MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
28/09/2019
CHSSS...
“EN SU DÍA, ¡YO, AQUÍ!”
YO VI A LOS QUE LLORABAN
¿POR QUÉ NO IMITAMOS A ITALIA?
Descubra Orbyt
Aunque la Fundación Nacional Francisco Franco asegura que fue el Rey quien tomó la decisión, mal podía hacerlo quien aún no tenía poder y estaba entregado, por entero, a la voluntad de la familia pero, sobre todo, de quien ostentaba el poder absoluto:Carlos Arias Navarro. Cierto es que la orden del enterramiento en el Valle de los Caídos estaba firmada por Don Juan Carlos, a las 16.00 horas del 22 de noviembre de 1975, pero fue Arias, como presidente, quien ordenó al arquitecto Ramón Andrada preparar urgentemente la tumba.
Como periodista tuve que cubrir los funerales de Franco en la Plaza de Oriente, el oficiante, Cardenal Primado de España y arzobispo de Toledo, don Marcelo González Martín, en su homilía, tuvo el poco tacto de recordar a Don Juan Carlos: “Hoy os toca presidir las exequias del hombre singular que os llamó a su lado cuando todavía erais un niño”. Fue una manera pública de pasarle factura de ser quien era gracias a quien se enterraba ese día. También puedo dar testimonio de quiénes lloraron a moco tendido y quiénes no pudieron contener las lágrimas en el momento del entierro. Por supuesto que sus nietos mayores, aunque Arancha era la mas contenida. También el polémico marqués de Villaverde quien, sin poder contener el llanto, introdujo el féretro en la Basílica junto a un lloroso Alfonso de Borbón y Francis, el nieto mayor. Y llorando desconsoladamente vi a los generales Sánchez Galeano pero, sobre todo, Gavilanesquien tuvo que cubrirse el rostro para que no se le viera llorar tan desconsoladamente. ¿Por qué un soldado no puede llorar? ¿Por qué es indigno de un hombre el llanto? También lloraron Fernando Lens, Rodríguez Colobi, Morales Vara del Rey y Suances. Y quienes más, Juanito y Zamorano, los fieles servidores de Franco hasta su muerte. Y aunque nunca debemos avergonzarnos de nuestras lágrimas, silencio los nombres de cuatro importantes personalidades, lo siguen siendo, socialmente hablando, a quienes les invadió una visible emoción. Estoy seguro no les gustaría verse hoy en los papeles, a propósito de aquel día. Como a mi compañero Fernando Jáuregui, fotografiado inclinando la cabeza ante el cadáver de Franco, siendo como era del Partido Comunista. Lo ha contado él en el programa de Herrera.
El presidente del Gobierno, Carlos Arias Navarro, que no había dejado de llorar desde el 20 de noviembre en que comunicaba entre pucheros a los españoles que “¡Franco ha muerto!”, era un mar de lágrimas. Y quien intentó contenerse, desde su altísima magistratura de jefe del Estado y Rey fue Don Juan Carlos. A duras penas pudo evitar que las lágrimas bañaran su rostro. Porque el hoy Rey padre siempre sintió un afecto muy especial por Franco y éste por el príncipe. En él veía al hijo que no tuvo. El respeto de Don Juan Carlos como hombre agradecido lo llevaba hasta el extremo de no permitir ni comentarios ni chistes sobre Franco en su presencia.
Yo siento una muy especial simpatía por Italia. Posiblemente porque mi madre era de origen italiano y entre mis antepasados hay hasta un cardenal. Estos días, el tema de Franco ha llegado incluso a la ONU por boca de esa desvergüenza de presidente en funciones llamado Sánchez, que lleva tiempo sin saber qué hacer con él. Pero me va a permitir le de un consejo: hacer lo que han hecho las autoridades de Predappio, donde, coincidiendo con la fecha del nacimiento de Mussolini, han abierto la cripta en la que se encuentra su tumba. Según el alcalde, Roberto Canali, desde el punto de vista turístico puede ser una mina para la ciudad. Como lo es para Moscú la tumba de Lenin. O para Pekín la de Mao, nada menos que en la plaza mas importante de la ciudad, la de Tiannamen. O el mausoleo de Ho Chi Minh, en Hanoi. O Napoleón en Paris. ¿Por qué no se permite a la familia Franco trasladar los restos mortales de su abuelo a la catedral de La Almudena, la más fea catedral del mundo? Estoy seguro se convertiría en una atracción turística de primer orden. Seamos prácticos y aprendamos de los italianos. O de los rusos. O de los chinos que importándoles un carajo la momia, buen resultado económico le sacan
Ha sorprendido que la nueva dirección no haya invitado a la inauguración de la ‘Casa Hola’ a Chávez, el famoso fotógrafo que forma parte de la historia viva de la revista. (...) En la gala del inicio de la temporada de Ópera en el Teatro Real de Madrid (¡felicidades Gregorio Marañón!), ninguna de las damas mas importantes hicieron el cortesano plongeon a Letizia. (...) Como en su día lo hicieron hasta la presidenta del Congreso y mi amiga la ‘vice’. (...) No hay por qué buscar influencias torticeras para la nueva situación de Iñaki Urdangarin. Ya lo dijo ella en su día: “Es un muchacho bueno, bueno, buenísimo y con un gran fondo moral”. (?) (...) ¿Será verdad que Sánchez tiene un carácter psicopático, narcisista y ególatra? (...) Inés de la Fressange, musa que fue de Karl Lagerfeld y de Chanel, comentó en ‘Fuera de Serie’ que el principal error de un hombre es llevar calcetines cortos que dejen ver las canillas de sus piernas. Mucho peor follxx con los calcetines puestos. (...) La ONU aún no se ha repuesto del mitin de Sánchez hablando de un tal Franco y de las tonterías de Greta. ¡Menudo negocio está haciendo la nena! (...) El anuncio de un próximo viaje oficial de Felipe y Letizia a Cuba ha sorprendo por estar aun vigente la ley Helms Burton que intenta también regular los embargos aéreos.
JAIME PEÑAFIEL
28/09/2019
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“EN SU DÍA, ¡YO, AQUÍ!”
YO VI A LOS QUE LLORABAN
¿POR QUÉ NO IMITAMOS A ITALIA?
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Aunque la Fundación Nacional Francisco Franco asegura que fue el Rey quien tomó la decisión, mal podía hacerlo quien aún no tenía poder y estaba entregado, por entero, a la voluntad de la familia pero, sobre todo, de quien ostentaba el poder absoluto:Carlos Arias Navarro. Cierto es que la orden del enterramiento en el Valle de los Caídos estaba firmada por Don Juan Carlos, a las 16.00 horas del 22 de noviembre de 1975, pero fue Arias, como presidente, quien ordenó al arquitecto Ramón Andrada preparar urgentemente la tumba.
Como periodista tuve que cubrir los funerales de Franco en la Plaza de Oriente, el oficiante, Cardenal Primado de España y arzobispo de Toledo, don Marcelo González Martín, en su homilía, tuvo el poco tacto de recordar a Don Juan Carlos: “Hoy os toca presidir las exequias del hombre singular que os llamó a su lado cuando todavía erais un niño”. Fue una manera pública de pasarle factura de ser quien era gracias a quien se enterraba ese día. También puedo dar testimonio de quiénes lloraron a moco tendido y quiénes no pudieron contener las lágrimas en el momento del entierro. Por supuesto que sus nietos mayores, aunque Arancha era la mas contenida. También el polémico marqués de Villaverde quien, sin poder contener el llanto, introdujo el féretro en la Basílica junto a un lloroso Alfonso de Borbón y Francis, el nieto mayor. Y llorando desconsoladamente vi a los generales Sánchez Galeano pero, sobre todo, Gavilanesquien tuvo que cubrirse el rostro para que no se le viera llorar tan desconsoladamente. ¿Por qué un soldado no puede llorar? ¿Por qué es indigno de un hombre el llanto? También lloraron Fernando Lens, Rodríguez Colobi, Morales Vara del Rey y Suances. Y quienes más, Juanito y Zamorano, los fieles servidores de Franco hasta su muerte. Y aunque nunca debemos avergonzarnos de nuestras lágrimas, silencio los nombres de cuatro importantes personalidades, lo siguen siendo, socialmente hablando, a quienes les invadió una visible emoción. Estoy seguro no les gustaría verse hoy en los papeles, a propósito de aquel día. Como a mi compañero Fernando Jáuregui, fotografiado inclinando la cabeza ante el cadáver de Franco, siendo como era del Partido Comunista. Lo ha contado él en el programa de Herrera.
El presidente del Gobierno, Carlos Arias Navarro, que no había dejado de llorar desde el 20 de noviembre en que comunicaba entre pucheros a los españoles que “¡Franco ha muerto!”, era un mar de lágrimas. Y quien intentó contenerse, desde su altísima magistratura de jefe del Estado y Rey fue Don Juan Carlos. A duras penas pudo evitar que las lágrimas bañaran su rostro. Porque el hoy Rey padre siempre sintió un afecto muy especial por Franco y éste por el príncipe. En él veía al hijo que no tuvo. El respeto de Don Juan Carlos como hombre agradecido lo llevaba hasta el extremo de no permitir ni comentarios ni chistes sobre Franco en su presencia.
Yo siento una muy especial simpatía por Italia. Posiblemente porque mi madre era de origen italiano y entre mis antepasados hay hasta un cardenal. Estos días, el tema de Franco ha llegado incluso a la ONU por boca de esa desvergüenza de presidente en funciones llamado Sánchez, que lleva tiempo sin saber qué hacer con él. Pero me va a permitir le de un consejo: hacer lo que han hecho las autoridades de Predappio, donde, coincidiendo con la fecha del nacimiento de Mussolini, han abierto la cripta en la que se encuentra su tumba. Según el alcalde, Roberto Canali, desde el punto de vista turístico puede ser una mina para la ciudad. Como lo es para Moscú la tumba de Lenin. O para Pekín la de Mao, nada menos que en la plaza mas importante de la ciudad, la de Tiannamen. O el mausoleo de Ho Chi Minh, en Hanoi. O Napoleón en Paris. ¿Por qué no se permite a la familia Franco trasladar los restos mortales de su abuelo a la catedral de La Almudena, la más fea catedral del mundo? Estoy seguro se convertiría en una atracción turística de primer orden. Seamos prácticos y aprendamos de los italianos. O de los rusos. O de los chinos que importándoles un carajo la momia, buen resultado económico le sacan
Ha sorprendido que la nueva dirección no haya invitado a la inauguración de la ‘Casa Hola’ a Chávez, el famoso fotógrafo que forma parte de la historia viva de la revista. (...) En la gala del inicio de la temporada de Ópera en el Teatro Real de Madrid (¡felicidades Gregorio Marañón!), ninguna de las damas mas importantes hicieron el cortesano plongeon a Letizia. (...) Como en su día lo hicieron hasta la presidenta del Congreso y mi amiga la ‘vice’. (...) No hay por qué buscar influencias torticeras para la nueva situación de Iñaki Urdangarin. Ya lo dijo ella en su día: “Es un muchacho bueno, bueno, buenísimo y con un gran fondo moral”. (?) (...) ¿Será verdad que Sánchez tiene un carácter psicopático, narcisista y ególatra? (...) Inés de la Fressange, musa que fue de Karl Lagerfeld y de Chanel, comentó en ‘Fuera de Serie’ que el principal error de un hombre es llevar calcetines cortos que dejen ver las canillas de sus piernas. Mucho peor follxx con los calcetines puestos. (...) La ONU aún no se ha repuesto del mitin de Sánchez hablando de un tal Franco y de las tonterías de Greta. ¡Menudo negocio está haciendo la nena! (...) El anuncio de un próximo viaje oficial de Felipe y Letizia a Cuba ha sorprendo por estar aun vigente la ley Helms Burton que intenta también regular los embargos aéreos.
