Cómo a través del virus de los medios, se inocula el virus del miedo

Donde yo vivo también hay cierre en el municipio y llevo ya tiempo sin ver a parte de mi familia muy cercana. Aún así hay algunos que, aunque se pueda, no quieren. Yo es que estoy en un punto parecido a este verano de vive y deja vivir. Estoy rodeada de gente en el trabajo y las mascarillas nos protegen de todo mal, nótese la ironía.... En el cole más de lo mismo.....Pero luego no puedo ver a mis sobrinos ni en la calle, bueno es que no puedo ni hacer 20 km, más que en círculo.... Pues eso.
Y lo del sol yo también lo veo grave. Por eso lo decía. Antes era esencial y ahora qué? pues eso.... Y sí, en marzo o abril, hubo gente que no lo vió, lo grave para mí es que, aunque la situación mejore, hay gente que sigue confinada esperando que esto acabe, y van para un año....
Si además vives en un pueblo no muy grande,tienes hasta problemas para comprar ciertas cosas
Por eso el auge de internet ,las compras on line y demas
 


Si os preguntabais como podían llegar tantas personas en embarcaciones tan endebles... aquí tenéis la respuesta . Vienen en barcos y cuando están en aguas españolas ya los suben en los cayucos- está toso organizado, por supuesto-
Esto no sale en la tv, por supuesto

Esto lo llevan haciendo muchísimos años ?, pero ¿van a poner remedio? No
 
Puff. Lo peor es cuando llamas preguntando alguna duda a la Guardia Civil sobre la movilidad y te sueltan lo de: por mi puedes hacer ese viaje pero puede depender del compañero que pare...
Perdona?? Si llevas tu justificante y tus cosas no tiene porque depender d nadie.
Que manera de meter miedo a la gente por favor que parece un crimen contra la humanidad ir a tu propia casa.
Vaya nivel..... Es increíble lo que nos están haciendo entre unos y otros....
 

Síndrome de la caverna/cueva y covid19


Si volviéramos a leer a los autores clásicos, y en concreto a Platón (Atenas 427-347 a. c.), seguidor de Sócrates y maestro de Aristóteles, veríamos como nos habla del mito de la caverna, en la que analiza la posición del hombre con respecto al conocimiento de la verdad o la ignorancia. En este mito los prisioneros representan a la mayoría de la humanidad, esclava y prisionera de su ignorancia, además de estar férreamente sujetos a sus opiniones, costumbres, prejuicios y falsas creencias. Estos prisioneros se sienten increíblemente orgullosos en su ignorancia. Así de moderno y de actual es Platón.

De este mito ha devenido el actual síndrome de la Caverna, término que no existe en las clasificaciones académicas de los trastornos psíquicos, dándole un uso manido que ha caído en gracia, especialmente en esta pandemia, más bien para un minuto de gloria de su autor.

¿Por qué esta aparente crítica velada? Paso a explicarlo. En la introducción del mito de la caverna de Platón, he referido exactamente el concepto para el maestro de Aristóteles.

Desde la psicología académica, se trata de una fobia social. Una fobia es un miedo irracional aprendido, en este caso miedo a contagiarse al salir del lugar seguro la Cueva/casa al lugar inseguro/calle
En la pandemia por COVID-19, se ha utilizado el término de síndrome de la cueva, caverna o de la cabaña, para describir unos cambios conductuales secundarios al confinamiento.

Yo subdividiría este síndrome en dos variantes: Caverna y Cueva.

La variante Caverna es la más fidedigna al mito de Platón, se convierte en el mito Caverna/Sede Soberanía del Pueblo, afecta exclusivamente a la clase dirigente de cualquier caverna, emplazada en cualquier lugar. En ella unos aparentes poseedores de la verdad, se mantienen en posiciones dogmáticas, irracionales a veces, que solo favorecen intereses organizativos, esclavos de su ignorancia procedente de planteamientos ideológicos ególatras, de corta mira y gran egocentrismo y un pragmatismo barato. Lo peor de este síndrome, es estar férreamente seguros cada miembro de la caverna de sus opiniones y juicios, y se sienten increíblemente orgullosos de sus decisiones, sin la más mínima autocrítica que toda persona de mediana inteligencia y formación se presupone debe tener.

La variante Cueva de este síndrome, se ha utilizado, desde la psicología no académica, para describir unos cambios conductuales secundarios al confinamiento de la población en esta pandemia, a raíz de entrar en vigor el estado de alarma. Las personas que sufren este síndrome, no descrito en las nosologías oficiales de los trastornos mentales, presentan estados de miedo, retraimiento social, negándose en última instancia la persona a salir a la calle, en general por miedo al contagio.

En realidad, desde la psicología académica, se trata de una fobia social. Una fobia es un miedo irracional aprendido, en este caso miedo a contagiarse al salir del lugar seguro la Cueva/casa al lugar inseguro/calle.

La ansiedad es la base de la fobia social, generada por el miedo al contagio con el coronavirus. Es un tipo de fobia social específica, que no se extiende a otros ámbitos de la vida diarias. Esta fobia en población general tiene una incidencia del 1,5 al 3%. Está por determinar cuál es la incidencia en esta pandemia.

Y ¿que podemos hacer desde la actuación personal para ir venciendo esta fobia social de una manera progresiva? En primer lugar ir retomando poco a poco las rutinas diarias como salir a la compra, ir a por el periódico etc, manteniendo siempre literalmente las medidas recomendadas por la autoridades sanitarias.

Es muy importante para prevenir esta fobia mantener, dura el confinamiento, mediante las redes sociales, el teléfono u otros medios a nuestro alcance el contacto con familiares y amigos.

El empleo de la resiliencia puede ser una herramienta muy útil para ayudar a salir de esta fobia. Entendida desde la psicología positiva, se recuerda que el ser humano tiene una remarcable capacidad de adaptarse, de encontrar sentido y de crecimiento personal ante las experiencias traumáticas más terribles. (Ver mi artículo en Nuevatribuna, la Resonancia frente a la resiliencia: otra forma de relacionarse con el mundo).

Por último, citando a Woody Allen: “El miedo es mi compañero más fiel, jamás me ha engañado para irse con otro".


 
Puff. Lo peor es cuando llamas preguntando alguna duda a la Guardia Civil sobre la movilidad y te sueltan lo de: por mi puedes hacer ese viaje pero puede depender del compañero que pare...
Perdona?? Si llevas tu justificante y tus cosas no tiene porque depender d nadie.
Que manera de meter miedo a la gente por favor que parece un crimen contra la humanidad ir a tu propia casa.
¡Bingazo, prima! Eso lo he vivido yo, y por aquí lo conté: “yo le diría que viaje, pero va a depender del compañero”. ? ¿Coomoooor?!!! ¿Quiere decir que según tenga el día, el poli de turno, me puede empapelar... o no? Es que es muy fuerte, a poco que se piense
 
A mi me escama que con la excusa del virus el banco de alimentos ya no admita comida pero si dinero, todos los años comparbamos cosas este año nada, no me fío de dar dinero, y creo que no seremos lo únicos para nada.
¡Es verdad, ahora que lo dices! Ayer mismo, por megafonía, diciendo en el súper que “ante la crisis que está suponiendo en coronavirus y etc, etc... para mejorar la .... puede Vd colaborar aportando en caja, ....”

¡Qué si queréis ayudar, dinerito fresco mejor! ?

Y coincido. Auguro poco éxito a la idea
 
Los falsos son otros que ponía eliminar 1 patatas, la abuela.... Este:
Ver el archivo adjunto 1703159

Los que yo mandé son reales....
desde Maldita.es hemos comprobado que es real puesto que en las últimas horas se han publicado otras fotos del mismo tomadas desde distintas perspectivas.

Cierto. Me equivoqué
 

Síndrome de la caverna/cueva y covid19


Si volviéramos a leer a los autores clásicos, y en concreto a Platón (Atenas 427-347 a. c.), seguidor de Sócrates y maestro de Aristóteles, veríamos como nos habla del mito de la caverna, en la que analiza la posición del hombre con respecto al conocimiento de la verdad o la ignorancia. En este mito los prisioneros representan a la mayoría de la humanidad, esclava y prisionera de su ignorancia, además de estar férreamente sujetos a sus opiniones, costumbres, prejuicios y falsas creencias. Estos prisioneros se sienten increíblemente orgullosos en su ignorancia. Así de moderno y de actual es Platón.

De este mito ha devenido el actual síndrome de la Caverna, término que no existe en las clasificaciones académicas de los trastornos psíquicos, dándole un uso manido que ha caído en gracia, especialmente en esta pandemia, más bien para un minuto de gloria de su autor.

¿Por qué esta aparente crítica velada? Paso a explicarlo. En la introducción del mito de la caverna de Platón, he referido exactamente el concepto para el maestro de Aristóteles.


En la pandemia por COVID-19, se ha utilizado el término de síndrome de la cueva, caverna o de la cabaña, para describir unos cambios conductuales secundarios al confinamiento.

Yo subdividiría este síndrome en dos variantes: Caverna y Cueva.

La variante Caverna es la más fidedigna al mito de Platón, se convierte en el mito Caverna/Sede Soberanía del Pueblo, afecta exclusivamente a la clase dirigente de cualquier caverna, emplazada en cualquier lugar. En ella unos aparentes poseedores de la verdad, se mantienen en posiciones dogmáticas, irracionales a veces, que solo favorecen intereses organizativos, esclavos de su ignorancia procedente de planteamientos ideológicos ególatras, de corta mira y gran egocentrismo y un pragmatismo barato. Lo peor de este síndrome, es estar férreamente seguros cada miembro de la caverna de sus opiniones y juicios, y se sienten increíblemente orgullosos de sus decisiones, sin la más mínima autocrítica que toda persona de mediana inteligencia y formación se presupone debe tener.

La variante Cueva de este síndrome, se ha utilizado, desde la psicología no académica, para describir unos cambios conductuales secundarios al confinamiento de la población en esta pandemia, a raíz de entrar en vigor el estado de alarma. Las personas que sufren este síndrome, no descrito en las nosologías oficiales de los trastornos mentales, presentan estados de miedo, retraimiento social, negándose en última instancia la persona a salir a la calle, en general por miedo al contagio.

En realidad, desde la psicología académica, se trata de una fobia social. Una fobia es un miedo irracional aprendido, en este caso miedo a contagiarse al salir del lugar seguro la Cueva/casa al lugar inseguro/calle.

La ansiedad es la base de la fobia social, generada por el miedo al contagio con el coronavirus. Es un tipo de fobia social específica, que no se extiende a otros ámbitos de la vida diarias. Esta fobia en población general tiene una incidencia del 1,5 al 3%. Está por determinar cuál es la incidencia en esta pandemia.

Y ¿que podemos hacer desde la actuación personal para ir venciendo esta fobia social de una manera progresiva? En primer lugar ir retomando poco a poco las rutinas diarias como salir a la compra, ir a por el periódico etc, manteniendo siempre literalmente las medidas recomendadas por la autoridades sanitarias.

Es muy importante para prevenir esta fobia mantener, dura el confinamiento, mediante las redes sociales, el teléfono u otros medios a nuestro alcance el contacto con familiares y amigos.

El empleo de la resiliencia puede ser una herramienta muy útil para ayudar a salir de esta fobia. Entendida desde la psicología positiva, se recuerda que el ser humano tiene una remarcable capacidad de adaptarse, de encontrar sentido y de crecimiento personal ante las experiencias traumáticas más terribles. (Ver mi artículo en Nuevatribuna, la Resonancia frente a la resiliencia: otra forma de relacionarse con el mundo).

Por último, citando a Woody Allen: “El miedo es mi compañero más fiel, jamás me ha engañado para irse con otro".


Según este artículo, las personas que no quieren salir de casa, que tienen miedo a hacer una vida normal, aún cumpliendo con las recomendaciones, tienen un trastorno: fobia social.
 
A mi me escama que con la excusa del virus el banco de alimentos ya no admita comida pero si dinero, todos los años comparbamos cosas este año nada, no me fío de dar dinero, y creo que no seremos lo únicos para nada.
Yo daba comida, cuándo me pidieron pasta en el super, me negué. Lo siento.

La excusa: es que no pueden recoger alimentos presencialmente por el coronabicho.

Ale chavales, juntos salimos más fuertes
 

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