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¿Cómo fue el enlace de Carlota Grimaldi y Pierre de Polignac, padres de Raniero de Mónaco y abuelos del príncipe Alberto?
Parecía un matrimonio feliz pero un año después de su enlace comenzaron a llevar vidas paralelas y diez años más tarde su divorcio se hizo oficial
Carlota y Pierre Grimaldi se casaron el 18 de marzo de 1920 y se divorciaron el 18 de febrero de 1930
Para conocer todos los detalles de esta importante unión, de la que nació Raniero III, tenemos que remontarnos a Luis II de Mónaco (1870-1949), bisabuelo del príncipe Alberto.
Luis II se enamoró locamente de Ghislaine Dommanget(1900-1991), una atractiva actriz francesa a la que conoció en una de las giras de su compañía de teatro. La boda se celebró el 24 de julio de 1946 y Ghislaine se convirtió en la primera consorte sin título nobiliario de la familia Grimaldi. Durante su matrimonio, Luis II mantuvo una relación con Marie Juliette Louvet (1867-1930), una joven de origen campesino, de la que nació Carlota Grimaldi el 30 de septiembre de 1898.
Años más tarde, y al no haber tenido descendencia con Ghislaine, el estado le aconsejó que reconociera a Carlota como su hija para no dejar la dinastía Grimaldi en manos de su primo Guillermo de Wutemberg, hijo de Federico de Wutemberg y la princesa Florestine de Mónaco. Éstos se habían convertido en príncipes germanos y al haber sufrido Francia dos guerras contra Alemania decidieron que Carlota fuera la futura soberana de los monegascos.
Carlota Grimaldi era una mujer muy bella, de hecho, hay muchas opiniones que creen que la princesa Carolina y su hija Carlota son su vivo retrato, y el 18 de marzo de 1920 se casó con Pierre de Polignac(1896-1964), miembro de una de las familias ducales más importantes de Francia, que tras la boda se convirtió en Pierre Grimaldi.
Sin embargo, su matrimonio no fue feliz. Meses después, Carlota y Pierre comenzaron a llevar vidas paralelas hasta que el 18 de febrero de 1930 su divorcio se hizo oficial. Fruto de su relación nacieron la princesa Antoinette, que falleció el pasado 24 de marzo, y Raniero de Mónaco, el padre del príncipe Alberto y las princesas Carolina y Estefanía.
La vida sentimental de los miembros de la dinastía Grimaldi ha sido muy agitada. Aunque el matrimonio de Raniero de Mónaco y la princesa Gracia haya sido de película, su hermana, la princesa Antoinette no tuvo tanta suerte en el amor. Mantuvo una larga relación con el monegasco Alexandre-Athenase Noghès, campeón de tenis, con el que acabó casándose el 4 de diciembre 1951 en Génova y divorciándose tres años después, en 1954. De esta unión nacieron: Elisabeth-Anne (1947), Christian Louis (1949) y Christine Alix, (1951-1989). Pero no fue su único matrimonio fallido. Se casó en segundas nupcias el 2 de diciembre 1961 en La Haya con Jean-Charles Rey, presidente del Consejo Nacional del Parlamento de Mónaco, del que se divorció en 1974, y contrajo matrimonio por tercera y última vez el 28 de julio de 1983 en Mónaco con el reconocido bailarín británico John Gilpin, quien falleció tan solo cinco semanas después.
Parecía un matrimonio feliz pero un año después de su enlace comenzaron a llevar vidas paralelas y diez años más tarde su divorcio se hizo oficial
Carlota y Pierre Grimaldi se casaron el 18 de marzo de 1920 y se divorciaron el 18 de febrero de 1930
Para conocer todos los detalles de esta importante unión, de la que nació Raniero III, tenemos que remontarnos a Luis II de Mónaco (1870-1949), bisabuelo del príncipe Alberto.
Luis II se enamoró locamente de Ghislaine Dommanget(1900-1991), una atractiva actriz francesa a la que conoció en una de las giras de su compañía de teatro. La boda se celebró el 24 de julio de 1946 y Ghislaine se convirtió en la primera consorte sin título nobiliario de la familia Grimaldi. Durante su matrimonio, Luis II mantuvo una relación con Marie Juliette Louvet (1867-1930), una joven de origen campesino, de la que nació Carlota Grimaldi el 30 de septiembre de 1898.
Años más tarde, y al no haber tenido descendencia con Ghislaine, el estado le aconsejó que reconociera a Carlota como su hija para no dejar la dinastía Grimaldi en manos de su primo Guillermo de Wutemberg, hijo de Federico de Wutemberg y la princesa Florestine de Mónaco. Éstos se habían convertido en príncipes germanos y al haber sufrido Francia dos guerras contra Alemania decidieron que Carlota fuera la futura soberana de los monegascos.
Carlota Grimaldi era una mujer muy bella, de hecho, hay muchas opiniones que creen que la princesa Carolina y su hija Carlota son su vivo retrato, y el 18 de marzo de 1920 se casó con Pierre de Polignac(1896-1964), miembro de una de las familias ducales más importantes de Francia, que tras la boda se convirtió en Pierre Grimaldi.
Sin embargo, su matrimonio no fue feliz. Meses después, Carlota y Pierre comenzaron a llevar vidas paralelas hasta que el 18 de febrero de 1930 su divorcio se hizo oficial. Fruto de su relación nacieron la princesa Antoinette, que falleció el pasado 24 de marzo, y Raniero de Mónaco, el padre del príncipe Alberto y las princesas Carolina y Estefanía.
La vida sentimental de los miembros de la dinastía Grimaldi ha sido muy agitada. Aunque el matrimonio de Raniero de Mónaco y la princesa Gracia haya sido de película, su hermana, la princesa Antoinette no tuvo tanta suerte en el amor. Mantuvo una larga relación con el monegasco Alexandre-Athenase Noghès, campeón de tenis, con el que acabó casándose el 4 de diciembre 1951 en Génova y divorciándose tres años después, en 1954. De esta unión nacieron: Elisabeth-Anne (1947), Christian Louis (1949) y Christine Alix, (1951-1989). Pero no fue su único matrimonio fallido. Se casó en segundas nupcias el 2 de diciembre 1961 en La Haya con Jean-Charles Rey, presidente del Consejo Nacional del Parlamento de Mónaco, del que se divorció en 1974, y contrajo matrimonio por tercera y última vez el 28 de julio de 1983 en Mónaco con el reconocido bailarín británico John Gilpin, quien falleció tan solo cinco semanas después.