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Quién es la mujer que invadió el campo de juego en la final de la Champions League y por qué lo hizo
Sobre los 17 minutos, una mujer se metió en la cancha y obligó a detener las acciones. El antecedente que protagonizó el novio de la joven en la final del Mundial de Brasil 2014
1 de junio de 2019



Un momento de confusión se vivió durante la final de la Champions League cuando una mujer invadió el campo de juego y obligó a detener las acciones del encuentro que Tottenham y Liverpool de Inglaterra disputan en el estadio Wanda Metropolitano de Madrid.

El hecho ocurrió sobre los 17 minutos de la primera parte, con el marcador 1-0 a favor de los dirigidos por Jurgen Kloop. De repente, una joven rubia vestida con un traje de baño enterizo y zapatillas blancas se metió en la cancha, lo que obligó al árbitro esloveno Damir Skomina a parar el juego.

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La mujer que invadió el campo de juego en la final de la Champions League (AFP)
Inmediatamente, dos agentes de seguridad capturaron a la mujer y la sacaron para que pudiera continuar el partido. La transmisión de la TV evitó darle difusión al hecho y se dedicó a mostrar los bancos de suplentes. Una vez que la retiraron, el juez reanudó las acciones.


En su traje, la intrusa tenía escrito el nombre de un canal de videos de la plataforma Youtube llamado "Vitaly Uncensored", por lo que se presume que la invasión del campo de juego tuvo por objetivo promocionar la página.

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La joven fue retirada por los agentes de seguridad (REUTERS)
La joven se llama Kinsey Wolanski y es la novia del ruso-americano Vitaly Zdorovetskiy, creador del canal de videos. Juntos protagonizan grabaciones de viajes alrededor del mundo y, sobre todo, de bromas pesadas.

"Mi niña acaba de invadir la final de la Champions League. Estoy tan orgulloso de tí, eres mi todo", escribió Vitaly en su cuenta de Instagram, confirmando la identidad de la intrusa. En tanto que, en Twitter, el Youtuber de 27 años agregó: "No puedo esperar a casarme contigo".

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Vitaly y Wolanski son pareja y se muestran juntos en las redes sociales
Wolanski tiene 22 años y es estadounidense. Trabaja como modelo y ha participado en producciones fotográficas para revistas de renombre internacional como Maxim y Sports Illustrated. La joven también ha incursionado en la actuación, con una participación especial en la película "Slasher Part", que se estrenó este año.

Además, Wolanski es una figura en las redes sociales: su cuenta de Instagram tiene casi 500 mil seguidores. Su popularidad seguramente aumentará luego de la visibilidad que obtuvo a raíz de su irrupción en la final de la Champions en Madrid.

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La modelo tiene 22 años (REUTERS)
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Wolanski es escoltada por los agentes de seguridad (AP Photo)
Su novio Vitaly había saltado al campo de juego del Estadio Maracaná en la final del Mundial 2014 entre Argentina y Alemania. Vestido con botines, medias de fútbol, una gorra y una remera, corrió por el césped y mostró una inscripción que llevaba en su cuerpo: "Natural Born Prankster" (Nacido naturalmente para hacer bromas). "A Messi le encantó", compartió en su cuenta de Twitter horas más tarde con una imagen del argentino riéndose mientras él escapaba de las fuerzas de seguridad.

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El tuit de Vitaly luego de invadir el campo de juego en la final del Mundial 2014
https://www.infobae.com/america/dep...nal-de-la-champions-league-y-por-que-lo-hizo/
 

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Una jugada de fútbol americano para ganar la Champions
El Liverpool diseña un saque inicial que genera el penalti más rápido de la historia de las finales de la Copa de Europa



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Salah celebra el triunfo ante el Tottenham en el Wanda. Manu Fernández AP
Ladislao J. Moñino
Madrid 2 JUN 2019 - 10:50 ART

La primera seña de identidad del Liverpool en esta final la acuñó su hinchada el viernes cuando tomó la madrileña plaza de Margaret Thatcher para rebautizarla como la de Jeremy Corbin, el líder laborista británico. El thatcherismo aún es aborrecido a orillas del Merseyside. El intento de recortar los derechos sindicales y la devastadora política industrial conservadora que asoló los astilleros golpearon a la clase trabajadora de la ciudad. Paro masivo y miseria, que coincidieron con el final de la época dorada del Liverpool de Bob Paisley y Joe Fagan, que conquistó las Copas de Europa de 1981 y 1984. Por entonces, solo el fútbol arrancaba alegrías de una urbe deprimida.


La segunda muesca identitaria del Liverpool ya fue futbolística. Meteórica. Unos segundos antes de que el colegiado esloveno Damir Skomina diera por iniciado el encuentro hubo un movimiento masivo de jugadores del Liverpool hacia el costado izquierdo. Mané, Firmino, Robertson, Fabinho y Wijnaldum adoptaron pose de velocistas rozando la línea divisoria con la yema de sus dedos. Cuando Skomina pitó el inicio, Henderson retrasó la pelota a Van Dijk y este soltó una patada larga y cruzada hacia el flanco izquierdo. La estampida de los futbolistas de Klopp apostados sobre la línea divisoria para correr hacia la pelota enviada por el central holandés recordó a la de los receptores del fútbol americano cuando persiguen el pase del quarterback.

La jugada montó un barullo breve de rechaces y cabezazos que terminó por ganar Van Dijk, la prolongó Henderson con un pase por encima de la defensa del Tottenham y la cerró Mané a toda pastilla para plantarse en el área. Su centró se estampó en el brazo de Sissoko generó el penalti más rápido de la historia de las finales de la Champions. En solo 23 segundos, el Liverpool expresó el libreto espasmódico de Jürgen Klopp. Salah ejecutó a Lloris con un golpe seco y centrado. Una simple jugada, meteórica, le valió al Liverpool para poner la primera piedra de la conquista de su sexta Orejona. "Para ser honesto, he estado en siete finales, he perdido todas y los aficionados han sufrido más que yo en este tiempo", advirtió Jürgen Klopp."En circunstancias normales, 20 minutos después del partido ya debería estar medio borracho, pero ahora solo tenemos agua", prosiguió dicharachero el técnico alemán.

Van Dijk cierra
El estallido de decibelios tras el tanto de Salah ya no paró. En las horas previas partido, las escasas sombras que se proyectan en los alrededores del Metropolitano se cotizaban. Allí dormitaban algunos aficionados reds, que parecían ejecutar el descanso del guerrero cervecero. Un respiro antes de convertir el fondo sur del recinto en un infierno rojo. En circunstancias normales, 20 minutos después del partido ya debería estar medio borracho, pero ahora solo tenemos agua".

El tercer gol más rápido en una final
Con el cronómetro en marcha, Mohamed Salah marcó ante el Tottenham el tercer gol más rápido de la historia en una final de la Copa de Europa. El esloveno Skomina señaló penalti por mano de Sissoko a los 23 segundos de ponerse el balón en juego y, certificación mediante del VAR, a los 108 segundos, Salah batió a Hugo Lloris desde los 11 metros. Solo Enrique Mateos, en la final de 1959 entre el Real Madrid y el Stade de Reims, y Paolo Maldini, en la de 2005 entre el Milan y el propio Liverpool, mejoran la marca, puesto que sus tantos llegaron dentro del primer minuto del partido.

No hubo muchas más señales de ese equipo de alto voltaje que acostumbra a convertir el juego en un guitarreo áspero e histriónico. Detalles de bailarín y velocista de Mané y alguna que otra carrera de Salah. El tanto a favor tan madrugador también redujo otro de los rasgos más característicos del equipo de Klopp. La presión adelantada la dejó solo para cuando Lloris tenía que sacar de puerta. Se refugió el Liverpool en su gol de ventaja, lo administró defendiendo en campo propio con la fe de que algunos de sus veloces delanteros montara la contra definitiva que nunca llegó. "He jugado más finales de las que quería y siempre hemos jugado mejor. Ha sido difícil para ambos equipos porque nunca hay tres semanas de descanso y es difícil recuperar el ritmo. Además, hacia mucho calor. Al final las cosas se han resuelto. La experiencia cuesta y los chicos lo han demostrado. Hacer jugadas sensacionales, parecía imbatible. Nos ha ayudado la resistencia del equipo. Pero no quiero explicar porque hemos ganado. Quiero disfrutar de esta victoria y lo demás no es importante".

Con la ventaja en el marcador, el partido del Liverpool fue más para mostrar la sobriedad caciquil de Van Dijk ordenando la defensa y cruzándose por arriba y por abajo. El central holandés, que fue elegido mejor jugador del partido, y un par de vuelos Alisson aguantaron el tesoro que supuso ese primer gol nacido de la única gran tormenta de ataque desatada. "En el primer tiempo no hubo muchas oportunidades, al menos importantes. Nosotros tuvimos un par de ellas. El penalti en el primer minuto nos ayudó, nos animó pero también puede ser peligroso. En el segundo tiempo, ellos han creado oportunidades y ha sido más complicado. Somos los ganadores. Todo va bien", explicó Van Dijk. "Creo que la fiesta esta noche y mañana por la noche van a ser por todo lo alto. Van a ser dos noches largas. Voy a intentar disfrutarlas a tope y espero acordarme de todo después", bromeó el central, que compareció ante la prensa con una cerveza que no paró de degustar en su comparecencia.

El tanto de Origi, terminó por certificar el título. Ni siquiera se vio a un frenético Klopp en la celebración. Antes de que Skomina pitara se fue a abrazarse a Pochettino. Después, se fue a consolar a Vertonghen, abatido sobre la hierba. El Liverpool solo fue el Liverpool 23 segundos. Suficientes.

https://elpais.com/deportes/2019/06/01/actualidad/1559412127_185796.html
 
Van Dijk, el cacique que sostiene a Jürgen Klopp
El central holandés, elegido mejor jugador de la Premier, es clave en la vertiginosa propuesta del Liverpool


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Van Dijk, durante el último entrenamiento del Liverpool en el Metropolitanio previo a la final de la Liga de Campeones. Matthias Hangst Getty Images
Entre las imágenes que dejó el entrenamiento del Liverpool previo a la final de esta noche sobresalía la espigada y fornida silueta de Virgil van Dijk (Breda, 27 años), el central más caro del mundo. Engominada y recogida su larga cabellera, sus 193 centímetros y su piel mulata sobresalen sobre el verdor y el perfecto corte que luce la hierba del Wanda Metropolitano. Su ejecución de los ejercicios es una demostración de poderío físico y de una coordinación atlética excelsas. Su duelo con Harry Kane, si Mauricio Pochettino finalmente le incluye en el once, se aventura chispeante. “Aún no he decidido si Harry jugará”, dijo el técnico argentino en la sala de prensa del coliseo rojiblanco.

En el Liverpool nadie duda de que el imponente central holandés es el cacique del vestuario red desde que en diciembre de 2017 Jürgen Klopp forzó a la dirigencia del club red a pagar los 85 millones de euros que el Southampton pedía por su traspaso. Encima de la mesa había más nombres, pero Klopp fue rotundo. “O es Van Dijk o no es ninguno”, advirtió el técnico alemán. Dos temporadas después, ha sido elegido el mejor jugador de la Premier League por delante de Rahim Sterling. Para Klopp, Van Dijk es la gran pieza maestra que le permite desarrollar su vertiginoso y atrevido estilo. A su manera, el entrenador alemán expresó la trascendencia que tiene el poderoso y elegante central en su libreto: “Para jugar como pretendo necesito precisión en velocidad, un ataque directo y dos centrales con unos huevos muy grandes. No para que peguen patadas, sino para que no tengan miedo en adelantar líneas, que saquen el equipo lo más lejos posible de nuestro arco”. Klopp explica su razonamiento desde los espacios y el riesgo: “Entre la línea de fondo y los volantes no tiene que haber más de 10 o 15 metros; cuando el equipo ataca también está defendiendo. Necesito centrales valientes que se animen a jugar mano a mano cuando se pierde la pelota”. Esta temporada, Van Dijk evitó un gol del Tottenham imponiéndose a Sissoko en un contragolpe en el que el holandés defendía en inferioridad numérica. “Esto demuestra la razón por la cual el Liverpool pagó más de 85 millones de euros por este jugador”, reconoció admirado Mauricio Pochettino. “El Liverpool ha crecido mucho como equipo y se lo debe en gran parte a Van Dijk”, le reconoció el mítico Franco Baresi recientemente. Para el italiano, Van Dijk lo tiene todo: “Fuerte en el juego aéreo en las dos áreas, contundente en los cruces y con una salida de pelota muy distinguida. Es todo un talento defensivo”.


A los analistas que escudriñan el mercado internacional les llama la atención cómo ejerce el liderazgo en el campo. “Cuando le ves en directo te das cuenta de que es un líder y un cacique. No es de hacer muchos gestos, pero no para de hablar. No solo parece que maltrata a los rivales, también a sus compañeros”, relata un analista que también advierte: “La pareja que forma con De Light en la selección holandesa es de lo mejor que se ha formado en los últimos años. Los dos tienen una personalidad desbordante”.

El seleccionador holandés Ronald Koeman, que desempeñó su carrera como central, es uno de los grandes admiradores de Van Dijk, pero también uno de sus críticos. Tras un gol de Giroud en un Francia-Holanda de la Liga de Naciones, Koeman no dudó en señalarle porque el goleador francés se le adelantó en el remate. “Virgil tiene que mejorar, no mucho, pero a veces es demasiado relajado. Eso necesita cambiar. Hay momentos como defensor cuando no debes estar a más de tres pies del delantero que estás marcando. Y, particularmente en el caso de Van Dijk, debido a la fuerza y el poderío físico que tiene se relaja demasiado”.

La final, tras caer en la del curso pasado con el Real Madrid, es una revancha para Van Dijk. “El año pasado no podía dormir tras lo que pasó en Kiev”. También es un escaparate para un jugador que no duda en solicitar a la directiva del Liverpool que no desmantele la obra de Klopp: “Espero que este equipo se mantenga unido por al menos cuatro o cinco años más. Podemos lograr muchas cosas con este grupo. Las personalidades que hay en el vestuario casan a la perfección. De momento, todo va perfecto”.

https://elpais.com/deportes/2019/05/31/actualidad/1559331705_539540.html?rel=mas
 
El Liverpool brinda por Europa
Los 'reds' se imponen al novato Tottenham y logran su sexto título tras una final de fútbol atropellado marcada por el penalti a favor de los de Klopp antes del primer minuto




José Sámano
Madrid 2 JUN 2019 - 11:15 ART

El Liverpool ganador de la Champions League Luis Sevillano
Un gol de lo más prematuro y otro ya terminal entronizaron por sexta vez al Liverpool, solo superado por el Real Madrid (13) y el Milan (7). La conmovedora banda sonora de los reds retumba de nuevo en Europa. Con ese contagioso optimista crónico que es Jürgen Klopp, el Liverpool ha vuelto en todo su esplendor. El excelente peritaje de ese idealista que es Mauricio Pochettino no le alcanzó del todo al Tottenham, finalista por primera vez. De la final en sí, poco que rebobinar.

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Tottenham
Lloris, Vertonghen, Danny Rose, Trippier, Alderweireld, Eriksen, Harry Winks (Lucas Moura, min. 65), Heung-Min Son, Dele Alli (Llorente, min. 81), Sissoko (Eric Dier, min. 73) y Kane.
Liverpool
Alisson, Trent Alexander-Arnold, Virgil Van Dijk, Matip, A. Robertson, Henderson, Wijnaldum (Milner, min. 61), Fabinho, Salah, Mane (Joe Gomez, min. 89) y Roberto Firmino (Divock Origi, min. 57).
Goles
0-1 min. 1: Salah (p). 0-2 min. 86: Divock Origi .
Árbitro
Damir Skomina
Estadio:Wanda Metropolitano
Tan rápido le devolvió el fútbol a Salah lo que le quitó hace un año, que a los 22 segundos se encontró con un penalti a tiro. El chico con un hombro desgarrado y buceando entre lágrimas que dejó la final de Kiev mucho antes de tiempo, se vio a los pies de la gloria en un parpadeo. Skomina, árbitro esloveno, compadre del también esloveno Ceferin, presidente de la UEFA, observó mano en un centro de Mané que rebotó entre el sobaco y el brazo derecho de Sissoko. Fuera o no penalti, la acción mereció al menos una miradita al VAR. Ni eso, Skomina se fio de Skomina. Salah estampó la pelota en la red.

Un gol en un chasquido de dedos. Convenía observar si al novato Tottenham le podría el mal de altura. Era oportuno rastrear la respuesta del Liverpool. Si aparecería ese atómico equipo que exprime ese trovador que es Klopp o un conjunto más medido ante la ventaja. Resulta que todos notaron la sacudida del tercer gol más madrugador en la historia de las finales —por detrás de los del madridista Mateos (1959) y el milanista Paolo Maldini (2005)—.

Los spurs, anímicamente congelados en la sahariana noche del Metropolitano, ni se aproximaron a los spurs. Incapaces de dar hilo a Eriksen y Dele Alli, su supremo ariete, Kane, quedó neutralizado. El grupo de Pochettino no daba con quién balizar el juego. Ni tampoco los reds corrían a gusto, frenados Mané y Salah, tipos que habitualmente juegan con patines. El partido gravitaba sobre Henderson y Sissoko, dos operarios de hormigonera. Mal asunto para cada cual, malas señales para el mismo fútbol. Por ese camino, sin remedio, se multiplicaron las imprecisiones, los pases con los juanetes, los malos entendidos, los enredos. El gol, sellado antes de que empezara el partido, con todos aún en chanclas, confundió a ambos. Nada del delicado y estilista Tottenham. Nada de ese Liverpool nuclear de boinas verdes.

Al contrario que hace un año en Kiev, esta vez el Liverpool se presentó con portero: Alisson. Pero, al menos esta vez, no hubo forma de calificarle hasta casi el final. Antes, nadie del equipo de Londres le examinó. Su mejor atributo: fue él quien dio el mejor pase de la noche, un servicio de setenta metros para Salah, que encontró en su portero al único colega que le procuró su elixir preferido: el contragolpe.

Algo más de foco tuvo Lloris, sin pasar de un cortometraje por un disparo lejano de Robertson y poco más. La única trama estaba entre portería y portería, donde la gente se atropellaba. Mucha metralla. Fútbol a granel. Como si todos estuvieran encantados con que nada pasara. El Liverpool con su pequeño botín. El Tottenham confiando en que ya llegaría su instante. Hay que imaginar que porque sí, puesto que no dio tecla alguna para ello.

No hubo alteraciones tras el descanso. Ni siquiera con la ruleta de cambios de Klopp y Pochettino. Como nadie lograba imponerse, a medida que menguaba el tiempo se acentuó la emotividad. Por la incertidumbre del marcador, no por el virtuosismo de uno y otro. Milner tuvo el 2-0 con un disparo raso que se fue por un dedo. Lo chocante para el Liverpool es que a campo abierto no era capaz de explotar a Salah, futbolista con turbo en las piernas. Con muy poco, el Tottenham seguía vivo. Con muy poco, el Liverpool se acercaba a la cima. Quedaba un cuarto de hora cuando a Alisson por fin se le pudo juzgar por las manos. Son y Lucas Moura le exigieron en los primeros remates de los de Pochettino. Como luego haría Eriksen en el lanzamiento de una falta lateral. Así es el fútbol, juego de guiños y guiños imprevistos: el Liverpool ganó con el Salah que apenas tuvo en Kiev y hasta que Origi, con un gran disparo raso muy al final, abrochara la Orejona se sostuvo en un par de ocasiones con un portero auténtico. Lo que tampoco tuvo en Ucrania. Gloria a los reds. Y el fútbol espera de vuelta a este Tottenham austero que ha desafiado hasta el último suspiro a los plutócratas europeos. Pero la Orejona es tan exclusiva que tras 511 participantes solo 22 la han conquistado. Entre ellos, el legendario y peculiar Liverpool.

https://elpais.com/deportes/2019/06/01/actualidad/1559421367_423603.html
 
Celebraciones del campeón de la Champions League 2019, en imágenes

El Liverpool gana al Tottenham y se proclama campeón (0-2)
El País
2 JUN 2019 - 07:02 ART

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    1Los hinchas del Liverpool celebran la victoria en la final de la Champions. ANDREA COMAS AP
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    2El Liverpool celebra la victoria en la final de la Champions. LUIS SEVILLANO
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    3Seguidores ingleses que no tenian entradas celebran la victoria de su equipo en uno de los bares de los alrededores del Wanda Metropolitano . El Liverpool consiguió esta noche su sexta Copa de Europa tras derrotar en la fonal al Tottenham por 2-0. Javier López EFE
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    4El entrenador del Liverpool, Juergen Klopp, levanta la copa. Armando Franca AP
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    5Hinchas del Liverpool celebran la victoria de su equipo en un bar, cerca del estadio Metropolitano, en Madrid. Andrea Comas AP
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    6El Liverpool celebra con su afición su sexta Champions. LUIS SEVILLANO
https://elpais.com/elpais/2019/06/01/album/1559423667_912675.html#foto_gal_6
 
Tottenham - Liverpool: la final de Champions 2019, en imágenes

Un penalti transformado por el egipcio Mohamed Salah a los dos minutos y otro tanto del belga Divock Origi para sentenciar bastaron al Liverpool para reencontrarse con la gloria
El País

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    1Los jugadores del Liverpool celebran la victoria. LUIS SEVILLANO
 

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    5El jugador del Tottenham, Danny Rose, intenta controlar el balón. LUIS SEVILLANO
 

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    6El jugador del Tottenham Harry Kane disputa un balón con Virgil van Dijk. JAVIER SORIANO AFP
 

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    7El jugador del Tottenham Moussa Sissoko, en acción durante la final de la Champions League. Bernat Armangue AP
 
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