Beta Coqueta

Puedes estar días, semanas o meses sin ver sus Stories, porque cuando vuelvas a hacerlo verás lo mismo de siempre por parte de esta ególatra.
Por cierto, os enseña sus uñas y sus pestañas de pelo de muñeca de los chinos.

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encima dice que "cara lavada", que tia ... Encima lleva las pestañas a grumos, es que es para que alguien le diga algo, en serio, hace el ridículo. Aun le dirán que está guapa ...
 
Jajaja vaya pestañacas que se ha colocado, qué naturales.

Sus libros son un robo. Casi 10€ la versión kindle, claro, claro, ahora te lo compro, que no tiene mantenimiento ni tiene gasto. Lo que comentáis de sus libros... pues es que no son iguales en realidad, cada vez son peores. Se nota que no sabe qué escribir que todos los hace iguales pero es que ya de previsibles, aburren. Éste me lo leí porque una amiga me dijo que estaba bien y necesitaba algo ligero y como tampoco me gasté na pues palante, pero vaya... mucho rollo, muchos pensamientos y luego el final pimpampum todo resuelto.

Algo que no me gusta nada de sus libros (entre otras) es su "guiño" a sus anteriores personajes. Ella es la primera que les dice a sus flans que les deje con su vida y luego ella los mete en las novelas alabando, que están preciosas, qué envidia de maromo tiene al lado, que bueno está el cabrón.
 
encima dice que "cara lavada", que tia ... Encima lleva las pestañas a grumos, es que es para que alguien le diga algo, en serio, hace el ridículo. Aun le dirán que está guapa ...

Es que ella especial, tiene partículas de magia que se desvanecen en el aire y la convierten en alguien muy distinto al resto.
Mucho filtro y mucha foto estudiada para esconder todo lo que le acompleja. Pero ella erre que erre con lo mismo de siempre. De verdad que no sabe lo que es la privacidad, menos la originalidad. Muchas veces copia a su colegui Reishe en la forma de hablar y en los gestos. A ver si se compran una personalidad ella y el marido que se cree David Guetta.

P.S. Todos los años la queja de las maletas, la gira y lo cansada que está. Otra vaga.
 
Jajaja vaya pestañacas que se ha colocado, qué naturales.

Sus libros son un robo. Casi 10€ la versión kindle, claro, claro, ahora te lo compro, que no tiene mantenimiento ni tiene gasto. Lo que comentáis de sus libros... pues es que no son iguales en realidad, cada vez son peores. Se nota que no sabe qué escribir que todos los hace iguales pero es que ya de previsibles, aburren. Éste me lo leí porque una amiga me dijo que estaba bien y necesitaba algo ligero y como tampoco me gasté na pues palante, pero vaya... mucho rollo, muchos pensamientos y luego el final pimpampum todo resuelto.

Algo que no me gusta nada de sus libros (entre otras) es su "guiño" a sus anteriores personajes. Ella es la primera que les dice a sus flans que les deje con su vida y luego ella los mete en las novelas alabando, que están preciosas, qué envidia de maromo tiene al lado, que bueno está el cabrón.

¿Y dónde dejamos los epílogos en los que ella es la protagonista? Droga de la buena consume esta. Eso y su egocentrismo que la hacen creer que es Isabel Allende.
 
A qué te refieres con que ella es la protagonista en los epílogos?

A que ella sale en los epílogos. En el de la mágica bilogía de Sofía, si no recuerdo mal, es ella en la cafetería sentada preguntándose si es una broma de su marido y su amigo JJJJJJoooooosé. En la de Macarena es ella otra vez hablando de Coco. Flipante, de verdad. Una ida de olla preocupante. Voy a ver si todavía tengo el PDF y copio y pego.
 
A qué te refieres con que ella es la protagonista en los epílogos?

A que ella sale en los epílogos. En el de la mágica bilogía de Sofía, si no recuerdo mal, es ella en la cafetería sentada preguntándose si es una broma de su marido y su amigo JJJJJJoooooosé. En la de Macarena es ella otra vez hablando de Coco. Flipante, de verdad. Una ida de olla preocupante. Voy a ver si todavía tengo el PDF y copio y pego.

No lo tenía pero Google es una maravilla.

Una parte del epílogo de "La magia de nosotros":

—Tu té y la tarta.
—Esto debe ser una coña —musita—. O una cámara oculta. ¿Quién ha sido, Jose? Esto lo han planeado Jose y Óscar… seguro.
—¿Cómo? —le pregunto realmente preocupada. Me mira muy confusa y se echa el pelo hacia un lado.
—Madre del amor hermoso. ¿No es coña?
—¿Qué tendría que ser coña? —le pregunto.
—Creo que duermo poco.
La veo echarse a reír por lo bajini en una risita nerviosa que no entiendo pero que me contagia. Después de dar otro vistazo dice:
—Pues… este sitio es increíble — musita, creo que más para ella que para mí.
—Lo es. Y su historia. Su historia
también.
Imperceptible. Un clic silencioso parece colocar su cabeza y todo lo que la confunde se esfuma al momento. Lo noto solamente en cómo fija sus ojos en mí, centrada por fin.
—¿Sí?
—Sí. —Apoyo la bandeja vacía en mi costado y sonrío—. Este sitio es…, a ver, me vas a tomar por loca pero yo diría que es mágico.
—Te creo. —Sonríe echando un último vistazo a su alrededor.
—Trabajé aquí hace años. Era un lugar genial pero… cerró. Y todo se… desmoronó. —Asiente interesada—. Pero no te molesto más. Se te enfriará el
té.
—No me molestas. Todo lo contrario. Verás…, estaba buscando justamente eso. Una historia increíble.
—¿A qué te dedicas? —le pregunto.
—Escribo libros.
—¿Sí? —exclamo—. No te gires pero… esa chica del rincón, la de la mesa que se estaba riendo a coro antes… es Valeria Ferriz y también es escritora.
Pestañea muy rápido y juraría que le da un conato de ataque de risa, pero asiente.
—O me estáis tomando el pelo muy bien o tienes razón y este sitio es mágico.
—¿Qué? —le pregunto confundida.
—Nada, nada. ¿Tienes tiempo? Me encantaría escuchar la historia del… — Mira en busca del nombre del local y yo la corto.
—El nuevo café de Alejandría.
—Es un gran nombre.
—Gracias. —Le sonrío—. Héctor, cariño, ¿te encargas un rato?
—Sí —asiente desde la barra. La chica se apresura a despejar la silla que ha llenado de sus cosas, pero yo pido prestado el asiento que sobra en la mesa de Hugo, Nico y Alba donde sé que no hará falta que se siente nadie más. Los tres se bastan y se sobran.
—A ver…, déjame pensar por dónde
empiezo.
—¿Puedo tomar notas? —me dice sacando un portátil de dentro del bolso.
—Por supuesto.
—Quizá debería empezar Héctor — musito.
—Luego le preguntamos —me responde ella cómplice mientras coloca las manos sobre el teclado. —Vale. Uhm… Bueno, yo soy Sofía.
—Encantada. —Sonríe—. Yo Elísabet.
—¿Seguro que quieres escuchar esta historia?
—Segurísima.

Una parte del epílogo de "Seremos recuerdos".

Hace apenas unos minutos que nos conocemos. Nos presentó ella justo antes de acercarse a la barra a pedir unos cafés y saludar a Sofía, la dueña, con la que se funde en un abrazo tal y como hizo aquella primera tarde en la que le relaté mi historia de amor… no sé si con Leo o conmigo misma. La chica que tengo sentada enfrente parece agobiada y la comprendo. Es difícil de explicar pero necesario para que todo vuelva a empezar y no
termine aquí.
—Relájate. No pasa nada —le digo.
—Es que no sé si sabré hacerlo. Eso es todo.
—¡Claro que sabrás! Solo tienes que contarle tu historia.
—Pero es que ni siquiera sé por dónde empezar. —Se queja en una risa —. Por él, por mí, por aquel viaje, el piso, aquella canción; ¿le cuento cómo nos conocimos o directamente voy al momento en el que empezó a ser importante? ¿Le hablo de todo el mundo o solo de…?
—Calma —le pido—. Tú cuéntaselo todo. Ella lo ordenará.
Casi me da ternura su agobio. Yo sé lo que siente; también lo sentí al principio pero luego, después de intentarlo un par de veces y equivocarnos en la forma y el contenido, encontramos la manera de contar todo lo que fuimos y seremos Leo y yo. ¿De qué otra manera podrías tener este libro entre las manos?
En el fondo me da envidia lo que esta chica está a punto de vivir. Es muy emocionante: buscando las palabras adecuadas va a volver a enamorarse, a vivir de nuevo, a llorar con lo que le dolió. Va a construirse desde las primeras páginas para que otros se metan en su piel, anden en sus zapatos y la acompañen en el camino.
Es raro, lo sé. Quizá no estás entendiendo nada, pero es que la vida es tan mágica como uno quiera creer que lo es. Como este lugar, en el que siempre terminamos viéndonos, como si una cafetería pudiera contener todas nuestras historias y dar respuesta a las dudas. Este lugar en el que la persona que nos trajo aquí, nos reúne a todos.
Lo que quiero decir es que esto es una despedida. Como habrás imaginado, se acaba, pero no me puedo marchar a hacer mi vida sin darte las gracias por llegar hasta aquí y que estés leyendo esto ahora, porque fue esa voz que en tu cabeza repitiendo las palabras impresas la que me dio vida. Ahora que ya aprendí y amé, me voy, pero no sin presentarte antes a Coco.
Coco, esta chica que tengo delante y que está tan nerviosa y agobiada, me dará el relevo como yo se lo di a Sofía.
Al final esto es una familia; un montón de hermanas con historias sobre el amor, viviendo como saben y pueden esa cosa tan complicada que es caer enamorada.
Ahora le toca el turno a Coco pero… para eso habrá que esperar a que consiga narrar su vida al oído de alguien que ya está pensando en cómo encerrarla en papel y tinta.
Alguien que ahora mismo traga alguna que otra lágrima por la despedida, que me quiere y a la que quiero, pero a la que diré adiós, como a ti, hasta que decidas volver a encontrarme entre las páginas de un libro.
Cuando se sienta a nuestra mesa, disimulando la emoción mientras se toquetea el pelo verde, Coco y yo la miramos. Es muy probable que se pregunte cómo empezar, pero soy yo la que lo hace:
—Ha sido un viaje increíble. Emocionante. Duro a veces. Pero… lo pasamos bien, ¿verdad, Elísabet?
—Verdad. —Sonríe ella emocionada.

—Coco…, ahora te toca a ti. Venga, cuéntaselo todo. Yo escucharé un rato y os daré algún consejo pero… me iré pronto. Yo ya debo cerrar mi puerta. Pero antes… gracias a ti, que lees, por abrirla.
 
Madre mía jajaja. Con razón no me sonaba porque justo esas sagas no las he leído. Pero en un 99% sé que no las leeré jajaja.
 
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