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Iñaki Anasagasti
¿Celebrar la Constitución?
Jueves 6 de septiembre de 2018
¿Celebrar la Constitución?.
Van a celebrar con fuegos artificiales el cuarenta aniversario de la aprobación de la Constitución española y además lo harán, como siempre lo hacen, es decir de forma retórica. Discursos, un acto en el Congreso, algo en el Senado y paseo de los ponentes constitucionales por la piel de toro hablando de las bonanzas del texto, aunque ya solo quedan tres: Roca, Pérez Llorca y Herrero de Miñón.
En lugar de analizar lo que ha dado de sí este texto de circunstancias aprobado con permiso del vigilante ejército de la época no analizarán que no se ha tocado ni con el pétalo de una rosa esa distinción que tan claramente define el nivel competencial de lo que son naciones y regiones, el verdadero meollo del asunto que tiene incendiado al país y se van a dedicar a repetir tópicos y tópicos y a decir que le quedan otros cuarenta años de intocabilidad.
Y también, y como siempre que llegan estas fechas nos afearán nuestra inveterada ausencia a los actos organizados y siempre les decimos lo mismo. “Si no éramos importantes para formar parte de la ponencia constitucional, en 1978 ¿por qué ahora nos echáis en falta?”.¡Que más quisieran que Torra y Urkullu estuvieran en el salón de los Pasos Perdidos del Congreso aplaudiendo el discurso de plástico de la Sra. Pastor.
Pero no los van a ver. Aunque si los criticarán sin analizar el por qué no están allí presentes.
Fotos de los ponentes las hay en ocho salas, pero falta, en todo caso la foto de Arzalluz, excluido de aquel panel de lo que consideran “padres de la patria”, ¿de qué patria?. ¡Ah si!, de la única e indivisible, patria común de todos los españoles.
Fallaron gravemente no habiendo tenido el coraje de abordar los dos problemas de calado que tenía en ese momento planteado España como discurso territorial propio. Homogeneizaron todo y ahí están las consecuencias. Un llamado Plan Ibarretxe en 2005, una declaración de República catalana hace un año y una política en general, a la greña. Menudo balance.
Pero a pesar de todo esto, no aprenden. Volverán a atufarnos de discursos cargados de tópicos y no irán al meollo de lo que podría resolver este enfrentamiento territorial e histórico en su distinción. Y no sería difícil.
¿Celebrar la Constitución?
Jueves 6 de septiembre de 2018
¿Celebrar la Constitución?.
Van a celebrar con fuegos artificiales el cuarenta aniversario de la aprobación de la Constitución española y además lo harán, como siempre lo hacen, es decir de forma retórica. Discursos, un acto en el Congreso, algo en el Senado y paseo de los ponentes constitucionales por la piel de toro hablando de las bonanzas del texto, aunque ya solo quedan tres: Roca, Pérez Llorca y Herrero de Miñón.
En lugar de analizar lo que ha dado de sí este texto de circunstancias aprobado con permiso del vigilante ejército de la época no analizarán que no se ha tocado ni con el pétalo de una rosa esa distinción que tan claramente define el nivel competencial de lo que son naciones y regiones, el verdadero meollo del asunto que tiene incendiado al país y se van a dedicar a repetir tópicos y tópicos y a decir que le quedan otros cuarenta años de intocabilidad.
Y también, y como siempre que llegan estas fechas nos afearán nuestra inveterada ausencia a los actos organizados y siempre les decimos lo mismo. “Si no éramos importantes para formar parte de la ponencia constitucional, en 1978 ¿por qué ahora nos echáis en falta?”.¡Que más quisieran que Torra y Urkullu estuvieran en el salón de los Pasos Perdidos del Congreso aplaudiendo el discurso de plástico de la Sra. Pastor.
Pero no los van a ver. Aunque si los criticarán sin analizar el por qué no están allí presentes.
Fotos de los ponentes las hay en ocho salas, pero falta, en todo caso la foto de Arzalluz, excluido de aquel panel de lo que consideran “padres de la patria”, ¿de qué patria?. ¡Ah si!, de la única e indivisible, patria común de todos los españoles.
Fallaron gravemente no habiendo tenido el coraje de abordar los dos problemas de calado que tenía en ese momento planteado España como discurso territorial propio. Homogeneizaron todo y ahí están las consecuencias. Un llamado Plan Ibarretxe en 2005, una declaración de República catalana hace un año y una política en general, a la greña. Menudo balance.
Pero a pesar de todo esto, no aprenden. Volverán a atufarnos de discursos cargados de tópicos y no irán al meollo de lo que podría resolver este enfrentamiento territorial e histórico en su distinción. Y no sería difícil.