Cuadernos de Historia

1967: UN ANTES Y UN DESPUÉS
Cómo se perdió la guerra contra las drogas (y qué hizo bien España)
Un nuevo estudio llama la atención sobre un apartado olvidado de la Comisión, que de haber sido más influyente, podría haber cambiado la historia del último medio siglo


imagen-sin-titulo.jpg

La batalla oculta del siglo XX. (iStock)


HÉCTOR G. BARNÉS
08.06.2018


La revista académica 'Criminology & Public Policy' acaba de publicar un estudio que dará que hablar. Se trata de una pequeña revisión del último medio siglo de guerra contra las drogas a partir de un momento crucial de la historia estadounidense, en el que, bajo la presidencia del demócrata Lyndon Johnson, un grupo de expertos alumbró un innovador informe que, en palabras de los propios autores, estaba “décadas por delante de su tiempo”. De haberle hecho caso, quizá el panorama global de la lucha contra la adicción de las últimas décadas, marcada por la “guerra contra las drogas”, habría sido muy diferente y quizá no habríamos llegado a lo que ocurrió en 2011, cuando la Comisión Global de Políticas de Drogas anunció que “la guerra contra las drogas ha fracasado”.

El trabajo se centra concretamente en uno de los capítulos más olvidados de la conocida como Comisión sobre Aplicación de la Ley y Administración de Justicia (para los amigos y los medios americanos, “La Comisión”), un macroinforme publicado en 1967 que intentaba encontrar solución al acuciante problema que presentaba el crecimiento del sistema legal americano, impulsado, en parte, por el aumento en el consumo de drogas. La heroína, que durante décadas había sido el principal problema de las autoridades, empezaba a convivir con la marihuana que, durante los años de auge de la contracultura, había emergido como una alternativa que, para más inri, era consumida en estratos y grupos sociales muy diferentes. Uno de los problema era que estaba clasificada en el mismo grupo que la heroína.

La historia podría haber sido diferente si en 1967 las propuestas de la Comisión basadas en prevención y tratamiento se hubiesen considerado



¿Por qué resultaba tan rompedor dicho informe? Porque por primera vez proponía un enfoque centrado en la prevención y la salud pública, y no tanto en la erradicación absoluta del tráfico y consumo de drogas, el paradigma que había estado vigente desde principios de siglo y que había sido exportado por EEUU al resto de países desarrollados, primero a partir de la Ley Harrison, que prohibía el consumo de narcóticos sin precepto médico, y más tarde a través del director de la Oficina Federal de Narcóticos, Harry Anslinger, que promovió la prohibición de la marihuana y consiguió poner en marcha una guerra a nivel global basada en la persecución del consumidor y que perseguía la absoluta erradicación del consumo, no la minimización de sus efectos.

El enfoque de la Comisión va a contracorriente de todo ello. Para empezar, porque reconoce la adicción a las drogas como una “enfermedad crónica”, en la cual influyen multitud de factores tanto individuales como sociales, y anima a intervenir en dichos ámbitos para evitar que más personas caigan víctimas de ella. Además, pone en duda que la prohibición del consumo de marihuana fuese útil. Lo más importante, sin embargo, es su enfoque general en el que prevalece el tratamiento por encima del castigo a los usuarios. La Comisión estaba formada por algunos de los grandes expertos del tema, que ponían de manifiesto los límites del enfoque sobre drogas basado en la persecución.



close-up-photo-of-white-powder-stop-drugs.jpg

La cocaína irrumpió en los 70 y cambió las reglas del juego. (iStock)


Fue, no obstante, un espejismo, como recuerdan los autores, Bryce Pardo y Peter Reuter, de la Universidad de Maryland. Durante las siguientes décadas, no solo no se adoptaron dichos principios, sino que se endureció la persecución a los pequeños traficantes y a los consumidores. Como recuerda el propio Pardo en una entrevista con 'The Appeal', la imagen de “los SWAT derribando puertas y arrestando a camellos en sus casas nace de la iniciativa de Reagan desde principios de los 80”. Era el siguiente paso en una lógica perversa que les había hecho creer que si podían mandar a un hombre a la luna, no sería tan difícil crear “una América sin drogas”. Una táctica que perjudicaría a los sectores más pobres de la sociedad, como los ciudadanos negros.

Y en España, ¿qué?
EEUU es un caso extremo de dicho enfoque prohibitivo y punitivo, que no obstante ha terminado influyendo en gran parte de las políticas globales sobre drogas. La situación en España, por sus peculiaridades históricas, es muy diferente, ya que el problema de las drogas no estalla en toda su magnitud hasta la llegada de la democracia. En 1967, una ley admitía que “el problema de los estupefacientes no ha adquirido en España la extensión e intensidad que presenta en algunas naciones extranjeras” y es en 1971 cuando aparece por primera vez en el código penal. Se consumen de forma legal anfetaminas, que se dispensaban en las farmacias.

España realizó un gran esfuerzo a la hora de prevenir, tratar y rehabilitar a toxicómanos


Ante la irrupción de la heroína a gran escala a partir de mediados de los años 70, España comienza a adoptar un enfoque punitivo-terapéutico. El primer gobierno socialista de Felipe González toma cartas en el asunto a instancias del Congreso a través del primer Plan nacional sobre Drogas (PNSD), que tenía vocación de consenso implicando a diversas fuerzas sociales tanto a las fuerzas con representación parlamentaria como a otros actores sociales. Como recuerda en su tesis doctoral Constanza Sánchez Avilés, centrada en la evolución de las políticas sobre drogas en España, los objetivos del plan “se enmarcaron en la convicción de que 'la lucha contra el consumo de drogas' había de basarse en la prevención, con un énfasis en la disminución de las desigualdades y de la marginalidad”, en consonancia con los principios socialdemócrata del gobierno socialista. No obstante, el acercamiento siguió enfatizando la importancia de la actuación policial, especialmente en lo concerniente a los grandes traficantes, tal y como estaba ocurriendo en el panorama global.

Los datos muestran que España realizó un gran esfuerzo a la hora de prevenir, tratar y rehabilitar a toxicómanos. En 1983 había 170 ambulatorios dedicados al tratamiento de heroinómanos y el presupuesto equivalía a unos 4,8 millones de euros actuales. Seis años después, en 1989, el dinero total superaba los 80 millones. A mediados de los años 90, el número de centros asistenciales había aumentado a 500, había 100 centros de dispensación de metadona y 40 de desintoxicación de carácter público. Son los años de extensión de los programas de metadona por toda España, una medida paralela al aumento del presupuesto destinado a esta cuestión.



man-holding-joint.jpg

¿Puede clasificarse la marihuana en la misma categoría que la heroína? (iStock)




¿En qué posición se sitúa nuestro país? Como recuerda Sánchez Avilés en su trabajo, “ante las diferencias de enfoque que se han planteado en el seno de la CND [Comisión de Estupefacientes] entre los partidarios de un enfoque sanitario y asistencial y quienes planteaban la necesidad de enfoques más represivos, el gobierno de España, al menos a nivel de discurso, ha tendido a adoptar una posición intermedia”. La conclusión de la autora, no obstante, es que muchas de sus políticas han tenido como objeto dar respuesta a factores específicos del contexto nacional: “España ha optado por aplicar un conjunto de políticas desviadas [del régimen internacional de control de drogas] manteniendo un perfil modesto a nivel internacional, sin oponerse a la visión ortodoxa del régimen internacional”.

¿Qué ocurre en Portugal, considerado cada vez más el país modelo a la hora de combatir la drogadicción? Para los autores del último trabajo, es un buen ejemplo de cómo la discusión va más allá de legalización y prohibición. Aunque nuestro país vecino no haya legalizado las drogas, su enfoque, centrado en la despenalización del consumo y, sobre todo, en un potente programa social de apoyo al ciudadano, por el cual el consumidor es desviado a un programa u otro tras una valoración realizada por médicos, abogados y trabajadores sociales, le ha convertido en referencia global. Allí, como en España, quizá no se perdió la guerra contra las drogas porque nunca la hubo, al menos en los términos empleados en EEUU.

En el Pais Vasco, en los 80, de repente se extendió la heroína como la pólvora. Muchos consumidores eran jóvenes abertzales. Está más que probado que la Policia aprovechaba alijos confiscados para repartirla clandestinamente. Un joven drogadicto no pensará ya en patrias ni libertades, solo en la siguiente dosis. Murieron cientos de jóvenes vascos. Otra forma de guerra sucia de Felipe Gonzalez.
 


Un déspota megalómano total. Todo su reinado lo pasó en guerras para arrebatar sus dominios al Imperio español. Cuando murió el pueblo, en la miseria por los impuestos, se atrevió a echar piedras a su féretro. En su vida privada un amoral sin escrúpulos, con favoritas delante de la reina y haciendo que los bastardos legitimados viviesen junto al único hijo legítimo y su familia. Su Versalles, habitado a la fuerza por los nobles ociosos, siguiendo su ejemplo, era una Sodoma, donde el hermano del rey le provocaba asistiendo vestido de mujer a las fiestas del brazo del amante de turno. Solo la idea de que podía haber estado acostándose con una asidua a misas negras a la que había hecho siete hijos - la Montespan - le empujó a refugiarse en los conyugales brazos de la beata Maintenon, fanática católica que terminó con la tolerancia religiosa del Edicto de Nantes. Un personaje para olvidar y su entierro repudiado por el pueblo anunció la revolución que estallaría 74 años después de su muerte.
 
Un déspota megalómano total. Todo su reinado lo pasó en guerras para arrebatar sus dominios al Imperio español. Cuando murió el pueblo, en la miseria por los impuestos, se atrevió a echar piedras a su féretro. En su vida privada un amoral sin escrúpulos, con favoritas delante de la reina y haciendo que los bastardos legitimados viviesen junto al único hijo legítimo y su familia. Su Versalles, habitado a la fuerza por los nobles ociosos, siguiendo su ejemplo, era una Sodoma, donde el hermano del rey le provocaba asistiendo vestido de mujer a las fiestas del brazo del amante de turno. Solo la idea de que podía haber estado acostándose con una asidua a misas negras a la que había hecho siete hijos - la Montespan - le empujó a refugiarse en los conyugales brazos de la beata Maintenon, fanática católica que terminó con la tolerancia religiosa del Edicto de Nantes. Un personaje para olvidar y su entierro repudiado por el pueblo anunció la revolución que estallaría 74 años después de su muerte.
Olvidarlos no, que sirve de ejemplo a los actuales....
 
PETRA VOLPE ESTRENA 'EL ORDEN DIVINO'
El enigma de Suiza: ¿por qué las mujeres no votaron hasta 1971 en un país tan próspero?
La directora suiza trae a España este 22 de junio su última película sobre la lucha por el derecho a voto de las mujeres suizas

no-solo-hay-una-brecha-salarial-sino-una-brecha-de-orgasmos.jpg

Mujeres suizas manifestándose por el derecho al voto en 1971. (Parlamento Europeo)

AUTOR
MARTA MEDINA
Contacta al autor
@MartaMedinadelV
19.06.2018


En 1970 tuvieron lugar las primeras elecciones municipales en los cantones de Vaud, Neuchâtel y Ginebra (Suiza) en las que las ciudadanas del país helvético pudieron hacer valer sus papeletas; después de décadas de manifestaciones, presiones y reivindicaciones pacíficas en las calles, el movimiento feminista —que no entendía por qué en un país moderno, sin dictaduras, que había conseguido sortear el retroceso producido por la ruina económica, social y física de la Segunda Guerra Mundial no dejaba votar a las mujeres— conseguía instaurar el sufragio femenino, al menos a nivel local. Todavía faltaría un año para que, en medio de una gran controversia, dos de cada tres suizos —hombres— decidiesen otorgar a sus conciudadanas el derecho al voto por primera vez —repetimos, por primera vez— en la historia de Suiza. Doce años antes, en el referéndum de 1959, dos de cada tres hombres habían votado en contra. Ejem.

Como apunte, en el cantón de Appenzell Rodas Exteriores no dejaron votar a las mujeres a nivel local hasta el 27 de noviembre de 1990 (¡!) y porque la Corte Federal Suprema decidió intervenir. Ejem, ejem.



mujeres-de-la-suiza-francesa-en-fila-para-votar-en-1969.jpg

Mujeres de la suiza francesa en fila para votar en 1969.




Para airear las vergüenzas y dar a conocer este atropello, la directora y guionista suiza Petra Volpe decidió sacar adelante 'El orden divino', una película que ha tardado cinco años en producir y que llega el 22 de junio a los cines españoles. En ella, Nora, esposa, madre, mujer de bien de un pueblecito muy cuqui y pintoresco típicamente suizo descubre el movimiento por los Derechos Civiles y decide dejar a un lado su rol de ama de casa y buscar un trabajo a tiempo parcial para llenar el vacío existencial que, como la gota china, la va perforando por dentro. Pero su marido dedice que su lugar está dentro de la casa, no fuera de ella.

Poco a poco Nora va abriendo los ojos a las injusticias diarias de la que ella y la mayoría de las mujeres del pueblo son víctimas. Una por ser demasiado mayor, otra por quedarse viuda de un marido con deudas, otra por ser demasiado fresca. Y todo ello mientras todo el país enfrenta el referéndum para decidir si las mujeres deben tener voz en las elecciones políticas.






En España entonces había una dictadura, pero "nosotros no teníamos excusa", admite Volpi. "El voto femenino llegó a Suiza escandalosamente tarde. Y creo que por culpa de varios factores. Uno de ellos creo que es que el sistema suizo es una democracia directa, así que los hombres eran los que tenían que votarlo todo. Normalmente en los países con una democracia parlamentaria era el Parlamento quien decidía si las mujeres podían votar o no. Pero en Suiza fueron los hombres los que tuvieron que votar para que las mujeres pudiesen hacerlo también. Pero no creo que fuese la única razón".



un-fotograma-de-el-orden-divino-surtsey.jpg

Un fotograma de 'El orden divino'. (Surtsey)


"También hay una cuestión fundamental, que es que Suiza es un país muy conservador", prosigue. "No les gustan los cambios. Creo que esto se puede explicar históricamente porque después de la Segunda Guerra Mundial el país salió bastante ileso; Europa estaba en ruinas, pero Suiza era como una pequeña isla. Y había una creencia muy fuerte de que no había que cambiar las cosas: 'todo el mundo está bien, tenemos alimentos, los niños van al colegio… todo va bien, así que mejor no cambiar las cosas. Así que estar a favor del voto femenino era una cosa muy poco patriótica para la gente. Estar a favor del derecho a votar se veía como ser antisuizo. Algo así como 'esto es una particularidad de nuestra idiosincrasia y nuestra cultura y queremos conservarlo'. Pero por supuesto todo eso era una forma de ocultar el hecho de que es una sociedad muy, muy conservadora. Y, en consecuencia, una sociedad muy sexista. La orden divina era que las mujeres tenían que quedarse en casa y que los hombres eran los encargados de todo aquello fuera de casa".

En ese momento estar a favor del derecho a votar se veía como ser antisuizo


Desde que decidió poner en marcha el proyecto hace casi un lustro, la directora tenía muy claro que 'El orden divino' no podía quedarse en una cinta histórica desconectada de la actualidad, y eso que a la actualidad todavía no había llegado la ola feminista que ha despertado, entre otros, el movimiento #MeToo. "Desafortunadamente es algo todavía muy actual. Lamentablemente, 'El orden divino' no es sólo una película histórica con la que el espectador puede mirar atrás y pensar '¡oh, era terrible!'. Desafortunadamente es un tema muy oportuno hoy, con el movimiento #MeToo, la elección de Donald Trumpcomo presidente de Estados Unidos y las 'marchas de las mujeres, pero incluso hace cinco años, cuando empezamos a hacer la película, yo tenía muy claro —y creo que la mayoría de las mujeres— que no vivimos en un mundo igualitario".



otro-momento-de-el-orden-divino-surtsey.jpg

Otro momento de 'El orden divino'. (Surtsey)


"Creo que en el corazón de la película está el tema universal de la desigualdad", prosigue. "Por supuesto está el tema del sufragio femenino, pero también las formas de opresión que sufrían muchas mujeres entonces y como eso resuena en nuestros días, algo muy triste y que da mucho miedo. Siempre he buscado este tipo de temáticas que pueden conectarse a la actualidad. Por ejemplo, muchas mujeres suizas, incluso hoy, dicen que una vez que se casan y tienen hijos su matrimonio sufre una regresión a los años 50, porque ni los gobiernos ni la sociedad apoyan la idea de la mujer trabajadora. Porque a veces de una manera muy suave —o a veces no tan suave— te dicen que si tienes hijos deberías quedarte en casa mientras papi va a trabajar. Y así es como, todavía hoy, según la mentalidad de muchos, las cosas deberían ser".

La revolución de las vaginas
En su película, Volpe asocia la lucha a favor del sufragio femenino con la liberación sexual de las mujeres, la toma de conciencia del deber de escapar de la constricción económica, social y sexual preestablecida, la idea de que las mujeres deben ser sumisas en la casa y en la cama. "Creo que la liberación política de mi personaje, de las mujeres en general, y su liberación sexual, la conexión con sus cuerpos, va de la mano. La historia de una mujer liberándose políticamente tiene que ser también la historia de una mujer liberándose sexualmente. Y creo que todavía hoy vivimos en un mundo en guerra contra el cuerpo de la mujer".



las-mujeres-empiezan-a-conocer-su-cuerpo-en-el-orden-divino-surtsey.jpg

Las mujeres empiezan a conocer su cuerpo en 'El orden divino'. (Surtsey)


"La publicidad, los medios, todo nos dice de alguna forma que tenemos algo que no está bien: somos demasiado gordas, demasiado delgadas, no olemos lo suficientemente bien", continúa. "Todavía hoy están todas esas ideas extremas de cómo debería ser una mujer. Y muchas chicas jóvenes no saben ni cómo es su propio cuerpo, cómo son su vagina y su vulva, no conocen sus órganos sexuales, no saben sobre placer. No sólo hay una brecha salarial, sino una brecha de orgasmos; la mujer no tiene tantos orgasmos como el hombre. Y todo esto lo he querido reflejar en mi película. Porque creo que para que Nora tenga la suficiente energía para su lucha política tiene que vivir, conocer, disfrutar y ser dueña de su cuerpo y de su sexualidad. La base de una revolución es ser dueña de tu propio cuerpo".

Tu madre no te dice: ¡sal al mundo, fóllate a todos los tíos que puedas y gana experiencia


"El doble rasero entre hombres y mujeres respecto al s*x* es algo muy antiguo y muy enraizado. Es una forma de control", añade. "Pero ahora vivimos en una sociedad que reprocha a las chicas su sexualidad, que se expresen libremente, que experimenten cosas. Pero que a los chicos los trata como estrellas si hacen lo mismo. La misma expresión de 'perder la virginidad' implica que pierdes algo. No que ganas, por ejemplo, placer y alegría. Te venden que es peligroso, que tienes que estar en guardia. Tu madre no te dice: ¡sal al mundo, fóllate a todos los tíos que puedas y gana experiencia! ¡Y es divertido, además'. No, nadie te dice eso".



marie-leuenberger-protagoniza-el-orden-divino-de-petra-volpe-surtsey.jpg

Marie Leuenberger protagoniza 'El orden divino', de Petra Volpe. (Surtsey)


Los hombres no son los villanos
Petra Volpe hace hincapié en que no quiere retratar a los hombres como el enemigo del feminismo, sino que es difícil despegarse —incluso concienciarse— de un sistema de opresión a veces muy evidente, pero a veces muy sutil. Tanto en el caso de ellos como en el de ellas. "Pienso que muestra de manera bastante clara que los hombres están igualmente sometidos al ideario del patriarcado. Y también están oprimidos por una predeterminación sobre lo que puede y debe ser un hombre. Por eso creo que los hombres también pagan un alto precio por el poder que ostentan y he querido presentar dos tipos de hombres que simplemente son hijos de su tiempo"

He querido presentar dos tipos de hombres que simplemente son hijos de su tiempo


"Hay además una lucha y una competición muy masculinas que también distancia a los hombres del feminismo. Pasa muchas veces que puedes estar con un hombre pasando un buen rato, pero en cuanto se junta con un grupo de hombres se convierte en una causa perdida. Porque las dinámicas dentro del grupo cambian; a mí me puede decir que es pro feminismo y tal y cual, pero si le vuelves a preguntar cuando está con sus amigos… Espero que poco a poco los hombres también se planten y rechacen esa presión grupal por sus seres queridos y por toda la humanidad".


https://www.elconfidencial.com/cult...mo-mujeres-votan-1971-sufragio-suiza_1579648/
 
EL ORIGEN DEL AJEDREZ
La afición desconocida de Alfonso X el Sabio, un mecenas para la eternidad
El rey castellanoleonés, además de un adalid de la alianza de civilizaciones, recopiló toda la sabiduría y conocimientos sobre el juego del ajedrez

imagen-sin-titulo.jpg

Alfonso X el Sabio. (iStock)
ÁLVARO VAN DEN BRULE
TAGS

23/06/2018
Recientemente tuve la oportunidad de acceder a la privilegiada y hermosa biblioteca que tiene en Madrid el probablemente mayor erudito que hay en este país sobre el arte–ciencia del ajedrez, el apasionado historiador Don Joaquín Pérez de Arriaga. Tras una incontestable exhibición de conocimiento por su parte en esta disciplina milenaria, desembocamos en dos temas de singular interés. La labor de mecenazgo del rey castellanoleonés Alfonso X el Sabio y los contrastados descubrimientos sobre lo que cada día va siendo más evidente, tal que es el nacimiento y la procedencia del ajedrez en los mágicos territorios del antiguo Egipto.

Un libro de impecable presencia y tapa dura -el 'Tractatus' de Ludo Scacorum- habla de aquel venerado rey castellano que en el siglo XIII, apoyado en una miríada de escribanos, tradujo en una labor ardua y faraónica todos los conocimientos que los árabes habían acumulado hasta el momento sobre el ajedrez y su periplo histórico con sorprendentes y desconcertantes conclusiones; una de ellas, asombrosa en sí misma, la del irrefutable origen del ajedrez en tierras egipcias. Esta posibilidad que ya apuntaban tímidamente Manetón y Herodoto como contraposición a otras teorías que sostenían sus fundamentos ancestrales en el relato de su nacimiento indo-persa, en sus versiones de la Chaturanga y el Shatranj, era sustentada por otro historiador e investigador, el norteamericano David Shenk en el ameno e instructivo libro cuyo título es 'La partida inmortal'.

La teoría de la procedencia indopersa del ajedrez puede estar sujeta a un efecto muelle, teniendo el eje de su centrifugado en el antiguo Egipto

El caso en el que se menciona la procedencia de este milenario juego y su original localización en las antiguas tierras egipcias está basado en una larga tradición de frescos repartidos por diferentes localizaciones, tumbas y museos (sótanos de El Museo Egipcio de El Cairo) en las que el desconocimiento de la técnica de la perspectiva (uso de la profundidad mediante luces y sombras) que introduce Brunelleschi (1377-1446) cuyo uso prolifera en los albores del Renacimiento, le resta cierta veracidad en lo que respecta a la apreciación objetiva del detalle.

Es paradójico y determinante el famoso faldón de gamuza arlequinada y con piezas inequívocamente distinguibles que cubre el féretro de Asetemachbjt (2,80 x 2,16 m) que nos revela y descoloca en las creencias sobre la procedencia del ajedrez asumidas hasta la fecha.

Compendio de sabiduría
Para el caso que nos lleva, este importante descubrimiento del Doctor Pérez Arriaga que propone la exportación desde Egipto en los momentos posteriores de máxima expansión de la Hégira hacia el Este (esto es hacia los antiguos territorios del decadente Imperio Chola en sus guerras con los Pallava, momento que aprovechan los árabes para colarse desde Afganistán), nos hace suponer que la teoría de su procedencia indopersa puede estar sujeta a un efecto muelle teniendo el eje de su centrifugado en el antiguo Egipto. La documentación con la que avala este docto humanista esta alternativa está sustentada en la investigación de más de un millar de libros genéricos de historia y docenas de ellos específicos del ajedrez cuyo estudio le ha llevado cerca de sesenta años en una asombrosa labor de investigación digna de encomio.

Cuando Alfonso X el Sabio decide recopilar este compendio de sabiduría y traducirlo con ligerísimas modificaciones sobre el ajedrez “árabe” crea algunas derivadas introduciendo los dados en versiones con más escaques. Es sabido que esta opción habría sido imposible, pues entre otras cosas, el azar no está contemplado en El Corán. Y no solo eso, sino que los propios árabes tuvieron que justificar la morfología inherente a las figuras para evitar la idolatría –tampoco aceptada por su libro sagrado–, justificando con cuentos y leyendas preliminares la procedencia del mismo desde países exóticos (como era el caso de Irán, la antigua Persia); para así, de esta manera, evitarse sustos mayores ante las interpretaciones rígidas y expeditivas de El Corán por fanáticos parapetados tras la Sharia. Los cuentos introductorios servían de coartada para que el maestro de turno tuviera garantizada una vida sin sobresaltos y con el cuello garantizado sobre los hombros; de esta forma, se conjuraba la muerte súbita en mor de la propia creatividad y las transformaciones propias de la evolución de cualquier juego o arte, y se desplazaba la responsabilidad a autores de lugares remotos. Esto, obviamente, hacía que el ajedrez fuera aceptado socialmente sin ser cuestionado teológicamente.

En el campeonato informal de Sevilla en 1282 una veintena de jugadores proporcionan al rey 84 libros de teoría ajedrecística

Además, este enorme rey introduce un juego de procedencia egipcia, El Alquerque de doce (también lo había de seis y de tres –tres en raya–). El Alquerque de doce con el tiempo se convierte en el juego de las Damas y por extensión transfiere en el tablero un espacio de uso común para el uso del ajedrez, ajedrez llamado de la Dama Vieja o Alferza, que no tenía las enormes competencias que tiene actualmente la Dama actual con sus avasalladores movimientos. Toda esta información está reflejada en su famoso libro –uno de los varios que escribió–, el 'Libro de los Juegos'.

En el campeonato informal de Sevilla en 1282 una veintena de jugadores proporcionan al rey 84 libros de teoría ajedrecística junto con los famosos mansubat (ejercicios de mate, ganancia de material o táctica), muy habituales entre los musulmanes en apuestas de bajo perfil de un corte parecido a los “chinos”, donde se podían jugar discretamente una taza de café etíope, un té de hierbabuena o lo que fuera menester.

Iniciativa trascendental
Este gran rey ya propone una alianza de civilizaciones (en el reducido o enorme espacio peninsular de la época) como se ve reflejado en el célebre dibujo de la famosa tienda real con las dos lanzas verticales y juntas mirando hacia el cielo, sinónimo de un elevado interés superior que emana conciliación. Setecientos años más tarde, la URSS lo conseguirá implantando en 1924 el ajedrez de forma obligatoria traducido en el enorme éxito social de este arte–ciencia por sus trasferencias en todos los ámbitos científicos como herramienta multidisciplinar y abarcando a todas sus vastas repúblicas.

Este rey castellanoleonés, hijo de una madre políglota de un estratosférico nivel cultural (Beatriz de Suabia) no solo amplió los territorios del reino incorporando las taifas de Murcia y Sevilla y repoblando grandes extensiones de la alta Andalucía –no sin resistencia por parte de los mudéjares–, sino que impulsó la Escuela de Traductores de Toledo, una iniciativa de calado trascendental para dar consistencia a la nueva prosa castellana sobre el omnipresente latín.

Valores perdidos
Para esta labor, reunió a un conjunto de sabios expertos en hebreo, árabe y latín, germen de la futura Escuela de Traductores. Cristianos, judíos y musulmanes desarrollarían una labor científica de primer orden recuperando textos de la Antigüedad traduciéndolos del hebreo y el árabe al latín y al castellano que empieza su singladura como lengua diplomática de los reyes de Castilla. De esta forma, el castellano deviene en lengua culta no solamente en el lenguaje literario y científico que por primera vez supera al latín en el scriptorum de la Corte.

No hay que olvidar que este hombre de una elevada sabiduría heredada de su docta madre abre la primera universidad europea, Salamanca. Cabe destacar que para el ejercicio de su magna obra cultural, no solo escribe con una fluidez pasmosa a temprana edad las cantigas de escarnio en galaico-portugués, sino que llama a su Corte a trovadores occitanos, genoveses, catalanes (Arnaut Catalán), y franceses de la categoría de Guiraut Riquer. Todros Abulafia, judío toledano y autor de un cancionero de centenares de páginas manuscritas, redacta unas elevadas y bellas elegías hacia este hombre de una altura humana sin par. Pero la cosa no queda ahí; hasta el propio Giovanni Boccaccio lo menciona como personaje central en su obra 'El Decamerón' poniendo el acento en su elevada talla moral y proverbial generosidad.

Alfonso X el Sabio quizás sea la encarnación de unos valores perdidos, una especie de eslabón del gran Summa Artis que señala a unos pocos escogidos.

https://www.elconfidencial.com/alma.../historia-alfonso-x-el-sabio-ajedrez_1582221/
 
Halladas unas cartas manuscritas de Santa Teresa a su ‘otro’ amor
La Guardia Civil encuentra parte de una correspondencia de la mística con el fraile Jerónimo Gracián en el marco de una operación de recuperación de otras 19 obras de arte


1531409464_992543_1531490546_noticia_normal.jpg

Dos cartas manuscritas de Santa Teresa de Jesús que han sido recuperadas por la Guardia Civil, junto a otras 17 obras de arte INÉS MORENCIA EFE


PATRICIA ORTEGA DOLZ
Madrid 13 JUL 2018


Santa Teresa de Jesús tuvo otro amor, aparte de Dios. Uno más carnal y menos confesable: Jerónimo Gracián. A él le dirige una de las dos cartas manuscritas e inéditas halladas en el marco de una operación de la Guardia Civil, junto a 19 obras de arte. Santa Teresa tenía ya cerca de 60 años, pero eso no impidió que se apasionara con ese fraile joven y comprometido, dispuesto a acompañarla en la renovación de una iglesia carcomida por la depravación que en aquellos años (1578), con algunos frailes bebedores y puteros y monjas corrompidas; el ámbito eclesiástico se encontraba inmerso en arduas luchas de poder entre los dos grupos de carmelitas, los calzados y los descalzos.

"Para mi padre el maestro fray Jerónimo Gracián de la madre de Dios, en su mano...", arranca la misiva. Teresa de Jesús y Gracián tuvieron que soportar las habladurías que su relación provocaba en su comunidad religiosa. Sobre todo Gracián, que acabó huyendo de sus propios hermanos, los carmelitas descalzos, que lograron expulsarlo de España. "Fue perseguido por seguir las ideas de una mujer, fue apresado por corsarios y acabó siendo acogido por quienes habían sido sus adversarios: los carmelitas calzados", comentaba el periodista y escritor Fernando Delgado, que escribió un novela basada en la relación entre ambos: Sus ojos en mí.

"...En harta gracia nos ha caído lo que le respondió a los calzados para la obra que ellos meten ya en Medina y cómo persuaden a las monjas que obedezcan al provincial del paño", le escribe el 19 de agosto de 1578 desde Ávila. "Está allí Valdemoro por vicario, que no obtuvo votos para Prior y déjole el provincial por vicario para que remediase aquella casa; y el, desde lo de marras, está muy mal con la priora Alberta. Andan diciendo que les han de servir y mucha cosa. Las otras, muertas de miedo de él. Ya las ha asegurado".

Son muchas las preocupaciones de la Santa en esos momentos. Gracián está en Madrid, bien alojado, pero medio escondido y sin osar presentarse ante el nuncio Sega. Fray Juan de la Cruz ha huido de la cárcel. Ella lo ignora y sigue angustiada por la suerte de ese Santo. El General de la Orden, que con ella mantiene absoluto mutismo, ha escrito a una monja de la Encarnación una carta desalentadora. La Santa tiene que tranquilizar a las carmelitas de Medina, aterrorizadas por la llegada de Valdemoro, uno de los carceleros de Fray Juan de la Cruz.

Las dos cartas han sido encontradas después de que el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil en Valladolid, en el marco las actuaciones que lleva a cabo para la protección y salvaguardar el Patrimonio Histórico y Arqueológico, recuperase 19 obras de arte que se encontraban en el mercado ilícito. Y cinco piezas que el arzobispado de Valladolid daba en paradero desconocido.

Un anticuario y una casa de subastas

El titular de un anticuario y el administrador de una casa de subastas han sido los principales investigados por presuntos delitos de estafa, receptación y venta ilícita de siete obras de arte de Patrimonio Histórico.

La operación “Camarín” se inició el pasado mes de marzo cuando los agentes del SEPRONA descubrieron una compraventa de una pintura, llevada a cabo a través de una subasta en Madrid que podría corresponderse con una que poseían las Carmelitas Descalzas del Convento de San José de Medina de Rioseco (Valladolid), por las que tanto se preocupaba Santa Teresa, y que estaba incluida en los catálogos “Clausuras. El Patrimonio de los conventos de la Provincia de Valladolid”, como en “Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid”.

Los agentes solicitaron la colaboración del Servicio de Ordenación y Protección de la Dirección General de Patrimonio Cultural, el Servicio Territorial de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León en Valladolid, el Museo Provincial de Valladolid “Fabio Nelli”, la Diputación Provincial de Valladolid y de la Delegación Diocesana de Patrimonio del Arzobispado de Valladolid para lo que se mantuvieron numerosos contactos, reuniones e intercambio de informes con el objetivo de descubrir los supuestos delitos penales o las infracciones administrativas, y recuperar las piezas.

Así se pudo comprobar que la obra subastada pertenecía a una colección compuesta por un total de 174 piezas, de la que 28 obras se encontraban en paradero desconocido desde el año 2005. Y las investigaciones les condujeron hasta un anticuario de Valladolid, adonde habrían llegado a través de una casa de subastas de Madrid, que tasó y analizó la obra. En la ficha del catálogo de la subasta se había ocultado la procedencia de la obra y se había cambiado la fecha de su creación. El lienzo se localizó y recuperó en Madrid y fue entregado voluntariamente por el comprador de buena fe.

Los agentes descubrieron, al inspeccionar el establecimiento, que la obra subastada se había ocultado con otro nombre en el libro de policía. Además, durante las inspecciones realizadas, los investigadores aprehendieron siete obras procedentes de la colección, así como otras siete obras catalogadas.

Los estudios de la información recabada les permitieron localizar también cinco piezas pertenecientes a la misma colección, en edificios institucionales de Salamanca, Toledo, Viana de Cega y Medina de Rioseco (Valladolid). Estas obras, que se daban como “en paradero desconocido”, son de origen lícito.

Finalmente, otras cuatro piezas de la citada colección fueron entregadas voluntariamente por las monjas del Monasterio del Corazón de Jesús y San José de las Monjas Carmelitas Descalzas.

Además, durante la investigación se descubrió que el anticuario había vendido ilícitamente otras siete obras de la colección a personas desconocidas.

Del convento al museo

Todos estos bienes tienen la condición de bienes integrantes del patrimonio histórico español así como del cultural de Castilla y León, según disponen la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español y la Ley 12/2002, de 11 de julio, de Patrimonio Cultural de Castilla y León.

Las obras de arte recuperadas y las cedidas voluntariamente por las Monjas Carmelitas han sido depositadas en el Museo San Francisco de Medina de Rioseco. En este museo se encuentra la mayoría de la obras de la colección de la que forman parte. E incluye esas dos cartas manuscritas autógrafas e inéditas de Santa Teresa de Jesús.

https://elpais.com/cultura/2018/07/12/actualidad/1531409464_992543.html
 
Última edición por un moderador:
BORRADAS DE LA HISTORIA
La pionera de la cirugía plástica que operaba a judíos perseguidos por los nazis

Silvia Cruz
19 JUL 2018

Pionera de la cirugía plástica, ayudó a los judíos que huían de la Gestapo Se curtió operando a heridos de la Primera Guerra Mundial. Desde el quirófano, luchó por el voto femenino e intentó hacer justicia con el bisturí


1531238826_411531_1531300749_noticia_normal.jpg


MARÍA MARÍA ACHA-KUTSCHER

DIJERON DE MÍ que estaba dos veces loca”. Así recordaba Suzanne Noël (1878–1954) la reacción de amigos y familiares al verla compaginar su trabajo de cirujana plástica con la defensa de los derechos de la mujer. Ni esa carrera ni esa lucha eran lo que esperaban de una burguesa nacida en Laon, al noreste de Francia, donde creció aprendiendo a pintar y a coser. Sin embargo, ella quería estudiar. Y fue su marido, no su familia, quien le abrió esa puerta. Con 19 años, se casó con el médico Henri Pertat, que le ayudó a acabar el bachillerato y la animó a empezar Medicina, carrera que terminó con la cuarta mejor nota de su promoción.


1531238826_411531_1531407111_sumario_normal.jpg


Retrato de Suzanne Noël cedido por el Club Soroptimista de París.

Una pasantía con el doctor Hippolyte Morestin despertó su vocación de cirujana. El experto en cáncer de lengua y reconstrucción maxilar se convirtió en un referente durante la Primera Guerra Mundial. La contienda trajo nuevas armas y formas de defensa; por ejemplo, la trinchera, que protegía el cuerpo del soldado, pero no la cabeza, cubierta por un casco que les salvaba la vida pero no les libraba de las mutilaciones. Hasta 15.000 hombres sufrieron amputaciones en cara, cráneo y mandíbula. Se les conoció como bocas rotas, y el Gobierno francés creó los servicios especiales de prótesis bucomaxilofacial y restauración de la cara para atenderlos. Morestin fue su principal salvador y una inspiración para Noël, que en 1916 cambió los liftings por la reconstrucción de narices, mandíbulas y orejas para dejar a los militares casi como eran antes de partir al frente.

Cirugía contra el machismo
Así empezó su andadura como cirujana, y por eso, cuando alguien tachaba su disciplina de superficial, replicaba: “Es una bendición para la humanidad”. Que alguien quisiera cambiar su apariencia solo podía ser fruto de “una amarga necesidad”. Así lo entendió cuando se dio cuenta de que las mujeres estaban sometidas a la dictadura de la imagen y creía que no debían ver en la cirugía estética una cadena más, sino una aliada.

En sus memorias cuenta el caso de una de las primeras pacientes a las que atendió sin cobrar. La mujer era madre soltera y había sido despedida y sustituida por otra de menos edad. Según lo veía Noël, con su operación no solo le regalaba un cutis nuevo: también le daba opciones. Por eso se alegró tanto cuando la mujer recuperó su puesto tras la intervención. Para la doctora, como indicó Jacqueline Jacquemin, exalumna y biógrafa, “la operación empezaba con la primera visita, no en el momento de la incisión”.

La edad también era una preocupación para mujeres con posibles. Sarah Bernhardt fue un ejemplo. En 1912, la actriz llegó de Nueva York, donde se había hecho un lifting del que no había quedado satisfecha, y se puso en manos de Noël, que tenía una consulta muy conocida en París habilitada en una habitación de su casa de la avenida de Charles Floquet. Lo que interesaba a Bernhardt eran las técnicas de la doctora, poco invasivas, lo que permitía a las pacientes recuperarse rápidamente.

Noël iba así a la contra de prestigiosos doctores como Otto Bames, que tenía consulta en Los Ángeles y era partidario de “la gran operación” con la que garantizaba un resultado más duradero, pero también una cicatriz mayor. La doctora Marifé Prieto, secretaria general de la Asociación Española de Cirugía Estética Plástica (AECEP), explica que “Noël prefería intervenir tres veces y que su paciente pudiera hacer vida normal pronto, algo que defendemos hoy la mayoría de profesionales”.


“Quiero votar”, decía la cinta que siempre lucía Noël en el sombrero y con la que recordaba que las mujeres no eran ciudadanas de pleno derecho


“Quiero votar”
Jacquemin contaba que el feminismo de Noël corrió paralelo a su carrera. “Quiero votar”, decía la cinta que siempre lucía en el sombrero y con la que recordaba que las mujeres no eran ciudadanas de pleno derecho. Por eso las invitó a iniciar una huelga de impuestos. “Si no hay igualdad de derechos, no hay obligación de pagar”, dijo, y con ello llamó la atención del movimiento soroptimista, nacido en Estados Unidos como una alianza de las mujeres para impulsar sus carreras profesionales. En 1924 Noël inauguró el primer grupo soroptimista de Europa en París. Las reuniones eran en el Rotary Club, donde no contaron con el apoyo de los socios masculinos: “Tuvimos en contra a nuestros maridos, que veían con malos ojos los almuerzos semanales que organizábamos sin ellos”, recordaba Noël incluyendo al suyo, André Noël, dermatólogo con quien se había casado tras la muerte de Pertat, que era mayor, pero más abierto. Esa oposición excitó su lado más combativo en un momento duro para ella, pues solo dos años antes había perdido a su hija de 13 años, Jacqueline, enferma de gripe española.

La niña nació durante su primer matrimonio, pero casi todas las biografías apuntan a que era hija de Noël. Su reacción ante la muerte de la adolescente podría ser una prueba: André, incapaz de superarla, se tiró al Sena por el Pont au Change delante de su mujer. Doce meses después del su***dio, ella leía su tesis doctoral. La firmó con su nombre de soltera: Suzanne Gros.

Dignificar la estética
Tras el doctorado, funda los clubes soroptimistas de Ámsterdam, Viena, Berlín, Pekín y Tokio, entre otros. Marie-Christine Le Serre, responsable de comunicación del de París, explica: “Noël vio la cirugía estética como una forma de ayudar a sus pacientes a emanciparse social y financieramente”. Le Serre cree que ante todo “Noël era una feminista”, aunque es consciente de que relacionar la liberación femenina con la adaptación a unos patrones de belleza que cosifican a la mujer no es aceptado por algunos feminismos.

1531238826_411531_1531407303_sumario_normal.jpg

La cirujana, en una operación para corregir las ojeras.FOTOGRAFÍA DEL LIBRO 'LA CIRUGÍA ESTÉTICA', DE SUZANNE NOËL (MASSON ET C. ÉDITEURS)


Pero en los años veinte las mujeres no podían hacer casi nada sin el consentimiento de sus maridos, dice Le Serre, que cree que cualquier arma era buena para salir adelante: “Por eso es anacrónico juzgar a Noël con criterios actuales”.

Su drama personal y el arranque del Club Soroptimista fueron el inicio de una vida solitaria e hiperactiva para Noël, que en 1926 publica un libro único: La cirugía estética. Habla de las técnicas aprendidas y de sus aciertos, pero también de sus errores, algo nunca visto entre sus colegas. Por primera vez emplea fotografías y modelos reales, no maniquíes, y lo escribe para compartir sus conocimientos, muchos aprendidos sola y sobre la marcha, y para dar entidad y prestigio a la cirugía estética, disciplina que en la Facultad donde ella estudió aún definían así: “Una práctica inútil para coquetas”.

Contra el nazismo
Ese desprecio por su tarea la obligó a mantener la consulta de su casa, pues no siempre había un hospital abierto a contratarla. También la enseñó a defenderse del fuego amigo, que no le faltó. Y si la ciencia reaccionaba mal ante su labor, no cuesta imaginar lo que pensaba la Iglesia católica: “Condenaba sus prácticas excomulgando a quienes se atrevían a rectificar el trabajo del Creador”, informa Le Serre. Pero el enemigo a batir para Noël no era Dios, sino hombres de carne y hueso. Hitler, por ejemplo, y por eso dedicó parte de su trabajo y su dinero a operar a los perseguidos por el nazismo.

“Vas a perder a tu hombre. Aunque se tiña sus cabellos, le delata su nariz”, dice la Balada de Maria Sanders de Bertolt Brecht. El poema refleja la realidad de Noël en la Segunda Guerra Mundial, años en los que dejó las liposucciones y los liftings para hacer rinoplastias a los judíos que huían de la Gestapo. Más tarde puso sus manos al servicio de las cicatrices, las quemaduras y las secuelas que habían dejado en sus cuerpos los campos de concentración.

Una beca y un sello
Tras la contienda, su disciplina adquirió prestigio y se convirtió en una especialidad de hombres. “Fue la quintaesencia de las profesiones masculinas”, explicaba Jacquemin. En los noventa, la situación seguía igual, e incluso hoy, a pesar de ser más del 50% en las Facultades de Medicina, las herederas de Noël tienen que pelear por su espacio. Marifé Prieto explica que, durante sus prácticas, hasta los pacientes le pedían la cuña pensando que era enfermera. “Aún cuesta concebir una mujer-madre-cirujana”, cuenta quien forma parte de un grupo femenino dentro de la AECEP en el que las cirujanas comparten experiencias y se apoyan: “En la Sociedad Española de Cirugía Estética nos invitan poco: menos de un 10% de los ponentes son mujeres. Creando este grupo evitamos pedir favores”.

También en eso fue pionera Noël, que fue la primera francesa en dirigir una sociedad médica. Solo limitó su actividad cuando perdió visión a causa de una catarata, pero una vez recuperada siguió con su doble misión: operar y luchar por las mujeres.

Murió en 1954 y desde entonces el Club Soroptimista la recuerda cada año otorgando una ayuda económica a una cirujana plástica. En las universidades, sin embargo, apenas la nombran. Prieto cuenta que ella conoció su vida y su obra por su cuenta, no en un manual de cirugía. La beca y un sello que en enero le dedicó el servicio postal francés son las únicas huellas visibles de una doctora que intentó hacer justicia con el bisturí. 


Borradas de las historia

Mujeres borradas es una serie de mujeres extraordinarias. Talentos de las artes, las ciencias y la política silenciados por el machismo imperante. Con la doctora Suzanne Noël arranca esta serie con la que traemos al presente a aquellas figuras que, pese a los prejuicios de cada época, lograron desarrollar sus aportaciones desafiando lo que el destino había previsto para ellas.

https://elpais.com/elpais/2018/07/10/eps/1531238826_411531.html
 
Las chicas que les volaban los sesos a los nazis
Lyuba Vinogradova revisa la historia de las francotiradoras soviéticas en la Segunda Guerra Mundial

JACINTO ANTÓN
Barcelona 27 OCT 2017 - 23:58 CEST
1508538803_215725_1508539200_noticia_normal.jpg

Francotiradoras sovéticas de la Segunda Guerra Mundial.


Eran en su mayoría muy jóvenes, algunas unas crías. Procedían de toda la Unión Soviética. El Ejército Rojo las reclutó a millares en la Segunda Guerra Mundial para emplearlas como francotiradoras: debían apuntar sus armas en la distancia y volarles los sesos a los soldados enemigos, literalmente. Esa era su misión, ese era el oficio para el que las preparaban meticulosamente, y aunque mataban nazis que habían invadido y devastado su país y muchas consiguieron largas listas de víctimas e incluso algunas llegaron a disfrutarlo, no hubo prácticamente ninguna que no se desmoronora y llorara su primera vez, al alcanzar con su arma a un ser humano. Tampoco se libró ni una de ellas, rodeadas de una gran masa de camaradas sexualmente hambrientos, de tener que soportar el acoso y los abusos de sus mandos y compañeros varones, mayormente ebrios: un verdadero combate en dos frentes. Pese a que varias se hicieron muy populares y hasta consiguieron el título de Heroinas de la URSS, no pudieron hacer luego carrera en el ejército y a su regreso a casa se las denostó a menudo como viragos o prost*tutas.

Lo cuenta la investigadora rusa Lyuba Vinogradova (Moscú, 1973) en su espeluznante y a la vez conmovedora historia de esas francotiradoras Ángeles vengadores (recién publicada en Pasado & Presente). Vinogradova, reconocida colaboradora de Antony Beevor y Max Hastings y de la que la misma editorial ya publicó su obra sobre las no menos asombrosas aviadoras soviéticas de la misma contienda (Las brujas de la noche, 2016), incluye en su libro los testimonios directos de algunas francotiradoras a las que ella mismo conoció y entrevistó. Como Yekaterina Térejova, de 90 años y con una leve cojera resultado de una herida de guerra en Sebastopol, que había abatido a treinta alemanes. Aunque parezca un score tremendo, la cifra palidece ante las de algunas de sus camaradas, como la legendaria Liudmila Pavlichenko, considerada la mejor francotiradora de todos los tiempos, a la que se acreditan 309 víctimas mortales (Vinogradova cuestiona el dato), la mayor parte con su rifle semiautomático Tokarev SVT-40 con mira telescópica de 3.5 aumentos (la mayoría de los francotiradores, sin embargo, preferían el más sencillo rifle de cerrojo Mosin-Nagant, más preciso).

Las francotiradoras fueron, con las aviadoras, la élite de las mujeres soldado soviéticas, de las que el Ejército Rojo, ante la escasez de varones por la sangría de la contienda, envió al frente más de medio millón (muchas más si incluimos a las partisanas y las milicias civiles) para servir en todos los puestos, desde simple infantería a zapadoras, artilleras y tanquistas. La iniciativa contrasta con la oposición absoluta de Hitler a que las alemanas tomaran las armas.

A las francotiradoras, que obligaron a millares de soldados alemanes a andar a gatas, se las adiestró como a sus colegas masculinos y padecieron como ellos los rigores de una guerra salvaje, a los que se sumaron penurias específicas como que les cortaran las trenzas, no disponer de ropas y calzado adecuados, de instalaciones sanitarias específicas o de las medidas de higiene que requerían. La regla era un fastidio cuando cazabas nazis. Muchas, cuenta Vinogradova, llevaban las braguitas y sujetadores que habían traído de casa debajo de la ropa interior reglamentaria de hombre. Se las enseñó a disparar, a camuflarse, a permanecer inmóviles largos periodos de tiempo. Vinogradova cita que algunos estudios apuntaban (valga la palabra) que ellas podían tener más rendimiento en la caza al ser más tranquilas y pacientes. En su contra tenían la dificultad de encajar el violento retroceso del fusil.

“Era por supuesto mucho más difícil y traumático matar a una persona con el rifle que desde un avión”, señala. “A 200 o 300 metros, a través de la óptica, ves perfectamente la cara de tu víctima, sabes muy bien a quién estás matando. Todas explican que el primer muerto era un gran shock. Algunas se acostumbraban, otras no”. Al matar a su primer alemán, Lida Lariónova saltó de la trinchera horrorizada y corrió hacia sus filas gritando: “¡He matado a una persona!”. Tonia Majliaguina, que era huérfana, se lamentó tras abatir al primero de los suyos: “¡Era el padre de alguien, y yo lo he matado!”. La muerte fue dejándolas de impresionar de manara gradual. “¡Un cartucho, un fascista!”, animaba Roza Shánina cuando llevaba ya más de veinte alemanes. Murió casi al final de la guerra, con el vientre abierto por la metralla, tratando de contener con las manos los intestinos que se le desparramaban y pidiendo a sus compañeros que la mataran rápido. Cuando le entregaron la medalla que había ganado, Bella Morózova hizo lo posible por enseñar solo un lado del rostro.Una bala le había entrado por la sien del otro atravesándole la cavidad nasal y dejándola sin un ojo. Tenía solo 19 años. Y regresó al frente. El soldado que se había enamorado de ella no cambió de opinión tras verla desfigurada y tras la guerra formaron una familia y vivieron muchos años juntos; un raro final feliz.

Las francotiradoras luchaban en parejas y la muerte de la compañera, muy habitual, solía representar un trauma terrible. Alguna perdió hasta cuatro.

1508538803_215725_1508539500_sumario_normal.jpg

Liudmila Pavlichenko, al acecho.


Vinogradova resigue la carrera de un buen número de francotiradoras a lo largo de la guerra. Casos muy notables como los de Natasha Kovshova (capaz de darle a sus objetivos en el puente de la nariz, su firma) y Masha Polivánova, una de las parejas más notables de francotiradoras. En 1942, en Sutoki-Byakovo, prestaban apoyo a un francotirador varón y un ataque los dejó aislados a los tres. Fueron heridos y las chicas —su compañero pudo arrastrarse y escapar— se juramentaron en su pozo de tiradoras para no caer vivas en manos del enemigo (lo que significaba invariablemente para una francotiradora violación, tortura y ejecución). Quitaron el seguro de sus granadas, esperaron a que llegaran los atacantes y entonces las hicieron estallar matándose y llevándose por delante a unos cuantos alemanes.

Hay casos como el de Sasha Shlíajova, a la que la coquetería de conservar una bonita bufanda roja durante su sus misiones le costó que la matara un francotirador alemán. A Tania Baramziná, elegida como francotiradora aunque era corta de vista y llevaba gafas, la capturaron, torturaron y mataron con un lanzagranadas.

Dedica un capítulo Vinogradova a Pavlichenko, que visitó EE UU en loor de multitudes, a la que Woody Guthrie le dedicó una canción y que fue admirada por Chaplin, que le besaba los dedos fascinado, decía, de que hubieran matado a centenares de nazis. “Encuentro su historia muy extraña”, señala la autora. “En realidad considero que cualquier estrella con más de 300 muertos, femenina o masculina, es falsa. La propaganda necesitaba héroes”. Vaya, ¿y Záitsev, el gran tirador que aparece en Enemigo a las puertas? “Muchos de los francotiradores que he conocido eran muy escépticos con su tanteo. Lídiya Bakieva, que mató a 76 alemanes me dijo: 'Eras super afortunada si le dabas a uno al día. Matar diez, bueno, ¡eso habría requerido que se pusieran en fila esperando a que les dispararas!”.

1508538803_215725_1508539826_sumario_normal.jpg

Las francotiradoras Kiseliova, Bulátova y Morózova y un colega varón, en 1944.


https://elpais.com/cultura/2017/10/21/actualidad/1508538803_215725.html

Hay una bonita novela sobre el tema: "Batallón de mujeres", de Heinz G. Konsalik
 
Back