Exactamente, ése es el quid de la cuestión. Hacer publicidad engañosa a sabiendas y dirigida a niños para más inri.Pero es que aquí el problema no está en consumir ocasionalmente esos productos insanos (neskuik, turrón en navidades o chocolate), que nadie dice eso, ni siquiera Carlos Ríos. Está en que la señorona esta PUBLICITE algo tan sumamente insano y encima lo intente pasar como natura y SALUDABLE cuando no lo es. Y lo que más asco me da, que utilice a NIÑOS para ello y que sea un producto dirigido a niños (que sí, que mucha mesa repleta de fruta y aguacate, pero que por algo se está disparando la obesidad infantil en nuestro país, y este tipo de publicidad me repele).
La tipa esta sabría que el post traería cola, pero la industria de los ultraprocesados es poderosa y le habrá pagado una importante suma de dinero como para que le compensen -y mucho- las críticas.
Y en vez de enfrentar las consecuencias, las críticas que ya asumía que vendrían, grabarse stories riéndose de sus seguidoras en su jeta. Qué asco.