Crónica Negra. Asesinos, atravesando siglos.

¿Por qué resulta imposible descubrir la identidad de Jack el Destripador?
Una nuevo estudio genético asegura que el asesino en serie más famosos de la historia era un peluquero polaco de 23 años. Otras teorías dicen que fue un zapatero judío, un abogado, un perturbado pobre y hasta un complot de la Casa Real
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0¿Ha descubierto un análisis genético la identidad de Jack el Destripador?

¿ Quién es Jack el Destripador? La pregunta lleva más de 130 años trayendo de cabeza a un montón de investigadores de todo el mundo. Ni científicos, ni médicos, ni historiadores ni los detectives más prestigiosos de Scotland Yard han conseguido dar con la respuesta en todo este tiempo. Es uno de los grandes misterios policiales de los siglos XIX, XX y XXI, que ha gozado de teorías de toda índole: que si Jack era un zapatero judío, que si un abogado e, incluso, un pobre perturbado. Otra hipótesis aseguraba que los asesinatos fueron parte de un complot de la Casa Real… ahí es nada.

La última teoría sobre la identidad de Jack el Destripador fue publicada por la revista « Journal of Forensics Sciences» el pasado 12 de marzo. Sus autores –Jari Louhelainen, profesor titular de Biología Molecular en la Universidad John Moores de Liverpool, y David Miller, experto en Reproducción de la Universidad de Leeds–, creen que el asesino en serie más famoso de la historia era un peluquero polaco. Una conclusión a la que han llegado tras realizar un análisis de ADN a un chal que perteneció a una de las víctimas, Catherine Eddowes, que fue asesinada durante la madrugada del 30 de septiembre de 1888.

El famoso homicida mató, desfiguró y mutiló a cinco mujeres entre abril de 1888 y febrero de 1891. Algunas teorías le atribuyen decenas de crímenes más, pero ese es otro de los datos que nunca ha conseguido demostrarse. Durante años también se dijo que todas eran prost*tutas, pero en el último libro publicado por Hallie Rubenhold, «The Five: The Untold Lives of the Women Killed by Jack the Ripper» (Random House, 2019), esa teoría también se echa abajo.

The Telegraph» hace ocho meses.

El chal
Estas víctimas eran Mary Ann Nichols, Annie Chapman, Elizabeth Stride, Mary Jane Kelly y la mencionada Catherine Eddowes. Según Rubenhold, al menos tres de ellas eran simplemente chicas de clase baja. Criadas, trabajadoras y lavanderas que no se habían prostituido jamás, lo que ha contribuido a «desfigurar» su imagen histórica y ser tratadas como ciudadanas de segunda cuando no lo eran. «Las historias de estas mujeres son extraordinarias y únicas, y durante 130 años los medios las han simplificado en exceso. Las cinco siempre han sido consideradas como el desperdicio de la sociedad: sucias, arruinadas y lamentables zorras empapadas en alcohol, pero ninguna de ellas comenzó su vida de esta manera. Sus padres y maridos eran impresores, carpinteros, ayudantes de caballeros, cocheros y soldados de la Reina. Sus hijas asistían a escuelas de pago, sus suegros eran promotores inmobiliarios. Se codeaban con la reina Victoria y con Charles Dickens», aseguraba la historiadora, que en el mismo libro también defendió la teoría de que Jack el Destripador no forcejeó con ninguna de ellas, sino que las mató mientras dormían.

El último estudio de Louhelainen y Miller se ha basado en las nuevas técnicas de análisis de ADN hechas al viejo chal manchado que se encontró al lado de Eddowes, la segunda víctima. Esta prenda contendría, al parecer, restos genéticos del que fue uno de los principales sospechosos de la investigación a finales del siglo XIX: Aaron Kosminski, un barbero polaco con desórdenes mentales de 23 años. Según los responsables, el mantón de 2,4 metros de largo fue cogido de la escena del crimen por el sargento en funciones del caso deScotland Yard, Amos Simpson. Y de ahí pasó por su familia durante generaciones hasta que fue vendido en 2007 a Russell Edwards.

Fue este conocido detective y el escritor británico quien lo puso a disposición de los científicos. «Describimos por primera vez un análisis sistemático a nivel molecular de la única evidencia física existente relacionada con los asesinatos de Jack el Destripador», escriben Louhelainen y Miller. Estos recuperaron una muestra del pañuelo con la que determinaron, en 2014, que en la prenda había restos sangre y s*men de Eddowes y de Kosminski. «A nuestro entender, este es el estudio más avanzado hasta la fecha con respecto a este caso», explican.

«Un estudio con agujeros»
¿Fue Jack el Destripador finalmente ese peluquero polaco del que ya se sospechó en la época de los asesinatos? ¿Qué hay de los otros sospechosos apuntados en los últimos años? Es difícil dar por cierto un nombre cuando sobre este asesino han circulado ya demasiadas teorías a lo largo del último siglo y medio. Puede que ya nunca podamos saberlo a ciencia cierta. De hecho, pocos días después de publicarse el estudio de Louhelainen y Miller, ya surgieron las primeras voces críticas con sus resultados.

«Tiene tantos agujeros, incluidas la procedencia del mantón, la contaminación del material genético que se extrajo de él y los métodos utilizados para analizar el material genético, que es una maravilla que se haya publicado», declaró un profesor de la Universidad de Leicester Turi King a la revista « Live Science». Para este experto, el análisis no proporciona ni una pista sola pista importante sobre la identidad de Jack el Destripador, aunque ya se adelantó hace cinco años en el libro de Russell Edwards, «Naming Jack the Ripper» (Lyons Press, 2014).

En primer lugar, porque es dudoso que el chal perteneciera a Eddowes, defiende King. Y, en segundo, porque no está claro que el chal que pasó de generación en generación en la familia del sargento de Scotland Yard hubiera sido cogido de la escena del crimen de una de las víctimas. ¿Por qué? Porque en Londres había entonces dos fuerzas policiales y la mayoría de los asesinatos de Jack el Destripador es cierto que se produjeron bajo la jurisdicción del Servicio de Policía Metropolitana, de Scotland Yard, donde trabajaba Simpsons. Sin embargo, el crimen de Eddowes se produjo justamente en un área supervisada por la Policía de Londres, a la que no pertenecía este sargento. Eso quiere decir que no podría haber estado trabajando en el caso.

¿Quién es Jack el Destripador?
La identidad del Destripador parece, una vez más, imposible de averiguar. La que decía que era Kosminski fue ya defendida por el director del Departamento de Investigación Criminal (CID) durante los crímenes, Robert Anderson. Una teoría que muchos quisieron confirmar en 2014 con las coincidencias de ADN mitocondrial entre familiares vivos de Kosminski y el que contenía el mencionado chal. Pero ya hemos visto que no está tan claro de demostrar.

Otros apuntaron a un prestigioso abogado de 31 años que perteneciente a una buena familia: Montague John Druitt. Las pruebas las aportó el investigador de la Policía de Londres Melville Macnaghten, que lo calificócomo «sexualmente enfermo», es decir, homosexual. Pero nunca se pudo probar, porque este se suicidó arrojandose al Tamesis semanas despues del asesinato de Kelly. Y, además, el inspector responsable del caso, Frederick Abberline, aseguró que no existía ninguna prueba seria contra él.

Una tercera hipótesis apuntó al famoso pintor Walter Sickert, del que también se halló una coincidencia en su ADN mitocondrial con el del asesino en una serie de cartas, una de ellas supuestamente firmada por el Destripador. Sin embargo, un 10% de la población comparte ese mismo tipo de ADN. La acusación fue hecha por la escritora Patricia Cornwell, que vio rasgos de psicópata en el. Quizá se debía también a que el artista, que tenía entonces 28 años, estaba interesado en el caso e, incluso, le dedicó uno de sus óleos, titulado «El dormitorio de Jack el Destripador».

También dijeron que el asesino en serie era John Pizer, un zapatero judío detenido dos días después de la muerte de una de las víctimas. Fue acusado por una mujer de blandir un cuchillo contra ella esa madrugada. Además, este ya habia protagonizado altercados con prost*tutas, lo que le hacía sospechoso, pero contaba con sólidas coartadas y fue desestimada rápidamente. Fue entonces cuando cogió fuerza la descabellada teoría del complot de la Casa Real en la que estaban implicados el duque de Clarence, Alberto Víctor y el médico personal de la Reina Victoria I de Inglaterra, William Gull. Esta última tesis fue defendida en 1976 por el escritor británico Stephen Knight en su libro «Jack el Destripador: la solución final». En ella mantenía que los asesinatos de Whitechapel fueron el resultado de una conspiración orquestada desde la monarquía para acabar con el chantaje que sufría el primero por haber tenido una hija con una prost*t*ta.

Otra teoría que ha sido desacreditada por los expertos, pero que todavía hoy goza de amplio reconocimiento por los interesados en el tema. ¿Cuál será la siguiente?
https://www.abc.es/historia/abci-re...ad-jack-destripador-201903212010_noticia.html
 
La mirada del asesino pelirrojo de 13 años, la perturbadora historia de Eric Smith
Al niño mayor no le resultó difícil obligar al apacible Derrick, de 4 años, a que le acompañara a una zona boscosa, donde fue objeto de las perversiones de Eric Smith. Hoy en día, el joven reclama sin éxito que se le conceda la libertad condicional

César Cervera@C_Cervera_M
Actualizado:25/03/2019 08:14h
48El misterioso crimen de la «sopa asesina» que la policía no pudo resolver en 1929

A Eric Smith le gustaba pasar tiempo con sus abuelos, Red y Edie Wilson, que le tenían como un niño especialmente cariñoso y endulzado en sus rasgos por el color pelirrojo de su pelo y sus pecas. El corresponsal del diario ABC en Nueva York entonces, Juan Vicente Boo, lo definiría en su crónica como un «Tom Sawyer» en versión pelirroja con «el aspecto de no haber roto un plato» en toda su vida. Pero fueron precisamente esos rasgos dulces los que convirtieron a Smith en el blanco del acoso de los matones en la escuela. Cuando llegó a la adolescente, Smith apenas tenía amigos en Steuben, un pequeño pueblo en el oeste de Nueva York, su carácter era reprimido y se le veía constantemente pedalear solo en su bicicleta.

Durante el verano del 1993, los padres de Eric Smith quisieron que su hijo asistiera a un campamento de verano y pudiera así relacionarse con otros niños. Allí, el 2 de agosto de 1993, Eric Smith se alejó en su bicicleta por los alrededores y halló en un parque cercano a un niño de 4 años de edad. Derrick Robie también se encontraba jugando solo al fútbol, apenas a dos manzanas de su casa, equipado únicamente con un bocadillo y un refresco. «Fue la primera vez que le dejé ir solo a algún sitio», recordaría años después la madre del menor.

Al niño mayor no le resultó difícil obligar al apacible Derrick a que le acompañara a una zona boscosa. Lejos de los ojos del vecindario, Smith estranguló al pequeño con sus propias manos y, cuando el niño de cuatro años se encontraba moribundo, le introdujo en la boca la bola aplastada de lo que minutos antes fue un bocadillo envuelto en plástico.

pelirrojo levantó en el aire una piedra de doce kilos y la arrojó varias veces sobre la cabeza del menor. Una piedra más pequeña le sirvió para provocarle otra lesión en el pecho. El niño ya estaba muerto, pero Eric Smith siguió maltratando su cuerpo. Tras arrojar un refresco sobre el cadáver, el niño pelirrojo le bajó los pantalones y, «en un último acto de sadismo, introdujo un palitroque a través del recto», como describió el corresponsal de ABC en su artículo. Como si nada hubiera sucedido, Eric volvió al campamento a seguir jugando.

«Síndrome explosivo intermitente»
Alrededor de las 11:00 horas, la madre del niño, Doreen Robie fue al parque a recoger a su hijo, solo para descubrir que no estaba allí. Después de cuatro horas de investigación, se encontró el cuerpo y el caso se convirtió en una noticia de alcance nacional por el sadismo empleado. En los siguientes días, Eric fue uno más de los niños interrogados del campamento e incluso fue él mismo quien se dirigió primero a los agentes. La Policía concluyó que el pelirrojo había sido el último en ver con vida a la víctima y, de modo repentino, él mismo lo confesó todo sin mostrar remordimiento. El rastro dejado por el adolescente, no en vano, dejaba poco lugar a las dudas. Después del asesinato, había dejado las gafas tiradas cerca y había marcas de sangre en el espejo de su lavabo.

Un año después del crimen, Smith, de 14 años de edad, fue juzgado como un adulto según las leyes de Nueva York. Durante el juicio, el abogado defensor argumentó que su cliente no era responsable de sus actos y sufría un trastorno mental, que le llevó a matar en un arranque de rabia patológica y sin provocación; es decir, «síndrome explosivo intermitente» debido a tantos años de acoso escolar e ira reprimida. Un argumento que sus padres corroboraron. Ya en otra ocasión –narraron ante el juez– Erik había experimentado un ataque de violencia súbito en casa. El niño desató su ira golpeando un árbol hasta que le sangraron los nudillos.

Un psiquiatra explicó en el juicio que la madre de Eric tomó un fármaco antiepiléptico durante el embarazo que pudo haber causado problemas al feto. Al precoz asesino le describió como un niño de un bajo coeficiente de inteligencia, serios problemas de autoestima personal y un defecto físico en las orejas que le reportaba bromas pesadas de sus compañeros de escuela ( defecto causado por el medicamento). Otros testigos de la defensa dijeron que el padrastro del muchacho lo había maltratado físicamente. Sin entrar en el origen de su comportamiento, el fiscal John Tunney se limitó a presentar al joven tal y como había actuado, un pequeño sádico, que cometió un horrendo crimen a sangre fría y «disfrutando» en el proceso.

Sin remordimiento por su crimen
Nada de lo dicho por la defensa sirvió para rebajar la pena. Los seis hombres y seis mujeres del jurado rechazaron que una posible enfermedad mental le eximiera de culpa y, aunque fuera de verdad un muchacho enfermo, lo más recomendable era limitar su libertad para evitar otros ataques explosivos. Tras siete horas deliberando, el jurado declaró a Eric Smith culpable de asesinato en segundo grado, lo que se tradujo en la pena máxima entonces disponible para asesinos menores de edad: un mínimo de nueve años a cadena perpetua en prisión.

Mientras el menor permanecía impasible escuchando que iba a pasarse la vida en la cárcel, la madre del joven asesinado lanzó un sollozo y se abrazó con su marido. La abuela se desmayó en plena sala.

Eric Smith cumplió parte de su condena en un reformatorio hasta que alcanzó la mayoría de edad, en 2001, momento en el que fue trasladado a una prisión ordinaria. En la prisión de seguridad intermedia de Collins, en el Condado de Erie, desde hace una década trata de que se le conceda la libertad condicional. Por octava vez consecutiva, se le negó la libertad condicional el pasado mes de abril. Su obstáculo para lograr salir es que Eric debe demostrar que siente remordimientos por lo que hizo y hasta ahora ha sido incapaz de convencer a los tribunales de ello. De lo contrario, Eric Smith seguirá indefinidamente en prisión

Smith ha basado estos años su discurso en que la ira había ido germinando en su interior a causa de los abusos sufridos en el colegio: «Empecé a creer que yo no era nada ni nadie. Sentí que cuando iba a la escuela iba al infierno, porque eso es lo que era para mí...». Sin embargo, cuando se le ha preguntado por qué cometió el asesinato la respuesta siempre ha sido igual de ambigua: «Porque en vez de herirme a mí, el daño se lo estaban haciendo a otra persona por una vez». Sobre si disfrutó durante el asesinato, la contestación de Eric no deja lugar a dudas incluso hoy: «En ese momento, sí».

Para ver el video:


https://www.abc.es/historia/abci-mi...historia-eric-smith-201609070333_noticia.html
 
El suceso que rodea a Ana: su expareja muerta y su novio acusado de homicidio
La Audiencia Provincial de Madrid escucha las declaraciones de los testigos para esclarecer qué ocurrió el 14 de mayo de 2018 en Torrejón de Ardoz

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Imagen de archivo de una prisión. Emiliano Bar
LILIANA OCHOA
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PUBLICADO 26.03.2019 - 05:15
ACTUALIZADO hace 2 horas

"Venía como loco a atropellarnos. Estaba energúmeno", explica Ana ante el tribunal. Aquel 14 de mayo de 2018, ella y David caminaban juntos a casa cuando un hombre se acercó en su coche "a toda velocidad". El sujeto se bajó inmediatamente del vehículo y "se abalanzó sobre David". Ana le reconoció: era su exnovio. Las versiones de lo que pasa después, varían. Según Ana, los dos hombres se abrazaron y uno cayó al suelo. Según la Fiscalía, David apuñaló al conductor, exnovio de su pareja. Siete meses después, la Audiencia Provincial de Madrid escucha declaraciones de los testigos para esclarecer el hecho.

La violencia de género es el tercer delito con más presos en EspañaLa violencia de género es el tercer delito con más presos en España
El acusado se enfrenta a una pena de hasta quince años de prisión por un delito de homicidio. Aunque la defensa niega la acusación, los testigos de ambas partes coinciden en algo: el procesado se va y el herido languidece en un párking de Pozo de las Nieves de Torrejón de Ardoz (Madrid).

Según la mujer, aquel 14 de mayo de 2018, a las 22.00 horas, "todo el edificio" vio lo que pasó. Pero la mayoría de los testigos solo dice haber escuchado gritos de auxilio y haber visto a un hombre en el asfalto. "Sangraba por la tripa", señala una de las mujeres citadas a declarar.

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La Audiencia Provincial. EFE
"Aviso de pelea"
Los agentes de la Policía Nacional que acudieron aquel día al lugar aseguran al magistrado de la Sección 15 que solo prestaron ayuda a la víctima. "Recibimos un aviso de pelea", indica uno de los efectivos, quien insiste en que no había ningún testigo "que hubiese visto lo ocurrido", que ni siquiera Ana estaba en el lugar.

Cuando llegaron al párking, la víctima yacía consciente y sangraba a través de una "herida en el costado izquierdo". El hombre admitió a los agentes que llegó bruscamente al párking para "asustar" a dos personas, aunque no las identificó. Dijo que éstas, al pensar "que les iba a atropellar", le recriminaron la velocidad a la que conducía. Y que tras discutir, su interlocutor sacó un cuchillo y le apuñaló.

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Imagen de archivo de un agente de la Policía Nacional. Europa Press
"No manifestó cómo se llamaba, ni cómo estaba vestido", subraya desde el estrado uno de los policías locales. David, justo detrás, escucha su declaración; viste zapatillas deportivas rojas, un vaquero y un impermeable a rayas blancas y azules.

Minutos después, otro de los agentes hace hincapié en que la víctima cambió varias veces su versión: "No fue muy colaborador. Primero dijo que [el agresor] era un desconocido, después que era un amigo, después que solo le conocía de vista... Nos da a entender que no nos quiere decir quién era la persona".

"Estaba molesto porque había rehecho mi vida"
La joven asegura que su expareja era una "persona muy violenta" y que poco antes del incidente se había acercado a ella de modo "agresivo". "Estaba molesto porque había rehecho mi vida", cuenta.

Preguntada por si había contado lo sucedido a David, la joven titubea. Primero dice que sí y luego añade que no está segura. Tampoco tiene claro si su novio había bebido o consumido algún tipo de sustancias ese día, aunque señala que no le vio "ni mal ni incoherente".

Durante el interrogatorio, la fiscal insiste en recrear la pelea más allá de la escena del abrazo que acabó con la vida de su expareja. "¿Escuchó la expresión 'me has apuñalado'?", pregunta. "¿Escuchó a David decir 'ahora vas a llorar'?", agrega. Ana responde negativamente.

Este viernes, declararán el resto de agentes citados en calidad de testigos. Y el 1 de abril se celebrará la prueba pericial. Será entonces cuando el tribunal delibere la condena o la absolución de David.
https://www.vozpopuli.com/espana/homicidio-exnovio-muerto-pareja-suceso-torrejon_0_1228077945.html
 
¿Qué le pasó a April Fabb? El misterio de la joven desaparecida sigue sin resolverse 50 años después
Su desaparición se envolvió en una de las mayores operaciones de búsqueda policial en el Reino Unido hasta la fecha
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0La desaparición de Timmothy Pitzen da un vuelco ocho años después

El 8 de abril de 1969, April Fabb, de 13 años, desaparecía en Norfolk, Inglaterra. 50 años después, la policía británica vuelve a hacer un llamamiento para tratar de esclarecer el misterio.

Alrededor de las 2 de la tarde del martes 8 de abril, Fabb salió de su casa, en Metton, para visitar la casa de su hermana en Roughton. Viajaba en bicicleta y llevaba un paquete de cigarrillos para regalárselo a su cuñado por su cumpleaños.

Minutos después, la bicicleta de la adolescente fue encontrada en un campo cerca de Metton. No había rastro de Fabb por los alrededores. Según un experiodista de la BBC que cubrió el caso «se esfumó de la faz de la Tierra».



Su desaparición se envolvió en una de las mayores operaciones de búsqueda policial en el Reino Unido hasta la fecha, en la que las autoridades han registrado hasta 400 casas, llevado a cabo cientos de entrevistas y grabado cerca de 2.000 declaraciones desde 1969.

El 10 de abril, dos días después de la desaparición, se encontró un pañuelo ensangrentado bordado con la letra 'A'. Además, ese día llegaron informes de una camioneta que excedía el límite de velocidad y que fue vista en Metton el martes 8 por la tarde.

ha difundido recientemente una fotografía de Robert Black obtenida de la Oficina de Registros de Escocia y que, según él, fue hecha solo siete meses antes del secuestro de April en Metton. Clark habría solicitado una nueva investigación de los vínculos del asesino en serie con la desaparición de la joven.

April tendría en la actualidad 63 años. Su caso cuenta, incluso, con una obra de teatro inspirada en su desaparición.

https://www.abc.es/internacional/ab...rse-50-anos-despues-201904091223_noticia.html
 
Caso Bonnie Haim: el hijo culpó al padre de matarla y nadie lo creyó hasta que halló el cadáver en la casa
26 años después comienza el juicio por asesinato contra el padre de Aaron, Michael Haim
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0 El FBI confirma que el adolescente encontrado no es Timmothy Pitzen, desaparecido desde 2011

En diciembre de 2014, Aaron Fraser se convirtió en propietario de la casa en la que vivió hasta los 4 años, un rancho de un solo piso y tres dormitorios en Jacksonville, Florida. Decidió reformar la vivienda, empezando por la zona de la piscina. Tras romper un bloque de hormigón encontró una bolsa con restos óseos humanos, que resultaron ser los de Bonnie Haim. Su madre.

El descubrimiento de Aaron fue la pieza clave de un misterio familiar que comenzó en enero de 1993 con la desaparición de Bonnie y que, 26 años después, puede cerrarse con el comienzo del juicio por asesinato contra el padre de Aaron, Michael Haim.

Michael y Bonnie Haim trabajaban juntos en una empresa de suministros para la construcción. Como relata « The Washington Post», su relación estaba en un punto sin retorno de ruptura. El 7 de enero de 1993, Bonnie, de 23 años, no se presentó en el trabajo. Su marido diría más tarde que los dos se habían peleado la noche anterior y que ella salió de la casa sola alrededor de las 11 de la noche.



El día que desapareció, una trabajadora de un hotel cercano al Aeropuerto Internacional de Jacksonville descubrió el bolso de Bonnie tirado en un contenedor de basura. La policía también descubrió su coche en un aparcamiento del aeropuerto, que levantó sospechas por la «inusual» posición del asiento del conductor, que parecía estar más atrás de lo que hubiera sido cómodo para Bonnie.



«Papá la lastimó»


No obstante, lo que aumentó las sospechas en torno a Michael fueron unas palabras de Aaron, de tres años en ese momento: «Papá la lastimó», dijo a un trabajador de los servicios de protección infantil. Sin embargo, ningún miembro de su familia, ni siquiera los padres de su madre, creyeron su versión, señalando que le habían «lavado el cerebro» para culpar a su padre.

Aaron fue adoptado por otra familia, los Fraser, tomando su apellido. A comienzos del año 2000, presentó una demanda por homicidio culposo contra su padre a pesar de que los restos de Bonnie no habían sido encontrados. Los restos hallados en la reforma de 2014 se convirtieron en las pruebas que llevarían al arresto de su padre, que en agosto de 2015 fue acusado oficialmente del asesinato de su esposa.

El pasado lunes 8 de abril comenzó el juicio por asesinato a Michael Haim, quien siempre ha sostenido que no tuvo relación alguna con la muerte de su esposa. Se espera que Aaron testifique en el juicio , lo que podría ser un factor clave en el caso.
https://www.abc.es/internacional/ab...-hallo-cadaver-casa-201904101239_noticia.html
 
Un exsoldado confiesa el asesinato de un periodista de investigación y su pareja que conmocionó Eslovaquia
El reportero Jan Kuciak se disponía a revelar las conexiones entre personas próximas al Gobierno y la mafia calabresa
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0 La europeísta Caputova gana las presidenciales de Eslovaquia y amenaza el frente de Visegrado
  • El primer ministro de Eslovaquia califica a los periodistas de «sucias prost*tutas anti eslovacas»

El exsoldado Miroslav Marcek ha confesado en Eslovaquia el doble asesinato del periodista de investigación Jan Kuciak y su pareja el pasado año, un crimen que desató una ola de indignación en el país centroeuropeo y que impulsó el cambio político consumado en las recientes elecciones presidenciales.

Kuciak y Martina Kusnirova, ambos de 27 años, murieron a tiros en febrero de 2018 en su domicilio en la localidad de Velka Maca, 65 kilómetros al este de Bratislava, cuando el reportero se disponía a publicar una información en la que destapaba los lazos entre personas próximas al Gobierno socialdemócrata y la mafia calabresa, así como supuestos fraudes con fondos de la Unión Europea.

El empresario eslovaco Marian Kocner, algunos de cuyos negocios había investigado Kuciak, fue acusado el pasado marzo de haber ordenado el asesinato del periodista. El exsoldado Miroslav Marcek y otros tres sospechosos están en prisión preventiva desde el pasado octubre bajo la acusación de ser los autores materiales.

Aktuality. Además, la cadena de televisión RTVS informa a través de su página Facebook que había confesado tras un interrogatorio policial de cinco horas.

Motor del cambio político en Eslovaquia
El asesinato del periodista y su pareja desencadenó una serie de protestas que llevaron a las dimisiones del jefe de la Policía, el ministro del Interior y, finalmente, del primer ministro, el socialdemócrata Robert Fico.

Este clima de indignación propició la victoria de la abogada Zuzana Caputova en las últimas elecciones presidenciales en el país el pasado marzo, tras hacer bandera en su campaña de la lucha contra la corrupción
https://www.abc.es/internacional/ab...nmociono-eslovaquia-201904121700_noticia.html
 
El ‘Asesino del Zodiaco’: “Si no mato, tengo fuertes dolores de cabeza”

‘Zodiac’ enviaba cartas y acertijos a periódicos locales con pistas sobre su identidad

La policía no sabe a quién pertenecen las huellas, el ADN y la caligrafía de las escenas del crimen

Tras 50 años de investigaciones es un caso sin resolver

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Zodiac, el Asesino del Zodíaco (Ap)
MÓNICA G. ÁLVAREZ
12/04/2019 06:30Actualizado a12/04/2019 18:26


“Tengo dolor de cabeza desde que maté a un niño”. Aquella confesión resonó en el plató del talk show de Jim Dunbar en la cadena norteamericana KBO. Un desconocido que se hacía llamar Sam, y que los medios ya habían bautizado como el Asesino del Zodiaco, había llamado al programa para pedir ayuda a su presentador. Necesitaba atención médica. Decía matar para librarse de las terribles migrañas que le atormentaban.

Sin embargo, aquella impactante conversación en directo entre periodista y criminal no sirvió para capturar al asesino. Zodiac pedía a gritos parar aquella cacería, mientras las autoridades se esforzaban en descubrir su verdadera identidad. En aquel momento, el homicida había perpetrado ya tres crímenes a sangre fría en la costa de California.

Asesino del Zodiaco
El hombre de la fiesta

Uno de los crímenes más aterradores cometidos por este asesino sin rostro, fue el de Darlene Ferrin, camarera de un restaurante italiano, que sentía que alguien la observaba y la perseguía desde un tiempo atrás. Vivía con miedo y no dudó en contárselo a su entorno. De hecho, hubo un fin de semana donde ese terror se acrecentó.

La joven dio una fiesta en su casa en la que invitó a amigos, familiares y a parte del vecindario. Sin embargo, se presentó un desconocido. Era alto, corpulento, bien vestido, cabello rizado y con gafas. No dejaba de observarla sentado en una esquina y tampoco se relacionaba con nadie. Aquella actitud tan inquisitiva comenzó a intranquilizarla, hasta el punto de tenerla completamente aterrorizada. No comía, no sonreía, ni tampoco quería que conociese a su familia. Nadie supo jamás la identidad de aquel misterioso invitado.

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Darlene Ferrin, víctima del Asesino del Zodíaco (sfc)
Tras este incidente, ocurrió la tragedia. Era el 4 de julio de 1969, día en el que Darlene había hecho varios planes con su marido, parientes y amigos. Aquella noche era especial. Se elegiría a Miss Fuegos Artificiales y su hermana Linda era una de las participantes. La camarera quería tenerlo todo listo para la ocasión. Pero un hombre la estaba buscando.

Aquel desconocido al que tanto temía Darlene insistía en hablar con ella. Incluso, una testigo aseguró haberla visto charlando con un individuo corpulento en el aparcamiento del restaurante italiano donde trabajaba. Tras varias horas y casi a medianoche, una nueva llamada alertó a la joven que, esta vez, sí pudo hablar con su interlocutor. La conversación fue breve, pero tan importante como para dejar a su hija con la niñera y salir en busca de su amigo Michael Mageau. La excusa: necesitaba comprar fuegos artificiales.

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Michael y Darlene, víctimas de Zodiac (sfc)
Sin embargo, minutos después de recoger a Mike e iniciar el camino,un vehículo comenzó a perseguirles a toda velocidad. Zodiac acababa de emprender una nueva cacería. Darlene dio varios giros bruscos para despistar a su perseguidor pero, sin saberlo, terminó dirigiéndose al extrarradio. El desconocido les empujaba hacia un callejón sin salida.

El coche hostigador se colocó a la derecha de Darlene, a la altura del copiloto. No veían de quién se trataba. Solo una silueta inmóvil que los miraba fijamente. Aquella figura alta y de cabeza grande le resultaba muy familiar. Entonces Darlene sintió pánico y reanudó la marcha. En unos segundos, el vehículo les cortó el paso con una maniobra habitual de la policía, el desconocido se bajó del coche, y con una linterna en la mano se acercó a la pareja.

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Dibujo sobre el Asesino del Zodiaco (sfc)
Zodiac disparó su pistola hacia el interior del coche. De las nueve detonaciones, dos fueron a parar a Mike, pero siete impactaron en Darlene: cuatro en los brazos, y el resto en la espalda, el pulmón y el ventrículo derecho del corazón. La camarera terminó por desplomarse sobre el volante. Cuando parecía que todo había terminado, el desconocido volvió a arremeter contra Darlene. Dos tiros más par rematarla. Aquí fue entonces cuando su amigo consiguió reconocer al homicida: era el perturbador hombre de la fiesta.

Tras el crimen, el asesino inició su particular periplo telefónico con la policía. Llamó al Departamento de Policía de Vallejo para informar del asesinato y darles la dirección exacta donde podían encontrarles. Además, confesó ser el autor de un crimen el año anterior. El del Lago Herman donde perdieron la vida otros dos jóvenes. Zodiac colgó antes de identificarse.

Los chicos del Lago Herman a los que se refería el asesino, eran Betty Lou Jensen y David Faraday, de 17 y 16 años respectivamente. Los había acribillado a balazos la noche del 20 de diciembre de 1968, siete meses antes del asesinato de Darlene. Betty y David fueron sus primeras víctimas, y ante la falta de indicios para iniciar una investigación, la policía aparcó el caso.

Después de aquella llamada, todo cambió para este criminal. Ahora necesitaba notoriedad pública, así que decidió ponerse en contacto con algunos periódicos locales. Envió una primera carta al San Francisco Chronicle, Vallejo Times y SF Examiner. Las hojas estaban escritas a rotulador, con faltas de ortografía y con una caligrafía pequeña, apretada, fría y en tono muy amenazante. Eran notas con información crucial que solo podían conocer los investigadores y el autor de los crímenes.

Enigmas y criptogramas

Pero en la misiva no solo daba detalles de los asesinatos, Zodiac inició un juego. Quería que los periódicos descifrasen un criptograma con 8 filas y 17 símbolos distintos porque allí se escondía su verdadera identidad. Además, la misiva venía firmada con un símbolo muy peculiar: el visor de una pistola. Este signo terminó convirtiéndose en la famosa rúbrica del Asesino del Zodiaco en todos sus homicidios.

Pese a que el San Francisco Chronicle resolvió el enigma y publicó la solución, el Asesino del Zodiaco volvió a matar. Fue el 27 de septiembre y sus víctimas fueron otra pareja: Cecilia y Bryan. Ella no sobrevivió al ataque, pero él salvó su vida logrando relatar el suceso e incluso dando un retrato robot. Parecía que los investigadores estaban cada vez más cerca de pillarlo. Incluso Zodiac volvió a dejarles un mensaje cifrado en la puerta del coche de los jóvenes: las fechas de los anteriores crímenes. Querían que supiese que no era un imitador.

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Uno de los criptogramas enviados por Zodiac (sfc)
Dos semanas después de aquello, Zodiac volvió a matar. Esta vez su objetivo fue un taxista de Unión Square. Lo observó mientras esperaba en una parada y cuando el conductor Paul Lee Stine se disponía a recoger a un pasajero, alguien le detuvo. El asesino se subió y le indicó una dirección en un barrio residencial.

Cuando llegaron a su destino, el homicida le agarró fuertemente del cuello, le apuntó con la pistola en la mejilla derecha, cerca de la sien, y le disparó a bocajarro. La bala le perforó parte del cráneo. Sin perder tiempo, el asesino se puso en el asiento del copiloto, cogió la cabeza de Stine, se la puso en su regazo y le arrancó un trozo de camisa. Con ese trozo de tela en la mano salió del coche y comenzó a limpiar sus huellas. Pero la policía no andaba lejos.

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Paul Lee Stine, el taxista víctima de Zodiac (YouTube)
El detective David Toschi no tardó más de veinte minutos en llegar a la escena del crimen. Decenas de agentes peinaron la zona en busca de sospechosos. Aunque el autor de aquella tragedia estaba a tan solo 300 metros, no dieron con él. A aquellas horas, la niebla cubría las desiertas calles de San Francisco.

Zodiac se guardó el trozo de camisa en su chaqueta y reemprendió la marcha, no sin antes percatarse que un coche patrulla llevaba un buen rato observándole. Acercaron el vehículo hasta el suyo pero no se percataron que era el asesino. Ni siquiera vieron que su ropa estaba manchada de sangre o que escondía una pistola en su bolsillo. Simplemente, enfocaron su cara con una linterna y negaron con la cabeza. Buscaban a un hombre de raza negra.

“Zodiac, al habla”

El homicida volvió a escapar y a reírse de la incompetencia de la policía. Lo tuvieron delante de sus narices, completamente ensangrentado, y no se dieron cuenta de nada. Aquí el asesino, aún más confiado, envía otra a los periódicos de San Francisco. Era el 14 de octubre. La misiva comenzaba como siempre, con un “Zodiac al habla”, seguido de los múltiples detalles que completaban la escena del crimen del taxista.

Junto al escrito incluyó el trozo de la camisa manchada de sangre con la que borró todas las huellas. No quería que hubiese duda alguna sobre la autoría de ese último crimen. Además, lanzó una nueva amenaza, esta vez a los más pequeños. “Creo que una mañana me voy a cargar un autobús escolar. Dispararé a la rueda delantera y luego liquidaré a los niños cuando salgan dando saltitos”.

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Retrato robot del Asesino del Zodíaco (ap)
Hasta ese momento, se realizaron varios retratos robots de Zodiac y los investigadores tenían en el punto de mira a varios sospechosos. Pero había uno que encajaba con el perfil criminal del asesino. Se llamaba Arthur Leigh Allen, un joven superdotado que vivía en una caravana de Santa Rosa y cuyo extraño comportamiento hizo desconfiar a sus propios familiares tras los crímenes de 1971.

Era un apasionado de los rifles y las armas, le pillaron con un cuchillo ensangrentado, tenía escondida una carta repleta de símbolos extraños, y portaba un reloj marca Zodíaco y un anillo con la letra Z. Parecía que todas las piezas iban encajando.

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Arthur Leigh Allen, el presunto Zodiac (sfc)
En cuanto la familia contó su mal presagio a los investigadores acudieron rápidamente a la caravana. No le encontraron. Aún así, los detectives registraron su propiedad. El olor era nauseabundo. Corazones de animales, hígados, cadáveres de roedores mutilados, y todo ello, entre basura. Le detuvieron en cuanto cruzó la puerta.

Ya en prisión le realizaron toda clase de pruebas periciales. Una de ellas, un examen caligráfico para comparar su letra con la de las cartas de Zodiac. Pese a los indicios, se demostró que dicho hombre no era Zodiac. También lo corroboró la identificación de las huellas, tanto de los dedos como de las palmas de la mano, que tampoco coincidían con las encontradas en las escenas de los crímenes.

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Los detectives David Toschi y William Amstrong identificando varias víctimas del Asesino del Zodíaco (1974) (Ap)
En todo el tiempo que Allen permaneció en la cárcel, escribió a su familia y amigos reafirmándose en su inocencia. Incluso tras su muerte en agosto de 1992, se comparó una muestra de su ADN con una encontrada en una de las cartas de Zodiac. Pero una vez más, ninguna coincidencia. ¿Aquel hombre era realmente inocente?

No hay una respuesta clara porque entre las lagunas de la investigación encontramos que desde junio de 1971 hasta enero de 1974, las cartas de Zodiac se interrumpieron de forma misteriosa. Fechas que coinciden, curiosamente, con el registro e interrogatorio de la caravana de Allen. Y con cada crimen, el asesino siempre lo reivindicó.

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Carta de Zodiac enviada a un periódico (sfc)
Cada año salen nuevas hipótesis acerca de la identidad de uno de los asesinos en serie más importantes del siglo XX. Una de las últimas nos lleva hasta Gary Stewart, en cuyo libro ‘The most dangerous animal of all’ publicado en 2014, asegura ser el hijo del Asesino del Zodíaco. El nombre del criminal es Earl Van Best Jr. y su aspecto se correspondería perfectamente con el del retrato robot de Zodiac tras el crimen del taxista.

Además, Gary afirma que su padre tenía la misma cicatriz en sus huellas dactilares que las del homicida, y que ambos firmaban del mismo modo. Pero se trata de una teoría más de una larga lista.

Como aquella que apuntaba a Theodore J. Kaczynski, el científico-terrorista apodado Unabomber que enviaba cartas bomba, como el responsable de estos asesinatos seriales. Tras una breve investigación en 1996, se descartó esa posibilidad.

¿Estaríamos, por tanto, ante el crimen perfecto? Con los datos sobre la mesa, podemos decir que sí. Hasta el momento lo es. Porque pese a las pruebas y los indicios recabados, jamás se ha demostrado quién o quiénes son los verdaderos culpables. Aunque el detective privado Tom Voigt tiene claro que el ADN es lo único que podría resolver un caso que trae de cabeza a los investigadores desde hace 50 años. Para Voight, Zodiac “podría estar tomando café a tu lado, podría estar sentado en la parada del autobús”. De estar vivo, rondara los ochenta o noventa años.

Reportaje al completo en:
https://www.lavanguardia.com/suceso...crimenes-adn-identidad-las-caras-del-mal.html
 
Una joven británica degollada por su ex fue multada por la policía tras varias denuncias por «hacerles perder el tiempo»
Shana Grice había pedido protección frente al acosador Michael Lane en cinco ocasiones durante seis meses. Los agentes se enfrentan a medidas disciplinarias
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2 El autor sueco del crimen de género de Canarias, ante el juez

Una mujer de 19 años fue degollada por su ex pareja. Shana Grice denunció a su ex y la policía la terminó multando por considerar que les hacía perder el tiempo. Ahora, los agentes se enfrentan a medidas disciplinarias.

Shana Grice pidió protección frente al acosador Michael Lane en cinco ocasiones durante seis meses. Lane llegó a colocar un rastreador en el coche de Grice para poder seguirla. La policía le impuso una multa de 90 libras por considerar que hacía perder el tiempo a los agentes después de informarles que Lane le había tirado del pelo y robado su teléfono, aunque no le dijo a los oficiales que habían tenido una relación.

En julio de 2016, Lane usó una llave robada para entrar en el dormitorio de Grice en Portslade, cerca de Brighton, Sussex del Este, mientras ella dormía. Un mes más tarde, la asesinó cortándole la garganta después de enterarse de que estaba en una nueva relación, e incendió su habitación en un intento de quemar su cuerpo. En marzo de 2017, Lane, de 27 años, fue condenado a cadena perpetua por el asesinato.

En la sentencia, el juez Nicholas Green criticó a la policía de Sussex por haberse puesto del lado del acosador al sacar conclusiones y estereotipar a Grice.

De acuerdo con una investigación de la Oficina Independiente de Conducta Policial (IOPC, por sus siglas en inglés), los oficiales que ignoraron las advertencias de Shana (uno de los cuales ya se encontraba retirado) se enfrentarán a medidas disciplinarias.

La policía de Sussex se disculpó con su familia y los padres respondieron que ya era tarde. «Nuestra hija transmitió sus preocupaciones a la policía, pero en lugar de ser protegida fue tratada como una criminal. Ella pagó con su vida la falta de capacitación, cuidado y mala actitud del cuerpo policial», dijeron en un comunicado.

https://www.abc.es/sociedad/abci-jo...erles-perder-tiempo-201904130152_noticia.html
 
La verdad tras la ejecución de Bonnie y Clyde a manos de un sanguinario Ranger de Texas.

Estos rateros lograron ganarse el corazón de la sociedad a pesar de ser unos asesinos. Su muerte (el coche en el que viajaban fue acribillado por sorpresa por las autoridades el 23 de mayo de 1934) conmocionó a la sociedad.

SeguirManuel P. Villatoro@ABC_Historia

Actualizado:03/08/2018 10:55h
44 ¿Venganza o justicia? Las bestiales prácticas del verdugo alcohólico
  • prost*tutas, drogas y excesos: la vida de los capos más sanguinarios de la mafia

Canciones como la « Balada de Bonnie and Clyde» (Los Mustang, 1968) o el afamado largometraje de Arthur Penn (1967) han logrado convertir a dos criminales como Bonnie Parker y Clyde Barrow en unos héroes de película. Una pareja de amantes incomprendidos que vivieron y murieron juntos combatiendo las barbaridades del estado opresor. La realidad no tiene nada que ver. Estos criminales dejaron tras de sí un río de robos y asesinatos (se les atribuyen un mínimo de doce) que solo pudo acabar cuando el antiguo Ranger de Texas Frank Hamer les dio caza en una carretera de Luisiana.

Su final fue tan cruel como su vida. El agente tendió una trampa junto a cinco compañeros a estos veinteañeros y les acribilló de una forma sumamente sanguinaria. Clyde murió primero de un disparo en la cabeza, y el mismo Hamer se encargó de dar buena cuenta de una Bonnie que (sentada en el asiento del copiloto) no paraba de gritar. «Odio reventar la cabeza a una mujer, especialmente cuando está sentada, pero si no hubiese sido ella, habríamos sido nosotros», explicó posteriormente en Ranger.

Hasta ahora, la cruel muerte de Bonnie y Clyde había sido pasada por alto gracias a la bondad de la memoria. Sin embargo, ahora vuelve a estar alumbrada por los focos de la actualidad gracias a una exposición inaugurada por la galería de Texas « Photographs Do Not Bend». La muestra, concretamente, exhibe una serie de imágenes en las que se puede ver desde su vehículo acribillado a balazos, hasta el traslado de sus cuerpos sin vida. A su vez, se incluye una curiosa instantánea en la que ambos aparecen besándose o una copia de la ficha criminal del joven ratero en en la que se puede leer que «este hombre es muy peligroso y se debe tener extremo cuidado al arrestarlo».

Mala gente», lo de esta cruel pareja fue un auténtico flechazo. Ambos se conocieron en 1929 y, automáticamente, quedaron prendados el uno del otro. Bonnie Parker (nacida en Texas en 1910 y, por entonces, una camarera en paro) encontró en Clyde Barrow (1909, Texas) su válvula de escape en plena Gran Depresión norteamericana. Y el joven, un ratero de poca monta, halló en la chica el apoyo que necesitaba para -en palabras del experto- «hacer lo que le diese la gana».

Con todo, su carrera criminal tuvo que esperar hasta 1932, cuando Clyde fue liberado de prisión. «Al salir, recogió a Bonnie y dieron comienzo a dos años de atracos, huidas y asesinatos», añade el autor en su libro.

Si hubieran querido, podrían haber sido estrellas de cine, pues su físico así se lo permitía. No en vano (y según afirma E. R. Milner en «The Lives and Times of Bonnie & Clyde») Bonnie era una belleza de pelo «rubio rojizo», facciones suaves y pequeñas pecas a la que solo le faltaba un poco de altura para tener la planta perfecta para la gran pantalla (pues medía 1,52 metros de altura). A Clyde le sucedía algo parecido. El experto le describe en su libro como un sujeto atractivo de pelo castaño, ojos marrones y ataviado habitualmente con «un traje gris de raya ancha». Sin embargo, prefirieron dedicarse a robar y asesinar. Con todo, su aspecto hizo que la sociedad les tuviese cierto cariño una vez que los medios comenzaron a hacerse eco de sus barbaridades.

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Imagen de archivo de Clyde Barrow - ABC
Después de que Bonnie fuese también detenida y saliese de prisión, ambos -ayudados por compinches esporádicos- provocaron el caos en Norteamérica. Al volante de su Ford V8 robado (un vehículo sumamente rápido e ideal para las persecuciones) y armados con varios fusiles automáticos Browning (armamento pesado robado a los militares) se ganaron la animadversión de unas autoridades a las que les resultaba imposible detenerles.

Las cifras varían atendiendo a las fuentes, pero se les atribuyen un mínimo de doce asesinatos. «La banda estuvo muy activa en los meses siguientes [a abril de 1932], con varios atracos y homicidios a sus espaldas», añade Linares. Entre sus logros más extravagantes se encuentra el de liberar a cinco reos de la prisión de Eastham (Texas).

Tan imposible resultaba atraparles que, en 1934, las autoridades solicitaron a Frank Hamer que les capturara. No podían haber elegido a nadie mejor. Este cincuentón de 1,82 metros de altura se había ganado fama de duro tras su paso por los Rangers de Texas, cuerpo en el que permaneció más de dos décadas (1911-1931) y que le gratificó con una paga vitalicia cuando se retiró en gratitud por sus servicios. El agente, así pues, se lanzó a la carretera para cazar a unos fugitivos a los que no les molestaba recorrer miles de kilómetros en un solo día si así lograban eludir a la justicia. Criminales que vivían en su coche y que (aunque no disfrutaban matando) no dudaban ni un segundo en apretar el gatillo si eso les granjeaba la libertad.

Gran traición
Semanas después Hamer, harto de que aquellos dos criminales se le escurrieran de entre los dedos gracias a su veloz Ford V8, tejió una intrincada tela de araña para cazar como ratas a los «enemigos públicos número uno». Su primer paso fue conseguir el apoyo de una de las personas más cercanas a la pareja, y el afortunado fue Henry Methvin, un veinteañero que con un historial de crímenes más largo que la afamada Ruta 66 norteamericana. Nuestro cazarrecompensas, según parece, prometió al padre del ratero perdonarle sus crímenes en Texas a cambio de que le llevara hasta Bonnie y Clyde.

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Frank Hamer, en una imagen de archivo del Texas Ranger Hall of Fame
Con el trato cerrado, la familia informó a las autoridades de que la banda había llegado al acuerdo de reunirse en la granja de los Methvin (ubicada en Luisiana) si se separaban. Así que Hamer solo debía esperar a que eso sucediera.

La suerte le llegó en el verano de 1934, después de estudiar la zona y averiguar que Bonnie y Clyde solían visitar aquella casa y hacer multitud de viajes entre ella y Texas. Algunos, por cierto, acompañados de Henry Methvin. Así pues, en el momento en el que estuvo seguro de que el grupo se había dividido, el Ranger juntó a un temible grupo de agentes para acabar -de una vez por todas- con aquellos molestos malhechores que tanto encandilaban a la sociedad.

La carretera de la muerte
La tumba de los Romeo y Julieta del crimen (como eran conocidos por la prensa de la época) empezó a cavarse en la cálida arena de una carretera ubicada en Bienville Parish, al norte Luisiana.

Para desgracia de esta desquiciada pareja, el último lugar que vieron sus ojos antes de marcharse de cabeza al infierno fue un camino alejado de la gran civilización. Una vía con más tierra que pavimento flanqueada por arbustos y árboles. El sitio idóneo para una emboscada, en definitiva. O así lo pensó Frank Hamer, la leyenda jubilada de los Ranger de Texas. Para él, sin duda, ese era el emplazamiento perfecto para acribillar a aquellos desdichados al más puro estilo de la mafia italiana (la cual, años después, dejaría como un colador el vehículo del general Chiesa en Palermo).

La llegada a la mencionada carretera a mediados de mayo de 1934 fue la culminación de un plan que Hamer llevaba perpetrando semanas. El fin de meses y meses de persecuciones poco fructíferas y desesperantes.

Con todo, y aún contando con la ayuda del traicionero Methvin, el veterano agente sabía que no iba a ser fácil enviar a los forajidos de una patada al más allá. Y por ello, se llevó consigo a otros cinco representantes de la ley. El más destacado de los seleccionados fue Manny Gault, un patrullero retirado de Texas. Sin embargo, también se unieron a él Ted Hinton y Bob Alcorn (ayudantes del Sheriff de Dallas) y Henderson Jordan y Prentiss Oakley (Sheriff y ayudante del Sheriff de la parroquia de Bienville, Luisiana).

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Frank Hamer, junto a su equipo - ABC
El 21 de mayo el grupo arribó a la carretera, tomó posiciones, y comenzó la larga espera que siempre acompaña a la caza. Poco se sabe de aquellos momentos, aunque en el documental «Bonnie & Clyde» (dirigido por Leo Singer) se especifica que hubo varias discusiones entre dos facciones: la de Texas y la de Luisiana. Al parecer, Jordan y Oakley consideraban que había que dar la oportunidad de rendirse a los forajidos, mientras que Hamer y su colega eran partidarios de la solución violenta: descerrajar contra ellos una marea de cartuchos.

También se cree que el grupo se planteó dejar con vida a Bonnie por ser mujer. Sin embargo, al final primó la visión de Hamer. No habría piedad para ellos. No se volverían a escapar.

Dos jornadas tras la llegada a la zona comenzó el baile. El 23 de mayo, poco después del amanecer, el grupo de Hamer vio como se paraba frente a ellos la camioneta del padre de Methvin. Según se especifica en el reportaje «La verdad sobre Bonnie y Clayde» (BBC), Alcorn le ordenó que le cediese los mandos del vehículo y lo ubicó en «dirección sur». Sabía que había que actuar rápido, pues solo era cuestión de tiempo que los forajidos pasaran por la carretera.

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Bonnie en brazos de Clyde, delante de su Ford, como cualquier pareja de enamorados - ABC
El plan que la pareja se detuviera al ver al familiar de su compinche en problemas. Ese sería el momento de disparar sobre ellos. Según se especifica en «Bonnie & Clyde», también sacaron la rueda de repuesto para que diera la impresión de que había pinchado. Sin embargo, este dato varía atendiendo a las fuentes.

Fuera como fuese, la trampa estaba tendida. Después de dar vida a aquel triste teatrillo, los agentes se escondieron y prepararon sus armas. Aquella vez, por fin, sí andaban sobrados de artillería. Y es que, además de escopetas y pistolas, sumaban a su arsenal el temible fusil automático Browning de Ted Hinton. El mismo modelo que habían robado Bonnie y Clyde y que traía de cabeza a unas fuerzas del orden que -durante los años 30- debían adquirir generalmente de su propio bolsillo los pertrechos que necesitaban para defenderse de los forajidos.

La trampa funciona
Poco después de las nueve de la mañana de esa misma jornada, el Ford V8 de la pareja se dejó ver. La imagen que presentaban sus ocupantes poco tenía que ver con la de unos letales asesinos. Todo lo contrario. Tal y cómo se explica en el diario « Daily Mail», Bonnie (siempre con el pelo perfectamente peinado) viajaba en el asiento del copiloto comiéndose un sándwich, mientras que Clyde (de 25 años) conducía sin zapatos.

En todo cosa, cuando se encontraron cerca del vehículo del padre de Methvin, se detuvieron. Barrow, tan cordial con los suyos como sanguinario con el resto, se dispuso a aparcar para ayudar en lo que pudiera. Todo parecía normal. De hecho, lo más extraño (si es que puede llamarse así) es que un camión cargado con madera obligó al gánster a variar levemente su trayecto inicial.

Bonnie y Clyde podrían parecer unos amables vecinos, pero la realidad era muy diferente. Y así lo demuestra la ingente carga de armas que portaban en el maletero de su V8 de color gris. Un arsenal formado (según los expertos entrevistados por la BBC) por tres fusiles automáticos Browning de uso militar, una pistola cargada, una escopeta recortada y una caja que incluía entre diez y doce armas diferentes. Se podría decir que el vehículo era una armería móvil.

Comienza la masacre
La orgía de cartuchos no tardó en empezar. Cuando Clyde detuvo el coche en una posición que el grupo consideró aceptable para no errar sus disparos (algo que habría provocado la huida de los fugitivos) el antiguo Ranger de Texas se dispuso a dar la orden para acabar con sus vidas.

Pero alguien se le adelantó. «Hammer debía dar la señal, pero Oakley tomó rápidamente cartas en el asunto. Tal vez vio algo que le hizo suponer que Clyde empuñaba un arma. No se sabe por qué, pero sin contar con nadie se levantó y vació su rifle contra la ventana de Clyde. Pilló a todo el mundo por sorpresa», explica James R. Knight (autor de «Bonnie y Clyde: una actualización del siglo XXI») en declaraciones a la BBC.

Tal y como se había acordado, no hubo advertencias y la pareja no tuvo oportunidad alguna para rendirse. Con más sed de venganza que justicia, el séquito de agentes inició entonces un carrusel de disparos que tornó el hermoso y veloz V8 en un colador sumamente caro.

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Así quedó el vehículo después de que Hamer y sus agentes lo acribillaran - ABC
El primero en caer bajo esa lluvia de plomo fue Clyde, quien recibió un disparo en la cabeza que acabó con su vida al instante. Se podría decir que tuvo la suerte de morir rápido. Como el gánster tenía puesta la primera marcha, cuando su pie se separó del embrague el vehículo se puso en marcha. Una mala noticia para la asustada Bonnie... Y es que, cuando se percataron de que el coche avanzaba, los policías intensificaron los disparos pensando que la pareja se disponía a escapar.

Quién lo diría pero, a pesar de la ingente cantidad de tiros, para entonces Bonnie únicamente había recibido una herida grave. Al menos en lo que a nivel físico se refiere. Psicológicamente estaba tan afectada que no pudo evitar gritar. Sus alaridos fueron tan terribles que Hamer decidió cortarlos por lo sano (o lo insano, vaya).

El viejo Ranger, tras acercarse al vehículo, disparó hasta dos veces a la indefensa chica de 23 años a una distancia irrisoria. Posteriormente explicaría por qué: «Odio reventar la cabeza a una mujer, especialmente cuando está sentada, pero si no hubiese sido ella, habríamos sido nosotros». Ni la muerte de ambos detuvo a los agentes, que tirotearon el vehículo con algunas ráfagas más.

A las nueve y cuarto de la mañana todo había acabado: la huida perpetua de los forajidos, sus continuos crímenes... Algunos expertos afirman que la situación apenas duró 16 segundos (otros, que dos minutos) y que, en ella, los agentes abrieron 187 agujeros en el vehículo. Con todo, esta última es una cifra discutida ya que, atendiendo a las fuentes, podrían ser 107, 126 o 130.

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Una multitud congregada alrededor del Ford de los famosos fugitivos Bonnie y Clyde,, después de la emboscada que acabó con sus vidas - ABC
Lo que sí está claro es que los cuerpos de los fugitivos quedaron absolutamente acribillados, pues el cadáver de Bonnie sumaba (como bien se explica en «La verdad sobre Bonnie y Clyde») 57 impactos de bala; mientras que el de Clyde atesoraba 51. Estos números fueron posteriormente discutidos en base a las declaraciones del doctor J.L. Wade (el forense local), quien informó de 17 heridas para él, y 26 para ella.

La dantesca situación no terminó con el tiroteo. Así lo demuestran las palabras de Hinton quien, cuando abrió la puerta del pasajero, vio en primera persona la masacre que acababa de sucederse. «La veo [a Bonnie] caerse por la puerta abierta, una joven hermosa y pequeña que es suave y cálida, con el pelo cuidadosamente arreglado, y huelo un ligero perfume que contrasta con el olor a pólvora quemada y el olor dulce e irreal de la sangre», explicó en declaraciones posteriores.

Con el trabajo hecho, la escena del crimen se tornó en un macabro circo. Tres de los agentes acudieron al pueblo para solicitar los servicios del forense local. Sin embargo, antes de que este llegara muchos curiosos ya se habían acercado al vehículo para cazar su particular recuerdo de los fallecidos. Instantes después, un camión se llevó el V8 -junto con los cuerpos- hasta una ciudad cercana, donde se preparó su entierro.

Bonnie y Clyde tuvieron unos funerales de estrellas de cine y se marcharon al otro mundo arropados por cientos de personas. El broche de oro para una vida que, como afirmaron los medios de comunicación, terminó igual que empezó, por las armas: «No hay nada más que decir, se acabó, la justicia y el orden han hecho su trabajo», afirmaron los diarios.
https://www.abc.es/historia/abci-ve...inario-ranger-texas-201712130145_noticia.html
 
Acusan a un hombre de 71 años de 100 cargos de violación a menores
Los abusos, supuestamente, comenzaron a principios de la década de 1970 y continuaron hasta principios de la década de 1980
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0 Condenan a 180 años de cárcel a un hombre por producir y distribuir vídeos pornográficos de menores

La oficina del sheriff de «Rapides Parish» en Luisiana, EE.UU., ha arrestado y acusado a Harvey Joseph Fountain, de 71 años, de hasta 100 cargos de violación a menores.

El pasado 9 de abril, Fountain fue detenido inicialmente por 50 cargos de violación en primer grado, pero, tres días después, fue acusado de 50 cargos más.

«Mientras Fountain permanecía en la cárcel, los detectives continuaron su investigación e identificaron más víctimas. Se estableció una causa probable suficiente y se otorgó una orden de arresto en referencia a 50 cargos adicionales por violación de primer grado».

En un comunicado en su página de Facebook, las autoridades explican que Harvey J. perpetró los delitos sexuales contra menores en varios lugares de la zona de Pineville. Los abusos, supuestamente, comenzaron a principios de la década de 1970 y continuaron hasta principios de la década de 1980. Todos involucraron a niños menores de 13 años.

Fountain se encuentra en un centro de detención mientras la investigación sigue en curso y se fija la fecha del juicio. Se le pedía una fianza inicial de 500.000 dólares, pero, en vista de los cargos adicionales, no se ha establecido una nueva fianza.

Según la ley de Luisiana, si el demandante es menor de 13 años, cualquier tipo de relación sexual (oral, anal o vaginal) constituye violación en primer grado.
https://www.abc.es/internacional/ab...s-violacion-menores-201904171357_noticia.html

TEMA
 
La reacción de Nueva Zelanda ante su masacre evidencia el fracaso de EEUU 20 años después de Columbine


El ataque de 1999, en el que 12 estudiantes y un profesor fueron asesinados, podría haber sido una excepción, pero su brutalidad se ha convertido en rutina

La rápida decisión de Nueva Zelanda de prohibir los rifles de asalto tras el ataque a dos mezquitas ha dejado al desnudo décadas de inacción en Estados Unidos

Amanda Holpuch
19/04/2019 - 20:43h
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Dos compañeras firman en la tumba de uno de los jóvenes asesinados durante la matanza de Columbine/ James Keivom

El amor no basta: habla la madre del asesino de Columbine
Cuando el flagrante fracaso de EEUU de responder a la violencia con armas de fuego volvió a entrar en el foco, 50 personas muerieron en el ataque a dos mezquitas en Nueva Zelanda. Tom Mauser observaba los hechos con angustia. No sólo el brutal ataque en Christchurch le recordó a la masacre de 1999 en el instituto de Columbine en el que murió Daniel, su hijo de 15 años, sino que la rápida decisión de Nueva Zelanda de prohibir los rifles de asalto dejó al desnudo décadas de inacción en Estados Unidos.

"En Estados Unidos, a menudo nos vemos como un modelo para el resto del mundo en muchos asuntos, pero éste no es uno de ellos", afirma Mauser. "No hacemos nada. Sólo sacudimos la cabeza, decimos nuestras plegarias y esperamos a que haya una próxima masacre".

Mauser conversa con The Guardian desde Colorado con motivo del vigésimo aniversario del tiroteo en el instituto de Columbine. En el ataque del 20 de abril de 1999, dos jóvenes asesinaron a 12 estudiantes y un profesor antes de suicidarse. Una masacre que debería haber sido una excepción.

Pero en cambio, el derramamiento de sangre se ha convertido en algo rutinario. Los ataques que sucedieron tras el de Columbine no han generado ningún cambio significativo en la cultura de las armas en Estados Unidos, a diferencia de lo que ha sucedido en otros países.

"No es tanto el número concreto de votantes que defienden la visión extrema del derecho a tener armas, sino que es un grupo muy movilizado políticamente", explica Philip Cook, coautor de El Debate sobre las Armas.

"Si le preguntas a cualquier persona defensora de las armas: ¿Le has escrito a tu representante en el Congreso, has hecho una donación o has ido a un encuentro público?…es muy probable que la respuesta sea que sí", señala Cook.

Columbine no fue el primer tiroteo en una escuela estadounidense, pero fue el más letal desde 1966. Los medios de comunicación se lanzaron a la tormenta de la confusión y conmoción, dando crédito a información falsa sobre una "mafia de las gabardinas" o sobre cómo la música de Marilyn Manson había influido en los asesinos.

Con el tiempo, el público supo que las armas de los tiradores las habían comprado otras personas y que su objetivo en realidad era matar a cientos de personas con precarias bombas caseras que la policía encontró en la cafetería del instituto y en el aparcamiento. Tras la masacre, los simulacros de tiroteos se han convertido en algo normal dentro del sistema educativo. Y el Gobierno nacional se ha quedado paralizado.

Desde 1994 hasta febrero de este año, no había avanzado en el Congreso ni un proyecto de ley de control de armas. La sequía finalizó con un proyecto para extender las revisiones de antecedentes a todos los compradores de armas y a la mayoría de las transferencias, cubriendo un vacío que permite que los vendedores de armas sin licencia no realicen revisiones de antecedentes. Es poco probable que ese proyecto de ley avance en el Senado, que está controlado por el Partido Republicano, y el presidente ya ha aclarado que lo vetaría.

"Estados Unidos está fracasando a la hora de proteger a las personas y comunidades que se encuentran en mayor riesgo de sufrir violencia armada, y esto es una violación de la ley internacional de derechos humanos", advirtió Amnistía Internacional. "El derecho a vivir sin violencia, sin discriminación y sin miedo ha sido desbancado por la sensación de que cada persona tiene derecho a poseer prácticamente un número ilimitado de armas mortíferas".

Espacios públicos: de sagrados a zonas de exterminio
Los tiroteos en las escuelas no son la primera causa de muerte por armas en Estados Unidos. En 2017 murieron 39.773 personas por heridas de armas de fuego en Estados Unidos, según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades. Alrededor del 60% de esas muertes fueron suicidios.

Sin embargo, la noción de que espacios públicos como las escuelas, las iglesias y los festivales de música se puedan convertir rápidamente en zonas de exterminio ha sido uno de los efectos periféricos de la actitud del país respecto de las armas.

El mes pasado, un joven que estudiaba en Columbine durante el ataque, Craig Scott, dijo en un evento conmemorativo que le preocupa que los tiroteos en las escuelas se hayan convertido en "parte de la mentalidad estadounidense".

Cuando 10 estudiantes y profesores fueron asesinados en un tiroteo en un instituto en Santa Fe, Texas, en mayo de 2018, un periodista le preguntó a Paige Curry, una alumna de 17 años: "¿Había algo dentro de ti que te hacía pensar que esto no era real, que no podía pasar en tu instituto?".

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Fotografía cedida que muestra a unos agentes de Policía evacuando a unos niños de la escuela Sandy Hook en Newtown (Connecticut, EE.UU.) después de registrarse un tiroteo en el centro escolar. EFE/Newton Bee

Curry respondió, con una calma sorprendente: "No, nada de eso. Ha estado sucediendo en todos lados. Siempre he tenido la sensación de que en algún momento iba a suceder aquí también".

Los adolescentes actuales nacieron después de la masacre de Columbine. Eran niños cuando fueron los tiroteos en Virginia Tech y Sandy Hook. Han visto a los políticos conservadores resistirse al cambio después de cada ataque y han visto al grupo de presión a favor de las armas presionar más y más al Gobierno, negándose a apoyar siquiera una reforma moderada de las leyes.

En 2018, se preguntaron por qué las atrocidades que se describían en sus libros de texto seguían ocurriendo. En febrero de 2018, un tiroteo en el instituto Marjory Stoneman Douglas de Parkland, Florida, acabó con la vida de 17 personas. Los adolescentes del instituto manifestaron su repulsión en las redes sociales y ante las cámaras de televisión, generando el movimiento contra la violencia armada más notorio en décadas.

Los estudiantes dieron apasionados discursos y desafiaron a los críticos, a la vez que convocaron la que fue una de las manifestaciones estudiantiles más grandes de la historia de Estados Unidos, la Marcha por Nuestras Vidas. En marzo de 2018, cientos de miles de personas acudieron a las marchas y salieron de las aulas, incluyendo alumnos del instituto de Columbine, para pedir medidas más fuertes de control de armas.

"Hay esperanza"
La oleada de apoyo público no se dio solamente en las calles, sino que se vio representada en las demandas de la Marcha por Nuestras Vidas, que incluían revisión de antecedentes en todas las ventas de armas y la prohibición de vender cargadores de alta capacidad en Estados Unidos. Estas dos demandas son apoyadas por la mayoría de los estadounidenses. En las elecciones de mitad de mandato de 2018, los candidatos demócratas hablaron más sobre el conflicto del control de armas, y ganaron.

"Hay esperanza en la gente que apoya una regulación razonable de las armas", dijo Cook. "Ha habido cierto cambio, quizá en parte por lo que pasó después de Parkland y el éxito de esos estudiantes en captar la atención del público y ganar apoyos".

Mauser afirma que los alumnos de Parkland han logrado un impacto "tremendo", especialmente a la hora de reforzar el control de armas en el estado de Florida. Pero Mauser ha visto tantos destellos promisorios en años anteriores que observa todo con cautela.

"Tengo que decir que he visto otras cosas en el pasado que me han hecho pensar que íbamos a lograr algo y luego no cambió nada", admitió Mauser. "Creo que estos jóvenes tienen la capacidad de generar un cambio duradero, pero tienen que seguir trabajando en ello".

Mauser sabe mejor que muchos lo que es andar por el fango de la batalla por el control de armas en Estados Unidos. Diez días después de que Daniel fuera asesinado, Mauser se unió a otras miles de personas en una protesta en las puertas de la convención anual de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) en Denver, a 24 kilómetros de Columbine.

Durante décadas, la NRA ha presionado por la elección de candidatos defensores del derechos a llevar armas, a pesar de ser menos poderosa económicamente que otros grupos de presión. La asociación basa su poder en un pequeño grupo de personas muy apasionadas que logran bloquear leyes y normativas que apoya la mayoría de los estadounidenses.

Durante 20 años, Mauser se ha enfrentado a esa fervorosa minoría y ha luchado por un mayor control de armas en el estado de Colorado. En este momento, Mauser apoya el proyecto de la ley "bandera roja" que permite que las fuerzas de seguridad o un familiar le pidan a un juez que prohíba que compre armas alguien que se considere un peligro para sí mismo o para otros.

En momentos clave de estas campañas, Mauser se pone los mismos zapatos que llevaba su hijo cuando murió en abril de 1999.

Pero desde entonces el clima ha cambiado, afirma. Los que se oponen al control de armas están más atrincherados que después de la masacre de Columbine, cuando él lograba hablar con republicanos sobre posibles leyes más restrictivas.

"En el caso de la ley Bandera Roja, ni un solo republicano votó a favor de la ley", asegura Mauser. "El nivel de resistencia y la intensidad de la oposición han aumentado significativamente".

Al margen de cuánto quiere Mauser que cambien las cosas, la realidad es que el aniversario de la masacre de Columbine es simplemente otro día sin su hijo. Ni él ni su familia participarán en actos públicos. Prefieren recordar a Daniel en privado, como el muchacho tranquilo y pensativo al que le gustaba el pollo asado y los gofres que le preparaba su padre.

"Era muy tímido y aún así se apuntó al club de debate del instituto, donde tenía que ponerse de pie y hablar delante de otras personas", relató Mauser. "Eso ha sido una inspiración para mí. A pesar de lo difícil que es hacer lo que yo hago y hablar de esto, si Daniel pudo hacerlo, yo también puedo".

Traducido por Lucía Balducci

19/04/2019 - 20:43h
https://www.eldiario.es/theguardian/Veinte-Columbine-tiroteos-escuelas-convertido_0_889611807.html
 
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