Boda de Valentina Suárez de Zuloaga

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Sofía Palazuelo, entre las elegantes invitadas a la boda de Valentina Suárez de Zuloaga
La duquesa de Huéscar ha sido una de las invitadas al enlace de la empresaria, celebrado en el País Vasco


Este sábado 22 de junio quedará marcado para siempre como el día más especial de Valentina Suárez-Zuloaga Ruyra y Manuel de Lacalle, quienes han contraido matrimonio en una romántica ceremonia religiosa que ha tenido lugar en un enclave privilegiado. Los contrayentes han elegido para su boda de ensueño la iglesia parroquial de San Pedro, ubicada en la bella localidad de Zumaya, a orillas del Cantábrico.




Allí han contado con la compañía de sus familiares y amigos, que han querido ser testigos en primera persona de este importante paso que ha estado cargado de emociones y sorpresas. Y es que, ya convertidos en marido y mujer, los novios y sus invitados han podido disfrutar de una bonita exhibición de danza tradicional vasca. Tras esto, y rompiendo la tradición, los novios han puesto rumbo a su sesión fotográfica y al posterior banquete a bordo de una pequeña embarcación azul.




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La novia, de 26 años, ha llegado radiante del brazo de su padre y padrino con una enorme sonrisa y sin dejar de saludar a los curiosos vecinos que se han congregado allí para ver el secreto mejor guardado. La empresaria ha sorprendido con un diseño de corte recto, cuerpo drapeado, manga larga transparente, falda ligeramente plisada, cuello perkins y una larguísima capa de tul. Una original apuesta con la que marca la distinción y reafirma por qué es un icono a la hora de vestir.

Y es que cabe recordar que Valentina es co-fundadora y CEO de Es Fascinante, la tienda online de moda de referencia de it girls como Alessandra de Osma, quien comercializa en esta web su colección de bolsos, Tamara Falcó, que ofrece sus vestidos en esta plataforma, Cósima Ramírez o Sofía Palazuelo, entre otras.

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Ha sido precisamente la duquesa de Huéscar una de las primeras invitadas que ha llegado a la iglesia, cuyo aspecto exterior es de fortaleza, dotando así al enlace de un aspecto de cuento. La nuera del duque de Alba, junto al estilista Josie, ha dado nuevamente una lección de estilo y elegancia con un sencillo vestido con pedrería. Allí ha coincidido con su cuñado, Carlos Fitz-James Stuart y Solís, que ha acudido del brazo de su pareja, Belén Corsini, con la que lleva siete meses de noviazgo. Una relación que avanza a pasos agignatados ya que ella se ha convertido en una más del círculo del conde de Osorio.



También muy emocionada se ha mostrado a tanto a la llegada como a la salida Margarita Ruyra de Andrade, la madre de la novia. Considerada una de las mujeres más elegantes de la sociedad madrileña, ha lucido en esta fecha tan importante un abrigo a cuadros beige y rosa palo, con manga francesa y detalle en floral. En cuanto a los complementos, ha apostado por una maxipamela con copa y plumas en la parte posterior. Además, zapatos de tacón de raso en color albero con adorno floral.





 
Última edición por un moderador:
Lo que no entiendo es por que se han casado en la parroquia, en la finca donde esta el Museo de Zuloaga tienen una ermita,la finca esta en un lugar precioso ,alli es donde en los jardines han puesto una carpa y han disfrutado de un dia soleado bailando
 
Mucho dinero pero poco gusto. ¡Que vestido horroroso! ¡Menos mal que paso de la "tendencia" que marcan estas chicas! Por otra parte, en la ermita del museo no entran todos los invitados y además, así la gente del pueblo puede toparse con la boda en vez de tener que ir in expreso a la finca Zuloaga, en las afueras, donde además, con tanto invitado, no podrían entrar. Siempre gusta que la gente del pueblo te jalee, aunque, normalmente, a menos que sean amigos, la gente vasca no es dada a palmotear a los ricos y/o famosos.

La boda, por lo demás, sencilla. La mayoría de las bodas de novios vascos tienen a los dantzaris con las danzas en su honor.
 
Mucho dinero pero poco gusto. ¡Que vestido horroroso! ¡Menos mal que paso de la "tendencia" que marcan estas chicas! Por otra parte, en la ermita del museo no entran todos los invitados y además, así la gente del pueblo puede toparse con la boda en vez de tener que ir in expreso a la finca Zuloaga, en las afueras, donde además, con tanto invitado, no podrían entrar. Siempre gusta que la gente del pueblo te jalee, aunque, normalmente, a menos que sean amigos, la gente vasca no es dada a palmotear a los ricos y/o famosos.

La boda, por lo demás, sencilla. La mayoría de las bodas de novios vascos tienen a los dantzaris con las danzas en su honor.
Han tenido a los dantzaria a la salida de la iglesia.
 
Me gusta mucho la falda de la novia, pero cometió el error de buscarse una blusa (o parte superior) tan llamativa que se pierden entre sí y además queda tan tapada que parece una niña vieja.
 
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