Orbyt.
MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
30/11/2019
CHSSS...
ANDRÉS PUEDE HACER ABDICAR A SU MADRE
ANDRÉS, ESE HIJO
¿LES HA LLEGADO LA HORA?
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Alguien dijo que el pasado es una especie de lámpara puesta a la entrada del porvenir para disipar una parte de las tinieblas que lo envuelven. Pero el pasado siempre es presente cuando menos se espera. Y sería propio de tragedia griega que aquel pasado sentimental de la reina acabara con su reinado.
Investigando la vida y la trayectoria de esta reina que yo admiro tanto, encuentro que el nombre de Lord Porchester aparece en diciembre de 1992, con motivo de una entrevista de la periodista Fiammetta Rocco del Independent on Sunday de Londres con el príncipe Felipe, el duque de Edimburgo, esposo de la reina Isabel II al regreso de Buenos Aires donde le sorprendió el incendio del castillo de Windsor, presuntamente encamado con Susan Barrantes. Lo dijo la nuera, Sarah Ferguson. De esta entrevista se hizo eco Kitty Kelley, autora de Los Windsor, la mejor biografía de la familia real británica y otras biografías bestseller internacionales. Segun Kelley, la periodista, muy agresiva ella, abordó varias facetas de la vida del marido de la reina, entre ellas su fama de mujeriego y de haber tenido muchas amantes. Pero el momento más incómodo y delicado fue cuando haciéndose eco de una noticia publicada aquella semana nada menos que por el New York Times sobre la paternidad del príncipe Andrés, le preguntó sin rodeos y directamente:
–Se dice que, en realidad, el príncipe Andrés no es vuestro hijo. Que su padre es Lord Porchester, el hombre que organiza las carreras de caballos para la reina.
Según la biógrafa de los Windsor “el príncipe Felipe permaneció mudo e impasible como una roca”. Ni pestañeó. La Casa Real no se pronunció sobre la entrevista a Felipe ni tampoco lo hizo sobre el artículo del periódico norteamericano, mucho más agresivo y de conclusiones gratuitamente graves como: “Coja una foto de Andrés y después fíjese en una de Lord Porchester a la misma edad. Se verá que es imposible que Andrés sea hijo del príncipe Felipe”.
“Tener un hijo no es tener un ramo de rosas”, decía mi paisano Federico García Lorca. Ya sean hijos de reina, de duquesa o de mi vecina. Porque todos los hijos serán, siempre, un acreedor dado por la naturaleza que exigirá, más temprano que tarde, el pago de una obligación contraída desde que nació.
Por todo esto y mucho más, pienso que a Su Graciosa Majestad le puede haber llegado la hora de abdicar. Como al príncipe Carlos, que en esta crisis se ha portado como jefe de la familia, de reinar.
Pero es muy triste que sean los escándalos familiares y no sólo los del príncipe Andrés, también los de Harry casándose con Meghan, quien ha declarado que no asistirá a la cita navideña en Sandringham con la reina, toda una tradición. Como suele ocurrir en muchas familias, cuando llegan esas dichosas fechas: ¿En tu casa o en la mía? La duquesa de Sussex ha decidido que será con Doria Ragland, su madre, en Nueva York, y no con la suegra. Ni con la cuñada Kate, a la que está enfrentada. Como aquí en nuestra Familia Real, Letizia con Cristina. Y es que en todas las casas cuecen habas y, en algunas, como la de Windsor... a calderadas.
Aunque la Reina Sofía piensa que “a un rey sólo debe jubilarle la muerte”, lo cierto es que abdicaciones ha habido en casi todas las monarquías reinantes en estos dos últimos siglos. En Inglaterra, en el siglo pasado, en 1936, la de Eduardo VIII por motivos sentimentales. En Luxemburgo, las abdicaciones se han venido sucediendo con absoluta normalidad. La Gran Duquesa María Adelaida, en 1919, en su hermana Carlota y ésta, en 1964, en su hijo Juan y éste, en el 2000, en su hijo Enrique, actual soberano. En los Países Bajos, más de lo mismo: la reina Guillerminaabdica, en 1948, en su hija Juliana y ésta, cuando cumple los 70 años, en su hija Beatriz, en 2013, a la misma edad que en su hijo Guillermo, quien reina hoy. Lo de Bélgica fue distinto. Leopoldo III se vio obligado a dejar el trono, en 1951, en su hijo Balduino, por las dudas sobre su comportamiento ante la invasión nazi y su matrimonio en aquella circunstancia. Y el rey Alberto en su hijo Felipe, el 21 de julio de 2013, por su edad, 79 años y delicado estado de salud. La de Hans de Liechtenstein, en 2004, fue una abdicación a medias. Aunque su hijo Alois se convertía en soberano, él seguía siendo el Jefe del Estado de la pequeña y riquísima monarquía. Por último, el Rey Juan Carlos, el 18 de junio de 2014, en su hijo Felipe por su falta de estética y por la imagen que proyectaba un Jefe del Estado, mas preocupado por divertirse. La cacería de Bostwana fue la guinda.
Todo el mundo echó de menos la presencia de su padre (...) A propósito de la España plurinacional, ¿de qué parte de ella será Jefe del Estado Felipe VI? (...) ¿Conoce el articulo 56.1 (arbitrio y modera) y el 62.d (proponer y nombrar al presidente)? Pues eso (...) Lo nunca visto: papel higiénico diseñado por Gwyneth Paltrow. Sea usted famosa para esto (...) En la final de la Copa Davis, Felipe VI evitó saludar al presidente del Grupo Kosmos, que compartía presidencia junto a su esposa la cantante (...) Ha sorprendido el nuevo aspecto físico de la Infanta. ¿Se ha retocado? (...) No supo comportarse como debía cuando accedió a ser entrevistada por una periodista durante su visita al Museo del Prado. En vez de responder a las preguntas era ella quien lo hacía inquisitivamente: ¿Conoces la exposición? (...) Qué feos resultan esas risas y esos gestos de falsa complicidad ante la prensa cuando todo el mundo tiene memoria.
30/11/2019
TAMARA FALCÓ
MARY DONALDSON
JOSÉ BONO
NICOLÁS GÓMEZ IGLESIAS
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Princesa de Dinamarca, esposa del heredero Federico y el miembro de la familia real con más prestigio por su sencillez, simpatía y discreción que, por decisión del Consejo del Reino, asumirá las responsabilidades de jefe del Estado en ausencia de la Reina, una decisión histórica e inaudita en las monarquías del mundo.
Ha presentado en el Congreso la tercera parte de sus memorias, Se levanta la sesión (Planeta), arropado por compañeros del partido pero, sobre todo, por su ex esposa Ana Rodríguez, separada desde 2010, y sus cuatro hijos: Amelia, Ana, José y Sofía, así como por su consuegra, Natalia Figueroa.
Más conocido como Pequeño Nicolás, aunque ya ha cumplido 25 años, detenido por la policía después de atacar, con un cuchillo, a un camarero de una pizzería donde comía cuando éste defendía a una compañera molestada, de forma chulesca, por este impresentable usurpador de funciones públicas.
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Alguien dijo que el pasado es una especie de lámpara puesta a la entrada del porvenir para disipar una parte de las tinieblas que lo envuelven. Pero el pasado siempre es presente cuando menos se espera. Y sería propio de tragedia griega que aquel pasado sentimental de la reina acabara con su reinado.
Investigando la vida y la trayectoria de esta reina que yo admiro tanto, encuentro que el nombre de Lord Porchester aparece en diciembre de 1992, con motivo de una entrevista de la periodista Fiammetta Rocco del Independent on Sunday de Londres con el príncipe Felipe, el duque de Edimburgo, esposo de la reina Isabel II al regreso de Buenos Aires donde le sorprendió el incendio del castillo de Windsor, presuntamente encamado con Susan Barrantes. Lo dijo la nuera, Sarah Ferguson. De esta entrevista se hizo eco Kitty Kelley, autora de Los Windsor, la mejor biografía de la familia real británica y otras biografías bestseller internacionales. Segun Kelley, la periodista, muy agresiva ella, abordó varias facetas de la vida del marido de la reina, entre ellas su fama de mujeriego y de haber tenido muchas amantes. Pero el momento más incómodo y delicado fue cuando haciéndose eco de una noticia publicada aquella semana nada menos que por el New York Times sobre la paternidad del príncipe Andrés, le preguntó sin rodeos y directamente:
–Se dice que, en realidad, el príncipe Andrés no es vuestro hijo. Que su padre es Lord Porchester, el hombre que organiza las carreras de caballos para la reina.
Según la biógrafa de los Windsor “el príncipe Felipe permaneció mudo e impasible como una roca”. Ni pestañeó. La Casa Real no se pronunció sobre la entrevista a Felipe ni tampoco lo hizo sobre el artículo del periódico norteamericano, mucho más agresivo y de conclusiones gratuitamente graves como: “Coja una foto de Andrés y después fíjese en una de Lord Porchester a la misma edad. Se verá que es imposible que Andrés sea hijo del príncipe Felipe”.
“Tener un hijo no es tener un ramo de rosas”, decía mi paisano Federico García Lorca. Ya sean hijos de reina, de duquesa o de mi vecina. Porque todos los hijos serán, siempre, un acreedor dado por la naturaleza que exigirá, más temprano que tarde, el pago de una obligación contraída desde que nació.
Por todo esto y mucho más, pienso que a Su Graciosa Majestad le puede haber llegado la hora de abdicar. Como al príncipe Carlos, que en esta crisis se ha portado como jefe de la familia, de reinar.
Pero es muy triste que sean los escándalos familiares y no sólo los del príncipe Andrés, también los de Harry casándose con Meghan, quien ha declarado que no asistirá a la cita navideña en Sandringham con la reina, toda una tradición. Como suele ocurrir en muchas familias, cuando llegan esas dichosas fechas: ¿En tu casa o en la mía? La duquesa de Sussex ha decidido que será con Doria Ragland, su madre, en Nueva York, y no con la suegra. Ni con la cuñada Kate, a la que está enfrentada. Como aquí en nuestra Familia Real, Letizia con Cristina. Y es que en todas las casas cuecen habas y, en algunas, como la de Windsor... a calderadas.
Aunque la Reina Sofía piensa que “a un rey sólo debe jubilarle la muerte”, lo cierto es que abdicaciones ha habido en casi todas las monarquías reinantes en estos dos últimos siglos. En Inglaterra, en el siglo pasado, en 1936, la de Eduardo VIII por motivos sentimentales. En Luxemburgo, las abdicaciones se han venido sucediendo con absoluta normalidad. La Gran Duquesa María Adelaida, en 1919, en su hermana Carlota y ésta, en 1964, en su hijo Juan y éste, en el 2000, en su hijo Enrique, actual soberano. En los Países Bajos, más de lo mismo: la reina Guillerminaabdica, en 1948, en su hija Juliana y ésta, cuando cumple los 70 años, en su hija Beatriz, en 2013, a la misma edad que en su hijo Guillermo, quien reina hoy. Lo de Bélgica fue distinto. Leopoldo III se vio obligado a dejar el trono, en 1951, en su hijo Balduino, por las dudas sobre su comportamiento ante la invasión nazi y su matrimonio en aquella circunstancia. Y el rey Alberto en su hijo Felipe, el 21 de julio de 2013, por su edad, 79 años y delicado estado de salud. La de Hans de Liechtenstein, en 2004, fue una abdicación a medias. Aunque su hijo Alois se convertía en soberano, él seguía siendo el Jefe del Estado de la pequeña y riquísima monarquía. Por último, el Rey Juan Carlos, el 18 de junio de 2014, en su hijo Felipe por su falta de estética y por la imagen que proyectaba un Jefe del Estado, mas preocupado por divertirse. La cacería de Bostwana fue la guinda.
Todo el mundo echó de menos la presencia de su padre (...) A propósito de la España plurinacional, ¿de qué parte de ella será Jefe del Estado Felipe VI? (...) ¿Conoce el articulo 56.1 (arbitrio y modera) y el 62.d (proponer y nombrar al presidente)? Pues eso (...) Lo nunca visto: papel higiénico diseñado por Gwyneth Paltrow. Sea usted famosa para esto (...) En la final de la Copa Davis, Felipe VI evitó saludar al presidente del Grupo Kosmos, que compartía presidencia junto a su esposa la cantante (...) Ha sorprendido el nuevo aspecto físico de la Infanta. ¿Se ha retocado? (...) No supo comportarse como debía cuando accedió a ser entrevistada por una periodista durante su visita al Museo del Prado. En vez de responder a las preguntas era ella quien lo hacía inquisitivamente: ¿Conoces la exposición? (...) Qué feos resultan esas risas y esos gestos de falsa complicidad ante la prensa cuando todo el mundo tiene memoria.
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TAMARA FALCÓ
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JOSÉ BONO
NICOLÁS GÓMEZ IGLESIAS
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Princesa de Dinamarca, esposa del heredero Federico y el miembro de la familia real con más prestigio por su sencillez, simpatía y discreción que, por decisión del Consejo del Reino, asumirá las responsabilidades de jefe del Estado en ausencia de la Reina, una decisión histórica e inaudita en las monarquías del mundo.
Ha presentado en el Congreso la tercera parte de sus memorias, Se levanta la sesión (Planeta), arropado por compañeros del partido pero, sobre todo, por su ex esposa Ana Rodríguez, separada desde 2010, y sus cuatro hijos: Amelia, Ana, José y Sofía, así como por su consuegra, Natalia Figueroa.
Más conocido como Pequeño Nicolás, aunque ya ha cumplido 25 años, detenido por la policía después de atacar, con un cuchillo, a un camarero de una pizzería donde comía cuando éste defendía a una compañera molestada, de forma chulesca, por este impresentable usurpador de funciones públicas.