Cosas o personas que no soportamos. Misantropias. Filias y Fobias.

Tener que dejar mi bolso en la máquina detectora de no sé qué, no vaya a ser que lleve dentro una bomba. Vamos, que quien quiera atentar en el sitio de turno, entra como si tal cosa por la puerta...

Cuando al atravesar el arco de seguridad, el molesto pipipipipipi... insiste... ¿Qué hago? ¿Me desnudo? Lo digo porque mis botas llevan una cremallera metálica, también el pantalón y a veces hasta la camisa. ¡Qué harta!


Síiiiiiii, odio eso, seguro que luego el peligroso se les escapa, después de jodernos a los demás... mundo absurdo...
 
Odio la informalidad, ese "luego te llamo" y no llamar, ayyyyy me pone negra eso.


Pues en relaciones sociales es lo que se lleva. Ahora para quedar de guay dices lo de "nos llamamos" que significa "Nos guasapeamos" y cuando preguntas o escribes si quieren salir te sueltan el consabido "no puedo", "No estoy". Ahora la gente se pone muy chula cuando otros intentan ser amables entablando relaciones sociales. Luego estos ninguneos provocados por chulos de la vida se transforman en la soledad que viven en el futuro y vienen las quejas.
Hoy todo el mundo está "ocupado", y la depresión y soledad petándolo en el primer mundo. La gente que se lo tiene muy subido y se permiten el ninguneo a los demás, es la que luego va mendigando salir a tomar algo.

Me pasó recientemente con una amiga y esta vez fui yo la que le dio el zasca. Es que no le contesté ni al "a ver si quedamos". Se puso en contacto conmigo tras un año, porque se está quedando sola.



es una chorrada..salgo de trabajar sobre las 3...cojo el tren..

va muy vacío a esa hora..

determinadas personas comen un tupper..

hasta aquí.. .(hay olores que tumban)

me enerva la gente que le da con el tenedor al fondo hasta organizar una batukada..

hij@ de mi vida no hay más, no queda sustancia para rascar..para que lo revientas..

pues nada allí dale que dale...


Estoy esperando a que salga el partido político que prohíba comer en el transporte público y el que ponga la cadena perpetua por hablar con la boca llena se lleva mi voto, vamos, el domingo de elecciones a las 8 en cuanto abran las urnas aparezco en el colegio electoral.
El año pasado por estar fechas, que tuve que coger un tren para ir a la oficina: dos veinteañeros con los tuppers comiendo como guarros, una chica y un chico. Encima me van provocando hablando con la boca llena, si es que luego se me sorprenden cuando digo que cogía una escopeta y me quedaba sola. Pero qué puto asco dan algunos. Yo, que estaba tan a gusto ahí, en el asiento de ventanilla, me levanté a otro vagón. De verdad, hijos de put*, así os atragantéis.

Como esa gente asquerosa que remueve el Frenadol con la cucharilla con una fuerza así para que sepamos todos lo enfermos que están. Que no es el colacao con los grumos, retrasado, que es el puto Frenadol y por más remover no te curas antes.

Como dice @Trepizia me da un asco brutal el que va comiendo por la calle o en público (salvo los restaurantes que para eso están). Mira, una persona que conozco tenía la puñetera costumbre de no esperarse a masticar y tragar para hablar y encima habla rápido y con un acento peculiar que roza lo desagradable así que para él la solución era taparse la boca y que no se le viera, pero el sonido de todo ese cocktail (boca llena y masticando a la vez, acento, rapidez) era, creo, la causa de que muchos de nosotros no quisiéramos comer con él en público. Por lo menos yo me distancié mucho porque ni tomar una cerveza se puede con él: al haber tapa, la lía, siempre.


Porque esa es otra: gente que no sabe comer en público, el que cuando ve comida, automáticamente le dice al mundo que o tiene ansiedad o está pasando hambre. He dejado de ver a personas por esto mismo. Me avergüenzan enormemente. Eso de que yo tenga que compartir plato o ración con alguien que se cree que se lo van a quitar, pues como que no. Conozco varios casos de esto, y a una la bauticé muy malamente diréis, como "la muerta de hambre". Las miradas que echaba si cogías patatas de bolsas que compartíamos todos, y os hablo de una que ya está en los 30, no en el patio del colegio. La última vez que la vi, fue cuando echó miradas aterradoras en un kebap, ahí, como si sólo lo hubiese pagado ella. Esta es un buen caso aislado, porque luego se queja de que ni amigos, ni novios, que no la llaman dice.
 
La gente sin decoro alguno en las zonas de costa. ¿Qué pasa? ¿Porque la playa esté cerca hay que ir semidesnudo por la calle? ¿Qué es eso de entrar en un sitio a tomar algo o a comprar y hacerlo en traje de baño, con el torso al aire o el cuerpo envuelto en una toalla? Asco de gente.

Lo peor es cuando están buenos, estos guarros, que encima van provocando. Me dan asco pero...joder qué conflicto generan algunos.



Las máquinas limpiacalles que pasan a las 6 y 7 de la mañana, ya sea día laborable o fin de semana. ¿No hay otro horario más adecuado? Porque limpiarán mucho pero la contaminación acústica que suponen es evidente.

(Hoy es el día, estoy inspirada).

La de veces que he soñado despierta (porque me han despertado ellos, claro), que volcaba la put* máquina y les pasaba el chorro ese por sus caras.

Como los obreros, que empiezan la obra a las 8 pero van llegando a las 7 y hablando a voces. Dan ganas de saber dónde viven y joderles el domingo.
 
Pues en relaciones sociales es lo que se lleva. Ahora para quedar de guay dices lo de "nos llamamos" que significa "Nos guasapeamos" y cuando preguntas o escribes si quieren salir te sueltan el consabido "no puedo", "No estoy". Ahora la gente se pone muy chula cuando otros intentan ser amables entablando relaciones sociales. Luego estos ninguneos provocados por chulos de la vida se transforman en la soledad que viven en el futuro y vienen las quejas.
Hoy todo el mundo está "ocupado", y la depresión y soledad petándolo en el primer mundo. La gente que se lo tiene muy subido y se permiten el ninguneo a los demás, es la que luego va mendigando salir a tomar algo.

Me pasó recientemente con una amiga y esta vez fui yo la que le dio el zasca. Es que no le contesté ni al "a ver si quedamos". Se puso en contacto conmigo tras un año, porque se está quedando sola.






Estoy esperando a que salga el partido político que prohíba comer en el transporte público y el que ponga la cadena perpetua por hablar con la boca llena se lleva mi voto, vamos, el domingo de elecciones a las 8 en cuanto abran las urnas aparezco en el colegio electoral.
El año pasado por estar fechas, que tuve que coger un tren para ir a la oficina: dos veinteañeros con los tuppers comiendo como guarros, una chica y un chico. Encima me van provocando hablando con la boca llena, si es que luego se me sorprenden cuando digo que cogía una escopeta y me quedaba sola. Pero qué puto asco dan algunos. Yo, que estaba tan a gusto ahí, en el asiento de ventanilla, me levanté a otro vagón. De verdad, hijos de put*, así os atragantéis.

Como esa gente asquerosa que remueve el Frenadol con la cucharilla con una fuerza así para que sepamos todos lo enfermos que están. Que no es el colacao con los grumos, retrasado, que es el puto Frenadol y por más remover no te curas antes.

Como dice @Trepizia me da un asco brutal el que va comiendo por la calle o en público (salvo los restaurantes que para eso están). Mira, una persona que conozco tenía la puñetera costumbre de no esperarse a masticar y tragar para hablar y encima habla rápido y con un acento peculiar que roza lo desagradable así que para él la solución era taparse la boca y que no se le viera, pero el sonido de todo ese cocktail (boca llena y masticando a la vez, acento, rapidez) era, creo, la causa de que muchos de nosotros no quisiéramos comer con él en público. Por lo menos yo me distancié mucho porque ni tomar una cerveza se puede con él: al haber tapa, la lía, siempre.


Porque esa es otra: gente que no sabe comer en público, el que cuando ve comida, automáticamente le dice al mundo que o tiene ansiedad o está pasando hambre. He dejado de ver a personas por esto mismo. Me avergüenzan enormemente. Eso de que yo tenga que compartir plato o ración con alguien que se cree que se lo van a quitar, pues como que no. Conozco varios casos de esto, y a una la bauticé muy malamente diréis, como "la muerta de hambre". Las miradas que echaba si cogías patatas de bolsas que compartíamos todos, y os hablo de una que ya está en los 30, no en el patio del colegio. La última vez que la vi, fue cuando echó miradas aterradoras en un kebap, ahí, como si sólo lo hubiese pagado ella. Esta es un buen caso aislado, porque luego se queja de que ni amigos, ni novios, que no la llaman dice.


Qué grande eres Beltane... :joyful::joyful::joyful::joyful:
 
Lo desagradable q es compartir el mismo espacio público con gente q no se ducha x la mañana....o gente q le apesta la boca .
O los q no usan desodorante y su olor corporal es nauseabundo.
 
Quizá es excesivo, pero me da mucha rabia la gente que va comiendo por la calle, un helado por ejemplo, vivo en un sitio de costa y es asqueroso ver a ciertas horas a gente (guiris mayormente) lamiendo helados como si les fuera la vida en ello. Seré muy "pija" pero veo muy vulgar eso de zampar mientras andas.


pero Trepizia "jamía", si la gente se compra un helado en una heladería o en un puesto callejero de esos de verano, no querrás que vayan helado en ristre hasta llegar a su casa, !se les derretiría!:cautious::cautious::cautious::cautious:, lo normal es que vayan comiéndolo por la calle, !ay, cuántos cortes, polos, cucuruchos de vainilla ("conos de vainilla", como dicen los cursis), cornetes y bombones helados he comido yo por la calle! :rolleyes::rolleyes::rolleyes::rolleyes:
 
pero Trepizia "jamía", si la gente se compra un helado en una heladería o en un puesto callejero de esos de verano, no querrás que vayan helado en ristre hasta llegar a su casa, !se les derretiría!:cautious::cautious::cautious::cautious:, lo normal es que vayan comiéndolo por la calle, !ay, cuántos cortes, polos, cucuruchos de vainilla ("conos de vainilla", como dicen los cursis), cornetes y bombones helados he comido yo por la calle! :rolleyes::rolleyes::rolleyes::rolleyes:

Sí, pero una cosa es ir lamiendo exageradamente el helado como si fueras un perro y otra hacerlo con un mínimo de educación, discretamente. No es tan difícil. En un niño, bueno, pero en un adulto... a mí me dan ganas de aplastarle el helado en la cara.
 
Cuando una persona está hablando y la otra la interrumpe una, dos, tres, cuatro...(etc), veces. Lo he visto en diversas ocasiones.
 

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