CASO ALCASSER

Pues no te creas, pq tb hay un famoso pendiente encontrado a la caseta, que pese a que los padres dicen que sí era de una de ellas, persisten las dudas; no se si consta en algún sitio si les preguntaron a los familiares, en el juicio, no declararon

no se tampoco si los padres son conscientes de todos los abalorios que poseen sus hijos a esas edadeso si lo habrían comprado desde hace poco

supongamos que NO es de ellas; entonces seria de uno de los asesinos, probablemente? que quizá la uso a modo de regalo-reclamo en el momento de la captación o para generar confianza?
aun asi no hay ninguna evidencia en el cuerpo de que se la introdujeron por ningún orificio, con cadena y todo además lo fácil hubiera sido que se hubiese enganchado en el camino en el momento de la supuesta introducción
si la presencia de una cruz se interpreta como indicio de ritual satanico o algo asi, no hay mas indicios que lo acompañen

laa opinión de los forenses es que fuera de quien fuera, estaba inicialmente atada al cuello y al descomponerse el cuello pudo deslizarse hacia las vertebras, quedando ahí alojada; no que nadie se la metiera por ningún sitio ni vivas ni muertas
En cuanto a esto encontré información contradictoria pues en una ocasión se supone que los padres de la niña dijeron reconocer la cruz ya que ellos se la habían regalado, y otra vez leí que los padres decían no haberla visto en su vida así que..
 
Pues no te creas, pq tb hay un famoso pendiente encontrado a la caseta, que pese a que los padres dicen que sí era de una de ellas, persisten las dudas; no se si consta en algún sitio si les preguntaron a los familiares, en el juicio, no declararon

no se tampoco si los padres son conscientes de todos los abalorios que poseen sus hijos a esas edadeso si lo habrían comprado desde hace poco

supongamos que NO es de ellas; entonces seria de uno de los asesinos, probablemente? que quizá la uso a modo de regalo-reclamo en el momento de la captación o para generar confianza?
aun asi no hay ninguna evidencia en el cuerpo de que se la introdujeron por ningún orificio, con cadena y todo además lo fácil hubiera sido que se hubiese enganchado en el camino en el momento de la supuesta introducción
si la presencia de una cruz se interpreta como indicio de ritual satanico o algo asi, no hay mas indicios que lo acompañen

laa opinión de los forenses es que fuera de quien fuera, estaba inicialmente atada al cuello y al descomponerse el cuello pudo deslizarse hacia las vertebras, quedando ahí alojada; no que nadie se la metiera por ningún sitio ni vivas ni muertas

A esa edad y por esas épocas las niñas tenían cuatro joyitas para llevar en días especiales, una cruz parece un regalo de un mayor o de catequesis, no sé. Si no era de ellas ¿en un rapto es factible que les diera tiempo para intentar primero una especie de cortejo y luego todo lo que se dice que pasó en una sola noche? Puede que los acusados en un momento de arrepentimiento le pusieran la cruz a una niña pero se supone que con preguntar a la familia de los acusados si alguno tenía una cruz así se disiparían bastante las dudas. Si a nadie le suena que ni las víctimas ni los acusados solieran portar una cruz de esas características, desde luego, para mi¡í es otra de las tantas cosas que no me permiten creer en la versión oficial.

Aunque es verdad que la cruz de caravaca no es tan rara, lo que no recuerdo es si era una cruz de gran valor material o no.
 
En cuanto a esto encontré información contradictoria pues en una ocasión se supone que los padres de la niña dijeron reconocer la cruz ya que ellos se la habían regalado, y otra vez leí que los padres decían no haberla visto en su vida así que..
Es que muchas veces se contradicen, padres de las niñas, familia de los acusados, etc.
 
. Si no era de ellas ¿en un rapto es factible que les diera tiempo para intentar primero una especie de cortejo y luego todo lo que se dice que pasó en una sola noche? Puede que los acusados en un momento de arrepentimiento le pusieran la cruz a una niña pero se supone que con preguntar a la familia de los acusados si alguno tenía una cruz así se disiparían bastante las dudas. Si a nadie le suena que ni las víctimas ni los acusados solieran portar una cruz de esas características, desde luego, para mi¡í es otra de las tantas cosas que no me permiten creer en la versión oficial.

Aunque es verdad que la cruz de caravaca no es tan rara, lo que no recuerdo es si era una cruz de gran valor material o no.


no, de rara no tiene nada, un amuleto muy común
valor material tampoco creo que mucho, ni siquiera era de oro
¿ponerla por arrepentimiento? ¿solo a una entonces? ¿de las otros dos no se arrepintieron? ¿o no tenían mas cruces ni ningún otro sustitutivo como "muestra de arrepentimiento" para las otras dos?
factible en pre-rapto? si, ¿porque no? desde donde subieran al coche hasta lugar destino habría unos km, da tiempo a usar distintas tácticas, sobre todo si subieron al coche voluntariamente, no rapto al uso de violencia desde inicio

si que a alguien le suena que eran de victimas o acusados pero no lo confirman con rotundidad

testigo Cano LLacer
"Que con anterioridad esa cadena y esa cruz posiblemente la haya visto, pero en estos momentos la verdad es que no lo recuerdo. Que cuando digo posiblemente creo que si he visto que la llevaba alguna de las niñas"

Mauricio Angles
"Se la he visto a mucha gente, a lo mejor la llevaba mi hermano al cuello, aunque no solia llevar colgantes
yo mismo he tenido dos o tres,pero de oro y mas grandes"
 
Pero esa cruz no es la q supuestamente le regalaron los padres a Miriam y q figura en el libro de Lainez?claro q dicho libro tampoco es que sea muy fiable,pero quizá la llevaba Miriam y se confundieron al vestirlas sus asesinos?parece que ser que arrancada no fue ya que creo recordar que el cierre,según el sumario,estaba en un buen estado,no?
 
Miguel Ricart, asesino de ‘Las niñas de Alcàsser’: “lo que hicieron no tiene perdón de Dios”

Cumplió veinte de los ciento setenta años de condena y se benefició de la derogación de la ‘doctrina Parot’

Desde 2013 se encuentra en paradero desconocido y su rostro es una incógnita
Hace veintiséis años de la desaparición de Toñi, Miriam y Desirée

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Miguel Ricart, durante el juicio en Valencia (EFE)

MÓNICA G. ÁLVAREZ
09/11/2018 06:30| Actualizado a 09/11/2018 12:12

Cuando el 27 de enero de 1993 encontraron los cuerpos sin vida de Miriam, Toñi y Desirée -bautizadas por la opinión pública como ‘las niñas de Alcásser’- en una fosa próxima al pantano de Tous, una ola de indignación y miedo nos sacudió. Conocer los atroces detalles de cómo murieron estas tres jóvenes sumió a muchos en una profunda tristeza. No sólo fueron violadas y asesinadas, sino también torturadas de una manera cruel e inhumana. La pregunta que planeaba en el aire era: ¿quién podía haber cometido semejante aberración y por qué? Hoy por hoy, la respuesta sigue siendo todo un enigma.

Algunos investigadores apuntan que los tres inculpados -Antonio y Enrique Anglés y Miguel Ricart- fueron escogidos como meras “cabezas de turco”.

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Miguel Ricart, en la sala del tribunal en el juicio del caso Alcàsser en el año 1997 (EFE)

La supuesta pérdida de más de una treintena de pruebas recogidas en la escena del crimen y los incongruentes testimonios que iban desfilando en los medios de comunicación hacían presagiar que la verdad seguía y seguiría oculta durante años. Entre las teorías llegó a planear aquella que aseguraba que los asesinos, movidos por dinero, perpetraron aquellas torturas mientras rodaban una snuff movieencargada por personalidades de las altas esferas españolas.

El único juzgado por lo que ocurrió aquella noche, Miguel Ricart, tras cumplir una condena de veinte años y salir en libertad condicional en diciembre de 2013 al beneficiarse de la derogación de la ‘doctrina Parot’, se encuentra todavía en paradero desconocido.

Un niño rechazado en casa

El hermetismo de este caso, a pesar de lo mediático que fue en su momento, ha hecho que muchos de los datos recopilados deban ser analizados con sumo cuidado. Si bien se sabe que Miguel Ricart Tárrega nació el 12 de septiembre de 1969 en Catarroja (Valencia), respecto a su infancia y adolescencia nos topamos con multitud de lagunas. La fuente más fiable para averiguar quién es este criminal nos lleva hasta los tres informes psiquiátricos y psicológicos que le realizaron durante el tiempo que permaneció en prisión.

A lo largo de sus páginas encontramos que su padre, un ebanista también llamado Miguel, tenía dependencia del alcohol y que dio mala vida a su hijo. La relación entre ambos se fue deteriorando debido a los maltratos físicos a que sometía a su hijo.

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Miguel Ricart, en su última comparecencia a un juicio en febrero de 1995 en Valencia (Archivo)

El rechazo afectivo del padre era más que evidente. Su progenitor jamás le quiso, de ahí que el joven decidiese marcharse de casa cuando cumplió los dieciocho años. De su madre sólo recuerda que fue una “mujer buena y cariñosa”. Falleció de un ataque epiléptico cuando él tenía cuatro años. Tuvo dos hermanos. Jamás conoció al mayor porque murió a los cuarenta y cinco días de nacer y con la pequeña siempre mantuvo un trato cordial.

Pero lo cierto es que en aquellos primeros años de vida predominaron las situaciones conflictivas y la agresividad, que hicieron de Ricart un niño desubicado y nada integrado en el seno familiar.

Las malas compañías

Pese a ser internado en un colegio religioso y destacar como alumno, la frustrante relación con su padre genera en él una actitud irreverente y se rodea de “malas compañías”. Esto le cuesta la beca y la expulsión del centro. Al regresar a casa sigue sin centrarse en los estudios, así que se pone a trabajar en el campo, recolectando frutas y hortalizas.

Influenciado por aquellos con los que pasa los fines de semana empieza a consumir drogas como el hachís, cocaína y alcohol. Con dieciocho años deja el hogar paterno, se echa novia y se va a vivir con ella. Como no consigue mantener ninguno de los trabajos que empieza, se enrola en la Legión como voluntario especial y le destinan a Málaga durante dieciocho meses. Durante este período tiene una hija y aumenta su dependencia del hachís y el alcohol.

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Miguel Ricart (derecha) junto a Roberto, hermano de Antonio Anglés (Archivo)

Una vez que se separa de su mujer por su grave adicción a las drogas y el despilfarro económico, entabla una estrecha relación con su proveedor de sustancias y futuro socio de fechorías,Antonio Anglés. Con él perpetra numerosos atracos y pone por primera vez un pie en la cárcel.

Corre el año 1992 cuando es condenado a dos años y cinco meses por tráfico de drogas, aunque pronto obtiene el permiso provisional. Es entonces cuando comete junto con Anglés el secuestro, la violación, las vejaciones y el asesinato de las tres adolescentes.

¿Dónde están Miriam, Toñi y Desirée?

La tarde del viernes 13 de noviembre de 1992, Miriam, Toñi y Desirée realizan autostop para ir a una discoteca ubicada en la localidad de Picasent, a escasos dos kilómetros y medio. Era la tónica habitual en su pueblo. Todos los jóvenes lo hacían para ir y volver a sus casas, por lo que nadie podía imaginar lo que sucedería.

Las tres chicas se sitúan a la salida de Alcàsser, en una zona poco iluminada, a la espera de que alguien las lleve. El padre de una de ellas no pudo acercarlas porque se encontraba con gripe en la cama. Horas más tarde, los padres empiezan a preocuparse al ver que no regresan a casa. Preguntan a sus amigos, que afirman no haberlas visto en la discoteca la noche anterior.

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Cartel que se difundió para buscar a las niñas de Alcàsser en 1992 (EFE)

A la mañana siguiente las tres familias denuncian su desaparición en el cuartel de la Guardia Civil de Picasent. La búsqueda se prolongó durante setenta y seis largos días, hasta que unos apicultores hallaron los cadáveres en una zona montañosa conocida como La Romana, en la población de Llombay (Valencia), a unos veinte kilómetros de Alcàsser.

El informe de las autopsias concluye que las tres jóvenes sufrieron una muerte horrible. Las violaron vaginal y analmente en repetidas ocasiones y les practicaron toda clase de castigos, con tal ensañamiento que incluso les extrajeron los dientes de cuajo para que no les pudiesen morder el pexx mientras practicaban felaciones; les arrancaron las uñas y l os brazos; y les perforaron los pechos para finalmente pegarles un tiro en la nuca.

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Antonio Anglés, ficha policial (LVE)

Durante el levantamiento de los cadáveres se encontraron diversas pruebas, entre ellas parte de una receta médica con el nombre de Enrique Anglés. Minutos más tarde las autoridades se personaron en su domicilio y detuvieron tanto a Enrique como a Miguel. Aunque Enrique fue puesto en libertad casi de inmediato,Ricart reconoció haber cometido el crimen e inculpó a Antonio Anglés como autor material.

Sin embargo, Antonio, que no se hallaba en casa en ese momento, desapareció. Se sospecha que huyó primero a Lisboa y de allí a Irlanda. Pero lo cierto es que actualmente nadie conoce su paradero, ni si está vivo o muerto. La fuga de Anglés centra todas las miradas en Miguel Ricart, alias ‘El Rubio’, que espera la celebración del juicio.

Horrible ensañamiento

Según el testimonio del acusado, la noche del crimen recuerda que estaba paseando en su coche junto con Antonio cuando vieron a las tres adolescentes. Pararon el vehículo y les prometieron que las acercarían a la fiesta de la discoteca. Aunque, nunca llegaron. Se desviaron y, cuando Miriam, Toñi y Desirée empezaron a gritar pidiendo auxilio, Anglés ya las estaba apuntando con una pistola. Las golpea con la culata del arma y las ata en la parte trasera.

Llegan a la zona de La Romana y se refugian en una caseta medio derruida. Allí comienza la tragedia. Anglés lleva la voz cantante y Ricart le sigue la corriente. Como explicaría éste durante el juicio: “te dejas llevar y no sabes realmente cómo salir”. Tenía miedo de que le matase a él también. Pero la sangre fría de ambos los lleva a infligir toda clase de suplicios a sus víctimas, y también a hacer una pausa para ir a por comida.

“Soy inocente y tengo la conciencia muy tranquila”

Finalmente, y después de todos los suplicios realizados a las chicas, las obligan a cavar la fosa donde morirían horas después. Tras rematarlas con un tiro en la nuca, Miguel y Antonio las entierran, recogen los casquillos, limpian el coche y huyen.

Ricart se convirtió en el único acusado del crimen de ‘las niñas de Alcásser’. Y tanto ante el juez como ante los medios de comunicación –Espejo Público logró entrevistarle desde la cárcel-, insistió que “soy inocente y tengo la conciencia muy tranquila”, “lo que hicieron con esas chicas no tiene perdón de Dios” y “mantengo lo que dije en su día: soy un puto cabeza de turco”. Incluso asegura que a “Antonio Anglés lo mataron aquí”. Pero, ¿quién? “Probablemente, la Guardia Civil”, señala.



Tras cuarenta y nueve sesiones del juicio, el tribunal lo condena a ciento setenta años de prisión por tres delitos de asesinato y cuatro de violación. Tras su excarcelación en diciembre de 2013 gracias a la derogación de la ‘doctrina Parot’ (cumple veinte años y tendría que haber salido en 2023), Miguel decide poner tierra de por medio.

Algunos ciudadanos llegaron a verle en Madrid, donde se alojó en una pensión; tras coger un AVE a Córdoba se habría montado en un autobús rumbo a Barcelona. Un testigo asegura que no estaba solo si no acompañado “de un sacerdote y de otras personas que parecían ser policías”. A su llegada a la Ciudad Condal, Ricart se apeó en la estación del Norte. Iba “muy tapado”, apunta.

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Miguel Ricart sale de prisión (Herrera de la Mancha en diciembre de 2013) (Atresmedia)

Pese al seguimiento “exhaustivo y cuidadoso” que los Mossos d’Esquadra realizaron por orden del Ministerio del Interior, Miguel consigue abandonar Catalunya y huir hacia Francia. Tan solo había pasado un mes de su puesta en libertad.

Actualmente, Miguel Ricart tiene cuarenta y nueve años, continúa en paradero desconocido, sin arrepentirse de los crímenes y su rostro sigue siendo todo un enigma. Ya lo avisó tras salir de Herrera de la Mancha a un periodista: “Quiero desaparecer. Que pase todo ya de una vez. Que se me olvide”.

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Miguel Ricart, su última imagen (Atresmedia)

https://www.lavanguardia.com/suceso...io-angles-desaparecido-las-caras-del-mal.html
 
Miguel Ricart, asesino de ‘Las niñas de Alcàsser’: “lo que hicieron no tiene perdón de Dios”

Cumplió veinte de los ciento setenta años de condena y se benefició de la derogación de la ‘doctrina Parot’

Desde 2013 se encuentra en paradero desconocido y su rostro es una incógnita
Hace veintiséis años de la desaparición de Toñi, Miriam y Desirée

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Miguel Ricart, durante el juicio en Valencia (EFE)

MÓNICA G. ÁLVAREZ
09/11/2018 06:30| Actualizado a 09/11/2018 12:12

Cuando el 27 de enero de 1993 encontraron los cuerpos sin vida de Miriam, Toñi y Desirée -bautizadas por la opinión pública como ‘las niñas de Alcásser’- en una fosa próxima al pantano de Tous, una ola de indignación y miedo nos sacudió. Conocer los atroces detalles de cómo murieron estas tres jóvenes sumió a muchos en una profunda tristeza. No sólo fueron violadas y asesinadas, sino también torturadas de una manera cruel e inhumana. La pregunta que planeaba en el aire era: ¿quién podía haber cometido semejante aberración y por qué? Hoy por hoy, la respuesta sigue siendo todo un enigma.

Algunos investigadores apuntan que los tres inculpados -Antonio y Enrique Anglés y Miguel Ricart- fueron escogidos como meras “cabezas de turco”.

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Miguel Ricart, en la sala del tribunal en el juicio del caso Alcàsser en el año 1997 (EFE)

La supuesta pérdida de más de una treintena de pruebas recogidas en la escena del crimen y los incongruentes testimonios que iban desfilando en los medios de comunicación hacían presagiar que la verdad seguía y seguiría oculta durante años. Entre las teorías llegó a planear aquella que aseguraba que los asesinos, movidos por dinero, perpetraron aquellas torturas mientras rodaban una snuff movieencargada por personalidades de las altas esferas españolas.

El único juzgado por lo que ocurrió aquella noche, Miguel Ricart, tras cumplir una condena de veinte años y salir en libertad condicional en diciembre de 2013 al beneficiarse de la derogación de la ‘doctrina Parot’, se encuentra todavía en paradero desconocido.

Un niño rechazado en casa

El hermetismo de este caso, a pesar de lo mediático que fue en su momento, ha hecho que muchos de los datos recopilados deban ser analizados con sumo cuidado. Si bien se sabe que Miguel Ricart Tárrega nació el 12 de septiembre de 1969 en Catarroja (Valencia), respecto a su infancia y adolescencia nos topamos con multitud de lagunas. La fuente más fiable para averiguar quién es este criminal nos lleva hasta los tres informes psiquiátricos y psicológicos que le realizaron durante el tiempo que permaneció en prisión.

A lo largo de sus páginas encontramos que su padre, un ebanista también llamado Miguel, tenía dependencia del alcohol y que dio mala vida a su hijo. La relación entre ambos se fue deteriorando debido a los maltratos físicos a que sometía a su hijo.

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Miguel Ricart, en su última comparecencia a un juicio en febrero de 1995 en Valencia (Archivo)

El rechazo afectivo del padre era más que evidente. Su progenitor jamás le quiso, de ahí que el joven decidiese marcharse de casa cuando cumplió los dieciocho años. De su madre sólo recuerda que fue una “mujer buena y cariñosa”. Falleció de un ataque epiléptico cuando él tenía cuatro años. Tuvo dos hermanos. Jamás conoció al mayor porque murió a los cuarenta y cinco días de nacer y con la pequeña siempre mantuvo un trato cordial.

Pero lo cierto es que en aquellos primeros años de vida predominaron las situaciones conflictivas y la agresividad, que hicieron de Ricart un niño desubicado y nada integrado en el seno familiar.

Las malas compañías

Pese a ser internado en un colegio religioso y destacar como alumno, la frustrante relación con su padre genera en él una actitud irreverente y se rodea de “malas compañías”. Esto le cuesta la beca y la expulsión del centro. Al regresar a casa sigue sin centrarse en los estudios, así que se pone a trabajar en el campo, recolectando frutas y hortalizas.

Influenciado por aquellos con los que pasa los fines de semana empieza a consumir drogas como el hachís, cocaína y alcohol. Con dieciocho años deja el hogar paterno, se echa novia y se va a vivir con ella. Como no consigue mantener ninguno de los trabajos que empieza, se enrola en la Legión como voluntario especial y le destinan a Málaga durante dieciocho meses. Durante este período tiene una hija y aumenta su dependencia del hachís y el alcohol.

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Miguel Ricart (derecha) junto a Roberto, hermano de Antonio Anglés (Archivo)

Una vez que se separa de su mujer por su grave adicción a las drogas y el despilfarro económico, entabla una estrecha relación con su proveedor de sustancias y futuro socio de fechorías,Antonio Anglés. Con él perpetra numerosos atracos y pone por primera vez un pie en la cárcel.

Corre el año 1992 cuando es condenado a dos años y cinco meses por tráfico de drogas, aunque pronto obtiene el permiso provisional. Es entonces cuando comete junto con Anglés el secuestro, la violación, las vejaciones y el asesinato de las tres adolescentes.

¿Dónde están Miriam, Toñi y Desirée?

La tarde del viernes 13 de noviembre de 1992, Miriam, Toñi y Desirée realizan autostop para ir a una discoteca ubicada en la localidad de Picasent, a escasos dos kilómetros y medio. Era la tónica habitual en su pueblo. Todos los jóvenes lo hacían para ir y volver a sus casas, por lo que nadie podía imaginar lo que sucedería.

Las tres chicas se sitúan a la salida de Alcàsser, en una zona poco iluminada, a la espera de que alguien las lleve. El padre de una de ellas no pudo acercarlas porque se encontraba con gripe en la cama. Horas más tarde, los padres empiezan a preocuparse al ver que no regresan a casa. Preguntan a sus amigos, que afirman no haberlas visto en la discoteca la noche anterior.

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Cartel que se difundió para buscar a las niñas de Alcàsser en 1992 (EFE)

A la mañana siguiente las tres familias denuncian su desaparición en el cuartel de la Guardia Civil de Picasent. La búsqueda se prolongó durante setenta y seis largos días, hasta que unos apicultores hallaron los cadáveres en una zona montañosa conocida como La Romana, en la población de Llombay (Valencia), a unos veinte kilómetros de Alcàsser.

El informe de las autopsias concluye que las tres jóvenes sufrieron una muerte horrible. Las violaron vaginal y analmente en repetidas ocasiones y les practicaron toda clase de castigos, con tal ensañamiento que incluso les extrajeron los dientes de cuajo para que no les pudiesen morder el pexx mientras practicaban felaciones; les arrancaron las uñas y l os brazos; y les perforaron los pechos para finalmente pegarles un tiro en la nuca.

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Antonio Anglés, ficha policial (LVE)

Durante el levantamiento de los cadáveres se encontraron diversas pruebas, entre ellas parte de una receta médica con el nombre de Enrique Anglés. Minutos más tarde las autoridades se personaron en su domicilio y detuvieron tanto a Enrique como a Miguel. Aunque Enrique fue puesto en libertad casi de inmediato,Ricart reconoció haber cometido el crimen e inculpó a Antonio Anglés como autor material.

Sin embargo, Antonio, que no se hallaba en casa en ese momento, desapareció. Se sospecha que huyó primero a Lisboa y de allí a Irlanda. Pero lo cierto es que actualmente nadie conoce su paradero, ni si está vivo o muerto. La fuga de Anglés centra todas las miradas en Miguel Ricart, alias ‘El Rubio’, que espera la celebración del juicio.

Horrible ensañamiento

Según el testimonio del acusado, la noche del crimen recuerda que estaba paseando en su coche junto con Antonio cuando vieron a las tres adolescentes. Pararon el vehículo y les prometieron que las acercarían a la fiesta de la discoteca. Aunque, nunca llegaron. Se desviaron y, cuando Miriam, Toñi y Desirée empezaron a gritar pidiendo auxilio, Anglés ya las estaba apuntando con una pistola. Las golpea con la culata del arma y las ata en la parte trasera.

Llegan a la zona de La Romana y se refugian en una caseta medio derruida. Allí comienza la tragedia. Anglés lleva la voz cantante y Ricart le sigue la corriente. Como explicaría éste durante el juicio: “te dejas llevar y no sabes realmente cómo salir”. Tenía miedo de que le matase a él también. Pero la sangre fría de ambos los lleva a infligir toda clase de suplicios a sus víctimas, y también a hacer una pausa para ir a por comida.

“Soy inocente y tengo la conciencia muy tranquila”

Finalmente, y después de todos los suplicios realizados a las chicas, las obligan a cavar la fosa donde morirían horas después. Tras rematarlas con un tiro en la nuca, Miguel y Antonio las entierran, recogen los casquillos, limpian el coche y huyen.

Ricart se convirtió en el único acusado del crimen de ‘las niñas de Alcásser’. Y tanto ante el juez como ante los medios de comunicación –Espejo Público logró entrevistarle desde la cárcel-, insistió que “soy inocente y tengo la conciencia muy tranquila”, “lo que hicieron con esas chicas no tiene perdón de Dios” y “mantengo lo que dije en su día: soy un puto cabeza de turco”. Incluso asegura que a “Antonio Anglés lo mataron aquí”. Pero, ¿quién? “Probablemente, la Guardia Civil”, señala.



Tras cuarenta y nueve sesiones del juicio, el tribunal lo condena a ciento setenta años de prisión por tres delitos de asesinato y cuatro de violación. Tras su excarcelación en diciembre de 2013 gracias a la derogación de la ‘doctrina Parot’ (cumple veinte años y tendría que haber salido en 2023), Miguel decide poner tierra de por medio.

Algunos ciudadanos llegaron a verle en Madrid, donde se alojó en una pensión; tras coger un AVE a Córdoba se habría montado en un autobús rumbo a Barcelona. Un testigo asegura que no estaba solo si no acompañado “de un sacerdote y de otras personas que parecían ser policías”. A su llegada a la Ciudad Condal, Ricart se apeó en la estación del Norte. Iba “muy tapado”, apunta.

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Miguel Ricart sale de prisión (Herrera de la Mancha en diciembre de 2013) (Atresmedia)

Pese al seguimiento “exhaustivo y cuidadoso” que los Mossos d’Esquadra realizaron por orden del Ministerio del Interior, Miguel consigue abandonar Catalunya y huir hacia Francia. Tan solo había pasado un mes de su puesta en libertad.

Actualmente, Miguel Ricart tiene cuarenta y nueve años, continúa en paradero desconocido, sin arrepentirse de los crímenes y su rostro sigue siendo todo un enigma. Ya lo avisó tras salir de Herrera de la Mancha a un periodista: “Quiero desaparecer. Que pase todo ya de una vez. Que se me olvide”.

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Miguel Ricart, su última imagen (Atresmedia)

https://www.lavanguardia.com/suceso...io-angles-desaparecido-las-caras-del-mal.html


Muchas gracias Virgowamp!! Se acerca el aniversario e imagino que la prensa se plague de este tipo de artículos.Eso sí,a ver si al menos algun@s que se hacen llamar periodistas investigan un poco más y no ponen datos que no son verdad,q me parece el colmo,más que nada por respeto a los que lo lean y a su propio trabajo,pq si no lo que parece es un refrito sacado vete a saber de donde,menos de leer los documentos oficiales.
 
Pues si, ese articulo tiene btes errores; algunos errores son poco trascendentes, otros algo más y muchas meras suposiciones que da hasta vergüenza comentar
 
dejando aparte a charlatanes para tan bobos como él, que tendrian que estar en la carcel

Un usuario de YouTube llamado sombraoscura ha colgado un sencillo pero emotivo homenaje a las victimas, en este su 26 aniversario; me tomo licencia de distribuirlo

 
dejando aparte a charlatanes para tan bobos como él, que tendrian que estar en la carcel

Un usuario de YouTube llamado sombraoscura ha colgado un sencillo pero emotivo homenaje a las victimas, en este su 26 aniversario; me tomo licencia de distribuirlo



Muchas gracias!!Q pena...pero sí,es muy emotivo.
 
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