates, también padeció enfermedades cutáneas y musculares asociadas a los parásitos, y bronconeumonías por culpa de las noches de invierno de hasta -20ºC. Así de elocuentes son los envases de medicamentos. O las latas de leche condensada, atún, sardinas y sobre todo anchoas, una exquisitez que nunca llegaba a otros frentes. Y también el fino papel de aluminio propio del chocolate, las espinas de pescado o los huesos de cabras y ovejas que revelan la ingesta en fresco, cuando en otros lugares las tropas se conformaban con pequeñas raciones de carne en lata. Para beber y aguantar el frío, el dolor y la angustia, el avituallamiento incluía vino, coñac Peinado fabricado en Tomelloso, licores varios y, según se sospecha por unas botellas blancas y traslúcidas, alguna vez también champán.

Aquellos días los sublevados intentaron sin éxito abrir una brecha en este frente. Se sabe que existen fosas comunes con cadáveres , pero aún no se han encontrado. De momento, según González-Ruibal, lo que ha aflorado es "la punta del iceberg". Durante años, los vecinos se han topado huesos desperdigados "labrando la tierra". Y los trabajos del CSIC han desenterrado restos de otros 13 jóvenes procedentes de toda España, sepultados aquí y allá. La mayoría murieron cuando tenían unos 20 años de edad y todos han aparecido sin chapas ni documentos identificativos. Esos esqueletos de soldados de ambos bandos llevaban desde 2012 en la sede compostelana del Incipit y han sido devueltos a Guadalajara esta semana para regresar a la tierra el próximo marzo, en el 80 aniversario de la Batalla Olvidada. Ellos también son soldados olvidados, porque nadie los ha reclamado y el Ejército, según el director del equipo arqueológico, tampoco asume los gastos del sepelio.

Para escribir sus historias anónimas no ha quedado más remedio que fijarse en los útiles que empleaban, y que se han incorporado al museo de la guerra que ha creado Abánades. Al igual que en cualquier tipo de excavación arqueológica, se ha obtenido mucha información de los grandes hoyos donde las tropas arrojaban su basura y de los corrales donde dormían. De allí, y de las huellas de los combates a corta distancia, y de los cráteres abiertos por las explosiones donde han aparecido algunos cuerpos destrozados. En las parideras vivían, y también escribían cartas y hacían trabajos de oficina. Han aparecido plumillas, tinta Waterman y Milán y hasta quebradizas minas de grafito milagrosamente conservadas. Hay, además, navajas de afeitar y liendreras, porque los piojos, como las pulgas y la sarna eran una constante. Y envases de medicamentos como el Bardanol, para combatir los problemas de piel, y de otro llamado Urodonal que estos chicos no tomaban por el ácido úrico, sino para aplacar el dolor de las articulaciones, el reuma y la "fiebre de la trinchera" causada por parásitos humanos.

Han aflorado muchísimos botones, hebillas, zapatos, llaves, mecheros; una ficha del juego de damas; insignias de guerrera en las que se lee "Catalunya"; munición con caracteres cirílicos; algún cierre de cremallera, que era un invento relativamente reciente. Pero lo que más le llama la atención al director de las excavaciones son "los objetos que no se espera encontrar en el escenario de una batalla", como "algún pendiente o algún frasco de perfume de mujer". Un soldado guardaba con celo una medalla de San Antonio. Quizás pensaba que el santo lo protegería de la muerte, porque en algún momento dado perdió la cadena y se prendió la medalla a la ropa con un imperdible al que, 80 años después, la chapita de plata sigue amarrada y sin dueño.

https://elpais.com/elpais/2017/10/12/ciencia/1507829534_093972.html
 
Cotejarán los restos de Cristóbal Colón con los de las distintas teorías para establecer su origen
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Cristobal Colon

Hay hasta cinco tesis acerca de la posible procedencia del almirante. La tecnología actual permite "afrontar el análisis definitivo" de los restos de Colón, su hijo y hermano. Se van a estudiar las muestras a lo largo de este año y 2018. Si finalmente, ningún resto de estas teorías coincide con la genética de los restos de Colón, prevalecerá la italiana.


EUROPA PRESS. 21.10.2017
El profesor José Antonio Lorente, director del Laboratorio de Genética Forense de la Universidad de Granada, ha manifestado su confianza en que en el año 2018 haya concluido el estudio que lleva a cabo sobre el origen de Cristóbal Colón y se pueda establecer "de manera definitiva" el mismo con el fin de que se resuelva el misterio alrededor de la procedencia del almirante ya que, además de la teoría italiana, hay hasta cinco tesis de sobre su posible origen. Así lo ha puesto de manifiesto el profesor José Antonio Lorente, quien ha ofrecido esta semana en la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) en La Rábida, en la provincia de Huelva, una conferencia sobre 'Los últimos avances realizados y la estrategia de trabajo futura para la identificación de los restos del Almirante Cristóbal Colón'. En este sentido, Lorente ha sostenido que la tecnología actual permite "afrontar el análisis definitivo" de los restos de Colón, su hijo y hermano al cotejarlos con los restos de sus posibles antepasados, según las distintas teorías.

El origen de Colón genera un verdadero misterio a su alrededor ya que hay distintas tesis, como la relativa a su origen mallorquín, gallego, alcarreño (Guadalajara) e incluso dos más sobre su procedencia portuguesa y su vinculación a la familia real lusa. Todas estas, además, de la teoría italiana. Ante esto, Lorente ha explicado que van a estudiar las muestras a lo largo de este año y 2018 para intentar establecer algún dato que pueda confirmar las diferentes hipótesis que hay sobre el origen de Colón. "En todas esas teorías tenemos muestras con las que hacer una comparación directa y en ese sentido vamos a intentar trabajar a lo largo de los próximos meses para conseguir comprobar su origen", ha remarcado, antes de explicar que, si finalmente, ningún resto de estas teorías coincide con la genética de los restos de Colón, pues prevalecerá la italiana, aunque ha recordado que en Italia no hay restos de familiares directos a los que recurrir para hacer el cotejo. El trabajo de Lorente y su equipo comenzó en 2003, una vez localizaron los restos de Colón.

Una parte están enterrados en la catedral de Sevilla y hay otros en República Dominicana, donde "no hay un esqueleto completo por lo que todo lleva a pensar que la mitad están allí y luego se trajeron aquí la otra mitad". Así, fue en esta primera fase inicial del estudio cuando pudieron hacerse con restos del almirante, su hijo y hermano que ahora les permitirán compararlos con los de sus posibles familiares. Dentro de su arduo trabajo, entre los años 2010 y 2012 intentaron establecer el tipo de cromosoma Y de las personas apellidas 'Colombo' en Italia y 'Colom' en la zona de Cataluña, Baleares y Valencia pero "las tecnologías no eran suficientemente potentes" para ello. Así, ha contado que desde finales de 2016 ya disponen de las tecnologías adecuadas para poder establecer el origen, de manera que los promotores de las distintas teorías son los encargados de pedir los permisos para las exhumaciones que correspondan y así poder compararlos con los restos que en su día exhumaron de la catedral de Sevilla. En definitiva, Lorente ha mostrado su deseo de que finalmente se culmine este estudio y "se pueda aportar información objetiva sobre el origen de Colón que sirva a los historiadores".

http://www.20minutos.es/noticia/316...al-colon-distintas-teorias-establecer-origen/
 
Las chicas que les volaban los sesos a los nazis
Lyuba Vinogradova revisa la historia de las francotiradoras soviéticas en la Segunda Guerra Mundial

JACINTO ANTÓN
Barcelona 27 OCT 2017 - 23:58 CEST
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Francotiradoras sovéticas de la Segunda Guerra Mundial.


Eran en su mayoría muy jóvenes, algunas unas crías. Procedían de toda la Unión Soviética. El Ejército Rojo las reclutó a millares en la Segunda Guerra Mundial para emplearlas como francotiradoras: debían apuntar sus armas en la distancia y volarles los sesos a los soldados enemigos, literalmente. Esa era su misión, ese era el oficio para el que las preparaban meticulosamente, y aunque mataban nazis que habían invadido y devastado su país y muchas consiguieron largas listas de víctimas e incluso algunas llegaron a disfrutarlo, no hubo prácticamente ninguna que no se desmoronora y llorara su primera vez, al alcanzar con su arma a un ser humano. Tampoco se libró ni una de ellas, rodeadas de una gran masa de camaradas sexualmente hambrientos, de tener que soportar el acoso y los abusos de sus mandos y compañeros varones, mayormente ebrios: un verdadero combate en dos frentes. Pese a que varias se hicieron muy populares y hasta consiguieron el título de Heroinas de la URSS, no pudieron hacer luego carrera en el ejército y a su regreso a casa se las denostó a menudo como viragos o prost*tutas.

Lo cuenta la investigadora rusa Lyuba Vinogradova (Moscú, 1973) en su espeluznante y a la vez conmovedora historia de esas francotiradoras Ángeles vengadores (recién publicada en Pasado & Presente). Vinogradova, reconocida colaboradora de Antony Beevor y Max Hastings y de la que la misma editorial ya publicó su obra sobre las no menos asombrosas aviadoras soviéticas de la misma contienda (Las brujas de la noche, 2016), incluye en su libro los testimonios directos de algunas francotiradoras a las que ella mismo conoció y entrevistó. Como Yekaterina Térejova, de 90 años y con una leve cojera resultado de una herida de guerra en Sebastopol, que había abatido a treinta alemanes. Aunque parezca un score tremendo, la cifra palidece ante las de algunas de sus camaradas, como la legendaria Liudmila Pavlichenko, considerada la mejor francotiradora de todos los tiempos, a la que se acreditan 309 víctimas mortales (Vinogradova cuestiona el dato), la mayor parte con su rifle semiautomático Tokarev SVT-40 con mira telescópica de 3.5 aumentos (la mayoría de los francotiradores, sin embargo, preferían el más sencillo rifle de cerrojo Mosin-Nagant, más preciso).

Las francotiradoras fueron, con las aviadoras, la élite de las mujeres soldado soviéticas, de las que el Ejército Rojo, ante la escasez de varones por la sangría de la contienda, envió al frente más de medio millón (muchas más si incluimos a las partisanas y las milicias civiles) para servir en todos los puestos, desde simple infantería a zapadoras, artilleras y tanquistas. La iniciativa contrasta con la oposición absoluta de Hitler a que las alemanas tomaran las armas.

A las francotiradoras, que obligaron a millares de soldados alemanes a andar a gatas, se las adiestró como a sus colegas masculinos y padecieron como ellos los rigores de una guerra salvaje, a los que se sumaron penurias específicas como que les cortaran las trenzas, no disponer de ropas y calzado adecuados, de instalaciones sanitarias específicas o de las medidas de higiene que requerían. La regla era un fastidio cuando cazabas nazis. Muchas, cuenta Vinogradova, llevaban las braguitas y sujetadores que habían traído de casa debajo de la ropa interior reglamentaria de hombre. Se las enseñó a disparar, a camuflarse, a permanecer inmóviles largos periodos de tiempo. Vinogradova cita que algunos estudios apuntaban (valga la palabra) que ellas podían tener más rendimiento en la caza al ser más tranquilas y pacientes. En su contra tenían la dificultad de encajar el violento retroceso del fusil.

“Era por supuesto mucho más difícil y traumático matar a una persona con el rifle que desde un avión”, señala. “A 200 o 300 metros, a través de la óptica, ves perfectamente la cara de tu víctima, sabes muy bien a quién estás matando. Todas explican que el primer muerto era un gran shock. Algunas se acostumbraban, otras no”. Al matar a su primer alemán, Lida Lariónova saltó de la trinchera horrorizada y corrió hacia sus filas gritando: “¡He matado a una persona!”. Tonia Majliaguina, que era huérfana, se lamentó tras abatir al primero de los suyos: “¡Era el padre de alguien, y yo lo he matado!”. La muerte fue dejándolas de impresionar de manara gradual. “¡Un cartucho, un fascista!”, animaba Roza Shánina cuando llevaba ya más de veinte alemanes. Murió casi al final de la guerra, con el vientre abierto por la metralla, tratando de contener con las manos los intestinos que se le desparramaban y pidiendo a sus compañeros que la mataran rápido. Cuando le entregaron la medalla que había ganado, Bella Morózova hizo lo posible por enseñar solo un lado del rostro.Una bala le había entrado por la sien del otro atravesándole la cavidad nasal y dejándola sin un ojo. Tenía solo 19 años. Y regresó al frente. El soldado que se había enamorado de ella no cambió de opinión tras verla desfigurada y tras la guerra formaron una familia y vivieron muchos años juntos; un raro final feliz.

Las francotiradoras luchaban en parejas y la muerte de la compañera, muy habitual, solía representar un trauma terrible. Alguna perdió hasta cuatro.

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Liudmila Pavlichenko, al acecho.


Vinogradova resigue la carrera de un buen número de francotiradoras a lo largo de la guerra. Casos muy notables como los de Natasha Kovshova (capaz de darle a sus objetivos en el puente de la nariz, su firma) y Masha Polivánova, una de las parejas más notables de francotiradoras. En 1942, en Sutoki-Byakovo, prestaban apoyo a un francotirador varón y un ataque los dejó aislados a los tres. Fueron heridos y las chicas —su compañero pudo arrastrarse y escapar— se juramentaron en su pozo de tiradoras para no caer vivas en manos del enemigo (lo que significaba invariablemente para una francotiradora violación, tortura y ejecución). Quitaron el seguro de sus granadas, esperaron a que llegaran los atacantes y entonces las hicieron estallar matándose y llevándose por delante a unos cuantos alemanes.

Hay casos como el de Sasha Shlíajova, a la que la coquetería de conservar una bonita bufanda roja durante su sus misiones le costó que la matara un francotirador alemán. A Tania Baramziná, elegida como francotiradora aunque era corta de vista y llevaba gafas, la capturaron, torturaron y mataron con un lanzagranadas.

Dedica un capítulo Vinogradova a Pavlichenko, que visitó EE UU en loor de multitudes, a la que Woody Guthrie le dedicó una canción y que fue admirada por Chaplin, que le besaba los dedos fascinado, decía, de que hubieran matado a centenares de nazis. “Encuentro su historia muy extraña”, señala la autora. “En realidad considero que cualquier estrella con más de 300 muertos, femenina o masculina, es falsa. La propaganda necesitaba héroes”. Vaya, ¿y Záitsev, el gran tirador que aparece en Enemigo a las puertas? “Muchos de los francotiradores que he conocido eran muy escépticos con su tanteo. Lídiya Bakieva, que mató a 76 alemanes me dijo: 'Eras super afortunada si le dabas a uno al día. Matar diez, bueno, ¡eso habría requerido que se pusieran en fila esperando a que les dispararas!”.

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Las francotiradoras Kiseliova, Bulátova y Morózova y un colega varón, en 1944.


https://elpais.com/cultura/2017/10/21/actualidad/1508538803_215725.html
 
Historia
Las cinco 'tesis' de Lutero que cambiaron nuestro mundo
    • DARÍO PRIETO
    • Madrid
  • 30 OCT. 2017 08:24
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Retrato de Lutero de Lucas Cranach el Viejo.


Este martes se cumplen 500 años de la publicación de las famosas '95 tesis' contra la Iglesia católica de Roma con las que Martín Lutero inició la reforma protestante y creó una nueva forma de ver el mundo

El día de Difuntos de hace 500 años, un monje agustino llamado Martín Lutero inició en Alemania una de las mayores revoluciones de la historia. La publicación de Cuestionamiento al poder y eficacia de las indulgencias (las famosas 95 tesis que, supuestamente, Lutero clavó a las puertas de la iglesia del Palacio de Wittenberg) en 1517 dio comienzo a una nueva era cuyos efectos en la religión, la cultura, la sociología y la economía siguen presentes en nuestros días.


LA RELIGIÓN CATÓLICA
En los tiempos en que Lutero comenzó a desarrollar sus teorías, León X tomó posesión del papado con un gran desfile que imitaba una procesión del santísimo y en la que aparecía un cartel con el siguiente texto: «Antaño imperó Venus [Alejandro VI], luego Marte [Julio II], ahora empuña el cetro Palas Atenea». Más que el vicario de Cristo en la tierra, el papa se había convertido en un monarca, ocupado en los mismos asuntos mundanos que el resto de gobernantes de Europa. Como diría posteriormente Adriano VI: «El vicio ha venido a ser tan natural, que los con él manchados no sienten ya el hedor del pecado». Entre esas preocupaciones ocupaba un lugar destacado el dinero:la necesidad de recursos para costearse lujos y gastos de guerra impulsó el comercio con las indulgencias, la exención de pecados a cambio de dinero, contra cuyo tráfico se rebeló Lutero. El monje alemán lo hizo sin ser consciente de que su cuestionamiento acabaría provocando un cisma. Maximiliano Barrio, profesor de Historia Moderna de la Universidad de Valladolid habla de la «falta general de claridad dogmática» como una de las razones fundamentales para que se produjese esta situación: «El campo del error y de la verdad no estaba suficientemente deslindado. Lutero pensaba estar aún dentro de la Iglesia después de calificar al papa de Anticristo». Además, por culpa del Cisma de Aviñón (que durante medio siglo provocó que hubiese una bicefalia papal), «no era universalmente claro que el papado fuera esencial a la Iglesia. Al no poderse afirmar quién era el legítimo papa, se dejó de pensar en ello y la gente fue acostumbrándose a pasar sin papa. La reforma protestante recibió fuerte impulso del hecho que, para muchos, Lutero traía sólo la ansiada reforma, sin advertir que ponía en tela de juicio doctrinas esenciales de la Iglesia».

LA MORAL
La visión de Lutero es esencialmente pesimista: sostiene que la naturaleza humana tiene un carácter pecaminoso y niega el libre arbitrio. Así pues, la salvación depende de la misericordia de Dios. Pero lo verdaderamente crucial de su pensamiento es la idea de que la fe está por encima de las buenas obras. Para Miguel Ángel Quintana Paz, profesor de Ética de la Universidad Europea Miguel de Cervantes, más que una solución, esto supone una «disolución» del problema de la salvación:«Quizá nuestras angustias no sean ya sobre el Más Allá, sino sobre el Más Acá, pero pueden mostrar un matiz parecido: ¿cómo sé que en esta vida (o la otra vida) me va a ir bien, siendo todo tan inseguro como es? ¿Cómo no preocuparme mucho por ello y, justo así, estropearme un tanto esa vida que quiero mejorar? Lutero nos invita a salir de ese círculo tomándonos lo más importante como si no dependiera de nosotros, notando que a veces el mejor modo de lograr algo es aceptar que no lo conseguiremos solo porque nos esforcemos cada vez más».

LA ECONOMÍA
El estudio de la revolución luterana y sus consecuencias fue la base de uno de los libros clave para el desarrollo de la sociología. La ética protestante y el espíritu del capitalismo (1905), de Max Weber, introdujo un punto de vista novedoso respecto al análisis de las consecuencias de aquellas 95 tesis. Según Weber, algunas de las ideas planteadas por Lutero y sus discípulos, como Calvino, contribuyeron al desarrollo del capitalismo en Países Bajos, Alemania e Inglaterra. Después de siglos en los que la Iglesia condenó la acumulación de riquezas, la reforma religiosa del XVI introdujo el trabajo como una forma de honrar al Señor. Esto es más perceptible en aquellas manifestaciones religiosas más próximas al calvinismo, como los puritanos británicos o los protestantes holandeses, aunque también en otras denominaciones conectadas directamente con el luteranismo. Aunque las ideas de Weber han sido objeto de múltiples debates y cuestionamientos, siguen conservando vigencia, desde el momento en que suponen una crítica a la tesis marxista de que es el sistema económico (infraestructura)es el que determina el sistema filosófico y religioso (superestructura)de una sociedad. En La ética protestante... Weber defendió lo contrario con un argumentario del que siguen echando mano los críticos de Marx. Y, sobre todo, subrayó la importancia de determinados valores, como la ética del trabajo, en la configuración de determinadas sociedades. Samuel P. Huntington, el autor de la teoría del Choque de civilizaciones, defendía precisamente que la ética del trabajo que trajeron consigo los primeros colonos puritanos a Norteamérica terminaría moldeando el sistema moral de EEUU.

LA IMPRENTA
Las ideas de Lutero se habrían quedado en una anécdota de no ser por la difusión de las mismas a través de un invento relativamente reciente. La imprenta hizo que las 95 tesis se extendiesen en pocos meses por toda Europa. Pero, sobre todo, sirvió como herramienta para acercar la Biblia a los fieles. Hasta ese momento, la lectura e interpretación de las Sagradas Escrituras era un monopolio del clero. Desde el momento en que los reformadores empezaron a defender un diálogo directo entre el ser humano y Dios, se convirtió en un derecho de todos los creyentes. El propio Lutero tradujo la Biblia del latín al alemán, y estas ediciones se multiplicaron gracias al invento de Gutenberg, sirviendo como modelo para versiones en otros idiomas. Con ello se favoreció el «sacerdocio universal de todos los bautizados» que predicó el monje alemán.

LA POLÍTICA
Si el protestantismo se extendió hasta el punto actual, en que cerca de 900 millones de fieles lo convierten en la segunda denominación más importante del cristianismo, fue gracias a su importancia política. El desafío a la autoridad papal fue parejo al desafío al poder imperial representado en Carlos V: muchos príncipes alemanes vieron en Lutero una oportunidad para librarse del control de Roma, enfrascada en intrigas y alianzas, y del propio control imperial. De hecho, la designación de «protestante» viene de la carta remitida por varios príncipes alemanes en 1529 en protesta por la prohibición de las enseñanzas de Lutero. Aquella división desembocaría en las guerras de religión que desangraron Europa durante los siglos XVIy XVII, con momentos especialmente trágicos como la Matanza de San Bartolomé en Francia (1572)o la Guerra de los 30 años (1618-1648).

http://www.elmundo.es/cultura/cine/2017/10/30/59f5fd77ca4741d0088b4649.html
 
Una carta de Londres, 67 palabras, 100 años sin paz
Israel evoca la Declaración Balfour como germen del Estado judío; los palestinos, como preludio de su retroceso territorial

JUAN CARLOS SANZ
Jerusalén 31 OCT 2017 - 21:33 CET


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Arthur Balfour, cuarto por la derecha, en 1925 en una visita aTel Aviv. AFP


Una carta datada el 2 de noviembre de 1917 —un año antes de que concluyera la Primera Guerra Mundial—, con una sola frase de 67 palabras es recordada en Oriente Próximo de forma enfrentada. En Israel, la declaración firmada por el secretario del Foreign Office Arthur Balfour, en la que expresaba el respaldo del Gobierno británico al establecimiento en la provincia otomana de Palestina de “un hogar nacional para el pueblo judío”, es considerada como la primera piedra del Estado hebreo, fundado en 1948. Para los palestinos, que hace 100 años representaban el 90% de la población en la región, la misiva del Ejecutivo de Londres marca en la memoria colectiva el inicio de un imparable retroceso territorial. Su repliegue desde la partición aprobada por la ONU hace 70 años, que precedió a un conflicto armado en el que 750.000 palestinos tuvieron que dejar sus hogares, se ha prolongado hasta nuestros días con la ocupación militar tras la guerra de 1967.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, celebrará el centenario en Londres, junto con la jefa del Gobierno británico, Theresa May. “La Declaración Balfour reconoció la Tierra de Israel [denominación bíblica de la Palestina otomana] como hogar nacional para el pueblo judío y avanzó las medidas para establecer el Estado de Israel (...) y le proporcionó impulso internacional”, aseveró el mandatario ante su Gabinete.

A su vez, los dirigentes palestinos encabezarán mañana una manifestación en Ramala, sede administrativa de su autogobierno, para reclamar a Reino Unido que pida perdón por la comunicación diplomática de 1917. El primer ministro de la Autoridad Palestina, Rami Hamdalá, ha exigido a Londres que se disculpe por la “injusticia histórica” cometida hace un siglo en la conocida en el mundo árabe como Promesa Balfour.

La carta enviada por el entonces ministro de Exteriores británico a lord Walter Rothschild, destacado representante de la comunidad judía en Reino Unido, es interpretada en clave actual por las partes en liza en el conflicto israelo-palestino. Una aproximación histórica denota que, antes incluso de tomar el control territorial de Tierra Santa, el Gobierno imperial de Londres necesitaba garantizarse el control del canal de Suez para mantener la comunicación con sus colonias en Asia.

Para ello buscó atraerse el apoyo de los judíos mediante la Declaración Balfour. También cortejó el de los árabes, como refleja la correspondencia mantenida por el alto comisionado en Egipto, Henry McMahon, con el jerife de La Meca, Husein bin Alí, a quien el militar británico prometió la independencia si apoyaba a los aliados contra el Imperio Otomano. Como anticipo, despachó a su servicio en calidad de asesor al oficial de inteligencia Thomas Edward Lawrence, más conocido como Lawrence de Arabia.

En un centenario que discurre entre la leyenda y la diplomacia de guerra, los palestinos no suelen hacer referencia a una cláusula de advertencia incluida en la propia Declaración Balfour: “En el bien entendido de que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina”. El actual secretario del Foreign Office, Boris Johnson, se ha encargado de recordar que esta salvaguarda “no se ha ejecutado por completo”, y la reivindica ahora al sostener la solución de los dos Estados —el de Israel y el de Palestina— como salida al centenario conflicto.

Pese a las declaraciones y promesas de 1917 —los kurdos también recibieron un ofrecimiento de Estado propio por su contribución a la derrota otomana, que no fue recompensado tras la guerra—, británicos y franceses ya se habían repartido un año antes los despojos del enemigo en Oriente Próximo en el llamado Acuerdo Sykes-Picot, que reservaba a la provincia de Palestina el estatuto de territorio bajo control internacional. La Sociedad de Naciones acabó adjudicando en 1922 un mandato a Reino Unido para administrar en exclusiva el territorio de Tierra Santa.

Rebelión y atentados
Desde entonces y hasta 1935 la población judía en la Palestina británica pasó de algo menos del 10% a un 27%. Las autoridades de Londres, sin embargo, redujeron los cupos de inmigración judía poco antes de la Segunda Guerra Mundial. A partir de 1944 grupos armados clandestinos hebreos se rebelaron contra las fuerzas británicas en un alzamiento que tuvo su expresión más reconocible en el atentado con bomba contra el hotel King David de Jerusalén —que albergaba instalaciones civiles y militares británicas—, donde murieron 92 personas.

Israel celebrará la Declaración Balfour con una ceremonia en la Knesset (Parlamento) que contará con la ausencia de los diputados árabes israelíes, representantes de una comunidad que agrupa a la quinta parte de la población del Estado hebreo. Cien años después de la polémica carta de Londres, ondearán banderas negras en los edificios oficiales de la actual Palestina.

https://elpais.com/internacional/2017/10/31/actualidad/1509480724_478944.html
 
Recordando la carga de la caballería en Beerseba

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31.10.2017 – 05:00 H.
Descendientes de los soldados australianos y neozelandeses que lucharon en la Batalla de Beerseba (1917) recorren el camino que hicieron sus ancestros cuando vencieron a las fuerzas otomanas en la I Guerra Mundial con una famosa carga de caballería en la que atacaron con bayonetas en sus manos.

GALERIA FOTOS: https://www.elconfidencial.com/mult...carga-de-la-caballeria-en-beerseba_1469687/#1
 
CENTENARIO DEL 7 DE NOVIEMBRE DE 1917

"¡Disparan al Palacio de Invierno!" Dos españoles en la Revolución Rusa
Cuando se produjo el breve asalto final hacía en realidad una semana que los bolcheviques le habían arrebatado de facto el gobierno a Alexander Kerensky

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Asalto al Palacio de Invierno el 7 de noviembre de 1917

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JULIO MARTÍN ALARCÓN
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07.11.2017 – 05:00 H.

“Anoche a las nueve empezó un vivo fuego de fusilería, ametralladoras y cañones alrededor del Palacio de Invierno, que dista de esta embajada solo unos 500 metros en el que decíase estaba encerrado Kerensky y algunos miembros de su Gabinete…”. El telégrafo repiqueteaba en Madrid las palabras que enviaba desde Petrogrado Justo Garrido Cisneros, el encargado de Negocios de la Embajada de España. La Revolución Rusa acababa de llegar a un punto sin retorno.

Eran las 12:30 de la mañana del 8 de noviembre de 1917 (25 de octubre en Rusia según el entonces vigente calendario juliano), hace hoy justo 100 años, cuando se recibía el telegrama en el ministerio de Estado en Madrid. Un día antes, como informaba Garrido Cisneros en la misma comunicación, había estallado en Rusia la revolución que impondría la “dictadura del proletariado”, según proclamaban los bolcheviques o “maximalistas”, como se les denominaba entonces en España.

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Telegrama

Además de Garrido y el personal de la embajada española también se encontraba en la capital la veterana periodista Sofía Casanova, corresponsal del diario ABC. “Al escribir estas líneas se oyen los primeros cañonazos dirigidos a la enorme mole roja del Palacio de Invierno, donde el zarismo había concentrado sus imperiales esplendores y que ahora cobija al gobierno republicano bombardeado por sus contrincantes radicales pacifistas. En la negrura de la noche resuenan los disparos de las baterías de la fortaleza y los del crucero Aurora para rendir el Palacio. El corazón y los nervios de quienes estamos en el centro de esta hoguera sufren, desmayan…"

Leyendo ambas crónicas aisladas, la imagen habría sido la de una ciudad sumida en una batalla por las calles, con disparos heridos y muertos, pero la realidad es que ni siquiera se habían cerrado los teatros. Lo que siguió ese 7 de noviembre de 1917 que cambió el curso de la historia fue la normalidad de la miseria en las calles que duraba ya meses: hambre, colas de madrugada para adquirir el pan al día siguiente, escasez de todo tipo de productos y frío. Hubo quien ni se enteró realmente de lo que había pasado.

Porque cuando el diplomático Justo Garrido y la periodista Sofía Casanova explicaban lo que fue el breve asalto final, hacía en realidad una semana que los bolcheviques le habían arrebatado de facto el gobierno a Alexander Kerenski, un socialista moderado que había quedado al frente de Rusia tras la caída de los zares en febrero.

10 días que estremecieron el mundo
Los diez días que estremecieron el mundo, según el título de la crónica del periodista estadounidense John Reed, no se dirimieron entre barricadascomo en la Comuna de París de 1871, fueron palaciegos, como un último broche zarista para la representación final del drama ruso. Se cocieron entre la habitación 36 del Palacio de Smolny, donde se habían instalado los bolcheviques y las paredes del Palacio de Invierno de la antigua San Petersburgo, cuyo asalto sería posteriormente distorsionado por la propaganda bolchevique hasta el límite de que murieron más extras durante el rodaje de la escena de la película ‘Octubre’ (Eisenstein, 1928) que la recreaba, que en el asalto verdadero. El arte de las noticias falsas y la manipulación de la verdad no lo inventó Twitter.

Murieron más extras en el rodaje de la escena de 'Octubre', de Eisenstein, que en el verdadero asalto al Palacio de Invierno

En Smolny, que había sido una antigua academia para señoritas de la alta sociedad rusa, se dirimirían las infinitas intrigas y discusiones de los bolcheviques sobre las diferencias a la hora de tomar el poder. Mientras, en el de Invierno, tras el fallido y desastroso golpe del general Kornílov, Kerenski se deshacía sumido en el optimismo suicida y las caricias del alcohol, la cocaína y la morfina, según la información que da el historiador Orlando Figes en ‘La Revolución Rusa. (1891-1924)’, Edhasa, 2010.

La situación en Rusia se había degradado por la guerra y el descontrol. Tal y como lo explicaba a Madrid el diplomático español Justo Garrido el 6 de noviembre, un día antes de que cayera el Palacio de Invierno: “La situación interior de Rusia es gravísima, el ministro de aprovisionamiento ha declarado ante el consejo provisional de la República que el frente norte del ejército tenía víveres sólo para veinte días. En Petrogrado las reservas de harina son 152 vagones: la ciudad consume diariamente setenta y recibe sólo unos veinte. En provincias la anarquía va en aumento y son despojados y asesinados impunemente los propietarios. Las tropas de los diferentes frentes amenazan con dejar las armas para dentro de breve plazo….”. (Archivo Histórico Nacional).



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Lenin proclama el poder soviético en el Instituto Smolny de Petrogrado. (Vladimir Serov, 1952)


En resumidas cuentas, apenas habían variado los ingredientes que sirvieron para derrocar al zar Nicolas II en febrero: hambre y descontento por la guerra. Los bolcheviques lo sabían, el gobierno de Kerenski también, todo el mundo estaba al tanto de que pasaría algo. En verano ya había habido un conato de rebelión bolchevique, al que le siguió después el fallido golpe del general Kornilov que dejaría además a Kerenski sin el apoyo del ejército.

A diferencia de lo que había ocurrido en la revolución de febrero, cuando la espontánea manifestación del día de la mujer condujo a la caída de los zares, los bolcheviques preparaban con detalle, prácticamente a la vista de todo el mundo, el golpe de Estado que derrocaría el gobierno democrático de Rusia.

El genio de Trotski
Sin embargo, en Smolny, debajo de las lámparas donde habían aprendido ballet las aristócratas rusas, los bolcheviques dirimían en los últimos días de octubre otros pasos de baile: Kamenev y Zinoviev defendían que había esperar al Congreso de los Soviets antes de pasar a la acción, En cambio Lenin, que se escondía en la ciudad desde su regreso de Finlandia en primavera justo a tiempo para el golpe, presionó para que se hiciera sin la consulta de los soviets o consejos populares. A los pocos días ya calificaba en la prensa de traidoresa Kamenev y Zinoviev.


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'La Revolución Rusa' (Debate)


De todos los soviets, el más importante era, obviamente, el de Petrogrado y su figura central Leon Trotski, que maniobró hábilmente para hacerse con el control de la situación en la semana previa al golpe. Tal y como explica el historiador Richard Pipes en 'La Revolución Rusa' (Debate, 2016) los bolcheviques habían renunciado a las manifestaciones armadas masivas y a las escaramuzas callejeras que ya se habían utilizado por Lenin en abril y julio, porque se habían revelado difícil de manejar, además de suscitar una reacción negativa. En cambio, se instauró el Comité Militar Revolucionario, que pronto se hizo desde dentro con el control militar de la ciudad.

La guerra con Alemania era también una pesada losa: cuando Kerenski amenazó con trasladar la guarnición militar de Petrogrado al frente a finales de octubre, la mayor parte de los soldados se negaron a obedecer las órdenes del Estado Mayor general y manifestaron su lealtad al Comité Militar Revolucionario.

Cuando Kerenski amenazó con trasladar la guarnición de Petrogrado al frente, los soldados se negaron a obedecer


De hecho, el 3 de noviembre éste se proclamó a sí mismo como la autoridad que regía la guarnición: fue el primer y definitivo acto de insurrección. A partir de ese momento, el gobierno estaba en manos de los golpistas, disfrazados de comité revolucionario. Con Lenin ya en el palacio de Smolny, la primera semana de noviembre los bolcheviques controlaban además de la guarnición de Petrogrado, las fortalezas de San Pedro y San Pablo y con ella el cañón que dominaba el Palacio de Invierno. En definitiva, el día 6 la ciudad entera estaba bajo control de los bolcheviques sin disparar ni un solo tiro.

Esa noche cayeron estaciones ferroviarias, oficinas de correos, centrales telefónicas, bancos y puentes sin resistencia ni disparos. El caso del Estado Mayor del Ejército fue si acaso el más sorprendente: “Entraron y se sentaron, y quienes estaban sentados se levantaron y se fueron” según relata Richard Pipes.

Garrido lo explicaba así a Madrid: “A primera hora de la mañana corrió el rumor que durante la noche los maximalistas se habían apoderado sin lucha de casi todas las administraciones de Estado en Petrogrado, como bancos, teléfonos, fortaleza de San Pablo etc. En este momento se coloca debajo de los balcones de esta embajada un batallón de automóviles blindados como en orden de combate que se dice son maximalistas que vienen a sitiar el gobierno que está encerrado en el Palacio de Invierno”.

La huida de Kerenski
Alexander Kerenski se escabulló del palacio la mañana del 7 quejándose de que en vez de tropas de refuerzo solo recibiera montañas de inútiles telegramas: “La noche del 24 al 25 de octubre (6 al 7) fue tensa de expectación. Aguardábamos impacientes la llegada de refuerzos procedentes de la línea de fuego. Las llamé en tiempo oportuno para que arribasen a la capital en la mañana del 25. Pero en lugar de tropas, todo cuanto recibíamos eran montañas de telegramas y continuas llamadas telefónicas informando que las líneas férreas eran sometidas a un sabotaje sistemático”. ‘Memorias’, Alejandro Kerenski (Caralt, 1967).

Mientras el que fuera presidente del gobierno provisional huía, el diplomático español daba cuenta de las últimas horas de lo que había sido el último intento reformador de un país casi feudal después de la caída del Zar en la revolución de febrero: “En el Neva había dos torpedos venidos de Cronstad que también bombardeaban el palacio. A las doce de la noche se rindió este por fin y con ello queda ya todo San Petersburgo en manos de los maximalistas o sea del soviet de obreros y soldados de de San Petersburgo... El soviet general de la República ha sido disuelto y todos los periódicos se consideran suspendidos. Todos los puestos, cruces de calles, y plazas están tomadas militarmente pero por el momento reina completa tranquilidad en la ciudad. Se dice en este momento que que Kerenski ha logrado fugarse y se dirige al frente para volver con fuerzas sobre San Petersburgo”.

El soviet general de la República ha sido disuelto y todos los periódicos se consideran suspendidos


De las 35 descargas de cañón sobre el palacio, sólo le alcanzaron dos, produciendo daños menores. Las bajas totales, una vez finalizado el asalto fueron de cinco muertos y varios heridos.

Se había consumado el golpe de Estado debido fundamentalmente a la miopía de un gobernante que, sabiendo la existencia del golpe, dejó que se produjera. La corresponsal española Sofía Casanova lo describió así en el momento para ABC: “Los bolcheviques se han echado a la calle seguros de su fuerza y decididos a vencer o a morir (…) los idiotas que me aseguraron que los bolcheviques son unos cobardes se engañaron y se engañarán lo que les quede de vida (…) Kerenski que desapareció durante el último consejo de su gabinete en un auto de la embajada aliada aparece ahora ante Galchina (50 kilómetros de aquí) capitaneando tropas para sofocar la rebelión…”.

Kerenski se había enterado de la caída del Palacio de Invierno mientras preparaba su vuelta para retomar el control: “Aquella noche a bordo del tren camino de Petrogrado, nos enteramos de que la noche anterior, los bolcheviques se habían apoderado del Palacio de Invierno y detenido al Gobierno provisional en bloque (…) Al final llegamos a un paraje boscoso. Los frenos del automóvil chirriaron y el artefacto paró bruscamente.

-Salga, Alejandro Fiodorovich- dijo el oficial. El marinero que me acompañaba, llamado Vania, me siguió. Estábamos perdidos en la nada; sólo se veían árboles a nuestro alrededor. Me preguntaba a dónde iríamos a parar.”

Kerenski no volvería nunca a Petrogrado. El golpe había triunfado y a los rusos sólo les aguardaba la guerra civil, la masacre, las purgas y el terror.

https://www.elconfidencial.com/cult...asalto-palacio-de-invierno-espanoles_1473367/
 
Hablan las heroínas del Gulag: "Intenté suicidarme tragando cal viva"
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En 1949, se cifró en 503.000 las mujeres presas en el Gulag: 9.300, embarazadas y 23.790 con niños a su cargo. LASKI DIFFUSION


Trabajaban de sol a sol con 300 gramos de pan como único sustento. En vez de sopa de col podrida, tenían que conformarse con agua recalentada

"El complejo del hambre me ha acompañado hasta hoy, por eso siempre tengo la nevera llena", recuerda Janina Misik, una de las nueve supervivientes

Janina Misik se levantó de la cama sobresaltada. Eran las cinco de la mañana del 10 de febrero de 1940 y aquellos hombres no paraban de vociferar. Sus métodos eran de sobra conocidos. También el motivo de su presencia. Aquellas llamadas a la puerta (como se conocía este método de arresto que ejercía la NKVD, la policía secreta, en plena noche) anunciaban el fin de su libertad.

"¡Preparen el equipaje!", gritaron.

Pero su madre ni se movía. Sabía que nunca volverían a casa. No se equivocó.

"¿Qué piensan hacer con nosotros? ¡Esta es nuestra casa, nosotros vivimos aquí!", replicó la pequeña Janina.

Poco a poco, su madre comenzó a moverse. Le ayudaba su hermano pequeño, que por entonces tenía nueve años. El miedo le hizo dar su último estirón. Así alcanzó la estatura media de aquella generación nutrida por la balanda (sopa de col podrida que les servían a los prisioneros) y la nieve. Pirámide nutricional del Gulag.

Tras dos semanas en un tren de ganado llegaron a Nóvgorod (sureste de San Petersburgo), uno de los campos de concentración que formaban parte del Gulag, aquel sistema penal de campos de trabajos forzados donde destinaban a los "enemigos del pueblo" (presos políticos y opositores del régimen).

"Nos alojaron en cabañas de madera. A nuestra familia de cinco miembros les asignaron una litera. Nos sentíamos como en una jaula. Al día siguiente de la llegada nos mandaron a trabajar. Catorce horas al día cortando árboles, hundiéndonos en la nieve", recordaba la propia Janina, cuyo testimonio y el de ocho mujeres más conforman Vestidas para un baile en la nieve (Galaxia Gutenberg, 2017), el nuevo ensayo de Monika Zgustova. Un recorrido por todas y cada una de las torturas que soportaron muchas de las mujeres que estuvieron presas en aquel infierno de hielo.

"Vivieron una situación límite. En el Gulag tuvieron unas experiencias muy fuertes, como la crueldad de los guardas y su entorno, porque las prisioneras políticas estaban rodeadas y sometidas a los reos comunes. La otra crueldad era la del trabajo, que se ejercía en unas condiciones inhumanas", apunta la escritora.

La hambruna permanente pasó a ser un estado de ánimo y muchos acabaron por no diferenciar la propia vida de la muerte.

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El campo de trabajo de Vorkuta./ RIA NOWOSTI



"Nos invadía la tristeza, no sabíamos qué sería de nosotros y estábamos permanentemente hambrientos. Los niños soñábamos con una sola cosa: tener suficiente pan, poder comer hasta saciarnos. El complejo del hambre me ha acompañado hasta hoy, por eso siempre tengo la nevera llena", confesaba Janina.

Después del fallecimiento de Lenin (1870-1924), líder de la Revolución de Octubre de la que este año se conmemora el centenario, Stalin, Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, se alzó como líder principal de la Unión Soviética. Su "socialismo en un solo país" triunfó frente a la "revolución permanente" de León Trotski, a quien expulsó del territorio en 1929.

El crecimiento industrial que ideó Stalin a través de una planificación económica centralizada dio lugar a los Planes Quinquenales, cuyo principal objetivo era modernizar el sistema económico mediante el fortalecimiento del sector agrícola, industrial y militar. De ahí se produjo la colectivización de los campos y el control estatal de la producción industrial.

Para cumplir los objetivos económicos, Stalin se apoyó en el Gulag, cuya expansión tuvo lugar a partir de 1929. El trabajo en la URSS es una cuestión de honradez, gloria, valor y heroísmo o ¡Libertad! mediante el trabajo eran algunos de los lemas que se encontraban los prisioneros en los portones de acceso. Una falsa ilusión que buscaba exprimir al máximo a todos los que allí se hacinaban.

NOS SENTÍAMOS COMO EN UNA JAULA, CATORCE HORAS AL DÍA CORTANDO ÁRBOLES, HUNDIÉNDONOS EN LA NIEVE

Tal y como apunta la periodista Anne Applebaum en Gulag: Historia de los campos de concentración soviéticos (Debate, 2004), Stalin decidió utilizar el trabajo forzado tanto para acelerar la industrialización como para explotar los recursos naturales en el extremo norte. "Aquel año, la policía secreta soviética comenzó a asumir el control del sistema penal soviético, sustrayendo lentamente los campos y prisiones de todo el país al poder judicial".

Tras las detenciones masivas que tuvieron lugar entre 1937 y 1938 (los años de la Gran Purga, también conocida como Yezhovschina), los prisioneros fueron la mano de obra encargada de producir oro, madera y carbón, materiales que favorecerían la creación y desarrollo de la industria aeronáutica, armamentística, forestal y minera.

"El principal propósito del Gulag era económico. Esto no significa que fuera humanitario. Dentro del sistema, los reclusos eran tratados como ganado", explica Applebaum. El método consistía en los traslados al antojo de los guardias. En términos marxistas, estaban explotados, cosificados y mercantilizados. Según el relato de Applebaum, a menos que fueran productivos, sus vidas carecían de valor para sus amos.

No había distinción. Hombres y mujeres tenían la misma capacidad para ejercer las pesadas tareas que los guardias les encargaban. Las largas jornadas a la intemperie con una ración escasa de pan (300-400 gramos al día por prisionero), carecer de instrumentos necesarios para la tala de árboles o la extracción de carbón (Vorkutá) y no disponer de buenas condiciones higiénicas dificultaron enormemente la integridad física de los presos.

"Lo primero que comprobé fue el frío que hacía en los barracones. Durante el día íbamos al bosque a trabajar de leñadoras, incluidas las embarazadas. A cada momento nos teníamos que rescatar mutuamente de la nieve. Por la mañana, en lugar de los preceptivos, e insuficientes, 400 gramos de pan, recibíamos 200. No había sopa sino agua recalentada. Un mundo de dolor y sufrimiento". Así le relató Valentina Íevleva su calvario a la escritora Zgustova.

Poemas y piojos
En el campo de Arjánguelsk (norte de Rusia), su último destino, cavó día y noche para construir vías de ferrocarril. "Pronto aparecieron los piojos, blancos y grandes. En ningún otro campo los había visto así. Los aplastábamos contra la estufa".

A pesar de que intentara sobrevivir mediante la escritura de poemas o cuentos, las torturas diarias a las que era sometida le llevaron a intentar quitarse la vida. De la forma más cruel. "Había barreños con cal viva. Corrí hacía allí, encontré un vaso de medio litro y lo llené de cal. Acto seguido me lo bebí. Sentí un ardor terrible, como si el estómago se desgarrara", recordaba.

Asumir tantos años de prisión y destierro no fue fácil. Tampoco combatir las secuelas que el régimen dejó en gran parte de sus víctimas. Como explica la escritora Zgustova, "varias de ellas se quejaron de que sus maridos estaban trastornados por el Gulag, que tenían una personalidad muy difícil para convivir y he notado una cosa, las mujeres lo superaron. Me contaron sus vivencias desde el optimismo, desde la supervivencia alegre, pero los hombres no. Los hombres lo veían todo muy negro, muy oscuro, muy terrible y estaban hundidos".

Un desasosiego que vivieron 18 millones de personas. Así lo recoge Applebaum en su trabajo, en el que también destaca que desde 1929 hasta 1953, fecha de la muerte de Stalin, seis millones fueron enviados al exilio o deportadas tanto a los desiertos de Kazajistán como a los bosques siberianos, donde seguirían siendo trabajadores forzados.

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Zayara Vesiólaya, una de las nueve supervivientes



Llevar el letrero de "enemigo" a cuestas complicó en muchas ocasiones cualquier reinserción social y laboral. Las poblaciones autóctonas de estos lugares se distanciaban, bien por temor o desconocimiento.

Al regresar, los prisioneros descubrían que sus casas habían sido requisadas hacía mucho tiempo, que sus pertenencias habían desaparecido. Tenían que empezar de nuevo. Mucho tiempo después de que hubieran sido liberados, los familiares de los enemigos seguían estigmatizados, sometidos a formas oficiales de discriminación y no se les permitía trabajar en ciertos trabajos.

Dura reinserción, tal y como relata Susana Pechuro, otra de las supervivientes del terror estalinista. "Todo me parecía trivial. Nada tenía sentido. Nadie en libertad podía imaginarse ni por asomo lo que yo había experimentado. Y a mí me parecía que ellos no tenían vivencias. Al menos no lo que yo llamaba vivencias. El mundo de la gente en libertad era radicalmente distinto al mío. Me sentí sola, incomprendida".

Una opinión similar a la que también expresó Zayara Vesiólaya, que vivió desterrada en Pijtovka (Siberia), para después ser deportada al campo de Kazajistán, donde también estaba su hermana. "¡La estancia en Siberia fue tan enriquecedora! ¡Tenía amigos de verdad en los que podía confiar como después no he vuelto a confiar en nadie!".

Es el síndrome de Estocolmo. Y se desliza por todo el relato colectivo Zgustova. Igual que la poesía. Porque ésta les salvó de la locura. Fue lo que cimentó la humanidad que estaban perdiendo.

Esta resistencia literaria se observa en los versos de Nina Gagen-Torn desde el Gulag: A lo lejos en el siniestro cielo / el sol indiferente gira / Tu respiración es un silbido tenue/a cincuenta grados bajo cero/ morir ¿qué significa? / Las montañas miran, y se quedan calladas.

Gritos versados de libertad y justicia. Deshielo de las voces ausentes. Hoy con altavoz propio.

http://www.elmundo.es/papel/historias/2017/11/15/5a0b1d1622601df10f8b45d8.html
 
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