Yo la haría al reves. Es decir: empezar desde arriba e ir bajando.Impresionante , la vista desde el mirador, pero la carretera uff no volveria a subir, termine sudando de los nervios jaja
Recuerdo cuando me subí a la noria del Prater de Viena. A medida que íbamos subiendo, mis nervios iban en aumento. Hubo un momento en que, ya en lo más alto, estuvimos unos minutos parados (y aquello se me hizo eterno). Empezamos a bajar poco a poco y me calmé. Aunque la diferencia con la subida fuese de unos pocos centímetros, el hecho de saber que estábamos bajando me tranquilizó. En los aviones me sucede lo mismo: aunque el aterrizaje empiece mucho antes de tomar tierra, aunque estemos a gran distancia del suelo, la sensación de que estamos ya bajando me quita los nervios.