El Mundo Orbyt.
MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
23/07/2016
CHSSS...
EL REY QUE PLAGIÓ
PASÓ POR VARIAS MANOS
LOS TESTAMENTOS DE BOYER
El plagio del discurso de la aspirante a primera dama, Melania Trump, en la convención del partido republicano en Cleveland, ha sido, aparte de la noticia de la semana, una chapuza que arruinó el acto. Se trataba de un plagio del discurso de Michelle Obama, en 2008. El jefe del partido Reince Priebus declaró que si fuera Trump despediría al autor responsable de la copia. Que es lo que hizo el entonces ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, cesando, fulminantemente, a Carlos Miranda, director general de Política Exterior para Iberoamérica, responsable de la espantosa metedura de pata, protagonizada por el Rey Juan Carlos, al leer, como discurso suyo, otro copiado íntegramente de un artículo de Felipe González.
Sucedió el 17 de mayo de 1983, en el trascurso de una visita de Estado a Brasil, en la que este columnista era enviado especial. El desgraciado incidente tuvo como escenario, nada menos, que el Parlamento en Brasilia y ante el propio Presidente Joao Figuereido. Y en eso estaba el Rey, cuando un periodista del séquito, el querido compañero y amigo Enrique Ybarra, como ya he contado alguna vez, advirtió y denunció in situ que lo que Su Majestad estaba leyendo como suyo lo había leído él en Le Monde Diplomatique, en un artículo escrito y firmado por Felipe González y que Carlos Miranda, él o en colaboración de otros, como Antonio Soler, lo habían copiado íntegramente para ponerlo en boca de Su Majestad. El propio Miranda había anotado al margen, de su puño y letra, “contiene ideas muy interesantes para el discurso de Brasilia”. Bochornoso patinazo. El ministro Fernando Morán destituyó fulminantemente a Carlos Miranda y el general Sabino Fernández Campo, Jefe de la Casa de Su Majestad, se irritó profundamente. Don Juan Carlos le restó importancia.
Según las explicaciones dadas por el ministerio, el borrador del discurso que el Rey debía pronunciar en Brasilia había pasado por varias manos, entre ellas las de Carlos Miranda. Y nadie advirtió que entre la documentación utilizada se encontraba un artículo ya publicado de Felipe González. Esto contradice lo que don Juan Carlos dijo a José Luis de Vilallonga, a propósito de sus discursos: “Las líneas maestras de mis mensajes son siempre obra mía, aunque el presidente del Gobierno sabe lo que voy a decir, pero no en que términos. En España no hay un speech writer como en Estados Unidos o Inglaterra”. Será o no verdad lo que dice el Rey pero, al menos, en el viaje a Brasilia, ni Dios sabía que Felipe González hablaba por boca del Rey. Sólo mi querido Enrique Ybarra.
Esta semana varios medios se han hecho eco de los testamentos de Miguel Boyer. Al parecer, son varios. Tantos como cuatro. La cantidad no tiene por qué sorprender. Mi madre los hacía cada vez que se enfadaba con un hijo o una hija con un yerno o una nuera. No es el caso. Lo que sorprende de las últimas voluntades testamentarias del ex ministro es que, a pesar del tiempo transcurrido de su muerte, el 29 de septiembre hará dos años, aún no se ha abierto el último testamento, fechado el 24 de julio del 2012. Se desconoce en qué condiciones físicas y psíquicas se encontraba Miguel el día de la firma del último testamento. Pero, según Isabel, Miguel “ya no estaba”. Eso dijo cuando se le criticaba haber rehecho su vida sentimental tan pronto. Pero, ¿desde cuándo no estaba? Según contó a Virginia Drake y yo recojo en mi libro Isabel, la amante de sus maridos (Grijalbo), “yo me quedé casi viuda cuando Miguel tuvo el ictus... la pérdida no llegó con su muerte, sino mucho antes. Cuando cayó enfermo, Miguel ya no era Miguel”. Cierto es que la víspera de su muerte decidieron celebrar, por adelantado, su santo, por aquello de que su hija , al ser lunes, tenía que trabajar. Fue, simplemente, una cena familiar. “Miguel ya no estaba para fiestas”, reconocía Isabel. De lo que no se puede dudar es de la profesionalidad y responsabilidad del notario, Luis Enrique García Labajo, que redactó el último testamento. Al igual que tampoco las de Manuel Ramos Armero y José Ignacio Fuentes López, que redactaron los otros. Cierto es que Miguel “apenas podía hablar y le costaba recordar los números”, según dijo su hijo. Pero para el notario se encontraba “en plenas facultades”. De los cuatro testamentos, el segundo, de abril de 1989, estaba más que justificado: acababa de nacer Ana, la hija de Miguel e Isabel. No me consta que los hijos de Boyer hayan entablado demanda alguna contra Isabel. Es más, Miguel Jr. mantiene una muy buena relación con ella, aunque acaba de realizar unas muy duras críticas a su padre. Sólo hay que esperar que transcurra el tiempo necesario para que Christian, el hermano pequeño de Boyer, a quien éste nombró albacea, contador y partidor antes de morir, pueda valorar el contenido del testamento que ya se conoce, donde figuran cuadros, miles de libros, tres coches y poco más. ¿Dinero? La cuenta corriente del ex ministro no la manejaba su mujer, sino su asistente personal, la señora de la Torre. Pero, según su abogado, Javier Ruiz Paredes, Isabel se vio en la necesidad de realizar ingresos en las cuentas de su marido para atender los muy costosos gastos derivados de la enfermedad y rehabilitación. De las tres partes de la herencia, la legítima se repartirá por igual entre los tres hijos; el tercio de mejora, para hijos y nietos, a voluntad del testador y el de libre disposición, todo para Isabel.
¿Cómo puede creer el compañero que al final formará Gobierno el que diga don Felipe? ¡Ni que éste fuera don Juan Carlos! (...) Muchos famosos a lo peor comenzaron trayéndole café al jefe. Pero de ahí a fregar escaleras, si el ‘boss’ lo pide, hay un gran trayecto de dignidad, ¡guapa!, aunque sea el Papa (...) A propósito: TVE sanciona a un antiguo directivo a 16 días sin empleo y sueldo por negarse a servir botellas de agua a los presentadores del programa del que es productor. Humillar por humillar (...) En vísperas de su boda, Charlene fue retenida en el aeropuerto de Niza cuando intentaba huir a su país y convencida de regresar a Mónaco para casarse. ¿Por eso lloraba tanto? (...) Reconoce fue duro acudir a la presentación del libro de la novia de quien fue el marido de su hija, “pero lo más duro y lo digo de verdad es ser testigo de su muerte, eso sí que fue duro” (...) Mientras el famosísimo actor y su pareja disfrutan junto al lago Como y se compran una mansión en Londres, un libro de próxima aparición desvela que él mantiene una presunta relación homosexual con un hombre y que ella lo sabe y lo consiente. ¿Habrá querella? (...) Entre los más importantes invitados del sarao benéfico de la Longoria y la Bravo, en Marbella, se encontraban los Moshiri, los Ruimy y los Sinha. Yo, como Marichalar en la fiesta de su hijo cuando se le acercó Mario Casas, un actor amigo de Froilán: “¿pero usted quién es?”
MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
23/07/2016
CHSSS...
EL REY QUE PLAGIÓ
PASÓ POR VARIAS MANOS
LOS TESTAMENTOS DE BOYER
El plagio del discurso de la aspirante a primera dama, Melania Trump, en la convención del partido republicano en Cleveland, ha sido, aparte de la noticia de la semana, una chapuza que arruinó el acto. Se trataba de un plagio del discurso de Michelle Obama, en 2008. El jefe del partido Reince Priebus declaró que si fuera Trump despediría al autor responsable de la copia. Que es lo que hizo el entonces ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, cesando, fulminantemente, a Carlos Miranda, director general de Política Exterior para Iberoamérica, responsable de la espantosa metedura de pata, protagonizada por el Rey Juan Carlos, al leer, como discurso suyo, otro copiado íntegramente de un artículo de Felipe González.
Sucedió el 17 de mayo de 1983, en el trascurso de una visita de Estado a Brasil, en la que este columnista era enviado especial. El desgraciado incidente tuvo como escenario, nada menos, que el Parlamento en Brasilia y ante el propio Presidente Joao Figuereido. Y en eso estaba el Rey, cuando un periodista del séquito, el querido compañero y amigo Enrique Ybarra, como ya he contado alguna vez, advirtió y denunció in situ que lo que Su Majestad estaba leyendo como suyo lo había leído él en Le Monde Diplomatique, en un artículo escrito y firmado por Felipe González y que Carlos Miranda, él o en colaboración de otros, como Antonio Soler, lo habían copiado íntegramente para ponerlo en boca de Su Majestad. El propio Miranda había anotado al margen, de su puño y letra, “contiene ideas muy interesantes para el discurso de Brasilia”. Bochornoso patinazo. El ministro Fernando Morán destituyó fulminantemente a Carlos Miranda y el general Sabino Fernández Campo, Jefe de la Casa de Su Majestad, se irritó profundamente. Don Juan Carlos le restó importancia.
Según las explicaciones dadas por el ministerio, el borrador del discurso que el Rey debía pronunciar en Brasilia había pasado por varias manos, entre ellas las de Carlos Miranda. Y nadie advirtió que entre la documentación utilizada se encontraba un artículo ya publicado de Felipe González. Esto contradice lo que don Juan Carlos dijo a José Luis de Vilallonga, a propósito de sus discursos: “Las líneas maestras de mis mensajes son siempre obra mía, aunque el presidente del Gobierno sabe lo que voy a decir, pero no en que términos. En España no hay un speech writer como en Estados Unidos o Inglaterra”. Será o no verdad lo que dice el Rey pero, al menos, en el viaje a Brasilia, ni Dios sabía que Felipe González hablaba por boca del Rey. Sólo mi querido Enrique Ybarra.
Esta semana varios medios se han hecho eco de los testamentos de Miguel Boyer. Al parecer, son varios. Tantos como cuatro. La cantidad no tiene por qué sorprender. Mi madre los hacía cada vez que se enfadaba con un hijo o una hija con un yerno o una nuera. No es el caso. Lo que sorprende de las últimas voluntades testamentarias del ex ministro es que, a pesar del tiempo transcurrido de su muerte, el 29 de septiembre hará dos años, aún no se ha abierto el último testamento, fechado el 24 de julio del 2012. Se desconoce en qué condiciones físicas y psíquicas se encontraba Miguel el día de la firma del último testamento. Pero, según Isabel, Miguel “ya no estaba”. Eso dijo cuando se le criticaba haber rehecho su vida sentimental tan pronto. Pero, ¿desde cuándo no estaba? Según contó a Virginia Drake y yo recojo en mi libro Isabel, la amante de sus maridos (Grijalbo), “yo me quedé casi viuda cuando Miguel tuvo el ictus... la pérdida no llegó con su muerte, sino mucho antes. Cuando cayó enfermo, Miguel ya no era Miguel”. Cierto es que la víspera de su muerte decidieron celebrar, por adelantado, su santo, por aquello de que su hija , al ser lunes, tenía que trabajar. Fue, simplemente, una cena familiar. “Miguel ya no estaba para fiestas”, reconocía Isabel. De lo que no se puede dudar es de la profesionalidad y responsabilidad del notario, Luis Enrique García Labajo, que redactó el último testamento. Al igual que tampoco las de Manuel Ramos Armero y José Ignacio Fuentes López, que redactaron los otros. Cierto es que Miguel “apenas podía hablar y le costaba recordar los números”, según dijo su hijo. Pero para el notario se encontraba “en plenas facultades”. De los cuatro testamentos, el segundo, de abril de 1989, estaba más que justificado: acababa de nacer Ana, la hija de Miguel e Isabel. No me consta que los hijos de Boyer hayan entablado demanda alguna contra Isabel. Es más, Miguel Jr. mantiene una muy buena relación con ella, aunque acaba de realizar unas muy duras críticas a su padre. Sólo hay que esperar que transcurra el tiempo necesario para que Christian, el hermano pequeño de Boyer, a quien éste nombró albacea, contador y partidor antes de morir, pueda valorar el contenido del testamento que ya se conoce, donde figuran cuadros, miles de libros, tres coches y poco más. ¿Dinero? La cuenta corriente del ex ministro no la manejaba su mujer, sino su asistente personal, la señora de la Torre. Pero, según su abogado, Javier Ruiz Paredes, Isabel se vio en la necesidad de realizar ingresos en las cuentas de su marido para atender los muy costosos gastos derivados de la enfermedad y rehabilitación. De las tres partes de la herencia, la legítima se repartirá por igual entre los tres hijos; el tercio de mejora, para hijos y nietos, a voluntad del testador y el de libre disposición, todo para Isabel.
¿Cómo puede creer el compañero que al final formará Gobierno el que diga don Felipe? ¡Ni que éste fuera don Juan Carlos! (...) Muchos famosos a lo peor comenzaron trayéndole café al jefe. Pero de ahí a fregar escaleras, si el ‘boss’ lo pide, hay un gran trayecto de dignidad, ¡guapa!, aunque sea el Papa (...) A propósito: TVE sanciona a un antiguo directivo a 16 días sin empleo y sueldo por negarse a servir botellas de agua a los presentadores del programa del que es productor. Humillar por humillar (...) En vísperas de su boda, Charlene fue retenida en el aeropuerto de Niza cuando intentaba huir a su país y convencida de regresar a Mónaco para casarse. ¿Por eso lloraba tanto? (...) Reconoce fue duro acudir a la presentación del libro de la novia de quien fue el marido de su hija, “pero lo más duro y lo digo de verdad es ser testigo de su muerte, eso sí que fue duro” (...) Mientras el famosísimo actor y su pareja disfrutan junto al lago Como y se compran una mansión en Londres, un libro de próxima aparición desvela que él mantiene una presunta relación homosexual con un hombre y que ella lo sabe y lo consiente. ¿Habrá querella? (...) Entre los más importantes invitados del sarao benéfico de la Longoria y la Bravo, en Marbella, se encontraban los Moshiri, los Ruimy y los Sinha. Yo, como Marichalar en la fiesta de su hijo cuando se le acercó Mario Casas, un actor amigo de Froilán: “¿pero usted quién es?”
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