Encontré este artículo, pero no se dan nombres:
Susana Ruíz Llorente tenía 16 años y era la hija de una pareja de Palacios de la Sierra, Burgos, emigrada a Madrid. Vivían en el instituto donde su padre era conserje. Desapareció la madrugada del 9 de enero de 1993, cuando volvía, atravesando un descampado entre Coslada y Vícalvaro, de la fiesta a la que había acudido en una casa abandonada. Su cadáver fue encontrado mes y medio después en esa zona mil veces rastreada, con los pantalones bajados, la cabeza destrozada y la nuez y un diente rotos, en estado ya de descomposición.
A pesar de ello, se dio el tema por muerte natural, pero pasado un tiempo, dos ex neonazis de Bases Autónomas, uno desde la cárcel y el otro a través de una cinta grabada antes de escapar de las posibles consecuencias, culparon a varios de sus antiguos compañeros de andanzas, asegurando que si no se resolvía el caso, era por las poderosas e influyentes familias a las que pertenecían los sospechosos. Sus nombres acabaron saliendo, pero para cuando fueron llamados a declarar, de los 4, uno se había suicidado, otro había muerto en accidente de coche… Finalmente se archivó el caso una vez más.
Susana Ruíz Llorente tenía 16 años y era la hija de una pareja de Palacios de la Sierra, Burgos, emigrada a Madrid. Vivían en el instituto donde su padre era conserje. Desapareció la madrugada del 9 de enero de 1993, cuando volvía, atravesando un descampado entre Coslada y Vícalvaro, de la fiesta a la que había acudido en una casa abandonada. Su cadáver fue encontrado mes y medio después en esa zona mil veces rastreada, con los pantalones bajados, la cabeza destrozada y la nuez y un diente rotos, en estado ya de descomposición.
A pesar de ello, se dio el tema por muerte natural, pero pasado un tiempo, dos ex neonazis de Bases Autónomas, uno desde la cárcel y el otro a través de una cinta grabada antes de escapar de las posibles consecuencias, culparon a varios de sus antiguos compañeros de andanzas, asegurando que si no se resolvía el caso, era por las poderosas e influyentes familias a las que pertenecían los sospechosos. Sus nombres acabaron saliendo, pero para cuando fueron llamados a declarar, de los 4, uno se había suicidado, otro había muerto en accidente de coche… Finalmente se archivó el caso una vez más.