Cocina de Galicia

Arroz con rape y langostinos


Arroz con rape y langostinos

Info.





Ingredientes para Arroz con rape y langostinos
  • 400 g de arroz SOS especial caldoso
  • 2 cebollas pequeñas
  • 2 pimientos rojos / 3 dientes de ajo
  • 4 tomates medianos
  • 2 hojas de laurel
  • 1 rape mediano
  • 150 g de langostinos
  • 100 g de anillas de calamar
  • Sal y pimienta al gusto
  • 1 litro de caldo de pescado (de la cabeza del rape y las cascaras de los langostinos)
  • 6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 1/4 de vino blanco (a ser posible ribeiro)
  • 6 champiñones pequeños







Cómo hacer un arroz con rape y langostinos. La receta de arroz de hoy es muy sencilla, un arroz meloso “a mariñeira”.

Un arroz que aunque sólo lleva 3 ingredientes con sabor a mar, rape o peixe-sapo, langostinos y un poco de calamar, está increíblemente bueno. De los mejores arroz mariñeiros que conozco.

No deja de ser un simple arroz con marisco y pescado pero añadiendo más caldo de pescado.
Este arroz de pescado o arroz a mariñeira era un comida típica de los pescadores de las rías gallegas, que preparaban en el mismo barco con el pescado que encontraban o que no iban a vender en la lonja.

En un principio incluso se llegaba a sustituir parte del caldo por agua de mar (con lo que no era necesario echar sal al arroz) y que decir que era un comida de gente humilde. Ahora se ha convertido en una comida muy apreciada y de alto coste.

Al tratarse de un arroz tan meloso, en esta ocasión, el resultado es jugoso y sabroso. El arroz con el que hemos preparado este arroz es el arroz SOS especial caldoso que tan buenos resultados nos da siempre.

En Catalunya hay un plato típico cercano a este: “Les sopes arrossejades” Como en estas tierras también hay una tradición marinera importante (aunque el Mediterráneo no sea tan fiero con el Atlántico), los pescadores también cocinaban en el barco aprovechando lo que habían pescado y les salían unos guisos fantásticos.

Antes de cocinar, preparación de los langostinos

Antes de empezar con la receta debemos limpiar los langostinos y preparar un buen caldo de pescado que luego podemos emplear para esta u otras receta. En este caso vamos a emplear los dos, el del fumet de rape (que os explico más adelante) y el de los langostinos.
  1. Los pelamos, quitamos la cabeza y la cáscara que los protege. Comenzamos por la cabeza que es la que más sabor tiene, haciendo una simple rotación la desprendemos fácilmente, las reservamos para freír o cocer y así conseguir el fumet de langostinos.
  2. Luego, desde la parte de abajo del vientre, donde están las patas, retiramos con las manos los distintos anillos o cáscara que recubren el cuerpo junto con las patas. Una vez pelados los langostinos debemos quitarles el intestino (un hilo negro que tienen en el interior) que debemos retirar ayudándonos con un palillo o con la punta de un cuchillo.
  3. Con el palillo pinchamos el extremo del intestino que queda a la vista y tiramos de él. Debería salir entero, como si fuese un hilo, sin necesidad de abrir el langostino, para que no pierda jugo y sabores durante la preparación.
  4. Secamos y reservamos los langostinos para el arroz.

Preparación del caldo de pescado
  1. Vamos a preparar un caldo o fumet de pescado de calidad, parte fundamental para el éxito de la receta. Elegimos una cazuela grande donde echamos la cabeza y las espinas centrales del pescado. Este líquido es lo más preciado de la receta y que le aportará todo el sabor a mar.
  2. Añadimos unos 2 litros de agua y llevamos a ebullición. Cuando veamos los primeros borbotones, bajamos a fuego bajo y salamos al gusto. Cocinamos durante 20 minutos. No vamos a pasarnos de tiempo de cocción ya que si se deshacen las espinas pueden aportar mal sabor al fumet.
  3. De vez en cuando vamos quitando la espuma que se va formando en la superficie. Colamos y reservamos .
Preparación de la base del arroz marinero
  1. Pelamos los dientes de ajo y picamos lo mejor posible. Reservamos.
  2. Picamos las cebollas y los pimientos rojos muy finos para que se deshagan en la cocción. Es importante que no se note su textura pero sí el sabor que le da al arroz.
  3. Lavamos muy bien los champiñones, secamos y troceamos en cuartos. Reservamos.
  4. Añadimos el aceite a la cazuela. Cuando el aceite esté caliente sofreímos las verduras y los champiñones, este proceso lleva unos 10 minutos a fuego fuerte, siempre removiendo cuidadosamente.
  5. Echamos el tomate muy troceado y sin piel (los podemos escaldar antes en agua caliente) o bien rallamos el tomate tal como podéis ver en el vídeo, tenemos que hacerlo cuando la verdura anterior ya está pochada para que no se queme.
  6. Añadimos el vino blanco y removemos lentamente hasta que reduzca, aún así tiene que quedar como una salsa espesa.
  7. Cortamos los calamares trozos iguales. Quitamos la piel al rape, también se lo podéis pedir al pescadero.
  8. En una sartén pasamos los trozos de rape y los langostinos. Solo sellarlos para que no pierdan mucha sustancia.
  9. Reservamos para el final de la cocción del arroz. Los langostinos y los trozos de rape son lo último que se echa al arroz. Agregamos los calamares a la cazuela y los pasamos con la verdura durante unos 5 minutos a temperatura media.
Preparación del arroz y presentación final
  1. Introducimos el arroz y removemos todo con suavidad para que se impregne bien del guiso y absorba el sabor. Dejamos durante 5 minutos más a fuego medio.
  2. Para el tema del arroz bomba en un arroz caldoso las medidas exactas son 3 partes y media de caldo por cada 1 de arroz.
  3. Si vemos que el arroz está un poco duro pero la cazuela se está quedando sin líquido suficiente, le vamos añadiendo poco a poco más agua hasta que quede en su punto.
  4. Una vez que el arroz haya absorbido todo el sabor del guiso añadimos el fumet a la cazuela. Subimos la temperatura al máximo hasta que empiece a hervir. Acto seguido lo bajamos a la mitad y que se haga poco a poco. Este proceso dura unos 16-17 minutos para este tipo de preparación.
  5. En los últimos 2-3 minutos de cocción añadimos los trozos de rape y los langostinos.
  6. Rectificamos la cantidad de líquido con agua y vamos probando el arroz. Cada arroz es un mundo y el arroz bomba es especial.
  7. Esta variedad se diferencia del resto por ser un grano que no se rompe en la cocción sino que se abomba, llegando a aumentar su tamaño hasta 3 veces, así le permite quedar suelto y entero. Tiene la propiedad de ser el arroz que mejor absorbe los sabores y aromas de los ingredientes del caldo.
  8. Apartamos del fuego y dejamos reposar 10 minutos
 
Arroz de las Fiestas do Boi en Allariz

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Info.


Ingredientes para Arroz de las Fiestas do Boi en Allariz
  • 4 kg de arroz redondo Sabroz
  • 8 cebollas / 10 dientes de ajo
  • 6 pimientos rojos / 4 pimientos verdes
  • 12 zanahorias / 15 tomates muy maduros
  • 1 litro de aceite de oliva virgen extra
  • 9 litros de caldo: pollo y pescado y 1 l de cerveza (esto es marca de la casa)
  • 3 kg de pollo
  • 1 kg de anilla de calamar
  • 2 kg de mejillones / 2 kg de langostinos
  • 8 limones
  • Pimienta y sal al gusto/ 3 paquete de azafán molido







Aquí estoy yo cocinando la paella


Queridos compañeiros/as, ha llegado a Festa do Boi y como todos los años, otra vez unos de esos arroces que no se olvidan, simplemente espectacular.

En años anteriores hemos tenido degustadores de excepción, por ejemplo el equipo del programa Lonely Planet, que estaban por tierras ourensanas grabando un especial sobre la fiesta del Boi (os enlazo con un artículo sobre el interés de Lonely Planet e National Geographic por el Boi).

Por cierto que alguno repitió plato más de una vez, aunque ellos decían que la paella española estaba “very nice”, no nos cansabamos de decirles que era más bien arroz al estilo del Boi y la frase ” the secret of the galician rice is the beer” se les quedó grabada para siempre…

Desde el año pasado nos hemos vuelto un poco señoritos/as y ya tenemos un local en condiciones del gran Paco&Ana que han acondicionado para que podamos pasarlo cada año un poco mejor, el 2012 ha sido el año de los minikubatas, una idea menos alcohólica de lo que parece si conocéis la Fiesta do Boi, una ronda de tapas de Rubén Amorín de Ni mata ni engorda (el artífice de la edición del vídeo que podéis ver en la receta, gracias Ru) para tomar el aperitivo y unos vinazos de Monterrei del amigo Ricardo, han hecho una comida redonda.


Este arroz del Boi es una tradición de nuestro amigo Serafín, mérito de muchos/as y un pequeño toque mío, que año tras año nos vamos encargando de ella. Pero poco a poco todos se van involucrando y ya tenemos voluntarios/as para todos los pasos, Aurora, María, Eli, Mónica, Ana, Nuria, Nacho (que este año hasta pelo una cebolla) y San, pican todo con arte de cirujano; Manuel, Bruno, Ricardito y Jota remueven los ingredientes con precisión milimétrica y el más importante de todos: la degustación, en la que todo el mundo participa. Este año Ana nos ha preparado una ensalada de pasta y la famosa tarta de galletas con chocolate que estaban, como no de rechupete. Todo de lujo como diría mi padre, pero lo más importante, es disfrutarlo entre amigos, que el arroz o lo que sea sirva para juntarnos año tras año y sobre todo pasarlo bien en una villa maravillosa, Allariz.




Preparación del arroz:

Para este plato necesitamos una paella profesional, la medida de la que veis en la foto es para 40 personas.
  1. Pelamos los dientes de ajo y picamos lo mejor posible. Reservamos. Picamos las cebollas, las zanahorías y los pimientos (verde y rojo) muy muy finos para que se deshagan en la cocción. Es importante que no se note su textura pero sí el sabor que le da al arroz.
  2. Troceamos en pequeños trozos las anillas de calamar y el tomate. Reservamos para después.
  3. Añadimos el aceite de oliva virgen extra a la paella. Cuando el aove esté caliente sofreímos las cebollas con los pimientos y las zanahorías, este proceso lleva unos 15 minutos a fuego fuerte, siempre removiendo cuidadosamente. Echamos un poco más de aceite de oliva virgen extra y el tomate muy troceado, esto tenemos que hacerlo cuando la verdura anterior ya está pochada para que no se quemen los anteriores ingrediendes, las verduras van a soltar su jugo y esto nos ayudará a cocinar el resto de los ingredientes.
  4. Cortamos el pollo en trozos pequeños y salpimentamos. Añadimos los dientes de ajo muy picados (lo mejor es tener el pollo unas 2 horas macerando antes de prepararlo para que se junten los sabores). Agregamos el pollo a la paellera y lo pasamos (unos 10-15 min. a temperatura media) con la verdura.
  5. Removemos unos cinco minutos. Como veis, básicamente se trata de trocear verduras, carne y pescado e irlas agregando a la paella poco a poco.
  6. Lavamos muy bien los mejillones y apartamos en un bol.
  7. Echamos las anillas de calamar y los langostinos. Removemos todo con cuidado con una cuchara 3-5 minutos a fuego medio sin prisa. Respecto a la cuchara en Allariz tenemos ya la espumadera oficial de la paella. Os aseguro que alcanza temperaturas de horno industrial… a ver si el año que viene conseguimos una mejor.
  8. Para realizar este plato hemos optado por un arroz de grano redondo que nos ayude a controlar la receta sin problemas. Cocinando con una marca de confianza con la que siempre triunfamos, arroz Sabroz.
  9. Introducimos el arroz y removemos todo con suavidad para que se impregne bien del guiso y absorba el sabor. Dejamos durante 5 minutos más a fuego medio. Para el tema del arroz bomba las medidas exactas son 2 partes y media de caldo por cada 1 de arroz. En este caso por 4 k de arroz, 10 de líquido. Aún así si observamos que el arroz está un poco duro, pero la paella se está quedando sin líquido suficiente, le vamos añadiendo poco a poco más agua hasta que quede en su punto.
  10. Mezclamos en un litro de caldo el azafrán y una vez que el arroz haya absorbido todo el sabor del guiso añadimos los litros de caldo en la paellera. Subimos la temperatura al máximo hasta que empiece a hervir y acto seguido lo bajamos a la mitad y que se haga poco a poco (este proceso dura entre 15- 20 minutos, de manera exacta, todo depende del fuego, suelen ser 15 minutos para arroz caldoso y 18 para un arroz seco). A media cocción añadimos los mejillones para que no se pasen.
  11. Rectificamos líquido con la cerveza (¿verdad Manuel?) y vamos probando el arroz. Cada arroz es un mundo y el arroz bomba es especial, esta variedad se diferencia del resto por ser un grano que no se rompe en la cocción sino que se abomba, llegando a aumentar su tamaño hasta 3 veces, con un efecto acordeón que le permite quedar suelto y entero. Además tiene la propiedad de ser el arroz que mejor absorbe los sabores y aromas de los ingredientes del caldo.
  12. Apartamos del fuego y dejamos reposar 10 minutos. Adornamos con los limones cortados en medias lunas para quien quiera aliñarlo un poco, aunque a mi gusto le quita sabor al arroz. ¡Y ya está! ¡pero cuidado que queima!. Servidla recién hecha y de manera generosa.

Sobre A Festa do Boi – Allariz

Cuenta la historia que allá por 1317 Xan de Arzúa, harto de las burlas que los cristianos recibían por parte de los judíos durante la procesión del Corpus Christi, apareció montado sobre un buey y, con la ayuda de sus criados, los expulsó. Este acontecimiento se conmemora cada año haciendo correr un buey por las calles del pueblo, bajo la mirada y la experta tutela de los “Homes do Sedeño”.
La fiesta comienza el sábado con el Pregón y la “Proba do Boi”: uno de los animales que se han traído al pueblo días antes se lleva al “Campo da Barreira” (en las inmediaciones del Convento de Santa Clara) para que corra entre la multitud. Allí se puede ver el primer cántico de los “Homes del Sedeño” que, reunidos en un corro antes de liberar al buey, cantan con los brazos entrelazados, celebrando que al fin comienza lo que llevan todo un año esperando.
Os dejo con el reportaje de Dominic Arizona, un personaje todoterreno, a partir del minuto 1,50, disfrutadlo!




 
¿En qué se diferencian los callos a la gallega y callos a la madrileña?

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Los callos son uno de los platos más famosos de nuestra gastronomìa y son parte de las tripas del cerdo, que se cortan y se limpian cuidadosamente para poder cocinarlos. Como ocurre con muchos platos que se preparan a lo largo de nuestra geografía, hay unas ligeras diferencias según la región donde nos encontremos, por eso vamos a ver en qué se diferencian los callos a la gallega y los callos a la madrileña.

Se trata de un plato que no suele gustar a todo el mundo, pues las tripas dan un poco de reparo, pero es un ingrediente que bien cocinado, sobre todo si es en un guiso, resulta delicioso y su sabor es totalmente adictivo. Y aunque es una receta bastante calórica va fenomenal para combatir los días fríos como los que estamos teniendo.


¿En qué se diferencian los callos a la gallega y los callos a la madrileña?

Ingredientes

Además del ingrediente principal, los callos, hay otros que también debemos tener en cuenta para que el resultado de este plato sea perfecto. En la versión gallega estos son, principalmente, los garbanzos, que no se añaden a la versión madrileña. En cuanto al resto de ingredientes se parecen en ambas versiones: chorizo, morcilla, panceta, especias, laurel, guindilla, cebolla..., con lo que en realidad podemos decir que esa básicamente la diferencia entre ambas versiones.

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Técnica culinaria

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En ambas preparaciones, hay que empezar limpiando bien los callos, con vinagre y zumo de limón, y cortándolos en trozos tamaño bocado. Lo mejor es hacerlo el día anterior y dejarlos en la nevera con agua. En la versión gallega será también necesario que los garbanzos se pongan en remojo la víspera anterior, para asegurarnos que al cocerlos queden bien tiernos, sin olvidar que los garbanzos, a diferencia de otras legumbres, se echan a la cazuela cuando el agua está hirviendo, no antes.

El tiempo es otro de los elementos importantes a tener en cuenta. No debemos tener prisa para preparar este plato, pues lo mejor es dejarlo hacer a fuego lento. Sin asustaros, pero contad unas cuatro horitas, aunque siempre podéis echar mano de la olla exprés si tenéis una, lo que reducirá muchísimo el tiempo de cocción. Yo personalmente prefiero el método tradicional, pero no siempre se dispone de tiempo suficiente. Y hay quien prefiere cocinar los callos en olla de barro, pues parece que el sabor es perfecto.

Receta de callos a la gallega

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  • Ingredientes: Garbanzos 500 g, Callos de ternera 500 g, Pata de ternera 500 g, Chorizo tierno 2, Panceta 140 g, Cebolla 1, Dientes de ajo 5, Aceite de oliva virgen extra 25 ml, Pimentón dulce 15 g, Guindilla 1, Mezcla especias para callos al gusto, Laurel 1, Sal al gusto.
  • Preparación: Comenzaremos el día antes con la preparación. Para eso ponemos en un recipiente los callos con agua y un poco de limón y los dejamos a remojo en la nevera. Por otra parte hacemos lo mismo con la pata de ternera troceada. Y también los garbanzos que pondremos a remojo en agua templada con sal. Al día siguiente ponemos en una olla los callos, los trozos de pata de ternera y los cubrimos de agua. Cocemos esto durante 40 minutos. Después añadimos la panceta en dados, los chorizos enteros, el aceite, el pimentón, la cebolla, los ajos, el laurel, la guindilla y por último los garbanzos, que se echarán cuando el agua esté hirviendo para que cuezan correctamente. Sazonamos con el preparado para callos al gusto y cocemos todo durante dos horas y media o hasta que veamos la carne y las legumbres cocidas. Rectificamos de sal.


Receta de callos a la madrileña

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  • Ingredientes: Callos de ternera 1 kg, Chorizo asturiano, Morcilla de cebolla, Panceta 150 g, Laurel, Mezcla especias para callos al gusto, Dientes de ajo 2, Guindilla al gusto, Salsa de tomate 50 ml.
  • Preparación: Los callos a la madrileña se hacen normalmente utilizando varios tipos de carne de la casquería. Así entre sus ingredientes encontramos callos de ternera, pata y morro. En la casquería podemos pedir un kilo de callos indicando que queremos ese peso repartido entre los tres ingredientes. Limpiamos bien los callos y los cortamos en trozos cuadrados de 2x2 cm aproximadamente, para que después de su cocción puedan ser tamaño bocado. Una vez limpios, los ponemos a cocer con una hoja de laurel y un buen puñado de sal, agregando también la panceta o carne de jamón o lacón y las especias para callos. Dejamos que los callos se hagan durante 4 horas en cacerola tradicional o 45 minutos si usáis olla rápida. Una vez estén cocinados, los escurrimos y reservamos el agua de la cocción que será espesa y cargada de gelatina. Cuando falte una hora para terminar la cocción tradicional, agregamos el chorizo y la morcilla, que habremos semicocido aparte. Al integrarlos ahora, dejando que se terminen de hacer con los demás ingredientes evitaremos que se reviente la morcilla o que la receta nos quedase demasiado cargada de la grasa del chorizo. Preparamos una salsa pochando dos dientes de ajo con la cebolla muy picada y una guindilla para que los callos tengan un puntito picante. Entonces agregamos una cucharada de salsa de tomate, los callos cocidos, los chorizos y morcillas troceados. También vamos incorporando poco a poco, el caldo de la cocción. Terminamos dejando hervir el conjunto durante 20 minutos hasta que adquiera cremosidad y llegue a una textura deseada.

Con qué acompañar los callos

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En ambas versiones, tanto la gallega como la madrileña, se hace indispensable acompañar los callos con una buena hogaza de pan, mejor si es pan payés, para poder rebañar bien la deliciosa salsita que se forma. Y si os gusta el vino tinto, buscad alguno que os agrade especialmente porque no encontraréis mejor bebida para marinar este plato. Un último consejo: mejor si los preparáis la víspera anterior, los sabores se asientan y el resultado es inmejorable.

Fotografías | Pixabay

Que gran receta Compañera @Coti7495 , llega al Alma de cualquiera,......Y ese pan........Que delicia has presentado!!!!.- Muchas gracias por ello y un Abrazo.- Esto es Cocina, con Mayúsculas, todo lo demás ........
 
Arroz de las Fiestas do Boi en Allariz

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Info.


Ingredientes para Arroz de las Fiestas do Boi en Allariz
  • 4 kg de arroz redondo Sabroz
  • 8 cebollas / 10 dientes de ajo
  • 6 pimientos rojos / 4 pimientos verdes
  • 12 zanahorias / 15 tomates muy maduros
  • 1 litro de aceite de oliva virgen extra
  • 9 litros de caldo: pollo y pescado y 1 l de cerveza (esto es marca de la casa)
  • 3 kg de pollo
  • 1 kg de anilla de calamar
  • 2 kg de mejillones / 2 kg de langostinos
  • 8 limones
  • Pimienta y sal al gusto/ 3 paquete de azafán molido









Jajajajajaja. Me hace gracia, porque esto gastronomía gallega propiamente dicha NO ES. Es una manera de coger un plato con tirón popular (la paella) y tratar de "asociarlo" a una fiesta popular gallega, en este caso la Festa do Boi de Allariz, que por cierto Allariz es una maravilla de pueblo que recomiendo con entusiasmo. Me recuerda a cuando en mi aldea y aldeas limítrofes de puso de moda "encargar" paellas para las fiestas patronales. Típicas, lo que se dice típicas, ni eran ni son, pero, mira, resolvías la papeleta (en las fiestas patronales aún así se cocinaban una barbaridad de platos...un menú habitual en casa de mi abuela era:
1.-Entremeses variados
2.-Ensaladilla rusa
3.-Sopa casera de gallina vieja
4.-Callos a la gallega, con garbanzos
5.-Paella de encargo
6.-Carne asada (jarrete) asada en la lareira con leña de roble, acompañada de patatitas.
7.-Postres: bizcochón, rosca y queso con membrillo).

No me miréis así, los gallegos somos de buen diente.

Voy a buscar un librito que tengo por casa de cocina gallega de mi propia comarca, y os cuento algunas...
 
CAPRICHOS DE SANTIAGO Y LICOR CAFÉ ? ? ?


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O UNAS ZAMBURIÑAS CON ALBARIÑO EN CAMBADOS.

Son dos combinaciones de picoteo pero es lo que más me gusta. De verdad, loca por volver a vuestra tierra ?
 
Fideos con almejas


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Info.





Ingredientes para Fideos con almejas
  • ½ kilo de almejas (gallegas preferiblemente)
  • ¼ kilo de mejillones de la Ria
  • 360 gr de fideo nº 1
  • 1 cebolla mediana
  • 1 lata pequeña de pimientos morrones
  • 1 tomate grande maduro
  • 1 diente de ajo
  • Vino blanco (150 ml.)
  • Perejil fresco (al gusto)
  • 2 hojas de laurel
  • Unas hebrás de Azafrán
  • Aceite de oliva virgen extra (100 ml.)
  • Agua (150 ml. para la cocción de los moluscos y 450 ml. para la cocción de la pasta)
  • Sal y pimienta negra recién molida (al gusto)

Cómo hacer una cazuela marinera con fideos y almejas. Os presento una receta de pasta con un estilo muy marinero pues la acompañamos con almejas.
Esta receta es las primeras publicadas en el blog y que hemos preparado en casa un montón de veces, siempre es un triunfo asegurado.
La cazuela de fideos con almejas, es unas de las recetas de pasta que más se suelen servir en los restaurantes de la costa de Galicia. Aunque yo he visto este plato casi idéntico en Andalucía. Me imagino, pues lo desconozco, que será una receta popular en toda España.
La base de esta receta tan sencilla reside en la calidad de los ingredientes, un buen sofrito y un caldo casero de calidad que le de todo su sabor a mar. Aunque lleve fideos no se parece a la fideuá, aunque si comparta muchos de sus ingredientes. La preparación es distinta, varía tanto como un arroz seco a un arroz caldoso.

Los fideos en este caso no deben quedar secos y se toma bien caliente como todo plato de pasta, mejor recién hecho. Aunque si nos sobra un poco, al día siguiente se puede recalentar a fuego bajo y lo tomaremos casi seco, pero muy bueno de sabor.
Esta receta es sencilla, asequible y muy resultona, perfecta para todo el año. Y lo mejor de todo es que se puede versionar con lo que tengáis en casa, admite otros ingredientes, algún pescado que se tenga a mano, a veces simplemente con unas alcachofas o unas gambas. Imaginación al poder.

Almejas y mejillones. Preparación de la base de los fideos
  1. Dejamos las almejas por lo menos una hora antes en agua para que suelten la tierra que puedan traer.
  2. Limpiamos las almejas y los mejillones, desechando los que vengan ya abiertos, ya que pueden estar malos.
  3. Pelamos el diente de ajo y lo picamos lo mejor posible. Reservamos. Picamos la cebolla y los pimientos morrones muy finos para que se deshagan en la cocción. Es importante que no se note su textura pero sí el sabor que le da a los fideos.
  4. Le quitamos la piel al tomate y troceamos en 4 partes, reservamos.
  5. En una tartera de barro con aceite de oliva virgen añadimos la cebolla, el ajo, los pimientos morrones y el tomate, todo picadito al gusto. Cuando se vaya pochando este sofrito, le añadimos un poco de vino blanco (medio vaso, 150 ml.).
  6. Dejamos que se cocine todo a fuego lento durante unos 10 minutos hasta que reduzca el vino.
  7. En una cazuela aparte echamos un poco de agua, unos 150 ml. y ponemos unas hojas de laurel. Añadimos las almejas y los mejillones a fuego medio para que se abran.
  8. Desechamos los que se queden cerrados. Una vez abiertos los moluscos, los reservamos. El agua resultante de la cocción la colamos y apartamos en una taza.



Preparación final de la cazuela de fideos y almejas. Presentación final
  1. En la tartera del sofrito mareamos los fideos un ratito, los juntamos bien con una cuchara de madera. Luego añadimos el agua de las almejas y mejillones y un poco más de agua para hervir los fideos (son 350 g. de fideo con lo cual llegaría con 2 vasos de agua, 600 ml. aproximadamente, incluyendo el agua de los moluscos que tenemos reservada).
  2. Salpimentamos al gusto.
  3. Pasados 10 minutos, cuando los fideos estén en su punto (podemos ir probando, lo mejor es que queden al dente), añadimos las almejas en su concha, los mejillones sin concha, perejil, un par de hebras de azafrán y salamos al gusto.
  4. Dejamos que se haga a fuego bajo durante unos minutos y se sirve caliente, con caldo suficiente para comer con cuchara.
Y recordad que estos fideos como la mayoría de platos de cuchara están mucho mejor al día siguiente.
No dejéis de disfrutar de todas las recetas de pescado y marisco que tenemos en el blog. Podéis ver todas las fotos del paso a paso de la receta de estos fideos con almejas en este álbum. No perdáis detalle y os saldrán perfectos.


Consejos para una cazuela de fideos de rechupete
  • Hemos calculado unos 90 gramos de fideos por persona, con lo que tendremos suficiente para disfrutar de un buen plato y luego repetir. Lo ideal es usar fideos gruesos del nº 1, de los normales, pero también sirven los que tiene el centro hueco, típicos de la fideuá.
  • Es un plato que se incrementa de precio por las almejas, pues el resto de ingredientes son muy económicos. Pero siempre va a depender de la variedad de almejas que vayáis a emplear, aquí según el bolsillo y gusto de cada uno. Si no tenéis mucho dinero, la almeja japónica es la más barata y le dará ese sabor a mar que buscamos.
  • Dejad con algo de caldo de más en la cazuela para comer con cuchara y bien calentito en la mesa. En casa nos gusta preparar este plato “caldoso”, para comer con cuchara y luego poder sopetear con el pan en la salsa. Aunque se puede adaptar a los gustos de cada casa.
  • No lleva mucho tiempo, en menos de una hora tendréis la receta lista. Pero si tenéis prisa podéis sustituir el caldo de pescado por uno comercial que sea de calidad. Aunque aquí os dejo como lo podéis hacer caldo de pescado casero. Es también es muy sencillo y se puede congelar para tenerlo siempre listo.

 
La nueva cerveza gallega está hecha por mujeres y lleva botas

Mariela Iriarte es una de las empresarias gallegas de cerveza artesanal que pelean por impulsar negocios responsables con su tierra. Ella y otras mujeres forman la asociación Pink Boots.



Mariela Iriarte, con algunas de sus cervezas

Mariela Iriarte, con algunas de sus cervezas. DAVID REMARTÍNEZ



En el bar restaurante A Curva, en San Xusto de Cabarcos, parroquia de Barreiros (Lugo), huele a olla rica que alegra. Aparte del aroma, a las 11 de la mañana no hay nadie en el bar, solo Julio José Estrada, pancho tras la barra con la puerta abierta a los campos de ganaderías y huertas de alrededor. “Somos unos 90 vecinos y ya solo quedan cuatro o cinco explotaciones. Este año en el colegio solo se apuntó una niña”, dice el tranquilo Julio José. Por la entrada de su apetitoso restaurante se entrevé una nave blanca y apartada donde, a medida que te acercas, te atrapa otro olor, denso y profundo: cereal cocinado. Es una cervecería en mitad de un prado, pero podría ser cualquier otra cosa.

La niña mencionada es uno de los dos hijos de Mariela Iriarte, una argentina -de origen y todavía de acento- de 40 años que gasta una sonrisa imbatible. Mariela hace cerveza artesanal: junto a su marido y otros dos socios en Augas Santas-Cervexeiros da Mariña Lucense, y también junto otra media docena de mujeres en Pink Boots, la asociación internacional que agrupa cerveceras para colaborar, divertirse y formarse. Y aparte, claro, Mariela es madre en esa parte de España que ha adoptado el adjetivo de “vaciada” como sobrenombre de despoblación.

En su fábrica, Mariela utiliza agua del manantial de Barreiros, se inspira en lugares y gentes de alrededor para etiquetar cada variedad y procura desarrollar un negocio sostenible y circular que extienda el beneficio: el grano malteado de sus cervezas, una vez cocinado, acaba alimentado a terneras gallega de una ganadería vecina. Como para que luego su sabor no sea excepcional: algo de esa carne habría cociendo en la olla del restaurante. Seguro.

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El entorno rural y la cervecera Augas Santas. DAVID REMARTÍNEZ

En Pink Boots, Mariela se reúne con Isabel Vieitez (Galician Brew), Susana Tena (técnica especialista en cerveza), Marta Galán (fundadora de Cervexa Alealé), Isabel Ferreira (Industrias Céspedes), Jing Cheng (fundadora de la cervecera Blacklab) y Luz Álvarez (de la tienda Taskatenda). Juntas hacen cerveza, con cuyas ventas financian proyectos de formación para otras colegas; además, participan en otras actividades relacionadas con la mujer y el entorno rural. Porque la cerveza en Galicia es femenina, y también apegada al terruño.

“La cerveza artesana es identidad propia de tu país”, resume Mariela sobre un negocio que parece sencillo de arrancar pero que cuesta mantener. Cualquiera puede hacer cerveza en casa con un sencillo kit, e incluso obtener un brebaje agradable. Escalar a una producción mayor tampoco requiere una inversión inalcanzable. Pero una vez lanzados a la comercialización, una cervecería requiere la atención de una madre: “La cerveza se bebe todos los días, no es un producto de temporada”. Hay que cocinar cada poco el mosto y elaborar constantemente nuevas variedades, pues el cliente, aunque entusiasta y en aumento, reclama novedades, probar nuevos sabores, fórmulas y marcas. Se aburre pronto, tanto como se entusiasma: este fenómeno se constata en cómo aumentan el número de cañeros en los bares que se dedican a la cerveza artesana, donde las pizarras con la oferta cambian de una semana para otra sin parar de incorporar países, regiones y estilos.

En Augas Santas tienen cuatro cervezas principales, que preparan todo el año en unas instalaciones decoradas como un salón del cómic, con capacidad para 50.000 litros, a las que esperan sacarle todo el rendimiento este año, el segundo de actividad completa. Mariela y su marido, Marcos Martínez, de 39 años y antaño transportista, empezaron montando un bar en Foz y pronto se animaron a cocinar granos y lúpulos. “Esa experiencia en hostelería es muy importante, porque te enseña a conocer lo que quiere el cliente”, indica Mariela. Una cervecería sin bar se queda coja a la hora de testar sus aciertos y errores.

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Donde sucede la magia. DAVID REMARTÍNEZ

Augas Santas, levantada en la finca agropecuaria de la familia de Marcos con ayudas europeas, la utilizan otros cerveceros de la zona, en colaboración, compartiendo instalaciones y experiencia: “Queremos crear una economía local. Estamos en un proyecto de huella de carbono para ver el impacto de nuestra fábrica, y en otro para hacer cervezas con agua marina. Y siempre utilizamos motivos marinos”, como en el caso de La Machacona, cuyo nombre hace referencia a la ola mítica que atrae hasta Lugo a surferos de todo el mundo, cuya ubicación lleva adosada la etiqueta de la cerveza con unas coordenadas GPS.

A La Machacona, una american IPA, añaden la pale ale Augas Santas, seña de identidad por ser además el antiguo nombre de la playa de As Catedrais, principal reclamo turístico de la mariña lucense. La negra Drink & Drive está inspirada en una canción del grupo Black Flag, mientras que John Dory, una gose, lleva agua de mar y ha sido lanzada con ayuda del GALP (Grupo de Acción Local del Sector Pesquero) de la zona. Se llama así por el San Martiño, o San Martín, o San Pedro, el pez que supuestamente sacó el susodicho apóstol del mar por orden de Jesucristo, dejando la huella de sus dedos marcada bajo la cabeza del animal. Solo mencionarlo ya abre el apetito, lo cual algo de milagro debe tener.

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De botella o de surtidor, pero siempre de proximidad. DAVID REMARTÍNEZ

La colección de variedades la corona Rosa Vermella, una red IPA cuya etiqueta muestra a la clásica mujer rural gallega con un capazo de lúpulo al hombro y unas botas rosas en el barro. Es la última cerveza que elaboraron las Pink Boots en sus reuniones, el llamado Collaboration Brew Day, el último de los cuales se celebró el pasado 9 de marzo. Al frente del grupo está Isabel Vietez, de Galician Brew, una fábrica de Pontearreas (Pontevedra): “Es muy importante poner en valor el papel de la mujer en la industria cervecera. En mi caso además, emprendí con mi propia fábrica y el 75 % de la plantilla son mujeres. Somos una luchadoras”, defiende con orgullo. Como la organización disfruta de ámbito internacional, las Pink Boots añaden a su energía un buen respaldo colectivo: “Hay becas muy importantes y esponsors que colaboran y que hacen posible todo lo que hacemos”.

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Las Pink Boots brindando con una de las cosas que les unen. DAVID REMARTÍNEZ

Varias de las 50 asociadas tienen fábrica propia, y otras trabajan en distintos puestos del sector, desde los laboratorios hasta las tiendas. “Todas, con mucha ilusión en lo que hacemos”, aunque “necesitamos extender la asociación a otras mujeres”, aprecia Isabel. Mariela, por ejemplo, participa en la asociación de mujeres de Foz, a la par que realiza cursos de cocina atlántica para servir buena comida local en su bar (A Ribeira), o pelea por sacar adelante su negocio frente a la competencia brutal de las multinacionales. “Hay que visibilizar que el trabajo de la cerveza artesana. Somos empresas pequeñas que pelean por su tierra, y no puede ser que la administración nos trate igual que a Mahou”. Y lo dice, por supuesto, sin que se altere una micra la sonrisa que lleva instalada en la cara.

 
Empanada de Zamburiñas a la gallega


Empanada de Zamburiñas a la gallega



Info.
  • Difícil
  • 90 minutos
  • Para 8 personas
  • 2.1 €/persona
  • 320kcal por 100g.


Ingredientes para Empanada de Zamburiñas a la gallega

  • 500 g de masa de empanada
  • 3 cebollas
  • 2 k de zamburiñas con concha
  • 1 pimiento rojo
  • 1 tomate grande
  • 2 dientes de ajo
  • Sal y pimienta (al gusto)
  • 1/2 cucharada de azafrán
  • Aceite de oliva (5 cucharadas)
  • 1 hoja de laurel
  • 1 cucharada de pimentón dulce

Buenas cociner@s, después de unas merecidas vacaciones ya estamos de vuelta en el hogar y este fin de semana siguiendo un poco con recetas gallegas os presento otra empanada. En Galicia tenemos una gran variedad de empanadas, esta semana la he rellenado de zamburiñas.
Para aquellos que no sepais lo que son, la zamburiña es un molusco bivalvo parecido a la vieira e idéntico sabor pero de menor tamaño. Las zamburiñas también están buenísimas gratinadas o a la plancha, donde conseguimos captar todo su exquisito sabor.

La masa como siempre la he hecho siguiendo la receta de masa de empanada que prepara mi madre.

Recordad que la empanada es una receta abierta, admitiendo un sinfín de variaciones, tantas como clases de ingredientes intervengan en el relleno: bacalao con pasas, vieiras, raxo, sardinas, congrio, almejas, anguilas, chipirones, mejillones, vegetales, zorza, xoubas… hasta donde te lleve la imaginación y claro está, todas buenísimas.


Preparación de las zamburiñas
  1. Ponemos las zamburiñas limpias a remojo durante 2-3 horas para quitarles la arena que suelen traer, mejor de toda la noche, así nos aseguramos que no nos van a estropear la receta. Reservamos.
  2. Abrimos las zamburiñas cociéndolas en una cazuela con un dedo de agua, una hoja de laurel y una pizca de sal, con 2-3 minutos a fuego alto llega de sobra. Colamos el caldo y les quitamos las cáscaras. Reservamos las zamburiñas sin cáscara. El caldo lo podemos congelar para un arroz o un guiso de pescado.
  3. Si no podéis conseguir zamburiñas con su concha no pasa nada, se venden en la sección de congelados unas zamburiñas ya limpias (no es lo mismo, pero para un emergencia valen bien). Eso sí, conviene ponerlas también a remojo por el tema de la arena.
  4. Introducimos en una cazuela 4 cucharadas de aceite y cuando esté caliente echamos 3 cebollas muy picadas. Las pasamos unos 8 minutos a fuego medio hasta que queden transparentes y pochaditas. Mientras, picamos el pimiento y los dientes de ajo muy picados. Pelamos el tomate y lo cortamos en dados pequeños. Cuando el sofrito este bien blandito echamos el pimiento, el ajo y el tomate a la cazuela durante otros 8 minutos a fuego lento.
  5. Añadimos las zamburiñas, el azafrán, el pimentón y salpimentamos todo al gusto. Pasamos el relleno unos 5 minutos hasta que cambie de color, se acabará de hacer en el horno. Dejamos enfriar para que luego no nos ablande la masa.
  6. Rectificamos con sal y pimienta aunque lo más seguro es que no haga falta. Removemos unos minutos y apartamos.




Preparación de la empanada
  1. Dividimos la masa de la empanada en dos partes similares. Las amasamos otra vez en dos bolas de masa para poder trabajar bien con ellas.
  2. Enharinamos la encimera de la cocina y estiramos la masa con el rodillo. Hacemos la base que tendrá el tamaño de la bandeja de horno que en mi caso es rectangular. La estiraremos lo más fina posible con ayuda del rodillo. Ponemos sobre la bandeja un trozo de papel para horno y encima la base cortando el sobrante si se necesitara.
  3. Añadimos el relleno con las zamburiñas bien escurrido de aceite (escurrido pero algo aceitoso y jugoso para que salga bien rica) y lo estiramos por toda la base. Es muy importante que el relleno este frío para que la masa aguante bien.
  4. Empanada antes de hornear
    Tapamos con la otra mitad bien estirada y la sellamos por los bordes trenzando la parte inferior sobre la superior con la ayuda de un tenedor.
  5. Hacemos un pequeño agujero en el centro para que respire la empanada y con un tenedor pinchamos por distintas zonas, así no hinchará. Adornamos con tiras o cordones de la pasta sobrante.
  6. Pintamos la empanada con ayuda de una brocha de cocinar y una mezcla de huevo batido con un poco de leche (es un pequeño truco para que quede dorada pero no se queme).
  7. Precalentamos durante 5 minutos el horno a 180ºC y luego metemos la empanada a la misma temperatura, primero en la parte de abajo del horno (unos 20 minutos) y luego otros 25 minutos en el centro. Cuando este bien doradita la sacamos.
¡Y al fin la empanada! Tened cuidado al sacarla de la bandeja porque aún estará caliente y es fácil que se rompa. Cortadla cuando este templada y buen provecho. Para cortarla lo mejor es usar una buena tijera.

Consejos: Podéis añadirle también jamón muy picado, le da un toque muy sabroso. Y otra opción es añadirle una cucharada de perejil picado cuando le echamos el ajo, le da otro sabor.

 
Furanchos. Una forma de comer y beber en Galicia


Los furanchos, patrimonio gastronómico en Galicia

Cuando llega el tiempo más primaveral y veraniego, de abril a octubre, algunas zonas de Galicia abren la temporada de “furanchos”.
Un acontecimiento que se espera durante el resto del año, ya que no hay nada que le guste más a l@s galleg@s que ir de vinos y de tapeo. Bueno, y al resto de españoles también, ¿no?

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Seguro que much@s de vosotr@s habéis estado en alguno de ellos, o alguien os ha hablado de ellos… pero por si la cosa aún no está clara, voy a intentar contaros qué es un “furancho”, y por qué le gusta tanto a todo el mundo.


¿Entonces, qué es eso del “furancho”?

Por “furancho” o “loureiro” (según la zona) entendemos por una casa particular, que habilita el bajo de la vivienda, o un garaje, galpón o terraza, para ofrecer a los visitantes el excedente de vino de la cosecha familiar.

Y ya de paso, también es posible disfrutar de algo de comida casera, para acompañar y hacer más llevadero el bebercio.

Entonces, si tenemos en la ecuación: vino de cosechero, comida casera, ambiente familiar y una localización “enxebre”, el resultado final es siempre un éxito. Cualquier mortal que conozco, sucumbe ante los encantos de un “furancho” y disfruta de momentos inolvidables.

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Esto es la parte tradicional y legítima de la historia, pero como todo, tiene su lado negativo. A raíz del éxito de los “furanchos” tradicionales, durante los años han surgido negocios paralelos, que prácticamente son bares o tascas encubiertas, y que hacen una competencia desleal a los negocios hosteleros legales.

En el 2012, la Xunta de Galicia tomó la determinación de tomar cartas en el asunto, elaborando un decreto que legislara al respecto. Según el DOGA (Diario Oficial de Galicia)
se consideran furanchos los locales utilizados principalmente como vivienda privada pero donde sus propietarios/as venden el excedente del vino de la cosecha propia, elaborado en casa para su consumo particular, junto con las tapas que, como productos alimenticios preparados regularmente por ellos/ellas, sirvan de acompañamiento
La tradición del “furancho” en algunas zonas de Galicia, viene ya desde hace más de 300 años. El vino excedente de la cosecha, se ofrecía a l@s vecin@s, que acudían a probarlo y de paso, la familia de la casa acompañaba el momento con platos caseros y tradicionales.

Los barriles o “pipotes” de vino, se “abillaban” (ponerles una billa o grifo) y para anunciarlo, se colgaba una rama de laurel o “loureiro” en la puerta de la casa.

Y esto ha llegado hasta nuestros días. Si uno recorre las carreteras secundarias de las Rías Baixas (principal zona “furancheira”), es muy probable que se encuentre estos avisos casi en cada pueblo.
Lo mejor de todo es que según en cada zona, o incluso en cada “furancho”, podremos disfrutar de un vino diferente y una oferta de tapas/raciones propias del lugar. Tenemos hay una completa guía para localizarlos y conocerlos, pero bueno, de esto os hablaré más adelante.

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¿Cuándo puedo ir de “furanchos”?

La temporada de apertura va desde diciembre hasta el fin del verano. Aquí cada Ayuntamiento puede determinar con cierto margen hasta cuándo se pueden tener abiertos. Ya que el verano es cuando más afluencia de gente hay, y esto hay que aprovecharlo.

Un día de verano, con buena temporada, es lo ideal para disfrutar de un auténtico “furancho”. Los bajos de las casa suelen ser de piedra, con una temperatura fresquita, o incluso muchos de ellos disponen de una zona de terraza con la típica parra, para estar a la sombra.

Los excedentes de vino no son muy grandes, ya que hablamos de cantidades entre 1000 y 2000 litros.

Con estas limitaciones, hay algunos “furanchos” que cierran antes de tiempo, al agotar las existencias de vino de la casa.

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¿Y para comer/beber, qué tenemos?

Para beber, lo esencial y principal es el vino de la casa. Si estamos en la zona de las Rías Baixas, donde se sitúan el 95% de las localizaciones, tocará catar el Albariño cosechero.

Un vino elaborado en casa, con sus peculiaridades y limitaciones, por lo que no esperéis un “bouquet” como el albariño que nos ofrecen las bodegas. Este vino de “furancho” tiene su encanto, y puestos en contexto, sabe todavía mejor.

Si se desmarca de lo tradicional, seguro que también encontraréis agua, cerveza o refrescos. Opciones bastante demandadas, aunque lo que se tercia es adaptarse y disfrutar de los vinos caseros. Maridan de maravilla con la comida casera.

Si hablamos de un “furancho”, hablamos de comer bien y abundante. Platos bien caseros y tradicionales, como tortilla de patatas, embutidos de casa, empanada, huevos fritos, croquetas, pimientos de Padrón, “raxo” o zorza con patatas fritas, churrasco.

Al tener tan cerca la costa, es también frecuente encontrar “xoubas” (sardinillas) fritas, sardinas a la parrilla, calamares, choquiños (chocos pequeños), mejillones. Una amplia variedad de platos, que varían de un local a otro, e incluso cada uno ya tiene su especialidad, que funciona como reclamo.

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Para rematar, algún postre casero puede encontrarse, como una bica, leche frita o flan. Café siempre “de pota” y unos licores también caseros, para hacer una especie de sobremesa. Esto suele tomarse en el último de la ronda, ya que lo ideal es hacerse una pequeña ruta, y no quedarnos en un “furancho” en plan restaurante.

Todo ello preparado en una sencilla cocina, con los hornillos de gas de toda la vida, y el menaje casero. Mesas y bancos de madera, manteles de “hule” y decoración bien “enxebre”, completan un ambiente acogedor para disfrutar con los cinco sentidos.

Los precios suelen ser comedidos, adaptados a lo que se ofrece, con lo que la experiencia es siempre satisfactoria. Yo que estoy en Madrid, y aunque ya estoy acostumbrado a los precios de mi tierra, no dejo de sorprenderme a veces de lo bien que he comido y lo poco que tengo que pagar por ello.

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¿Dónde podemos encontrarlos?

Aunque se hable de “furanchos en Galicia”, no es algo que podamos encontrar en todo su territorio. Se concentran en dos zonas determinadas: la principal en las Rías Baixas y luego en menor medida, en la zona de Betanzos (A Coruña).

La comarcas del Salnés (Sanxenxo, Cambados, O Grove, Ribadumia) y O Morrazo (Cangas, Moaña, Bueu, Aldán) son el epicentro de la actividad de los “furanchos”. A mayores, también podemos destacar la zona de Bembibre, a las afueras de Vigo.

No se podría dar un número exacto, aunque los censos oficiales de los ayuntamientos se aproximan a unos 350 “furanchos”. Luego están los que siguen sin estar registrados, y otros tantos que se han ido reconvirtiendo en tascas o tabernas.

Como os comenté, tenemos la gran suerte de contar con una web: defuranchos.com , donde encontrar un sinfín de locales de este tipo. Con un mapa para encontrarlos y luego la ficha de cada uno con sus particularidades. Un trabajazo enorme, que nos facilita muy mucho la tarea de localizar estos templos gastronómicos.

De todas maneras, la opción que más triunfa es la de las recomendaciones de l@s conocid@s, que viven o veranean por la zona, y ya tienen sus “furanchos” preferidos bien fichados.
De junio a agosto, arde el “guaxap” pidiendo donde encontrar un local bien enxebre y tradicional, cuanto menos conocido mejor.

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Algunas recomendaciones, para la ruta de “furanchos”

Uno de los municipios con más y variados “furanchos” es Meaño, cerca del conocido Sanxenxo. No es extrañar esta aglomeración al ser una zona de gran producción de albariño.

El pueblo de Cobas, es como la “milla de oro”, al contar con un buen número de “furanchos” en plena temporada. Ahí podemos encontrar el “Furancho de Juan”, “A do rapaz”, “A Roda”, “O Bacelo de Mari”, “O quirófano”, etc. hasta contar 14 locales. Una localidad donde hacer una ruta para comer, descansar y luego volver a la carga para la cena.

Otra zona recomendable es el triángulo formado por Moaña, Cangas y Bueu, en la comarca de O Morrazo. Esta no es zona de vino, pero sí de buen producto del mar y de la huerta, por lo que encontraremos un buen número de “furanchos” en un pequeño territorio. Para moveros con seguridad, en la web “Crónicas furancheiras” encontraréis muchos locales, con sus particularidades, paltos, ubicación, etc.

En el barrio de Matamá (Vigo), está el “Furancho da Balsa”, un clásico en la ciudad y que está siempre entre las recomendaciones de “guaxap”. Abren de jueves a domingo, y además de comer/beber muy bien a un precio imbatible, los viernes y sábados por la noche suele haber alguna charanga o banda de “gaiteiros” para amenizar las cenas como se merecen.

Como colofón, os dejo un lugar especial, de esos a los que hay que ir alguna vez en la vida. Se trata del “Furancho Reboraina”, en Redondela (Pontevedra). Un lugar mágico, con un pazo antiguo, un amplio jardín y un magnolio gigante, donde se sitúan los comensales en los días de verano.

Por la noche, bombillas estilo rústico hacen un ambiente todavía más embaucador. Abren del 1 de mayo al 31 de julio (lunes cerrado), y no se admiten reservas.

 
Viaje al centro de la empanada gallega

La empanada gallega es un mundo en sí misma. Si quieres saber cómo se cocina, cuáles son sus variedades y dónde se pueden comprar las mejores, ven con nosotros hasta su tierra prometida.






Las masas rellenas existen en casi todo el mundo, pero sólo una es plana, grande, está pensada para ser compartida y llega rellena, habitualmente, de animales marinos con verduras. Es la empanada gallega, que casi todo el mundo ha probado en España pero cuyo origen, preparación o variantes por zonas pocos conocen. La mayoría nos conformamos con zampárnoslas, y a veces nuestra falta de criterio nos lleva a dar por buenos ejemplares con un lejanísimo parentesco con el original.

La empanada es todo un universo, y para profundizar en él viajamos a A Coruña, donde el gastrónomo Jorge Guitián nos explicó de dónde viene, en qué nos tenemos que fijar al probarla, y cuáles son los mejores sitios para comprarla. De postre, el chef Pablo Gallego nos enseñó a hacer una como mandan los cánones. Los dos son muy riquiños y lo explican todo muy bien, así que ya estás tardando en ver el vídeo de arriba.

 
Tarta de castañas y chocolate



Tarta de castañas y chocolate

Info.





Ingredientes para Tarta de castañas y chocolate
  • 4 huevos grandes
  • 400 ml de nata líquida
  • 100 gramos de chocolate 70% cobertura
  • 100 g. de mantequilla.
  • 75 g. de azúcar (unas 4 cucharadas).
  • 30 galleta tipo desayuno y cucharadita de esencia de vainilla
  • Cacao en polvo
  • 100 g de pure de castaña
  • 200 g de mermelada de castaña
  • 1 chorrito de licor café







Cómo hacer una tarta de castañas y chocolate.

Como buen ourensano me encantan las castañas y hace poco conseguí un tarrito de crema de castañas en mi visita mensual a Ourense. Os puedo asegurar que su sabor se aproxima al marrón glacé.
La zona de castañas en Ourense es muy amplia, en mi pueblo tenemos un montón de castiñeiros, casi todos los años mi padre recoge unos 200 kg. de castañas.
Pero donde más fama tienen es en la comarca de Monterrey, está coronada por innumerables extensiones de castaños centenarios. Municipios como Riós, Villardevós, Castrelo,… están internamente unidos a la castaña, que fue base de alimentación durante muchos siglos.

Prueba de ello es la ruta europea de la castaña, que tiene su sede en el municipio de Riós y su fiesta de los Magostos.
Si no la encontráis os podéis hacer vuestra propia crema o mermelada de castaña. Con ella es imposible que salga mal, una combinación de sabores de este exquisito fruto, la castaña, el toque del marrón glace y un deje final a chocolate. Espero que os guste y os animéis con ella.

Preparación de la base de galleta
  1. Derretimos la mantequilla (usad el microondas, es más rápido, a temperatura baja unos 2 minutos).
  2. Con la picadora trituramos las galletas (si no tenéis, en un trapo de cocina echamos las 30 galletas y envolvemos para luego machacarlas con una cuchara o algo pesado, no os quedará tan fino pero sirve igual).
  3. Añadimos por encima la mantequilla derretida. La masa estará caliente y será muy manejable.
  4. Añadimos la cucharada de esencia de vainilla. Podemos incluso añadir algo de harina de castaña o trocitos de castañas muy picaditos para darle más sabor, este punto es opcional.
  5. Cogemos la mezcla de galleta y la repartimos por la base de un molde desmontable grande, 22 cm de diámetro.
  6. Apretamos contra el fondo y en los lados cn la ayuda de una cuchara o con los dedos e introducimos al horno unos 10 minutos a unos 180º C para que se endurezca y se evapore un poco el líquido sobrante.
  7. Sacamos el molde y dejamos enfriar para rellenar con la crema de chocolate y castañas.
  8. Bajamos la temperatura del horno a 150º C y lo dejamos así mientras preparamos la crema.
  9. Si vamos a preparar la crema más tarde debemos poner el horno a precalentar.
Preparación de la tarta de castañas y montaje final
  1. Ponemos la nata a calentar en un cazo a fuego medio. Cuando esté caliente (sin que hierva, solo caliente) echamos el chocolate en trozos y el chorrito de licor café. Dejamos a fuego bajo que se funda todo, ayúdate con una cuchara de madera.
  2. En un bol ponemos los huevos y el azúcar. Batimos hasta que quede una mezcla homogénea, cremosa y no demasiado espumosa. Introducimos la mermelada y el puré de castañas (si no encontráis mermelada, podéis emplear crema o puré de castañas solamente, añadiendo 1 cucharada más de azúcar a la mezcla). Removemos la mezcla sin batir.
  3. Cuando el chocolate se haya fundido con la nata apagamos el fuego y apartamos la mezcla. Añadimos la mezcla de huevo y castañas, mezclamos bien sin batir y dejamos reposar fuera del fuego.
  4. Vertemos sobre la base de galletas toda la mezcla que tenemos reservada y la introducimos en el horno precalentado a 190º C entre 30 y 40 minutos (tal como comenté en alguna otra receta, todo depende del horno, siempre mirar con un tenedor que se quede seco…).
  5. Retiramos del horno y dejamos enfriar en la nevera durante unas horas. Desmoldamos.
  6. Por último espolvoreamos el cacao en polvo con un colador por encima de la tarta. Un pequeño consejo, a este postre le va muy bien acompañarlo con una copa de licor café helado.
En casi todas las pastelerías ourensanas en tiempo de Magostos se puede encontrar una tarta de castañas deliciosa llamada “Tarta San Martiño”.
En el blog tenemos por varias tartas con castaña: tarta de castaña similar a la San Martiño “Magostos”, tarta de castañas y almendra “Lucrecia”, esta crema de turrón y castañas y un flan de castañas que os recomiendo sin duda.

Consejos para una tarta de rechupete
  • Las castañas las podéis encontrar en el mercado desde principios de otoño hasta finales de invierno, en nuestro calendario podéis ver todos los ingredientes que están de temporada. Al comprarlas, es importante tener en cuenta el estado de la piel, que debe ser brillante.
  • Para conservarlas en casa os aconsejo que las guardéis en un lugar seco y fresco, nada de bolsas de plástico (pueden pillar moho). Y en mi caso siempre tengo alguna bolsita preparada lista para asar, pero en el congelador.
  • Hasta le quito el trocito de castaña para que sólo tenga que asarla directamente del congelador al horno, las podéis tener un máximo de 6 meses, perfecto para cuando tengáis antojo de castañas en el mes de Febrero.
  • Os recomiendo la DOP de Castaña gallega, por supuesto, aunque las castañas del Bierzo y las extremeñas (Valle del Jerte) también son de calidad. Esta IGP es la mejor protección para controlar la producción y que sea de calidad.
  • La castaña gallega se suele vender en los mercados y para la fabricación de cremas, mermeladas y harina. La mermelada de castaña con la que he preparado esta tarta está elaborada con castaña gallega, azúcar y un poco de leche condensada.
 
Tarta de requesón


Tarta de requesón

Info.





Ingredientes para Tarta de requesón
  • 500 g de requesón gallego (se podría sustituir por quesos similares como el Ricotta, Mató o Recuit)
  • 4 huevos
  • La ralladura de medio limón
  • 2 cucharadas de coñac, brandy o un PX (un poquito de tu licor preferido)
  • 1/2 sobre de levadura en polvo Royal
  • 200 g de azúcar blanquilla
  • 1 yogurt natural (125 g.)
  • 200 g de harina de trigo o almidón de maíz (Maicena)
  • 200 ml de leche entera
  • Un chorrito de miel gallega generosa para decorar







Cómo preparar una tarta de requesón o quesada gallega. Os presento una tarta que he preparado cientos de veces cuando era un peque en Galicia.
Una receta de postre muy agradable al paladar, con un suave sabor a queso que a mi hermana le queda de vicio. Conozco a pocas personas que se resistan al encanto de una buena tarta de queso.
Si además es con un buen requesón os aseguro que no quedan ni las migas, es una tentación en la que cae todo el mundo.
Esta es una de las tarta más tradicionales que puede haber, muy similar a la quesada pasiega y que acompañada con un poquito de miel es un postre para ponerle un altar.


El requesón que lleva la receta aporta calcio y proteínas propias de la leche, su contenido en grasas es muy bajo. Lo podemos utilizar para elaborar recetas dulces o salados, fríos o calientes.
Se puede encontrar en cualquier mercado o supermercado y mucha gente lo hace en casa, por lo menos en la zona de Galicia. Esta receta podríamos también prepararla con un recuit, el mató catalanes o un ricotta italiano.

Os animo a probar esta receta o la otra quesada fácil o tarta de queso fresco, las 2 son muy fáciles de preparar. El éxito de este postre está asegurado y es que esta tarta es muy difícil que te salga mal, admite muchas variaciones.

Preparación de la tarta de requesón
  1. En bol grande batimos los huevos con el azúcar hasta que doble su volumen. Cuando ya estén así añadimos y mezclamos el yogurt con los huevos.
  2. Incorporamos a la mezcla anterior la leche entera y volvemos a batir.
  3. Añadimos también la harina con la levadura y trituramos en el bol anterior con la batidora de mano hasta que obtengas una crema fina. No hacer falta batir demasiado para que no genere muchas burbujas.
  4. En el mismo bol rallamos el medio limón y lo añadimos con el requesón (recordad que es el ingrediente estrella, debe ser de calidad) y el chorrito del coñac a la mezcla anterior. Batimos todo hasta que no queden grumos.
  5. Echamos la mezcla anterior en un recipiente engrasado con mantequilla y espolvoreado con harina.
  6. Si el molde que tienes en casa ya es antiadherente, no hace falta untarlo con mantequilla.
  7. Pero si es como en este caso, lo mejor es un molde alto, si es que tienes es un poco más grande, entonces quedará más fina y necesitará menos tiempo de horneado.
  8. Simplemente unta el molde con mantequilla, pero sin excesos.
Horneado de la tarta de requesón y presentación final
  1. Precalentamos el horno a 200º C durante 10 minutos antes de meter la tarta en el mismo.
  2. Introducimos la quesada en el horno a 190º C. Con la opción de calor arriba y abajo, en la bandeja media del mismo. La vamos a hornear durante unos 30 minutos. Tal como comenté en alguna otra receta, todo depende del horno, siempre mirad con un tenedor y cuando esté seco, retirad.
  3. Un pequeño consejo, tapad la quesada con papel plata para que no se queme la parte de arriba. Sacamos la tarta cuando queden 10 minutos de cocción.
  4. Dejamos enfriar durante 1 o 2 horas y finalmente desmoldamos.
  5. Tened cuidado al hacer el corte de la porción, se suele desmigar un poco… buena señal para degustar esta tarta. Acompañar con un buen chorro de miel, le va de perlas.
Podéis ver todas las fotos del paso a paso de la receta de la tarta de requesón en el siguiente álbum. Siguiendo las fotos os aseguro que os quedará perfecta a la primera.

Consejos para una tarta de requesón de rechupete
  • El ingrediente principal de esta tarta es el requesón. Lo mejor es que compres uno de calidad porque el sabor es muy importante.
  • Un ingrediente que le va muy bien son las uvas pasas o sultanas. Aunque antes deberéis macerarlas en coñac o algún otro licor que tengáis a mano (habría que añadirlo justo antes de meterlo al horno).
  • Esta tarta de requesón es una receta muy sencilla de hacer a pesar de tener varios pasos. El resultado merece la pena ya que es una tarta muy suavecita y con una textura muy especial.
  • Os aseguro que encantará a toda la familia, grandes y pequeños. Triunfo asegurado con este postre, una tarta de queso que se quedará en casa como una de vuestras mejores recetas.
 
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