No es nada nuevo que las mujeres con dinero hagan algo así, interesarse por el arte y estar en círculos intelectuales y ser mecenas de artistas y escritores y hasta de diseñadores, desde reinas, cortesanas y mujeres con mucho dinero, en la historia se puede ver que se codeaban con intelectuales y demás vanguardistas y los patrocinaban, reinas como Maria de Medici, cortesanas como Diana de Poitiers, aristocratas como Marella Agnelli y la misma Marta Marsotto, no veo el porque una persona con dinero no pueda tener intereses intelectuales y ser juzgada por tenerlos solo porque es rica.Sin ánimo de ofender, Charlotte lleva y tiene una vida ociosa.
Sus amigas son igual de ricachonas y millonarias que ella.
Tener una galería de arte lujosa o que su cuñada tenga una marca de productos étnicos de lujo, me da a entender que si los negocios fracasan no pasa nada porque ellas no se arruinan,los tienen por hacer algo en esta vida más allá de irte de vacaciones a paraísos o tener hijos o ir por obligación a los eventos de Mónaco.
El libro no deja de ser un conjunto de reflexiones de temas cotidianos/existenciales que cualquier filósofo prolífico ha tratado previamente como Francesc Torralba.
Charlotte tiene mucho tiempo libre para leer, para graduarse,para montar esas jornadas filosóficas, para tener novio, para montar a caballo, para salir en tv para promocionar su libro, para ir al baile de la Rosa de Mónaco, para publicitar a Gucci... en fin una vida de lujo.