Cosas o personas que no soportamos. Misantropias. Filias y Fobias.

- Tampoco me gusta la gente que se mete en todo que por cierto, hay muchísima.
- Que discriminen a las personas.
- El abuso de poder.
- La gente a la que le das consejos para intentar ayudarla y le ponen pegas a todo lo que le digas.
 
LA ZONA FANTASMA. 16 de abril de 2006.El ruido en la imaginación produce monstruos

Imagino que a estas alturas mis lectores habituales, cada vez que vean que escribo un nuevo artículo sobre los ruidos, se darán codazos, harán chistes y se dirán: “Este pobre hombre está trastornado”. Yo mismo no lo descarto, y a veces quisiera ser más duro de oído, para no padecer tanto en este país, como saben, con una “contaminación acústica” sólo superada por la del Japón en el mundo. Así que, al fin y al cabo, algo de razón me asiste en mi desvarío. Vaya también en mi descargo que desde luego no soy el único por él atacado. Pero hoy no voy a hablar de esa clase de estruendos cuyos mayores culpables no son, sin embargo, los ciudadanos particulares por escandalosos que sean, sino los ayuntamientos, con el de Madrid al frente, perfecto y tradicional ejemplo de desconsideración hacia sus contribuyentes, votantes y representados. Sino de los extraños ruidos que al parecer hacen todosnuestros vecinos, sobre todo los de los pisos de arriba, al llegar la noche.

No conozco a nadie, de hecho, que en algún momento de su vida, en alguna casa que haya ocupado, no haya estado convencido de que los vecinos del piso superior se ponían a arrastrar los muebles de madrugada, o a cambiarlos de sitio (incluidas las camas), y no una noche suelta, sino casi todas. Seguro que ustedes mismos tienen o han tenido esta sensación incomprensible. ¿Tan insatisfechos y dubitativos están respecto a la colocación de su mobiliario, que hacen pruebas incesantes, ahora el sofá aquí y los armarios allá, los sillones en aquel rincón y las mesas junto a la ventana? Aunque no es descartable que exista bastante gente en verdad indecisa sobre la disposición de sus alcobas y salones, es del todo imposible que sea tanta como para que atodos nos haya tocado sufrir a alguna. ¿Qué es lo que sucede, entonces? ¿A qué insondables actividades se dedican las personas a altas horas, sobre todo las que madrugan porque trabajan fuera o han de llevar a sus niños al colegio, y en modo alguno parecen bohemias?

Si uno tuviera que deducir sus vidas nocturnas a partir de los ruidos, se haría composiciones de lugar disparatadas. Ha habido casas en las que he creído que mis vecinos de arriba, llegada cierta hora tardía, se ponían a jugar a las canicas o quizá a la petanca, porque el sonido que me alcanzaba, inequívoco, era el de bolas rodando por el entarimado. Con otros me figuraba que, nada más volver de sus salidas, se les caían los botones al suelo o bien se les rompían unos cuantos collares de perlas, lo cual, dada la reiteración de ese ruido, me llevó a concluir que el marido y la mujer se los arrancaban mutua y respectivamente, quizá como prolegómeno. En un piso inglés (apropiadamente), durante un mes entero tuve la impresión de vivir debajo de las ancianitas deArsénico por compasión, aquella comedia negra de Capra, sólo que en vez de matar, como ellas, mediante el silencioso veneno, los inquilinos se dedicaban durante la noche a descuartizar el cadáver de la jornada, tan semejante al de laboriosos serruchos era el ruido que armaban. En otra ocasión sentí que un hombre de edad, solitario y apocado, organizaba al anochecer grandes fiestas muy concurridas, por los numerosos pasos –incluso como pasos de baile– que desde abajo yo escuchaba; no era así, porque una vez cedí a la tentación de mi intriga y vigilé desde mis balcones la puerta de la calle, por la que no entró ni un desconocido, es decir, ni un solo posible invitado; lo cual no me impidió oírlos una vez más sobre mi cabeza, como si bailaran sin música y corretearan unos en pos de otros. Una amiga mía tuvo una vecina, durante años, a la que siempre veía entrar y salir con zapato bajo; una vez en su casa, sin embargo, y por el tipo de ruido que hacían sus pasos, estaba convencida de que se calzaba unas zapatillas con tacones y el talón al descubierto, a las que su imaginación no podía evitar añadir pompones para completar visualmente el cuadro: acabó persuadida de que aquella mujer, discreta y sobria, se resarcía por las noches poniéndose un negligé, esas zapatillas con tacón alto y borla y quizá ropa interior diabólica, aunque no fuera a recibir a nadie. Una vez pregunté, a unos jóvenes desde cuyo piso se oía un “papapam” sordo y continuado, como si manejaran una imprenta, y la respuesta fue más extravagante que lo imaginado: “Es que tenemos una destilería de whisky clandestina”, dijeron.

A lo largo de los años algo más he averiguado: lo que tomamos por lunático arrastre de muebles se corresponde a veces con el extemporáneo paso de una aspiradora a tirones, o bien con un febril abrir y cerrar de cajones. Uno se pregunta, de todas formas, por qué nadie abrirá y cerrará los cajones de su cómoda a las tantas, no una ni dos, sino veinte veces, o por qué dará golpes sin cuento con una vieja aspiradora metálica. Por supuesto en España, donde casi nadie se acuerda de que existen los otros, no es raro oír martillazos en plena noche: es gente colgando cuadros o acometiendo reparaciones. Pero, acostumbrado a tantos ruidos inexplicables, uno tiene la sensación de que los vecinos de arriba están clavando ataúdes, y piensa: “Ojalá sean los suyos”.

JAVIER MARÍAS

El País Semanal, 16 de abril de 2006



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Guardo como oro en paño el articulo de Javier Marias que acabo de subir, y lo encontré de casualidad hace años, tecleando en Google..."canicas noche vecinos" y me salió ésto:wtf:.

Son sectas nocturnas, las de la canica, las de los tacones, las del arrastrar muebles...la mala educación en suma...o el me lo paso todo por el forro porque yo lo valgo.

Hay algo que ultimamente me llama la atención, en el metro de Madrid, eso de "dejen salir antes de entrar"...menudos tapones se forman entre los que quieren salir y al mismo tiempo los de fuera no quieren esperar, muchas veces a la caza del asiento vacio, ni que fuera un viaje a Cádiz por Dior, total...si no pillas asiento ahora ya lo harás más tarde o no...que tampoco será un viaje de horas, digo yo. En la Renfe de cercanias también pasa bastante.
 
No soporto la publicidad, así me la pongan con flores y cinta de regalo. Y especialmente la detesto en televisión (no se respeta a los espectadores ni a los programas, cortan series, películas, etc. de modo brutal y obsceno), en vídeos que a veces una quiere ver y en las páginas web que están permanentemente asaltadas por estos lumbreras del mercadeo.

Entiendo que en la sociedad de la oferta y la demanda, se anuncien productos, pero un corte con 36 anuncios de una sóla vez me parece inaceptable (he tenido la santa paciencia de contarlos). Es el capitalismo salvaje.
Yo por eso ya no veo los canales de la televisión abierta, porque son 15 minutos del programa, novela o serie y 45 minutos de anuncios publicitarios.
 
Lo de las canicas es casi universal. No lo entiendo. Y lo que menos entiendo es por qué echan a rodar la canica justo cuando estoy conciliando el sueño, aunque me acueste a horas diferentes. Tengo miedo.
 
A uno que no soporto, por encima de Inda, es al tal chaning:ROFLMAO::vomit: o como le llamen. Es puro odio todo en el. Y repugnancia lo que yo siento. Casi me da más asco que la potorro.:ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO:
@loca, quién es Chaning?? Me has dejado con la curiosidad. No creo que supere mí repulsión potorril o campodashiana.
 
no soporto a la gente estupida, la gente dañina, que maltrata y causa daño a sabiendas, la gente sucia, la que hace ruido al comer, la maleducada, grosera, sabelotodo, dueña de la verdad absoluta, la gente que ningunea y descalifica, las ignorantes tontas, porque esas son peligrosas, no soporto el ruido, la tv o musica alta, las criaturas caprichosas y los padres que los consienten, el desorden en general, no soporto perder el tiempo en la pelu, no soporto a los optimistas, a los que dicen todo el dia que la vida es bella cuando si miras atentamente es una mierda, no soporto a los chupacirios, no soporto a las personas que ante tu enfermedad dicen todo el tiempo "vamos que se puede, yo podre, tu podras" cuando es evidente que estas hecha un trapo y solo quieres cerrar los ojos y dormir y mandar la p.....enfermedad a la mi....porque lo real es que algunos, solo algunos privilegiados le ganan...uffff...fin....
Has hecho el retrato perfecto de un ser que trabaja en sálvame!!
 

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