Cócteles. Buena compañia.

Los 10 errores que amargan tu mojito de verano
Prepáralo perfecto siguiendo estos consejos de cocteleros profesionales
Cómo preparar unos deliciosos rigatoni con beicon y crema de trufa
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MARIJO JORDAN
27/06/2019 07:02
Actualizado a 27/06/2019 08:41


Tiempo de verbenas y de copas al fresco. ¿Qué mejor que tomarse un mojito casero? “Es uno de los grandes cócteles, ideal para compartir en verano con amigos charlando y riendo”, cuenta el prestigioso barman Javier de las Muelas. Descendiente de un combinado muy similar que tomaba el célebre corsario Francis Drake en el siglo XVI, se dice que empezó a elaborarse hacia 1930 en un hotel de La Habana, coincidiendo con la llegada de norteamericanos que huían de la Ley Seca. Fue Ernest Hemingway, que lo tomaba en la Bodeguita del Medio, quien lo hizo popular, y hoy en día es un trago largo y distendido que nos alegra el verano.

“Se hace en un minuto pero hay que elaborarlo con mimo y cuidado para que quede perfecto”, apunta el embajador de Bacardí Darío Morvillo. ¿Conoces sus secretos? ¿Sabes cómo y cuando lo has de remover? ¿Cómo ha de ser el agua que añadas? ¿Qué cantidad de azúcar lleva? Estos son los 10 errores que pueden destrozar tu mojito.

1. Ponerle demasiado azúcar

El mojito se elabora en vaso, preferiblemente de cristal mediano y del tipo que los expertos en cócteles llaman ‘long drink’, y el azúcar es el primer componente que debemos colocar. Pero ¡atención con las cantidades! “El mojito no es un cóctel dulzón, es un combinado refrescante un punto agrio”, apunta el bartender Darío Morvillo.

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Por ello no debemos excedernos con el azúcar o conseguiremos el efecto contrario y nos dará sed. Pero tampoco hay que quedarse corto porque “hay que darle un toque dulce sin que llegue a ser empalagoso, y tampoco ha de ser excesivamente seco”, apunta el experto bartender. En general, no hay que superar las 2 o 3 cucharaditas. Morvillo apuesta por el azúcar blanco, pero De las Muelas apunta que si puede ser de caña, mejor. Al gusto, pero que sea bueno.

2.Colocar la lima antes que el azúcar

Una vez tenemos el azúcar, hemos de añadir la lima. Es un error muy común hacerlo al revés, aunque el resultado no es igual de bueno. Según explica Morvillo, empezar con el azúcar facilita más la mezcla, “el jugo de la lima se funde con el azúcar y se va diluyendo”.

Hemos de cortar en dos la lima y añadir tan solo la mitad, con la punta de la extremidad cortada

Hemos de cortar en dos la lima y añadir tan solo la mitad, con la punta de la extremidad cortada. Si tenemos tiempo sacamos el centro blanco de la lima que aporta un poco de amargor. Después la cortamos en cuatro trozos, la añadimos al vaso y la exprimimos con la ayuda de una mano de mortero para que se funda con el azúcar.

3. Que la menta no sea fresca y que la machaquemos fuertemente

La menta o la hierbabuena que utilicemos ha de ser fresca, nunca debe de estar oxidada. Javier de las Muelas, uno de los mejores barman del mundo, fundador de la mítica coctelería Dry Martini, aconseja incluso arrancarla de un jardincito si es posible. “Si no está fresca nos puede dejar un gusto rancio en el cóctel”. Tomamos de 5 a 7 hojas, dependiendo del tamaño, les damos un golpecito con las manos para que desprendan el olor y las introducimos en el vaso.

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Morvillo prefiere no machacarlas porque podrían amargar. Al público que observa su demostración durante un taller de mojitos en el restaurante vasco Bilbao Berria de la Illa Diagonal de Barcelona, le hace que pruebe la menta sin abrir los ojos. “No tiene sabor, parece una hoja de lechuga, solo tiene aroma, por tanto debemos cuidarla bien y no machacarla para que impregne bien el mojito y no lo amargue”. El bartender cuenta que la hierbabuena, “también muy aromática y silvestre”, era la hierba que se utilizaba en la receta clásica.

4. No elegir un buen ron

El ron es básico para el mojito. Darío Morvillo, embajador de una firma emblemática en rones como es Bacardí, se queda con el blanco “un ron con notas de almendra y vainilla, sin gran gradación alcohólica, muy equilibrado para este tipo de cócteles tropicales”.

El bartender italiano prefiere el ron blanco porque es fresco, ligero y afrutado

El bartender italiano prefiere el ron blanco porque es fresco, ligero y afrutado pero, en cambio Javier de las Muelas elige combinar de dos tipos, dos tercios de blanco y uno de añejo.

5. No mezclar los ingredientes después de añadir el ron

Una vez hemos añadido el ron al combinado, debemos remover la mezcla con cucharilla suavemente. Morvillo avisa de la importancia de hacerlo antes de añadir el hielo para conseguir que el azúcar se deshaga bien y a buen ritmo.

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Los ingredientes se van a mezclar mejor a temperatura ambiente que en frío. “¿Verdad que cuando preparas un café con hielo no tiras antes el hielo que el azúcar?, pues esto es igual”, apunta el experto y añade: “El frío hace que todo tarde más en mezclarse y que quede peor”.

6. Añadir cualquier hielo y en trozos grandes

Una vez hemos removido bien y estamos seguros que el jugo de lima, el azúcar y el ron se han fusionado, colocamos el hielo troceado, triturado o picado. “También puedes poner unos cubitos troceados sin que se apilen”, comenta De las Muelas. Si buscamos la perfección, no puede ser cualquier hielo. Javier de las Muelas recomienda comprarlo de buena calidad.

Una vez hemos removido bien y estamos seguros que el jugo de lima, el azúcar y el ron se han fusionado, colocamos el hielo troceado, triturado o picado

Por ejemplo, las bolsas de hielo de dos kilos que se venden en supermercados y que contienen hielo elaborado con agua descalcificada y con osmosis, “que no añade ningún tipo de componente o sabor extraño al mojito”. El hielo refresca el cóctel y nos ayudará a rebajar un poquito el contenido alcohólico.

7. Poner agua sin gas o bebidas refrescantes de lima

Una vez colocado el hielo, mezclamos todo de nuevo de abajo a arriba y añadimos un pequeño porcentaje de agua con gas o soda porque las burbujas “ayudan a conseguir una sensación más refrescante”, cuenta el coctelero, que nunca optaría por agua natural sin gas (“aguaría el cóctel”) ni por refrescos gaseosos de lima-limón “porque tienen un sabor que interfiere y azúcares añadidos”.

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El agua carbonatada es opcional pero es recomendable “porque aporta una sensación fresca sorprendente en el paladar que le va bien al mojito”. Si quieres, lo puedes completar con un golpe de angostura. De las Muelas apunta que la soda se puede incorporar al cóctel también antes del hielo si así lo preferimos.

8. Convertir el vaso en el sombrero de Carmen Miranda

¿Recordáis el sombrero de baile de Carmen Miranda? Era un auténtico vergel de plátanos, flores y plumas, que resulta ideal para bailar la conga pero no como inspiración para decorar la bebida de Hemingway. Javier de las Muelas avisa que el mojito no es un copón hawaiano.

Acabamos el cóctel añadiendo más hielo, “una buena montañita para que quede bien cubierto y fresquito y se compacte la temperatura”. Después tan solo le ponemos unas hojas de menta, una rodaja de limón, y la imprescindible cañita.

9. No dar importancia a la cañita (y mejor si son dos)

El toque final del mojito es la cañita con la que lo sorberemos. Según Morvillo la hemos de colocar muy cerca de la menta “para que te llegue enseguida su aroma”.

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El experto la utiliza siempre orgánica de papel (dentro de dos años se prohibirá el uso de las de plástico en la UE para reducir su impacto en el medio ambiente) o incluso de tipo comestible: “Las hay con sabor a piña, lima…”. De las Muelas aconseja colocar dos cañitas porque “permiten que absorbas la cantidad justa de cóctel, es el sorbo preciso para deleitarte con el mojito”.

10. Guardar el mojito varias horas con el hielo añadido

Si preparamos mojito para los amigos ¿podemos guardar una jarra en la nevera tres horas hasta que lleguen a casa? “Si lo preparas todo y a la hora de servirlo le añades el hielo, puedes guardarlo en la nevera, se puede oscurecer un poco la menta pero no pasa nada, pero nunca lo hagas si le has añadido el hielo”, cuenta Morvillo, que aconseja preparar y tomar el mojito al momento “para que todo esté fresquito y rico”.

Si lo preparas todo y a la hora de servirlo le añades el hielo, puedes guardarlo en la nevera”

DARÍO MORVILLO
Javier de las Muelas recomienda acompañar el mojito “con las suaves melodías de Xavier Cugat o Bebo Valdés” y sugiere dejarse llevar por la creatividad. “Pueden quedar muy bien si se hace con fresas, piña o plátano”.

https://www.lavanguardia.com/comer/...45/mojito-verano-casero-errores-consejos.html
 
El cóctel más aristocrático del mundo cumple 100 años
Más de 400 bares y restaurantes españoles se suman a la Negroni Week 2019
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El cóctel lleva el apellido del Conde Camillo Negroni (FrancescoItalia / Getty)
YAIZA SAIZ
29/06/2019 00:05
Actualizado a 29/06/2019 03:47


Es uno de los cócteles más famosos del mundo, aunque naciera casi por error en el año 1919, cuando el famoso Conde Camillo Negroni pidió un Americano en Florencia con un toque de ginebra -en vez de soda- inspirado por las tendencias descubiertas durante su último viaje a Londres. Fue el bartender Fosco Scarcelli, del Caffé Cassoni, quien se lo sirvió cambiando el habitual twist de limón por una rodaja de naranja para resaltar su nueva creación.

En poco tiempo el cóctel se hizo famoso en la capital de la Toscana y la bebida habitual del Conde se convirtió en “El Americano del Conde Negroni” o “El Americano con un toque de ginebra”. Cien años después basta con decir Negroni en cualquier lugar del mundo para que el barman interprete que lo que queremos es un cóctel a base de gin, campari y vermú rojo.

En poco tiempo el cóctel se hizo famoso en Florencia y la bebida habitual del Conde se convirtió en “El Americano del Conde Negroni” o “El Americano con un toque de ginebra”

Para celebrar su centenario, más de 400 bares y restaurantes repartidos a lo largo de la geografía española se han sumado esta semana a la Negroni Week 2019 , una iniciativa especial de solidaridad dedicada a brindar por el cóctel de color rojo carmesí.

Y en el número 113 del barcelonés Passeig de Gràcia se ha instalado durante este fin de semana el Palazzo Negroni, un punto de encuentro para los amantes de este cóctel en el que podrán disfrutar de una selección de los mejores Negroni: la versión original del Negroni; el Negroni Sbagliato, el primer twist de Negroni creado por una maravillosa equivocación; así como las versiones más actuales de este cóctel ofrecidas por Giacomo Giannotti, barman de la coctelería Paradiso, que este año ocupa el puesto 37 de la prestigiosa lista The World’s 50 Best Bars.

En el número 113 del barcelonés Passeig de Gràcia se ha instalado durante este fin de semana el Palazzo Negroni

Además, el Palazzo acogerá el próximo domingo la final de la Competición Negroni Challenge, en la que se elegirá al ganador del Mejor Negroni España 2019

https://www.lavanguardia.com/comer/...groni-100-anos-aniversario-coctel-italia.html
 
Mocktails: diez cócteles sin alcohol que tienes que probar
Dulces, sour, con y sin hielo. Los mocktails han llegado para quedarse y no tienen nada que envidiar a los cócteles tradicionales. ¿Te apuntas a la tendencia del verano?
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Cócteles saludables

Actualizado 26/07/2019 17:26h.
Alessia CisterninoColaboradorSeguirSummum

ÍNDICE TOP
Enigma: déjate sorprender

La versión “sin” del cóctel Ahmar de Enigma
Enigma, en Barcelona, es una de las referencias del grupo elBarri, liderado por el chef Albert Adrià. Este establecimiento TOP, que luce 1 estrella Michelin, pone a disposición del comensal una experiencia gastronómica que se articula en siete espacios diferentes (por un total de 700 metros cuadrados) y se desarrolla a lo largo de más de tres horas de duración. Aquí el misterio es el que manda: hay que estar dispuestos a dejarse sorprender.

En Enigma la carta de bebidas incluye algunas interesantes opciones sin alcohol. Una de ellas es la versión “sin” del cóctel Ahmar (rojo en árabe). Lleva fresa clarificada y un cordial de lima y cilantro y sale del Bacardi Innovation Lab, el primer taller exclusivamente dedicado a la creatividad e innovación en el mundo de la coctelería.

BiBo: dulces, tropicales, florales, tiki
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Arama es un mocktail de inspiración tiki de Bibo, Bibo Madrid y Lobito de Mar
La carta de Bibo Marbella y Bibo, en Madrid, es una prueba de que los cócteles sin alcohol han llegado para quedarse. En este apartado de la carta encontramos cuatro alternativas tan golosas, elegantes y atractivas que el hecho de que no contengan alcohol ya no nos parecerá un defecto.

Mango Addiction, cremoso con nata, clara de huevo, sirope de mango, lima y soda de mango. Carnaval brasileño con piña, shrub de mora, plátano, coco y lima. Campo de rosas, con puré de fresa, sirope de té verde jazmín y cítricos, lima, hibisco y soda de pomelo. Y finalmente Arama, primavera en maorí, un cóctel de inspiración tiki con maracuyá, siropes Falernum y Orgeat, lima y mandarina.

Estos cócteles también están en la carta de Lobito de mar, en Marbella, otro de los establecimientos capitaneados por Dani García.

Mezcal Lab: el toque mexicano
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Maruhata, con maracuyá, menta y chile piquín, un cóctel de Mezcal Lab
Ubicado en la planta de arriba del ya célebre restaurante Punto MX, Mezcal Bar es un gastrobar donde poder disfrutar de auténticos bocados mexicanos de la mano del chef Roberto Ruiz. En un ambiente de los más refinado y exclusivo.

Aunque cuenta con una de las mayores colecciones de mezcales de Europa, la barra de este espacio también apuesta por los cócteles sin alcohol. Entre ellos, Maruhata, con maracuyá, menta y el imprescindible toque de chile (en este caso, de la variedad piquín) y Zipolite, una infusión helada de estevia, menta y cítricos.

Urrechu Velázquez: sereno como un jardín zen
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El mocktail Karensasui de la coctelería de Urrechu Velázquez
Licuado de salicornia, tónica con un toque matcha, hojas de lima kaffir y un “beso” de azúcar de jengibre. En la coctelería que dirige en el restaurante Urrechu Velázquez, la bartender Nagore Arregui elabora un cóctel que desprende toda la serenidad de un jardín zen. Su nombre es Karensasui, es decir, jardín zen. Verde transparente.

Salmon Guru: picante y sin alcohol
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El mocktail Frankiss firmado por Diego Cabrera para Salmon Guru
Salmon Guru es una de las direcciones más interesantes del panorama de la mixología actual. De hecho, en pocos años de andadura, este bar madrileño ha logrado colarse en la lista de los 50 mejores barras del mundo (versión “líquida” de la lista The World's 50 Best Restaurants).

Detrás de este proyecto, está el bartender Diego Cabrera, argentino de nacimiento y madrileño de adopción. Un auténtico peso pesado del arte coctelero. Una de sus creaciones sin alcohol es el Frankiss, un mocktail picante que lleva limonada, cilantro, jengibre, chile y sirope.

Urban: cócteles clásicos bajo el cielo de Madrid
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En la renovada Terraza del Hotel Urban también se sirven cócteles sin alcohol
El Hotel Urban, uno de los hoteles más lujosos de la capital, cumple quince años y ha decidido celebrarlos por todo lo alto. En su renovada terraza –inspirada en el entorno natural y el cielo de Madrid– este verano se podrán disfrutar quince cócteles de autor que han marcado estos primeros años de vida.

Cócteles icónicos, disponibles en las versiones con y sin alcohol. Fresas, zumo de arándanos y naranja (Terraza Urban 2006), Melón, zumo de naranja, sirope de plátano y cordial lima (Derby Hotels 2009) y Fruta de la pasión, mango, coco, yogur y curry (Tritón 2018). Son algunos de los tragos sin alcohol para disfrutar en unas de las terrazas más exclusivas y con las mejores vistas de Madrid.

Tepic: besos de México
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El cóctel sin alcohol Dahlia de Tépic
Tepic es otro local madrileño donde el auténtico sabor de México puede disfrutarse tanto en su versión “sólida” como “líquida”.

El establecimiento, situado al principio de la bonita calle Ayala, cuenta de hecho con dos ambientes distintos donde vivir dos experiencias distintas. En la barra, que luce más de sesenta referencias de tequilas y mezcales, pueden degustarse cócteles con y sin alcohol para acompañar las propuestas de la carta.

Besos de Coco, con banana, coco, horchata arroz, ginger ale y canela y Dahlia, inspirado en la flor nacional de México, con agua de Jamaica, fruta de la pasión naranja y clara de huevo.

Ramses: a la sombra de la Puerta de Alcalá
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Hawaian Punch, un mocktail de Ramses en Madrid
Tomarse un cóctel a escasos metros de la Puerta de Alcalá al anochecer es un plan que roza la perfección. Tanto si prefieres un cóctel clásico, como si te apuntas a la tendencia de los mocktails.

Cordial de piña, zumo de naranja y soda. Así es Hawaian Punch, una de las propuestas sin alcohol de Ramses, local madrileño ubicado en la Plaza de la Independencia. Una propuesta muy TOP.

Zalacaín: los tragos más elegantes, sin una gota de alcohol
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El mocktail Kiss Fizz de Zalacaín
Es desde siempre uno de los espacios gastronómicos más exclusivos de la capital. A sus 45 años, Zalacaínsigue siendo el lugar ideal para cerrar negocios en la más completa intimidad. Rodeados, eso sí, de alta cocina clásica y algunos de los mejores champagnes del mercado.

La barra, que luce estupenda tras la reciente reforma del local, cuenta con una magnífica selección de cóctel (su whisky sour es de leyenda). Francisco Javier Uceda, barman de Zalacaín, nos da la “receta” de dos de sus creaciones sin alcohol.

Kiss Fizz con zumo de naranja recién exprimido, sirope de manzana verde, puré de frutos rojos silvestres, zumo de limón, un golpe de soda y uno de clara de huevo. Y Passion Ale con puré de fruta de la pasión, zumo de piña, zumo de limón, ginger ale y hielo pilé para rematar.

Caraacara: yuxu, mandarina, limón
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Andrea, una de las propuestas de Caraacara en el NH Collection Valencia Colón
CaraaCara es el espacio de coctelería liderado por Diego Cabrera en el nuevo NH Collection Valencia Colón. Refrescantes, afrutados, sour, fuertes y, cómo no, sin alcohol. Distintos apartados de la carta para distintos tipos de públicos.

Entre sus mocktails destacan el Mixture Guarin, con piña asada con canela, zumo de piña, zumo de yuzu, puré de coco y miel, Andrea con puré de fresas, zumo natural de limón, puré de mandarina y sirope de romero e Hibiman con macerado natural de manzana, puré de pera y tónica de hibiscus.

Estos cócteles se podrán disfrutar también en la recién estrenada terraza Green Roof Top en la séptima planta del hotel.
https://www.abc.es/summum/gastronom...cohol-tienes-probar-201907251722_noticia.html
 
Los diez pasos a seguir para lograr un gin-tonic perfecto




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La ginebra es una de las bebidas espirituosas más antiguas de la Europa del frío. Sus orígenes oficiales se encuentran en 1500, cuando fue destilada por un médico holandés a partir de la fruta de un arbusto seco, el enebro. Pero esta misma bebida era mucho más antigua, y la encontramos vinculada en la Edad Media a las leyendas artúricas. Hay que recordar que no por casualidad había una princesa llamada Ginebra.

Sin embargo, la ginebra, bien conocida por franceses y flamencos sobre todo, permaneció durante siglos casi oculta para el mundo hasta que el ejército británico acertó a combinarla con el agua tónica para que sus oficiales y soldados destinados en la India aceptaran tomar la dosis diaria de quinina que de otro modo se negaban a ingerir.

[Conozca la historia de la ginebra en estas diez botellas clásicas]

Los oficiales y los soldados se exponían en el recién conquistado subcontinente indio a toda clase de enfermedades nuevas para las que sus cuerpos carecían de defensas genéticas, y la quinina era el mejor preventivo posible. Sólo que sabía a mil diablos.

De modo que algún avispado médico decidió que, combinada con una bebida espirituosa y el agua tónica, había más probabilidades de que los militares instalados en “la joya de la corona” se defendiesen de las amenazas contra su salud.

[¿Dónde se bebe la mejor ginebra del mundo?]

No obstante, no podrían haber imaginado los ingleses colonizadores de la India un futuro tan prometedor para un combinado que nació queriendo ser una medicina y que es ejemplo de sencillez: en un vaso alto o copa de balón ancho con pie se introducen cuatro cubitos de hielo, una rodaja de limón, que puede exprimirse un poco, 4 cl de ginebra y agua tónica a placer. Sí, es el gin-tonic.


GALERIA: https://www.gentleman.elconfidencia...2019-08-01/gin-tonic-perfecto-pasos_1478038#0
 
CÓCTELES CON HISTORIA
Serie
Negroni: 100 años del brebaje quitapenas que inventó un conde italiano
Lunes, 5 agosto 2019 - 01:35
Triunfó en los años 20, lo recuperó Audrey Hepburn en los años de la 'dolce vita' en su versión con champán y ahora es protagonista de la nueva era dorada de la mixología.

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Vermut, ginebra y Campari a partes iguales. La hora del aperitivo, contra todo pronóstico, se ha convertido también en la hora del Negroni, un cóctel eterno que está de cumpleaños. En 2019 celebramos un siglo de esta bebida escarlata que ha tenido mil vidas y que está más viva que nunca.

Solía ocurrir que de la botica se pasaba al bar. Como con tantas otras bebidas, el primigenio Negroni tuvo un origen medicinal. Los primeros laboratorios mixológicos tenían básicamente un propósito reconstituyente. El vermut y el Campari son bebidas aromatizadas, primas hermanas, aunque una tenga base de vino y la otra sea destilada. Ambas son de las primeras en transformar el concepto casi farmacéutico del aperitivo en algo hedonista.

«Al principio se beben solas o con agua pero el ser humano se aburre rápido y quiere cosas nuevas, es decir, quiere mezclarlas y añadir otras», explica sobre aquel big bangFrançois Monti, periodista belga especializado en la historia del vermut, que desde Madrid arroja luz sobre la actual edad dorada del cóctel. «Como con la cocina, que no se conforma con poner un trozo de carne a la brasa sino que le añade salsa o perejil, en los bares o en los cafés de Europa la gente empezó a buscar maneras de volver divertida una bebida que ya era demasiado común».

Es complicado beber el Negroni perfecto, yo he tomado algunos que para mí son insuperables y también hay muchísimos mediocres

FRANÇOIS MONTI, PERIODISTA ESPECIALIZADO EN LA HISTORIA DEL VERMUT
El Campari se servía con soda. Poco a poco el hielo va entrando en el mercado, y a principios del siglo XX en Italia empiezan a agitar la bebida para hacer el llamado Campari Shakerato. «Mucho más agradable al paladar, más fresco y menos amargo», según Monti.

El vermut, por su parte, es ofrecido a la moda americana, lo que hoy en día en España, sobre todo en el norte, viene a llamarse vermut preparado y que, de nuevo en Italia, cuna de las bebidas de aperitivo, se transforma en el Americano: vermut más bitter. «Los italianos no entendieron que eso quería decir angostura: para ellos el bitter era el Campari y así es como se llega al Americano», dice Monti. «Son las evoluciones de los modos de servicio de estas bebidas».

El proceso culmina con la supuesta invención del Negroni en un café de Florencia en 1919. O, según otras versiones, en 1920. El barman Fosco Scarselli obró la mezcla original. Pero el ideólogo fue el conde Camillo Negroni, que pidió añadir a un Americano (vermut, Campari y soda) un chorrito de ginebra para fortalecerlo.

Descartada está otra versión que situaría el nacimiento en Senegal muchas décadas antes. «La historia viene de un tío un poco maleducado y un poco loco», cuenta François Monti. «Un francés de apellido Negroni que decidió que la bebida la había inventado su abuelo. No hay documentación. Hace años que dice que la va a enseñar, pero nunca lo ha hecho».

El verdadero misterio es si el Negroni, tal y como lo conocemos, se inventó realmente donde se dice y en la fecha que ahora se celebra. Una duda razonable la siembra el hecho de que haya que esperar a 1947 para dar con la publicación de la primera receta: «Es decir, 28 años para publicar la primera receta cuando en los libros de coctelería de los años 20 y 30 hay recetas muy similares o iguales pero con otros nombres», matiza Monti.

Mientras, Luca Picchi, otro sabueso del Negroni, cuenta en su poder con cartas personales del conde fechadas en 1920 en las que advierte a alguien de no beber demasiados de sus Negronis. Parece una pista de fiar.

Durante el primer tercio del siglo XX, abundan los cócteles con Campari que se parecen al Negroni. Éste tiene su desarrollo en el contexto de auge del fascismo y la consiguiente autarquía en Italia que imponía el gusto por los productos locales como vermuts y amargos. Tras la Segunda Guerra Mundial, vuelve con fuerza como brindis perfecto de la dolce vita (Audrey Hepburn pudo alimentarse de Negronis durante el rodaje de Vacaciones en Roma) en forma del llamado Negroni Sbagliato,en el que se sustituye la ginebra por champán. Y en los últimos 10 o 15 años se define de nuevo como cóctel emblemático del renacimiento de la coctelería.

Yo lo solicito 'on the rocks'. Es un trago muy duro, porque necesita un contenido alcohólico potente. Y cuando lo refrescas en vaso mezclador lo estás aguando

JAVIER DE LAS MUELAS, PROPIETARIO DE DRY MARTINI
La buena salud actual del Negroni amplía su horario de consumo tradicional y multiplica las variantes. Javier de las Muelas, propietario de Dry Martini, muestra sus reservas: «He estado de ruta por media docena de los mejores bares de Londres y el problema es que mucho bartender, o autocalificado como mixologista, quiere añadir su sello personal. Refrescan demasiado el Negroni en vaso mezclador, aunque yo lo solicito on the rocks. Es un trago muy duro, porque necesita un contenido alcohólico potente. Y cuando lo refrescas tanto lo estás aguando».

Pero el Negroni tiene su margen experimental. En un momento marcado por la creatividad, es un cóctel escogido por admitir múltiples versiones. «La marca dice que no hay Negroni sin Campari», explica François Monti. «Es verdad que seguramente la primera vez que se preparó se hizo con Campari, que tiene un carácter muy especial, pero hay otros productos parecidos en el mercado. Antes, Campari no tenía competencia, pero ahora puedes utilizar otros ingredientes y obtener buenos resultados».

Las recetas siempre evolucionan. Si creemos la versión descrita por Luca Picchi en su libro Sulle tracce del conte. La vera storia del cocktail Negroni (2000), el primero tuvo un cuarto ingrediente: la soda. Al llevarla el Americano, en lugar de sustituirse por la ginebra, se mantuvo en una pequeña proporción. «Si eso es cierto, lo que llamamos hoy receta clásica del Negroni no es la original. Hay que considerar a los cócteles clásicos como conceptos», dice.

En el caso del Negroni, la receta tradicional tiene un perfil de sabor muy marcado, una identidad gustativa clara por la que es fácil saber si lo que se está bebiendo pertenece a su familia. «Si este perfil no es reconocible en el twist es que ya has ido demasiado lejos», zanja Monti, partidario de ser flexible con las recetas mientras se respete ese marco conceptual. «Es complicado beber el Negroni perfecto, yo he tomado algunos que para mí son insuperables y también hay muchísimos mediocres. Pero para hacer algo muy malo, hay que querer. Normalmente un Negroni siempre te va a satisfacer».

En ese equilibrio de un cóctel que admite juego hasta el límite del sentido común, Monti destaca el Boulevardier, un primo del Negroni que se hace con bourbon y no con ginebra. Muy diferente pero con los mismos genes. «Como cuando pruebas un Negroni de chocolate, con crema y bitter de chocolate. Se sale del Negroni clásico pero es un Negroni. O el Negroni Blanco, que tiene 15 años y que le da la vuelta a la fórmula utilizando ingredientes franceses: en lugar de vermut, Llilet, y en lugar de Campari, Suze. El licor amargo tiene un perfil muy distinto, además del color, pero cuando lo bebes entiendes por qué lo llaman Negroni Blanco».

La primera receta del Boulevardier se publica en 1927, 20 años antes que la del Negroni a pesar de que supuestamente es una versión. «Nunca falla, es un aperitivo perfecto», señala Monti, que también menciona al Kingston Negroni, giro que cambia el bourbon por ron jamaicano. «Me gusta esta línea, los destilados añejados en madera de roble añaden una dimensión extra al cóctel. Me encanta el Negroni clásico con ginebra, pero esas notas son muy interesantes. El Banana Negroni se hace con ron y con algunas gotas de licor de plátano. Parece muy raro pero funciona. ¿Plátano en mi Negroni? Cuando lo bebes, dices: es un Negroni».

Para no fallar, Monti acude a Salmón Gurú, la coctelería de autor de Diego Cabrera en Madrid, donde además del clásico sirven en una petaca un Negroni envejecido. «Su fórmula es inmejorable», dice. De Barcelona, se acuerda de Boadas: «Si te tomas allí un Negroni nunca vas a salir cabreado». Y, más lejos, del Atelier de Gran Canaria, en el hotel Bohemia Suites. «Es de los mejores bares de España. El barman es el italiano Raimondo Palomba que, aunque hace bebidas creativas, clava el Negroni tradicional con el lujo añadido de las vistas a Maspalomas».

España tuvo a Buñuel, exquisito bebedor e inventor de su propia versión: el Buñueloni

FRANÇOIS MONTI, PERIODISTA ESPECIALIZADO EN LA HISTORIA DEL VERMUT
Ni siquiera en locales como Deldiego o Balmoral, el Negroni fue nunca un best seller como el Dry Martini o el Gin Fizz. Incluso la media combinación triunfó más como cóctel de aperitivo. Pero España tuvo a Buñuel, exquisito bebedor e inventor de su propia versión: el Buñueloni. «Si los americanos siempre tiran de Hemingway, nosotros podemos tirar de Buñuel», destaca Monti. Su fórmula: Carpano, Cinzano dulce y, su ginebra favorita, Beefeater. El Campari lo sustituía por vermut seco.

En esta nueva edad dorada, el Negroni es el gran beneficiado. «Hace una década lo bebían los italianos y un puñado de enterados. Era un cóctel complicado. Un inglés dijo de manera muy vulgar que el Campari es como la sodomía, hay que probarlo tres veces para empezar a cogerle el rollo», recuerda el periodista belga que, como al Aperol Spritz, le augura futuro como bebida diurna y en armonía con la comida.

El Negroni engancha. De entrada pega, pero se hace fácil de beber al redondearse en el vaso con una dilución que abre los sabores. Y tiene una salida doméstica imbatible, gracias a la facilidad de su fórmula de partes iguales con ingredientes a mano.

Lo tiene todo. Es el nuevo viejo rey.

RECETA DE... DIEGO CABRERA
  • 30 ml de ginebra
  • 30 ml de vermut rojo
  • 30 cl de Campari
  • Se perfuma con piel de naranja
  • Se sirve con hielo y una rodaja de naranja en vaso ancho
https://www.elmundo.es/papel/gastro/2019/08/05/5d46c2c721efa00c3c8b468c.html
 
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