Cócteles. Buena compañia.

CÓCTELES CON HISTORIA
SERIE
Moscow Mule: la bebida 'comunista' que planta cara a la tiranía del gintonic
Martes, 6 agosto 2019 - 02:08
La entrada del vodka en EEUU parecía un negocio ruinoso hasta que John Martin y Jack Morgan mezclaron esta bebida con cerveza de jengibre y un chorrito de limón en 1941

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ÁNGEL BECERRIL
El vodka vuelve a Instagram, medidor de tendencias incluso con las bebidas, confirma que es un cóctel estrella, un nuevo clásico moderno. El vodka vuelve a posicionarse y el jengibre cotiza al alza, pero es su poder refrescante y la singularidad de su encopado los factores que lo hacen irresistible, una opción ganadora frente a miles de mojitos mediocres. Durante los meses de calor hasta compite con la tiranía del gintonic.

Los orígenes del Moscow, un cóctel con el que se siente la patada de mula, aunque más recientes que los de la primera edad dorada, tampoco se levantaron ante notario. Pudo ser un pérfido brebaje comunista, pero en realidad imposible ser más yanqui en su demostración de ingenio mercadotécnico. A finales de los años 30, la ginebra es el destilado transparente favorito del público. El vodka, casi un desconocido. John Martin, jefe en la costa este de la distribuidora de licores G. F. Heublein, compra en 1939 los derechos de Smirnoff. A priori, fue una decisión ruinosa: incluso se sustituyeron los tapones por unos más reconocibles de whisky; a la postre, en cambio, se trató de un negocio visionario.

En 1941, Martin no era capaz de que las ventas cogieran vuelo. Tampoco su colega Jack Morgan, regente del restaurante The Cock 'n' Bull de Hollywood Strip, daba salida a su marca casera de cerveza de jengibre. Una noche, sentados a la misma mesa, decidieron mezclar ambos productos sin futuro y añadir un chorrito de limón. En vez de un vaso de cristal, Morgan pensó que sería más llamativo utilizar las tazas de cobre que su mujer fabricaba. La cosa funcionó. Llegó el momento de empezar a vender Moscow Mule por todo el país.

A pesar de ser 'made in USA' el Moscow Mule fue boicoteado por los bartenders de Nueva York por comunista

El bueno de Martin, sin redes sociales que viralizaran su invento, pero sí con una de las primeras cámaras Polaroid, hacía posar a los bartenders con la taza lista y la botella de su vodka. Distribuía las copias por los bares vecinos para promocionar la marca y animar a hacer el nuevo cóctel. Marketing de guerrilla. A finales de la década, los estadounidenses bebían Moscow Mule y, por supuesto, el vodka de Martin -el «whisky blanco»- como auténticos cosacos.

Una historia de éxito que superó la resaca de la Segunda Guerra Mundial pero no un escollo demasiado implacable: el senador McCarthy. Entregado el país a la oleada propagandista durante la Guerra de Corea, imposible coquetear con la amenaza bolchevique. El combustible que era bandera enemiga no podía propagarse en el inflamado bando de los buenos. Ante dicha alta traición a la patria, los camareros sindicados de Nueva York boicotearon el Moscow Mule, encarnación del cóctel antiamericano.

Dicen que la Asociación de Bartenders Norteamericanos se manifestó por la Quinta Avenida portando pancartas: «No necesitamos el Moscow Mule». A Donald Heublein, propietario de Smirnoff, le resultó difícil transmitir que su vodka no llegaba de la Unión Soviética sino que se destilaba en Connecticut. Walter Winchell, un locutor de radio algo amarillista y altavoz del macartismo, sí apoyó su consumo en 1951: «El Moscow Mule está hecho en Estados Unidos, así que no seas político cuando tengas sed».

Pero no se recuperó. Hasta hoy.

La fórmula del Moscow Mule ya se incluía en el libro King Cocktail Shake Again With Eddie, de 1954: «En vaso grande, hielo, una medida de vodka, rellenar con ginger beer, añadir un golpe de lima o de zumo de limón». Diego Cabrera explica su éxito actual: «Es un cóctel simple y refrescante, uno de los máximos ejemplos de que con pocos ingredientes se puede hacer algo rico. Y de los que recomiendo hacer en casa. El paladar ha evolucionado, es muy raro que tomes algo fuerte en casa, a no ser que seas un friki de la coctelería. El Moscow Mule es para casa, piscina, terraza. Un poco de lima y un poco de vodka, simple y efectivo».

El jengibre es lo único que no puede faltar. Si quitas la angostura, bueno. Si quitas el vodka y le pones ginebra, mejor, más sabor

SALMÓN GURÚ (BARTENDER)
En cuanto a su esencia: la punzada del ginger beer, una bebida efervescente y algo picante que ensambla con bebida blanca y se mantiene fría en el recipiente de cobre -forrado en níquel o acero inox, eso sí, que ya se demostró que el cobre puede lixiviarse en contacto con bebidas ácidas cuyo pH sea inferior a 6.0-. «El jengibre es lo único que no puede faltar», continúa el bartender de Salmón Gurú. «Si quitas la angostura, bueno. Si quitas el vodka y le pones ginebra, mejor, más sabor».

Pepe Orts, mixólogo de Alicante, hizo de la necesidad virtud para su versión con cerveza. En una barra libre, un cliente le pidió un Moscow pero no tenía ginger beer. «Decidí hacerlo íntegro con cerveza y algo de jengibre machacado. El resultado fue demasiado amargo, de modo que otro día decidí hacerlo solamente con un top de cerveza (y el ginger beer correspondiente) y quedó genial».

Luca Anastasio prepara en la terraza del madrileño hotel Emperador un Spicy Moscow Mule con hojas de hierbabuena, sirope de vainilla y licor de Pimiento Dramm. En Santos y Desamparados ofrecen uno sin alcohol con zumo de uva y sirope de agave. Barcelona es propicia al Moscow. En el Ideal Cocktail Bar lo sacan desde hace décadas con un licuado de jengibre. En el Negroni es más fresco, con pepino. Y en Creps al Born, su Menorca Mule es con Xoriger.

https://www.elmundo.es/papel/gastro/2019/08/06/5d481db1fc6c83d9788b4625.html
 
Expresso Martini: el cóctel que primero te despierta y luego "te jode"
Jueves, 8 agosto 2019 - 02:01
Este brebaje con vodka y café consiguió trascender a la pirotecnia alcohólica de los 80 en la que la referencia popular era la película 'Cocktail' de Tom Cruise. Hoy es un clasico

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ÁNGEL BECERRIL
Toda época tiene sus referentes. Y todo cóctel es fruto de su época. Las casualidades explican cada invento, pero no son más que la excusa de un tiempo que suele estar esperando a que se beba de una determinada manera. Hubo un momento, no muy lejano, en que para ser chic, además de vestir como Sonny Crockett, había que beber en copa con forma de uve. El resultado de aquello es que hoy las cartas de los bares se llenan de Espresso Martini. Todo vuelve.

Antes de que Carrie Bradshaw socializara muy fuerte Cosmopolitan en mano, ya se había servido el primer Espresso Martini, un Cosmo londinense que ni lleva Martini ni es un Irish Coffee. Este cóctel ochentero anticipaba la cultura de una época que en la historia de la coctelería se conoce como decadencia. Colores flúor, mucha acrobacia y una idea infantil del servicio producto de la película Cocktail (1988). La norma era esa copa de postureo y el pijerío acabado en tini. Martini de cualquier cosa, Flirtini (vodka, champán y zumo de piña) o, como diría Samantha en uno de los capítulos de Sex in the City:"No estoy para Flirtini. Necesito un Fucktini".

Sin embargo, a pesar de sus concesiones -también la del viejo vicio de la Prohibición: enmascarar el alcohol con notas amables- el Espresso Martini se mantuvo fiel a cierto clasicismo. La prueba del éxito es que hoy, como buen nuevo clásico, arrasa. Tan de moda está que hasta Little Steven llama así a una canción incluida en la banda sonora de la serieLilyhammer, que él mismo protagoniza. Aunque parece más un personaje de Old-Fashioned.

Vodka, sirope, dos tipos de licor de café (Kahlua y Tia Maria) y un espresso recién hecho. Con tres granos de café a modo de garnish: decoración importada de Sambuca (Sicilia) que representa buenos augurios. La receta original del Espresso Martini no pudo ser más improvisada. Dick Bradsell oficiaba en 1983 en el Soho Brasserie de Londres. Como a él le gustaba relatar con su acento atildadamente inglés, una famosa modelo británica entró y le solicitó una bebida energizante. Según sus palabras, "algo que la despertara y después la jodiera".

Fue creado por Dick Bradsell en el Soho Brasserie de Londres en 1983

El secreto de confesión hizo que nunca trascendiera su identidad. El bartender murió a los 56 años de cáncer cerebral en 2016. Fue uno de los maestros que, junto con Dale DeGroff, sostuvo la coctelería clásica en aquellos años de degradación. Fue padre de toda una generación de cantineros, levantó el oficio en su ciudad e inventó cócteles como el Bramble, un trago con ginebra y licor de mora.

Aquel instante de incertidumbre ante la explícita petición es leyenda de la coctelería. ¿Qué tenía a mano? En su bar se bebía mucho vodka y a la derecha de su estación de trabajo tenía una máquina de café. "Era una pesadilla, había granos por todas partes", contaba de su día a día. El primer nombre que se le ocurrió respondía a la lógica: Vodka Espresso. Pero en cuanto llegaron los 90, la tendencia hizo que lo cambiara por uno más vendible, aunque fake: Espresso Martini. En 1998, cuando el bueno de Dick ya era Bar Manager del restaurante Pharmacy de Notting Hill, diseñado por Damien Hirst, lo volvió a rebautizar como Pharmaceutical Stimulant y lo empezó a servir on the rocks. Aquel era un lugar tan excéntrico que la gente entraba para pedir una aspirina.

Así evolucionó el cóctel según las modas, que llevan marcando el paso desde antes del primer Mint Julep. Pero ¿cómo explicar que el Espresso Martini cause furor en Australia? En Melbourne beben café de calidad, pero está el vicio de disfrazar el alcohol y la flexibilidad de la fórmula. A partir de ahí, un cóctel molotov: fans embravecidos irrumpen en las barras con carteles que rezan el nombre de la bebida para ni siquiera tener que pedir. Los camareros están hartos, todo lo contrario que sus cajas registradoras. Hasta tienen un festival temático. Y una compañía, Lexinton Hill, comercializa cócteles embotellados como Margarita, Sangría y, claro, Expresso Martini, perfectos para la fiesta rápida. Enfriar, agitar y servir.

Su edad dorada tiene una explicación: vivimos un auge del café, es la época hipster

DIEGO CABRERA
Esta invasión desvirtúa la calidad. Demasiados Espressos aguados. «Si utilizas café caliente, al juntarlo con el hielo se produce una dilución tremenda», advierteDiego Cabrera, que en Viva Madrid recupera este cóctel tendencia. «Tienes que controlarlo, que esté templado o mejor frío».

Separado de la carta de cócteles y a un precio inferior, es un trampolín de sobremesa. "De los nuevos clásicos para mí es el top. Su edad dorada tiene una explicación: vivimos un auge del café, es la época hipster". Cóctel untuoso, en lugar de sirope normal Diego incorpora uno de vainilla y añade unas gotitas de menta y cardamomo para dar frescor y que el retrogusto no sea tan amargo.

Para la nueva etapa de Ramses, frente a la Puerta de Alcalá de Madrid, el bartender Miguel Ángel Jiménez potencia la coctelería con su receta clásica del Espresso Martini, con la exclusiva variedad de café Kafa de Lavazza. "Hay muchas marcas que se suman a esta moda. Funciona muy bien para orientar la copa. Y con el repunte del vodka, la demanda es la del público internacional".

UNA RECETA DE DIEGO CABRERA
  • 5 cl de vodka.
  • 3 cl de licor de café.
  • 5 cl de café espresso (frío).
  • 2 cl de sirope.
  • Batir bien en coctelera para enfriar y generar la espuma.
  • Servir colándolo sobre la copa de cóctel.
  • Decorar con tres granos de café
https://www.elmundo.es/papel/gastro/2019/08/08/5d4af65921efa0ca0a8b45bb.html
 
Manhattan: el cóctel favorito de los pijos de Nueva York
Actualizado Viernes, 9 agosto 2019 - 01:21
"¿Pero cabe atreverse a beber un Manhattan fuera de Manhattan?", se ha llegado a preguntar el director de cine José Luis Garci. Cuestión importante porque en su sorbo está la esencia de Nueva York, con el whisky más americano y vermut de origen italiano

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SHUTTERSTOCK
Sugar Kane tuvo la culpa. Una fiestecilla privada en un vagón litera convertido en guateque nocturno de imposibles.

-¿Tienes aún esa botella de vermut? Con este whisky podemos preparar Manhattans.

-¿Manhattans? ¿Pero a estas horas?

Sugar, sin saberlo, estaba estropeando la sorpresa a Daphne. Bueno, a Jerry. A un Jack Lemmon travestido con peluca y camisón, desesperado más que sediento por una guerra de almohadas con la Marilyn Monroe más irresistiblemente atolondrada de la historia. Trece chicas del jazz en una cama, vasos de papel, una bolsa de agua caliente como coctelera y Tony Curtis sin las guindas al marrasquino en Con faldas a lo loco. Aquello no podía salir bien.

"¿Pero cabe atreverse a beber un Manhattan fuera de Manhattan?" José Luis Garci, en su libro Beber de cine, así lo circunscribía. Si en el bar del hotel Algonquin de Nueva York se pide un buen Manhattan, "te aseguro que el hechizo de Gotham llenará tu copa y recuperarás todo el ambiente, el sabor y la temperatura social de aquella época".

Su sabor sofisticado no tenía predecesor. Además, era fácil y rápido de preparar

Y es que el Manhattan resume la historia (líquida) de América. Si contiene su esencia en una copa es porque mezcla -sin agitar- una parte estadounidense y una italiana: whisky y vermut. Aunque puede acabar siendo scotch y vino francés, lo cierto es que es un cóctel que representa el espíritu de un país que fue curtiéndose con la influencia europea. El impacto en la coctelería y en la vida cultural a partir de finales del siglo XIX fue total.

Phillip Greene, co-fundador del Museum of the American Cocktail, escarbó en estos orígenes en su libro The Manhattan: The Story of the First Modern Cocktail with Recipes. Por muchas pistas que recabó, ninguna historia está suficientemente acreditada. Ni la que concede la autoría a una mujer, Jennie Jerome, madre de un tal Winston Churchill y supuesta anfitriona en el Manhattan Club de una fiesta en honor del gobernador de Nueva York. Otra teoría se decanta por un tal Black, regente de un saloon de Broadway. Otra más relata una travesía en barco en la que el coronel Joe Walker, de un bar de Nueva Orleáns, mezcló ambas bebidas, las únicas que tenía a mano, hasta hacerse con la tropa.

En cualquier caso, Nueva York siempre está en el origen del cóctel más asociado a la chistera de su alta sociedad. Como refleja Greene, durante parte del siglo XIX, los cócteles se limitaban a un destilado, azúcar, agua y bitters. En cuanto apareció el Manhattan todo cambió.

David Wondrich, gurú de la coctelería, reconoce en su libro Imbibe! que "el Martini sería el nuevo abanderado pero fue el Manhattan el primero en salir de las trincheras". Su mejor legado es ser padre de una ilustre familia de clásicos cuyo linaje une espirituosos con vino fortificado: el Rob Roy, el Martinez o el Blackthorn, incluidos ya por Harry Craddock en su lista de 1930 del bar The Savoy, Londres. Con un vástago todopoderoso, en palabras de Garci "una bala de plata que -en vez de matarte, como al hombre lobo- reaviva tu corazón": el Dry Martini.

Como dice Matthew Wyne en su blog ilustrado Letters & Liquor, "si el Manhattan es seminal es porque creó una categoría completamente nueva". Su sabor sofisticado no tenía predecesor. Además, era fácil y rápido de preparar. Desde que en 1882 apareciera por primera vez en los papeles (»desde hace poco una mezcla de whisky, vermut y amargos se ha puesto de moda»), y dos años después se reflejara la receta en The Modern Bartenders' Guide, su efecto se propagó por el país como una estela incendiaria.

Es un cóctel sin trampa ni cartón y muy peliculero

JAVIER DE LAS MUELAS
«Nunca ha habido una época con más espirituosos, licores e ingredientes, pero qué difícil es que en los últimos 40 años un cóctel se convierta en un clásico», dice Javier de las Muelas, cuya carrera acaba de ser reconocida en otra edición de Tales Of The Cocktail, e inigualable a la hora de custodiar las esencias. «Me gusta reivindicar los clásicos en una época en la que se pretende que los cócteles sean obras de arte o productos muy recargados que escapan al origen de la coctelería. Todos los clásicos tienes dos o tres ingredientes. Después de tanta sofisticación volvemos al principio elemental: la sencillez, la humildad en la elaboración». Tiene también una explicación: no romper el ritmo. «Los bartenders de oficio siempre lo han respetado pero hoy se han perdido los papeles de las películas que se ruedan en los bares. En ocasiones el barman pretende convertirse en protagonista cuando los actores y actrices son los clientes».

Cóctel sin trampa ni cartón y "muy peliculero", para De las Muelas la clave "son dos tercios de whisky canadiense o bourbon, un tercio de Martini rojo y un golpe de angostura. Siempre en vaso mezclador, no más de diez segundos porque no tiene que estar helado".

Pero el Manhattan trasciende a la receta, tiene una dimensión social. Puede entrar en las casas o quedarse en el bar. Recuerda Javier siempre la anécdota del hotel Waldorf Astoria. Cuando el barman Óscar Estrades sirvió a un cliente un Manhattan, éste le advirtió que en la copa flotaba una mosca de la fruta.

-¡Barman! ¿Qué es esto?, dijo señalando la mosca.

- Es un Manhattan.

- No, ¡esto! -dijo el cliente señalando de nuevo la mosquita.

Con la mejor de sus sonrisas, Óscar le contestó: "Ah, esto es Central Park en Manhattan, señor".

LA RECETA DE DIEGO CABRERA
  • En vaso mezclador (de la familia de los cócteles refrescados).
  • 6 cl de whisky americano (rye, más seco; o bourbon, más dulce y amigable).
  • 4 cl de vermut rojo
  • 1 golpe de angosturo
  • Refrescar y servir colándolo en una copa de cóctel fría yy decorar con una cereza al marrasquito con su jugo.
https://www.elmundo.es/papel/gastro/2019/08/09/5d4c15f8fdddffc5278beebd.html
 
Elogio de la sangría: por qué el único cóctel 'made in Spain' merece más respeto
Sábado, 10 agosto 2019 - 01:10
Asociada con el verano y el chiringuito, su origen carece de resonancias épicas y su receta es (o parece) simplona. Pero nada fascina más a los turistas extranjeros. Ya no es sólo un vino peleón con frutas, sino que se abre paso en las grandes coctelerías

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SHUTTERSTOCK
"Sonando en las peñas y los Hamptons / Sangría y Valentino / En el Palace y en el chino".

Todo parece estar relacionado con Rosalía. Hasta la sangría. Estos irónicos versos de su single Aute Cuture contraponen mundos distanciados que en ella convergen. Y es que por sí sola la sangría no termina de encontrar el empujón definitivo que la vincule con el glamour de otras bebidas populares. Y eso que en Nueva York se bebe desde hace años. Sin que la marca España se de por enterada.

El único cóctel de la casa tiene en el ponche anglosajón a su hermano mimado. Sobre él, surgido en el seno de la Compañía de Indias Británica, se han escrito libros y se han hecho grabados. A la sangría se la asocia con el verano y el chiringuito, su ritual carece de mística y su nacimiento de resonancias épicas. Tuvo el año pasado un insólito protagonismo cuando una sangría orgullosamente francesa y condimentada con LSD daba pie a la desquiciada acción de Clímax, película psicotrópica de Gaspar Noé.

Sin embargo, para Patxi Troitiño, veterano mixólogo de Errenteria que revaloriza estas jarras en barras como Astoria7 o Akelarre, la sangría no deja de ser un ponche. Pero no, insiste, "en España no tenemos un cóctel internacional".

Cuando ni siquiera la caña de cerveza tiene su misma identidad. En verano, el cóctel puramente español -junto con la media combinación- se googlea fuera de España más que el gintónic. Pero se ha vendido fatal y ni aparece en laInternational Bartenders Association (IBA), que registra todas las recetas de los cócteles oficiales. Aún así, la UE reconoce a la sangría como cóctel con denominación de origen: ningún otro puede llamarse así si no procede de España o Portugal.

El vino, para desgracia de muchos puristas, siempre ha sido mezclado. Antes de la sangría, del kalimotxo y del rebujito de feria, los vinos fortificados (oportos, madeiras y jereces) eran ingredientes nobles de la primera coctelería. Incluso las tradiciones ancestrales hablan de ello. Matar judíos es un nombre heredado del siglo XIV: las autoridades permitían beber durante el Viernes Santo una limonada de vino rebajado con agua, limón y azúcar para apaciguar a los leoneses que acudían a la judería clamando venganza. En Andalucía se empezó a incluir fruta cortada en la poción, por aquello de endulzar el vino malo, además de especias y canela. En 1930 Pedro Chicote ya incluía en su fundamental obra La Ley Mojada un listado de ponches y también de sangarees.

¿Qué llegó primero, la sangría o su voz inglesa? Como pasa con otros cócteles, tal vez nunca lo sabremos. Unos sitúan la bebida ibérica en los albores del siglo XIX pero, como relata el experto Ted Haigh, conocido como Dr. Cocktail, en la revistaImbibe, «la bebida de vino tinto, cítricos y azúcar que llamamos sangría data de 1961, mientras que sangaree ha existido al menos desde 1774». Ambas con la misma raíz española, sangre, inspirada en su inconfundible color.

Sangaree pudo ser un invento inglés de procedencia antillana -o americano antes de que hubiera - que mezclaba vino con agua, azúcar y nuez moscada. Puede que los comerciantes españoles añadieran ron javanés. Jerry Thomas, el profesor, reflejó su popularidad con seis versiones en su seminal Bartenders Guide de 1862. Con el tiempo, los cítricos desaparecieron, la Prohibición trajo su decadencia y la nueva sangría, con hielo y vinos tintos más ligeros, se presentó en el pabellón español de la Exposición Mundial de Nueva York en 1964. La limonada de sangre ya era otra cosa.

En la reciente charla dada por François Monti y Diego Cabrera en Tales of the Cocktail de Nueva Orleáns, se demostró que el español no toma sangría. "Es un tópico, la beben los extranjeros, quedó para el turista. Antes sí se tomaba pero no se hacían buenas", cuenta Diego. "Tuvimos que meterla en los hoteles con los que colaboramos. Van muchos norteamericanos que es lo que piden cuando llegan a España. Tuvimos que hacer una buena sangría porque antes no teníamos y no lo entendían".

La bebida de vino tinto, cítricos y azúcar que llamamos sangría data de 1961

También se puede pedir en Viva Madrid: "Nuestra sangría es espectacular. Maceramos un vino joven con frutos secos y fruta fresca. Quizás no es la más estética porque lo que vende es la jarra con la pala de madera y la ensalada de frutasdentro para bebértela en Ibiza con una paella. Que la paella es mala y la sangría también".

Hoy la sangría se empaqueta como bebida gourmet (como La Cala Albert Adrià, versión embotellada de la que Marc Álvarez ideó para los locales del grupo Adrià), se hace casera en coctelerías estadounidenses y se pasea en jarras por locales lujosos de Singapur y China gracias al ojo de Javier de las Muelas. En el restaurante Cachitos de Barcelona hay hasta 55 tipos diferentes. Las de cava del Fismuler causan sensación. Y Miguel Ángel Jiménez, en la nueva taberna Patio de Leones de la calle Serrano de Madrid, ha diseñado tres sangrías de autor: una tinta con cordial de canela y zarzamora, una de cava con cordial de pepino y cava, y una blanca con moscatel.

Pues eso, que Sangría y Valentino.

LA RECETA DE DIEGO CABRERA
  • Hacer un día antes para que se macere bien.
  • Por cada botella
  • 70 cl de vino tinto joven
  • 5 orejones partidos por la mitad
  • 4 higos secos partidos. / 1 puñado de uvas pasas
  • 5 cucharadas soperas de azúcar blanco
  • 1 limón partido en trozos
  • 1 naranja partida en trozos
  • 1 ramita de canela
  • 4 cl de brandy de jerez
  • 4 cl de triple seco
  • Agregar todo, remover y dejar reposar 24 horas tapado en la nevera. Cada poco se remueve
  • Se cuela, se descarta la fruta y se termina con refresco de limón en una copa con hielo.
https://www.elmundo.es/papel/gastro/2019/08/10/5d4d64b8fc6c839b2e8b4602.html
 
Cóctel de maracuyá y ron


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Aprende cómo preparar un delicioso cóctel hecho con frutas y ron, donde el sabor predominante será el de la exótica fruta de la pasión. El cóctel de maracuyá con ron es una bebida ideal para compartir con amigos una tarde verano.


Ingredientes:


    • 1 cucharada sopera de Jarabe sin color
    • 60 mililitros de Ron
    • 30 mililitros de Jugo de piña
    • 1 cucharadita de Zumo de limón
    • ½ cucharadita de Amargo de Ansgostura
    • Cubos de hielo
Pasos a seguir para hacer esta receta:

Antes de empezar a preparar este cóctel con fruta y ron explicamos algunas cosas: las medidas están hechas en base a chupitos. Un vaso de chupito contiene 30 mililitros, así que te recomendamos usar uno para calcular las cantidades. por otro lado, el jarabe no es más que almíbar de azúcar, así que puedes hacerlo tu mismo con azúcar y agua o comprarlo ya listo.


Si tienes una coctelera, ábrela y añade 3 cubos de hielo junto con todos los ingredientes. Tapa y agita de forma vigorosa para que se enfríe y mezcle el licor con los zumos.

Prepara un vaso corto, tipo de whisky, con unos cuantos hielos y vacía el contenido de la coctelera. Añade unas cuantas gotas de amargos de angostura y decora con algo de fruta fresca o con hojas de menta que siempre quedan bien.


Este cóctel de maracuyá y ron tiene una mezcla de sabores refrescantes y tropicales perfectos para el verano. Y si te gusta el sabor de la fruta de la pasión también puedes probar el cóctel de vodka con maracuyá.



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https://www.recetasgratis.net/receta-de-coctel-de-maracuya-y-ron-34622.html
 
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Cóctel refrescante de menta


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La combinación del jarabe de menta con el agua de vichy, produce una sensación de frescor en el paladar que es todo un bálsamo a la hora de apagar la sed. El agua de Vichy es un agua con gas que se produce en España. La elaboración de este cóctel refrescante de menta es sencilla, puesto que se prepara en vaso alto de forma directa.



Ingredientes:

  • ¾ vaso pequeño de Jarabe de menta
  • ½ vaso pequeño de Zumo de limón
  • 1 lata de Agua con gas o Vichy
  • 1 rodaja de Naranja

Pasos a seguir para hacer esta receta:

Lo primero que debemos hacer para preparar este cóctel es llenar un vaso con bastante hielo picado. Lo ideal es usar un vaso alto, como de tubo o cerveza.

A continuación, añade poco a poco los ingredientes. Primero el jarabe de menta, luego el zumo de limón y terminando añadiendo agua con gas o vichy al gusto.

Decora nuestro cóctel refrescante de menta con unas hojas de menta fresca y con la rodaja de naranja. Además este cóctel sin alcohol puedes transformase en un con añadiendo un poco de ron blanco o brandy.

https://www.recetasgratis.net/receta-de-coctel-refrescante-de-menta-8.html


 

Cóctel Bellini


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El cóctel Bellini es una preparación que combina champán con melocotón. Se dice que es original de un bar en Venecia, Italia pero lo cierto es que es un cóctel famoso en todo el mundo. Aprende a prepararlo siguiendo las instrucciones exactas con RecetasGratis.net y disfruta de un buen cóctel Bellini, ¡Salud!



Ingredientes:



    • ½ vaso pequeño de Zumo de melocotón
    • 1 vaso pequeño de Cava o Champán
    • 1 chorro de Zumo de limón
    • 1 trozo de Melocotón natural
Pasos a seguir para hacer esta receta:

Alistar todos los ingredientes para hacer este famoso cóctel con champán.


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En una copa agregar el zumo de melocotón. Puedes usar la copa clásica para beber cava o champán o una copa tipo de vino.


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Agregar el champán poco a poco para que no pierda las burbujas.


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Terminar con unas gotas de zumo de limón.


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Servir y decorar con una rodaja de melocotón. El cóctel Bellini es ideal para servir como aperitivo en una reunión o cena especial y si te gustan los cócteles con champán puedes probar el sorbete de melón y cava.


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https://www.recetasgratis.net/receta-de-coctel-bellini-51929.html


 

Cóctel lumumba


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El cóctel lumumba es una bebida llamada así por el político congoleño Patrice Lumumba. Es muy fácil y práctica de hacer ya que solamente se necesitan 2 ingredientes para elaborar. Si quieres que sea un poco menos calórico, intenta preparar el batido de chocolate de forma casera. Sigue leyendo los pasos que te damos en RecetasGratis y consigue esta bebida súper dulce y deliciosa.

1 comensal
10m Dificultad baja
Características adicionales: Coste barato
Ingredientes:

1 copa de brandy
1 batido de chocolate

Pasos a seguir para hacer esta receta:
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Mezclar la copa de brandy y el batido de chocolate.

Truco: También se pueden utilizar otras bebidas alcohólicas de alta graduación como el amaretto, el coñac o el ron.

2 Servir en un vaso largo o copa alta.

3 También se puede servir el cóctel lumumba como bebida caliente.

https://www.recetasgratis.net/receta-de-coctel-lumumba-19784.html
 

Cóctel terremoto


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El cóctel terremoto es una bebida típica de Chile inventada a finales del siglo XX. Es un trago muy refrescante y con un toque dulzón que lo hacen muy fácil de tomar aunque no sea para nada suave. Una bebida perfecta para compartir en casa con amigos o en una celebración.



4 comensales
Ingredientes:

700 mililitros de Vino blanco
100 mililitros de Fernet
200 mililitros de helado de Piña
1 chorro de Granadina

Pasos a seguir para hacer esta receta:

1 Preparar el famoso cóctel terremoto chileno es muy fácil. Primero hay que verter el vino blanco y el fernet en una jarra. Si no tienes fernet también puedes usar pisco, ron o coñac. Cualquiera de las opciones servirá pero es importante que utilices un sólo tipo de licor.

2 Luego añadiremos el helado, la cantidad aproximada son unas 4 cucharadas. Una vez hayas agregado el helado hay que revolver la mezcla suavemente.

3 Cuando hayamos mezclado todo el helado, agregaremos las gotas de granadina y ya tendremos listo nuestro cóctel terremoto para compartir con nuestros invitados. Prepara una comida típica de Chile y sorprende a tus invitados con este fabulosa bebida.

Truco: Como decoración puedes agregar un poco más de helado y gotas de granadina a cada vaso o incluso hojas frescas de piña




 
Señorita rosa


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Ingredientes
  • 1 oz de gin
  • 1 oz de granadina
  • 1 oz de crema de leche
  • 1 cereza
  • 1 rodaja de lima para la decoración (opcional)
  • 1 flor comestible para la decoración (opcional)
  • Hielo
  • Copa para Martini
Preparación

En una coctelera Manhattan llena de hielo mezclar todos los ingredientes agitando con fuerza durante 10 segundos. Filtrar para quitar el hielo y servir en una copa para Martini. Decorar con una cereza (es recomendable utilizar una cereza acaramelada para darle un toque aún más especial), una rodaja de lima y una flor comestible. La señorita rosa es dulce, suave y muy delicada.
 
La luna de miel


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  • 2 oz de jugo de manzanas
  • 1 1/2 oz de jugo natural de limón
  • 1 oz de jugo de naranja
  • 1 oz de brandy
  • 1 oz de curasao naranja
  • 2 cucharadas de miel
  • 1 pizca de extracto de vainilla
  • Cáscara de limón
  • 4 arándanos azules
  • Hielo
  • Jarra para café irlandés pequeña

Preparación


En una coctelera francesa con algunos cubos de hielo mezclar todos los ingredientes (a excepción de la cáscara de limón y los arándanos) agitando con fuerza durante 10 segundos. Servir en una jarra para café irlandés de tamaño pequeño y añadir los arándanos. Decorar con una rodaja de limón y todo listo para la luna de miel.
 

Dulce canela

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Ingredientes:
  • 2 oz de licor de chocolate blanco
  • 1 oz de vodka
  • 2 oz de crema de leche
  • 2 cucharadas de azúcar blanca
  • 1 rama de canela
  • 1 cucharadita de polvo de canela
  • Hielo
  • Vaso rock glass

Preparación

Verter el licor de chocolate blanco y el vodka en un vaso de tipo rock glass con mucho hielo. Añadir 2 cucharadas de azúcar blanca, revolver con una cuchara de bar durante unos 10 segundos y completar con crema de leche. Decorar una rama y una cucharadita de polvo de canela. Esta Dulce canela esta lista para disfrutar.
 
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