Azul Y Rosa,Jaime Peñafiel.Sábado,23 de Noviembre de 2019.

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JAIME PEÑAFIEL
23/11/2019
CHSSS...
EL PRÍNCIPE ANDRÉS COMO CRISTINA E IÑAKI
TÚ A MADRID, YO A WASHINGTON
ÉL, ELLA Y YO A SOLAS ESE GRAN DÍA


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Cualquier tonto puede decir la verdad pero un hombre ha de ser algo sensato para saber mentir bien. El príncipe Andrés, el segundo de los hijos varones de la reina Isabel de Inglaterra, ha demostrado no parecerlo, incluso no serlo, mintiendo como un bellaco, en la entrevista concedida a la BBC, en un desesperado intento por limpiar su maltrecha imagen a propósito de su amistad con el presunto abusador Jeffrey Epstein, que se suicidó el pasado agosto. Pero, sobre todo, negando su relación con menores. No sólo intentó minimizar la conducta de su amigo, sino que mintió descaradamente, negando haber conocido y mantenido relaciones con Virginia Roberts, con quien apareció en varias fotografías. El resultado de la entrevista, considerada como el mayor desastre de comunicación pública de los últimos tiempos, ha sorprendido no sólo al Reino Unido, sino a la propia Soberana. Ha sido tal el escándalo que la reina Isabel ha decidido actuar como en su día el Rey de España con la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin: apartar a su hijo de toda función pública, de todas las obligaciones institucionales, de la Familia Real, en suma. Y lo hace consciente de que la única razón de ser de la monarquía es que sus miembros, del rey o la reina abajo, todos tienen que ser ejemplares. Y el duque de York, como en su día los duques de Palma, no lo es. ¡Cuidado, Letizia!
Por culpa de sus hijos, la pobre reina Isabel vuelve a vivir, otro annus horribilis. Y van ya tres: el incendio del castillo de Windsor, mientras su esposo se encontraba encamado en Buenos Aires con la madre de Sarah Ferguson; la trágica muerte de Diana y, ahora los escándalos sexuales de su polémico y desvergonzado hijo.
Después de la estancia oficial de Felipe y Letizia en La Habana, el matrimonio se separó. Ella regresó a Madrid; el voló a Washington para asistir a los actos programados con motivo del centenario de la Escuela de Relaciones Internacionales de Georgetown, en Washington, donde cursó estudios entre 1993 y 1995. Letizia lo hizo en el avión de las Fuerzas Aéreas Españolas junto a los empresarios y periodistas que habían participado en la visita. ¿Y Felipe? ¿Cómo voló a la capital norteamericana? ¿En vuelo regular? ¿En avión privado? ¿Y de Washington a Madrid? Siguiendo el consejo que la consorte me dio en nuestro primer encuentro-desencuentro, telefoneé a La Zarzuela. Pero, según me dijeron, ellos no dan información sobre actos privados. Se olvidan –o no quieren aceptar– que los titulares de la Casa Real española no tienen vida privada. Como ningún personaje público. Intenté buscarme la vida por otros cauces pero fue imposible.
El 22 de noviembre de 1975, don Juan Carlos era proclamado, en el Palacio de las Cortes, hoy Congreso de los Diputados, Rey de todos los españoles. Ayer, viernes, hizo 44 años. Nunca olvidaré ese día. Pienso que ha sido lo mas importante que ha sucedido en mi carrera de periodista, habiendo vivido tantos.
Como ya he recordado alguna que otra vez, esa tarde la pasé, a solas, en el despacho de La Zarzuela, con el hombre que, aquella mañana, había sido proclamado rey después de 25 años esperando. Durante aquellas horas nadie llamó a la puerta ni el teléfono sonó una sola vez. Tal parecía no que le habían coronado sino derrocado. ¡Qué soledad! La familia real hacía causa común con don Juan, con el Conde de Barcelona, el gran perdedor ese día. La derecha se encontraba formando larguísima cola para desfilar ante el cadáver de Franco, cuya capilla ardiente había sido instalada nada menos que en el Palacio Real. Y la izquierda, celebrando la muerte del dictador, muchos en esta cola para cerciorarse que estaba, por fin, muerto.
Los nuevos reyes solo tenían, ese día, aquel día tan importante en sus vidas, la compañía de este periodista. Cuando llegué a La Zarzuela, a las siete de la tarde, advertí que el palacio se encontraba sumido en la mayor soledad y el palacete solo iluminado por los dos farolones blancos de siempre. Tímidamente, pulsé el timbre, como podía hacerlo en la casa de algún amigo. En unos segundos me abrió Francisco Martínez, el conserje, el marido de la señora Berenenda Artiago, el ama de llaves, y padre de Lolo, la doncella de doña Sofía. Entonces éste era todo el servicio junto a Blas Leyva, el ayuda de cámara de don Juan Carlos. Las 70.000 pesetas de las que me había hablado el entonces príncipe no daban para mucho más.
Cuando accedí al despacho, don Juan Carlos, el nuevo Rey, se entretenía en limpiar sus cámaras fotográficas extendidas sobre la mesa y doña Sofía, sentada en uno de los confidenciales, leyendo telegramas de felicitación. Me imagino que de todas las familias reales del mundo. Pero no la veía muy feliz. Alguien con poder había impedido la presencia de su madre en la ceremonia de las Cortes, donde su hija se convertía en reina, cuando ella, Federica, ya no lo era.
Lo que allí hablamos quedará para siempre, como el mayor secreto de mi vida profesional. Hoy, con todo lo que ha pasado, lo recuerdo con emoción.
Si es verdad que su madre le hizo “una mujer con dos coj*nes”, como ella reconoce, no es difícil explicarse por qué terminó su matrimonio con el hombre mas entrañable y simpático de las ondas. (...) De un tiempo a esta parte, se ha puesto de moda hablar de la violación que algunos y algunas sufrieron en su día. (...) No entenderé nunca por qué una dama no puede lucir un pronunciado escote, como ella llevaba, de haber asistido a la Gala, en el Teatro Real, Letizia. Entre consortes andaba el tema. ¿Qué tienen que ver las t*tas con la... testa coronada? (...) Y, como suele ocurrir, la culpa al maestro armero, en este caso su jefe de seguridad. ¡Qué cara tienes, macho! (...) Lo ha dejado muy claro en la entrevista sobre su próxima boda. Ese día quien se casa no es la cantante sino Laura. ¡Cuidado con Hacienda, guapa! Lo digo por la exclusiva en el ‘¡Hola!’ que puede llevar a la cárcel a un famoso. (...) Inés no estuvo en la primera cena de cumpleaños del ex con sus colaboradores más íntimos . Ni en el almuerzo de despedida, el lunes en el restaurante de la Plaza de Colón. Tampoco, y es lo que mas ha sorprendido, en la cena con tarta incluida que le organizó en su casa la mujer que comparte su vida.
 
Si es verdad que su madre le hizo “una mujer con dos coj*nes”, como ella reconoce, no es difícil explicarse por qué terminó su matrimonio con el hombre mas entrañable y simpático de las ondas. (...) De un tiempo a esta parte, se ha puesto de moda hablar de la violación que algunos y algunas sufrieron en su día. (...) No entenderé nunca por qué una dama no puede lucir un pronunciado escote, como ella llevaba, de haber asistido a la Gala, en el Teatro Real, Letizia. Entre consortes andaba el tema. ¿Qué tienen que ver las t*tas con la... testa coronada? (...) Y, como suele ocurrir, la culpa al maestro armero, en este caso su jefe de seguridad. ¡Qué cara tienes, macho! (...) Lo ha dejado muy claro en la entrevista sobre su próxima boda. Ese día quien se casa no es la cantante sino Laura. ¡Cuidado con Hacienda, guapa! Lo digo por la exclusiva en el ‘¡Hola!’ que puede llevar a la cárcel a un famoso. (...) Inés no estuvo en la primera cena de cumpleaños del ex con sus colaboradores más íntimos . Ni en el almuerzo de despedida, el lunes en el restaurante de la Plaza de Colón. Tampoco, y es lo que mas ha sorprendido, en la cena con tarta incluida que le organizó en su casa la mujer que comparte su vida.

1. Mariló Montero
2. Lo ha dicho
3. Ni idea
4. Ni idea
5. Chenoa
6. Inés Arrimadas, Albert Rivera y Malú
 
Y este hombre que tanto se repite ¿por qué no habla de alguien nuevo o un caso nuevo.

Sr. Peña, no se bien si sabe la verdad, y nada más que la verdad de la vida de Tita Cervera.

¿Por qué no escribe usted algo nuevo sobre la Cervera?.

Saludos @AMBERS
 
Lo del escote creo que es por la actual mujer del Marqués de Griñón que al concierto del teatro real llevaba ( para mi gusto excesivo escote excesivo color y excesiva ella en su totalidad )
Allí estaba también Preysler ( nada que ver con la vulgaridad de esta " señora") por eso habla de dos damas .
El de la deuda con Hacienda es Borja ( el hijo de Tita )por una exclusiva de hola no declarada ;)
 
......cerlo en la casa de algún amigo. En unos segundos me abrió Francisco Martínez, el conserje, el marido de la señora Berenenda Artiago, el ama de llaves, y padre de Lolo, la doncella de doña Sofía. Entonces éste era todo el servicio junto a Blas Leyva, el ayuda de cámara de don Juan Carlos. Las 70.000 pesetas de las que me había hablado el entonces príncipe no daban para mucho más....


Sr Peñafiel, 70.000 pesetas daban para mucho en aquella epoca.
Yo, que en esa epoca ya trabajaba cobraba 500 pesetas al mes.
JC, cobraba esa cantidad y a gastos pagados.
¿pagaba alquiler por su vivienda? No
¿pagaba luz, agua, gas, etc? Me temo que no, como no lo ha hecho en su vida, ni en Portugal, Roma o Suiza, ni Sofia en Grecia o Sudafrica.
¿comida? Estoy segura que tenian en abundancia y regalada.
Entonces ¿porque era cantidad pequeña?
¿pagabamos ya en esa epoca a sus amantes?
¿tan grande era su trabajo de "perro-faldero" que deberia ser mas alto su sueldo?
.....
"El dia de la coronación estaba solo"
¿!como iba a estar alguien que pisoteo a su padre!?
......
No se preocupe ud. Peñafiel, JC supo negociar con muchos jeques, ganar mucho money, vivir con muchas amantes, .....todo era mucho en su vida.
 
Pañafiel en su linea de no saber ni jota, YO DIJE EL SABADO EN ESTE FORO QUE el preparao habia viajado desde Cuba a Washington solo ( sin kk ) en un avion de las FFAA Españolas para acudir a la celebracion del centenario de su universidad.

¿ Quien me lo dijo ? NADIE ME LO DIJO, sencillamente el sabado por la mañana lei el periodico La Vanguardia y en donde Mariangel Alcazar informaba de la noticia, yo me limite a repetirla en este foro unos minutos despues de leerla en La Vanguardia .

Tan facil hubiera sido que Peñafiel en lugar de preguntar en CR hubiera leido a la periodista que sigue al preparao por donde va para luego informar para el periodico en que trabaja, Peñafiel se hubiera enterado de que el sabado por la mañana cuando La Vanguardia informo del viaje a Washington del preparao , este ya estaba durmiendo placidamente en Washington ( por el cambio de horario ) para poder asistir unas horas despues el sabado por la mañana a los actos que organizaba su universidad. Ha pasado una semana y Peñafiel debe seguir sin enterarse de como se traslado el preparao de Cuba a la capital de USA.
 
Fácil lo del traslado....salvo que hayan cambiado las cosas...que vá a ser que nó...hace décadas que no hay vuelos que cubran Cuba - USA...sinó cómo es que los cubanos iban a nado a Miami sorteando los tiburones???
 
JAIME PEÑAFIEL
23/11/2019
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Cualquier tonto puede decir la verdad pero un hombre ha de ser algo sensato para saber mentir bien. El príncipe Andrés, el segundo de los hijos varones de la reina Isabel de Inglaterra, ha demostrado no parecerlo, incluso no serlo, mintiendo como un bellaco, en la entrevista concedida a la BBC, en un desesperado intento por limpiar su maltrecha imagen a propósito de su amistad con el presunto abusador Jeffrey Epstein, que se suicidó el pasado agosto. Pero, sobre todo, negando su relación con menores. No sólo intentó minimizar la conducta de su amigo, sino que mintió descaradamente, negando haber conocido y mantenido relaciones con Virginia Roberts, con quien apareció en varias fotografías. El resultado de la entrevista, considerada como el mayor desastre de comunicación pública de los últimos tiempos, ha sorprendido no sólo al Reino Unido, sino a la propia Soberana. Ha sido tal el escándalo que la reina Isabel ha decidido actuar como en su día el Rey de España con la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin: apartar a su hijo de toda función pública, de todas las obligaciones institucionales, de la Familia Real, en suma. Y lo hace consciente de que la única razón de ser de la monarquía es que sus miembros, del rey o la reina abajo, todos tienen que ser ejemplares. Y el duque de York, como en su día los duques de Palma, no lo es. ¡Cuidado, Letizia!
Por culpa de sus hijos, la pobre reina Isabel vuelve a vivir, otro annus horribilis. Y van ya tres: el incendio del castillo de Windsor, mientras su esposo se encontraba encamado en Buenos Aires con la madre de Sarah Ferguson; la trágica muerte de Diana y, ahora los escándalos sexuales de su polémico y desvergonzado hijo.
Después de la estancia oficial de Felipe y Letizia en La Habana, el matrimonio se separó. Ella regresó a Madrid; el voló a Washington para asistir a los actos programados con motivo del centenario de la Escuela de Relaciones Internacionales de Georgetown, en Washington, donde cursó estudios entre 1993 y 1995. Letizia lo hizo en el avión de las Fuerzas Aéreas Españolas junto a los empresarios y periodistas que habían participado en la visita. ¿Y Felipe? ¿Cómo voló a la capital norteamericana? ¿En vuelo regular? ¿En avión privado? ¿Y de Washington a Madrid? Siguiendo el consejo que la consorte me dio en nuestro primer encuentro-desencuentro, telefoneé a La Zarzuela. Pero, según me dijeron, ellos no dan información sobre actos privados. Se olvidan –o no quieren aceptar– que los titulares de la Casa Real española no tienen vida privada. Como ningún personaje público. Intenté buscarme la vida por otros cauces pero fue imposible.
El 22 de noviembre de 1975, don Juan Carlos era proclamado, en el Palacio de las Cortes, hoy Congreso de los Diputados, Rey de todos los españoles. Ayer, viernes, hizo 44 años. Nunca olvidaré ese día. Pienso que ha sido lo mas importante que ha sucedido en mi carrera de periodista, habiendo vivido tantos.
Como ya he recordado alguna que otra vez, esa tarde la pasé, a solas, en el despacho de La Zarzuela, con el hombre que, aquella mañana, había sido proclamado rey después de 25 años esperando. Durante aquellas horas nadie llamó a la puerta ni el teléfono sonó una sola vez. Tal parecía no que le habían coronado sino derrocado. ¡Qué soledad! La familia real hacía causa común con don Juan, con el Conde de Barcelona, el gran perdedor ese día. La derecha se encontraba formando larguísima cola para desfilar ante el cadáver de Franco, cuya capilla ardiente había sido instalada nada menos que en el Palacio Real. Y la izquierda, celebrando la muerte del dictador, muchos en esta cola para cerciorarse que estaba, por fin, muerto.
Los nuevos reyes solo tenían, ese día, aquel día tan importante en sus vidas, la compañía de este periodista. Cuando llegué a La Zarzuela, a las siete de la tarde, advertí que el palacio se encontraba sumido en la mayor soledad y el palacete solo iluminado por los dos farolones blancos de siempre. Tímidamente, pulsé el timbre, como podía hacerlo en la casa de algún amigo. En unos segundos me abrió Francisco Martínez, el conserje, el marido de la señora Berenenda Artiago, el ama de llaves, y padre de Lolo, la doncella de doña Sofía. Entonces éste era todo el servicio junto a Blas Leyva, el ayuda de cámara de don Juan Carlos. Las 70.000 pesetas de las que me había hablado el entonces príncipe no daban para mucho más.
Cuando accedí al despacho, don Juan Carlos, el nuevo Rey, se entretenía en limpiar sus cámaras fotográficas extendidas sobre la mesa y doña Sofía, sentada en uno de los confidenciales, leyendo telegramas de felicitación. Me imagino que de todas las familias reales del mundo. Pero no la veía muy feliz. Alguien con poder había impedido la presencia de su madre en la ceremonia de las Cortes, donde su hija se convertía en reina, cuando ella, Federica, ya no lo era.
Lo que allí hablamos quedará para siempre, como el mayor secreto de mi vida profesional. Hoy, con todo lo que ha pasado, lo recuerdo con emoción.
Si es verdad que su madre le hizo “una mujer con dos coj*nes”, como ella reconoce, no es difícil explicarse por qué terminó su matrimonio con el hombre mas entrañable y simpático de las ondas. (...) De un tiempo a esta parte, se ha puesto de moda hablar de la violación que algunos y algunas sufrieron en su día. (...) No entenderé nunca por qué una dama no puede lucir un pronunciado escote, como ella llevaba, de haber asistido a la Gala, en el Teatro Real, Letizia. Entre consortes andaba el tema. ¿Qué tienen que ver las t*tas con la... testa coronada? (...) Y, como suele ocurrir, la culpa al maestro armero, en este caso su jefe de seguridad. ¡Qué cara tienes, macho! (...) Lo ha dejado muy claro en la entrevista sobre su próxima boda. Ese día quien se casa no es la cantante sino Laura. ¡Cuidado con Hacienda, guapa! Lo digo por la exclusiva en el ‘¡Hola!’ que puede llevar a la cárcel a un famoso. (...) Inés no estuvo en la primera cena de cumpleaños del ex con sus colaboradores más íntimos . Ni en el almuerzo de despedida, el lunes en el restaurante de la Plaza de Colón. Tampoco, y es lo que mas ha sorprendido, en la cena con tarta incluida que le organizó en su casa la mujer que comparte su vida.

 

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