Cosas o personas que no soportamos. Misantropias. Filias y Fobias.

No aguanto las visitas, me joden, me superan, me revientan, me destrozan los chakras y sus equilibrios, me cago en la put* madre de las visitas. Si yo no invito a mi casa es que no quiero que venga nadie e invito pocas no, escasísimas veces.
Hace años tomé la costumbre de pirarme de la casa de mis padres cuando venían visitas incómodas, osea, todas. Estuve como quince años sin ver a unos primos de esos con los que no te hablas, primos segundos, porque no se acuerdan ni de tu cumpleaños, no te felicitan la navidad ni nada y luego van de visita y empiezan las hipocresías y el "ay prima" y demás mierdas.
Visita que venía, yo es que tenía planes en otra provincia. Y así hasta el infinito. Cuando ya me hice con mi casa propia decía que no estaba y era totalmente mentira por supuesto.
Terminé conociendo rincones recónditos de mi provincia y aledaños por "culpa" (más bien gracias a), de las visitas. Qué risas una vez, que por huir del gilipollas de un primo segundo terminé en un pueblo de la costa, no digo más.


Pues eso visitas: os vais a la mierda.
 
No aguanto las visitas, me joden, me superan, me revientan, me destrozan los chakras y sus equilibrios, me cago en la put* madre de las visitas. Si yo no invito a mi casa es que no quiero que venga nadie e invito pocas no, escasísimas veces.
Hace años tomé la costumbre de pirarme de la casa de mis padres cuando venían visitas incómodas, osea, todas. Estuve como quince años sin ver a unos primos de esos con los que no te hablas, primos segundos, porque no se acuerdan ni de tu cumpleaños, no te felicitan la navidad ni nada y luego van de visita y empiezan las hipocresías y el "ay prima" y demás mierdas.
Visita que venía, yo es que tenía planes en otra provincia. Y así hasta el infinito. Cuando ya me hice con mi casa propia decía que no estaba y era totalmente mentira por supuesto.
Terminé conociendo rincones recónditos de mi provincia y aledaños por "culpa" (más bien gracias a), de las visitas. Qué risas una vez, que por huir del gilipollas de un primo segundo terminé en un pueblo de la costa, no digo más.


Pues eso visitas: os vais a la mierda.

A mí me molestan especialmente las visitas inesperadas, las del tipo "pasaba por aquí". ¿Tan difícil es llamar y avisar con cierto margen? No lo entiendo.
 
A mí me molestan especialmente las visitas inesperadas, las del tipo "pasaba por aquí". ¿Tan difícil es llamar y avisar con cierto margen? No lo entiendo.


Yo no abro puertas, excepto en épocas vacacionales para dar a entender al hipotético "ladrón" que hay gente en casa. Ya sabéis, los hay que se las ingenian para ver en qué casas no habrá gente en épocas altas vacacionales y van haciéndose pasar por carteros comerciales y ese tipo de personajes. En esas épocas sí que cojo telefonillos, pero no abro la puerta de mi casa a menos que sea algo así importante, por lo demás camino sigilosamente hacia la mirilla y observo, me retiro, no les abro.
Me impuse la norma de no relacionarme con mis vecinos sólo lo justo cuando me independicé para no repetir los mamoneos que habían en el bloque de mis padres con los vecinos, así que dependiendo de en qué condiciones llamen los vecinos abro o no.

Yo acostumbré a la gente a que antes de llamar a mi telefonillo se me envía un whatsapp preguntando si estoy en casa, básicamente, lo hice forzándoles a no abrirles la puerta pues como no espero a nadie ya que no he invitado yo, el que llama porque "pasaba por ahí" se queda esperando como un tonto, sin más. Si no te he invitado a mi casa no vas, así de claro.
Y está esa situación en la que se me envía un whatsapp preguntando "¿estás en casa?" y dependiendo de quién lo envíe, digo sí o no.

Recuerdo en un cumpleaños mío que no quise hacer la fiesta en mi casa, me empeñé en celebrarlo fuera y un amigo mío quería sí o sí darme el regalo en casa, es muy pesado con eso de ir a casas ajenas, recuerdo cómo le di largas y me río sola.

¿No os da mal rollo la gente que quiere ir a vuestra casa? A mi sí y mucho, no sé qué intenciones esconden que les pueda gustar tanto ir a casas ajenas, pero yo es que soy huraña con mi casa y como que no entra todo el mundo, así de claro.

Qué misántropa que soy y cómo me carga la gente, de verdad.
 
Yo no abro puertas, excepto en épocas vacacionales para dar a entender al hipotético "ladrón" que hay gente en casa. Ya sabéis, los hay que se las ingenian para ver en qué casas no habrá gente en épocas altas vacacionales y van haciéndose pasar por carteros comerciales y ese tipo de personajes. En esas épocas sí que cojo telefonillos, pero no abro la puerta de mi casa a menos que sea algo así importante, por lo demás camino sigilosamente hacia la mirilla y observo, me retiro, no les abro.
Me impuse la norma de no relacionarme con mis vecinos sólo lo justo cuando me independicé para no repetir los mamoneos que habían en el bloque de mis padres con los vecinos, así que dependiendo de en qué condiciones llamen los vecinos abro o no.

Yo acostumbré a la gente a que antes de llamar a mi telefonillo se me envía un whatsapp preguntando si estoy en casa, básicamente, lo hice forzándoles a no abrirles la puerta pues como no espero a nadie ya que no he invitado yo, el que llama porque "pasaba por ahí" se queda esperando como un tonto, sin más. Si no te he invitado a mi casa no vas, así de claro.
Y está esa situación en la que se me envía un whatsapp preguntando "¿estás en casa?" y dependiendo de quién lo envíe, digo sí o no.

Recuerdo en un cumpleaños mío que no quise hacer la fiesta en mi casa, me empeñé en celebrarlo fuera y un amigo mío quería sí o sí darme el regalo en casa, es muy pesado con eso de ir a casas ajenas, recuerdo cómo le di largas y me río sola.

¿No os da mal rollo la gente que quiere ir a vuestra casa? A mi sí y mucho, no sé qué intenciones esconden que les pueda gustar tanto ir a casas ajenas, pero yo es que soy huraña con mi casa y como que no entra todo el mundo, así de claro.

Qué misántropa que soy y cómo me carga la gente, de verdad.

¿No os da mal rollo la gente que quiere ir a vuestra casa? A mi sí y mucho, no sé qué intenciones esconden que les pueda gustar tanto ir a casas ajenas, pero yo es que soy huraña con mi casa y como que no entra todo el mundo, así de claro.

Completamente de acuerdo contigo, Beltane. Nunca entendí el interés por conocer las casas de los demás, a mí me importa un pimiento dónde están situadas, cómo son, qué decoración tienen, de qué barrios se trata y todas esas pamplinas.
 
- los listos y marisavidillas
- los mentirosos
- el " porque tengo derecho"
- las zonas de botellón
- los perros sin bozal
- las " aguas mansas" uyuyuyuyuyyyyy que yuyu
- las gente envidiosa ( pelugrososimo)
- el quiero y no puedo
- la falta de respeto a la gente mayor
- la suciedad en transporte público ( ciudadano cerdo)
- la gente que pone los 2 pies en asiento de metro.
 
Yo no abro puertas, excepto en épocas vacacionales para dar a entender al hipotético "ladrón" que hay gente en casa. Ya sabéis, los hay que se las ingenian para ver en qué casas no habrá gente en épocas altas vacacionales y van haciéndose pasar por carteros comerciales y ese tipo de personajes. En esas épocas sí que cojo telefonillos, pero no abro la puerta de mi casa a menos que sea algo así importante, por lo demás camino sigilosamente hacia la mirilla y observo, me retiro, no les abro.
Me impuse la norma de no relacionarme con mis vecinos sólo lo justo cuando me independicé para no repetir los mamoneos que habían en el bloque de mis padres con los vecinos, así que dependiendo de en qué condiciones llamen los vecinos abro o no.

Yo acostumbré a la gente a que antes de llamar a mi telefonillo se me envía un whatsapp preguntando si estoy en casa, básicamente, lo hice forzándoles a no abrirles la puerta pues como no espero a nadie ya que no he invitado yo, el que llama porque "pasaba por ahí" se queda esperando como un tonto, sin más. Si no te he invitado a mi casa no vas, así de claro.
Y está esa situación en la que se me envía un whatsapp preguntando "¿estás en casa?" y dependiendo de quién lo envíe, digo sí o no.

Recuerdo en un cumpleaños mío que no quise hacer la fiesta en mi casa, me empeñé en celebrarlo fuera y un amigo mío quería sí o sí darme el regalo en casa, es muy pesado con eso de ir a casas ajenas, recuerdo cómo le di largas y me río sola.

¿No os da mal rollo la gente que quiere ir a vuestra casa? A mi sí y mucho, no sé qué intenciones esconden que les pueda gustar tanto ir a casas ajenas, pero yo es que soy huraña con mi casa y como que no entra todo el mundo, así de claro.

Qué misántropa que soy y cómo me carga la gente, de verdad.

Totalmente de acuerdo con el tema de las visitas. Mi casa está cerrada como si fuese un templo al que solo puedo acceder yo. Por suerte en mi casa cuando llaman al telefonillo, con asomarme por la ventana ya veo quién es y así me evito abrir. Un día llamarán a la puerta del piso porque se está incenciando el edificio y me quedaré reducida a ascuas por no abrir.
 
¿No os da mal rollo la gente que quiere ir a vuestra casa? A mi sí y mucho, no sé qué intenciones esconden que les pueda gustar tanto ir a casas ajenas, pero yo es que soy huraña con mi casa y como que no entra todo el mundo, así de claro.

Completamente de acuerdo contigo, Beltane. Nunca entendí el interés por conocer las casas de los demás, a mí me importa un pimiento dónde están situadas, cómo son, qué decoración tienen, de qué barrios se trata y todas esas pamplinas.

Yo creo que el tema de ir de visita así inesperadamente, viene más de anteriores generaciones a la nuestra y de gente como nuestros padres o abuelos que eran originarios de pueblos donde era lo habitual ir a casa de la vecina y asomarte si pasabas por casa de alguien, al trasladarse a las ciudades se trajeron consigo esa maldita costumbre de las visitas. Y no digo nada esa gente que se empeña en ir a verte si estás enfermo, moribundo o recien parida, a mi ni loca se me ocurre molestar a alquien que está malo en su casa para visitarlo, si hago falta voy, si no, lo dejo tranquilo, que es lo lógico, racional y humanitario.
 
No aguanto las visitas, me joden, me superan, me revientan, me destrozan los chakras y sus equilibrios, me cago en la put* madre de las visitas. Si yo no invito a mi casa es que no quiero que venga nadie e invito pocas no, escasísimas veces.
Hace años tomé la costumbre de pirarme de la casa de mis padres cuando venían visitas incómodas, osea, todas. Estuve como quince años sin ver a unos primos de esos con los que no te hablas, primos segundos, porque no se acuerdan ni de tu cumpleaños, no te felicitan la navidad ni nada y luego van de visita y empiezan las hipocresías y el "ay prima" y demás mierdas.
Visita que venía, yo es que tenía planes en otra provincia. Y así hasta el infinito. Cuando ya me hice con mi casa propia decía que no estaba y era totalmente mentira por supuesto.
Terminé conociendo rincones recónditos de mi provincia y aledaños por "culpa" (más bien gracias a), de las visitas. Qué risas una vez, que por huir del gilipollas de un primo segundo terminé en un pueblo de la costa, no digo más.


Pues eso visitas: os vais a la mierda.

A mi también me joden mucho. Cuando voy a casa de mis padres hay una vecina que en cuanto ve el coche en la puerta le falta tiempo para venir corriendo y se pasa allí todo el rato hasta que me voy. Por lo menos te ries con ella, pero mi madre y yo nunca podemos hablar nada privado en persona.
Y que me inviten a eventos donde conozco poco o nada a la gente todavía me cabrea más. Por suerte, decir: no, gracias. no me cuesta nada. y no me convence ni Dios de lo contrario.
 
A mi también me joden mucho. Cuando voy a casa de mis padres hay una vecina que en cuanto ve el coche en la puerta le falta tiempo para venir corriendo y se pasa allí todo el rato hasta que me voy. Por lo menos te ries con ella, pero mi madre y yo nunca podemos hablar nada privado en persona.
Y que me inviten a eventos donde conozco poco o nada a la gente todavía me cabrea más. Por suerte, decir: no, gracias. no me cuesta nada. y no me convence ni Dios de lo contrario.


¿Y qué hace la vecina en casa de tus padres? ¿No la echáis de la casa? Yo es que llamo a los GEO si hace falta.
 
¿Y qué hace la vecina en casa de tus padres? ¿No la echáis de la casa? Yo es que llamo a los GEO si hace falta.

Ya he dicho alguna vez que mi madre es una santa y es tan amable y cariñosa que la quiere todo el mundo. Todas las tardes tienen visitas de amigos y vecinos de la urbanización. Pero se lo pasan muy bien, con sus meriendas y tertulias y yo me alegro de que le hagan compañía, que aguantar al muermo de mi padre tiene tela.
 
Completamente de acuerdo contigo, Beltane. Nunca entendí el interés por conocer las casas de los demás, a mí me importa un pimiento dónde están situadas, cómo son, qué decoración tienen, de qué barrios se trata y todas esas pamplinas.

Y la costumbre de ser tú la visita y que el hortera del anfitrión te muestre su casa. Sólo he visto esta costumbre en españoles, nunca me han hecho lo propio fuera en otros países. Lo veo cateto, hortera, no sé cómo explicarlo, de pobres venidos a más.

Totalmente de acuerdo con el tema de las visitas. Mi casa está cerrada como si fuese un templo al que solo puedo acceder yo. Por suerte en mi casa cuando llaman al telefonillo, con asomarme por la ventana ya veo quién es y así me evito abrir. Un día llamarán a la puerta del piso porque se está incenciando el edificio y me quedaré reducida a ascuas por no abrir.

Jo!, yo viví en un piso igual en el que con asomarte sin ser vista sabías quién era y si te convenía abrir o no, mi piso de ahora no es así, pero bueno, como no abro puertas pues me da igual.
Las confianzas con vecinos dan muchísimo asco, hace poco fui a casa de mi hermana a visitar a mis sobrinos y estábamos mi sobrina yo jugando en la cocina y la oyó la vecina, que tiene dos hijas que son unas salvajes y con esa vecina siempre me he llevado bien, pues como lleva meses sin verme: a tomar por culo. Llamó a la puerta, yo con ver a mi niña contenta pues me aguanto y si quiere jugar con sus amiguitas no seré yo quién se lo niegue hombre faltaría más; pues ya tuve que sacar a las crías al parque cuando mi plan era seguir con algo de trabajo pendiente, charlar con la madre de las niñas, que si esto lo otro, resultado: perdí dos horas preciosas de mi tiempo.
Un tostón. En serio, hay gente que te quita lo más preciado del mundo, que para mi es el tiempo. Conozco un montón de "gente sin prisa", ese tipo de personas que no tienen nada que hacer que como te las encuentres estás jodido porque empiezan con el café, que si ésto, lo otro y pierdes una mañana. Es que yo aunque no trabaje, siempre tengo algo que hacer y a veces voy con prisa para llegar a mi casa precisamente para no hacer nada.



Yo creo que el tema de ir de visita así inesperadamente, viene más de anteriores generaciones a la nuestra y de gente como nuestros padres o abuelos que eran originarios de pueblos donde era lo habitual ir a casa de la vecina y asomarte si pasabas por casa de alguien, al trasladarse a las ciudades se trajeron consigo esa maldita costumbre de las visitas. Y no digo nada esa gente que se empeña en ir a verte si estás enfermo, moribundo o recien parida, a mi ni loca se me ocurre molestar a alquien que está malo en su casa para visitarlo, si hago falta voy, si no, lo dejo tranquilo, que es lo lógico, racional y humanitario.


Sí, es una actitud muy pueblerina. A la visita se la invita, de hecho yo no digo visita, digo "invitados", porque he sido yo la que les ha dejado pasar. Se visitaba el moribundo, a la recién parida, al hospitalizado. A mi no me gusta eso. Amigas y familiares mías han parido y han tenido que soportar el chorreón de gente entrando y saliendo del hospital cuando lo que más necesitan es DESCANSO, y venga a entrar marujas y catetas a ver al recién nacido y la madre ahí, toda dolorida con los puntos, en serio, adoptemos esas costumbres de otros países que te invitan con tarjeta hasta para los funerales.
En mi familia siempre ha estado esa dichosa costumbre provinciana de visitar a todo quisque y yo tuve que cortar por lo sano. Si se trata de un enfermo que sabes que va a palmar y sea la última vez que lo veas con vida, ahí me lo pienso, operaciones en las que te dan el alta al día siguiente o partos no. Ya iré a su casa cuando esa persona me lo diga, así de claro.


Cómo no me habré vuelto de rarita, que hasta el sonido del timbre a mi me molesta, interrumpe mi preciocísimo silencio.
 
Yo creo que el tema de ir de visita así inesperadamente, viene más de anteriores generaciones a la nuestra y de gente como nuestros padres o abuelos que eran originarios de pueblos donde era lo habitual ir a casa de la vecina y asomarte si pasabas por casa de alguien, al trasladarse a las ciudades se trajeron consigo esa maldita costumbre de las visitas. Y no digo nada esa gente que se empeña en ir a verte si estás enfermo, moribundo o recien parida, a mi ni loca se me ocurre molestar a alquien que está malo en su casa para visitarlo, si hago falta voy, si no, lo dejo tranquilo, que es lo lógico, racional y humanitario.

Ay si! A mi también me parece atroz visitar enfermos. La familia de mi marido se ofende mucho si no vas así que salen del quirófano.
Que me visitasen a mi me parecería un agravio imperdonable. Jamás lo permitiré.
Cuando nació mi primera hija llegaron unos amigos en el momento en que casi salíamos de la clínica, y se empeñaron en venir con nosotros a casa. Justo a la hora de comer. Sabado sin servicio. Así que nada más llegar fue dejar el Maxicosi con la niña y ponerme a freir lenguados cagándome en todo.
Cuando nació la segunda (por la mañana) como fue todo tan genial me daban el alta el mismo dia, pero me quise quedar en la clínica hasta el dia siguiente a medio dia para que las visitas pudiesen ir allí. Por nada del mundo hubiese querido a nadie en casa jodiendo.
 

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