La soledad es algo a lo que nunca se termina uno de acostumbrar. Cuando parece que mas o menos ya lo estas, en el momento menos pensado, aparece esa sensacion de desolacion que lo envuelve todo. Como si de repente se bajara el telon, y te dieses cuenta de que ya no quedase nadie mas sentado en las butacas. La soledad puede resultar agradable y reconfortante cuando se saborea en pequeños sorbos, pero la cosa cambia cuando te la tienes que tomar a morro.
La soledad es una especie de dama invisible que no se espera a que la invites a entrar, para que se haga notar en todos los lugares de la casa. Y todo pasa a empaparse de su influjo, desde el mas pequeño rincon, al objeto mas insignificante. Como testigos mudos de un escenario sin funcion, ni personajes, ni historia ya que merezca demasiado la pena representar. Permaneciendo incluso incredulo ante el paso del tiempo, tan implacable como la propia soledad.
Por mas que la intentes despistar, ella siempre te dara caza, si no has tenido la precaucion de no darle nunca demasiadas confianzas. Porque de lo contrario, ya te tiene atrapado, para jugar todas las veces que le apetezca, con tu estado de animo. Engañandote haciendote creer que podria ser tu amiga, cuando en el fondo, lo unico que busca es amargarte mas la vida.
Y te das cuenta de que la mayoria no puede estar confundida, cuando van conservando o creando nuevos lazos con los que evitarla. Para no formar parte del grupo de los solitarios, de los que se tiran hasta las tantas en la misma barra de bar, o caminando por la calle como zombis con la mirada ausente, o como Brooks cuando le daba de comer a las palomas. Tragando saliva cada vez que aparece en las noticias, otro viejo muerto en su casa despues de cierto tiempo. El futuro se vuelve todavia mas incierto, ante la unica certeza, de que la soledad tampoco hace falta salir a buscarla para que te venga ella a buscar a casa.
Dedicada a los que por cualquier razon, estan y se sienten solos.