- Podrán optar a convertirse en interinas y verán mejorado su salario hasta en un 100% con efecto el 1 de abril.
- El consistorio ha negociado un acuerdo especial con los sindicatos antes de pactar el convenio de personal.
Un aula de la guardería Caspolino, en Gràcia.
VIERNES, 31 DE MARZO DEL 2017 - 09:36 CEST (elperiodico.com)
No ha sido fácil lograrlo, pero al final ha habido final feliz para las profesoras de las guarderías que Barcelona en Comú devolvió de la gestión pública indirecta, en manos de un privado, a la pública directa: a finales de este mes cobrarán por fin como el resto.
Cuando Ada Colau llegó a la alcaldía de Barcelona anunció que eran tiempos de municipalización, de apostar por el servicio público sin intermediarios. En el caso de las guarderías actuó en consecuencia: detuvo el paso previsto a la gestión indirecta de dos de ellas y devolvió a la gestión directa a otras tres ya en funcionamiento, la Caspolino y la Enxaneta, en Gràcia, y Els Patufets de Navas , en Sant Andreu, que, en tiempos de CiU, fueron creadas mediante el sistema de gestión indirecta. Una decisión que el entonces equipo de gobierno justificó para poder fichar a profesores eludiendo los límites de la ley Montoro.
DESPIDO EVITADO
La gestión indirecta suponía mejores condiciones para los padres en cuanto a horario y calendario, así como salarios para el equipo docente significativamente inferiores a las de las guarderías públicas convencionales. El cambio de sistema no fue sencillo, porque en principio implicaba el despido de las 28 profesoras de los tres centros, que habían sido contratadas por las empresas que asumían la gestión indirecta.
Tocaba recurrir a la bolsa de profesionales que esperan turno. Pero el consistorio dio primero un paso: mantuvo a la plantilla, con horario y calendario adecuado a la gestión pública directa, pero con el salario que tenían antes. Más o menos la mitad de lo que cobraban sus colegas de la pública.
La negociación ha sido larga y compleja, y este sábado 1 de abril el proceso ha concluido y ya tiene efecto el acuerdo logrado con los sindicatos para que las 28 profesoras pasen a ser personal laboral: en cuanto lo pidan se convertirán en interinas.
A partir de este 1 de abril, las profesoras cobrarán como las de la red pública. Ya gozaban de su mismo horario y calendario: 15 días menos de curso que cuando trabajaban bajo el sistema de gestión indirecta, además de días con horario reducido que antes no tenían. Quedaba la brecha salarial. Con datos de diciembre pasado, las profesoras de la gestión directa cobraban 1.845 euros por 15 pagas, frente a los 923 euros por 14 de las que provenían de las tres guarderías de gestión indirecta.
LA NEGOCIACIÓN
La negociación se ha topado con el obstáculo de que estaba -y está- por cerrar el convenio del consistorio sobre el personal municipal, lo que impedía solucionar antes el caso de las guarderías. Pero los sindicatos aceptaron llegar a un acuerdo sobre estos casos. El proceso, dirigido desde el consistorio por la teniente de alcalde de Derechos Sociales, Laia Ortiz, y el concejal de Presidencia, Eloi Badia, elimina incertidumbres: las trabajadoras estaban haciendo menos horas que en la etapa anterior, pero no estaba claro si estas quedarían pendientes. Ahora, cuando se conviertan en interinas, tendrán la opción de convertirse en funcionarias cuando haya oposiciones.
- El consistorio ha negociado un acuerdo especial con los sindicatos antes de pactar el convenio de personal.
Un aula de la guardería Caspolino, en Gràcia.
VIERNES, 31 DE MARZO DEL 2017 - 09:36 CEST (elperiodico.com)
No ha sido fácil lograrlo, pero al final ha habido final feliz para las profesoras de las guarderías que Barcelona en Comú devolvió de la gestión pública indirecta, en manos de un privado, a la pública directa: a finales de este mes cobrarán por fin como el resto.
Cuando Ada Colau llegó a la alcaldía de Barcelona anunció que eran tiempos de municipalización, de apostar por el servicio público sin intermediarios. En el caso de las guarderías actuó en consecuencia: detuvo el paso previsto a la gestión indirecta de dos de ellas y devolvió a la gestión directa a otras tres ya en funcionamiento, la Caspolino y la Enxaneta, en Gràcia, y Els Patufets de Navas , en Sant Andreu, que, en tiempos de CiU, fueron creadas mediante el sistema de gestión indirecta. Una decisión que el entonces equipo de gobierno justificó para poder fichar a profesores eludiendo los límites de la ley Montoro.
DESPIDO EVITADO
La gestión indirecta suponía mejores condiciones para los padres en cuanto a horario y calendario, así como salarios para el equipo docente significativamente inferiores a las de las guarderías públicas convencionales. El cambio de sistema no fue sencillo, porque en principio implicaba el despido de las 28 profesoras de los tres centros, que habían sido contratadas por las empresas que asumían la gestión indirecta.
Tocaba recurrir a la bolsa de profesionales que esperan turno. Pero el consistorio dio primero un paso: mantuvo a la plantilla, con horario y calendario adecuado a la gestión pública directa, pero con el salario que tenían antes. Más o menos la mitad de lo que cobraban sus colegas de la pública.
La negociación ha sido larga y compleja, y este sábado 1 de abril el proceso ha concluido y ya tiene efecto el acuerdo logrado con los sindicatos para que las 28 profesoras pasen a ser personal laboral: en cuanto lo pidan se convertirán en interinas.
A partir de este 1 de abril, las profesoras cobrarán como las de la red pública. Ya gozaban de su mismo horario y calendario: 15 días menos de curso que cuando trabajaban bajo el sistema de gestión indirecta, además de días con horario reducido que antes no tenían. Quedaba la brecha salarial. Con datos de diciembre pasado, las profesoras de la gestión directa cobraban 1.845 euros por 15 pagas, frente a los 923 euros por 14 de las que provenían de las tres guarderías de gestión indirecta.
LA NEGOCIACIÓN
La negociación se ha topado con el obstáculo de que estaba -y está- por cerrar el convenio del consistorio sobre el personal municipal, lo que impedía solucionar antes el caso de las guarderías. Pero los sindicatos aceptaron llegar a un acuerdo sobre estos casos. El proceso, dirigido desde el consistorio por la teniente de alcalde de Derechos Sociales, Laia Ortiz, y el concejal de Presidencia, Eloi Badia, elimina incertidumbres: las trabajadoras estaban haciendo menos horas que en la etapa anterior, pero no estaba claro si estas quedarían pendientes. Ahora, cuando se conviertan en interinas, tendrán la opción de convertirse en funcionarias cuando haya oposiciones.