Azul y Rosa,Jaime Peñafiel.Sábado,5 de Diciembre de 2020.

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MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
05/12/2020

CHSSS...​

GISCARD, ¿AMANTE DE DIANA DE GALES?​

SUFRIDORA ESPOSA​

LETIZIA COMO HILLARY CLINTON​



La muerte esta mi semana de Valéry Giscard d´Estaing a los 94 años, uno de los grandes presidentes de la República francesa, entre 1974 y 1981, también uno de los famosos amantes de la historia de Francia, me ha recordado al día 8 de diciembre de 1980. Yo entraba en el número 55 de la aristocrática avenida Faubourg Saint-Honoré, donde se encuentra el Palacio del Elíseo, para una entrevista con la primera dama, Anne-Aymone Sauvage de Brantes, que entonces tenía 47 años, esposa del señor presidente. Solo puso una condición para este encuentro: que la entrevista se desarrollara en francés, a pesar de que la primera dama de Francia hablaba español a la perfección. Pero era deseo del presidente de que en el Elíseo solo se utilizara el idioma de Voltaire. ¡Oh la grandeur de la France! ¡Pero ello no fue obstáculo para que, una vez finalizada la entrevista en sí, la señora Giscard y yo dialogáramos en un perfecto castellano a lo largo de más de una hora, paseando por los salones que ella había redecorado con exquisito gusto. Como han hecho todas las primeras damas que han residido o pasado por la citada mansión. Aunque no todas han vivido allí a lo largo de los mandatos de sus esposos. De hecho, casi ninguno de los presidentes de la V República han gustado del Elíseo. De Gaulle nunca se sintió cómodo, aunque vivió en nada menos que diez años allí. Tampoco la esposa de Mitterrand quería residir en el Elíseo. Posiblemente porque su marido había instalado a su amante, Anne Pingeot, y a su hija en unas dependencias gubernamentales próximas.
Anne-Aymone, como casi todas las primeras damas de Francia, también ha sido una sufridora esposa quien, al igual que sus antecesoras, llevó con mucha dignidad “las inclinaciones irreprimibles del presidente por las jóvenes”. De dominio público era su pasión por la princesa Diana, a la que conoció el 28 de noviembre de 1994 en la Ópera Real de Versalles en una gala benéfica organizada por la primera dama y con la que vivió una increíble y apasionante historia de amor. ¿La vivió también con el Rey Juan Carlos? Fruto de ello fue la novela autobiográfica La princesa y el presidente (¡toma ya!). “Me ha pedido permiso para contar la historia y se la he dado”, declaró Lady Di. Por ello, aquellas navidades de 1980 en que entrevisté a la primera dama, quise, sin entrar en el drama matrimonial, preguntarle:
–¿Es el presidente un esposo fácil o difícil?
–Es siempre muy, muy amable y lleno de atenciones hacia mí.
Con toda la delicadeza que pude, insistí:
–Hubiera sido más feliz de no haber sido su esposo presidente?
–Es una pregunta a la que no puedo contestar. No tengo la menor idea.
–Si le preguntara qué tal es usted como esposa...
–Yo le respondería que se lo pregunte al presidente, aunque no puedo negar que ha habido baches y pequeñas crisis superadas con el esfuerzo de los dos. No hace falta que sea al 50%. A veces, basta que sea a un 90% de un lado y 10% de otro. Como puede suponer el mayor esfuerzo siempre ha sido mío.
En ningún momento pareció alterada por mis preguntas sobre su vida privada sabiendo que yo debía conocer, porque era del dominio público, que hasta tenía un hijo con su jefa de prensa.
Mucho peor fue la vida sentimental de Jacques Chirac, a quien apodaban “Monsieur cinco minutos ducha incluida”. Sus encuentros sexuales estaban siempre cronometrados. Ya fuera en su despacho o en un avión y ellas fueran diputadas, ministras, burguesas o desconocidas que se le ofrecían en bandeja.
A otras primeras damas la venganza ni se les ha pasado por la cabeza. Les ha bastado sentarse a la puerta de sus sentimientos heridos y mirar para otro lado.
Recuerdo que pensé en todo esto mientras observaba a la señora d´Estaing, con su elegancia natural, sin maquillaje visible, sin apenas joyas y vistiendo un sencillo pero elegantísimo traje de Scherrer. Me parecía estar ante una deliciosa porcelana de Sevres a la que nada sobraba ni nada faltaba.
La indescriptible actitud de Letizia, impasible ante la caída a pocos centímetros de ella, de un invitado que tropezó al no ver un escalón en la Lonja de los Mercaderes de Valencia, me ha recordado, salvando la categoría de los protagonistas, a Hillary Clinton, con una actitud y reacción similar a la de la consorte española, observando, sin inmutarse, con sus manos entrelazadas bajo su pecho, a la Reina Doña Sofía tirada a sus pies después de caerse cuando subía la escalinata de la Casa Blanca, el 27 de febrero de 2001. Lo que más sorprendió del momento de la caída en Valencia, reflejado en la fotografía, fue la impavidez de Letizia observando también sin inmutarse al pobre hombre casi en paralelo con la escalinata. A propósito, ¿se acordará ella cuando, el 14 de septiembre de 2019, reprendió a uno de sus escoltas en Sevilla después de sufrir un inoportuno tropiezo con un bordillo que no había visto, al considerar que éste debió haberla advertido? La actitud de la consorte real fue muy criticada en redes sociales y con razón.
Tiene el cinismo de preguntar no solo dónde se encuentra el Emérito sino cuánto cuesta la seguridad española que le protege. Pregúntaselo a tu compañero de Gobierno, guapo. (...) La ministra llorona se niega a recibir a colectivos feministas (ella lo es) y al de putas, por las que lloraba la muy hipócrita. Sus lágrimas no han emocionado sino que han ofendido incluso a las feministas. (...) Lo suyo no era un peluquín como sus enemigos políticos maliciosos pregonaban; un golpe de viento ha demostrado que se trata de un trasplante. (...) Ha sido la única de todos los concursantes por la que nadie ha derramado una lágrima el día que la echaron. (...) Hay que tener un valor suicida para casarse a los 44 años con un hombre de 60, viudo y con cinco hijos. (...) El amor por un hombre las separó en su día; los dineros han vuelto a unirlas. (...) Después del morreo público, abrazos y besos en plena calle y con fotógrafo incorporado, mamá ha decidido investigar el pasado de este donjuan tan desvergonzado. (...) ¡Sorpresa! Entre las siete personas de su equipo, se encuentra una para atender, solo y exclusivamente, sus relaciones con las firmas de... moda. ¡Qué frivolidad! (...) El jefe de su secretaría es, nada menos, que duque, marqués y cuatro veces conde amén de general de división. A esto se llama democratizar la Casa. (...)
 
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05/12/2020


J.M. VENEGAS VALLADARES​

RAÚL GARCÍA​

SILVIA ROLDÁN​

RAFAEL AMARGO​


Sevillano, reconocido letrado y directivo de empresa, afincado en Madrid, responsable de los servicios jurídicos y cumplimiento del Grupo Servinform, a quien recientemente la editora legal Iberian Lawyer le ha otorgado el premio Gold Award 2020 al “Mejor In-house Lawyer del año”.
Responsable de la división audiovisual de la revista ¡Hola!, que ha dirigido el magnífico primer documental sobre Leonor El futuro de la Monarquía renovada, para Amazon Prime Vídeo. Durante 70 minutos, un plantel de expertos reflexionan sobre la vida presente y futura de la Princesa en una Europa de reinas.
Consejera delegada y la primera mujer al frente del Metro de Madrid, ha sido designada, por el colegio de Ingenieros Industriales, “Ingeniera del Año” por su trabajo al frente del suburbano madrileño en la etapa más dura de su historia, manteniéndose en marcha durante
la crisis del Covid 19.
45 años, ha sido arrestado por la Policía acusado de tráfico de drogas. Junto a él también fue detenida su pareja, la bailarina Luciana Bongianino. El artista granadino se preparaba para estrenar al día siguiente, en el teatro La Latina Yerma, de su paisano Federico García Lorca.
 
Quizás Peñafiel pretende justificar la lascivia de JC hablando de las infidelidades de algunos presidentes de Francia.
Con la mentalidad de Peñafiel, no me extrañaría que considerase más grave el comportamiento de los presidentes, que, al fin y al cabo, son elegidos por el pueblo y no, por el dedo de Dios y el de Franco, como en el caso de JC.
Y llama "dignidad" a la pasividad de sus esposas.
Y otro clásico es mencionar y atacar a la pareja Iglesias Montero.
Del primero, considera que preguntar dónde está el emérito y cuánto cuesta su seguridad, es cinismo. No lo es, porque no fue cosa suya mandarlo lejos.
En cuanto a las lágrimas de Montero, cualquier mujer con un mínimo de sensibilidad, siente pena y rabia por las mujeres maltratadas y asesinadas por sus parejas o ex parejas.
 
Tiene el cinismo de preguntar no solo dónde se encuentra el Emérito sino cuánto cuesta la seguridad española que le protege. Pregúntaselo a tu compañero de Gobierno, guapo. (...) La ministra llorona se niega a recibir a colectivos feministas (ella lo es) y al de putas, por las que lloraba la muy hipócrita. Sus lágrimas no han emocionado sino que han ofendido incluso a las feministas. (...) Lo suyo no era un peluquín como sus enemigos políticos maliciosos pregonaban; un golpe de viento ha demostrado que se trata de un trasplante. (...) Ha sido la única de todos los concursantes por la que nadie ha derramado una lágrima el día que la echaron. (...) Hay que tener un valor suicida para casarse a los 44 años con un hombre de 60, viudo y con cinco hijos. (...) El amor por un hombre las separó en su día; los dineros han vuelto a unirlas. (...) Después del morreo público, abrazos y besos en plena calle y con fotógrafo incorporado, mamá ha decidido investigar el pasado de este donjuan tan desvergonzado. (...) ¡Sorpresa! Entre las siete personas de su equipo, se encuentra una para atender, solo y exclusivamente, sus relaciones con las firmas de... moda. ¡Qué frivolidad! (...) El jefe de su secretaría es, nada menos, que duque, marqués y cuatro veces conde amén de general de división. A esto se llama democratizar la Casa. (...)

1. Pablo Iglesias
2. Irene Montero
3. Ni idea
4. La Terremoto ?? Celia??
5. La nueva mujer de Michavila? Pudo decir lo mismo de Ester Doña y el marido era más viejo
6. Ni idea
7. Tamara y nuevo novio
8. Ni idea
9. Ni idea
 
El jefe de su secretaría es, nada menos, que duque, marqués y cuatro veces conde amén de general de división. A esto se llama democratizar la Casa.

Este señor es que a menudo acompaña a Letizia: " el gordito feliz".



José Manuel Zuleta y Alejandro (Melilla, 1960), duque de Abrantes, marqués del Duero, marqués de Valdefuentes y conde de Belalcázar, de Cancelada de Casares y de Lences

El secretario de la Reina, ascendido a general de DivisiónReina-Zuleta-keBH--620x349@abc.jpg
 
El jefe de su secretaría es, nada menos, que duque, marqués y cuatro veces conde amén de general de división. A esto se llama democratizar la Casa.

Este señor es que a menudo acompaña a Letizia: " el gordito feliz".



José Manuel Zuleta y Alejandro (Melilla, 1960), duque de Abrantes, marqués del Duero, marqués de Valdefuentes y conde de Belalcázar, de Cancelada de Casares y de Lences

El secretario de la Reina, ascendido a general de DivisiónVer el archivo adjunto 1721442

La casa del rey es un servicio de apoyo administrativo, nada de casa al uso doméstico. El Jefe del Estado es autónomo para regular su ordenación que puede hacer el Jefe de la misma en nombre del rey. O sea, ahí si que todo queda en casa.

Pero se da el caso de que la irresponsabilidad del rey no encaja aquí con su libre albedrio para la elección de los componentes de la misma, que son muchos, por lo que esa independencia es inadmisible en cuanto a la necesidad de refrendo que tienen sus actos máxime de este calibre, que no estamos hablando de un domicilio al uso.

Una vez más ha de recalcarse que el rey lo es trescientos sesenta y cinco días al año y veinticuatro horas diarias y tanto él como su familia, sin la cual no existiría la Familia Real institucionalizada, no son ajenos a los intereses del Estado empezando por la educación de sus hijos y terminando por la elección de los componentes de ese apoyo administrativo que existe.

Por tanto, el mínimo nombramiento dentro de esa pléyade debiera estar dentro de un marco jurídico que encuadraría un estatuto exprés del cual no tengo conocimiento. Es decir, que la administración de la dichosa Casa debería ser objeto de refrendo.

Pero en este santo pais, entre la ignorancia y la falta de raciocinio y el quítate tu que me pongo yo,desdichadamente a la hora de hablar con contundencia y sentido de la responsabilidad, todo se va en distracciones varias sustentadas para que no se vea el verdadero contenido de los auténticos problemas.
 
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Quizás Peñafiel pretende justificar la lascivia de JC hablando de las infidelidades de algunos presidentes de Francia.
Con la mentalidad de Peñafiel, no me extrañaría que considerase más grave el comportamiento de los presidentes, que, al fin y al cabo, son elegidos por el pueblo y no, por el dedo de Dios y el de Franco, como en el caso de JC.
Y llama "dignidad" a la pasividad de sus esposas.
Y otro clásico es mencionar y atacar a la pareja Iglesias Montero.
Del primero, considera que preguntar dónde está el emérito y cuánto cuesta su seguridad, es cinismo. No lo es, porque no fue cosa suya mandarlo lejos.
En cuanto a las lágrimas de Montero, cualquier mujer con un mínimo de sensibilidad, siente pena y rabia por las mujeres maltratadas y asesinadas por sus parejas o ex parejas.
¿Y por los hombres maltratados psicológica y hasta físicamente (porque vaya usted a saber lo que habrá de puertas p'adentro) por sus parejas o ex-parejas no llora la muchacha esta ni tampoco el hortera de su marido? Porque los hombres también lloran.

Y habría que saber que hay detrás y delante de cada agresión a una mujer por parte de su pareja o marido. Porque no todos los asesinos son maltratadores, ni mucho menos. Habría que analizar en cada caso los antecedentes que provocan tan graves consecuentes.
 
Si la entrevista a la Mujer de Giscard se hizo en francés, amigo Peñafiel ¿quién fue tu trujiman o dragoman? Porque aventuro que tú de francés lo que yo. Lo que nos enseñaron en el bachillerato, que era poco porque como asignatura era casi una "maría". Y eso ya queda muy lejos. Mucho más a ti que a mí, "Heimito" ( no von Doderer)

Y por cierto, Giscard sería uno de los grandes presidentes de la "Republique" por antonomasia, desde el punto de vista de los gabachos. Pero para cualquier español bien nacido Giscard d' Estaigne fue un "fils de pute".

Y esa apología pueblerina, trasnochada, ñoña y cutre de la infidelidad que hace a base de contar las correrias de los presidentes franceses supongo que es una manera solapada de justificar las del golfo Borbón. Pues no, amigo Peñafiel, ni mal de muchos consuelo de todos ni una mancha se cubre con otras. La mierda es mierda aunque la cague una princesa.
 
¿Y por los hombres maltratados psicológica y hasta físicamente (porque vaya usted a saber lo que habrá de puertas p'adentro) por sus parejas o ex-parejas no llora la muchacha esta ni tampoco el hortera de su marido? Porque los hombres también lloran.

Y habría que saber que hay detrás y delante de cada agresión a una mujer por parte de su pareja o marido. Porque no todos los asesinos son maltratadores, ni mucho menos. Habría que analizar en cada caso los antecedentes que provocan tan graves consecuentes.
Claro, por si el maltrato y el asesinato estaban justificados. Alucinante comentario.
 

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