Coronavirus: El abandono de los ancianos en residencias y fuera de ellas.

Un audio desvela cómo se rechazó derivar a una anciana enferma en una residencia en Madrid: "Su madre no cumple los criterios para ingresar"
26 jun 2020

Una doctora comunica por teléfono a la hija de una anciana enferma en una residencia de Madrid que su madre no cumple los criterios de la Comunidad para ingresar en un hospital. Según cuenta la doctora en un audio recogido por El Periódico, no se pueden derivar aquellos pacientes que no sean independientes, tengan deterioro cognitivo u otras patologías asociadas, algo que considera "ilógico" debido a la edad de los ancianos. Coronavirus: última hora.

 
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El drama de las residencias en Madrid: Así se impedía derivar ancianos al hospital |

AUDIO

EL PERIÓDICO recoge la conversación telefónica entre una doctora y la hija de una anciana agonizante, en la que la facultativa reconoce que no puede enviar a la enferma a un centro sanitario

Juan José Fernández

MADRID - JUEVES, 25/06/2020 | ACTUALIZADA 26/06/2020 - 17:17
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Audio de la llamada en la que se comunica a Ramona Carvajal que su madre no puede ser ingresada en el hospital.



Audio de la llamada en la que se comunica a Ramona Carvajal que su madre no puede ser ingresada en el hospital.
Día 23 de marzo de 2020. Ramona Carvajal recibe una llamada de la doctora que atiende a su madre, Alejina, en una residencia del sur de Madrid, en la localidad de Griñón. La madre lleva 13 días enferma de covid-19, pero no la hospitalizan, pese al ruego de la hija. La anciana morirá 17 días después de esta llamada.


El testimonio al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, y que forma parte de una denuncia que se presentará ante el juzgado de guardia, es prueba palpable de cómo se materializaba una praxis que las familias de ancianos ingresados en residencias vienen denunciando desde hace semanas: en pleno auge del coronavirus, con las ucis hospitalarias al borde del colapso, los abuelos enfermos no eran derivados a los centros sanitarios.


Residencia geriátrica Eixample de El Prat. 
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Las denuncias a las residencias de ancianos apuntan a la cárcel
Un protocolo de la Comunidad de Madrid fechado el 18 de marzo por el entonces director general de Coordinación Sociosanitaria, Carlos Mur, limitaba el acceso a las UCIs en una práctica de medicina de guerra. Se priorizaba a los más jóvenes y sanos. De las personas mayores y de los discapacitados, solo los que no tuvieran cierto nivel de deterioro cognitivo, o los que pudieran moverse por su propio pie, o no tuvieran patologias tan propias de la edad como la hipertensión o la diabetes, serían admitidos en una unidad de cuidados intensivos para intentar liberarles del coronavirus. No era el caso de la inmensa mayoría de internos de las residencias.
Después de semanas creciendo, las diligencias penales abiertas por las fiscalías de toda España para investigar si se cometió algún delito en las residencias de ancianos o de personas con discapacidad han alcanzado esta semana los 240 casos, según los datos ofrecidos este jueves por la Fiscalía General del Estado, 16 más que la semana pasada.

 







La llamada desde la residencia de una anciana con coronavirus a su hija: “Me tienen una bolsita para respirar, esta noche seguro que no despierto”




Informativos Telecinco
26/06/202012:35h.


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Las manos de una anciana, en una residencia de MadridEFE
  • El testimonio de la mujer forma parte de una denuncia que se presentará en juzgado
  • La anciana murió 17 días después de que la doctora le explicara a su hija que el protocolo impedía el traslado
La conversación telefónica entre una doctora y la hija de una anciana agonizante muestra el drama de las residencias en la Comunidad de Madrid ante el coronavirus y cómo supuestamente se impedía derivar ancianos a los centros hospitalarios. El testimonio forma parte de una denuncia que se presentará ante el juzgado de guardia, como prueba de cómo se materializaba una praxis que las familias de ancianos ingresados en residencias vienen denunciando desde hace semanas.
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Junto con la llamada de la doctora, la hija ha mostrado a Informativos Telecinco una llamada que tuvo con su madre pocos días antes de morir. En la llamada la anciana le dice a su hija que se encuentra muy malita.

Madre: Estoy muy malita, hija. Por lo menos que sean las últimas llamadas.

Hija: ¿Pero cómo las últimas mama, por dios, qué dices?

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Madre: Me tienen puesta una bolsita para respirar y no sé qué me habrán metido. Cuando me quede dormida, seguro que no despierto”


UCI al borde del colapso

Los ancianos enfermos no eran derivados a los centros sanitarios en pleno auge del coronavirus, con las UCI de hospital al borde del colapso. Ramona Carvajal, la mujer que denuncia el deceso de su madre, recibió una llamada de la doctora el pasado día 23 de marzo. Su madre, de nombre Alejina, llevaba 13 días enferma de coronavirus en una residencia de Griñón, sur de Madrid, pero no la hospitalizaron. La madre de Ramona terminó falleciendo 17 días después de aquella llamada.


El acceso a las UCI estaba limitado por el protocolo de la Comunidad de Madrid, fechado por el entonces director general de Coordinación Sociosanitaria, Carlos Mur, el 18 de marzo. Se priorizaba a los más jóvenes y sanos. Solo serían admitidas las personas mayores y discapacitados que no tuvieran cierto nivel de deterioro cognitivo, los que pudieran moverse por su propio pie o no tuvieran patologías tan propias de la edad como la hipertensión o la diabetes. La mayoría de ancianos internos en las residencias quedaron fuera de este ámbito.


Las diligencias penales abiertas por las fiscalías de toda España para investigar si se cometió algún delito en las residencias de ancianos o de personas con discapacidad, después de aumentar las últimas semanas, han alcanzado esta semana los 240 casos, según los datos ofrecidos este jueves por la Fiscalía General del Estado (16 más que la semana pasada).


La Comunidad de Madrid siempre ha defendido que no hubo instrucciones para dejar a un lado a los ancianos de las residencias de unas UCI colapsadas. Ayuso señaló si pensaban que los médicos por instrucciones políticas iban a dejar morir a pacientes. La realidad es que el triaje ha sido protagonista en estas negras fechas provocadas por el coronavirus.


La conversación telefónica

Doctora
: “¿Sí?”
Hija de Alejina: “Hola doctora, buenas tardes”
Doctora: “Hola, buenas tardes. Este… “
Hija: “Dígame”
Doctora: “Alejina”
Hija: “Sí, ¿Qué pasa?”
Doctora: “Alejina no está bien”
Hija: “¿No está bien?”
Doctora: “No, Alejina… El pulmón derecho está lleno de líquido hasta la mitad”
Hija: “Madre mía”
Doctora: “¿Oyó? Ella ahora mismo tiene saturaciones, vamos a decir que aceptables. Están bajas pero no obtiene trabajo respiratorio, ¿Sabe?”
Hija: “Sí”
Doctora: “Tiene ahora 87. Yo le voy a colocar una bolsa con reservorio que es para enriquecer un poco más la mezcla que ella vaya a respirar. Tengo los resultados de la analítica. Y… aunque ella… ya te digo, los… la hemoglobina está bien, la función renal está un poco baja, pero moderada vamos a decir. Un descenso de la función renal moderado. Lo que no me gusta de la analítica de Alejina es que… Yo… Usted recuerda que le dije que había una sustancia que se elevaba cuando había procesos infecciosos agudos, ¿No?”
Hija: “Sí”
Doctora: “Bueno, ella la tiene altísima. El valor normal es de 5, y Alejina tiene 152”
Hija: “Uf…”
Doctora: “Es mal pronóstico”
Hija: “Mal pronóstico…”
Doctora: “Sí. Mal pronóstico. Yo hablé con el hospital esta mañana… Y bueno, Alejina fue una de las primeras personas que he tenido con síntomas respiratorios y ganchos febriles que estuvo seis días bien y luego siete días después empezó nuevamente la fiebre a subir…”
Hija: “Sí”
Doctora: “Terminamos un ciclo de antibióticos con cefixima, hicimos un ciclo de levofloxacino, que ya lo terminamos y esta mañana me dijo la doctora: “Bueno, vamos a iniciar otro ciclo con otro antibiótico. A ver si podemos hacer algo”
Hija: “Ya”
Doctora: “El resto quedará al cuerpo de Alejina, su organismo ¿Me entiendes? Porque no tenemos pruebas ahora, para hacer la prueba, ¿Verdad? Pero bueno… Sospechosa, altamente sospechosa (de padecer COVID-19)”
Hija: “Altamente… Porque de llevarla a hospital, nada, ¿No?”
Doctora: “Nada, no. Mira yo hablé con ellos desde el inicio. Desde que empezó Aljina… Creo que fue el 16. Alejina empezó por ahí. Déjame ver la fecha. Estamos a 23. Alejina empezó creo que fue, el 11 de marzo”
Hija: “Sí, el 11, sí”
Doctora: “11 de marzo. Este… De una vez se planteó… En un inicio era la derivación y luego claro, en el hospital, cuando llamas a pedir la ambulancia, ellos te dicen: “¿Tiene síntomas respiratorios? A consultar con el geriatra del hospital”. Y con el geriatra del hospital (es con quien) hemos manejado a Alejina. Y no tiene criterios para derivación”
Hija: “¿Y qué criterios serían? ¿La falta de oxígeno…? “
Doctora: “La Comunidad de Madrid tiene unos criterios para los residentes. Que son: puede ser trasladado a urgencias todo aquel paciente que tenga infección respiratoria o insuficiencia respiratoria, okay, uno. Dos, que no tenga deterioro cognitivo. Tres, que tenga un parte que sea una persona independiente”
Hija: “Sí”
Doctora: “Cuatro, que no tenga patologías asociadas. Que no sea hipertenso, que no sea diabético, que no tenga antecedentes de nada. Entonces eso es algo que es ilógico ¿Verdad? Porque lo que no puede esperar uno…”
Hija: “Pues sí”
Doctora: “… No puede esperar uno que una persona mayor de 80 años no tenga … alguna cosa”
Hija: “No tenga alguna cosa. Exacto. Es que es increíble, vamos”.
Doctora: “Sí. Y ese es el comunicado que recibí el sábado. Porque el día viernes habían pasado uno peor.
Hija: “¿Todavía más?”
Doctora: “Que era, que si la persona no caminaba… Si era independiente para la marcha, iba al hospital. Si no, no”
Hija: “Qué bien. Así estamos, entonces”
Doctora: “Duro, duro. Comunicado de la Comunidad de Madrid. Para todos los médicos, residencias, para los directores, para el personal de enfermería”.
Hija: “Luego dicen que aquí en la televisión que sí, que se están centrando mucho en las residencias. Pues no sé de qué manera se están centrando. Porque luego la realidad es otra”
Doctora: “Sí, es muy complicado. Entonces claro, llamas a la ambulancia y te preguntan: “¿Tiene síntomas respiratorios?” Sí. Entonces, “¿Pudiera ser (COVID-19)?” Pudiera ser. “¿Tiene prueba hecha?” No. “Bueno, comuníquese con el geriatra de guardia, el geriatra de guardia es la doctora ***"
Hija: “Ya”
Doctora: “Y con ella… Es la que llevaba el caso de Alejina”
Hija: “Suponiendo que empeorase el sistema respiratorio, entonces sí, ¿Accederían o no? ¿O tampoco?”
Doctora: “No”
Hija: “Tampoco”
Doctora: “No”
Hija: “Quiere decir que…”
Doctora: “Que cuando ella empeora… Cuando una persona de este tipo, con una patología respiratoria que empeora, la conducta es conectarla a una ventilación mecánica ¿Sabes? A un respirador"
Hija: “¿Y ustedes tienen?”
Doctora: “No, es que eso se hace en terapia intensiva. En la UCI”
Hija: “Ya, ya. Que es el problema que está habiendo, que no hay respiradores…”
Doctora: "Exactamente. Ella… Estas personas… Que hay personas más jóvenes ahora, que están también…"
Hija: “Afectadas”
Doctora: “Están afectadas, teniendo síntomas. No hay ventiladores, no hay respiradores y no hay personal para que maneje la ventilación mecánica”
Hija: “Ya”
Doctora: “Porque eso lo maneja o el intensivista o el anestesista”
Hija: “Ya, ya, ya”
Doctora: “Y ya está. Entonces claro, este… Cuando hay una insuficiencia respiratoria aguda, y hay disnea y fatiga, entonces lo que se indica es un paliativo. Lamentándolo mucho. Le digo que no es el caso ahora de Alejina. Ahora no”
Hija: “¿Ahora no?
Doctora: “En este momento no, porque tiene todavía 87 de saturación. Si a pesar de la bolsa la saturación empieza a bajar progresivamente, que llega a niveles que son incompatibles, en donde hay una hipoxemia generalizada, es decir, por debajo de 60, entonces…”
Hija: “¿Entonces?”
Doctora: “Se considera. Uno ya considera un paliativo con morfina. Ese es el protocolo”
Hija: “Y así hasta que se acaba, ¿No? Porque ya de ahí no sale”
Doctora: “Ya de ahí no sale, efectivamente”
Hija: “Ya. Tenemos un familiar directo que le ha ocurrido lo mismo. Bueno. Pues malas noticias”
Doctora: “Malo, sí. Mal pronóstico. Y eso de que ella tenga la proteína C reactiva tan alta y que tenga tomado para medio pulmón derecho, es malo.
Hija: "Si ya lo viene diciendo ella. Y claro. Ella se da cuenta porque su cabeza está ahí"
Doctora: “Exactamente, y yo no puedo decirle lo que le estoy diciendo a usted ¿Me entiende?”
Hija: “Ya, ya”
Doctora: “Yo le dije: “Alejina, te voy a poner una mascarita, para ver si puedes respirar un poco mejor. Y si sientes mucha fatiga te voy a poner un poquito de calmante. Te quedas en la cama para que…”. “Doctora, yo quisiera que esto se me quitara”. “Sí Alejina, pero… Vamos tirando, poco a poco”, le dije. O sea, no le puedo decir esto lo que yo le estoy diciendo”
Hija: “Ya, ya, ya. Porque… Y tampoco podemos verla, ni tampoco podemos hacer nada, ¿No?”
Doctora: “Exacto”
Hija: “Ya. Madre mía”
Doctora: “Bueno…”
Hija: “Muchas gracias doctora y…”
Doctora: “Seguiremos hablando”
Hija: “Seguiremos hablando, sí. Muchas gracias, gracias”
Doctora: “De nada. Adiós”
Hija: “Adiós”
 
Recordando


Durante las peores semanas de la epidemia

2.200 camas UCI estuvieron libres en España mientras 12.000 ancianos morían sin asistencia en las residencias
  • QUICO ALSEDO
    Madrid
Actualizado Domingo, 19 abril 2020 - 11:01
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El propio presidente Sánchez aludió ayer en su comparecencia a la "generosidad intergeneracional", pero los datos muestran que se pudieron hacer traslados para tratar de reducir el número de víctimas y no se hizo durante el pico de la epidemia.



UCI del Hospital de Puerta de Hierro de Madrid durante la epidemia de...

UCI del Hospital de Puerta de Hierro de Madrid durante la epidemia de coronavirus. EFE

Y mientras miles de ancianos han muerto sin siquiera recibir asistencia médica, postrados en las camas de sus residencias -el recuento continúa mientras usted lee estas líneas, la cifra podría llegar a 12.000 según diversas fuentes-, unas 2.200 camas UCI situadas en España, con «aproximadamente la misma cantidad de respiradores», han permanecido sin uso, vacías, aguardando, durante toda esta crisis del coronavirus -«y así continúan a día de hoy»-.
El Gobierno central y las comunidades autónomas se han afanado en aplanar el dichoso pico de demanda en la sanidad, las residencias han operado como han podido -pidiendo ayuda desde el primer día y sin poder derivar internos a los atestados hospitales-, el sistema en definitiva ha peleado para digerir el tsunami de pacientes de Covid-19, que ha terminado por arrollar durante semanas los recursos existentes... Y sin embargo unas 2.200 plazas listas para salvar esas vidas que se siguen perdiendo a miles han quedado sin uso.

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Son las camas de la sanidad privada, obligadas por el Gobierno central a permanecer listas y disponibles, y sin embargo «utilizadas sólo en un 15% aproximadamente en el conjunto del país».
Lo cuenta a EL MUNDO Carlos Rus, presidente de la patronal del ramo, la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE): «La verdad, no entendemos nada», explica, desde sus 600 entidades agrupadas, con 260.000 trabajadores, 93.000 de ellos en ámbito hospitalario. Y hace las cuentas: «Nosotros tenemos 2.236 camas UCI, y se nos pidió que ampliáramos unas 400 más para asumir la demanda. Así hemos tenido unas 2.600 camas listas, de las que sólo se ha utilizado, calculamos, un 15%». Es decir, poco menos de las 400 que se pidió ampliar. El resultado final: «Hemos tenido unas 2.200 camas disponibles y sin uso».
¿Por qué no se han usado? Porque, y aquí entramos en la arquitectura administrativa y política española, se ubican en comunidades poco afectadas por el Covid-19, explica Rus. «El uso público de nuestros recursos, de los hospitales privados, ha sido muy dispar en toda España. Ha habido un primer nivel de comunidades que sí los han utilizado, y al 100%, incluso pidiéndonos doblar nuestra capacidad. Es el caso de Madrid, Cataluña, singularmente Barcelona, La Rioja y el País Vasco. En esas hemos apoyado con todo, y más de lo que podíamos, y el resultado ahí está».
DIFERENCIA ENTRE AUTONOMÍAS
El segundo nivel es el de Castilla y León y Castilla La Mancha, ambas con un alto nivel de afectación por el Covid-19: «En estas comunidades», cuenta, «los hospitales públicos se han dedicado a coronavirus, y los privados al resto de pacientes, con lo que finalmente tampoco ahí se han utilizado al 100% nuestra capacidad». El grueso no obstante de los recursos no aprovechados está, cuenta Rus, «en todas las demás comunidades: Aragón, Valencia, Andalucía, Extremadura, Galicia, Navarra, Cantabria, Canarias, Baleares... Ahí nuestros hospitales no se han utilizado prácticamente, y no entendemos que no se haya coordinado un plan para hacerlo. Por los ciudadanos que lo han necesitado y aún lo necesitan, y porque se nos ha obligado a seguir abiertos por decreto, para luego dejarnos sin uso».

En definitiva, los recursos privados, puestos al servicio de lo público en el propio real decreto en el que se estableció el estado de alarma, sí se han usado allí donde la avalancha ha sido mayor, pero no donde el virus se ha contenido más. «Claro, pero lo que nosotros no entendemos es que no se hayan trasvasado pacientes de unas comunidades a otras. Al fin y al cabo estamos todos en el mismo país», repite el presidente de la patronal de la sanidad privada.
Por ejemplo: Castilla La Mancha, la tercera región más afectada cuantitativamente por el Covid-19, llegó al tope de sus capacidades y centenares de ancianos, como ha publicado este diario, murieron en sus residencias, en una comunidad enormemente envejecida: tiene cuatro veces menos habitantes que la vecina Madrid, pero 40 asilos más. «Pues por ejemplo», incide Rus, «desde ahí se podía haber desviado pacientes a nuestros hospitales en Valencia, Andalucía, Murcia y Extremadura».
En Valencia, por ejemplo, hay «25 hospitales privados que nos han pedido mantener abiertos, con muchas UCI que no han sido utilizadas. Sólo nos han derivado el total de 241 pacientes, que es la capacidad de uno de esos hospitales, un solo día».
«Es que los poderes públicos tienen no sólo la capacidad, sino la obligación de velar por la salud de los ciudadanos, y aquí ha habido una dejación de funciones muy clara», interviene Carlos Sardinero, abogado -y doctor en Medicina- especializado en derecho sanitario y salud pública.
Sigue Sardinero: «Hay que decirlo muy claro: se han muerto miles de ancianos en residencias, y se siguen muriendo, y no se ha establecido un mecanismo para que al menos tengan la oportunidad de recibir asistencia médica. Esa responsabilidad era en primer lugar del Gobierno, porque para eso se arrogó el mando único en el decreto de alarma, y también de las comunidades autónomas, que para eso mantenían sus competencias, transferidas, en materia sanitaria».
En esa duplicidad advierte Sardinero una ambivalente trampa: «Es un poco lo de entre unos y otros la casa sin barrer. El Gobierno se arroga el mando, pero deja la responsabilidad a las comunidades autónomas. Y estas pueden señalar al Gobierno cuando las cosas fallen. Todos tienen la culpa y nadie la tiene. Todos tienen salida. Y, mientras, los ancianos siguen muriendo en las residencias y nada, o muy poco, se hace», señala el también abogado de la Asociación del Defensor del Paciente, que ha denunciado a Fiscalía la infrautilización de camas UCI durante esta crisis, y con ello la muerte de miles de ancianos en las residencias sin siquiera posibilidad de tratamiento.
RESPONSABILIDAD DEL GOBIERNO
Exactamente eso es lo que sucede cuando este periódico cuestiona tanto al Gobierno central como a la Comunidad de Madrid sobre el particular. Fuentes oficiales del Ministerio de Sanidad explican: «El Gobierno lo que hizo fue poner la sanidad privada al servicio de las CCAA, que han mantenido la gestión sanitaria. Sobre el trasvase, el Gobierno organizó la medicalización de un tren, pero son las CCAA las que tienen que solicitar ese trasvase. Insistimos en que podíamos preparar trenes, pero tiene que ser decisión de las comunidades. Se priorizó el traslado de material antes que de pacientes. Se llevaron respiradores de otros sitios a Madrid, y se hizo un simulacro de medicalización de un tren en la estación de Atocha, para validar la idoneidad de los trabajos hechos por Renfe. Pero eran las CCAA quienes tenían que solicitarlo», termina esta fuente.
En la Comunidad de Madrid, más que contestar a la pregunta de si se ha planteado en algún momento enviar pacientes a otra regiones, se resalta lo hecho: «Aquí hemos exprimido a tope nuestros recursos. Hemos medicalizado 13 hoteles, hemos construido el hospital de Ifema, el SUMMA [los servicios de urgencias sanitarias] ha realizado 4.000 traslados y hemos utilizado al 100% la sanidad privada. Eso es todo lo hecho». No ha habido respuesta, en todo caso, a si en algún momento se ha planteado la transferencias de pacientes a otros lugares, teniendo en cuenta también, por ejemplo, la red de trenes de alta velocidad española, con centro radial en Madrid: «Esa era otra vía», explican en Aspe: «Quizás entre la sanidad pública y la privada no había respiradores y tests para todos... Pero tenemos el AVE, por ejemplo. ¿Por qué no usarlo?».
«Pues quizás porque cuesta dinero», dice el abogado Carlos Sardinero, «y no estaba claro quién iba a pagar la factura, si el Gobierno central o las autonomías». Los abogados especializados en derecho sanitario llevan semanas estudiando el andamiaje legal sobre el que asentar las decenas de reclamaciones que van recibiendo acerca de las muertes de ancianos en residencias, muchos de ellos solos, por tres motivos: la devastadora letalidad del Covid-19, la endeblez del sector, muy justo de fuerza laboral; y la negativa de los hospitales públicos a acoger residentes en muchos casos.

Las residencias no son hospitales, no teníamos la posibilidad de atender tantas urgencias médicas. En muchos casos se llamó a los centros de referencia y esos pacientes fueron rechazados
Esta negativa queda certificada a este diario por Jesús Cubero, secretario general de Aeste, la patronal de las empresas gestoras de residencias: «Pedimos ayuda desde el primer momento. Las residencias no son hospitales, no teníamos la posibilidad de atender tantas urgencias médicas. En muchos casos se llamó a los centros de referencia y esos pacientes fueron rechazados». Uno de los casos más lacerantes de los investigados por este diario se produjo en la residencia Vitalia Leganés, donde el recuento de ancianos muertos asciende ya a casi un centenar (96 el pasado jueves), y que estuvo 17 días, en lo más crudo de la crisis, sin asistencia del Hospital Severo Ochoa: «Nos negaban la asistencia, simplemente ni contestaban nuestros mensajes durante 17 días, con varios internos falleciendo cada día», asegura a EL MUNDO Antonio Morales, director de operaciones de Vitalia.
Sin embargo, «todos esos ancianos tenían todo el derecho a que se les diera una oportunidad», explica Sardinero. «Y si no podía ser en la sanidad pública, en la privada». El especialista cree que la tormenta perfecta en torno a los asilos ha venido dada por varios factores. «Por un lado porque el protocolo del Gobierno sobre las residencias fue muy tardío: tardaron 10 días, hasta el 24 de marzo, en emitirlo, y además es equívoco: en pleno confinamiento, se obligó a que los ancianos no abandonaran las residencias y se impidió la entrada de visitantes, pero no se estableció claramente la obligación de que las residencias tenían que recurrir a los servicios de urgencia para asistir a ancianos en riesgo vital, por lo que muchos centros entendieron que no podían sacarles de allí. Ahí quedó una ambigüedad a la que se van a agarrar muchos centros».
«Por otro lado», prosigue, «los centros públicos tienen la obligación de derivar a los privados a aquellos pacientes críticos que no puedan atender, y después la sanidad privada deberá reclamar los gastos a la pública. Ahí, habría que acordar unos justiprecios para esos servicios, pero es que ni siquiera se han sentado las administraciones a acordarlos. Además, el decreto del estado de alarma faculta al ministro de Sanidad a usar los recursos privados, y otro de 2006 establece cómo se pagan esos servicios de la privada a la pública».
«No tenían excusa para no dejar morir a estos miles de ancianos, esa es la realidad», señala Sardinero, que no obstante se malicia un posible motivo para lo que denomina «la omisión negligente» de los poderes públicos: «Si todos esos ancianos son efectivamente tratados en sede hospitalaria, se les tienen que hacer los respectivos tests. Y si se les hacen a todos los tests, la cifra de fallecidos se duplica o triplica», finaliza.
Juan Abarca, del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad, va más allá: "Realmente, no se trata aquí de la colaboración público/privada, que ha funcionado muy bien, porque allí donde se nos ha necesitado, se han usado nuestros recursos. Se trata de la coordinación entre comunidades, la clave está ahí y desde luego no nos compete a los operadores privados".
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Sánchez diseña en pleno rebrote un plan de «priorización de pacientes» en los hospitales
Sanidad prevé un esquema para que sean los mismos los centros, dependiendo de la saturación que tengan de casos de Covid-19, los que expulsen a los que no sean "pacientes preferentes"

rebrote covid
Enfermo de covid-19 en la UCI de un hospital. (Europa Press)
El Gobierno de Pedro Sánchez ha diseñado, en pleno inicio de los rebrotes de COVID-19, un plan de «priorización de pacientes» en los hospitales. Esta vez no comete el error mediático de dejar constancia, como sí hizo en otro documento técnico el 5 de marzo, de pautas para expulsar de los cuidados sanitarios a las personas con menores esperanzas de vida.
Ahora lo hace de forma más camuflada: diseña todo un esquema para que los hospitales, dependiendo de la saturación que tengan de casos de COVID-19, sean ellos mismos los que expulsen a los que no sean «pacientes preferentes».
Se trata de un nuevo documento técnico del Ministerio de Sanidad. La fecha es de este pasado viernes 26 de junio. El informe se titula ‘Recomendaciones de seguridad del paciente y profesionales en procedimientos intervencionistas en la fase de transición de la pandemia COVID-19’. Y la consigna general se basa en que, a mayor ocupación del centro por un rebrote de COVID-19, habrá pacientes que tendrán que ver atrasadas sus intervenciones.




El documento, de este modo, prioriza unos enfermos frente a otros, dependiendo del daño que pueda realizar a su salud un retraso en la intervención. De ese modo se define el concepto de «paciente preferente».
Pero, en última instancia, tendrán que ser los sanitarios los que decidan a quién le produce más daño el retraso de la intervención.


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En función de la ocupación de recursos
El punto clave es el cuarto, donde se establece la «priorización de pacientes en función de la ocupación de recursos«. Allí se señala que, «asumiendo que un potencial rebrote de la pandemia pudiera producir de nuevo una disrupción de los procesos habituales electivos con una duración estimada de 12 semanas, proponemos el seguimiento de las recomendaciones de priorización elaboradas por las diferentes sociedades científicas en función del marco general de ocupación de recursos recogidos en la adaptación de la Tabla Dinámica de Escenarios de Alerta de la AEC de la siguiente forma».

rebrote covidDocumento técnico del Ministerio de Sanidad sobre priorización de pacientes de 26 de junio.

Esa forma afecta a cinco escenarios de ocupación de los hospitales por el rebrote, según establece el documento técnico del Ministerio de Sanidad:
– Escenario de alerta I (ocupación de los recursos hospitalarios por COVID-19 menores del 5%): actividad normal.
– Escenario de alerta II (ocupación de los recursos hospitalarios por COVID-19 entre el 5% y el 25%): pacientes preferentes cuyo pronóstico permita el retraso del procedimiento.
– Escenario de alerta III (ocupación de los recursos hospitalarios por COVID-19 entre el 55% y el 50%): sólo pacientes urgentes y preferentes cuyo pronóstico o calidad de vida empeore significativamente por un retraso de tres meses del procedimiento intervencionista.
– Escenario de alerta IV (ocupación de los recursos hospitalarios por COVID-19 entre el 50% y el 75%): sólo pacientes que requieran procedimientos urgentes.
– Escenario de alerta V (ocupación de los recursos hospitalarios por COVID-19 mayor del 75%): sólo urgencias vitales o de pérdida de órgano o miembro.
Según el propio Gobierno, esta situación de saturación hospitalaria no iba a darse de nuevo gracias a la dotación de un paquete de 16.000 millones de euros destinado a las comunidades autónomas que iba a permitir reforzar la Sanidad y evitar, por lo tanto, la selección de pacientes preferentes.
Esperanza de vida y edad
El documento no selecciona por esperanzas de vida ni por edad. Pero sí establece un sistema de priorización que, en última instancia, forzará a que sean los sanitarios los que tengan que priorizar pacientes dependiendo de la magnitud del rebrote.
Todo esto ocurre en un contexto en el que, tras la primera ola de coronavirus, España se sigue enfrentando a la pandemia con el avance de un segundo rebrote generalizado de COVID-19. Actualmente hay más de una veintena de brotes activos en España y los rastreadores de Sanidad se esfuerzan para que esos focos estén lo más acotados posibles.
Es decir, que los contagios no se extiendan más allá del localizado. Con cuatro comarcas aragonesas que han retrocedido a la fase 2 de la desescalada, los brotes que acaparan la atención del Centro de Coordinación de Alertas, con Fernando Simón al frente, son los de Huesca, Málaga y Cantabria.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, detalló ya el pasado miércoles el ‘Plan de preparación y respuesta frente a una segunda oleada de COVID-19’ de cara a la segunda ola de contagios que, todos los expertos coinciden, llegará tarde o temprano. La base de dicho plan es establecer tres niveles de riesgo, bajo, medio o alto. Aunque todavía no se conocen los criterios exactos para discernir entre los brotes leves y los graves.
Residencias de ancianos
Las residencias de ancianos, que fueron duramente golpeadas por el virus durante la primera ola de la pandemia, continúan siendo el principal foco de contagio y de expansión del coronavirus. Fernando Simón ha explicado, ya que «en residencias, con un único caso ya se está considerando brote. Y no tiene por qué ser un caso sintomático».
En otros entornos hace falta al menos una cadena identificada de tres contagios para activar el protocolo de alerta. Desde Sanidad se refieren a este plan como una «sobrerreacción» a propósito para no repetir «lo que se vivió hace unos meses».
El Ministerio de Sanidad ha detectado en las últimas semanas cerca de 40 rebrotes de COVID-19, aunque de riesgo son alrededor de una veintena y que «de verdad» le preocupen sólo dos, el rebrote que afecta ya a 250 personas en cuatro comarcas de Aragón y a 89 en un centro de acogida de Málaga.
 
Sánchez da largas a una reunión con las residencias y remite a Iglesias, que no contesta

residencias
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
Los intentos de las residencias para reunirse con el Gobierno y planificar el nuevo escenario de la pandemia siguen resultando fallidos. En los últimos meses, la patronal CEAPs -el organismo de la dependencia más importante de España en cuanto a plazas y representatividad y que agrupa a empleados que atienden a más de 370.000 personas, tanto en residencias como en servicio de atención en domicilio y teleasistencia- ha intentado por activa y por pasiva llevar su testimonio, sus problemas, sus aportaciones, al Ejecutivo. Plantear, en definitiva, una visión de primerísima mano de la cruda realidad en las residencias de ancianos, el punto más negro del coronavirus.
Algunos de esos llamamientos, como reveló OKDIARIO, se produjeron durante los meses más críticos de pandemia, y se dirigieron tanto a Pedro Sánchez como a los ministros competentes. Con Pablo Iglesias, desde que asumió su cargo como vicepresidente, se intentó contactar hasta en cinco ocasiones. El podemita nunca respondió. La pasada semana, confirman fuentes de la patronal, llegó una contestación de Presidencia del Gobierno. Y la respuesta tampoco fue satisfactoria: Sánchez se desentiende y deriva esa posible reunión a Illa y a Iglesias. En definitiva, de nuevo, el duro testimonio de las residencias sigue sin ser escuchado.
La terrible situación en las residencias ha embarrado el debate político en torno a la gestión de la pandemia. En las últimas semanas, el Gobierno ha eludido cualquier responsabilidad, atribuyendo las competencias únicas a las comunidades autónomas. Y aunque es cierto que las comunidades conservan sus atribuciones, cabe recordar que, el 19 de marzo, el ministro Illa delegó en Iglesias la coordinación del funcionamiento de los servicios sociales de todo el Estado para hacer frente a la crisis.




Según estas instrucciones, el líder de Podemos asumía la iniciativa para proponer actuaciones en todo el territorio nacional y determinar las medidas necesarias para el funcionamiento de dichos servicios. Iglesias, además, estaba al corriente del día a día de los centros. Como informó OKDIARIO, el Gobierno constituyó además un «grupo especial» para seguir la situación en las residencias, integrado por representantes de la Vicepresidencia Social, de Sanidad y de Defensa.
Más allá, la orden de Sanidad del 23 de marzo, si bien reiteraba las competencias de las comunidades, también involucraba al Gobierno ante la delicada situación de los centros. Dicha orden, dictada por Illa, pero a propuesta de Iglesias, disponía que el Ejecutivo, a través de sus delegaciones en las distintas comunidades autónomas, debía actuar en caso de que las residencias pidiesen auxilio. Es decir, no tenía un papel meramente residual.


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5 intentos de reunión
Iglesias, no obstante, ha eludido cualquier responsabilidad. Y ha esquivado también las peticiones de reunión dirigidas desde las residencias. Peticiones en las que se intentaba hacer llegar al vicepresidente un mensaje de auxilio, en momentos dramáticos. Sin personal y sin medios.
La patronal, como reveló OKDIARIO, intentó contactar con el ministro podemita hasta en cinco ocasiones. La primera vez, en enero, apenas dos semanas después de asumir el cargo. Una toma de contacto para exponer las principales inquietudes y problemas del sector. No hubo respuesta. Tampoco la hubo en otra petición de febrero. Ni ya en marzo, con la epidemia recorriendo silenciosamente todo el país y los centros desbordados.
Las residencias han intentado que el Gobierno les escuche en sus peticiones de más recursos, de más personal. De test. De protocolos básicos para hacer frente a un virus desconocido -no llegarían hasta el 5 de marzo, ya cuando la patronal había tomado la iniciativa de informar a sus socios- o instrucciones para afrontar la desescalada.
En este tiempo, han tenido que reclamar con insistencia que se les reconociese como profesionales de nivel 1, una consideración que permite tener una atención prioritaria en cuanto a la provisión de material -mascarillas, guantes, EPIs- para garantizar la seguridad de los trabajadores y usuarios.
También han solicitado que se permitiese a personal sin titulación trabajar en los centros y la realización de una prueba diagnóstica a todos los usuarios y profesionales, especialmente cuando mostrasen síntomas o cuando un usuario regresase del hospital, por problemas ajenos al coronavirus.
El 24 de marzo, y tras las noticias sobre el hallazgo por parte del Ejército de ancianos muertos y abandonados en residencias, desde CEAPs se pusieron en contacto con Presidencia de Gobierno, la vicepresidencia social de Iglesias y el Ministerio de Sanidad. Por parte de Iglesias no hubo respuesta. La última petición fue el 5 de mayo, con el propósito de afrontar el proceso de desescalada.
«Un infierno»
La falta de respuestas del Gobierno llevó a CEAPs a elaborar, una vez más, sus propios protocolos. Un plan detallado en el que insistían en el suministro de equipos de protección, PCR y test serológicos y avisaban también de que el aislamiento había «conllevado un sufrimiento físico y psicológico con angustia, desorientación y miedo entre personas con unos altos niveles de dependencia».
El testimonio de las residencias sí se pudo escuchar hace unas semanas en el Congreso de los Diputados.
Entonces, la presidenta de CEAPs, Cinta Pascual, relató al detalle la dramática situación vivida en los centros. Meses, dijo, de «infierno».
«Le pedimos a los ministros que lo hiciésemos juntos, que nos facilitasen los medios, nada más. No puedo entender, se lo digo de verdad, que nadie nos echase una mano y estuviese a nuestro lado», aseveró
 
Hace 4 años. 1 de Julio de2016. Este periodista se toma la molestia de analizar la reacción de gente votante de Podemos pidiendo negar el voto a las personas mayores, entre otras cosas mucho más graves. Eliminar las pensiones "para ver si la van cascando", también proponen. Carolina Bescansa, una de las fundadoras de Podemos afirma por entonces que si sólo votara la gente menor de 45 años Iglesias ya estaría en Moncloa. Hemos visto que lejos de aumentar su número de votos, este descendió en las últimas elecciones, quedando cuarta "fuerza política" y aún así, Sánchez ha llevado a Iglesias a la Moncloa. Pero la realidad de su número de votos sigue siendo la que es: ha descendido.


En torno a la mesurada, templada y nada psicopática reacción de muchos de los que les siguen tras las elecciones de aquel año de 2016, de los cuales aquí hay sólo una breve muestra, gira el análisis de este periodista. Yo ya vi esto desde hace mucho tiempo. La falta de respeto a los ancianos (a quienes no faltan al respeto...) ya dijo Iglesias en chat privado "lo de los abuelos nos desespera".


Este es el respeto a los demås que se gasta esta gente. Estos son los escrúpulos que tienen. La situación que cuenta el periodista donde a una señora mayor uno de Podemos que estaba en una mesa electoral quiso negarle el voto porque le preguntó qué día era y la señora no sabía qué día era, retrata a ese y a más de ese partido. Se arrogó el "derecho" de negarle el voto. La escena fue grabada y gracias a eso el voto no sólo no se impugnó sino que el individuo quedó retratado y les pusieron verdes en las redes.





La repugnante reacción podemita al 'tortasso': del "pucherazo" al "hay que matar a los viejos"


Su derrota electoral ha exacerbado entre los podemitas el odio al PP, a los mayores y a todo aquél que no venera a su gran líder morado.

Juanma del Álamo

2016-07-01



La última noche electoral resultó durísima para los podemitas. En nuestro país jamás unos votantes habían lamentado tanto el resultado electoral de su partido político. Las expectativas generadas por la coalición Unidos Podemos quedaron lejos de materializarse y "la sonrisa de un país" (patente en trámite) se convirtió en la mueca paralizada y desagradable de millones de votantes.


Pero el dolor y el llanto pronto se convirtieron en indignación, que luego mutó a sentimientos mucho más repugnantes. Los ejemplos que verán a continuación pueden herir su sensibilidad, pero no son puntuales, son auténticas corrientes de opinión podemita perfectamente contrastadas (y contrastables). Por desgracia, solamente podemos mostrar unos pocos tuits por motivos editoriales y por limitaciones en el tiempo libre de nuestros lectores. Veamos cómo reaccionaron los votantes de Podemos tras el tortasso.



Este país es una mierda lleno de gilipollas



Reacción común del podemitus domesticus. Suele aparecer con viveza cuando el recuento todavía no ha concluido. Sus síntomas (ira, enrojecimiento y negación de seguir respirando) se manifiestan cuando el escrutinio de las ciudades va muy avanzado y la esperanza de tener un mundo mejor se hunde totalmente. La rabia puede durar varios días (se aconseja vacunar). No hemos ganado, pero yo he votado bien, lo que pasa es que los españoles son más tontos que yo.



Esto es un mal común que nos afecta a muchos, no se lo voy a negar. Pero en el caso de los podemitas, que piensan como manada, hay un componente de clase añadido. Veamos dos elementos: muchos de ellos creen pertenecer a la generación mejor preparada del Sistema Solar y la mayoría son urbanitas. Esto automáticamente desemboca en que los que no votan a Podemos son viejos tontos sin estudios, paletos que viven en pueblos de mala muerte y no en grandes ciudades. Yo tengo un título universitario que me acredita como licenciado en Filología Chechena y como persona humana culta y como votante de lo correcto. Veamos este ejemplo:


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Esta persona tiene razón cuando habla de gente de pueblo desde la cosmopolita y vigorosa Mérida. Es innegable que al final, bajo un molesto sol y aplastados por sus enormes boinas, millones de pueblerinos de la semiabandonada Valencia o de la pequeña Villa de Madrid votaron masivamente al PP. ¿Qué sabrá toda esa gente salvo de recoger algodón en las plantaciones del Parque del Retiro?


Veamos otro análisis más sosegado todavía:

Puto pais de subnormales gilipollas hijos de put* mal nacidos de mierda!!!! Votando a corruptos? Esa es la put* raza española! Hijos de put*

— Aitzol Aizpurua (@AitzolAizpurua) 27 de junio de 2016


Comparto con este intelectual tuitero que no hay que sacar conclusiones en caliente. Primero hay que analizar bien los datos y las circunstancias. Aquí entra, además, un componente racial que evidencia que este señor acude a la ciencia a buscar respuestas. Votamos mal porque hemos nacido mal. Todo apunta a que nuestra raza española tiene algún tipo de defecto que la genética debe estudiar. Empléese todo el dinero público necesario en esta investigación.


Superados los lamentos, los individuos más preparados proponen soluciones al asunto, también recurriendo a la ciencia:

A ver si hay suerte y cae un puto asteroide en España y así desaparece este país de mierda.
— Lord BAZINGA (@LordBazingga) 26 de junio de 2016


Es cierto que tampoco da claves para desarrollar su plan y simplemente lo deja todo en manos del azar ("a ver si hay suerte"). Y creo que realmente se refiere a un meteorito. No sabe mucho de ciencia, pero sí de lógica. Si hacemos desaparecer España, el PP no podrá ganar más elecciones. Impepinable.



Sobran los abuelos


Ciertos podemitas son más concretos a la hora de determinar los problemas. En alguna ocasión hemos hablado de cierta tendencia hacia la gerontofobia entre los seguidores de Podemos, e incluso entre sus aspirantes a diputado.


Para calentar el tema intergeneracional, en la mañana electoral, un alelado apoderado podemita (de En Marea) de Cambados decidió preguntar qué día era a una señora mayor plantada frente a la urna. El día en el que quedas como basura, debió decir la señora. Por desgracia, la mujer no recordaba el día, así que el apoderado decidió que ese voto debía ser impugnado.


El gran cenutrio grabó la humillante escena que acabó siendo difundida en redes sociales, a modo de denuncia, cometiendo seguramente no pocas ilegalidades y, sobre todo, retratándose. No pocos podemitas defendieron que si esa mujer no sabía qué día era, no podía votar, un requisito que, repentinamente, debían defender. Horas después, el vídeo fue eliminado y el voto de aquella mujer no fue impugnado por En Marea, quedando en evidencia los podemitas y el apoderado.


Llegada la noche electoral y con el fracaso sobre la mesa, volvió a aparecer con fuerza ese odio hacia los mayores, que votan sin saber. La idea clave de estos podemitas es que los ancianos están truncando el futuro de los jóvenes (que, de no ser por ellos, sería esplendoroso):


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Los viejos jodiendo el futuro de los jóvenes, la eterna historia española.

— Ruth Alonso (@ruthaalonso) 27 de junio de 2016




Es triste que los jóvenes consideren que su futuro depende de que gobierne su partido político. Así que esta gente que tiene edad de estar pensando en comerse el mundo, realmente aspira a que un caudillito dirija sus vidas (en vez de pedir políticos que entorpezcan menos). Sigamos. Dependiendo del podemita gerontófobo, la búsqueda de soluciones se plantea desde tres perspectivas diferentes: paciente, reformista y radical.


Veamos la teoría paciente. Algunos aseguran que las personas mayores acaban muriendo (es cierto) y que los jóvenes suelen aguantar más tiempo en este mundo (así suele ser). Si dejamos que el paso de los años haga su trabajo, pronto todos los votantes fachas, herencia recibida del franquismo, habrán muerto y posteriormente habrán acabado en el infierno, desde donde, en principio, no podrían votar.

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Esta persona, seguramente tras un profundo estudio de campo como el nuestro, calcula que ese proceso de muerte de "todos los putos viejos fachas" podría llevar veinte años. Hay otros cálculos más optimistas:


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Bombazo. Entre los votos que vaya perdiendo Rajoy por sus propios "méritos" y la muerte del ochenta por ciento de su electorado, el PP puede desaparecer el Congreso al final de la próxima legislatura. ¡Cómo cambia el panorama político de un día para otro!


Tras las elecciones, el propio Iglesias tardó en recordar que son el partido con más apoyo entre los jóvenes y que, por lógica, "tarde o temprano" gobernarán España. "Heredaremos nuestro país", comentaba Errejón hace unos días. Yo propongo un lema mucho más directo: vosotros acabaréis en la urna, para que nosotros ganemos en las urnas.


Esta teoría tiene un problema: la gente mayor muere, tras lo que pierde el interés por la política, pero simultáneamente los jóvenes también cumplen años y se hacen mayores. Se hacen mayores y cambian de gustos. Y el país también cambia, se secan los ríos, gana el Madrid más Champions y el entrecejo leninista de Iglesias va siendo erosionado por el viento. Me temo que es un proceso imparable que no sucede tal y como desearían los podemitas.


La perspectiva reformista intenta acelerar toda esta sucesión de acontecimientos quitando el voto a la gente mayor, que no sabe lo que hace. Que vivan si quieren, pero que no voten. Para algunos podemitas no es normal que los viejos, que no tienen futuro, decidan por los demás y comprometan sus vidas, más largas y dignas:

Creo que deberían prohibir votar a la gente mayor porque es que es patético lo que están haciendo
— nefelibata; (@royalheda) 26 de junio de 2016


No sabemos a qué consideraría gente mayor. Algunos sitúan el límite en el momento de la jubilación:


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Es una medida que reduciría considerablemente el censo electoral y facilitaría la victoria de determinados partidos, sin duda. Como vemos, el problema no es si el votante tiene la cabeza en su sitio (que con sesenta y tantos años, ya me dirán…). El problema es a quién vota esta gente.

Otra propuesta, siempre pensando en lo mejor para los ciudadanos, habla de eliminar las pensiones para ver "si la van cascando":


Hay que eliminar las pensiones a ver si los viejos la van cascando y porfín el PP deja de robar #L6elecciones

— Alma de Luis (@luis94gaitan) 26 de junio de 2016


Economistas consultados acerca de esta propuesta han asegurado que, desde el punto de vista ético, la medida es una auténtica vergüenza y que el Estado debe cumplir sus compromisos. Por otra parte, creen que es una excelente reforma para ajustar el déficit de la Administración que contentaría a Bruselas y enterradores por igual.

La tercera solución, la radical, es más a corto plazo. Se trata de eliminar físicamente a las personas mayores que sobran y limitan (con muy mala leche) el futuro de los más jóvenes. Es la solución más rápida y la menos reversible. Hay que asegurar. Vendría a garantizar la victoria de Podemos en poco tiempo, costando cientos de miles de vidas, lo menos importante en este asunto:


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Desde luego, cómo son los comunistas, siempre queriendo venderte las bondades de su ideología: muerte y esperanzas de vida cortas.


Las encuestas nos engañaron


Además de soluciones, han aparecido diversas conspiranoias que intentan explicar, por ejemplo, la decepción generalizada.


Según cuentan algunos podemitas, las encuestas estaban fabricadas para que todo el mundo diera por hecho el sorpasso de marras. Todos los sondeos habían hinchado a Podemos adrede. Luego, llegado el baño de realidad del recuento, el resultado de Podemos sería visto como un fracaso y habría llanto y crujir de dientes.


Es curioso, porque el pasado 20 de diciembre acusaron a las empresas de demoscopia de hinchar a Ciudadanos, pero no para provocar la decepción entre sus votantes, sino para otorgar el voto útil al partido de Rivera. Según los podemitas, dependiendo de a quién hinchen las encuestadoras, lo hacen para perjudicar o para beneficiar, aunque sea exactamente la misma hipotética acción. Así son ellos.



Parece evidente que si a alguien perjudicaron las encuestas fue al PSOE, al que los sondeos robaron el voto útil. De haber llegado Podemos a las elecciones con sondeos a la baja, posiblemente su pérdida de votos habría sido todavía mayor. Algunos podemitas ilustres se apuntaron a este discurso del engaño demoscópico. Destaca nuestra querida Teresa Rodríguez, líder de Podemos en Andalucía.



La teoría del engaño es difícil de sostener, pues fueron más de veinte empresas las que publicaron encuestas en las que Unidos Podemos obtenía más votos que el PSOE. Se pondrían todas de acuerdo en una reunión en un viejo castillo en la montaña. Era la madre de Pablo Iglesias (tal como él contó) la que le dijo a su hijo que se le estaba poniendo cara de presidente (pausa para las risas).


A finales de mayo, fuentes de la dirección del partido contaron a Efe que sus encuestas internas confirmaban el sorpasso. Podemos jugó toda la campaña a venderse como la única alternativa posible al partido de Rajoy. Al final, pocos días antes de las elecciones, Pablo Iglesias aseguraba que estaban en un "empate técnico con el PP", algo que ni siquiera advertía ninguna de las encuestas publicadas. Pero la culpa fue de ellas.


Veamos cómo explica el siguiente individuo tuitero el motivo por el que las encuestas no acertaron:


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Este señor es Alberto González, autor de los vídeos que atizan a Rajoy en el programa El Intermedio de La Sexta. Más allá de sus desagradables comparaciones, me parece que no ha entendido lo que ha ocurrido. Que apenas seis meses después del 20D un millón de votantes de Podemos no acudieran a las urnas es un dato que no se explica con su teoría. Tal vez, siguiendo su línea de pensamiento, podríamos adivinar que a un millón de españoles les dio vergüenza volver a votar a Podemos.



Pucherazo


Es seguramente el pensamiento más extendido entre los podemitas. Este asunto es complejo, pero revelador. Cuando el recuento empezaba a enseñar el pinchazo de Podemos, el senador Ramón Espinar revelaba en televisión que se había comenzado a contar "por las mesas más pequeñas" (¿mesillas de noche y mesas camillas?).


Después, los podemitas aseguraban que en las ciudades cuentan mucho más despacio, con todo ese ruido y esa polución. Cuando el recuento terminó y no se obtuvo el resultado deseado, llegaron la indignación y la ira. Pero algunos fueron más allá. Descartada la posibilidad de que hubiera realmente más españoles que prefieren votar a otros partidos antes que a Podemos, hubo que buscar explicaciones. ¡Nos están engañando! Los podemitas exigían que de inmediato la realidad se ajustara al concepto de la realidad que tienen en sus cabezas. ¡Pucherazo!



Lo cierto es que esta corriente de pensamiento no apareció de manera espontánea, sino que tuvo un foco de infección claro cuando Pablo Iglesias puso en duda la limpieza y seguridad de las votaciones a pocos días de las elecciones. Fueron unas declaraciones sin precedentes, propias de un político que sabe que pastorea a sus seguidores casi sin límites. La única prueba que Pablo aportó es que Interior es el departamento que debe organizar los comicios y su ministro es Jorge Fernández Díaz (el del micrófono en el despacho). Ante tal anuncio, varios directores de periódico ordenaron detener sus rotativas hasta que el dato fuera verificado. Cuando se comprobó que ya se conocía quién era el ministro, continuaron trabajando con normalidad.



"Todos los ciudadanos tenemos serias razones para estar preocupados", comentó Pablo. Es probable que las encuestas que manejaba aquella mañana sí le tuvieran preocupado a él. Cualquier día el conspiranoico Iglesias irá a un plató de La Sexta y en plena emisión se palpará el pecho con cara de terror y gritará "¡me han puesto un micrófono!". Ocurrirá. Pablo sabe de sobra dos cosas: que no se pueden amañar unas elecciones en España y que muchos de sus votantes no lo saben. El caso es que, lanzado el pienso, sobran ovejas.


SINCERAMENTE NO CREO QUE TANTAS PERSONAS VOTEN CORRUPCIÓN. #PUCHERAZO pic.twitter.com/nBUPl28gpK

— Mariposa Voladora. (@NatiAlcaide) 27 de junio de 2016


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El segundo me gusta, es muy podemita. A partir de una mentira ir tirando del hilo hacia nuevas mentiras. Hay miles de denuncias en esta misma línea. ¿Las pruebas? Bueno, hay todo tipo de rumores, suposiciones y especulaciones que, si las juntan todas convenientemente, pueden llegar a ser conjeturas o incluso corazonadas.



Veamos la ensalada de acusaciones concretas: manipulación del software del ordenador que recuenta las elecciones (¿?); error excesivo de las encuestas; hay menos votos cuando la participación es la misma que en diciembre (dicen ellos); han restado un millón de votos a Podemos; Indra, encargada del recuento, es (según los podemitas) una empresa al servicio del PP y envuelta en corruptelas; hay otras pruebas como blanco y en botella, a mí no me la cuelan o la poderosa cuando el río suena, agua lleva; algún podemita ha llegado a decir que la responsable es "la empresa de Eduardo Inda"; y otros han avisado de que puede que no sea la primera vez que haya ocurrido este fraude.


Aparte de estas teorías, también tenemos a nuestra disposición los testimonios de supuestos presidentes de mesa electoral que denuncian ridículas irregularidades. A pesar de lo penoso de estos relatos, se han compartido a lo largo y ancho de las redes sociales. Yo no los voy a analizar (no todo cabe), pero pueden leer más sobre estos casos en este análisis del tuitero David Fernández.


En definitiva, tenemos que creer que unas ciento ochenta mil personas elegidas al azar que custodiaban las mesas electorales (además de los cien mil millones de apoderados que utilizó Podemos) se pusieron de acuerdo para fastidiar a Pablo Iglesias y favorecer a Mariano falseando los recuentos y las actas electorales.



Para apoyar todas sus patéticas tesis, los podemitas se dedican a fabricar toda serie de falsas pruebas, como una portada de The New York Times manipulada, en la que hablan del fraude electoral, que nunca existió.


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Mientras tanto, los medios españoles (cómplices de Franco y Rajoy) se mantienen en silencio. Todo vale. Además de falsificaciones, hay sesudas (es un decir) explicaciones sobre cómo se completó el fraude en blogs y más blogs. Por el momento, no hay ninguna que no vaya dirigida a idiotas.
Resulta curioso que los podemitas denuncien un pucherazo con cien explicaciones diferentes del mismo, lo que evidencia que son una pandilla de especuladores. No puede ser que al mismo tiempo haya miles de irregularidades en las mesas, que se manipule el software de los ordenadores y que se haga un redondeo manual, todo al mismo tiempo. ¿Cómo ha muerto este hombre? Fue ahogado en la bañera, murió de un disparo y fue envenenado.


Pero el buen podemita no descansa. Han recogido más de ciento cincuenta mil firmas en una página web inútil para reclamar un recuento de las papeletas, que ya ni existen. Yo he firmado con el nombre de Adolf Hitler y no ha habido ningún problema para apoyar esa auditoría.

Estas teorías, auténticas detectoras de idiotas, han sido difundidas por medios como Público. El remate lo ha dado el actor Alberto San Juan al insinuar en televisión ese pucherazo, con el hospedaje de (cómo no) La Sexta. En esta era, el valor de los medios de comunicación debería ser, precisamente, el de filtrar la mierda que campa a sus anchas por la red y no dar espacio a la broza. Algunos medios no lo han entendido.


Es curioso, cuando en diciembre Podemos obtuvo el mismo número de escaños, ninguno de los podemitas habló de tongo, pucherazo o trampas. El sistema era exactamente el mismo. Igual es que no saben perder. Reflexionen sobre esto: el sistema electoral español es tan seguro que el único que podría intentar un pucherazo es aquel que lo hace porque quiere ser descubierto haciéndolo. Y lean, de paso, el análisis que Daniel Rodríguez Herrera hizo sobre el asunto.



La ignorancia y el odio


Si ha llegado usted hasta aquí, enhorabuena, valoramos su esfuerzo. Si se ha leído todos los links, es usted nuestro ídolo. Aquí tiene su premio. Ha habido muchas expresiones de rabia más violentas estos días en las redes sociales que no hemos mostrado aquí, pero muchas de ellas han sido borradas por sus autores por miedo a que sean investigadas por la policía. Cosas como éstas:


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Las conclusiones no son amables, no pueden serlo. No niego que pueda haber cierto componente de chiquillada y una tremenda inmadurez en estos individuos, aunque estén en edad de votar. Pero todo esto debería preocuparnos un poco. Miles de jóvenes (y algunos no tan jóvenes) están sufriendo un auténtico problema mental que les impide distinguir entre lo que es real y lo que no lo es, entre lo que es aceptable y lo que es inaceptable.



La generación más titulada de todos los tiempos es incapaz de distinguir entre lo razonable y lo ridículo. El amor a la verdad ha desaparecido y mentir se ha convertido en un juego. Los principios más básicos andan bajo mínimos. Los podemitas no siguen a un partido político, lo endiosan e imitan el comportamiento de las sectas, en las que nadie discrepa. Al final, estos jóvenes, incapaces de cualquier razonamiento medio decente, se han arrastrado por defender a un partido y han pataleado cuando la realidad no ha estado a la altura de sus caprichos. Son los más preparados, decían, recuerden.
Peor ha sido todavía el odio que se ha visto en las redes sociales desde que se confirmaba el pinchazo de Podemos. Odio al PP, por supuesto, a las personas mayores, a la gente de los pueblos y, en definitiva, a todo el que no vota lo que a ellos les parece correcto. Critican la corrupción mientras promueven la defunción. Éste es el espíritu democrático de buena parte de nuestra juventud y de buena parte de nuestros ciudadanos.


Y este panorama puede ser peligroso en un momento dado. Porque si los votantes de un partido mienten y odian ahora que Podemos no está en el poder, imaginemos lo que harían si su partido llegara gobernar y ese gobierno cometiera algún tipo de exceso poco democrático. No lo duden, estos fieles súbditos defenderían al líder. Porque para ellos todo vale. Y cuando los ciudadanos dejan de ser vigilantes y se convierten en idólatras, los países dejan de ser democracias y se convierten en regímenes en los que ciertos tuits se convierten en realidad.

Ojalá no pasemos de aquí, de los berreos. Ojalá no gobiernen nunca.


 
Esta psicópata, que no sê si vota a Podemos pero varia poco su pensamiento de lo que se ve en estos tweets, escribió este mismo año en Twitter, hace muy poco, en pleno confinamiento, esto:


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Gente decente, con valores, con humanidad, que sencillamente son PERSONAS, la puso a caldo escandalizada y ella o Twitter por avalancha de denuncias quitó el tweet. Pero se hicieron capturas de pantalla. Esta es una.
 
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