Crisis en Bolivia

Mexicanos opinan sobre haberle concedido asilo a Evo Morales. Interesante desde el punto de vista de mexicano. MEXICO OPINA es el nombre. La pelea es fuerte con ley en mano.

 
Última edición:
Completamente de acuerdo con que se convoque a nuevas elecciones. Definitivamente NO hay gobierno en Bolivia. El presidente o la presidenta de Bolivia debe serlo por votación popular. Pero definitivamente deben unirse las 2 Bolivias. Y si no se puede, que se separen y formen 2 países distintos Ya tiene 2 banderas y que yo sepa ningún país en el mundo tiene 2 banderas nacionales. Se han quedado en la época de la Colonia.

 
¿Qué sucedió en el recuento de votos de las elecciones de Bolivia de 2019?

Noviembre 2019, Guillaume Long, David Rosnick, Cavan Kharrazian y Kevin Cashman

Este documento presenta los hallazgos de un análisis estadístico sobre los resultados electorales y las hojas de conteo (actas) de las elecciones bolivianas del 20 de octubre. Este análisis no encuentra evidencia de que hubo irregularidades o fraude que afecten el resultado oficial que le dio al presidente Evo Morales una victoria en primera vuelta. El documento presenta un desglose paso a paso de lo que sucedió con los recuentos de votos de Bolivia (tanto el recuento rápido no oficial, como el recuento oficial que es más lento), buscando disipar la confusión sobre el proceso. El informe incluye los resultados de 500 simulaciones que muestran que la victoria de Morales en primera ronda no solo fue posible, sino probable, según los resultados del 83.85% inicial de votos del conteo rápido.

 
Los “Alacranes”: así es el grupo de élite, con entrenamiento militar, que evacuó a los periodistas argentinos de Bolivia

La historia desconocida de este cuerpo especial de Gendarmería Nacional


Por Andrés Klipphan
18 de noviembre de 2019


(Gustavo Gavotti)


(Gustavo Gavotti)



Su nombre apareció en las primeras planas del país porque tuvieron la insólita misión de evacuar a un grupo de periodistas y camarografos de la TV Argentina desde la convulsionada Bolivia. Fue después que la ministra de Comunicación del autoproclamado gobierno de ese país vecino, Roxana Lizárraga, acusó a los corresponsales del delito de "sedición”, y los amenazó con una eventual condena después de ser juzgados por los tribunales locales, simplemente porque no les gustaba como informaban sobre el estallido político y la violencia en las calles, después de la renuncia del ahora ex presidente Evo Morales.
La Agrupación Fuerzas Especiales “Alacrán”, que depende de Gendarmería Nacional, es una unidad altamente entrenada y posicionada como entre los diez mejores cuerpos de élite del continente.
De bajo perfil e implacables cuando se los convoca para una misión, ya sea para colaborar con la desarticulación de una organización de narcotraficantes con ramificaciones internacionales; o proteger la vida de mandatarios extranjeros de visita en nuestro país.
Paracaidistas de alta infiltración, buzos militares, especialistas en explosivos, francotiradores, expertos en reconocimientos y rescate, contraterrorismo; son algunas de las aptitudes que adquirieron este cuerpo de elite entrenados con los mejores instructores, por ejemplo de Colombia, Estados Unidos, Francia y España.

Están equipados con armamento, lanchas y vehículos de alta tecnología, como el de apoyo táctico Spartan de la automotriz Streit Group. Se trata de una firma binacional de Canadá y Ucrania, especializada en vehículos blindados y de combate.
Pesa ocho toneladas, desarrolla una velocidad máxima de 120 kilómetros por hora, tiene visión de 360 grados y motor V8 . Es un blindado liviano de seis metros de largo que, por ejemplo, recorrieron las calles porteñas para custodiar a los mandatarios congregados en el G20.
Los “Alacranes”, tienen instrucción militar, y pueden actuar en desastres naturales; en traslados de detenidos de alta peligrosidad, en persecuciones en terrenos escarpados, o intervenir en situaciones de seguridad extrema, como toma de rehenes; o custodia de material sensible, por ejemplo radioactivo o venenos de alta volatilidad.

Continúa...
 
Que un político elegido democráticamente sea obligado a presentar su renuncia por sectores como las fuerzas de seguridad es un golpe de estado.
Que un político viva "bien" no justifica que lo derroquen. No fue por pedido del "pueblo" por el que renunció Evo.
Lo que deben seguirse son los mecanismos institucionales. Argentina no es modelo, pero en las últimas décadas, además de castigar los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura que padecimos, aprendimos que eso NUNCA MÁS.
Por eso repudiamos lo ocurrido en Bolivia, porque duele ver en países hermanos la vuelta del "accionar" que sufrimos durante décadas. La democracia y su respeto está sobre todo.
Evo había propuesto, antes de su partida, realizar nuevamente las elecciones. Hay estudios internacionales que demuestran que el informe de la OEA fue
falaz, que no hubo fraude.
 
Los “Alacranes”: así es el grupo de élite, con entrenamiento militar, que evacuó a los periodistas argentinos de Bolivia

La historia desconocida de este cuerpo especial de Gendarmería Nacional


Por Andrés Klipphan
18 de noviembre de 2019


(Gustavo Gavotti)


(Gustavo Gavotti)



Su nombre apareció en las primeras planas del país porque tuvieron la insólita misión de evacuar a un grupo de periodistas y camarografos de la TV Argentina desde la convulsionada Bolivia. Fue después que la ministra de Comunicación del autoproclamado gobierno de ese país vecino, Roxana Lizárraga, acusó a los corresponsales del delito de "sedición”, y los amenazó con una eventual condena después de ser juzgados por los tribunales locales, simplemente porque no les gustaba como informaban sobre el estallido político y la violencia en las calles, después de la renuncia del ahora ex presidente Evo Morales.
La Agrupación Fuerzas Especiales “Alacrán”, que depende de Gendarmería Nacional, es una unidad altamente entrenada y posicionada como entre los diez mejores cuerpos de élite del continente.
De bajo perfil e implacables cuando se los convoca para una misión, ya sea para colaborar con la desarticulación de una organización de narcotraficantes con ramificaciones internacionales; o proteger la vida de mandatarios extranjeros de visita en nuestro país.
Paracaidistas de alta infiltración, buzos militares, especialistas en explosivos, francotiradores, expertos en reconocimientos y rescate, contraterrorismo; son algunas de las aptitudes que adquirieron este cuerpo de elite entrenados con los mejores instructores, por ejemplo de Colombia, Estados Unidos, Francia y España.

Están equipados con armamento, lanchas y vehículos de alta tecnología, como el de apoyo táctico Spartan de la automotriz Streit Group. Se trata de una firma binacional de Canadá y Ucrania, especializada en vehículos blindados y de combate.
Pesa ocho toneladas, desarrolla una velocidad máxima de 120 kilómetros por hora, tiene visión de 360 grados y motor V8 . Es un blindado liviano de seis metros de largo que, por ejemplo, recorrieron las calles porteñas para custodiar a los mandatarios congregados en el G20.
Los “Alacranes”, tienen instrucción militar, y pueden actuar en desastres naturales; en traslados de detenidos de alta peligrosidad, en persecuciones en terrenos escarpados, o intervenir en situaciones de seguridad extrema, como toma de rehenes; o custodia de material sensible, por ejemplo radioactivo o venenos de alta volatilidad.

Continúa...
Tuvieron que ir a rescatar a los periodistas de todos los colores del arco político y llevarlos a la embajada. Claro, a CNN eso no le ocurre...
 
Bolivia: cómo avanza el frágil diálogo para pacificar el país y convocar a elecciones en una Asamblea Legislativa con todos los partidos
En un ambiente de máxima tensión entre posiciones extremas de ambos lados que dificultan las conversaciones, un grupo de funcionarios del gobierno e importantes legisladores del MAS intentan llegar a un acuerdo con el auspicio de organizaciones internacionales

Por Tuffí Aré Vásquez
19 de noviembre de 2019

Desde Santa Cruz de la Sierra, Bolivia




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Los diálogos buscan entre el gobierno provisional y los partidarios de Evo Morales buscan que la convocatoria a elecciones sea aprobada por la Asamblea y no salga por decreto como se había sugerido en los últimos días

Los diálogos buscan entre el gobierno provisional y los partidarios de Evo Morales buscan que la convocatoria a elecciones sea aprobada por la Asamblea y no salga por decreto como se había sugerido en los últimos días

El diálogo propiciado en Bolivia por la Iglesia, la ONU y la UE avanza, pero todavía es frágil, sobre todo porque la violencia en las calles no cesa ni tampoco baja el tono del expresidente Evo Morales, en su cuenta de Twitter y en entrevistas a medios del exterior, así como el de algún representante del Gobierno de transición.

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Bolivia se enteró al mediodía de este martes de un nuevo comunicado de las autoridades legislativas del MAS en el que anunciaron la suspensión de la sesión de la Asamblea, que había sido citada para tratar la elección de nuevos vocales del Tribunal Supremo Electoral y la convocatoria a comicios presidenciales. Debido a las intenciones de Morales y de Alvaro García Linera, hechas públicas en algunas entrevistas televisivas, de retornar al país si la mayoría parlamentaria de su partido rechazaba sus renuncias, en la oposición se dispuso la demanda de ilegalidad de esta convocatoria, ante el riesgo de que ambas autoridades, asiladas en México, recibieran en el Parlamento el aval de sus partidarios.

La suspensión de la sesión legislativa fue interpretada como una señal de que el diálogo impulsado por los mediadores entre el nuevo Gobierno y las exautoridades avanzó entre la noche del lunes y el martes.

Las conversaciones propiciadas por los facilitadores se realizaron en dos sedes y con distintos actores. Se separaron en dos grupos. Una de ellas se realizó en la sede de la Unión Europea y tuvo un alcance más informativo. En esta estuvieron los expresidentes Carlos Mesa, Jorge Quiroga, el excandidato Oscar Ortiz e, incluso, representantes políticos de partidos como el MNR, según refirió una fuente confiable.



El otro encuentro se realizó en la sede de la ONU, con el enviado especial para esta misión. Se supo que en él estuvieron como representantes del MAS los exministros Carlos Romero, Héctor Arce y Javier Zabaleta. También se habría sumado Eva Copa, la presidenta del Senado elegida por el partido de Morales, según otra fuente. “Ha quedado claro quiénes son finalmente los puentes de Evo Morales en el diálogo”, dijo un testigo del diálogo. En las otras 11 reuniones que hubo antes se tuvo a la senadora renunciante Adriana Salvatierra y a otros personajes del MAS.

Por el Gobierno transitorio participa como máximo representante el ministro de la Presidencia, Jerjes Justiniano Atalá.

Por otra vía, la presidente interina, Jeanine Añez, se reunió con representantes de la Central Obrera Boliviana (COB) para avanzar en la pacificación de las calles.

El segundo paso, igual de trascendental, es que la convocatoria a elecciones se encamine mediante una ley a ser aprobada en la Asamblea Legislativa y no mediante un decreto. También se procura que los plazos para conformar el nuevo Tribunal Supremo Electoral y tener un cronograma electoral sean razonables.

Entre los temas en los que buscan acuerdos estarían una ley solicitada por el MAS para garantizar que sus autoridades no sufran persecuciones políticas y la anulación del decreto que da a las FFAA las garantías de que sus acciones no serán penalizadas en sus intervenciones en las calles. El punto de mayor escollo es el pedido del retorno de Evo Morales a Bolivia.

En este momento las conversaciones están en etapa de consulta entre las autoridades del gobierno transitorio y las del MAS. Mientras tanto, en las últimas horas el portal digital urgente.bo difundió la versión de que los exministros Juan Ramón Quintana, Carlos Romero y Héctor Arce tramitaron un salvoconducto para salir de la embajada de México con rumbo al asilo en ese país. Pero la cancillería emitió un comunicado asegurando que no le ha concedido un salvoconducto a ningún ex funcionario del gobierno de Morales.

La noticia de un nuevo muerto en un enfrentamiento entre simpatizantes del MAS y la policía en El Alto puede perturbar nuevamente el complejo camino del diálogo.

 
Bolivia, al borde de la guerra civil
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Por Enrique Gomáriz Moraga
Martes 19 de noviembre de 2019


A mediados de 2016 me encontraba recorriendo Bolivia para preparar un informe sobre políticas sociales, principalmente hacia los pueblos indígenas. De regreso a La Paz me pareció que el clima de crispación social era realmente preocupante, no sólo por las graves divisiones sociopolíticas sino por el grado de acritud con que se manifestaban, sobre todo en las organizaciones indígenas recientemente intervenidas por el Gobierno de Evo Morales. Cuando expresé mi inquietud a un colega de la boliviana Fundación Jubileo, comentándole que me parecía que iba a estallar un peligroso conflicto, el hombre sonrió y me indicó que el tremendismo era una seña de identidad de la historia política del país, que no me asustara tanto.
He recordado aquella conversación estos aciagos días en que el conflicto ha terminado estallando y el inamovible Presidente Evo se encuentra ya asilado en México. Pero algo de razón tenía entonces mi interlocutor, todavía faltaban tres años para que el tremendismo amenazante se convirtiera en conflicto violento.
Varios observadores sitúan el origen de la presente crisis en febrero de 2016, cuando el 21 de ese mes Morales perdió el plebiscito que había convocado para superar la restricción constitucional de postular al cargo de Presidente por tercera vez. Pero esa es una lectura parcial de los antecedentes del conflicto actual. En realidad, la derrota en el plebiscito fue la expresión abierta de una división sociopolítica mas profunda. Reflejaba el agotamiento del Pacto de Unidad, la alianza entre el movimiento campesino, las organizaciones indígenas y los sectores medios atraídos por la propuesta izquierdista del MAS, que había constituido la base de sustentación del poder de Evo Morales desde 2005.
De 2010 a 2016 el choque entre los sindicatos campesinos y los movimientos indígenas, que mantienen una histórica discrepancia en cuanto al uso de la tierra, se agudizó por los problemas que generaba el modelo económico rentista y extractivista, que amenazaba varios territorios indígenas. Quizás su expresión más clara fuera la marcha indígena en 2011 por la protección del parque protegido (el TIPNIS) y el desarrollo de una oposición creciente en el seno de las principales organizaciones históricas indígenas (CIDOB y CONAMAC). La reacción de Morales fue drástica: acusados de traidores, sus sedes principales fueron intervenidas por las fuerzas de seguridad.
Paralelamente, las clases medias urbanas empezaban a tomar distancia del MAS, sobre todo en el ámbito municipal. La pérdida en las elecciones locales de los principales núcleos urbanos y, en especial, el simbólico núcleo del Alto, incrementaron las recciones violentas de los partidarios de Morales. Estaba desarrollándose así la “nueva oposición”, que se sumaba a la “vieja oposición” de sectores políticamente diversos. Y aunque esa dispersa oposición (vieja y nueva) no fuera capaz de articularse como alternativa, mostró su amplitud al derrotar a Morales en el plebiscito convocado por el propio mandatario.
Llego así la pérdida de legitimidad del régimen. Hasta entonces, el poder regimental de Evo había contado con una mayoría en las urnas. Es cierto que ello se basaba progresivamente en una combinación de rigidez autoritaria y clientelismo, pero se justificaba mediante las victorias electorales. Por cierto, una de las principales conclusiones del informe sobre políticas sociales era que las acciones para reducir la pobreza, que habían sido efectivas, se asociaban cada vez mas a partidas discrecionales. En las consultas a los beneficiarios se manifestaba frecuentemente que las ayudas guardaban estrecha relación con la adhesión al Gobierno. Y entre los que no obtenían las ayudas, el resentimiento era creciente.
Pero lo que dio vuelos a la oposición fue la decisión de Morales y su vicepresidente García Linera de desconocer los resultados del referendo, doblando la mano del Tribunal Constitucional para encontrar una vía jurídica que sorteara el precepto constitucional que le impedía postularse otra vez. La táctica principal esos días consistió en provocar el temor al vacío de poder ¿Qué sería del país sin Evo? ¿Le seguiría un retroceso generalizado del modelo nacionalista? Un argumento que cobraba peso ante una oposición heterogénea.
Así las cosas, la coyuntura económica cambió. En 2016 ya era palpable que las bases del modelo económico comenzaban a fragilizarse con el agotamiento del boom de las materias primas en el mercado mundial. Hasta ese momento el modelo rentista/extractivista había funcionado bien y, a diferencia de su colega ecuatoriano, el equipo económico de Morales se había cuidado de no romper los equilibrios macroeconímicos. Pero, con la disminución de los ingresos nacionales, los presupuestos tuvieron que sufrir recortes sensibles. Desde 2017 comenzó a afectar a los más pobres: la extrema pobreza comenzó a crecer lenta pero sostenidamente.
Había que modificar las bases del modelo. Se decidió potenciar la demanda interna para mantener el crecimiento. Se reorientó el gasto público hacia el comercio y la producción interna. Pero ineluctablemente comenzó a comprometerse el déficit público y a incrementarse la deuda. No obstante, existía alguna confianza en que las reservas eran suficientes como para aguantar hasta que llegaran tiempos mejores.
En 2018 parecía que la recuperación de los precios en el mercado mundial tenía lugar, aunque de forma tambaleante. La coyuntura económica ya no presentaba un horizonte tan oscuro. Pero, para ese momento, la oposición ofrecía una oferta algo más compacta. Las encuestas en 2018 mostraban que Evo no ganaría fácilmente las siguientes elecciones. Enfrentaba una oposición que mantenía su heterogeneidad, pero que tenía un objetivo claramente compartido, sacar a Morales y el MAS del poder. Y así fue como se conformó la candidatura del expresidente Carlos Mesa, un centroizquierdista que había impulsado las leyes más avanzadas a favor de los pueblos indígenas durante su mandato, entre 2003 y 2005, y que, después de apartarse de la escena durante más de una década, regresó para liderar la coalición Comunidad Ciudadana, que reúne sectores de la vieja y de la nueva oposición, incluyendo un parte importante de las organizaciones indígenas. La campaña electoral para las elecciones presidenciales del 20 de octubre fue particularmente violenta. Las fuerzas de choque del MAS se enfrentaban ahora a contingentes de mineros, indígenas y estudiantes. Pero además aparecía la expresión boliviana de un fenómeno que recorre América Latina: la irrupción en la política de las iglesias evangélicas. Los lideres de esta fuerza, como Carlos Sánchez o Fernando Camacho, se vanaglorian de combinar la fe con la acción callejera (o como les describen sus críticos, avanzar con la biblia en una mano y una pistola en la otra).
Como es conocido, la paralización del recuento de los sufragios tras el 20-O, cuando la oposición acariciaba la posibilidad de ir a una segunda vuelta, constituyó la ocasión deseada por la candidatura de Carlos Mesa para acusar a Evo de hacer trampa de nuevo. La memoria del 21-F regresó con fuerza. La presión nacional e internacional obligó al Gobierno de Morales solicitar una Misión de la OEA que revisaría el resultado electoral. Evo la aceptó quizás confiado en que el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, había aceptado como legítima la postulación de Morales. Pero el informe de la Misión señaló notables irregularidades. La reacción inmediata de Morales fue rechazar el Informe. Y eso provocó la inundación de las calles de antagonistas, incluyendo los sectores más violentos. Pero fue la rebelión de la policía lo que mostró el estado real de la correlación de fuerzas.
A continuación, se precipitaron los acontecimientos: el informe de la OEA recomendaba la repetición de los comicios y a esa idea se adhirió el Gobierno de Morales como último recurso; pero la oposición ya no quería negociar, se hacía eco del grito en las calles, pidiendo la salida de Evo. Se podía ir a unas nuevas elecciones, pero sin Morales como candidato. Algo inaceptable para el Presidente. Y en medio de esa tensión la cúpula militar apareció en el escenario sugiriendo al mandatario que diera un paso al costado. Morales hizo caso y renunció formalmente al cargo. Pero ese gesto no iba a detener los sectores que buscaban un escarmiento ejemplar: su domicilio y el de la mayoría de sus ministros fueron asaltados. Para salvar su vida se buscó desesperadamente un país de asilo y México respondió.
La última jugada de Morales y su Vicepresidente García Linera fue pedir a todos los responsables institucionales del MAS que renunciaran a su cargo o no ejercieran sus funciones. La intención era crear un vacío de poder de corte caótico. Pero la respuesta de la oposición fue buscar una salida institucional y la encontró en el cargo más elevado que tenían en el Senado, Jeanina Añez. E inopinadamente, el Tribunal Constitucional, que se había plegado regularmente al presidente Morales, avaló ahora la posición de Añez, quien anunció que su interinazgo solo tiene un objetivo: convocar elecciones.
Así las cosas, la división sociopolítica de la sociedad boliviana es todavía profunda. Los observadores más pesimistas hablan de la posibilidad de una guerra civil. No parece muy probable que haya escisiones en las fuerzas armadas y de seguridad que faciliten esa tesis, pero los enfrentamientos civiles son todavía tan radicales que esa posibilidad no debería excluirse. Ambas partes plantean una estrategia peligrosa: el nuevo gobierno de Añez, presionado por los sectores más duros, tanto civiles como militares, busca crear unas condiciones en que su victoria electoral esté asegurada. Por ello no convoca de inmediato los comicios. Y Morales busca aumentar la presión política y la movilización callejera, mediante sus sectores incondicionales (encabezados por los sindicatos cocaleros), para forzar a una mediación (internacional) que le permitiera regresar al país. Mientras ambas estrategias (incompatibles) se mantengan, el enfrentamiento violento seguirá su curso; entre otras razones porque a ninguno de los dos bandos les falta seguidores dispuestos a impulsarlo.
Desde luego, caben algunas conclusiones sobre la ubicación del proceso boliviano en el contexto regional y la encrucijada que representa. Pero eso será objeto de una siguiente nota.
guerra civil
Bolivia
 
Que un político elegido democráticamente sea obligado a presentar su renuncia por sectores como las fuerzas de seguridad es un golpe de estado.
Que un político viva "bien" no justifica que lo derroquen. No fue por pedido del "pueblo" por el que renunció Evo.
Lo que deben seguirse son los mecanismos institucionales. Argentina no es modelo, pero en las últimas décadas, además de castigar los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura que padecimos, aprendimos que eso NUNCA MÁS.
Por eso repudiamos lo ocurrido en Bolivia, porque duele ver en países hermanos la vuelta del "accionar" que sufrimos durante décadas. La democracia y su respeto está sobre todo.
Evo había propuesto, antes de su partida, realizar nuevamente las elecciones. Hay estudios internacionales que demuestran que el informe de la OEA fue
falaz, que no hubo fraude.
Sincoronita permìteme hacer una aclaraciòn, pues desde hace mucho la historia està "adulterada".
Los derechos humanos en Argentina no se defienden en las ùltimas dècadas. Fue en la dècada del 80, cuando el Dr Alfonsìn tuvo la hombrìa de enjuiciar a los militares y condenarlos.
En momentos en que los militares eran fuertes aùn, y no la sombra que son hoy, desde hace màs de una dècada.
En aquellos años tuvimos el honor de contar con gente destacadìsima y de gran coraje, como Sàbato, Magdalena Ruiz Guiñazù, el fiscal Moreno Ocampo y tantos màs. Todos gente de bien, honor y coraje.
Lo de las ùltimas dècadas no es màs que una puesta en escena, para hacerse merecedores de honores que no los caben, pues en aquellaèpoca no estaban visibles ni aportaban nada al paìs.
Es un "gran detalle" que me molesta mucho estè tergiversado.
En aquella època se luchò por los derechos humanos.
Lo posterior fue "posar en la foto", nada màs. Arrogarse logros que no les corresponden.
Lo de Bolivia es producto de años, o siglos, de odios internos. Es increìble como entre ellos mismos se discriminan. Cada etnia odia a la otra. NO solo los blancos lo hacen.
Esto lo compruebo personalmente con un señor boliviano que conozco. Si bien es el tìpico coya por sus facciones, discrimina a las otras etnias. Me sorprendiò la primera vez que lo escuchè.
Y también esta situación es producto de los típícos maltratos de la derecha y la izquierda alternativamente.
La derecha los ha sometido a situaciones tales que han llegado, dente de Cochabamba, mi verdulero, a no conocer lo que era un inodoro, ni siquiera una letrina hasta el año 80. Hacían sus necesidades en los pastizales, en el campo. Recién conoció un baño cuando vino a Argentina.
Luego asciende un gobierno de izquierda, les da cierto bienestar, pero no les aporta desarrollo. Les da algo para que estén más cómodos en su pobreza, nada más. Y llenan de corrupción los países. Esto se ha replicado en toda América Latina. Por eso abrí el hilo del Foro de San Pablo. Explica en mucho la realidad latinoamericana. El por qué, siendo tierra de tanta riqueza, seguimos sometidos.
Los grandes poderes hacen su parte, pero los dirigentes locales son consecuentes con ellos, no ponen a los países de pie, no luchan por el desarrollo, única forma de salir adelante de cualquier país.
Esto es lo que tenemos, dirigentes corruptos, llenos de bienestar y riquezas, ante pueblos que viven en malas condiciones.
No he querido publicar aquí extractos bancarios de Evo. Creo que solamente aportarían para mal.
No es un santo. EL problema lo tuvo por insistir en perpetuarse en el poder.
QUe los países centrales están detrás de todo este movimiento? no tengo dudas.
Pero las sociedades no están bien. Este modelo de corrupción que imponen daña mucho a los países e impiden el crecimiento, lo que toda sociedad necesita.
Cuando estalló toda esta ola de violencia, la gente estaba enojada y quería que Evo se fuera, por el fraude que había cometido. Esto es lo que averigüé de primera mano. Las manifestaciones ya se estaban produciendo el mismo día de las elecciones.
 
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