Barcelona creará una empresa funeraria pública para rebajar el precio de los entierros

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- El consistorio pretende reducir un 30% de la tarifa del servicio, que de media es de 6.400 euros, uno de los más altos de España.
- La iniciativa dará pie a un tanatorio municipal cuya apertura está prevista para el 2019, a final de mandato.
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TONI SUST / BARCELONA (elperiodico.com)

VIERNES, 11 DE NOVIEMBRE DEL 2016 - 20:48 CET

“El mercado no ha funcionado de forma adecuada y la presencia pública puede garantizar más competencia, que el servicio sea de más calidad y un precio que permita que el servicio sea asequible para el conjunto de la ciudadanía”. Con estas palabras ha justificado el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, el anuncio que ha hecho este viernes: el ayuntamiento creará un servicio funerario municipal. Y lo hará, principalmente, porque considera que el precio actual es demasiado caro.

El objetivo, ha dicho, es lograr que esa cantidad se reduzca hasta en un 30%. Como resultado, se abrirá un tanatorio municipal, cuya entrada en funcionamiento está prevista para el 2019.

Según ha detallado Pisarello, en la actualidad Barcelona “es una de las ciudades en las que más caro es despedirse de los seres queridos. El precio medio es de 6.400 euros, cuando en Madrid es de 4.700 euros y en Valencia, de 3.100 euros”. Los operarios del sector han negado la cifra y la han rebajado casi la mitad, unos 3.500 euros.

SERVICIO DE CALIDAD
El concejal de Presidencia, Eloi Badia, ha afirmado que el servicio actual es de calidad, pero que el precio debe reducirse. “Estudiamos que no sea necesario contar con un tanatorio para operar en la ciudad”, ha dicho Badia sobre la posibilidad de que aumente la competencia. “Abrimos el mercado, porque es un imperativo, pero lo hacemos de forma calculada. Además aseguramos el servicio de beneficiencia”, ha proseguido. La alcaldesa, Ada Colau, ha hecho horas después un tuit en el que justifica la decisión del gobierno municipal.

En la actualidad, hay dos operadores principales, Mémora y Àltima, al margen de la actuación puntual de otros, que según el consistorio no tienen efecto en la competencia. Al consistorio le quedaba ahora un 15% del capital de Serveis Funeraris de Barcelona, el resto es de Mèmora Serveis Funeraris. Para abrir su empresa pública, el ayuntamiento debe vender ese 15%, del que se calcula un valor de 30 millones de euros, con el fin de evitar la incompatibilidad de figurar en una sociedad mercantil y en una operadora pública, ha argumentado Badia.

MODIFICACIÓN DE LAS ORDENANZAS
Paralelamente, se perseguirá una modificación de las ordenanzas para revisar la obligación de disponer de tanatorio para operar, como indica la ley de servicios funerarios, También se quieren fijar requisitos para la ubicación de tanatorios y garantizar los derechos de los usuarios

Badia ha explicado que de entrada el consistorio se planteó rescatar el 85%, pero que económicamente resultaba lesivo. Erigir el nuevo tanatorio, ha dicho, será mucho más barato.

LA SÍNDICA
El ayuntamiento ha justificado en parte su decisión por el contenido de un informe de la Síndica de Greuges de Barcelona, Maria Assumpció Vilà. Y Vilà lo ha celebrado en un comunicado en el que ha recordado que el hecho de eliminar el requisito de que un operador disponga de un tanatorio de cómo mínimo 12 salas responde al cumplimiento de la adaptación de la ley catalana a la normativa europea, una modificación que Barcelona no había hecho hasta ahora. En su informe, la síndica recomendó abrir las puertas a más operadores, algo que cree que sucederá cuando las nuevas ordenanzas abran la actividad a operadores que no dispongan de tanatorios. También proponía inspecciones para detectar posibles infracciones previstas en la ley funeraria de Catalunya y las leyes de consumo.

LA OPOSICIÓN
Solo parte de la oposición municipal ha reaccionado al anuncio del consistorio. El grupo de CiU ha mostrado su sorpresa pero no descarta que la operación acabe siendo efectiva. La concejala Sònia Recasens considera paradójico quién completa la privatización de la empresa pública funeraria, lo que hará el gobierno municipal al vender el 15% que le queda, sea precisamente el que concluya que hay que poner en marcha un nuevo operador público.

Recasens no lo ve del todo mal: sostiene que CiU está dispuesta a estudiar si lacreación de la sociedad municipal conlleva una reducción de los precios, pero ha advertido de que no tolerará una rebaja en la calidad del servicio ni la entrada en escena de empresas irregulares como consecuencias de la iniciativa.

La concejala ha recordado que fue el gobierno municipal del PSC e ICV quien inició el camino de la privatización de Serveis Funeraris y ha recalcado, a la vista de las protestas de la plantilla, que su grupo se mantendrá “vigilante” al respecto de posibles afectaciones laborales.

Por el PP, Javier Mulleras se ha mostrado favorable a abrir el mercado a nuevos operadores para que bajen los precios, pero ha afirmado que no es necesario abrir una empresa pública para ello. Como las empresas del sector, ha instado al consistorio a rebajar lo que cobra Cementiris de Barcelona, empresa privada con capital público y el monopolio de la cremación y la inhumación.
 
¡Dios Mío: ¿Nadie se ha llevado las manos a la cabeza por nacionalizar o catalanizar los entierros? ¡Mucho están tardando!
 
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