JAIME PEÑAFIEL
30/03/2019
CHSSS...
LA GUERRA DE LAS CUÑADAS
EN ESPAÑA
EN MÓNACO Y SUECIA
Descubra Orbyt
Las suegras siempre se han llevado la mala fama. Muchas veces injustamente pero las que cardan la lana, en muchas ocasiones, son las cuñadas. Al lado de algunas, las suegras son un cielo.
El tema de las hermanas políticas se dan en casi todas las familias incluso en las familias reales. El problema para ellas es que deben intentar aparentar que no existe tal problema para no armar escándalos pero, a veces, es inevitable. Lo estamos viendo estos días en familias de estrato social muy diferente: Por un lado la de los Rivera Ordóñez, Francisco y Cayetano y sus respectivas, Lourdes Montes y Eva González, tal para cual.
Por otro, en las familias reales en las que hay miembros que no se pueden ni ver. En la familia real británica estamos asistiendo a una guerra de cuñadas, a una guerra entre duquesas, a una guerra entre Kate Middleton y Meghan Markle. Hasta el prestigioso diario The Telegraph se ha ocupado de este delicado e incómodo problema en una crónica firmada por Camila Tominey, especialista en la familia real, en la que destaca que “las diferencias obvias entre las personalidades de las dos mujeres, se pusieron, enseguida, de manifiesto. ¿Qué tendrán en común una señorita británica, casera y madre de tres hijos, con una ex actriz norteamericana y mestiza que se siente mucho más feliz sobre las alfombras rojas de los estrenos cinematográficos que en los fríos salones reales?”, se preguntaba la redactora.
Según el periódico británico, el primer encontronazo se produjo durante las pruebas del vestido que Carlota, la segunda hija de Kate, iba a llevar como damita en el cortejo de la boda de Meghan. El diario no aclara qué pudo decir Markle que molestó a Kate, pero sí que ésta acabó llorando tras la prueba y, desde entonces, no la puede ni ver...
La entrada de Letizia Ortiz Rocasolano en la Familia Real española tampoco fue fácil ni cómoda para nadie. Ni lo sigue siendo. A la nueva cuñada le faltó tacto para ganarse a Elena y Cristina, dos cuñadas de padre y señor mío, mientras ella era una mujer divorciada y nieta de un taxista. A pesar de ello, irrumpió en la Familia Real como un elefante en una cacharrería. Letizia aprovechaba cualquier momento para hacerse la lista en temas que, presuntamente, dominaba. Hasta el Rey Don Juan Carlos tuvo que reconducir más de una conversación familiar, interrumpida por los comentarios de la nuera. Los primeros contactos con la cuñada Cristina no pudieron ser mejores. Felipe acudió a su cuñado Iñaki Urdangarin para que le comprara las alianzas y los dos matrimonios se frecuentaban. Hasta que estalló lo de Noos, y Letizia decidió darles de lado. Consideraron a Iñaki y a Cristina como traidores. La infanta Elena por su parte... siempre ha pasado de ella.
Todo el mundo se sorprende de la tristeza con la que Charlénecomparece en los actos públicos del Principado. Sobre todo, cuando lo hace junto a la princesa Carolina. Aunque las dos cuñadas no han llegado a las manos, su relación no es un ejemplo de familia bien avenida. Charléne suele ausentarse de los actos a los que acude su cuñada. Dicen que ni se hablan. Posiblemente, Carolina no le perdona la espantada que Charléne dio la víspera de la boda, intentando huir de Mónaco para viajar a su país, Sudáfrica. Fue retenida en el aeropuerto de Niza y obligada a regresar al Principado.
El rey Carlos Gustavo de Suecia intentó, sin conseguirlo, que su hijo Carlos Felipe fuera su heredero cuando Victoria ya había sido proclamada como futura reina, por el sólo hecho de ser la primogénita. Algo parecido es lo que se hizo con la Infanta Elena, pero en España se impuso la voluntad del Rey. Desde siempre, la relación entre los hermanos no ha sido fácil. Mucho menos cuando Carlos Felipe decidió casarse con Sofía Hellqvist, una camarera y modelo de fotos más que eróticas, pornográficas. Posó para la revista Slitz vistiendo solo la parte inferior de un bikini y los pechos al aire con una boa constrictor alrededor del cuello.
Aunque guardar las apariencias es una de las máximas hipócritas de las monarquías, ni la princesa heredera, Victoria, ni su hermana, la bellísima Magdalena, pueden ver a la cuñada con la que ni se hablan. Como vemos en esta crónica, llevarse bien con las cuñada sin fracasar en el intento, es imposible.
Vulgar y descocado el vestido lucido por la consorte en la noche de los tangos bonaerenses. (...) Mientras papá niega que su hija tenga nada que ver con el torero, éstos aparecen juntos esta mi semana en el ‘¡Hola!’. (...) Espero que a Turca, la perrita de aguas de Sánchez, no le guste lo que a Sunny, el de los Obama, cuando vivían en la Casa Blanca: defecar sobre las alfombras. Lo cuenta Michelle en sus memorias. (...) En Coca-Cola hay cinco aviones a disposición de los ejecutivos pero, si sube algún familiar, incluidas las esposas, hay que dar cuenta de ello. Se considera pago en especie y la compañía tiene que hacer una retención fiscal por esa utilización. Según el señor De Quinto, lo de Sánchez y el Falcon vergüenza da. (...) No me puedo creer que el rey Balduino fuera amante de su madrastra, aunque Liliana intentó siempre protegerle. (...) Según Marcos de Quinto, la hemeroteca de Pedro Sánchez es, probablemente, uno de las más crueles de cualquier político en España. (...) El príncipe Carlos se ha enfadado con la prensa por sus fotos en bañador, en una playa de Barbados. Le digo lo que el inolvidable ministro Fernández Ordóñez le dijo al Rey Juan Carlos cuando se quejó por haber sido fotografiado desnudo en la cubierta del Fortuna: “Mejor no ponerse”. (...) Qué gran error señor Casado, qué gran error.
30/03/2019
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Las suegras siempre se han llevado la mala fama. Muchas veces injustamente pero las que cardan la lana, en muchas ocasiones, son las cuñadas. Al lado de algunas, las suegras son un cielo.
El tema de las hermanas políticas se dan en casi todas las familias incluso en las familias reales. El problema para ellas es que deben intentar aparentar que no existe tal problema para no armar escándalos pero, a veces, es inevitable. Lo estamos viendo estos días en familias de estrato social muy diferente: Por un lado la de los Rivera Ordóñez, Francisco y Cayetano y sus respectivas, Lourdes Montes y Eva González, tal para cual.
Por otro, en las familias reales en las que hay miembros que no se pueden ni ver. En la familia real británica estamos asistiendo a una guerra de cuñadas, a una guerra entre duquesas, a una guerra entre Kate Middleton y Meghan Markle. Hasta el prestigioso diario The Telegraph se ha ocupado de este delicado e incómodo problema en una crónica firmada por Camila Tominey, especialista en la familia real, en la que destaca que “las diferencias obvias entre las personalidades de las dos mujeres, se pusieron, enseguida, de manifiesto. ¿Qué tendrán en común una señorita británica, casera y madre de tres hijos, con una ex actriz norteamericana y mestiza que se siente mucho más feliz sobre las alfombras rojas de los estrenos cinematográficos que en los fríos salones reales?”, se preguntaba la redactora.
Según el periódico británico, el primer encontronazo se produjo durante las pruebas del vestido que Carlota, la segunda hija de Kate, iba a llevar como damita en el cortejo de la boda de Meghan. El diario no aclara qué pudo decir Markle que molestó a Kate, pero sí que ésta acabó llorando tras la prueba y, desde entonces, no la puede ni ver...
La entrada de Letizia Ortiz Rocasolano en la Familia Real española tampoco fue fácil ni cómoda para nadie. Ni lo sigue siendo. A la nueva cuñada le faltó tacto para ganarse a Elena y Cristina, dos cuñadas de padre y señor mío, mientras ella era una mujer divorciada y nieta de un taxista. A pesar de ello, irrumpió en la Familia Real como un elefante en una cacharrería. Letizia aprovechaba cualquier momento para hacerse la lista en temas que, presuntamente, dominaba. Hasta el Rey Don Juan Carlos tuvo que reconducir más de una conversación familiar, interrumpida por los comentarios de la nuera. Los primeros contactos con la cuñada Cristina no pudieron ser mejores. Felipe acudió a su cuñado Iñaki Urdangarin para que le comprara las alianzas y los dos matrimonios se frecuentaban. Hasta que estalló lo de Noos, y Letizia decidió darles de lado. Consideraron a Iñaki y a Cristina como traidores. La infanta Elena por su parte... siempre ha pasado de ella.
Todo el mundo se sorprende de la tristeza con la que Charlénecomparece en los actos públicos del Principado. Sobre todo, cuando lo hace junto a la princesa Carolina. Aunque las dos cuñadas no han llegado a las manos, su relación no es un ejemplo de familia bien avenida. Charléne suele ausentarse de los actos a los que acude su cuñada. Dicen que ni se hablan. Posiblemente, Carolina no le perdona la espantada que Charléne dio la víspera de la boda, intentando huir de Mónaco para viajar a su país, Sudáfrica. Fue retenida en el aeropuerto de Niza y obligada a regresar al Principado.
El rey Carlos Gustavo de Suecia intentó, sin conseguirlo, que su hijo Carlos Felipe fuera su heredero cuando Victoria ya había sido proclamada como futura reina, por el sólo hecho de ser la primogénita. Algo parecido es lo que se hizo con la Infanta Elena, pero en España se impuso la voluntad del Rey. Desde siempre, la relación entre los hermanos no ha sido fácil. Mucho menos cuando Carlos Felipe decidió casarse con Sofía Hellqvist, una camarera y modelo de fotos más que eróticas, pornográficas. Posó para la revista Slitz vistiendo solo la parte inferior de un bikini y los pechos al aire con una boa constrictor alrededor del cuello.
Aunque guardar las apariencias es una de las máximas hipócritas de las monarquías, ni la princesa heredera, Victoria, ni su hermana, la bellísima Magdalena, pueden ver a la cuñada con la que ni se hablan. Como vemos en esta crónica, llevarse bien con las cuñada sin fracasar en el intento, es imposible.
Vulgar y descocado el vestido lucido por la consorte en la noche de los tangos bonaerenses. (...) Mientras papá niega que su hija tenga nada que ver con el torero, éstos aparecen juntos esta mi semana en el ‘¡Hola!’. (...) Espero que a Turca, la perrita de aguas de Sánchez, no le guste lo que a Sunny, el de los Obama, cuando vivían en la Casa Blanca: defecar sobre las alfombras. Lo cuenta Michelle en sus memorias. (...) En Coca-Cola hay cinco aviones a disposición de los ejecutivos pero, si sube algún familiar, incluidas las esposas, hay que dar cuenta de ello. Se considera pago en especie y la compañía tiene que hacer una retención fiscal por esa utilización. Según el señor De Quinto, lo de Sánchez y el Falcon vergüenza da. (...) No me puedo creer que el rey Balduino fuera amante de su madrastra, aunque Liliana intentó siempre protegerle. (...) Según Marcos de Quinto, la hemeroteca de Pedro Sánchez es, probablemente, uno de las más crueles de cualquier político en España. (...) El príncipe Carlos se ha enfadado con la prensa por sus fotos en bañador, en una playa de Barbados. Le digo lo que el inolvidable ministro Fernández Ordóñez le dijo al Rey Juan Carlos cuando se quejó por haber sido fotografiado desnudo en la cubierta del Fortuna: “Mejor no ponerse”. (...) Qué gran error señor Casado, qué gran error.
