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Guest
Yo no soy nadie para dar consejos, además estos se piden, no se dan, pero he hablado de la relación que tengo con mis hijos y tenía con mis padres, mis hermanos, una relación muy buena excepto con una hermana. Tengo una hermana, lo cuento brevemente por si te sirve, que me hacía la vida imposible desde niñas.
Por razones profesionales de mi marido, cuando me casé me fui de mi ciudad y anduve por varias ciudades españolas y extranjeras. Mis padres vivían en una casa en la playa, una casita no un palacio, y volvía allí 15 días en verano y Navidad y Semana Santa alternábamos con la familia de mi marido. Aquello era un martirio porque mientras que mis hermanos cuando llegaban sus vacaciones se iban a descansar lejos de familiares, mi marido y yo al vivir fuera repartíamos los días entre las dos familias para poder verlos. Cuando regresábamos a nuestra casa estábamos peor que habíamos salido. No habíamos descansado, si salíamos a la playa toooodossssss se venían con nosotros, si salíamos a dar una vuelta y tomar un aperitivo tooodoooososssss venían, así siempre.
Con una de mis hermanas era imposible pasar 10 días sin discutir, era angustioso. Traté por todos los medios que aquello no afectara a la relación con ella, no le contestaba a ninguna provocación desde pequeñas, pero todo tiene un límite y un día ya no pude mas y le dije, sin gritos, sin berrinches: mira, las dos vamos a salir perdiendo porque somos hermanas, seguro que llegará un día en el que querremos darnos un abrazo, comer juntas, esas cosas, pero hasta aquí hemos llegado, no puedo más, nunca te he contestado a nada de las cosas que me has dicho desde que tengo uso de razón (tenía entonces 34 años) pero ya no puedo seguir callada, lo mas inteligente es que de ahora en adelante nos tratemos en celebraciones familiares ineludibles y nada más, te deseo lo mejor y toda la suerte del mundo, pero continuar con esto me hace daño y cada vez mas, te pido perdón por el daño que sin darme cuenta te haya podido hacer. Ella no contestó.
Cuando sucedió esto hacía que habíamos llegado a la casa de la playa 6 días, fui a la terraza y le dije a mi marido llama a los niños, nos vamos. Recuerdo a mi pobre madre que llegó a nuestra habitación mientras hacíamos las maletas y me dijo hija por favor, te lo suplico y le dije mamá cuando ella me insultaba, me pegaba de pequeñas, me decía de todo y yo callaba, tú qué hacías? Dime mamá qué hacías? Yo te lo diré nada. Yo voy a seguir viniendo, solo te pido que los 15/18 días que vengo a verte al año, ella no aparezca por aquí, yo soy quien te lo suplica.
Nos metimos en el coche, hice el peor viaje de mi vida, había comenzado como si fuera un duelo, me conozco y sabía que ya no había vuelta atrás, se había acabado. Lo pasé muy mal pero a la vez sentía una especia de alivio.
Hoy en día cuando nos tenemos que ver por cosas familiares yo me dirijo a ella, le doy un beso, le hablo con todo el cariño del mundo porque en mi fuero interno la adoro pero cuando termina todo, me despido y adiós.
Hay relaciones que son imposibles por motivos muy diferentes y hay que saber qué nos hace daño y qué es soportable porque es normal entre familiares. Todas las familias discuten. Ella no es mala, es la mejor madre que conozco y la mejor amiga que pueda tener nadie en este mundo, pero no puede con mi presencia y probablemente yo le hice algo que no soy capaz de recordar porque con el resto de hermanos es maravillosa.
No he tenido nunca ni el más mínimo sentimiento de remordimiento, la recuerdo todos los días y solo le deseo y rezo para que todo le vaya bien, sus hijos tengan salud y ella sea feliz.
Es mejor, para mí ha sido mejor, quererla en la distancia que en la cercanía.
