BOXEO: Campeonatos, Mundiales y Exhibiciones

Se confirmó la tercera pelea de Tyson Fury ante Deontay Wilder: cuándo sería y qué pasará con la unificación de títulos con Anthony Joshua
Tras perder su invicto y el cinturón en Las Vegas, el púgil estadounidense ha ejercido una cláusula de revancha y empezaron las negociaciones, lo que aplazará el duelo de campeones británicos

3 de marzo de 2020





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Deontay Wilder activó una cláusula de revancha y ya empezaron las negociaciones para su tercer combate contra Tyson Fury (USA TODAY)

Parecía que después de su inapelable triunfo en Las Vegas, Tyson Fury iba a hacer un duelo de campeones británicos contra Anthony Joshua en el que pondrían en juego todos los títulos mundiales de los pesos pesados. Sin embargo, se confirmó que el destronado boxeador estadounidense Deontay Wilder ha ejercido su cláusula de revancha y peleará por tercera vez ante Fury.

Según informó BT Sport, citando a los promotores Bob Arum y Frank Warren, la trilogía va camino a concretarse luego de que The Bronze Bomber ejerció su derecho contractual (tenía 30 días para activar la cláusula) para una revancha, que probablemente tendrá lugar en los primeros días de julio, ante de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Arum, fundador de la promotora Top Rank y apoderado en Estados Unidos de The Gypsy King, reveló en una entrevista para Ringside Reporter que podría realizarse antes del 18 de julio en Estados Unidos. También aceptó que estarían dispuestos a extender el tiempo de descanso de Wilder hasta el otoño, pero antes de tomar una decisión, tendrá que llegar a un acuerdo mutuo con Al Haymon, manager del norteamericano.







Así noqueó Tyson Fury a Deontay Wilder en Las Vegas



En los últimos días, Wilder prometió regresar “en unos meses” a través de sus redes sociales: “Me levantaré de nuevo. Volveré. Nos levantaremos de las cenizas y recuperaremos el título. Te veré en unos meses. Porque la guerra acaba de comenzar”.

De esta forma, a poco más de una semana de que Tyson Fury se ha quedado con el título mundial de los pesos pesados del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), ya han iniciado las negociaciones para un tercer enfrenamiento con Wilder y la unificación de los cinturones de los pesos pesados con Anthony Joshua tendrá que esperar.

En cuanto a Joshua, que recuperó los cinturones de la AMB, la FIB, la OMB y la OIB al vencer a Andy Ruiz en Arabia Saudita, se enfrentará al retador obligatorio de la FIB, el búlgaro Kubrat Pulev, y probable que sea en el estadio del Tottenham Hotspur en Londres en junio. Ya tuvieron un enfrentamiento pactado en octubre de 2017, que iba a hacerse en Gales, pero el búlgaro sufrió una lesión en el hombro que postergó la batalla.


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Anthony Joshua posee los cinturones de peso pesado mundial FIB, AMB, OMB e IBO (Reuters)

Su promotor, Eddie Hearn, afirmó este lunes en diálogo con Sky Sports que haría todo lo posible para alcanzar un acuerdo con Fury y que ambas partes serían “idiotas” si no logran que la pelea se lleva delante. Y advirtió que, aunque ambos boxeadores querrían que la velada se desarrollara en Gran Bretaña, el dinero proveniente de otros países podría ser demasiado como para rechazarlo.

“Todos tienen muy claro esto. Todos quieren esta pelea: Anthony Joshua, Tyson Fury, MTK, Top Rank, Frank Warren, Matchroom. Hay algunos obstáculos que superar en la transmisión, pero nada demasiado grande. Prometo que esta pelea sucederá”, dijo Hearn, refiriéndose a las partes relacionadas con ambos pugilistas.

 
La leyenda del peón de tambo que estuvo a un golpe de noquear a Hagler y Hearns en Las Vegas
De niño trabajó junto a su padre y a su hermano como empleado de un tambo. Pegaba tan fuerte que noqueó a un toro y también enfrentó a un oso de 270 kilos. Se hizo boxeador y fue figura mundial. Una historia increíble


Por Cherquis Bialo
5 de abril de 2020


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La recordada pelea de Martillo Roldan contra Hagler

Todo comenzó escuchando la transmisión de una pelea por la radio.

El niño había terminado sus tareas de cada mañana en el tambo junto a su padre y a su hermano mayor Víctor. Después del ordeñe, que por entonces era manual, llegaba la hora del mate en la rueda de los peones del campo.

Uno de ellos, el mas chico, que por entonces tenía 11 años y parecía extasiarse al escuchar las voces de los relatores, pedía silencio pues no se quería perder ningún detalle sobre una pelea que se disputaba en Tokio. Fue la mañana del 12 de diciembre de 1968 cuando Nicolino Locche ganó el campeonato del mundo tras vencer magistralmente a Paul Fujii.

A ese niño fuerte, bien alimentado, criado en la humildad de una familia unida y con tránsito por la escuela primaria, parecía seducirlo más la historia de héroes que los propios héroes ya que los periodistas de la radio lo emocionaban al elevar sus voces con términos tales cómo: histórico, épico, inigualable, epopéyico, maravilloso, inolvidable… Esta experiencia ya la había vivido un año antes cuando Bonavena derrotaba a Karl Mildenberger en Alemania. Y hasta lagrimeaba imaginando el regreso al país de ese campeón a quien esperarían en Ezeiza con la bandera Argentina para llevarlo entre la multitud al Luna Park en un carro de bomberos…



El niño proyectaba a través de las voces de la radio su propio sueño: llegar algún día a Freyre su pueblo natal y abrazarse con cada uno de los 5.000 vecinos mostrando su cinturón de campeón.

Sabía que pegaba fuerte pues alguna vez en esas apuestas divagantes de la siesta entre jóvenes ociosos demostró que pudo noquear a un toro pegándole un derechazo en el hocico. Aunque su hazaña más conocida fue cuando aceptó enfrentar al oso Bongo del Circo Monumental que pasó de gira por su pueblo. Juan Domingo Roldán –nacido el 6 de marzo de 1957- tenía 16 años cuando un sábado fue con su hermano Víctor a ver la función de la tarde. Y mientras desfilaban magos, payasos, ilusionistas, acróbatas y equilibristas, el locutor preguntó si había alguien entre el público que se animara a enfrentar al oso y aguantar seis minutos sin caer. “Yo”, dijo Roldan y bajando de las gradas fue hasta la pista donde se hallaba el oso de 270 kilos junto a su domador.

El éxito fue tan rotundo que a partir de ese instante se mistificó la valentía del peoncito que le aguantó al oso. En realidad, según nos contó Roldan, su mérito fue estratégico pues cada vez que el oso se verticalizaba elevando sus patas delanteras, Roldán le apretaba los testículos y lo hacía desistir de su ataque. Así y todo había que meterse en una jaula con un oso…

Para entonces el dueño del campo había improvisado un precario gimnasio en el cual los Roldán se entrenaban. Y un día cualquiera de 1976 el padre los llevó en el Ford A desde Freyre hasta Fraga, un pueblito vecino, en donde los hermanos pudieron hacer un match exhibición ante los paisanos como parte de un festival de boxeo.

La etapa profesional fue luminosa y ascendente. De tal manera que el periodista Gregorio Goyo Martinez del diario La Voz de San Justo de San Francisco (Córdoba) lo bautizó Martillo, tal la potencia de su pegada. En esas primeras 27 peleas lo dirigió Don Gregorio Yost hasta que en el gimnasio de Amílcar Brusa pasó a las manos de su ayudante Guillermo Gordillo. Fue así que Martillo puso en marcha su sueño de héroe. Después de ganar los títulos argentino y sudamericano de peso mediano, Tito Lectoure, el promotor del Luna Park, lo convirtió en su propia causa –ya alejado del grupo Brusa– pues construir la campaña de Martillo y conducirlo hasta hacerle disputar el título mundial era como tener a su propio Monzón quien se había retirado con gloria hacia cuatro años.

Lectoure lo fue cuidando, llevándolo de a poco y eligiéndole prudentemente a cada rival. Soñó que Roldan podría llegar hasta donde llegó Monzón. Pero Monzón y Martillo no tenían puntos en común pues éste era un hombre bien criado y alimentado con más razonabilidad que instinto para quien el rival era un adversario y no un enemigo; por lo tanto perder era una consecuencia y no una vergüenza.




El nocaut de Martillo Roldan a Fletcher



Martillo se consagró internacionalmente cuando fulminó a Frank The Animal Fletcher en el 6° round (10/11/83) en el Caesar’s Palace de Las Vegas. Fletcher, a quien le auguraban un gran futuro, cayó boca abajo tras un derechazo en cross a la mandíbula y pudo ponerse de pie cinco minutos después. Fue la misma noche en la cual Larry Holmes venció a Marvis Frazier por KO.

Ese combate cambió el destino de Roldan pues con los 180.000 dólares de bolsa que le pagó Bob Arum se compró el campo de 80 hectáreas en el que habían trabajado como peones él, su padre y su hermano Víctor a quien apodaban Tenaza en su breve paso por el boxeo.

Fue en esa época –la de los 80– que la categoría de los medianos, la de Roldán, tenía a los “cuatro ases”, cuatro figuras que hoy casi 40 años después se incluyen en el ranking de los diez mejores medianos de la historia. Y ellos eran Sugar Ray Leonard, Marvin Hagler, Mano de Piedra Durán y Tommy Hearns. Todos fueron campeones del mundo y Roldán podía ser retador de cualquiera.

Para decantar los cruces y una vez que Leonard venciera a Hearns se esperó a que Hagler le ganara a Durán. Fue así que Martillo –esta vez con la corona en juego y por 300.000 dólares– pelearía con el enorme Hagler en el hotel Riviera de Las Vegas el 30 de marzo de 1984 como ilustre huésped de la Top Rank, la empresa organizadora.

La despedida la hicieron en la localidad de Quebracho Herrado –pegadito a San Francisco– en el restaurante del matrimonio Priotti: salame y ravioles caseros de inolvidable color y sabor –dignos de un brindis lleno de moderada esperanza.





La caída de Hagler ante Martillo Roldán



Roldán perdió por nocaut en el 10° asalto luego de una pelea extraordinaria y valiente. Más aun, fue el único boxeador que derribó a Hagler. Esto ocurrió en el 1er asalto y aunque el golpe visible, el último, fue una izquierda pasada que terminó impactando en la nuca, lo que Hagler sintió fue un derechazo previo, corto y al mentón. Nadie lo podía creer. Y el asombro se prolongó hasta el round siguiente en el cual Martillo se lo llevó por delante con una actitud agresiva, veloz, sostenida y vigorosa con dos ganchos impecables que Hagler sintió. Pero el 3° Roldán salió de un cuerpo a cuerpo y fue víctima de un foul evidente para todos menos para el árbitro Tony Pérez. Hagler con incuestionable experiencia dejó que Roldán se aproximara al cuerpo y al levantar el gancho desprendió el dedo izquierdo de su guante hasta introducirlo y lesionarle el ojo derecho. Martillo se lo advirtió al arbitro: “No veo, no veo nada”, le dijo sin que éste lo escuchara. Y después de un uppercut de Hagler cayó. La infracción fue tan visible que el entrañable Miguel Diaz –quien se hallaba en la esquina como curador de heridas– apeló a su experiencia y le gritó a Adolfo Robledo –segundo de Roldan– "¡quitale los guantes Robledo, quitale los guantes, ya está, ya está, descalificación, eh referí, eh Tony…!”. Fue en vano ya que el combate continuó.

Desde allí hasta el final la pelea fue un martirio pues el ojo se cerraba cada vez más, la cara se transformaba en una máscara, no tenía visión directa ni periférica, la órbita era una estrecha ranura sangrante y el esfuerzo de Roldán era tan grande que para atacar lo hacia lateralizando el cuerpo desde su perfil izquierdo, bien de costado para poder ver lo que le permitía ese ojo; fue así que cayó en el 3°.

Después de cada asalto llegaba al rincón y le decía a Tito que no veía. Y la respuesta era increíblemente recriminatoria: “No te entregues, no seas cagón, tenés aire para veinte rounds…”. Esta escena se repitió hasta el final del 9°. Roldan tenía el rostro muy congestionado por hematomas violáceos y un profundo corte en el puente de la nariz. Lectoure lo presionaba, le seguía exigiendo lo imposible e invocaba a Galindez y su estoico triunfo en Sudáfrica ante Richie Kates en el últmo round: “Acordate de Galindez que estaba peor que vos y ganó… A este tipo lo podes poner nocaut, poné huevos”. Fue en vano pues lo obligó a salir en el 10° y Hagler le pasó la zurda en todo su recorrido hasta golpearlo en el ojo lesionado. Roldán cayó resignado hacia atrás y le dijo al referí que no iba más.

Leonard, quien comentaba la pelea para la HBO junto a Barry Tomkins, pidió para su siguiente combate contra Hagler que se modificara el diseño de los guantes y que el dedo pulgar no quedara suelto, que se pegara al resto y que todo el guante fuera una sola pieza anatómica. Las autoridades lo escucharon y desde la derrota de Martillo frente a Hagler se cambió la reglamentación. En la actualidad y desde el dedazo de Hagler a Martillo hace 36 años, los guantes de boxeo tienen el espacio del dedo pulgar adheridos a la empuñadura.


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Una postal emblemática de Roldán vs. Hagler

No hubo llegada triunfal a Freyre, ni carro de bomberos; no hubo cinturón para lucir ni vecinos para abrazar. Por suerte quedaron más noches en el restaurante de los Priotti donde celebrar la vida con salame casero color rubí, ravioles humeantes y manuales acompañados por un vino de amistoso sabor. Pero las inversiones continuaron y aunque la confianza en algún depositario haya sido defraudada, algunos bienes quedaron y el boxeo siguió.


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Martillo en su momento de campeón y más de treinta años después con la biografía donde se cuenta su historia.

Nunca olvidaré la furia de Tito Lectoure después del combate. Todos –Monzón incluido– aprobaron la esforzada faena de Roldán, menos él. El promotor Bob Arum lo felicitó y le prometió una nueva pelea por el título: “Tu muchacho peleó fantástico, es la primera vez que el público se le dio vuelta a Hagler”, le decía. Lejos de aceptarlo, Tito siguió insultando por lo bajo y ya de regreso a la suite 3130 del Hotel Riviera le pegó un puñetazo a la puerta de un baño químico a la que traspasó con su puño derecho lleno de ira. Rodeado por reporteros internacionales que habían tomado fotos de la puerta perforada, Lectoure insistió con sus maldiciones en la habitación con tanta mala suerte que al intentar traspasar la pared de durlock para el show fotográfico su mano se estrelló contra la única viga de cemento que había en la habitación. De hecho terminamos junto a él y al doctor Roberto Paladino en el University Medical Center de Las Vegas a las 3 de la mañana con una fractura de escafoides y un yeso que lo habría de acompañar por los 60 días siguientes

Hubo que recomenzar todo nuevamente con Martillo y tres años después, superando a grandes rivales como André Mongelema, Hugo Pastor Corro y James Kitchen, se venía otro monstruo: Tommy Hearns por la corona de la WBA en el Hilton de Las Vegas, (29-10-87) y por 500.000 dólares de bolsa.

Sigo recordando perfectamente todo lo anterior a aquella pelea. Nunca un boxeador estuvo tanto tiempo analizando a un rival como Roldán respecto de Hearns. Nos pasamos tardes enteras en la habitación 302 del Hilton estudiando cada movimiento. Los videos hacia atrás y hacia adelante. Aparecían allí grandes rivales de Hearns como Pipino Cuevas, Wilfredo Benitez, Ray Sugar Leonard, Marvin Hagler, Mano de Piedra Durán… Una y otra vez. Y las instrucciones fueron: “Hagamos una pelea larga, cuanto más se prolongue mejor porque él va de mas a menos y debemos invertir nuestra lógica e ir de menos a más, sin atacarlo, sin presionarlo de entrada ni gastar energías; cada partida de zurda debe tener un rédito, si contragolpeamos es para castigar en las zonas blandas y quitarle piernas, si contratacamos es para descargar dos golpes, uno recto o jab y otro cruzado, dejarlo venir, salir enseguida sin prenderse ni darle distancia; después del 5° aceleramos y después del 8° atacamos, abrimos con la izquierda extendida y mandamos el derechazo cruzado si tenemos espacio, de lo contrario repetimos la izquierda y salimos ¿entendiste?”.

El sí de Roldán no era un sí entusiasta, ni enfático. Me pareció que lo aburría o que estaba ausente, con la cabeza en otro lado. Con el tiempo, mucho después, supe que estaba en otra cosa ya que antes de viajar se había separado y la despedida con su primera esposa fue traumática: “Acordate de mí por que le voy a pedir a la Virgen que pierdas…”, le dijo.

Subió sin convicción. En realidad de haber podido se hubiese ido sin pelear. Tan pronto comenzó el match hizo todo lo contrario a lo indicado: salió a pelearle desenfrenadamente, cayó dos veces en la vuelta inicial, una en la 2° y en el 4° metió enceguecido un cross de derecha que hizo zapatear a Hearns hasta tenerlo sentido, a un golpe del nocaut. En lugar de buscar espacio para obligarlo a caminar como se le había indicado se prendió tomando riesgos innecesarios y recibió el gancho que lo sacó de la pelea, de ese infierno y de tan temido momento. Al llegar a su camarín, llorando me confesó: “Se terminó la vida para mí”. Y no era porque había decidido colgar los guantes, era otra pena aquella que lo agobiaba, la misma que lo impulsó a rifar la pelea contra Hearns pues su corazón y su mente también habían perdido por nocaut.

El final de la campaña fue contra Michael Nunn en el Hilton de Las Vegas, otro campeón mundial contra quien Martillo consiguió el alivio final de no boxear más a cambio de 100.000 dolares.


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Martillo Roldán en la actualidad

Hoy, su rostro de luna llena expresa la felicidad alcanzada junto a Maria Elena, su mujer y la cuarentena de este tiempo –solo eso– le impide disfrutar de sus tres hijas y de sus seis nietos. Disfruta de su casa de San Francisco y alquila su campo de Freyre.

En los amaneceres con el primer rayo del día Martillo evoca al peoncito del tambo, al adolescente que no le tuvo miedo al oso, al joven que se emocionaba escuchando el boxeo por la radio, al muchachito que se fue del pago a la ciudad, al boxeador que conquistó al Luna Park, al soñador llegó a Las Vegas y se fajó de igual a igual con Hagler y con Hearns dejándole a esos monstruos la huella de su temible pegada.

No Martillo, no hubo carro de bomberos, ni cinturón de campeón; no hubo epopeya ni estoicismo, te faltó un golpe, un miserable golpe… Sos un recuerdo, un digno y agradable recuerdo. Pero hay paz en la redondez de tu cara buena, amor en la casa familiar y tranquilidad para dejar que llegue serenamente la vejez.

Todo valió la pena Martillo


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Martillo Roldan disfrutando de sus días alejado del boxeo


Archivo: Maxi Roldán


 
La leyenda del peón de tambo que estuvo a un golpe de noquear a Hagler y Hearns en Las Vegas
De niño trabajó junto a su padre y a su hermano como empleado de un tambo. Pegaba tan fuerte que noqueó a un toro y también enfrentó a un oso de 270 kilos. Se hizo boxeador y fue figura mundial. Una historia increíble


Por Cherquis Bialo
5 de abril de 2020


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La recordada pelea de Martillo Roldan contra Hagler

Todo comenzó escuchando la transmisión de una pelea por la radio.

El niño había terminado sus tareas de cada mañana en el tambo junto a su padre y a su hermano mayor Víctor. Después del ordeñe, que por entonces era manual, llegaba la hora del mate en la rueda de los peones del campo.

Uno de ellos, el mas chico, que por entonces tenía 11 años y parecía extasiarse al escuchar las voces de los relatores, pedía silencio pues no se quería perder ningún detalle sobre una pelea que se disputaba en Tokio. Fue la mañana del 12 de diciembre de 1968 cuando Nicolino Locche ganó el campeonato del mundo tras vencer magistralmente a Paul Fujii.

A ese niño fuerte, bien alimentado, criado en la humildad de una familia unida y con tránsito por la escuela primaria, parecía seducirlo más la historia de héroes que los propios héroes ya que los periodistas de la radio lo emocionaban al elevar sus voces con términos tales cómo: histórico, épico, inigualable, epopéyico, maravilloso, inolvidable… Esta experiencia ya la había vivido un año antes cuando Bonavena derrotaba a Karl Mildenberger en Alemania. Y hasta lagrimeaba imaginando el regreso al país de ese campeón a quien esperarían en Ezeiza con la bandera Argentina para llevarlo entre la multitud al Luna Park en un carro de bomberos…



El niño proyectaba a través de las voces de la radio su propio sueño: llegar algún día a Freyre su pueblo natal y abrazarse con cada uno de los 5.000 vecinos mostrando su cinturón de campeón.

Sabía que pegaba fuerte pues alguna vez en esas apuestas divagantes de la siesta entre jóvenes ociosos demostró que pudo noquear a un toro pegándole un derechazo en el hocico. Aunque su hazaña más conocida fue cuando aceptó enfrentar al oso Bongo del Circo Monumental que pasó de gira por su pueblo. Juan Domingo Roldán –nacido el 6 de marzo de 1957- tenía 16 años cuando un sábado fue con su hermano Víctor a ver la función de la tarde. Y mientras desfilaban magos, payasos, ilusionistas, acróbatas y equilibristas, el locutor preguntó si había alguien entre el público que se animara a enfrentar al oso y aguantar seis minutos sin caer. “Yo”, dijo Roldan y bajando de las gradas fue hasta la pista donde se hallaba el oso de 270 kilos junto a su domador.

El éxito fue tan rotundo que a partir de ese instante se mistificó la valentía del peoncito que le aguantó al oso. En realidad, según nos contó Roldan, su mérito fue estratégico pues cada vez que el oso se verticalizaba elevando sus patas delanteras, Roldán le apretaba los testículos y lo hacía desistir de su ataque. Así y todo había que meterse en una jaula con un oso…

Para entonces el dueño del campo había improvisado un precario gimnasio en el cual los Roldán se entrenaban. Y un día cualquiera de 1976 el padre los llevó en el Ford A desde Freyre hasta Fraga, un pueblito vecino, en donde los hermanos pudieron hacer un match exhibición ante los paisanos como parte de un festival de boxeo.

La etapa profesional fue luminosa y ascendente. De tal manera que el periodista Gregorio Goyo Martinez del diario La Voz de San Justo de San Francisco (Córdoba) lo bautizó Martillo, tal la potencia de su pegada. En esas primeras 27 peleas lo dirigió Don Gregorio Yost hasta que en el gimnasio de Amílcar Brusa pasó a las manos de su ayudante Guillermo Gordillo. Fue así que Martillo puso en marcha su sueño de héroe. Después de ganar los títulos argentino y sudamericano de peso mediano, Tito Lectoure, el promotor del Luna Park, lo convirtió en su propia causa –ya alejado del grupo Brusa– pues construir la campaña de Martillo y conducirlo hasta hacerle disputar el título mundial era como tener a su propio Monzón quien se había retirado con gloria hacia cuatro años.

Lectoure lo fue cuidando, llevándolo de a poco y eligiéndole prudentemente a cada rival. Soñó que Roldan podría llegar hasta donde llegó Monzón. Pero Monzón y Martillo no tenían puntos en común pues éste era un hombre bien criado y alimentado con más razonabilidad que instinto para quien el rival era un adversario y no un enemigo; por lo tanto perder era una consecuencia y no una vergüenza.




El nocaut de Martillo Roldan a Fletcher



Martillo se consagró internacionalmente cuando fulminó a Frank The Animal Fletcher en el 6° round (10/11/83) en el Caesar’s Palace de Las Vegas. Fletcher, a quien le auguraban un gran futuro, cayó boca abajo tras un derechazo en cross a la mandíbula y pudo ponerse de pie cinco minutos después. Fue la misma noche en la cual Larry Holmes venció a Marvis Frazier por KO.

Ese combate cambió el destino de Roldan pues con los 180.000 dólares de bolsa que le pagó Bob Arum se compró el campo de 80 hectáreas en el que habían trabajado como peones él, su padre y su hermano Víctor a quien apodaban Tenaza en su breve paso por el boxeo.

Fue en esa época –la de los 80– que la categoría de los medianos, la de Roldán, tenía a los “cuatro ases”, cuatro figuras que hoy casi 40 años después se incluyen en el ranking de los diez mejores medianos de la historia. Y ellos eran Sugar Ray Leonard, Marvin Hagler, Mano de Piedra Durán y Tommy Hearns. Todos fueron campeones del mundo y Roldán podía ser retador de cualquiera.

Para decantar los cruces y una vez que Leonard venciera a Hearns se esperó a que Hagler le ganara a Durán. Fue así que Martillo –esta vez con la corona en juego y por 300.000 dólares– pelearía con el enorme Hagler en el hotel Riviera de Las Vegas el 30 de marzo de 1984 como ilustre huésped de la Top Rank, la empresa organizadora.

La despedida la hicieron en la localidad de Quebracho Herrado –pegadito a San Francisco– en el restaurante del matrimonio Priotti: salame y ravioles caseros de inolvidable color y sabor –dignos de un brindis lleno de moderada esperanza.





La caída de Hagler ante Martillo Roldán



Roldán perdió por nocaut en el 10° asalto luego de una pelea extraordinaria y valiente. Más aun, fue el único boxeador que derribó a Hagler. Esto ocurrió en el 1er asalto y aunque el golpe visible, el último, fue una izquierda pasada que terminó impactando en la nuca, lo que Hagler sintió fue un derechazo previo, corto y al mentón. Nadie lo podía creer. Y el asombro se prolongó hasta el round siguiente en el cual Martillo se lo llevó por delante con una actitud agresiva, veloz, sostenida y vigorosa con dos ganchos impecables que Hagler sintió. Pero el 3° Roldán salió de un cuerpo a cuerpo y fue víctima de un foul evidente para todos menos para el árbitro Tony Pérez. Hagler con incuestionable experiencia dejó que Roldán se aproximara al cuerpo y al levantar el gancho desprendió el dedo izquierdo de su guante hasta introducirlo y lesionarle el ojo derecho. Martillo se lo advirtió al arbitro: “No veo, no veo nada”, le dijo sin que éste lo escuchara. Y después de un uppercut de Hagler cayó. La infracción fue tan visible que el entrañable Miguel Diaz –quien se hallaba en la esquina como curador de heridas– apeló a su experiencia y le gritó a Adolfo Robledo –segundo de Roldan– "¡quitale los guantes Robledo, quitale los guantes, ya está, ya está, descalificación, eh referí, eh Tony…!”. Fue en vano ya que el combate continuó.

Desde allí hasta el final la pelea fue un martirio pues el ojo se cerraba cada vez más, la cara se transformaba en una máscara, no tenía visión directa ni periférica, la órbita era una estrecha ranura sangrante y el esfuerzo de Roldán era tan grande que para atacar lo hacia lateralizando el cuerpo desde su perfil izquierdo, bien de costado para poder ver lo que le permitía ese ojo; fue así que cayó en el 3°.

Después de cada asalto llegaba al rincón y le decía a Tito que no veía. Y la respuesta era increíblemente recriminatoria: “No te entregues, no seas cagón, tenés aire para veinte rounds…”. Esta escena se repitió hasta el final del 9°. Roldan tenía el rostro muy congestionado por hematomas violáceos y un profundo corte en el puente de la nariz. Lectoure lo presionaba, le seguía exigiendo lo imposible e invocaba a Galindez y su estoico triunfo en Sudáfrica ante Richie Kates en el últmo round: “Acordate de Galindez que estaba peor que vos y ganó… A este tipo lo podes poner nocaut, poné huevos”. Fue en vano pues lo obligó a salir en el 10° y Hagler le pasó la zurda en todo su recorrido hasta golpearlo en el ojo lesionado. Roldán cayó resignado hacia atrás y le dijo al referí que no iba más.

Leonard, quien comentaba la pelea para la HBO junto a Barry Tomkins, pidió para su siguiente combate contra Hagler que se modificara el diseño de los guantes y que el dedo pulgar no quedara suelto, que se pegara al resto y que todo el guante fuera una sola pieza anatómica. Las autoridades lo escucharon y desde la derrota de Martillo frente a Hagler se cambió la reglamentación. En la actualidad y desde el dedazo de Hagler a Martillo hace 36 años, los guantes de boxeo tienen el espacio del dedo pulgar adheridos a la empuñadura.


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Una postal emblemática de Roldán vs. Hagler

No hubo llegada triunfal a Freyre, ni carro de bomberos; no hubo cinturón para lucir ni vecinos para abrazar. Por suerte quedaron más noches en el restaurante de los Priotti donde celebrar la vida con salame casero color rubí, ravioles humeantes y manuales acompañados por un vino de amistoso sabor. Pero las inversiones continuaron y aunque la confianza en algún depositario haya sido defraudada, algunos bienes quedaron y el boxeo siguió.


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Martillo en su momento de campeón y más de treinta años después con la biografía donde se cuenta su historia.

Nunca olvidaré la furia de Tito Lectoure después del combate. Todos –Monzón incluido– aprobaron la esforzada faena de Roldán, menos él. El promotor Bob Arum lo felicitó y le prometió una nueva pelea por el título: “Tu muchacho peleó fantástico, es la primera vez que el público se le dio vuelta a Hagler”, le decía. Lejos de aceptarlo, Tito siguió insultando por lo bajo y ya de regreso a la suite 3130 del Hotel Riviera le pegó un puñetazo a la puerta de un baño químico a la que traspasó con su puño derecho lleno de ira. Rodeado por reporteros internacionales que habían tomado fotos de la puerta perforada, Lectoure insistió con sus maldiciones en la habitación con tanta mala suerte que al intentar traspasar la pared de durlock para el show fotográfico su mano se estrelló contra la única viga de cemento que había en la habitación. De hecho terminamos junto a él y al doctor Roberto Paladino en el University Medical Center de Las Vegas a las 3 de la mañana con una fractura de escafoides y un yeso que lo habría de acompañar por los 60 días siguientes

Hubo que recomenzar todo nuevamente con Martillo y tres años después, superando a grandes rivales como André Mongelema, Hugo Pastor Corro y James Kitchen, se venía otro monstruo: Tommy Hearns por la corona de la WBA en el Hilton de Las Vegas, (29-10-87) y por 500.000 dólares de bolsa.

Sigo recordando perfectamente todo lo anterior a aquella pelea. Nunca un boxeador estuvo tanto tiempo analizando a un rival como Roldán respecto de Hearns. Nos pasamos tardes enteras en la habitación 302 del Hilton estudiando cada movimiento. Los videos hacia atrás y hacia adelante. Aparecían allí grandes rivales de Hearns como Pipino Cuevas, Wilfredo Benitez, Ray Sugar Leonard, Marvin Hagler, Mano de Piedra Durán… Una y otra vez. Y las instrucciones fueron: “Hagamos una pelea larga, cuanto más se prolongue mejor porque él va de mas a menos y debemos invertir nuestra lógica e ir de menos a más, sin atacarlo, sin presionarlo de entrada ni gastar energías; cada partida de zurda debe tener un rédito, si contragolpeamos es para castigar en las zonas blandas y quitarle piernas, si contratacamos es para descargar dos golpes, uno recto o jab y otro cruzado, dejarlo venir, salir enseguida sin prenderse ni darle distancia; después del 5° aceleramos y después del 8° atacamos, abrimos con la izquierda extendida y mandamos el derechazo cruzado si tenemos espacio, de lo contrario repetimos la izquierda y salimos ¿entendiste?”.

El sí de Roldán no era un sí entusiasta, ni enfático. Me pareció que lo aburría o que estaba ausente, con la cabeza en otro lado. Con el tiempo, mucho después, supe que estaba en otra cosa ya que antes de viajar se había separado y la despedida con su primera esposa fue traumática: “Acordate de mí por que le voy a pedir a la Virgen que pierdas…”, le dijo.

Subió sin convicción. En realidad de haber podido se hubiese ido sin pelear. Tan pronto comenzó el match hizo todo lo contrario a lo indicado: salió a pelearle desenfrenadamente, cayó dos veces en la vuelta inicial, una en la 2° y en el 4° metió enceguecido un cross de derecha que hizo zapatear a Hearns hasta tenerlo sentido, a un golpe del nocaut. En lugar de buscar espacio para obligarlo a caminar como se le había indicado se prendió tomando riesgos innecesarios y recibió el gancho que lo sacó de la pelea, de ese infierno y de tan temido momento. Al llegar a su camarín, llorando me confesó: “Se terminó la vida para mí”. Y no era porque había decidido colgar los guantes, era otra pena aquella que lo agobiaba, la misma que lo impulsó a rifar la pelea contra Hearns pues su corazón y su mente también habían perdido por nocaut.

El final de la campaña fue contra Michael Nunn en el Hilton de Las Vegas, otro campeón mundial contra quien Martillo consiguió el alivio final de no boxear más a cambio de 100.000 dolares.


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Martillo Roldán en la actualidad

Hoy, su rostro de luna llena expresa la felicidad alcanzada junto a Maria Elena, su mujer y la cuarentena de este tiempo –solo eso– le impide disfrutar de sus tres hijas y de sus seis nietos. Disfruta de su casa de San Francisco y alquila su campo de Freyre.

En los amaneceres con el primer rayo del día Martillo evoca al peoncito del tambo, al adolescente que no le tuvo miedo al oso, al joven que se emocionaba escuchando el boxeo por la radio, al muchachito que se fue del pago a la ciudad, al boxeador que conquistó al Luna Park, al soñador llegó a Las Vegas y se fajó de igual a igual con Hagler y con Hearns dejándole a esos monstruos la huella de su temible pegada.

No Martillo, no hubo carro de bomberos, ni cinturón de campeón; no hubo epopeya ni estoicismo, te faltó un golpe, un miserable golpe… Sos un recuerdo, un digno y agradable recuerdo. Pero hay paz en la redondez de tu cara buena, amor en la casa familiar y tranquilidad para dejar que llegue serenamente la vejez.

Todo valió la pena Martillo


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Martillo Roldan disfrutando de sus días alejado del boxeo


Archivo: Maxi Roldán



La última imagen de este pasaje tuyo vierte ternura y emoción.-
Gracias Compañera @Coti7495 , gracias por este reporte.-
 
¿Se viene la trilogía Mayweather-Maidana? El provocador video de Floyd y la rápida respuesta del Chino
La promotora que maneja a Money publicó un video y desde el entorno del Chino contestaron. El video que anticipa lo que puede ser la tercera pelea

Por Daniel Veuthey
5 de abril de 2020


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Floyd Mayweather y el Chino Maidana, en la promoción de una de sus dos peleas. ¿Se viene la tercera?

¿Se viene la trilogía de Floyd Mayweather vs Chino Maidana? El mundo del boxeo podría verse paralizado con un nuevo combate de antología entre los dos ex pugilistas que ya brindaron un par de veladas históricas en 2014.

A raíz de una entrevista concedida por Acero Cali a World Boxing News (WBN) en la que destaca la gran preparación que hizo el Chino Maidana para su retorno, ahora postergado por la pandemia del coronavirus, la promotora de Foyd Mayweather lanzó un video provocador.

“Creo que Maidana ya pesa menos de 30 kilos de su peso anterior y sin duda ha mostrado su deseo de regresar al ring. Solo tiene 36 años y definitivamente puede regresar (al boxeo profesional). Incluso podría decir, para mejorar su nivel. Sé que él creería que si tuviera una nueva pelea con Floyd, Marcos podría ganar sin dudas esta vez. Creo que todos vimos la primera pelea y creo que la ganó. Es por eso que hubo ese segundo en el que Floy demostró ser el número uno indiscutible”, dijo Cali exclusivamente a WBN.



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Por supuesto, la réplica no tardó en aparecer y la promotora de Money publicó el siguiente video, cuyo tituló fue: They thought they could crack the MayVinci code (Pensaron que podrían descifrar el código MayVinci).



"Desde que Marcos Maidana venció a Adrien Broner, todos dijeron: “¿Sabes qué? Creo que este hombre tiene la fórmula para descifrar el código Mayvinci (en alusión al Código Da Vinci)¿Será posible? Tal vez”, comienza el video que recopila momentos de la pelea entre Floyd y el Chino en Las Vegas en 2014. “Esto es una muestra de una pelea”, es la frase de cierre que alimenta todo tipo de especulaciones.

Lejos de achicarse y como lo hacía en sus mejores épocas arriba del ring, la promotora del Chino Maidana respondió, también vía redes sociales. “El mundo del boxeo sabe quién ganó. Si a @FloydMayweather le quedó alguna duda, El Chino Maidana tiene disponibles febrero y marzo 2021”, publicó @chinomaidanabox.


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¿Es posible una tercera pelea entre los campeones mundiales? Por lo que vienen demostrando ambos se puede lograr tranquilamente. Con 43 años, Floyd Mayweather mostró que tras el retiro siguió realizando combates de exhibición, como el que tuvo con el peleador irlandés de artes marciales mixtas, Conor McGregor, o el japonés campeón de kickboxer, Tenshin Nasukawa.

Chino Maidana, con 36 años, ha demostrado un gran estado físico luego de que anunciara su retorno al ring para pelear con Acero Cali. Como lo adelantó a este medio, el nacido en Margarita quiere volver a pelear de manera profesional y la idea lo entusiasma sobre todo luego de los dos grandes combates que tuvo ante Money. El primero, que entienden que ganó, y el segundo en el que fue perjudicado a último momento.



La primera las históricas peleas se celebró el 3 mayo de 2014 en el MGM Grand Las Vegas, Nevada, donde el oriundo de Margarita sorprendió con su agresividad y le ganó varios round al estadounidense. Finalmente, el argentino perdió por puntos en decisión dividida (el primer juez dio empate y los otros dos, puntaje a favor del local).

La segunda ocurrió el 13 de septiembre de ese mismo año, también en La Vegas, donde se expusieron los títulos de peso wélter de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), además del superwélter del CMB. Mayweather volvió ganar, esta vez por decisión unánime. Las tarjetas dieron como vencedor a Floyd con un amplio margen de 115-112, y las dos restantes 116-111.

De esta manera, Money logró ampliar su invicto a 47 peleas para continuar extendiendo su récord e ir en búsqueda de la marca de Rocky Marciano, quien se retiró invicto con 49 victorias (43 por KO), situación que finalmente logró superar aunque de manera polémica, por sus peleas ante oponentes de otras disciplinas mencionado antes.



Sin embargo, lo que quedó de aquel segundo combate entre Money y el Chino fueron los cambios a último momento, sobre todo en los guantes. Esta situación estuvo a punto de hacer caer la revancha, pero finalmente desde el bando del argentino aceptaron pelear con los impuestos por el grupo del norteamericano y la pelea se llevó a cabo.

Es así cómo desde la esquina del Chino Maidana siempre sostuvieron que ese cambio de último momento perjudicó sobremanera en el normal desempeño del argentino y que de no haber ocurrido, la pelea hubiera sido similar a la primera donde, como sostienen, se vio un triunfo del oriundo de Margarita.

Por supuesto, también fue clave el cambio de estrategia de parte de Floyd Mayweather, que esta vez a diferencia del golpe por golpe del primer combate, Money utilizó su destacada movilidad arriba del cuadrilátero para no pasar sobresaltos en los 12 asaltos y alcanzar un triunfo convincente.

Mientras se aguarda la reprogramación de la pelea entre Chino Maidana y Acero Cali, empieza a gestarse la trilogía con Floyd Mayweather. Como lo anunciaron desde la esquina del Chino, febrero y marzo estará libre para que el rey estadounidense libra por libra vuelva a dar otra muestra de su legendaria figura. ¿Aceptará el nuevo desafío?

 
Las dos veces que atentaron a balazos contra la vida de Carlos Monzón
En febrero de 1973 fue su primera esposa Pelusa García quien lo hirió con dos disparos cuando Monzón intentó cubrir el cuerpo de la mujer con quien fuera sorprendido. Un mes después, en Venezuela le hizo frente a una ametralladora y dos revólveres policiales


Por Cherquis Bialo



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Ese 1973 fue un año de desdicha para Carlos Monzón pues la muerte violenta se le aproximó dos veces. En realidad todo venía mal desde noviembre cuando Benny Briscoe le cruzó un derechazo al mentón en el 9° round y el Luna Park repleto cundió en pánico. Es que esa imagen de Monzón sentido, girando sobre su eje hacia el encordado sin dominio del cuerpo y tomándose desesperadamente de la cintura de Briscoe mirando el reloj en lo alto del estadio, fue muy angustiosa. El referí -el recordado y querido Victor Avendaño- creyó que lo ayudaría al no contarle los 8 segundos reglamentarios y en realidad por no hacerlo lo dejó expuesto a un golpe final que afortunadamente nunca llegó a pesar del minuto que aún restaba.

Monzón le escapaba a hablar sobre aquel episodio pero con los años después de una larga cena de reencuentro en la cual el vino siempre estuvo presente en nuestras copas, confesó:

— El negro ya me había llegado con ese cross de derecha y yo no sentí nada, por eso le bajé la izquierda, para que viniera y poder meterle el gancho al cuerpo que era lo que me pedía Brusa, pero me madrugó.


— Y si te enchufaba otra, chau, a dormir…, le completé.



— No, ¿sabés que no? Les digo la verdad, el golpe me paralizó y quedé viendo doble: veía dos referís y dos negros que estaban delante mío… por suerte me agarré del verdadero.

Unos meses después, en febrero del 73’, alguien le fue a contar a la esposa de Monzón, que su marido estaba con otra mujer en tal dirección. Fue así que Pelusa García tomó un revólver Calibre 22 que tenía en la casa y salió hacia el lugar que la llamada anónima le había informado con indiscutible precisión.

— ¿Dónde esta esa put* que me quiere robar a mi marido, eh, dónde mierda está…? La voy a cagar a tiros… h… d... m.. p

Aquellos gritos alertaron a Monzón quien al ver a su esposa apuntando con el arma se puso delante de la mujer a quien le clamaba: “Pará Pelusa, pará, yo después te explico…”.

Fue inútil: Pelusa levantó el arma y disparó. Sin embargo la primera bala hirió el antebrazo izquierdo de Monzón quien cubría con su cuerpo la humanidad de la mujer atacada. Entre insultos y gritos desgarradores vino el segundo disparo de Pelusa. Este le dio de lleno al campeón en el omóplato derecho. Esa bala quedó alojada en el cuerpo de Carlos Monzón para siempre.

Después del suceso y tras la hospitalización en el consultorio privado de un médico amigo de Brusa que le extrajo la bala del antebrazo, Pelusa y Monzón regresaron a su casa. Era febrero del 73’, un año antes de conocer a Susana Giménez e ingresar en la vida del glamour con la filmación de La Mary.


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Mercedes "Pelusa" García, la primera esposa de Monzón le pegó dos balazos al encontrarlo con otra mujer. Una de las balas quedó alojada para siempre en el omóplato del boxeador.

Una vez más Pelusa y Carlos habrían de reconciliarse; hacía calor esa noche en Santa Fe y se celebraba el carnaval. Fue así que a Monzón con una bala extraída del antebrazo izquierdo ahora en cabestrillo y otra bala alojada en el omoplato derecho, se le ocurrió una original manera de reanudar la convivencia matrimonial:

— Pelusa, vestite que nos vamos a bailar…

Fue una etapa muy difícil en la vida de Monzón, tanto que hasta pensó en retirarse pues muchas cosas andaban mal: su matrimonio, su vida social, el dolor en las manos, el tremendo esfuerzo para dar el peso y un grupejo de viejos amigos que lo anclaban a fechorías del pasado.

Fue por ello que Amílcar Brusa quería sacarlo por un tiempito de Santa Fe. Y cuando Lectoure le propuso que se sumara para acompañar a Nicolino a Venezuela, sabiendo de la muy buena relación y el enorme respeto que había entre Monzón y Locche la respuesta fue un rápido sí.

Nicolino habría de intentar, sin éxito, recuperar el campeonato mundial de peso welter junior ante Kid Pambelé (Antonio Cervantes, en ese momento el hombre más popular de Colombia) en la Plaza de Toros “Cesar Girón” de Maracay el 17 de Marzo de ese 1973.

Antes de salir para el 10° asalto Lectoure se le puso enfrente y con su enorme cuerpo le impidió salir de la esquina al tiempo que Osvaldo Cavillon –su segundo– arrojaba la toalla en señal de abandono. Nicolino forcejeó y cuando el árbitro Sulbarán llamó a Pambelé para levantarle el brazo, Locche cayó en un irrefrenable llanto: “No me hagan perder como un cobarde”, decía. Era la primera –y fue la única vez en 140 peleas– que se lo vio llorando.

Para Monzón la noche también resultaba hostil.

Al momento de subir al ring para saludar al público calculado en 10.000 personas bajo estado de excitación evidente, se confundieron aplausos con silbidos.

Tanta desaprobación no pareció justificarse pues ese Carlos Monzón de 1973 era el mismo que le había quitado la corona mundial a Nino Benvenuti y había defendido otras cinco veces su cinturón. Venía de ganarle a Benny Briscoe por puntos. O sea que se trataba de una enorme figura del boxeo mundial.

Una vez finalizada la pelea de Locche el promotor Ramiro Machado ofreció una cena para los boxeadores, los invitados especiales, los jueces y los periodistas en un salón externo del mismo hotel a unos cincuenta metros de la entrada principal.

En la mesa nos encontrábamos Monzón, Locche con el ojo emparchado por la herida, Lectoure, el doctor Roberto Paladino, Osvaldo Cavillón, Carlos María Giménez –quien en la de semifondo había noqueado en el 7° round a Armando Mendoza2 y el Polo Márquez, el exquisito cantautor mendocino –que hoy se halla en Perú– amigo de Locche quien había cantado el Himno Nacional sobre el ring.

La derrota se sentía en el ánimo y en el apetito de la mesa. Nos quedamos muy poco tiempo y regresamos hacia el lobby del hotel pasando bajo banderas de países latinoamericanos que flameaban sobre el frente de la entrada.


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Uno de los tantos viajes de Monzón con Tito Lectoure. Cuando viajaron a ver a Locche en Venezuela se produjo el incidente donde hubo balas.

Mientras caminábamos el breve trecho, Monzón encendió un cigarrillo L&M Large que fue escondiendo en su mano derecha para no ser advertido. De repente, frente a la puerta del hotel en una especie de rotonda de acceso distante unos 50 metros de donde estábamos, escuchamos voces encendidas inequívocas de agresividad. Uno de los cuatro hombres –el más elegantemente vestido– que se hallaba en uno de los dos coches en marcha bajó descalzo hacia el césped con una ametralladora corta en las manos y después de una descarga al aire, espetó:

— Eh tú eres Monzón, argentino “pelucón”, cobarde, mira Monzón, mira.

— ¿Qué dicen, quiénes son?, preguntó el campeón apagando el cigarrillo y listo para acercarse…

— No –le dije– son muchachos que están contentos y con unas copas de más.

Fue en ese momento que otros dos de los cuatro ocupantes del auto se bajaron. Pero con revólveres en las manos. Mientras el primero, el de la ametralladora quedaba como adelantado, estos otros dos se apostaron en la retaguardia a la altura de la puerta delantera del acompañante.

Ante semejante situación intenté llevarme a Monzón hacia adentro del hotel. No pude siquiera tomarlo del brazo tal el forcejeo al tiempo que los gritos provocaban que algunos pasajeros que estaban cenando o tomando una copa fueran saliendo. Monzón quería cruzarse para estar más cerca. Yo me agaché detrás de un cantero. Un “seguridad” y Nicolino fueron tras él. Los agresores armados seguían:

— Monzón, mari**n, argentino cobarde, ¿por qué no les das “un chance” a Mantequilla Nápoles? mari**n, fájate con Mantequilla si quieres ser un campeón de verdad, gritaban mientras las armas ya estaban apuntando a un Monzón que en la confusión me preguntaba: “Che ¿quién carajo es ese Napoli, Nápoles, Mantequilla no se qué”.

— Dejá Carlos que después te explico, es un boxeador cubano radicado en México, vení para adentro –le rogué–, después te digo.

Todos estábamos cuerpo a tierra, a sólo 50 metros de dos hombres armados y en el medio, el espanto. Mientras lo seguían apuntando e insultando Carlos Monzón abrió su camisa blanca hasta quedar con el torso desnudo y yendo a paso firme y acelerado hacia sus francotiradores les gritaba con el brazo en alto y el dedo índice derecho amenazante: “Tiren hijos de put*, tiren y acierten porque si no los mato a trompadas, tiren”. Ya estaba a menos de 20 metros… y seguía: “Tiren”, mientras directamente se quitaba la camisa y la arrojaba al piso. “Tiren”, insistía enérgicamente Monzón ya casi corriendo hacia ellos.

Por suerte cuando Carlos ya estaba sobre el auto y sobre ellos y ya los tenía casi al alcance de la mano los dos hombres armados se metieron dentro del auto y huyeron. Mientras se alejaban le seguían gritando: “Monzón , argentino mari**n, pelucón… cobarde, súbete al ring a fajarte con Mantequilla”.

Ya en el lobby todo el mundo se acercó a preguntarle qué había pasado. Azorado e indignado, Monzón les respondió a todos y a cada uno lo mismo: “Sacaron (las armas) y no tiraron, sacaron y no tiraron”. Un hecho inconcebible en los códigos con los cuales nació, vivió y murió Carlos Monzón.

Nunca supimos quiénes fueron los agresores, siempre me quedó la sospecha que se trató de policías de algún cuerpo especial por la destreza para manejar la situación y saber ponerle un límite.

Serían como las tres de la mañana. Quedaban una pocas horas de descanso pues salíamos para Caracas en la mañana. Monzón y Cavillón se juntaron en un cuarto y pidieron whisky para distenderse.

Difíciles eran aquellos momentos en la vida del campeón pues en febrero estuvo frente al arma que empuñaba su esposa y recibió dos balazos. Uno de ellos le hirió el antebrazo izquierdo y el otro le quedó alojado para siempre en el omoplato derecho.

Ahora, en marzo, acababan de amenazarlo con una ametralladora y tres revólveres a los cuales solo les opuso el pecho y los puños. Merecía la distensión, el relajamiento que le devolviera la serenidad.

A las ocho de la mañana, mientras lo esperábamos para partir, vimos con asombro salir de su habitación dos esbeltas figuras vestidas con finas ropas de mujer.

La Parca había pasado por segunda vez…

 
Un ex sparring reveló qué sentía Mike Tyson antes de subir al ring y cuál era la gran diferencia con sus oponentes
Big Joe Egan trabajó durante varios años junto al campeón de los pesados y contó detalles de cómo el boxeador estadounidense vivía las previas de sus combates
28 de Abril de 2020


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Mike Tyson marcó el boxeo durante finales de la década del 80 y principios del 90, etapa durante la cuál se convirtió en campeón de los pesados y acumuló un total de 50 triunfos (44 por nocaut) en 58 presentaciones. El púgil norteamericano era uno de los más temidos en el cuadrilátero y sus golpes fueron de los más fuertes que jamás se hayan visto, sin embargo, esto no lo hacía seer diferente al resto.

En una entrevista publicada por el sitio británico The Sun, el ex sparring Big Joe Egan contó detalles sobre cómo vivía Tyson los momentos previos a subir al ring: “Mike es un ser humano, no es una máquina. Tenía las mismas emociones que su oponente”.

El irlandés conoció a su compañero de entrenamiento durante unas pruebas en las que el norteamericano no pudo derribarlo. A partir de aquella práctica, se convirtió en su sparring más confiable y ambos entablaron incluso una especie de amistad, es por eso que solían platicar antes de cada combate: “Mike en el vestuario solía pasar por horribles emociones de miedo. Y como Cus (el entrenador) solía decirnos: 'Hay una línea muy fina entre el cobarde y el héroe’”.


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Joe Egan junto a Mike Tyson

Una vez que la campana suena, el miedo te abandona porque es hora de pelear. Pero la acumulación, la caminata hacia el cuadrilátero, es muy, muy emocional para una persona porque tienes todo tipo de pensamientos en tu cabeza”, admitió.

Joe Egan, también conocido como el Abominable Showman, hizo hincapié en esa fuerza mental que tenía Tyson una vez iniciado el combate, ya que la inseguridad se apoderaba de él en la previa, pero no en el durante. Además, sostuvo que su propia trayectoria le había dado un plus que sus contrincantes no tenían: "Lo que Mike tenía sobre sus oponentes es el hecho de que tenía un factor de miedo porque llevaba toda la invencibilidad al ring debido a su poder. Cuando tienes el poder de conmoción en el golpe, esto puede enviar miedo a tus oponentes”.

En los últimos meses el ex púgil estadounidense de 53 años ha mostrado una faceta desconocida sobre su persona en la que parece haber dejado los malos vicios en el pasado y se ha amigado consigo mismo. Incluso, admitió que está en tan buen estado físico y mental que quiere volver a subirse a un ring: “Quiero hacer exhibiciones de caridad, algo de dinero y ayudar a indigentes y drogadictos como yo”.


La última pelea como profesional de Mike Tyson, que fue incluido en el Salón de la Fama del Boxeo Mundial en 2010, fue el 11 de junio 2005, cuando el árbitro Joe Cortez detuvo la pelea contra Kevin McBride al ver que no salió de su rincón para afrontar el séptimo asalto. En total tuvo 50 victorias, de las cuales 44 fueron por KO.

 
El inédito video de Mike Tyson a los 15 años llorando antes subirse a un ring y ganar por KO técnico
Se conoció un archivo único que data del torneo olímpico júnior de los Estados Unidos de 1982, en donde el joven púgil debía defender el título






Mike Tyson llorando antes de pelear a los 15 años

La presión que sienten los deportistas es inimaginable para quienes nunca han competido en ninguna actividad. Los nervios y los miedos que afrontan son los de cualquier ser humano, pero ellos deben aprender a lidiar con esto desde muy jóvenes y Mike Tyson no fue la excepción.

El campeón de los pesados que se destacó a finales de la década del 80 y principios de los 90, primero tuvo que triunfar como un juvenil cuando apenas era un adolescente. Un video revelado por estos días denota la presión a la cual se exponía Mike cuando tenía 15 años y era entrenado por Teddy Atlas.

La grabación que fue publicada en Youtube data de 1982, de la previa del debut de Tyson en la edición de aquel año del campeonato olímpico junior de los Estados Unidos que ya había ganado en 1981 y que volvió a conquistar. El joven luchador debía defender el título en Denver, pero antes de combatir no pudo aguantar el llanto.


Mike Tyson fue el campeón mundial de los pesados más joven de la historia (Reuters)

Mike Tyson fue el campeón mundial de los pesados más joven de la historia (Reuters)

Mike, o Michael como lo llama su entrenador, estaba afuera del estadio llorando desconsoladamente, mientras Atlas le dice que debía relajarse: “Lo has hecho bien ante luchadores mejores de los que pelearás aquí”, le recuerda, ya que en el gimnasio peleaba ante boxeadores mayores de edad.

Luego de su descarga emocional, Tyson subió al ring y no falló: venció a Kelton Brown, después de que desde una de las esquinas tirasen la toalla. Tras el final, el joven norteamericano se lanza al suelo y se lleva los guantes a la cara, expresando así su emoción el triunfo.

Estas imágenes coinciden con las declaraciones de Joe Egan, quien fue su sparring durante varios años: “Mike en el vestuario solía pasar por horribles emociones de miedo. Y como Cus (el entrenador) solía decirnos: 'Hay una línea muy fina entre el cobarde y el héroe’”, reveló esta semana a The Sun.“Mike es un ser humano, no es una máquina. Tenía las mismas emociones que su oponente”.


En la edición anterior, Tyson había ganado la medalla de oro y en Denver 82 también se consagraría como campeón olímpico nacional. Lo que nadie suponía era que cuatro años más tarde, con apenas 20 años, se adueñaría del cinturón de campeón mundial de los pesados.

 
El impactante video con el que Mike Tyson anticipa su posible vuelta al boxeo: “Los dioses de la guerra me despertaron”
El ex campeón mundial de los pesados quiere realizar combates para la beneficencia y se está preparando para eso
12 de Mayo de 2020


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Así entrena Mike Tyson


Hace algunas semanas, durante una conversación por Instagram Live con el rapero T.I., Mike Tyson afirmó que se plantea seriamente subir nuevamente a los cuadriláteros. El oriundo de Brooklyn confesó que tiene deseos de realizar algunas veladas benéficas para ayudar a gente necesitada.

“Quiero ir al gimnasio y ponerme en forma para poder boxear en tres o cuatro asaltos para organizaciones benéficas y cosas así”, apuntó el histórico púgil de 53 años durante la charla en redes sociales. Fue entonces que reveló que había comenzado a hacer algunas sesiones de trabajos cardiovasculares en bicicleta estática y con una cinta de correr, sumado a ejercicios con pesas ligeras y entrenamiento puramente boxístico."Empiezo a estar en mejor condición", advirtió.

Este lunes sorprendió un nuevo video en el que se lo ve lanzando algunos puñetazos que demuestran que a los 53 años, aún no ha perdido su fuerza. La velocidad y potencia que demuestra en esos ejercicios son impactantes e ilusionan a los fans que sueñan con volver a verlo arriba del ring, al menos para un combate de exhibición.


“Me siento imparable ahora. Los dioses de la guerra me han despertado. Han encendido mi ego y quieren que vuelva a la guerra... siento que soy joven otra vez”, señaló hace dos días en Facebook, mientras que este lunes insistió en sus redes sociales: “Todo es posible si eres inteligente”.

Hace 11 años, en 2009, Tyson llegó al punto más bajo de su vida y parecía casi irreconocible en sus apariciones públicas, pesaba en aquel momento unas 380 libras (172 kilos). Estaba muy excedido, teniendo en cuanta que en sus mejores años como boxeador profesional pesaba alrededor de 220 libras (99,7 kilos). Era clínicamente obeso.

Pero según informó la semana pasada el sitio británico Daily Mail, el ex campeón mundial pesa actualmente entre 235 y 240 libras (unos 100 kilos), por lo que todavía lo coloca 15-20 libras por encima del peso promedio durante su apogeo. Esto se debe a su entrenamiento y a que decidió dejar de comer carne en 2010. “Estaba tan congestionado por todas las drogas y la mala cocaína que apenas podía respirar. Tenía presión arterial alta, casi me estaba muriendo y tenía artritis. Hacerme vegano me ayudó a eliminar todos esos problemas en mi vida. Siempre fui un niño gordo. Entonces, si no cuido de mí mismo, realmente puedo subir mucho de peso. Antes estaba acostumbrado a entrenar para una pelea, pero ahora lo hago estar bien”, dijo en una entrevista con ABC News en 2013.

 
Un repaso por los excéntricos tatuajes de Mike Tyson: desde su famoso tribal en el rostro y el “Che” Guevara, hasta un histórico tenista
A los 53 años, el legendario boxeador aseguró recientemente que está pensando en tatuarse todo el cuerpo
18 de Mayo de 2020



(IG: @tysonranchofficial)

(IG: @tysonranchofficial)

Todo parece indicar que Mike Tyson volverá a subirse a un ring dentro de poco tiempo. Los rumores sobre una nueva pelea con Evander Holyfield se hacen cada vez más reales, después de que el propio “The Real Deal” asegurara que “las discusiones están bien encaminadas”.

En ese contexto, “Iron Mike” se mostró muy activo y atlético en las redes sociales. Incluso llegó a considerar tatuarse todo el cuerpo tras verse en “tan buena condición física”. “Vi a alguien que tenía todo su cuerpo, desde el cuello hasta los pies, y estaba en forma como yo y se veía hermoso y dije ‘Guau’. Pensé que era hermoso”, comentó en una entrevista con Fighthype.com

Actualmente, el ex campeón de los pesos pesados cuenta con seis excéntricos tatuajes, siendo el más sobresaliente el de su rostro, el cual se convirtió en una marca propia de su personalidad.


(Shutterstock)
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TATUAJE TRIBAL EN EL COSTADO IZQUIERDO DE SU CABEZA:

En 2003, Mike Tyson sorprendió al mundo después de someterse a la aguja del tatuador Victor Whitmill. Un dibujo con historia que, en un principio, pudo haber sido de “corazones”, según reveló el propio artista en una entrevista con Graham Bensinger. Al parecer, Tyson quería corazones en su rostro y ser “El hombre de corazones”, pero él se lo desaconsejó.

Otra versión fue la del entrenador Jeff Fenech, quien en diálogo con Fox Sports aseguró que el motivo de ese tatuaje fue que no quería pelear contra Clifford Etienne: “Pensé que estábamos por pelear en una semana y cuando te haces un tatuaje no puedes pelear y no estas sano para hacer eso (...) Nos sentamos y hablamos y realmente no quería pelear y no estaba preparado para hacerlo, y esa fue una de las razones por las que se hizo el tatuaje”.

Finalmente, el propio ex boxeador, reconoció en su documental (2008) que el tatuaje representa su “estado de guerrero”. En la cultura maorí, las tribus de Nueva Zelanda solían llevar tatuajes similares, los cuales cada uno representaba la historia de su portador.

(Shutterstock)
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PRESIDENTE MAO EN EL BÍCEPS DERECHO

En su paso por la cárcel, desde 1992 hasta 1995
por haber sido declarado culpable de abuso sexual contra una joven de 18 años a la que había conocido en un concurso de belleza, el boxeador decidió abocarse a los libros, siendo uno de ellos el del revolucionario comunista chino y fundador de la República Popular China, Mao Zedong, con el que al parecer se sintió tan identificado que decidió llevarlo en su piel.

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CHE GUEVARA EN SU ABDOMEN DEL LADO IZQUIERDO

Interesado por los hechos políticos y sociales a nivel mundial, Mike Tyson también cuenta con un dibujo del revolucionario comunista argentino Ernesto “Che” Guevara, quien fue uno de los ideólogos y propulsores de la Revolución cubana.

Cuando le consultaron por dicho tatuaje, el boxeador aseguró que, “El 'Che’ Guevara es un individuo increíble. Tenía mucho, pero lo sacrificó todo en beneficio de otras personas”.

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LA EX ESPOSA EN SU ANTEBRAZO DEL LADO IZQUIERDO.

En 1997 Mike Tyson se casó con Monica Turner
, a quien llegó a impregnar en su piel como símbolo del amor que sentía por ella. Finalmente, en enero del 2002 anunciaron su separación y meses más tarde se concretó el divorcio después de que ella asegurara que hubo adulterio por su parte durante su matrimonio.

(Shutterstock)
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UN DRAGÓN EN SU ANTEBRAZO DERECHO

Si bien no hay una explicación argumentada del entorno del ex peleador, todo indica a que se refiere a un símbolo muy presente en la cultura china. Esta figura representa fuerza, la sabiduría y la libertad.

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ARTHUR ASHE EN SU HOMBRO DERECHO

El mítico boxeador lleva tatuado en su brazo derecho al histórico tenista estadounidense, ganador de tres títulos de Grand Slam. Más allá de su talento deportivo, la figura del tenista en su piel habla más de su lucha personal. Ashe también se mostraba muy activo con las causas sociales a tal punto que creó la Fundación Arthur Ashe para la Derrota del SIDA. Sobre la imagen del tenista aparece la frase “DÍAS DE GRACIA”.


 
La temible experiencia que vende Mike Tyson al mejor postor con un fin solidario
En medio de las negociaciones para volver a los cuadriláteros, el mítico boxeador también prestará su cuerpo y sus habilidades por una causa benéfica
20 de Mayo de 2020



Mike Tyson y un fanático entrenarán juntos durante dos horas - EFE/EPA/NINA PROMMER

Mike Tyson y un fanático entrenarán juntos durante dos horas - EFE/EPA/NINA PROMMER

Mike Tyson está dando de qué hablar desde que publicó una sesión de entrenamientos en sus redes sociales con el fin de volver a subirse a un cuadrilátero. En medio de las negociaciones con Evander Holyfield para una posible trilogía en julio, el ex campeón del mundo también es protagonista de una subasta de la que todo fanático del boxeo quisiera participar.

A través de la página Charitybuzz los interesados podrán comprar una sesión de entrenamiento de tres horas para dos personas con un almuerzo incluido y lo recaudado será destinado a la fundación Harold & Carole Pump, la cual se encarga de crear conciencia sobre el tratamiento y la cura del cáncer.

Hasta el momento, el poseedor de esta temible experiencia es un comprador que ofertó 19 mil dólares y, de no haber otra oferta hasta el 27 de mayo, será el ganador. El sitio web puso como valor estimado 40 mil dólares a la fecha de cierre.


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“¡Ten el mejor día con Mike Tyson! Usted y un amigo entrenarán y disfrutarán del almuerzo con Mike Tyson en Los Ángeles. También recibirá un guante de boxeo y una camiseta autografiados”, asegura la página Charitybuzz.

Esta experiencia, con el que supo ser el boxeador más joven en ganar un título de peso pesado, a los 20 años, cuatro meses y 22 días, constará de una sesión de entrenamiento de entre 2 y 3 horas, una foto junto a él y un almuerzo incluido. Además, el ganador recibirá un guante de boxeo y una camiseta firmada 30 días después.

Al mismo tiempo, la compañía aseguró que la invitación no podrá revenderse ni volver a subastar y pidió que “todos los postores ganadores y sus invitados se comporten de manera apropiada cuando asistan a una experiencia ganada en Charitybuzz. Los modales educados y el respeto por el donante generoso y el cumplimiento de cualquier regla o parámetro son imprescindibles”.

Al estar en época de pandemia por coronavirus, el ganador podrá elegir cualquier fecha, a acordar con Tyson, hasta el 30 de diciembre del 2021.



Recientemente el ex púgil estadounidense compartió cómo son sus sesiones de entrenamiento junto al entrenador brasileño Rafael Cordeiro, líder de uno de los mejores campos de entrenamiento de MMA del mundo.

“Cuando sostengo los guantes, me gusta tenerlos cerca de mi cara. La primera vez que los sostengo más o menos aquí (se pone las manos cerca del rostro) y veo pasar su cruzado de mano derecha, vi toda mi vida pasar por delante mío", señaló Cordeiro a ESPN.

“Pone presión, presión y presión. Todos sabemos que el estilo de Mike es de presión. La misma forma en que pelea es como entrena”, advirtió.


 
La condición más controversial de Evander Holyfield para pelear ante Mike Tyson
Las negociaciones han iniciado y si bien los ex púgiles que ya han cruzado la barrera de los 50 años quieren enfrentarse, hay un punto en el que aún no hay acuerdo entre las partes
21 de Mayo de 2020



Evander Holyfield, 57 años, y Mike Tyson, 53

Evander Holyfield, 57 años, y Mike Tyson, 53

Los fanáticos del boxeo se entusiasmaron hace algunos días cuando, con pocas horas de diferencia, Mike Tyson y Evander Holyfield subieron a sus respectivas redes sociales videos en los que se los ve entrenándose y, al parecer, preparándose para una pelea. “Estoy de vuelta”, fue la frase con la que ambos cerraron esas publicaciones, alimentando las especulaciones respecto a la organización del que sería el tercer combate de la historia entre estos dos ex boxeadores que ya superan los 50 años.

Esta semana ambos púgiles admitieron en distintas entrevistas que las negociaciones han comenzado y que incluso países como Arabia Saudita, Australia y los Estados Unidos están interesados en albergar semejante evento que tendría fines caritativos.

“Mike y yo hablamos una vez sobre esto y desde ese momento su gente ha hablado con mi gente. No llegamos a un punto donde estemos en un acuerdo, pero ha habido conversaciones. Hay algunas personas importantes de diferentes países que desean que lo hagamos. Mi postura es: ‘Sí, si hay una manera de hacerlo, entonces hagámoslo’. Yo siendo yo y Mike siendo quien es, sé que podría ser algo grande", admitió Holyfield en diálogo con el sitio británico The Sun.








El entrenamiento de Evander Holyfield


Sin embargo, remarco el hecho de que hay un punto en el que no coinciden. Al tratarse de una pelea de exhibición las reglas y la duración del combate no serán iguales que uno oficial, es por eso que el hombre de 57 años pretende que no haya un ganador: “No quiero que alguien tome una decisión de si hubo ganador o perdedor o que se defina por nocaut. Debe ser una exhibición”.

“Realmente no quería volver al ring porque siempre decía que cuando me detuviera, me detendría. No estoy buscando nocauts y no voy a más de tres rounds de tres minutos. Lo haremos de manera adecuada. Pero voy a estar en buena forma. Y si alguien piensa que me van a pegar, no quiero que piensen que no voy a devolverle el golpe", insistió.

Tal es la expectativa que ha generado este combate que en los últimos días se ha viralizado un poster con las caras de ambos púgiles y la posible fecha (11 de julio) y sede (Diriyah, Arabia Saudita). De todos modos, el creador de la imagen advirtió en su cuenta de Instagram que se trata de un diseño “de fantasía" dedicado a los fanáticos y que los datos que allí figuran no son oficiales.







Así entrena Mike Tyson


Por su parte, Tyson habló este jueves con TMZ Live y explicó un poco de qué se tratará este evento, cuyas negociaciones recién han iniciado. El norteamericano, quien ahora lidera un proyecto de cultivo de cannabis en California dejó en claro que el principal objetivo es recaudar dinero para ayudar a las personas más necesitadas: “Eso sería genial para la caridad. ¿Te imaginas a él y a mí yendo juntos al ring?”. “Oye, hay mucha gente por ahí que necesita ayuda y algo así podría ayudar a mucha gente que necesita ayuda”, agregó.

Holyfield venció en dos oportunidades a Tyson en Las Vegas, la primera, en 1996, por nocaut técnico, y la segunda, en 1997, la más recordada, por descalificación de su rival tras haberle mordido la oreja en uno de los combates más extraños y polémicos de la historia. ¿Habrá un tercer episodio?.

 
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