Al parecer los periodistas, JIB y FG no fueron los únicos en preguntar a los colmeneros:
El "descubrimiento" de los colmeneros. En nuestras cartas núm. 11 y 13 ya tratamos este asunto y ya anunciábamos nuestra intención de seguir investigando a los apicultores Gabriel Aquino y José Sala, para aclarar directamente con ellos la gran cantidad de "casualidades" que tuvieron lugar el 27 de Enero de 1993, fecha del "descubrimiento" de la fosa donde estaban semienterradas las niñas de Alcàsser. Pues bien, desde entonces y tras fracasados intentos de ponernos en contacto con los colmeneros por fin lo conseguimos hace unas pocos días y por separado. No sin problemas porque ambos dos estaban (particularmente Sala) reacios a colaborar con nosotros. Tras intentar romper el muro de silencio que tanto Sala como Aquino mostraban, repitiendo que no tenían nada más que añadir que lo dicho en el juicio contra Miguel Ricart en Junio de 1997, al final y como dándonos una leve esperanza, Gabriel Aquino, un hombre ya próximo a los ochenta años pero bien conservado y que no desearía marcharse de este mundo con una carga de conciencia, nos confesó que lo que más desearía en este mundo es poder contar a los padres de las niñas la verdad de lo que sucedió ese 27 de Enero de 1993, pero directamente y sin intermediarios. Para nosotros fue suficiente. Nos marchamos con la seguridad de que la abrumadora cantidad de detalles y "casualidades" de ese día, algunas desconocidas por ellos, habían hecho mella en su conciencia. Incluso percibimos un amago de vergüenza y sentimiento de culpa en Aquino, un hombre religioso, que en aquel Enero de 1993 se prestó a jugar el papel clave de una mentira.
El "descubrimiento" de los colmeneros. En nuestras cartas núm. 11 y 13 ya tratamos este asunto y ya anunciábamos nuestra intención de seguir investigando a los apicultores Gabriel Aquino y José Sala, para aclarar directamente con ellos la gran cantidad de "casualidades" que tuvieron lugar el 27 de Enero de 1993, fecha del "descubrimiento" de la fosa donde estaban semienterradas las niñas de Alcàsser. Pues bien, desde entonces y tras fracasados intentos de ponernos en contacto con los colmeneros por fin lo conseguimos hace unas pocos días y por separado. No sin problemas porque ambos dos estaban (particularmente Sala) reacios a colaborar con nosotros. Tras intentar romper el muro de silencio que tanto Sala como Aquino mostraban, repitiendo que no tenían nada más que añadir que lo dicho en el juicio contra Miguel Ricart en Junio de 1997, al final y como dándonos una leve esperanza, Gabriel Aquino, un hombre ya próximo a los ochenta años pero bien conservado y que no desearía marcharse de este mundo con una carga de conciencia, nos confesó que lo que más desearía en este mundo es poder contar a los padres de las niñas la verdad de lo que sucedió ese 27 de Enero de 1993, pero directamente y sin intermediarios. Para nosotros fue suficiente. Nos marchamos con la seguridad de que la abrumadora cantidad de detalles y "casualidades" de ese día, algunas desconocidas por ellos, habían hecho mella en su conciencia. Incluso percibimos un amago de vergüenza y sentimiento de culpa en Aquino, un hombre religioso, que en aquel Enero de 1993 se prestó a jugar el papel clave de una mentira.