Cine Clásico

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Alfombras mágicas / Kevin Connor, 1979, Reino Unido, 98'. Christopher Lee, Milo O'Shea, Oliver Tobías.

Alquazar, el dictador de Jadur, le ofrece al Príncipe Hasan la mano de su hija, a condición de que le traiga una rosa sagrada de la isla de Elil. Hasan emprende el viaje en una alfombra mágica, acompañado de un servidor de Alquazar y de un muchacho huérfano que posee un zafiro mágico. Al llegar a la isla tendrán que enfrentarse a innumerables peligros.

 
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Alguien voló sobre el nido del cuco / Milos Forman, 1975, EE.UU., 133'/ Jack Nicholson, Louise Fletcher, Brad Dourif

Randle McMurphy (Jack Nicholson), un hombre condenado por asalto, y un espíritu libre que vive contracorriente, es recluido en un hospital psiquiátrico. La inflexible disciplina del centro acentúa su contagiosa tendencia al desorden, que acabará desencadenando una guerra entre los pacientes y el personal de la clínica con la fría y severa enfermera Ratched (Louise Fletcher) a la cabeza. La suerte de cada paciente del pabellón está en juego.



 
Última edición:
'(500) días juntos', diez años de una falacia obsesivo-inofensiva
Hace una década nos alertaron de que esta película no era una historia de amor, pero no de que trataba sobre la obsesión de un hombre hacia una mujer que todavía hoy es dilapidada por haber sido clara en sus sentimientos
Mónica Zas Marcos
24/07/2019 - 23:31h
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(500) días juntos

A veces no hay mejor termómetro que el cine para medir el fervor social y el paso del tiempo. Hace diez años se estrenaba en nuestro país una falacia disfrazada de pastel nupcial llamada (500) días juntos. La mentira empezaba con la traducción al español del título, que en inglés hacía referencia a Summer, nombre de la chica protagonista, y al periodo estival en el que empezaba su lío con un compañero de trabajo.

La cosa seguía con el subtítulo original de la cinta, que alertaba de que no era una historia de amor, sino sobre el amor. Tampoco era cierto. De hecho, eran mucho más precisas las líneas que encabezaban el cartel en español: "Chico conoce a chica. Chico se enamora. Chica no".

¿Y qué simbolizan los 500 días entonces? La suma del breve romance y el largo duelo que vive él demonizando a Summer y asumiendo que la futura madre de sus hijos no quiere ser tal y no le corresponde. Por lo tanto, la película dirigida por Marc Webb no solo no trata sobre el amor, sino que es el mejor reflejo de las obsesiones romántico- inofensivas de la última década.

La siguiente es una obra de ficción, cualquier parecido con algún personaje vivo o muerto es mera coincidencia.
Especialmente contigo, Jenny Beckman.
Bitch.

- Nota de los guionistas al comienzo de la película.

Lo que ha hecho el tiempo con (500) días juntos es directamente proporcional a cómo percibimos esos mitos folletinescos en la vida real. Los críticos etiquetaron unánimes a Summer (Zooey Deschanel) como la mala de la película. Una perra sin sentimientos que confundió al papanatas de Tom (Joseph Gordon Levitt) con una fachada de color pastel, lacitos en el pelo y el rechazo frente a un plato de tortitas más humillante que han visto las dos dimensiones.

Por desgracia para Summer, había muchos Tom pululando por el mundo del cine en 2009, ellos y ellas. Pero justo los primeros habían acuñado dos años antes un término para definir a esas criaturas burbujeantes que intervienen en la vida de un hombre hechizándolo con candidez y una pizca de locura: la Manic Pixie Dream Girl (MPDG).

Summer empezó a formar parte de un pelotón de "maníacas adorables" que reducía cualquier personaje espontáneo e independiente a unas siglas bochornosas. Habían caído nuevos fenómenos, como ella o Amèlie, y también algunos de los clásicos más queridos de la historia, como Annie Hall.

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Pero nadie parecía darse cuenta de que (500) días juntos, al igual que el filme de Woody Allen, se narra siempre desde el punto de vista masculino. Nadie, excepto los actores que daban vida a Tom y a Summer en la película. "Me sorprende muchísimo cuando vienen mujeres y me dicen: ¡cómo odié a tu personaje! ¿En serio? ¡Si se lo dejó todo claro desde el principio!", dijo Deschanel a EW en una entrevista por el décimo aniversario.

No es extraño que ella defienda a Summer. Al fin y al cabo tuvo que sufrir el escarnio público de la MPDG y en respuesta creó la serie New Girl para derribar los prejuicios. Lo que pilló por sorpresa es que Gordon Levitt se enfrentase también a aquellos fans que han vivido engañados por el mito del amor romántico todo este tiempo. Primero lo hizo en una entrevista para Playboy y después varias veces en Twitter.

"El mensaje de (500) días juntos de "él está tan pillado por ti" puede resultar atractivo para algunas mujeres y hombres, especialmente para los más jóvenes. Pero animaría a cualquiera que adore mi personaje a que la vea de nuevo y examine lo egoísta que es", explicó el actor a la revista en 2012.

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(500) días juntos

Aunque la película comienza con la nota de los guionistas -dos hombres- parodiando el despecho que siente Tom, la trama deja bastante claro que es él quien persigue su camino hacia la desesperación. Y lo encuentra. Sin embargo, en aquel momento se aplaudió que el malparado de la parejafuese el hombre y ella por fin la que "llevaba los pantalones" en una comedia romántica. La insensible, la vividora, la que lo usa y lo tira como un chicle.

El problema es que esa concepción es tan sexista como el propio dicho de "llevar los pantalones". Summer no es el "tío malo" ni la jugadora. La intención de Marc Webb no era travestir a su personaje femenino con los peores estereotipos cinematográficos del hombre. Justo al contrario. Quería demostrar que nos han enseñado a empatizar con el tipo bueno, el Ted de Cómo conocí a vuestra madre, el Mark de Love Actually o el Will de Notting Hill, y a odiar a las Robin, Juliet y Anna que les rompen el corazón.

Pero, ¿alguien se ha preguntado qué querían ellas? "Tom desarrolla una obsesión levemente delirante sobre una chica en la que proyecta todas sus fantasías. Piensa que ella le dará sentido a su vida porque no le importa nada más", resumió Gordon Levitt. "Eso es enamorarse de la idea de una persona, no de la persona real ".

Tom escucha a Summer en el karaoke y se la imagina haciendo reír a sus amigos, pasean por Ikea y se la imagina amueblando su casa nueva, se dan unos besos en el ascensor y les imagina teniendo s*x* desenfrenado en la oficina, tararea There is a light that never goes out y se imagina saltando juntos en un concierto de los Smiths. Pero el verbo clave es el mismo: imaginar.

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(500) días juntos

Parece mentira lo mucho que cala el tiempo en una cinta y lo mal que puede envejecer un guion en cuestión de horas. Cuando se celebró un lustro de (500) días juntos, muchos reconocieron que Summer solo era villana en la película que se había montado Tom, y que esta historia no entendía de buenos ni de malos, solo de caminos cruzados.

Eso se debe a que en este tiempo se han escrito más personajes femeninos complejos que lucen su sexualidad y su independencia sin que el objetivo sea hacer trizas a un pobre diablo. "¿No crees que una mujer pueda disfrutar siendo libre?", pregunta ella en el karaoke a sus dos compañeros masculinos. "¿Eres lesbiana?", le espeta uno en tono jocoso. "No, no soy lesbiana. Solo no me siento cómoda siendo la novia de nadie. Bueno, siendo nada propiedad de nadie", contesta.

Parece que los espectadores prestaron tan poca atención a esta conversación como Tom, que aún así se empecinó en convertirla en un artículo de su propiedad. Tampoco a cuando dice que no cree en las relaciones ni en la exclusividad. Solo en los momentos en los que la pantalla se parte, descubrimos un poco de la Summer real, pues hasta ese momento es nada más que una fantasía complaciente con las inseguridades de Tom.

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Expectativas y realidad en (500) días juntos

(500) días juntos no es una película de buenos y malos, efectivamente, pero sí de egoístas y equivocados. La primera fase fue la de proyectar todos los horrores en ella. La segunda también, pero permitiéndole errar como mujer (pobre, no se daba cuenta de que Tom era lo que la convenía). Han tenido que pasar nada menos que diez años para que la opinión pública admitiese que el desacertado y el ególatra era él, porque sus protagonistas lo tenían claro desde hace mucho tiempo.

Obsesionarse con una persona e imaginar un futuro a su lado no es patrimonio de los hombres ni es un sentimiento machista. (500) días juntos tampoco lo es. Lo malo de esta cinta fue nacer al calor de la Manic Pixie Dream Girl, pues no existía aún su equivalente masculino. Ahora tampoco, pero nos quedamos con el término acuñado por GQ del PYBS (Perfecto Yerno en Busca de Suegra) y que diez años más tarde es el ideal para definir a Tom.

Con estas siglas en mente, debemos derribar la falacia siguiendo el consejo de Joseph Gordon Levitt: "Creo que lo realmente divertido es intentar verla y ponerse en los pies de Summer durante toda la película". Ha llegado el décimo verano y, con él, su más que merecido turno.

https://www.eldiario.es/cultura/cine/500-dias-juntos-falacia-amor_0_923907819.html
 
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Alí Babá y los cuarenta ladrones (Arthur Lubin, 1944, USA, 87 min.) Jon Hall, María Montez, Turhan Bey

Alí Babá, hijo del Califa de Bagdad, es criado y protegido por 40 ladrones tras la muerte de su padre a manos de los soldados de Hugalu Khan, un malvado que obtuvo la ayuda del traidor Cassim. Con el tiempo Alí se convierte en el líder de la banda de ladrones, decidido a luchar por la liberación de su país.

 
Cartelera y opciones para disfrutar del cine de verano en Sevilla en los próximos meses
Cartelera de las mejores películas y cines pasar un gran rato al aire libre en las noches estivales
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Planes culturales para este verano en Sevilla
Con la llegada del verano, Sevilla se ve abrumada ante tanto calor, por lo que es necesario buscar otras alternativas y planes de ocio para esta época estival. Salir con pleno sol y estas temperaturas se convierte en una aventura de riesgo para los más valientes, pero otros en cambio prefieren esperar a que llegue la noche para poder pisar la calle.

Desde ABC ya ofrecimos una cantidad de planes alternativos para poder hacer en verano en Sevilla, pero esta vez vamos a centrarnos en lo que es el plan favorito por muchos: los cines de verano.

Con la caída del sol y temperaturas se da paso a una noche más agradable y fresca, donde asistir a un cine al aire libre, con tus películas favoritas es siempre un gran plan de ocio para disfrutar con tu familia y amigos.

En Sevilla ya no disponemos de tantos cines de verano como antaño, pero sigue habiendo varios de ellos donde poder disfrutar de sus servicios y extensa cartelera.

Son cuatro los cines principales con los que cuenta Sevilla (capital): Parque del Alamillo en Sevilla, Patio de la Diputación, Cine de Verano de CICUS y Terraza Zona Este.

La cartelera y programación de las distintas actividades podemos verla aquí.



Patio de la diputación


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Cortijo del Alamillo, donde se celebran las actividades - ABC
La oferta de este cine es muy amplia con un total de 68 películas, divididas en días en función a su temática. Un verano más abre sus puertas para sus ya fieles espectadores que cada año acuden a disfrutar de su propuesta.

Los filmes se proyectarán en el patio de la Diputación (Av. de Menéndez Pelayo, 32), a las 22.15 horas, abriéndose la taquilla una hora antes, donde podrás adquirir tu entrada con un precio único de cuatro euros.

Para consultar la cartelera y su programación esta es su página web: http://www.asomatealpatio.es/

Cicus
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Patio del Cicus - ABC
El patio del Cicus (Centro de iniciativas culturales de la universidad de Sevilla), ofrece un programa para verano que engloba tanto cine como música, siendo muy conocido por el jazz y el rock. Su originalidad reside en la proyección de películas diferentes, como por ejemplo de origen coreano.

Podemos encontrarlo en la calle Madre de Dios, y su entrada es libre y gratuita a partir de las 21:00 horas.

Para más información, sobre sus horarios, actividades, y agenda, han elaborado una extensa página web donde poder consultarlo todo.https://cicus.us.es/

Terraza Zona Este
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Zona Este - ABC


El centro comercial Zona Este monta todos los años su particular cine de verano, donde podrás disfrutar de una programación dirigida a toda la familia al aire libre hasta septiembre.

Una peculiridad que presenta este cine de verano es la cantidad de estrenos que tiene, con un total de 20, tanto nacionales como internacionales, además de varios éxitos taquilleros.

Su horario de apertura es a las 22:30 horas, en la glorieta Palacio de Congresos, 1. Respecto a su precio podemos decir que se adapta a cada bolsillo, con un coste de 3 euros de domingo a jueves y de 6,20 los viernes y sábados, día de estrenos. Para los socios Cineclub sin embargo el precio es de 2,5 euros entre semana y de 5 los fines de semana.

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Alicia en el país de las maravillas (Norman Z. McLeod, 1933, USA, 76 min.) Charlotte Henry, Leon Errol, Louise Fazenda

Historia de magia y fantasía en la que Alicia se adentra en el sorprendente País de las Maravillas y conoce a extraordinarios personajes como Tweedledee y Tweedledum, el Sombrerero Loco, La Reina de Corazones y el frenético Conejo Blanco. Adaptación de las novelas de Lewis Carroll.

 
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Un alma libre / Clarence Brown, 1931, USA, 93' / Lionel Barrimore, Norma Shearer, Clark Gable.

Ace Wilfong, un joven gángster, se enamora de la bella hija de su abogado. Sin embargo, su relación sentimental se va deteriorando y acaba rompiéndose debido al mal carácter de Ace. Cuando ella vuelve con su antiguo novio Dwight, los celos se apoderan del mafioso.


 
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Alma rebelde (Robert Stevenson, 1943, USA, 97') Orson Welles, Joan Fontaine, Margaret O'Brien

Adaptación de la célebre novela de Charlotte Brontë con un reparto de lujo, encabezado por Joan Fontaine y Orson Welles (que 3 años antes había estrenado su ópera prima "Ciudadano Kane"), sobre la profunda historia de amor de una institutriz y un rico heredero que se verá truncada por un trágico acontecimiento del pasado de éste.

 
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Almas desnudas / Max Ophüls, 1949, USA, 82'/ James Mason, Joan Bennett, Geraldine Brooks

Cuando descubre el cuerpo sin vida del amante de su hija, Lucia Harper decide esconderlo porque sospecha que la autora del crimen es su propia hija.

 
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Almas en tinieblas (Don Siegel, 1949, USA, 84') Ronald Reagan, Viveca Lindfords, Broderick Crawford.

John Gaylord, un científico que padece epilepsia, alquila una casa en la costa de Florida a Ann Gracie, una viuda que sostiene que aún oye la voz de su difunto marido. John conoce al artista C. L. Shawn y a su mujer, que son amigos de Ann. Aunque John ha ocultado su epilepsia, Shawn la descubre accidentalmente. Cuando John se enamora de Ann, su médico le aconseja que le cuente la verdad sobre su estado de salud, pero él prefiere romper con ella antes que confesarle su enfermedad.


 
Cuando 8.000 soldados de Franco rindieron a Espartaco en Madrid
Uno de los militares que participó en el filme de Stanley Kubrick cuenta las anécdotas del rodaje americano en España
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SeguirLucía M. Cabanelas@luciacab
Madrid Actualizado:28/07/2019 01:58h
Kubrick, el cineasta que rompía siempre las reglas

Cuesta imaginar a un esclavo presentar batalla contra las organizadas e inexpugnables legiones romanas, una temeridad para una una hormiga frente a un ejército de osos hormigueros. Cierto es que el valor no entiende de tamaños, y que no todos los esclavos tenían la picardía rebelde de Espartaco ni el físico y el hoyuelo en el mentón de Kirk Douglas. En un péplum para enmarcar, que consolidó el género del cine histórico y se llevó cuatro premios Oscar, a punto estuvo el actor, dirigido por Stanley Kubrick en 1960, de vencer a las tropas del cónsul romano Marco Licinio Craso, ese aristócrata que pasó a la historia por financiar a un joven y empobrecido Julio César. Pero un insólito pacto entre Hollywood y Francisco Franco echó por tierra el honor de Espartaco, que terminó, como Jesús, crucificado.

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Cuando el rodaje estadounidense de «Espartaco» tocaba a su fin, Kubrick se percató de que a la película le faltaba algo: una gran batalla. El músculo (la pluma) de un Dalton Trumbo clandestino –perseguido por el mccarthismo– golpeaba vigoroso en casi todas las escenas, menos en la de un gran combate que brillaba por su ausencia en el guión. Por fortuna, además de protagonista, Kirk Douglas era un espabilado productor y consiguió que Universal duplicara el presupuesto para las escenas de batalla, de modo que improvisó en noviembre de 1959 un rodaje en Madrid y Guadalajara donde participaría el Ejército español.

Por muy tentador que fuera trasladar el set de rodaje a España, donde los incentivos fiscales, el clima, la variedad de localizaciones y las horas de sol convertían al país en una suerte de Edén al sur de Europa, a punto estuvo de fracasar la jugada maestra de la meca del cine. La suerte quiso que, después de que Franco ordenara a su ministro de Defensa cancelar el proyecto, un cheque a la «organización benéfica» de su esposa atajara el problema.

«La única orden que dio Franco fue que no se autorizaba que ninguno de sus soldados muriera en la película [en pantalla]. No es que le preocupara su seguridad, simplemente no quería que hiciéramos que pareciera como si murieran. Orgullo español», escribió Douglas en «Yo soy Espartaco». Así, más de ocho mil soldados españoles, a razón de ocho dólares al día, se pusieron la lorica, las grebas y la gálea de todo buen legionario romano. Uno de ellos fue Eugenio Rodríguez Robledano, por entonces cabo primero del regimiento del Alcázar de Toledo número 61, y uno de los militares que cambió a Franco por Kubrick, que impartía las órdenes desde unas torretas improvisadas construidas en Colmenar Viejo.

Un ejército... de piojos
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Eugenio Rodríguez Robledano, cabo primero del regimiento del Alcázar de Toledo, tenía 23 años cuando formó a las órdenes de Kubrick
«Por la mañana nos dieron uniformes en sacos de plástico que no abrimos hasta después de comer, cuando nos pidieron que nos vistiéramos y posáramos en una revista informativa», cuenta Rodríguez Robledano, que tenía 23 años ese otoño de finales de los cincuenta. «Los sacos tenían miles de piojos. A mí me dieron uno de centurión que estaba infestado. Cuando nos los quitamos por la noche, resulta que los uniformes andaban solos. La gente tuvo que lavarse en las duchas, en las fuentes y en los abrevaderos. Tuve que ir al mando a quejarme, porque los soldados no estaban dispuestos a ponérselos de nuevo. Al final, nos trajeron varias bolsas con Zz –el producto químico para acabar con la plaga–. El problema fue que la gente enloqueció cuando se aplicó la sustancia en las rozaduras», recuerda, divertido. Una historia que inspiró el documental «Péplum», que ahora su nieto Eugenio Rodríguez Rigo le regala a su abuelo. «Siempre veía con él la película, es la típica que ponen en Semana Santa, y recuerdo que en la batalla final se señalaba y decía qué lugar ocupaba en la formación. Siempre me hizo ilusión, desde pequeño, que mi abuelo saliera en una película de Hollywood», reconoce el realizador.

Kubrick, un gran meticuloso, rodó en Colmenar Viejo una de las batallas más espléndidas e icónicasde la historia del cine, para lo que necesitaba el verismo de unas tropas con experiencia real. «Era mejor contar con un ejército de verdad, que sabía formar militarmente, que entrenar a actores sin idea. Para interpretar a los esclavos sí se contó con extras españoles», explica el director de «Péplum».

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Eugenio Rodríguez Robledano, con compañeros del regimiento - E. R. R.
Durante una semana, estos soldados jugaron a ser actores en Madrid y Guadalajara y tuvieron que repetir hasta la saciedad escenas como la de la embestida de los rodillos de fuego que lanzaban los esclavos. «Yo iba de centurión en el grupo de la izquierda de cabeza hacia donde estaban los rodillos. Cuando los lanzaban, la formación se rompía y había que repetir. Aquello era lo de nunca acabar, lo hacíamos tres o cuatro veces por la mañana y dos o tres por la tarde», se queja Rodríguez Robledano, que ahora tiene 83 años. Aunque no todo era malo en el arduo rodaje. «Nos daban una bolsa de comida por la mañana y nos la comíamos en el campo. Cuando los mandos acababan y volvíamos a rodar por la tarde, nosotros ya nos habíamos comido la bolsa y habíamos dormido la siesta», recuerda este soldado español que fue centurión, mientras otros especialistas eran crucificados, atados y sentados en sillines de bicicletas esperando, durante horas, cubiertos con una manta para soportar el frío otoñal en las cercanías de Colmenar Viejo, donde Kubrick utilizó, de fondo, el puente del ferrocarril como si se tratara de un acueducto romano. El único problema, reflexiona en el documental, fue que tuvo que repartir los beneficios económicos con los otros cabos de su regimiento al finalizar la película.

No estuvieron para verlo las estrellas de «Espartaco», que no rodaron en España ninguna de las escenas bélicas. De hecho, a Douglas le dobló un especialista con una máscara de látex con los rasgos del actor, sobre todo para las escenas lejanas. Para los primeros planos se rodó en California, siendo intercalados con gran habilidad durante el montaje.

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La actriz Ava Gardner llega al aeropuerto de Barajas procedente de Londres, durante 1953 - EFE
De la República romana al Imperio Bronston
Antes que «Espartaco», España ya era un paraíso para la industria norteamericana, que rodó en la Península Ibérica películas como «Alejandro Magno» (1956) u «Orgullo y pasión» (1957). Sin embargo, las emblemáticas escenas de la película dirigida por Stanley Kubrick, la nula conflictividad sindical y la profesionalidad de los técnicos españoles allanaron el camino para que Samuel Bronston erigiera ya en la década posterior su imperio de cartón piedra.

Bajo el influjo de las favorables condiciones de España y la batuta de Bronston, se filmaron en territorio nacional películas míticas como «El Cid», «55 días en Pekín», «La caídad del Imperio Romano» o «El fabuloso mundo del circo». Estrellas de Hollywood como Ava Gardner, Sofía Loren o Charlton Heston desfilaron por nuestro país, durmieron la siesta y también sufrieron las resacas. Se bebieron hasta el agua de las fuentes y, de paso, vivieron las costumbres patrias, le cogieron el gusto a los toros... y a los toreros. Y España se convirtió en una fiesta.

https://www.abc.es/cultura/abci-cua...on-espartaco-madrid-201907280158_noticia.html
 
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Alrededor de la medianoche / Autour de minuit / Round Midnight / Bertrand Tavernier, 1986, Francia, 133' / Dexter Gordon

Una noche de 1959, en París, un debilitado músico de jazz asombra a la clientela del club “Blue Note” con el elocuente sonido de su saxo. Fuera del local, un hombre demasiado pobre como para pagarse un vaso de vino lo escucha entusiasmado. Pronto, a ambos les unirá una gran amistad. Se basa en las vidas del pianista Bud Powell y del saxofonista Lester Young.



 
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