Azul y Rosa,Jaime Peñafiel.Sábado,29 de Octubre de 2016.

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El Mundo Orbyt.

MI SEMANA AZUL & ROSA

JAIME PEÑAFIEL

29/10/2016

¿SABE FELIPE VARELA A QUIEN VISTE?
LA HAGIOGRAFÍA DE SOFÍA
LO QUE SE PERDIÓ LA REINA


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Observando el rompedor, arriesgado, atrevido, sensual e inadecuado look de Letizia (2.164 euros completo) en el concierto en Oviedo con motivo de los Premios Princesa de Asturias, pregunto: ¿sabe Felipe Varela, su modista, a quién viste realmente? Este muchacho o ha perdido el norte o piensa que la consorte es una starlette, una estrella de cine o, lo que es peor, una cabaretera. Eligió un vestido de silueta lápiz, pronunciadísimo escote y tirantes espagueti que dejaban al descubierto sus musculados brazos y hombros. Por culpa de otro escote, la novia anterior de Felipe perdió la posibilidad de convertirse en lo que ella es hoy. Alguien ha publicado que le recordaba a Gilda. La consorte no debe vestir de la forma en que se presentó en la capital del Principado de Asturias, a tiro de los comentarios mordaces y poco generosos de sus paisanos. Por ello, su presencia, vestida de tal guisa, era una revancha. Ya me veis, aquí estoy y, además, como Reina (?) ¿Y qué decir de mamá y su nueva imagen? Me gustaría saber el nombre del autor o autora de este trasplante más que cirugía que ha convertido el agradable rostro de doña Paloma en una máscara japonesa. ¿Pero qué le han hecho, señora mía? Contemplándola, ganas daban de llorar.

El próximo 2 de noviembre, la Reina Sofía cumple 78 años. Los mismos que el Rey Juan Carlos. Los dos nacieron en 1938. Pero con una diferencia: él a principios (5 de enero); ella al final. Pero, desde hace tiempo, no celebran estos aniversarios. Posiblemente, no existen motivos para ello. Nada que ver cuando Doña Sofía cumplió los 40 y Don Juan Carlos le ofreció, el 2 de noviembre de 1978, el regalo de reunir, sin que ella lo supiera, en casa de su hermana Pilar y con la colaboración de ésta, a todas aquellas personas que significaban algo en su vida. ¿Fue un detalle de amor? Según Pilar Arístegui, pintora y académica, “el Rey amaba mucho a la Reina con un amor absoluto” (?). Cierto es que esta sorprendente e increíble noticia, desconocida hasta ahora, figura en su libro Sofía, la Reina (La Esfera), una bonita hagiografía que la ilustre dama presentará el próximo miércoles, como regalo de aniversario a la soberana. El libro hará feliz a Doña Sofía si es que lo lee, y seguro estoy de que le gustaría que su vida sentimental hubiera sido como la autora cuenta con su mejor intención. Querida imaginación, lo que amo sobre todo en ti es cuando lo imaginado parece más bello que la realidad visible. Y si es así, es porque la miran con ojos enamorados, como decía Luis Cernuda. Pilar Arístegui escribe, con entusiasmo e imaginación, eligiendo lo mejor de la vida de Doña Sofía pero olvidando el desamor que haberlo, querida Pilar, desgraciadamente lo hubo y lo hay, hasta el extremo de haber convertido a la Reina emérita en una sufridora esposa, ofendida públicamente y abandonada. Resumiendo: una novela histórica a la inversa.

El ministerio de Defensa ha desclasificado estos días 80 expedientes ovni ocurridos entre 1962 y 1995, abriéndolos al público y emprendiendo un proceso de digitalización de los avistamientos de fenómenos extraños como el que yo vi y que alguna vez he recordado. Ocurrió el 15 de junio de 1978, cuando Don Juan Carlos y Doña Sofía realizaban el primer viaje oficial a la República Popular China. El DC8 de Iberia de los Reyes iba precedido por otro DC8 de Aviaco, con un numeroso grupo de periodistas, entre ellos, este columnista, Iñaki Gabilondo, Pilar Cernuda, Juan José Benítez, Manu Leguineche... Después de servir la cena, las luces del avión se atenuaron y casi todos se pusieron a dormir, cansados del largo viaje desde Irán. Yo aproveché el sosiego del vuelo nocturno para leer. Volábamos a más de 9.000 metros de altitud en medio de una noche ancha, oscura e infinita. De repente, en medio de aquella sobrecogedora oscuridad, la luz cegadora de dos focos muy potentes, procedentes del exterior, se acercaron a la misma velocidad que nuestro avión, 1.000 kilómetros/hora, iluminando el interior como si se hubiera hecho de día repentinamente. Aunque el radar del DC8 no detectó presencia alguna ni próxima ni lejana, aquella cosa tan inquietante seguía allí. Cada vez más próxima, impidiendo con su deslumbrante luz ver lo que había detrás. Volaba no en paralelo, sino en perpendicular a nuestro vuelo. Quince minutos después, aquella cosa comenzó a alejarse muy despacio, marcha atrás, hasta perderse en la oscura noche infinita entre la India y China. “¡Lo que se ha perdido la Reina!”, exclamó Juan José Benítez, su asesor en estos temas. Nada más descender en el aeropuerto de Pekín, Doña Sofía, que ya había sido informada por el piloto de su avión de lo contemplado por los periodistas, se dirigió hacia nosotros preguntando con gran nerviosismo: “¿Es verdad que habéis visto un ovni? Qué suerte habéis tenido”. Como yo no creo en los ovnis, pensé y así se lo dije a ella que se trataba de un objeto no identificado, probablemente manejado desde un control lejano intentando identificar aquel avión que se disponía a entrar en la República Popular China. No le gustó mi explicación. Ella es una apasionada de estos temas. Cree sin dudarlo todo lo que le cuentan sobre ovnis. Como su hijo Felipe.

m
 
El Mundo Orbyt.

29/10/2016

CHSSS...

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Viene de buena familia; es político por vocación; trabaja mucho, madruga poco y es homosexual. ¿A quien se refiere el compañero? (...) El tipo es un cantamañanas, semiculto (inculto diría yo) que carece de pudor y, además, morcillero. ¡Pobre diablo! (...) Escribir que Felipe no habría propuesto nunca a un independentista, es mucho escribir. Va contra el arbitraje neutral de La Zarzuela. Si Podemos hubiese contado con el respaldo de la mayoría, no habría tenido más remedio (...) Se distingue siempre por sus horteras camisetas reivindicativas. Pero para la audiencia con el Rey, decidió vestir no como Dios sino como el protocolo manda. Con traje, camisa y corbata. Parecía otro (...) Le gustaría que la prensa fuera con él como lo es con Felipe, cortesana (...) Aunque a mi admirado Pablo no le guste saberlo, resulta que en fábricas turcas se están empleando, en la confección de ropa para su empresa, a niños refugiados sirios de 13 años (...) Nada me gustaría más que mi paisana de la bellísima voz encontrara, de una vez, la felicidad que se merece. Dicen que él habla nueve idiomas pero, sobre todo, toca nueve instrumentos. Muchos son (...) Un guardaespaldas desvela las intimidades del matrimonio al que ha servido. ¡Cuidado con los suyos! Que largan y largan.

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29/10/2016

¿SABE FELIPE VARELA A QUIEN VISTE?
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Observando el rompedor, arriesgado, atrevido, sensual e inadecuado look de Letizia (2.164 euros completo) en el concierto en Oviedo con motivo de los Premios Princesa de Asturias, pregunto: ¿sabe Felipe Varela, su modista, a quién viste realmente? Este muchacho o ha perdido el norte o piensa que la consorte es una starlette, una estrella de cine o, lo que es peor, una cabaretera. Eligió un vestido de silueta lápiz, pronunciadísimo escote y tirantes espagueti que dejaban al descubierto sus musculados brazos y hombros. Por culpa de otro escote, la novia anterior de Felipe perdió la posibilidad de convertirse en lo que ella es hoy. Alguien ha publicado que le recordaba a Gilda. La consorte no debe vestir de la forma en que se presentó en la capital del Principado de Asturias, a tiro de los comentarios mordaces y poco generosos de sus paisanos. Por ello, su presencia, vestida de tal guisa, era una revancha. Ya me veis, aquí estoy y, además, como Reina (?) ¿Y qué decir de mamá y su nueva imagen? Me gustaría saber el nombre del autor o autora de este trasplante más que cirugía que ha convertido el agradable rostro de doña Paloma en una máscara japonesa. ¿Pero qué le han hecho, señora mía? Contemplándola, ganas daban de llorar.

El próximo 2 de noviembre, la Reina Sofía cumple 78 años. Los mismos que el Rey Juan Carlos. Los dos nacieron en 1938. Pero con una diferencia: él a principios (5 de enero); ella al final. Pero, desde hace tiempo, no celebran estos aniversarios. Posiblemente, no existen motivos para ello. Nada que ver cuando Doña Sofía cumplió los 40 y Don Juan Carlos le ofreció, el 2 de noviembre de 1978, el regalo de reunir, sin que ella lo supiera, en casa de su hermana Pilar y con la colaboración de ésta, a todas aquellas personas que significaban algo en su vida. ¿Fue un detalle de amor? Según Pilar Arístegui, pintora y académica, “el Rey amaba mucho a la Reina con un amor absoluto” (?). Cierto es que esta sorprendente e increíble noticia, desconocida hasta ahora, figura en su libro Sofía, la Reina (La Esfera), una bonita hagiografía que la ilustre dama presentará el próximo miércoles, como regalo de aniversario a la soberana. El libro hará feliz a Doña Sofía si es que lo lee, y seguro estoy de que le gustaría que su vida sentimental hubiera sido como la autora cuenta con su mejor intención. Querida imaginación, lo que amo sobre todo en ti es cuando lo imaginado parece más bello que la realidad visible. Y si es así, es porque la miran con ojos enamorados, como decía Luis Cernuda. Pilar Arístegui escribe, con entusiasmo e imaginación, eligiendo lo mejor de la vida de Doña Sofía pero olvidando el desamor que haberlo, querida Pilar, desgraciadamente lo hubo y lo hay, hasta el extremo de haber convertido a la Reina emérita en una sufridora esposa, ofendida públicamente y abandonada. Resumiendo: una novela histórica a la inversa.

El ministerio de Defensa ha desclasificado estos días 80 expedientes ovni ocurridos entre 1962 y 1995, abriéndolos al público y emprendiendo un proceso de digitalización de los avistamientos de fenómenos extraños como el que yo vi y que alguna vez he recordado. Ocurrió el 15 de junio de 1978, cuando Don Juan Carlos y Doña Sofía realizaban el primer viaje oficial a la República Popular China. El DC8 de Iberia de los Reyes iba precedido por otro DC8 de Aviaco, con un numeroso grupo de periodistas, entre ellos, este columnista, Iñaki Gabilondo, Pilar Cernuda, Juan José Benítez, Manu Leguineche... Después de servir la cena, las luces del avión se atenuaron y casi todos se pusieron a dormir, cansados del largo viaje desde Irán. Yo aproveché el sosiego del vuelo nocturno para leer. Volábamos a más de 9.000 metros de altitud en medio de una noche ancha, oscura e infinita. De repente, en medio de aquella sobrecogedora oscuridad, la luz cegadora de dos focos muy potentes, procedentes del exterior, se acercaron a la misma velocidad que nuestro avión, 1.000 kilómetros/hora, iluminando el interior como si se hubiera hecho de día repentinamente. Aunque el radar del DC8 no detectó presencia alguna ni próxima ni lejana, aquella cosa tan inquietante seguía allí. Cada vez más próxima, impidiendo con su deslumbrante luz ver lo que había detrás. Volaba no en paralelo, sino en perpendicular a nuestro vuelo. Quince minutos después, aquella cosa comenzó a alejarse muy despacio, marcha atrás, hasta perderse en la oscura noche infinita entre la India y China. “¡Lo que se ha perdido la Reina!”, exclamó Juan José Benítez, su asesor en estos temas. Nada más descender en el aeropuerto de Pekín, Doña Sofía, que ya había sido informada por el piloto de su avión de lo contemplado por los periodistas, se dirigió hacia nosotros preguntando con gran nerviosismo: “¿Es verdad que habéis visto un ovni? Qué suerte habéis tenido”. Como yo no creo en los ovnis, pensé y así se lo dije a ella que se trataba de un objeto no identificado, probablemente manejado desde un control lejano intentando identificar aquel avión que se disponía a entrar en la República Popular China. No le gustó mi explicación. Ella es una apasionada de estos temas. Cree sin dudarlo todo lo que le cuentan sobre ovnis. Como su hijo Felipe.

m

Gracias Ambers. Aquí seguimos algunos...:D
 
Gracias Ambers por traer el articulo,,,hoy me ha gustado bastante,,menosss echar la culpa al diseñador por el vestido de mujer alegre,,,,el diseña lo que quiere,,,pero son las clientas que lo compran....es una mujer que demuestra que le gusta ir marcando ,,por decirlo finamente,,no es un vestido adecuado para un evento internacional,,,ese tipo de vestidos son para cenas privadas y clubs privados,,,,sobre los chsss no pillo ninguno
 
El ministerio de Defensa ha desclasificado estos días 80 expedientes ovni ocurridos entre 1962 y 1995, abriéndolos al público y emprendiendo un proceso de digitalización de los avistamientos de fenómenos extraños como el que yo vi y que alguna vez he recordado. Ocurrió el 15 de junio de 1978, cuando Don Juan Carlos y Doña Sofía realizaban el primer viaje oficial a la República Popular China. El DC8 de Iberia de los Reyes iba precedido por otro DC8 de Aviaco, con un numeroso grupo de periodistas, entre ellos, este columnista, Iñaki Gabilondo, Pilar Cernuda, Juan José Benítez, Manu Leguineche... Después de servir la cena, las luces del avión se atenuaron y casi todos se pusieron a dormir, cansados del largo viaje desde Irán. Yo aproveché el sosiego del vuelo nocturno para leer. Volábamos a más de 9.000 metros de altitud en medio de una noche ancha, oscura e infinita. De repente, en medio de aquella sobrecogedora oscuridad, la luz cegadora de dos focos muy potentes, procedentes del exterior, se acercaron a la misma velocidad que nuestro avión, 1.000 kilómetros/hora, iluminando el interior como si se hubiera hecho de día repentinamente. Aunque el radar del DC8 no detectó presencia alguna ni próxima ni lejana, aquella cosa tan inquietante seguía allí. Cada vez más próxima, impidiendo con su deslumbrante luz ver lo que había detrás. Volaba no en paralelo, sino en perpendicular a nuestro vuelo. Quince minutos después, aquella cosa comenzó a alejarse muy despacio, marcha atrás, hasta perderse en la oscura noche infinita entre la India y China. “¡Lo que se ha perdido la Reina!”, exclamó Juan José Benítez, su asesor en estos temas. Nada más descender en el aeropuerto de Pekín, Doña Sofía, que ya había sido informada por el piloto de su avión de lo contemplado por los periodistas, se dirigió hacia nosotros preguntando con gran nerviosismo: “¿Es verdad que habéis visto un ovni? Qué suerte habéis tenido”. Como yo no creo en los ovnis, pensé y así se lo dije a ella que se trataba de un objeto no identificado, probablemente manejado desde un control lejano intentando identificar aquel avión que se disponía a entrar en la República Popular China. No le gustó mi explicación. Ella es una apasionada de estos temas. Cree sin dudarlo todo lo que le cuentan sobre ovnis. Como su hijo Felipe.

Es normal que el tema de los aliens les interesen, son sus congéneres.
 
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