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Parto de la base, como bien dices, y vengo manteniendo, que la decision no es suya, sino que se ha marchado obligado, por una imposicion de su hijo y del gobierno. Sospecha ampliamente compartida, ademas. Que el la acate por que no le queda mas remedio y redacte una carta para cubrir las apariencias, impuestas por los que le expulsan, no le resta ilegalidad a una decision que no tiene cabida en nuestro ordenamiento juridico.
Que ahora sigan sin dejarle volver,a pesar de el desearlo, tampoco.
Bien, tampoco vamos a entrar en bucle. Aún admitiendo lo que dice, que no lo sé ni me consta, la apariencia de la carta a Felipe VI es lo que legalmente cuenta. Si el Emérito acata y además lo pone de manifiesto por escrito, hay poco qué hacer más allá de probar en juicio que el consentimiento está viciado. Y hay que notar que la carta de marras lo único que dice es que se va por su voluntad, no por orden ni por disposición de nadie.
Otra cosa sería que hubiera eso que digo, una orden escrita del Gobierno por el que se expulsa a Juan Carlos o un escrito oficial del hijo, que no tiene potestad ninguna para expulsar a nadie. En ambos casos el delito sería flagrante como usted dice, pero la cuestión es que no hay nada de nada, salvo la decisión del Emérito expresada por carta.
Dejo aquí el diálogo sobre este asunto, que me ha parecido bien entretenido y que le agradezco.