JAIME PEÑAFIEL
07/11/2020
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Pero con todo el dolor de mi alma reconozco que Don Juan Carlos es indefendible. No por lo de Corinna, que tan solo es el resultado de la genética de los Borbones y como me reconoció la reina Victoria Eugenia en la última entrevista que me concedió días antes de morir: “Imagínese mi tragedia casada con un Borbón y Borbón”. Sino por la corrupción económica, y la pasión por los dineros vinieran de donde viniesen. Sin el menor escrúpulo. “Pocas dudas caben ya de que los ha protagonizado”. Querido Eduardo Álvarez, por desgracia ya no tengo ninguna duda. Cuando la pasada semana el Tribunal Supremo le exoneraba y yo me alegraba públicamente en un programa de televisión, 24 horas después, la fiscal general del Estado, la inefable Lola Delgado, ordenaba diligencias por la utilización de tarjetas opacas que han conseguido, como escribía el compañero Eduardo, “poner bajo sospecha a toda la Familia Real”. Se dice que incluso Doña Sofía las utilizaba para sus viajes a Londres. Y es que según Corinna (perdón por la cita) el Rey Juan Carlos le informó de que “en Zarzuela había un montón de dinero. Cualquier miembro de la familia que necesitaba dinero, lo cogía”. Y es que, como decía Esopo: “Ante quien está decidido a obrar injustamente y a reincidir una y otra vez, no hay defensa que valga”.
Confieso haber conocido a todas las primeras damas de la Moncloa que es tanto como decir de España, ya que la consorte real, en esta caso Letizia, no concursa. Como tampoco lo hizo Doña Sofía. La reina es la reina. Según María Ángeles López de Celis, durante 32 años en la secretaría de cinco presidentes de la democracia, lo de primera dama “no es un cargo político ni un título institucional, simplemente un calificativo de carácter social”. De las cinco primeras damas, a las que he conocido y tratado profundamente, con alguna mantengo lazos de amistad, unas han sido mejores y alguna, incluso, no quería serlo. Pero todas ellas han intentado llevar el cargo con dignidad. Alguna con más dignidad que otras. Pero ninguna como Begoña. La actual reina de Moncloa, está siendo promocionada con el mayor nepotismo que un político como Sánchez es capaz de ejercer, no con amigos, que también, sino con su propia esposa, bilbaína de nacimiento aunque sin el estilo y el tirón de la mujer vasca. Ella luce un físico trabajado en el gimnasio del que presume aunque sin gracia. Es ambiciosa y trepa sin escrúpulos y con la falta de pudor como para aceptar codiciar una cátedra sin tener siquiera una licenciatura. ¿Les suena lo de la cátedra? Tal para cual. Esto traspasa todos los límites para entrar en la forma de corrupción y está terminantemente prohibido por ley al establecer ésta la imposibilidad de ejercer la facultad de nombramiento y contratación de personas en caso de parentesco hasta por un cuarto grado de consanguinidad y, sobre todo, de afinidad por razón de.... ¡matrimonio! Begoña, nada que ver con Amparo Illana de Suárez, la mujer a quien desagradaba ser primera dama; o Pilar Ibáñez Martín de Calvo Sotelo, inmune al síndrome de la Moncloa; o Carmen Romero, la mujer que nunca fue felipista; o Ana Botella de Aznar, nacida para mandar; o Sonsoles Espinosa de Rodríguez Zapatero, fobia social pero con privilegios y Elvira Fernández de Rajoy, el sentido común del presidente.
A propósito de las elecciones norteamericanas, el presidente paga de su bolsillo lo que consumen él y su familia e invitados mientras el Gobierno las cenas de Estado y demás recepciones oficiales. En España, ni el papel higiénico. (...) Me ha gustado verle vestido como un auténtico marqués de Galapagar. Y, como súbdito de su majestad, acompañará al Rey a Bolivia. (...) De “tonto ilustrado”, tacha Juan Luis Cebrián a Fernando Simón. (...) A la niña ya le buscan novio entre los príncipes europeos, aunque solo tiene 15 años, como a su padre, a quien emparejaron con todas las princesas casaderas y acabó casándose con una periodista e hija de una enfermera liberada de izquierdas. (...) No se puede culpar solo a Sánchez de todos los males, sino a aquellos españoles que le eligieron. Como los americanos que votaron a Trump, según Barenboin. (...) La prensa española vuelve a ser cortesana. ¡Qué vergüenza! ¡Qué tonterías se están escribiendo y diciendo sobre una niña que solo tiene 15 años y de la que hablan y escriben como reina de España. ¡Qué ridículos sois! (...) ¡Qué triste coincidencia! El próximo disco de Willy Bárcenas se tituló ‘La broma infinita’.
07/11/2020
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LO SIENTO, NO PUEDO DEFENDERLE
BEGOÑA, UNA PRIMERA DAMA ATÍPICA
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Pero con todo el dolor de mi alma reconozco que Don Juan Carlos es indefendible. No por lo de Corinna, que tan solo es el resultado de la genética de los Borbones y como me reconoció la reina Victoria Eugenia en la última entrevista que me concedió días antes de morir: “Imagínese mi tragedia casada con un Borbón y Borbón”. Sino por la corrupción económica, y la pasión por los dineros vinieran de donde viniesen. Sin el menor escrúpulo. “Pocas dudas caben ya de que los ha protagonizado”. Querido Eduardo Álvarez, por desgracia ya no tengo ninguna duda. Cuando la pasada semana el Tribunal Supremo le exoneraba y yo me alegraba públicamente en un programa de televisión, 24 horas después, la fiscal general del Estado, la inefable Lola Delgado, ordenaba diligencias por la utilización de tarjetas opacas que han conseguido, como escribía el compañero Eduardo, “poner bajo sospecha a toda la Familia Real”. Se dice que incluso Doña Sofía las utilizaba para sus viajes a Londres. Y es que según Corinna (perdón por la cita) el Rey Juan Carlos le informó de que “en Zarzuela había un montón de dinero. Cualquier miembro de la familia que necesitaba dinero, lo cogía”. Y es que, como decía Esopo: “Ante quien está decidido a obrar injustamente y a reincidir una y otra vez, no hay defensa que valga”.
Confieso haber conocido a todas las primeras damas de la Moncloa que es tanto como decir de España, ya que la consorte real, en esta caso Letizia, no concursa. Como tampoco lo hizo Doña Sofía. La reina es la reina. Según María Ángeles López de Celis, durante 32 años en la secretaría de cinco presidentes de la democracia, lo de primera dama “no es un cargo político ni un título institucional, simplemente un calificativo de carácter social”. De las cinco primeras damas, a las que he conocido y tratado profundamente, con alguna mantengo lazos de amistad, unas han sido mejores y alguna, incluso, no quería serlo. Pero todas ellas han intentado llevar el cargo con dignidad. Alguna con más dignidad que otras. Pero ninguna como Begoña. La actual reina de Moncloa, está siendo promocionada con el mayor nepotismo que un político como Sánchez es capaz de ejercer, no con amigos, que también, sino con su propia esposa, bilbaína de nacimiento aunque sin el estilo y el tirón de la mujer vasca. Ella luce un físico trabajado en el gimnasio del que presume aunque sin gracia. Es ambiciosa y trepa sin escrúpulos y con la falta de pudor como para aceptar codiciar una cátedra sin tener siquiera una licenciatura. ¿Les suena lo de la cátedra? Tal para cual. Esto traspasa todos los límites para entrar en la forma de corrupción y está terminantemente prohibido por ley al establecer ésta la imposibilidad de ejercer la facultad de nombramiento y contratación de personas en caso de parentesco hasta por un cuarto grado de consanguinidad y, sobre todo, de afinidad por razón de.... ¡matrimonio! Begoña, nada que ver con Amparo Illana de Suárez, la mujer a quien desagradaba ser primera dama; o Pilar Ibáñez Martín de Calvo Sotelo, inmune al síndrome de la Moncloa; o Carmen Romero, la mujer que nunca fue felipista; o Ana Botella de Aznar, nacida para mandar; o Sonsoles Espinosa de Rodríguez Zapatero, fobia social pero con privilegios y Elvira Fernández de Rajoy, el sentido común del presidente.
A propósito de las elecciones norteamericanas, el presidente paga de su bolsillo lo que consumen él y su familia e invitados mientras el Gobierno las cenas de Estado y demás recepciones oficiales. En España, ni el papel higiénico. (...) Me ha gustado verle vestido como un auténtico marqués de Galapagar. Y, como súbdito de su majestad, acompañará al Rey a Bolivia. (...) De “tonto ilustrado”, tacha Juan Luis Cebrián a Fernando Simón. (...) A la niña ya le buscan novio entre los príncipes europeos, aunque solo tiene 15 años, como a su padre, a quien emparejaron con todas las princesas casaderas y acabó casándose con una periodista e hija de una enfermera liberada de izquierdas. (...) No se puede culpar solo a Sánchez de todos los males, sino a aquellos españoles que le eligieron. Como los americanos que votaron a Trump, según Barenboin. (...) La prensa española vuelve a ser cortesana. ¡Qué vergüenza! ¡Qué tonterías se están escribiendo y diciendo sobre una niña que solo tiene 15 años y de la que hablan y escriben como reina de España. ¡Qué ridículos sois! (...) ¡Qué triste coincidencia! El próximo disco de Willy Bárcenas se tituló ‘La broma infinita’.