La historia de la conversación en la vivienda de Pepe y su eventual relevancia la escuché en un audio de una entrevista al propio juez Heriberto Asencio, hace ya tiempo, aunque ahora no puedo localizar la fuente.En efecto, el tema de la cooperativa aleja el problema de los trabajadores del cortijo. El fraude en la declaración de las producciones los implica de alguna manera. Puede que González supiera algo y Zapata no. Quizás por eso la muerte de González estaba decidida de antemano y no fuera casual. Pero todo esto son especulaciones.
Pero en este caso todos especulan mucho, sin indicar claramente en qué se basan, tanto el primer forense, como el policía de la segunda investigación del caso y este juez. Sin el sumario es difícil saber qué se investigó y qué no, qué preguntas se hicieron y qué respuestas encontraron, y qué es pura especulación en lo que dicen unos y otros y qué tiene una base. Esa historia de que la conversación de González en su casa fue trascendente para esclarecer el caso no está nada clara. ¿En qué se basan? Su madre no habría protegido a los asesinos de su hijo callándose.
Creo que resulta lógico el interés en saber el contenido de la conversación, tanto si había habido ya víctimas en el cortijo, como si no. En el primero de los casos porque resulta factible pensar que se habló entre los cónyuges de lo ocurrido, y en el segundo porque se pudo hablar de quién estaba allí en el cortijo y quién le había dicho a Pepe que recogiera a su esposa, por ejemplo.
Análogamente, el posterior silencio de la madre puede obedecer a múltiples factores: desde proteger a un cómplice (también víctima), al miedo, o incluso a que verdaderamente no oyera nada, lo que a decir de algunos resulta inverosímil por la configuración que tenía la vivienda (muros que no llegaban hasta arriba, con lo que el sonido de una conversación resultaría más fácil de percibir).
Todo esto nos retrotrae a un punto de partida inicial, que es la cronología de los hechos, y dilucidar lo que pasó realmente durante la mañana. Por supuesto, nunca lo sabremos a ciencia cierta, porque parece que a cada indicio o argumento en un sentido, puede oponerse un contraargumento. Yo, con el paso del tiempo, tiendo a pensar que hacia el mediodía algo había ocurrido ya, cuando es Pepe el que ordena, contra toda lógica y rutina habitual, la realización de determinadas tareas a dos operarios que tenían el sentido y la finalidad de alejarlos del cortijo. Pero admito que de nuevo estoy hablando de conjeturas con indicios muy leves.