Black Lives Matter

No sé si os habeis fijado en el nuevo anuncio de Coca Cola, en el que sólo aparecen seres de luz, un negrito con su diente de oro y un musulmán con su barbita (lo siento pero a mi es que me recuerda a los talibanes). Me superencantaaaa. La colacola me da asco y no la pienso comprar en la vida pero el anuncio es lo más ideallll, superr, enrolladísimo....No sé qué habremos hecho los blancos que ahora nos tratan como si fuesemos ogros XD.
 
pues en el anuncio de meeting o meeetic o eso,
sale una chica rubia con un bebé rubio y un maromo como el carbón
abrazando a los dos
si no es lavado de sherebro....

pero peor es lo de Extremadura = pobreza congenita desde 1492 o antes...
han hecho un mural al Floyd este de los eggs.



si al menos uno de ellos, me mandasen breikin bad y vicodin desde EEUU... air mail...
 
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Una merienda de negros

Si el amable lector, tras tratar de colar un billete falso en una tienda, fuese arrestado por la policía, se resistiese y acabase muerto, es poco probable que alguien más que sus allegados lo lamentase. Si encima se descubriese que tenía antecedentes por allanamiento y amenazas -encima a una mujer embarazada de raza negra-, lo más probable es que en caso de llegar a ser noticia, el sentimiento más generalizado sería de alivio o incluso se oiría un “se lo tiene bien merecido“.


Mejor ni hablar de los problemas de salud debidos al fentanilo y el coronavirus o de que te hayas peleado con el policía que te arrestó cuando ambos trabajabais en las puertas de una discoteca. De algún modo, si resultase que el amable lector es también de raza negra, está justificado prenderle fuego al mundo de punta a punta, asaltar tiendas y saltarse todos los confinamientos habidos y por haber debidos al coronavirus. No sólo eso, hay que señalar solidaridad por fuerza, aunque ni seas negro, ni de los EEUU.

#BlackLivesMatter (and yours doesn’t)

Este es el mensaje implícito. Hay vidas que importan y vidas que no, la de un negro víctima de la brutalidad policial sí importa, si es la de otros, no. La misma gente que considera una irresponsabilidad manifestarse por 50.000 muertos en España por mor del coronavirus cree que está justificado salir a la calle por un solo muerto en Minneapolis porque el racismo mata más. Igual que el machismo mataba más antes, curiosa epidemia ésta.


Podría sacar estadísticas hasta aburrir que muestran que los muertos en enfrentamientos con la policía siguen más o menos la proporción étnica de los EEUU, con dos excepciones que son los negros y los blancos. Los negros mueren en una proporción menor que su porcentaje de policías asesinados, y los que más… los blancos. Claro que entre los blancos se da el fenómeno del su***dio por poli, una más de las maneras favoritas de matarse de los blancos americanos junto con el atiborrarse de medicamentos, la metanfetamina o el engordar hasta reventar. El mismo hecho de que sea noticia que blancos maten a negros nos debe hacer sospechar; lo ordinario no es noticia. El viejo tópico de que la noticia no es que un perro muerda a un hombre, sino que el hombre muerda al perro.


Sobran ejemplos y estadísticas, los principales asesinos de negros en los EEUU son otros negros, en dura pugna con Planned Parenthood. La policía está muy abajo en el escalafón y de todos modos tiene otras prioridades como la de llevarse su tajada de los camellos de la zona.


No soy estadístico y de todos modos las estadísticas no convencen a nadie, son fríos datos, y los datos no le importan a la religión política moderna del bioleninismo.


No, los datos no importan, de hecho cuanto mayor sea la mentira que es necesario repetir para señalar obediencia al poder, mejor. La verdad es muy fácil de defender, son las mentiras, o los dogmas indemostrables, los que han de ser protegidos con terribles consecuencias para el que ose contradecirlos. Como el frutero que mencionaba Václav Havel con su pancarta de lemas marxistas, nos ponemos el lema de turno en el perfil de Facebook o de LinkedIn, no porque creamos en él, sino por el miedo a ser señalados como disconformes, como enemigos públicos.

Como disidentes.
Hipocresía corporativa

Es curioso que se venda como “protesta cívica” un saqueo. No menos curioso es el apoyo corporativo a las mismas. De un lado, los “antisistema“… y el mismo sistema, encarnado en las grandes empresas, los bancos, instituciones financieras, alcaldías, estados… y enfrente, ¿quién?


En inglés se llama bigoteering a la práctica de la hipocresía moral consistente en acusar de racista, sexista, antiecológico o la palabra de orden del día al que no comulgue con las mismas. Y casi siempre lo hace quien más debiera callar. Que Ana Patricia Botín, que cobra intereses de usura a gente sin la mínima cultura financiera, que Bill Gates que usa a africanos como conejillos de indias de sus vacunas -en países que firman contratos millonarios con Microsoft- se pongan ahora el lema de marras es el colmo de la hipocresía.


Podemos ver cuando un movimiento es genuinamente peligroso en el que se trate de ocultar o se niegue directamente. Lo hemos visto con los chalecos amarillos en Francia. Cuando ejecutivos de apellido acabado en -sky se atreven a decir que la esclavitud no afectó a los blancos -la misma palabra esclavo viene de eslavo, o sea de los antepasados del que lo dice- y por eso ahora debemos mostrar solidaridad y pagar reparaciones, nos encontramos en Mundo Payaso.


Es solamente una Revolución de Colores en el modelo sorosiano. Oh casualidad, BLM está financiada por Soros -y por otros-.


No queremos moralina, para eso ya tenemos a nuestras madres y la religión. Sólo os interesa nuestro dinero, así que al menos ofreced un producto decente a cambio. Y cerrad el pico. Cuando quiera consejos morales, tened por seguro que el presidente de una marca de calzado que usa a niños vietnamitas para coser balones estará muy abajo en la lista.

Entre hacer un Mau-Mau y señalar domesticación

El gran Tom Wolfe ya avisó en 1970 que los pijomunistas y La Negrada eran aliados de circunstancias, y que los primeros querían usar a los segundos para ganar estatus como Los Buenos de la PeliTM , mientras los segundos quieren a los primeros para que les den paguitas -que por supuesto ambos prefieren que pague el currito blanco-.


Todo el teatrillo de poner a gente de clase media de rodillas -símbolo de sumisión desde tiempo inmemorial- por supuestas culpas de racismo, todas las mujeres que se rapan por solidaridad -rapar a las mujeres era algo que se hacía para señalar que eran esclavas o que se habían acostado con el enemigo y se solía acompañar con hacerles tomar un purgante para añadir a su humillación- señalan solamente domesticación. El toque irónico de que el policía también se arrodillase sobre el cuello de George Floyd no se nos escapa.


Nuestros queridos enemigos chinos deben de estar descojonándose en la distancia, no sólo nos han soltado una Plaga, también ven cómo repetimos su mismo y criminal error de la Revolución Cultural, en el que se arrasaron templos y rompieron escritos milenarios por mor de destruir los Cuatro Viejos -Costumbres, Cultura, Hábitos e Ideas- que impedían la Revolución Permanente ansiada por el Gran Timonel Mao Tse-tung. Cualquier paralelismo entre el destruir templos confucianos o quemar iglesias, entre quitar mausoleos de emperadores y destruir estatuas de grandes guerreros como los generales Lee y Franco, es deliberado. Al igual que los símbolos de resonancias cristianas, pero despojados de lo que era su centro, Dios encarnado en Jesucristo, y que ahora giran locos.


Lo que estamos viendo es una religión, lisa y llanamente. La Fe del Negro Mágico, que muere por nuestros pecados, como en La Milla Verde. Sólo que ahora en vez de curarle una prostatitis a su carcelero nos ha curado del coronavirus. Como aún estamos en las fases iniciales de esta religión cívica, vemos contradicciones. Ahora mismo en las multinacionales y Estados no saben muy bien si apoyar el BLM o, dado que es junio, a La Mariconada… es decir, Orgullo Gay. De momento no hay grandes disputas pero no creo que quede impune el que quiten su momento en el candelero a un colectivo en el que el histrionismo no escasea.


La Negrada es el golem de hoy que muy bien puede estar escapándose de las manos, y los pijomunistas en no pocas ocasiones son antiguos maoístas que, oh casualidad, apoyan una campaña sospechosamente similar a la que llevó a cabo el mismo Mao.

Crónica de un privilegiado

Todavía sería soportable que acusasen de privilegio blanco a gente como ellos mismos, nacidos en alta cuna, o miembros del Partido Externo al menos. Pero acusar a un currela de barrio marginal de Algeciras o Taranto de ser un privilegiado por encima de gente como Barack Obama o Rita Bosaho es de un ridículo tal que nos desencajamos la mandíbula de risa.


Cuando hayáis echado 100 currículum en una semana de los cuales sólo os responden a uno, y es para deciros que no seguís en el proceso, hablaremos. Cuando tengáis que aceptar un trabajo de comercial a puerta fría o de estafa multinivel pagando cuota de (falso) autónomo, hablaremos. Cuando tengáis que compaginar un trabajo en un almacén cargando cajas con unos estudios universitarios -y en una carrera que ya de por sí cuesta aprobar dedicando tiempo completo al estudio-, hablaremos. Cuando tengáis que madrugar para recoger fruta por unos céntimos el kilo; o para intoxicaros con humo que sabéis que os llevará a una tumba temprana, pero que más temprana todavía será si no traes el jornal a casa, hablaremos. Cuando veáis el desprecio en la charo de la que mendigáis como favor lo que según un papelajo que llaman Constitución es un derecho, hablamos.


No hablamos por hablar. Todos aquí hemos vivido eso, en primera persona o en familiares cercanos. La vida del pobre es dura, y damos gracias todos los días a Dios, al Universo o a lo que sea porque no lo sea aún más. Pero coxx, taparse un poquito. Que tener que tragarte rollos de la brecha de género durante toda la educación obligatoria y luego encontrarte con que lo único que pasa es que los trabajos más peligrosos (y por tanto mejor pagados a igual habilidad necesaria) son campos de nabos. Y como es lógico, los copan los del s*x* prescindible, los varones. Que insisto, así son las cosas y a quien no le guste que proponga otra cosa.


Hay quien habla de la necesidad de disolver los departamentos de policía y las instituciones educativas por ser “demasiado blancos“. De lo que no hablan es de que están “demasiado sindicalizadas“. El funcionariado -la policía, los maestros o los progresores universitarios cuyas consignas siguen todos los indignados- goza del privilegio de un sueldo vitalicio que para que se les quite tienen que literalmente matar a alguien o violar niños. Son las pocas instancias en las que se puede expulsar de la carrera profesional a un policía, un asistente social o un maestro. En el sector privado te pueden echar a la calle sin culpa tuya, simplemente porque el mercado vaya mal entre la estupidez corporativa y la rapacidad de los Estados. A esto la única respuesta que nos dan es que aver hestudiao y sacarnos unas oposiciones. Como si un sistema podrido pudiese solucionarse mediante el activismo.


Que les quede claro; policía, abogado y doctor, a más lejos, mejor.

Un futuro poco halagüeño

Y no, el “activismo callejero” no va a cambiar nada. Como mucho algunos negocios de inocentes destrozados, acusaciones de que los elementos incontrolados son en realidad agentes de policía infiltrados -a veces hasta es verdad, que soy compañero o como en El hombre que fue Jueves- y teorías de la conspiración de lo más peregrinas, echando la culpa a China, a Rusia o hasta a -no es coña- la alt-right.


Por favor, si todo el mundo sabe que son gordos granudos comedoritos que no salen del sótano de sus madres. No salían ni antes de la cuarentena, imagina ahora. Que por cierto, ya no hay cuarentena que valga, los mismos que defendían el someter a arresto domiciliario al mundo ahora defienden las algaradas porque unos maderos zurrasen a uno que pasaba billetes falsos. Grave crimen, los únicos que tienen derecho a pasar papelitos sin valor que han impreso ellos mismos son los bancos centrales, que por cierto, no debe sorprender si resulta que también están a favor de las algaradas.


Todo viene por una serie de errores de base. El primero es la convivencia forzada entre etnias que no se soportan. Una vez más, el multiculturalismo se vuelve guerra, una guerra civil de baja intensidad que iguala a los EEUU a casi todo el resto del continente americano, y que con proporciones más desequilibradas de etnias en liza lleva primero a brasilizarse y después a sudafricanizarse. En el peor de los casos, haitizarse. No falta quien cree que estos disturbios vienen alimentados porque el porcentaje de voto negro a los demócratas está en mínimos. Lo que se llama salir de la plantación,y en estos disturbios tratan de meterlos de nuevo. Tiene su sentido.


El siguiente error es el de la centralización estatal y la creación de Estados policiales. La policía es en sí el Estado, y sin fuerzas armadas éste no tiene modo alguno de hacer valer su ley. Si se llega a hacer caso a los intelectuales que defienden disolver los cuerpos de seguridad, simplemente daremos por finiquitado el Estado y el vacío de poder lo ocuparán otras entidades. Ha pasado antes -el ejemplo más reciente, México- y volverá a pasar. Muchos de los que defienden esa disolución se encontrarán a merced de otros grupos armados -el intelectual suele padecer de hoplofobia, no es la policía lo que odia tanto como la testosterona y las armas- pero no sin que el caos ya haya afectado antes a los barrios obreros, porque es siempre el currito nativo el que tiene que pagar por los lujos del señorito. Antes siendo literalmente el que pagaba impuestos, ahora que Hacienda somos todos siendo el que paga la mala conciencia racial de los señoritos. El señorito puede permitirse vivir en barrios con seguridad privada, el currito tiene que ver cómo la plazoleta del bloque pasa a ser lugar de trapicheo y que a su hijo le den una paliza si se le ocurre acercarse por la cancha de baloncesto solo. De lo que pueden hacerle a su hija si sale por la noche sola mejor no hablar.
Lo impensable

Y es que lo que jamás se plantea el señorito progre biempensante es la remota posibilidad de que los fachas tuviesen razón. Da igual que se avisase de que habría chimpazos de La Negrada. Da igual que se avisase de que la ley de hierro de la oligarquía y la ley de la minoría intolerante harían su aparición enseguida y que las manifestaciones que empiezan como marchas pacíficas acaban en algaradas políticas por obra y gracia de los sospechosos habituales. Da igual que una y otra vez se demuestre que Enoch Powell e Ian Smith no eran monstruos de odio sin dos dedos de frente, sino estudiosos guerreros como Glubb Pasha.


En fin, quedaos con las ruinas en llamas. Permitidnos al menos no participar. No tenemos nada que aportar, no nos queréis y sólo queremos tener un sitio para estar entre iguales. Tranquilos, no le queremos quitar su tierra a nadie. El colonialismo no sólo estuvo mal, es que encima empobreció a los blancos, que se empeñaron en construir ferrocarriles en sitios donde aún no se había descubierto ni la rueda. Es como dar un smartphone a un tipo que ni siquiera sabe cómo funciona una puerta lógica: acabará usándolo para hacerse fotos reshulonas en el Instagram. No, Eurosiberia es muy grande y ahí está nuestro sitio. Nuestro hogar. No deseamos el mal a nadie, simplemente que nos dejen en paz. Si tan malos somos, no vengáis a nuestros países, nadie hay tan racista como los africanos que huyen de una África sin blancos para ir a una Europa y una América que están llenas de ellos. Si nuestra música os chirría, no la escuchéis. Si nuestra comida no sabe a nada, no la comáis.


No es esta nuestra guerra. Nuestro deber está en defendernos nosotros y a los nuestros, en nuestras comunidades y barrios. Y anotar con cuidado el número de los enemigos, ya vendrá el momento de ajustar cuentas, literalmente, mediante una campaña de boicot, desinversión y sanciones. Votando con nuestro dinero que, como dijimos antes, es lo único que les importa de nosotros.


Los perros del Estado están demostrando una pusilanimidad que no tuvieron a la hora de imponernos un arresto domiciliario por motivos sanitarios. Que se las compongan ellos con la antifada y La Negrada. Nosotros a mirar desde la barrera -y que nadie ose traspasarla-. Los Hells Angels y los Mongols, las bandas moteras enemigas juradas, han aparcado sus diferencias por unos días y funcionan como seguridad privada en varios barrios californianos. Gente temida y odiada por la sociedad, porque son mayoritariamente blancos que se atreven a comportarse como los que no lo son; formando tribus étnicas, seminómadas y sin miedo a tomarse la justicia por su mano.


Porque si al final se disuelven las fuerzas policiales, los vacíos de poder se ocuparán. Cesado el monopolio de la violencia legal del Estado, Minnesota se parecerá a Somalia y no sólo porque los suecos -buena parte de los antepasados de los habitantes de ese estado- hayan seguido su imperativo genético y la hayan llenado de somalíes. Sino porque tras un período de caos, saqueos y delitos, las bandas étnicas y religiosas tomarán el poder dentro de lo que les dejen. Pueden hacer el experimento si quieren, pero no digan que no les avisamos.


Y ojo, que como todas las demacres gringas, en Europa la copiaremos y en España la exacerbaremos. No les copiaremos el tipo de IVA o IRPF, la separación de poderes o la 2ª Enmienda -única esperanza que queda a muchos, la bala siempre será más rápida que la policía y más si ésta no existe-. Pero las chorradas de la Teoría Crítica las copiamos enteritas.


Se acabaron los experimentos ilustrados; cada uno en su casa y Dios en la de todos.


Sangre, suelo y honor, el Camino de los Hombres.

 
Ahora resulta que el tal Floyd hubiera muerto de todas las maneras. Estaba drogado hasta las cejas, y empezó a decir que se asfixiaba mucho antes de que nadie le tocara.
Y la gente haciéndole homenajes.
Qué nos está pasando??? lo pregunto con mucha seriedad y preocupación...
 
¿Un nuevo George Floyd?: Un video muestra a un afroamericano suplicando a la Policía antes de morir
El sujeto sufrió un problema médico y en la grabación se ve cómo es atendido por cinco funcionarios de prisión y una enfermera
 
Ahora los afroamericanos intentan apropiarse de la cultura morisca de Al Andalus.



Incluso se jactan de haber violado a las mujeres blancas.

La ciencia desmonta el mito del mestizaje: la población del sur de España apenas tiene ADN del norte de África

Un estudio de la Universidad de Granada constata el escaso legado genético andalusí en el antiguo Reino de Granada

El Reino de Granada fue el último reducto islámico en la península ibérica. Los ocho siglos de dominación musulmana supusieron un legado andalusí que se manifiesta en las costumbres, el habla o la arquitectura del sur de España, pero no en la herencia genética de la población. Derribando el mito del mestizaje, un estudio de la Universidad de Granada realizado con individuos del sur de la Península Ibérica ha descubierto que las similitudes entre su ADN y el de las poblaciones del norte de África son mínimas.


El estudio, publicado en la prestigiosa revista Scientific Reports, del grupo Nature, ha comparado los marcadores genéticos del cromosoma Y —el específico de los hombres— de la población de las Granada, Málaga y Almería con el del resto de España, Europa y el norte de África. Los investigadores de la Universidad de Granada han concluido que «es difícil identificar algún trazo del legado genético dejado por los antiguos pobladores».

Una «expulsión efectiva»


Así lo asegura la principal autora de este trabajo, María Saiz Guinaldo, del Laboratorio de Identificación Genética de la UGR, que explica este hallazgo por la «expulsión efectiva» de la población musulmana al norte de África y «a repoblación de la zona con habitantes del resto de la Península Ibérica», puesto que no dejaron más legado genético en estas provincias españolas que en otras zonas donde estuvieron mucho menos tiempo.


«Nuestros resultados revelan que ningún componente africano ha permanecido en la población del sur de la Península Ibérica, a pesar de haber estado ocupada por éstos durante 800 años», advierte María Saiz: «La presencia de haplogrupos típicamente africanos en la población de Granada, Málaga y Almería no es significativa cuando se compara con las frecuencias de éstos en poblaciones europeas, tanto mediterráneas como del norte de Europa».

 
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