A propósito de las visitas inesperadas y los timbrazos que tanto molestan... tengo un portero automático de quita y pon. Si no espero a nadie y tampoco un envío, desconecto el interruptor que puso mi marido, es maravilloso. Ahora lo pongo, ahora lo quito. Y por supuesto, las primeras horas de la mañana, de siesta y nocturnas está apagado. Probadlo, no os arrepentiréis.